Título: La lucha de Argentina por las Malvinas es de forma pacífica. Por Astrid Barnet La Habana.- “Buscar, intercambiar, divulgar, socializar saberes acerca de un tema ya histórico, como ejemplo geopolítico de usurpación y ocupación por parte del gobierno del Reino Unido es el relacionado con el territorio argentino de las Islas Malvinas”, destacó la directora de la Asociación Cubana de Naciones Unidas (ACNU), doctora Soraya Álvarez, al presidir una conferencia de prensa en la sede de dicha institución en esta capital referida al tema de las Islas Malvinas. Tema cuyas verdades, principios y objetivos, tanto la ACNU junto a otras organizaciones no gubernamentales de nuestro país –entre ellas el Movimiento Cubano por la Paz, la Organización de Solidaridad con los Pueblos de Asia, África y de América Latina (OSPAAAL) y el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP), se han comprometido a difundir en diversos foros y organismos internacionales, cuyos “fundamentos avalan los legítimos, inalienables e imprescriptibles derechos de soberanía de la República Argentina sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes”. La principal directiva de la ACNU recalcó entre otros objetivos de trabajo relacionados con dicho tema: propiciar acciones que contribuyan a la reanudación de las negociaciones de soberanía, conforme a lo dispuesto en la Resolución 2065 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, a la par que apoyar la continuación del diálogo del Comité de Descolonización; promover la creación o fundación de Cátedras Libres en universidades públicas y privadas para el estudio y divulgación del tema Malvinas, su descolonización, soberanía, y de los espacios marítimos circundantes a la República Argentina, aprovechando además las nuevas tecnologías de información y comunicaciones. Asimismo, la utilización de redes sociales, correos electrónicos y diseño de portales en la web sobre el asunto para facilitar la interacción entre los miembros de los Grupos, y el interés de la juventud a fin de que opere el relevo generacional. Al mismo tiempo llevar adelante diversas actividades que refuercen la solidaridad de los países de América Central y el Caribe con la causa argentina, incluyendo nuevas iniciativas para alcanzar los mencionados objetivos. Acotó la doctora Álvarez en su intervención que “sobre este tema conformamos desde el 2012 un grupo de trabajo en el que se incluyen directivos de nuestra institución, además de representantes de distintas organizaciones cubanas, de los medios de comunicación y académicos cubanos –como los doctores Gustavo Placeres y Alberto Prieto, entre otros--, quienes a título personal han abrazado este problema de índole continental. Al respecto, el pasado año realizamos tres actividades asociadas al aniversario 180 de la ocupación británica en ese territorio, además de un taller de intercambio para dar a conocer a nuestra sociedad y a otras organizaciones del país e internacionales la verdad sobre esta cruda realidad. Prueba de ello lo constituyó la Declaración de los grupos de solidaridad de América Central y el Caribe con Argentina sobre la cuestión de las Malvinas, emitida en nuestra capital el trece de septiembre del 2013, lo cual nos ha dado la posibilidad de vincularnos a grupos subregionales y a otros concientizados con este problema (…) “Recordemos que la ocupación de dicho territorio fue uno de los asuntos abordados durante la pasada reunión de la CELAC, en la que nuestro continente fue proclamado como Zona de Paz, compromiso que implica una situación muy importante para nuestra sociedad civil, teniendo en cuenta lo paradójico de las Malvinas y la consecuente utilización y manejo de armas nucleares en él”. Al respecto, Juliana embajadora de la República Argentina en esta capital, subrayó “la sorprendente adhesión automática” y “la extensión y apoyo de la población cubana a la causa argentina por la recuperación del territorio de las Malvinas”. Agradeció, en primer lugar, la dedicación con que la ACNU está llevando a cabo este tema, a la par que abordó que el marco de la CELAC fue “de enorme trascendencia para continuar trabajando por nuestros acuerdos y demandas “al mostrar una América Latina unida --no obstante las carencias y diversos símbolos entre los gobiernos--, mediante un diálogo que estamos logrando con mucho respeto, con mucha solidaridad y con una voluntad de unidad como tacto político de estos tiempos. “Este año hubo dos manifestaciones de gran valor devenidas por parte de nuestra Presidenta y de algunos de los funcionarios de nuestro gobierno. Nuestra Presidenta ha demandado en diversos foros internacionales el mantenimiento y vigencia de nuestras demandas en relación con el problema de las Malvinas, cuya población se eleva a más de tres mil habitantes de los cuales, más de la mitad son militares (…) En estos días, en dicho territorio se están desarrollando ejercicios militares (…) Nuestra cancillería presentó su protesta al embajador británico en Buenos Aires, a raíz de estos ejercicios que califican ellos como rutinarios, como algo que no los obliga a sentarse a negociar y a continuar entonces considerando que las Islas les pertenecen y que, por tanto, no tienen obligación alguna ante la comunidad internacional (…) Territorio que mantienen no sólo por sus riquezas naturales (petróleo, entre otros), sino también para el mantenimiento –algo inconsecuente debido a la inexistencia de conflicto armado alguno--, de una base militar de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) con vistas al control del Atlántico Sur, el Pacífico, el Índico y la Antártida. Esta última zona siempre enunciada para motivos científicos, y nunca como hasta ahora para objetivos de índole militar. ¡No hay razón alguna para todo ello!, al igual que para la existencia de buques de guerra o para el arrojo de misiles a partir de esas prácticas militares. Al respecto, la Cancillería argentina ha elevado sus protestas no sólo al Gobierno británico, sino también en foros nacionales e internacionales, incluida la Organización Marítima del Mar”. Recordó la diplomática que la Constitución argentina posee un principio incluido en la reforma de 1994 el que expone que los ciudadanos de ese país “tienen la obligación de continuar demandando como principio constitucional la devolución de las Malvinas, además de continuar respetando los intereses de la población argentina, no así la decisión de aquellos que residen en ellas que no son originarios o autóctonos. De esta forma y demostrado internacionalmente para la Argentina, la lucha por las Malvinas es de forma pacífica. Y así se lo ha estado haciendo saber desde hace tiempo al mundo entero. “Asimismo, y llevado al plano interno de medidas expuestas por nuestro gobierno con el objetivo de obstaculizar las operaciones económico-comerciales británicas (…)Argentina está encausando una serie de medidas legislativas hacia el interior del país con el objetivo de frenar la asociación comercial de entidades británicas petroleras vinculadas con aquellas que mantienen este trabajo en Malvinas (…) De hecho, hasta el momento, el resultado hasta el momento es bueno. Está prohibido desde Argentina la aceptación de proyectos de negociación con empresas británicas que operan en Malvinas, o con buques que operan desde ellas. De esta forma nosotros continuamos con nuestros proyectos y denuncias (…) Buena parte del mundo apoya la posición argentina respecto a las Malvinas”. Por su parte, la licenciada Leila Carrillo Ramírez, reflexionó acerca de este problema pero desde un punto de vista geopolítico, “pues cuando se habla de política internacional la situación va más allá a un conciliábulo con los principales actores o polos de poder”. Al respecto, Naciones Unidas plantea la descolonización como uno de los puntos primordiales a partir de los años sesenta del pasado siