Barrios en transformación: los impactos en salud derivados de los cambios urbanos. Marta Gutiérrez Sastre, Paloma Conde, Jesús Rivera, María Sundín, Manuel Franco, E-mail: [email protected] (M. Gutiérrez), [email protected] (J.Rivera), 1. Cambios urbanos y salud La ciudad, entendida como una estructura en continuo movimiento (Jacobs, 1961) donde “lo espacial” difícilmente se distingue de “lo social” (Soja, 2000), ha sido interpretada como motor de cambio constante. Lefebvre, analizando los procesos generados en las ciudades marcadas por la producción industrial, señalaba el dinamismo y la capacidad de la urbe para transformar el entorno, “in urban space something is always happening. Relations change. Differences and contrasts can result in conflict, or are attenuated, erode or corrode.”(Lefebvre, 2003). Esa capacidad de transformación encuentra acomodo en la teoría de estructuración de Giddens (Giddens, 1984) y su interpretación dinámica de las prácticas de los sujetos urbanos que, más allá de acatar los elementos que los circundan, se perciben como portadores de cultura y, en ese sentido, se muestran capaces de modificar su entorno. Cualquier recorrido sobre las transformaciones urbanas parte de los cambios efectuados en el plano productivo. La globalización, el impacto tecnológico, el desplazamiento de la producción a nuevas zonas geográficas, la desregulación de los mercados y las políticas y la rapidez de las comunicaciones definen, en su conjunto, el nuevo contexto urbano (Castells, 1989; Sassen, 1991) Las dimensiones en el anterior epígrafe analizadas, no son las únicas que marcan la vida de las ciudades. El “habitar” urbano de Lefebvre (Lefebvre, 2003), se vincula a la producción del espacio desde lo cotidiano, lo que nos invita a enfocar el análisis de las esferas meso y micro. En este sentido, el barrio sería el marco espacial y social a partir 1 del cual estudiar las nuevas formas de sociabilidad, cada vez más débiles (Granovetter, 1982), y menos apoyadas en la proximidad física y en las relacionas cara a cara, donde los vecinos del barrio ya no suelen ser amigos de la infancia, compañeros de trabajo o parientes (Baringo, 2013). Según Sennet, el debilitamiento de los lazos comunitarios es una de las principales características de nuestro tiempo, donde la creciente variabilidad y fragmentación de las relaciones corrompen aquellos elementos del carácter que ligan a los seres humanos entre sí, y que los dotan de una personalidad sostenible (Sennet, 1998). Otras posturas teóricas más recientes son más optimistas en relación a los vínculos entre los habitantes urbanos, que aun considerándolos más abstractos y despersonalizados (García Canclini, 2003), seguirían existiendo a un nivel más o menos local, llegando a convertirse en espacios de oportunidad para sus residentes, vehículos potenciales para el acceso e intercambio de soporte emocional, ayuda material o información en un contexto urbano abierto y de creciente incertidumbre (Baringo, 2013). La idea de barrio ha sido estudiada desde diversos puntos de vista: desde la geografía clásica como una unidad espacial externa al individuo, que delimita un espacio político y administrativo de una ciudad (Segrelles, 2002), o desde la sociología como productor de identidades colectivas, con las que compartir códigos simbólicos de comportamiento, gustos y hábitus (Bourdieu, 1984). Algunas ciencias de la salud y en concreto la epidemiología social, estudian la distribución social de la salud y la enfermedad, con especial interés en el barrio como determinante social (Kawachi, 2003). Sus estudios se centran en explorar y describir las características que tiene un barrio para que sus residentes tengan mejor o peor salud (Camacho-Rivera, 2014). Algunos estudios han explorado como el entorno barrial condiciona prácticas de salud vinculadas al estilo de vida como el ejercicio físico (Hug, Hartig, Hansmann, Seeland, & Hornung, 2009), la dieta (Diez-Roux et al., 1999) o la percepciones sobre salud (Bjornstrom, 2013; Carreño, Franco, & Gullón, 2015; Warr, 2007). El análisis de las transformaciones urbanas en las prácticas cotidianas de sus vecinos constituye una necesidad a la hora de abordar los determinantes sociales de la salud. 2 La complejidad urbana requiere de un enfoque relacional (Cummins, 2007) e interdisciplinar (Vlahov et al., 2007) que permita entender de manera dinámica cuestiones tan variadas como el impacto de los cambios demográficos en la composición del barrio (Ostir, Eschbach, Markides, & Goodwin, 2003), los procesos de aislamiento vinculados a las ciudades (Mullins, Elston, & Gutkowski, 1996), o las políticas municipales y sus programas de salud en los barrios (Guerra & Crockett, 2004; Silveirinha de Oliveira et al., 2013). Este artículo pretende describir de forma cualitativa los cambios socioeconómicos y culturales de un área de nivel socio económico medio-bajo de la ciudad de Madrid, y sus efectos en las percepciones de salud de sus residentes. Como objetivos específicos nos planteamos: • Describir los cambios urbanos y barriales que afectan a un área de Madrid de extracto económico medio-bajo. • Explorar como estos cambios en los barrios afectan a las percepciones que los residentes tienen de su salud. 2. Métodos Nuestro estudio fue transversal con una duración aproximada de 12 meses (de enero de 2014 a enero de 2015). Siguiendo una metodología cualitativa se utilizó la técnica de la entrevista semi-estructurada, con el propósito de captar las percepciones de las personas participantes en torno a los cambios sociales y urbanos sufridos en el barrio y su efecto en la salud de los residentes. Este trabajo es parte del Heart Healthy Hoods (HHH) 1; Proyecto europeo de Investigación financiado por el European Research Council (ERC) que se lleva a cabo en Madrid desde 2014 hasta 2019 y que se centra en conocer cómo las características sociales y físicas de la ciudad afectan a la salud de los residentes. 2.1 Emplazamiento 1 http://hhhproject.eu/ 3 A partir de los años 60 Madrid se desarrolla como una ciudad moderna, foco de la inmigración rural primero, del desarrollo urbanístico, de la incorporación de la mujer al mundo laboral y de la inmigración proveniente de otros países a partir del año 2000. A partir del 2008 da comienzo, la crisis mundial que supuso para España en general y, en particular, para la ciudad de Madrid, la explosión de problemas como la burbuja inmobiliaria, la crisis bancaria y un dramático aumento del desempleo. Es importante destacar también que el paro y la precarización laboral afectan, especialmente, a la población joven, a las mujeres y a la población inmigrante, pero también a los nacionales mayores de 45 años. El envejecimiento es otro de los fenómenos comunes a las sociedades modernas. En el caso de Madrid, el fenómeno se observa especialmente acelerado, como consecuencia de la mejora en la calidad de vida, de una mayor esperanza de vida y de una muy baja natalidad (FOESSA, 2014). Nuestra área de estudio la conforman tres barrios, Ventas, Quintana y Pueblo Nuevo, ubicados al este de Madrid, y muy bien comunicados en transporte público al centro de la ciudad (15 minutos). Se trata de un grupo de barrios de clase media –baja. Como se muestra en la tabla 1, estos barrios tienen unas mayores tasas de inmigración que la media de la capital. Respecto al envejecimiento, los tres barrios superan la media de la capital (20,5%). Las tasas de paro registrado muestran un desempleo por encima del 16,32% de media de la ciudad de Madrid. Tabla 1. Datos sociodemográficos de los barrios de estudio España Población nacida fuera 12,16% de España Mayores de 18,1% 65 Tasa de 22,5% desempleo Ciudad Madrid de Ventas Pueblo Nuevo Quintana 19,29% 24,73% 25,66% 26,19% 20,57% 25,33% 22,42% 23,63% 16,32% 15,83% 16,80% 15,64% Fuente: Elaboración propia a partir de Banco de Datos del Ayuntamiento de Madrid. Datos a 1 de Enero de 2015 y datos del Instituto Nacional de Estadística. 4 En cuanto a servicios públicos, la zona cuenta con Centros de Atención Primaria y de Promoción y Prevención de la salud, Colegios de educación primaria y Centros de Mayores, siendo estos últimos relevantes en nuestro estudio por tratarse de barrios con alta población de mayor edad. Los usuarios de dichos centros son la población mayor de 65 años, en su mayoría jubilados, que acuden a realizar actividades y talleres programados relacionados con el llamado envejecimiento saludable: el ejercicio físico, la alimentación, la activación de la memoria y el mantenimiento de las redes sociales. Así mismo, tienen gran importancia como espacios lúdicos y de socialización, donde ir a jugar a las cartas, charlar o leer el periódico. 2.2 Muestra Nuestra población de estudio fueron residentes o trabajadores de los barrios de Ventas, Quintana y Pueblo Nuevo. La selección de “informantes claves” a entrevistar, respondía al cumplimiento de perfiles determinados previamente por el equipo investigador. Para el diseño de los mismos se tuvieron en cuenta las variables que condicionarían el discurso sobre el barrio (edad, sexo, años residiendo en el barrio, país de origen y ocupación). Además, otros criterios de inclusión y exclusión fueron haber residido y/o trabajado en el barrio durante al menos los cinco años anteriores al estudio, el conocimiento y manejo oral del castellano y no tener ninguna dificultad o trastorno que pudieran afectar a la comunicación. El proceso para contactar y reclutar a los participantes incluyó la visita en los barrios de estudio, a varias asociaciones de vecinos, un centro de Atención Primaria, un centro de promoción y prevención de la salud, el Departamento de Servicios Sociales de Atención a personas mayores, un colegio público y en mercado de comida. Tras los primeros contactos, se empleó la aproximación por bola de nieve (Mack, 2005) para completar los perfiles a entrevistar. Finalmente, la muestra resultante la configuraron 16 personas (ver tabla 2). Los participantes fueron seleccionados de acuerdo al cumplimiento con alguna de las condiciones relevantes o key variables (ver tabla 2.Columna 5) para narrar el cambio en el barrio desde diferentes perspectivas. 5 Tabla 2. Perfil de las personas entrevistadas Sexo Seudónimo Edad Número Alberto H 48 1 Carlos Carmelo Daniel H H H 85 63 62 2 3 4 Enrique Fernando Germán Ana Belén H H H M M 42 65 63 83 58 5 6 7 8 9 Carmen Diana Elena M M M 45 69 41 10 11 12 Felisa M 53 13 Gala M 51 14 Irene M 57 15 Julia M 38 16 Variable de selección /inclusión Comerciante alimentación Vecino mayor Trabajador Activo Activista asociación de vecinos Vecino Inmigrante Vecino mayor Político Local Vecina mayor Desempleada Vecina Inmigrante Vecina mayor Profesora Colegio Infantil Medico Atención Primaria Responsable Promoción y Prevención de la Salud Coordinadora Centros de Mayores Técnica Animación Sociocultural Todas las personas participaron voluntariamente y firmaron un consentimiento informado. Para salvaguardar la identidad de los participantes, los nombres que aparecen a lo largo del artículo son seudónimos. Así mismo, siendo un sub-estudio del HHH, el estudio fue aprobado por el Comité Ético de Investigación del Sistema de Salud de la Comunidad de Madrid. 6 2.3 Entrevistas y recolección de datos Utilizamos la técnica de entrevista semi-estructurada como instrumento que mejor capta los relatos y experiencias de los sujetos a cerca de sus prácticas de vida (Callejo Gallego, 2002), en nuestro caso, acerca de los elementos del barrio que pudieran tener relación con la salud. Se empleó un guion temático de entrevista (tabla 3) diseñado para dar respuesta a nuestros objetivos, es decir, describir los cambios sufridos en el barrio y su posible impacto en la salud. La duración de las entrevistas fue entre 45 minutos-1 hora, se realizaron en los centros de trabajo de los participantes, o en el caso de las personas residentes, en sus casas y en un centro de mayores en dos ocasiones. Las entrevistas fueron realizadas por cuatro investigadores (todos ellos autores de este artículo), grabadas y transcritas por personal cualificado bajo la supervisión del equipo investigador. Los verbatines que aparecen en el texto son citas literales (citadas por seudónimo y selection key variable). Tabla 3. Guion de la entrevista semiestructurada. Descripción del barrio • Descripción del barrio y de la gente que habita en él • Delimitación geográfica del barrio • Cambios más importantes Usos del barrio • Lugar dónde se trabaja, se compra, se realiza ocio • Tiempo que se pasa en el barrio • Preocupaciones de las personas que habitan en el barrio • Satisfacción con el barrio y sus servicios Salud relacionada con el barrio • Elementos del espacio que influyen en la salud • Prácticas o estilos de vida relacionadas con la salud • Propuestas de mejora del barrio en relación de la salud 7 2.4 Análisis La hermenéutica interpretativa es el marco teórico utilizado para analizar el discurso. Este paradigma tiene como elementos principales la consideración del contexto en el que se ubica el objeto del estudio y la particularidad del caso analizado (González Monteagudo, 2000; Green, 2009); se enfatiza tanto el papel de los factores sociales como la capacidad de los actores (los entrevistados) en dar significado a su realidad. En el mundo de la salud, este marco teórico ha sido utilizado en diferentes investigaciones (Amezcua, 2002; Mercado, 2000; Smith, 2011). Se realizaron varias lecturas sistemáticas de las transcripciones obteniendo una primera lista de categorías y subcategorías. Este método de análisis seguía los siguientes pasos (Hsieh & Shannon, 2005) : 1) Categorización –las categorías tienen un alto nivel de abstracción y cada categoría puede incluir varias dimensiones; 2) Subcategorización- las subcategorías tienen un menor nivel de abstracción y sirven para explicar, de forma más profusa las categorías. Las categorías resultantes no necesariamente tienen que coincidir ni con los temas y/o preguntas planteadas en el guion, ni con la organización de los resultados de este paper. Los cuatro investigadores establecieron categorías y subcategorías de las transcripciones de las entrevistas de forma independiente para luego consensuarlas en una única lista mediante acuerdo inter-evaluador, utilizando las pautas de Walker (Morse, 1995). 1. RESULTADOS La figura 1 recoge y pone en relación los elementos que moldean la vida y la salud en los barrios estudiados. Estos elementos los situamos en tres niveles distintos; el primero tiene componentes globales y alude a los cambios sociales actuales, el segundo nivel se dirige a los cambios barriales, es decir a las manifestaciones más concretas o “visibles” de dichos cambios sociales en los barrios, y el tercero se centra en los efectos en las percepciones de la salud de los residentes derivados de las prácticas de vida condicionadas por los cambios urbanos. En este tercer nivel, nos 8 encontramos a la vez con efectos que se expresan en el contexto colectivo o entorno (por ejemplo: Pérdida de vínculos comunitarios), y otros que afectan directamente a la salud de los individuos (por ejemplo: Soledad y aislamiento). Nuestro análisis parte de elementos macro para ir descendiendo a espacios más cotidianos, entendiendo que el impacto en la salud no deriva del efecto de un único elemento aislado, sino de la interacción de varios de ellos. Así mismo, hemos intentando recoger la ambivalencia en los resultados sobre la salud, pues nos encontramos con elementos del cambio que pueden tener a la vez efectos positivos y negativos (señalados en la figura con los símbolos (+) y (-) delante de cada efecto). Los cambios sociales descritos en el primer nivel incluyen, por un lado, una nueva composición demográfica, a causa del envejecimiento de la población y de la llegada de población inmigrante; en segundo lugar, nuevos valores socioculturales, caracterizados por la ruptura de formas tradicionales, y por último, aspectos económicos, muy centrados en la crisis económica y el paro. 9 10 Nueva composición demográfica El primero de los cambios sociales tiene que ver con los cambios en la composición demográfica experimentados en las últimas décadas en el área, como son el envejecimiento de la población y la inmigración. El vecindario, que en los años 60 era muy homogéneo, se muestra hoy heterogéneo y en ocasiones fragmentado en lo generacional y en lo cultural. Estos cambios demográficos han conformado un sentido del “nosotros”, que identifica a la población autóctona que formó el barrio, frente al “ellos”. El “ellos” lo constituyen, no sólo la población inmigrante sino la población joven o recién llegada al barrio, que no cuenta con una historia en él. Esta fractura se articula sobre la base de dos aspectos que marcan relaciones y formas de vida diferentes: uno tiene carácter cultural y distingue a los nacionales de los inmigrantes y otro es de carácter generacional y distingue a los mayores de los más jóvenes. Derivados de esta fractura social y de la nueva composición demográfica, destacamos los siguientes efectos percibidos en la salud. La gente mayor que conformó el barrio mantiene una forma de vida marcada por relaciones sociales de confianza y apoyo mutuo. En cambio, la población más joven, no estaría tan apegada a dichas relaciones de proximidad desarrollando la mayoría de sus actividades fuera del barrio. Esta brecha generacional tendría efectos negativos para la salud como soledad y falta de apoyo social (ver Figura 1, (-) soledad y falta de apoyo social). “Los que tienen la edad que nosotros, nos vemos por la calle, nos saludamos hablamos, sabemos ya quienes tienen ganas de charlar un poquito y que están solas, pues les preguntas “¿Qué tal te encuentras? ¿Cómo vas de esto?”, sabes si ha estado un poquito depresiva, o si se ha caído y tiene una cadera…” (Diana, 69 años. Vecina Mayor) “… Había un vecino que ya no está, ha venido una pareja joven muy maja y tal pero ya no… la relación por ejemplo como tenía con la de enfrente… había más confianza que ahora con la juventud, claro” (Carlos, 85 años. Vecino mayor) “Los chicos jóvenes salen (del barrio) a lo mejor, (…) entonces ellos se desplazan muchísimo mejor a un centro comercial donde pueden comprar de todo” (Diana, 69 años. Vecina Mayor) 11 De cara a la alimentación también se perciben diferencias que se traducen en la presencia de nuevas dietas, consideradas como poco saludables (ver Figura 1, (-) Dietas poco saludables). “Muchas de las cuidadoras de nuestros ancianos son inmigrantes que les hacen sus comidas y las comidas latinoamericanas son muy ricas en hidratos de carbono y en grasas, pero es que las del Este ya son de morirte (…) porque es fuerte, es graso, mucho maíz, mucha harina” (Felisa, 53 años. Médico Atención Primaria) La población autóctona percibe que los recién llegados se relacionan y usan el espacio público de manera intensa, lo que podría repercutir en el desarrollo de la actividad física dentro de estos espacios (ver Figura 1, Pérdida del uso del espacio público). “Antes sí iba la gente [al parque] pero ahora están los rumanos” (Carmelo, 63 años. Trabajador). “Yo creo que ellos [los inmigrantes], porque están muchos en casas pequeñas, están más en las calles y dan más utilización al espacio público” (Daniel, 62 años, A. Vecinos) Nuevos valores socioculturales En lo que a valores se refiere, los entrevistados destacan una ruptura con las formas tradicionales hacia posturas más individualistas, la presencia de ritmos de vida acelerados además del cambio en los roles de género y edad. El desarrollo urbano implica la necesidad de desplazamientos constantes por trabajo u ocio que aceleran el ritmo de vida dificultando el mantenimiento y la calidad de las relaciones sociales fomentando la aparición de valores más individualistas. “Sí se disfrutaba de lo que pasaba a uno, lo disfrutaban todos más o menos y las penas y las alegrías, ahora no, ahora vivimos en nuestra casa, es completamente más individualizado todo, la gente está más metida en lo suyo, se ocupa bastante menos de los demás (…) (Belén, 58 años. Desempleada) 12 En los adultos más jóvenes, el ritmo de vida acelerado se traducirían en falta de tiempo como uno de los resultados de la vida urbana (ver Figura 1, (-) Falta de tiempo) “Como les pasa a mis hijas, trabajan los dos, pues tienen que salir corriendo y no tienen tiempo para nada”. (Carlos, 85años. Vecino mayor) Según los profesionales, las actuales formas de individualismo estarían provocando en el colectivo de los mayores, soledad (ver Figura 1, (-) soledad y falta de apoyo social) y necesidad de relacionarse. “… muchas veces te cuentan cosas (…), te cuentan sus propios problemas personales. ¿Sabes? Te vienen a contar. Entonces tú les escuchas, obviamente, porque muchas veces necesitan desahogarse y que les escuche alguien.” (Julia, 38 años, Técnico Animación Sociocultural). La pérdida de apoyo social se vería recompensada con la presencia de vínculos asociativos de carácter instrumental, como las asociaciones vecinales u otras acciones de ayuda a los desempleados que tratan de dar respuesta a necesidades concretas de los vecinos. Estas acciones colectivas son bien valoradas por los vecinos de cara a la mejora de su salud, fortaleciendo la autoestima, disminuyendo la ansiedad y aumentando la cohesión social del barrio (ver Figura 1). “No solamente estoy parado, vengo aquí, pego papeles, cuento mis penas, se lo digo al de al lado que está en la situación que yo tengo, si no que vienes con la ilusión de a ver si por fin hemos conseguido que esta panadería haga esta cosa, mira qué bien que este compañero está trabajando” (Belén, 58 años. Desempleada) Por otro lado, la ruptura con prácticas y valores tradicionales ha permitido relajar las normas sociales de comportamiento legitimando cambios en las prácticas y mejorando los estilos de vida. El desarrollo de programas de promoción y educación para la salud en los centros de mayores ha facilitado la generalización de estos cambios en la línea del envejecimiento activo (ver Figura 1, Fomenta el Envejecimiento activo). Sus principios son muy bien acogidos especialmente por las mujeres, las más beneficiadas 13 por este tipo de programas, al ser las que más participan. Además, la asistencia a estas actividades disminuye la soledad y el aislamiento (ver Figura 1, Disminuye Soledad y aislamiento). “Yo me apunto a gimnasia porque me viene muy bien, porque el médico me lo ha recomendado y demás, pero aparte yo también necesito no aislarme, no quedarme en mi casa, necesito una obligación para salir de casa, para estar en continuo movimiento, y hablar con unos y con otros.” (Julia 38 años. Técnico Animación Socio-cultural) (hablando de mayores) La incorporación de hábitos de autocuidado (ver Figura 1, Fomenta el Autocuidado), con mayor preocupación hacia la alimentación saludable, el ejercicio físico o la potenciación de la salud mental son algunos ejemplos de ello. “… La gente tiene más tendencia a hacer ejercicio, a beber agua, cuando le dices que beba agua, es cierto también que se buscan alimentaciones más saludables.” (Felisa, 53 años. Médico Atención Primaria) “Comida sana” significa una comida muy variada, que incluya las verduras, las proteínas de carne o pescado o huevos, incluya los cereales, y algún caprichito de chuches” (Diana, 69 años. Vecina Mayor) “Nos vamos a andar porque está algo gruesa, y como yo también, nos conviene andar, pues venga vámonos” (Fernando, 65 años. Vecino mayor) Dentro de esta relajación de las normas se encuentra el cambio de roles, tanto de género como de edad. En cuanto al género, se percibe una mayor presencia de las mujeres mayores en espacios públicos, como su alta participación en los programas de educación para la salud. No se trataría de una inversión o equiparación de roles, ya que las mujeres seguirían desempeñando su protagonismo en la esfera doméstica, sino un incremento en el número de actividades desempeñadas. “Las señoras mayores participan en todas las actividades programadas (…) Mientras los hombres son más reacios, pero va cambiando y hay algunos hombres que van entrando” (Irene, 57 años. Coordinadora Centros Mayores) Respecto a la edad, encontramos un cambio de roles en los mayores, para los que la activación ha implicado no sólo la realización de nuevas actividades, muchas de ellas 14 saludables, sino una prolongación de las responsabilidades tradicionales, como por ejemplo el papel protagonista en el cuidado de hijos y nietos. “(…) Yo a las charlas y los cursillos sí que suelo venir, luego las actividades ya tengo bastante en casa, que tengo 5 todavía en casa comiendo: mi marido, mi hijo el okupa, luego el hijo mayor y la nieta, que viene al colegio aquí al lado. O sea, que…” (Diana, 69 años. Vecina Mayor) Aspectos económicos La tercera línea de cambio tiene que ver con los aspectos de naturaleza económica que han moldeado la vida del barrio en los últimos años. Según los entrevistados la crisis económica ha derivado en empobrecimiento y falta de recursos con un aumento del paro y la precariedad laboral. También hemos recogido opiniones sobre las altas jornadas laborales así como del deterioro del entorno urbano y la dejación institucional en la protección al ciudadano. De cara a la salud, el primer efecto tiene que ver con el menor dinero disponible en los hogares para la alimentación y el consumo de alimentos frescos (ver Figura 1, (-) Dietas poco saludables). “Una paciente mía mayor (…) la mujer ya llorando (…) Ay que yo tengo hamburguesa porque tengo mi nieto a comer y entonces tengo no sé cuánto, 3 o 4 euros, entonces o comemos hamburguesa o no comemos” (Felisa, 53 años. Médico de Atención Primaria) “Es que la gente aquí es económicamente deprimida. Ahora lo que está habiendo mucho son chinos que venden perritos calientes a 80 céntimos.” (Enrique, 41 años. Vecino Inmigrante). Junto a esto, la precariedad laboral, el alargamiento de las jornadas laborales y el desempleo son condicionantes importantes de cara a la salud mental de la población activa, que se vería afectada negativamente con estrés, ansiedad y falta de autoestima (ver Figura 1, (-) Stress, (-) Ansiedad, (-) Disminuye la Autoestima). 15 “(…) Las sobre-jornadas de trabajo y la competitividad que se sobrepone y los ritmos y las cosas en este sistema económico destrozan a las personas y eso pues a lo mejor no te hace tener una enfermedad super grave, pero sí te minan en muchos aspectos” (Daniel, 62 años. Activista asociación de vecinos) “Te viene la depresión porque no tienes trabajo, porque no tener trabajo es una enfermedad. Yo lo estoy pasando muy requeté mal. (...) Entonces no es una cosa que puedes ir al médico y contarle, “me duele, me no sé qué, me no sé cuántos”, es algo más dentro y que mina bastante. Pero ya no solamente físicamente (...) yo he pegado un cambio impresionante”. (Belén, 58 años. Desempleada) De acuerdo con los discursos obtenidos, la crisis económica, obliga a los núcleos familiares a solventar el progresivo empobrecimiento de sus miembros. La solidaridad intergeneracional (ver Figura 1, (+) Presencia de Solidaridad intergeneracional) se muestra desde las generaciones más estables, los mayores, hacia los más jóvenes e inestables, siendo los abuelos los encargados de la alimentación y otros gastos. “…Ahora mismo hay mucho abuelo también que se está haciendo cargo de la familia, eso también es verdad. Muchos hijos en paro. Entonces hábitos de vida saludable, pues ejercicio poco, poco...” (Felisa, 53 años. Médico Atención Primaria) “Si tú antes tenías tu pensión aunque fuese un poquito más alta para poderle hacer frente, si tú tienes que ayudar a tus hijos tu pensión baja. Entonces tienes que ir mirando las cosas. Entonces se nota, la crisis se ha notado.” (Alberto, 48 años. Comerciante alimentación) La crisis también se relaciona con el deterioro urbano experimentado en el barrio, que es percibido por los vecinos como un incremento en la suciedad, la contaminación, el ruido y la inseguridad, aspectos que, en conjunto, desmotivan el uso de los espacios públicos -parques y calles- como lugares de socialización, esparcimiento y actividad física. La percepción de falta de recursos policiales o la escasez de servicios de limpieza servirían para confirmar la opinión generalizada de que el entorno de los barrios va perdiendo valor (ver Figura 1, (-) Suciedad, (-) Contaminación, (-) Ruido, (-) Inseguridad.) “Es un barrio muy sucio, porque antes había un par de barrenderos (…). Ahora viene una máquina (…) Se nota muchísimo que no hay barrendero”. (Diana, 69 años. Vecina mayor) “Y entonces el parque se deteriora, está mal, en ese aspecto está mal” (Alberto, 48 años. Comerciante alimentación) 16 “Una inseguridad bastante grande en los parques, el que tengo enfrente de mi casa ha sido tomado por pandillas de chavales, entonces a ciertas horas incluso te daba miedo…” (Alberto, 48 años. Comerciante alimentación) 2. DISCUSION El uso de entrevistas ha permitido extraer la percepción de los vecinos acerca de la influencia del barrio en sus prácticas cotidianas y en su salud. Otros autores también recogen de forma cualitativa la influencia que tiene o ha tenido el lugar de residencia en la percepción de salud (Egan, Lawson, Kearns, Conway, & Neary, 2015; Severance & Zinnah, 2009), mientras otros recogen iniciativas globales de cambio urbano para la mejora de salud (Thomas, Boufford, & Talukder, 2016). La influencia del entorno en la salud se produce a través de múltiples procesos (Berkman, 2000) que interactuarían de forma acumulativa (cumulative interplay), a diferentes niveles (individual, de barrio, de país) en múltiples dominios (casa, trabajo, espacio público) y en distintos tiempos y espacios (Krieger, 2008); en los que entran en juego los elementos presentes en dicho entorno, además de la interpretación y gestión que de éstos hacen las personas que viven en ellos. En nuestro estudio, estos elementos serían: la nueva composición demográfica, los nuevos valores socioculturales y las nuevas estructuras económicas y laborales. Los cambios demográficos son vitales de cara a la salud (Ostir et al., 2003) y se materializan en la presencia de grupos –inmigrantes y jóvenes -, que no reproducen las formas de vida tradicionales, optando por otro tipo de relaciones sociales (de menos proximidad en el caso de los jóvenes) y usos del barrio. La fractura existente entre los vecinos mayores y el resto del vecindario atestigua la coexistencia, más o menos armónica, de formas de vida muy distintas en un mismo espacio (Duque Galvache, 2010; Gutiérrez de Velasco, 2012), con diferentes efectos sobre la salud (Baum, Ziersch, Zhang, & Osborne, 2009; Maas, van Dillen, Verheij, & Groenewegen, 2009). 17 Los nuevos principios que forjan la vida en estos barrios enfatizan la primacía del individualismo sobre formas comunitarias. Frente a los efectos negativos en la salud y el bienestar (Lamu & Olsen, 2016) producido por el debilitamiento de las relaciones sociales ( que a su vez provoca aislamiento) (Mullins et al., 1996) y del apoyo social (que a su vez provoca pérdida de cohesión social) (Cohen, 2009), hay efectos positivos que tienen relación con la liberación de ciertas normas sociales que potencian la responsabilidad individual asociada con la salud. Respecto a los cambios que afectan a los mayores, destaca el valor que cobra la responsabilidad en el cuidado, tanto para sí mismos como respecto al cuidado y protección a las generaciones más jóvenes (Di Gessa, Glaser, & Tinker, 2016; Herlofson, 2012). La coyuntura económica deja rasgos negativos en las prácticas de vida y la salud de la población (Pratschke & Morlicchio, 2012; Sassen, 1998; Zwiers, Bolt, Van Ham, & Van Kempen, 2016). La crisis económica y la gestión política de la misma constituyen un eje que marca la cotidianeidad en los barrios de clase media-baja. Empobrecimiento, precariedad laboral, dejación institucional en el mantenimiento del espacio público e infraestructuras y una creciente preocupación por la inseguridad en la zona, son cuestiones generalizadas (Sorkin, 2007). La solidaridad familiar como respuesta a la insuficiencia en las políticas sociales puede ser el único aspecto positivo en este campo. En definitiva, las transformaciones urbanas contienen elementos ambivalentes en lo que a salud se refiere; así por ejemplo, frente a la pérdida de apoyo social derivada de las formas de vida urbana y de la heterogeneidad demográfica, aparecen nuevos vínculos, algunos de carácter asociativo, otros de naturaleza informal, o de carácter temporal e instrumental, pero que constituyen valiosos recursos para la protección social y de la salud. Respecto al papel desempeñado por las instituciones y las políticas de salud en los barrios (Guerra & Crockett, 2004), se encuentra ese mismo carácter ambivalente; el impacto positivo derivado de los programas municipales de promoción 18 de la salud y las acciones emprendidas en torno al envejecimiento activo (Edwards, 2006) contrarrestan en parte su dejación respecto al cuidado del entorno físico. Los efectos de la globalización sobre las transformaciones urbanas, constituyen una clara muestra de los elementos negativos (Sennet, 1998) para la salud, sin embargo estos cambios no agotan la vida de estos barrios, que cuentan con aspectos positivos que convendría potenciar. 4.1 Limitaciones Respecto a las técnicas de investigación, las entrevistas resultaron ser una buena herramienta, aunque para poder captar los discursos sociales de manera más eficiente, podríamos utilizar técnicas colectivas, como el grupo de discusión. Esta técnica permitiría contrastar las opiniones individuales con otras construidas en el marco de lo social y cultural. La selección de la muestra es otra cuestión a tener en cuenta. Se utilizaron centros públicos y asociaciones como puntos de contacto y reclutamiento. De esta forma apreciamos que buena parte de las personas entrevistadas tienen algún vínculo con entidades sociales (bien asociaciones de vecinos, centros de mayores o centros educativos) estando infra-representada la figura del sujeto desvinculado de las entidades públicas. El estudio no se centra en ningún grupo de población específico, de ahí que la muestra sea heterogénea, con algunos grupos más presentes que otros. La narración que efectúan las personas mayores nos permite conocer la historia de estos barrios y los cambios vividos, pero su discurso está sobre-representado respecto al de la población más joven y activa. Por último, en términos de generalización, mencionamos que, aunque nuestros resultados no son aplicables a otras poblaciones y lugares, nos atrevemos a decir que encontraríamos muchas similitudes en otras áreas urbanas de España con las mismas características socio-económicas y demográficas que nuestros tres barrios de estudio. 19 4.2 Puntos fuertes El estudio aborda la relación entre el barrio y la salud de una manera amplia y ambiciosa tratando de incorporar todos los aspectos que han sido verbalizados por los propios entrevistados, sin dirigirles hacia dimensiones concretas e incorporando a su vez la perspectiva de las instituciones y centros públicos que juegan un papel importante en la zona. La variedad de perfiles permite a su vez recoger variedad de miradas, que se integran, describiendo el barrio de manera multifacética como escenario de la diversidad de vidas que alberga. Por otro lado, el artículo incorpora el aspecto dinámico de los barrios a través del estudio del cambio en tres dimensiones, la demográfica, la sociocultural y la económica; cambios analizados desde el punto de vista de los residentes y profesionales del barrio. Hemos comprobado la “validez” de conceptos como el vecindario, la capacidad y el potencial de las técnicas cualitativas así como la idoneidad de los perfiles seleccionados, con el fin de poder aplicar diseños similares en otras zonas de Madrid con otras características sociodemográficas. 3. CONCLUSIONES Los resultados recogen el impacto en salud derivado de los cambios de carácter demográfico, sociocultural y económico, ofreciendo un desenlace ambivalente sobre la cotidianeidad urbana y sus efectos en la salud. Aunque la vida urbana en estos barrios se ha visto afectada negativamente, con la reducción de las relaciones sociales, el incremento del estrés, la precariedad laboral y el deterioro del espacio público; también encontramos otros aspectos positivos como son la generación de vínculos asociativos de apoyo, la incorporación del autocuidado, o el cambio en los roles hacia un mayor empoderamiento en las mujeres mayores. El papel realizado por las instituciones resulta igualmente ambivalente ya que, aunque se han producido buenos resultados en la promoción de la salud, en especial la desarrollada en los centros de 20 mayores, la labor desempeñada en el espacio público, la seguridad, o la vulnerabilidad social resultan claramente insatisfactorias para los vecinos. Destacamos también a partir de nuestros resultados, la constatación de que los efectos negativos o positivos sobre la salud de los residentes son fruto de la interrelación de varios elementos y niveles cambio. Efectos sobre la salud como son las dietas poco saludables tendrían su origen en la aparición de nuevas prácticas de alimentación, por la llegada de población inmigrante, pero también estarían muy condicionadas por lo económico, ya que la comida menos sana es la más barata; o la falta de tiempo en las ciudades, para comprar alimentos frescos o cocinar. Referencias Amezcua, M., Gálvez Toro, A. (2002). Los modos de análisis en investigación cualitativa en salud: perspectiva crítica y reflexiones en voz alta. Rev Esp Salud Publica 76, 423-436. Baringo, D. (2013). Does it have any sense talking about «neighborhood» in the global city? Reflections on the relationship between sociology, urban community and place. Revista Española de Sociología 19, 49-66. Baum, F. E., Ziersch, A. M., Zhang, G., & Osborne, K. (2009). Do perceived neighbourhood cohesion and safety contribute to neighbourhood differences in health? Health Place, 15(4), 925-934. doi: 10.1016/j.healthplace.2009.02.013 Berkman, L.F., Glass, T., Brissette, I., Seeman, T.E. (2000). From social integration to health: Durkheim in the new millennium. Social Science and Medicine, 51, 843–857. Bjornstrom, E.E., Ralston, M.L., Kuhl, D.C. (2013). Social Cohesion and Self-Rated Health: The Moderating Effect of Neighborhood Physical Disorder. American Journal of Community Psychology, 52, 302-312. Bourdieu, P. (1984). Distinction. A Social Critique of the Judgement of Taste. Cambridge, Massachusetts: Harvard University Press. Callejo Gallego, Javier. (2002). Observación, entrevista y grupo de discusión: el silencio de tres prácticas de investigación. Revista Española de Salud Pública, 76, 409-422. Camacho-Rivera, M., Kawachi, I., Bennet, G.G., Subramanian, S.V. (2014). Associations of neighborhood concentrated poverty, neighborhood racial/ethnic composition, and indoor allergen exposures: a cross-sectional analysis of Los Angeles households, 20062008. Journal of Urban Health, 91, 661-676. Carreño, Víctor, Franco, Manuel, & Gullón, Pedro. (2015). Studying city life, improving population health. International journal of epidemiology, dyv207. Castells, M. (1989). The informational city : information technology, economic restructuring, and the urban-regional process. Oxford, UK: Cambridge, Mass., USA : B. Blackwell. Cohen, S., Janicki-Deverts, D. (2009). Can We Improve Our Physical Health by Altering Our Social Networks? Perspectives on Psychological Science, 4, 375-378. Cummins, S., Curtis, S., Diez-Roux, A.V., Macintyre, S. (2007). Understanding and representing ‘place’ in health research: a relational approach. Soc Sci Med 65(9), 1825-1838. Di Gessa, Giorgio, Glaser, Karen, & Tinker, Anthea. (2016). The impact of caring for grandchildren on the health of grandparents in Europe: A lifecourse approach. Soc Sci Med 152, 166-175. 21 Diez-Roux, A. V., Nieto, F. J., Caulfield, L., Tyroler, H. A., Watson, R. L., & Szklo, M. (1999). Neighbourhood differences in diet: the Atherosclerosis Risk in Communities (ARIC) Study. J Epidemiol Community Health, 53(1), 55-63. Duque Galvache, R. (2010). Procesos de Gentrificación de cascos antiguos en España: El Albaicin de Granada. (Sociology), Universidad de Granada, Granada. (ISBN: 978-84694-1321-0) Edwards, P., Tsouros, A.D. (2006). Promoting Physical Activity and Active Living in Urban Environments: The Role of Local Governments. Copenhagen: World Health Organization. Egan, M., Lawson, L., Kearns, A., Conway, E., & Neary, J. (2015). Neighbourhood demolition, relocation and health. A qualitative longitudinal study of housing-led urban regeneration in Glasgow, UK. Health Place, 33, 101-108. doi: 10.1016/j.healthplace.2015.02.006 FOESSA, Fundación. (2014). VII informe sobre exclusión y desarrollo social en España 2014 (Vol. 12): Fundación FOESSA. García Canclini, N. (2003). Culturas híbridas: Estrategias para entrar y salir de la modernidad. México D. F.: Grijalbo editorial. Giddens, A. (1984). The Constitution of Society: Outline of the Theory of Structuration. Berkeley: University of California Press. González Monteagudo, J. (2000). El paradigma interpretativo en la investigación social y educativa nuevas respuestas para viejos interrogantes. Cuestiones pedagógicas Revista de ciencias de la educación, 15(Educación y calidad de vida), 227-246. Granovetter, M. (1982). The strength of weak ties: a network theory revisited. In P. Mardsen, Lin, N. (Ed.), Social Structrure and networdk analysis (pp. 105-130). Beverly Hills: SAGE. Green, J., Thorogood, N. (2009). Qualitative Methods for Health Research. London: SAGE Publications Ltd Guerra, F. A., & Crockett, S. A. (2004). Overcoming the hurdles to providing urban health care in the 21st century. Acad Med, 79(12), 1148-1153. Gutiérrez de Velasco, E.G., Padilla Lozano, F. (2012). - Apropiación y uso del espacio público en el centro de la ciudad de AguascalientesJF - Investigación y Ciencia. Investigacion y Ciencia, 20(56), 33-43. Herlofson, K., Hagestad, G.O. (2012). Transformations in the role of grandparents across welfare states. In S. Arber, Timonen, V. (Ed.), Contemporary grandparenting: Changing family relationships in global contexts (pp. 25-51). University of Bristol, U.K: The Policy Press. Hsieh, H. F., & Shannon, S. E. (2005). Three approaches to qualitative content analysis. Qual Health Res, 15(9), 1277-1288. doi: 10.1177/1049732305276687 Hug, S. M., Hartig, T., Hansmann, R., Seeland, K., & Hornung, R. (2009). Restorative qualities of indoor and outdoor exercise settings as predictors of exercise frequency. Health Place, 15(4), 971-980. doi: 10.1016/j.healthplace.2009.03.002 Jacobs, J. (1961). The Death and Life of Great American Cities. New York: Random House. Kawachi, I., Berkman, L.F. (2003). Neighbodhoods and Health. New York: Oxford University Press. Krieger, Nancy. (2008). Proximal, Distal, and the Politics of Causation: What’s Level Got to Do With It? American Journal of Public Health, 98(2), 221-230. doi: 10.2105/AJPH.2007.111278 Lamu, A. N., & Olsen, J. A. (2016). The relative importance of health, income and social relations for subjective well-being: An integrative analysis. Soc Sci Med, 152, 176-185. doi: 10.1016/j.socscimed.2016.01.046 22 Lefebvre, H. (2003). The Urban Revolution. Minneapolis: University of Minnesota Press. Maas, J., van Dillen, S. M., Verheij, R. A., & Groenewegen, P. P. (2009). Social contacts as a possible mechanism behind the relation between green space and health. Health Place, 15(2), 586-595. doi: 10.1016/j.healthplace.2008.09.006 Mack, N., Woodsong, C., MacQueen, KM., Guest, G., Namey, E. (2005). Qualitative Research Methods: A Data Collector’s Field Guide. North Carolina: Family Health International. Mercado, F.J. (2000). El proceso de análisis de los datos en una investigación sociocultural en salud. In F. J. Mercado, Torres López, T.M. (Ed.), Análisis Cualitativo en Salud. Teoría, Método y Práctica (pp. 47-72). Guadalajara, México: Universidad de Guadalajara Merighi, M. A., Jesus, M. C., Domingos, S. R., Oliveira, D. M., & Baptista, P. C. (2011). Being a nursing teacher, woman and mother: showing the experience in the light of social phenomenology. Rev Lat Am Enfermagem, 19(1), 164-170. Morse, J.M., Field, P.A. (1995). Qualitative Research Methods for Health Professionals. California: SAGE Publications,Thousand Oaks. Mullins, L. C., Elston, C. H., & Gutkowski, S. M. (1996). Social determinants of loneliness among older Americans. Genet Soc Gen Psychol Monogr, 122(4), 453-473. Ostir, G V, Eschbach, K, Markides, K S, & Goodwin, J S. (2003). Neighbourhood composition and depressive symptoms among older Mexican Americans. Journal of Epidemiology and Community Health, 57(12), 987-992. doi: 10.1136/jech.57.12.987 Pratschke, Jonathan, & Morlicchio, Enrica. (2012). Social Polarisation, the Labour Market and Economic Restructuring in Europe: An Urban Perspective. Urban Studies, 49(9), 18911907. doi: 10.1177/0042098012444885 Sassen, S. (1991). The Global City: New York, London, Tokyo: Princeton University Press. Sassen, S. (1998). The Mobility of Labor and Capital. A Study in International Investment and Labor Flow. Cambridge: Cambridge University Press. Segrelles, J.A. (2002). Geografía Humana. Fundamento, Métodos y Conceptos. Alicante: Editorial Club Universitario. Sennet, R. (1998). The corrosion of character. The personal consequences of work in the new capitalism: Norton & Company. Severance, J. H., & Zinnah, S. L. (2009). Community-based perceptions of neighborhood health in urban neighborhoods. J Community Health Nurs, 26(1), 14-23. doi: 10.1080/07370010802605721 Silveirinha de Oliveira, E., Aspinall, P., Briggs, A., Cummins, S., Leyland, A. H., Mitchell, R., . . . Ward Thompson, C. (2013). How effective is the Forestry Commission Scotland's woodland improvement programme--'Woods In and Around Towns' (WIAT)--at improving psychological well-being in deprived urban communities? A quasiexperimental study. BMJ Open, 3(8), e003648. doi: 10.1136/bmjopen-2013-003648 Smith, Jonathan A. (2011). Evaluating the contribution of interpretative phenomenological analysis. Health Psychology Review, 5(1), 9-27. doi: 10.1080/17437199.2010.510659 Soja, E.E. (2000). Postmetropolis: Critical Studies of Cities and Regions. Oxford: Basil Blackwell. Sorkin, M. (2007). Indefensible Space: The Architecture of the National Insecurity State. London: Routledg. Thomas, Y. F., Boufford, J. I., & Talukder, S. H. (2016). Focusing on Health to Advance Sustainable Urban Transitions. J Urban Health. doi: 10.1007/s11524-016-0037-x Vlahov, D., Freudenberg, N., Proietti, F., Ompad, D., Quinn, A., Nandi, V., & Galea, S. (2007). Urban as a Determinant of Health. J Urban Health, 84(Suppl 1), 16-26. Warr, D.J., Tacticos, T., Kelaher, M., Klein, H. (2007). Money, stress, jobs': residents' perceptions of health-impairing factors in 'poor' neighbourhoods. Health Place, 13(3), 743-756. Zwiers, Merle, Bolt, Gideon, Van Ham, Maarten, & Van Kempen, Ronald. (2016). The global financial crisis and neighborhood decline. Urban Geography, 1-21. doi: 10.1080/02723638.2015.1101251 23 24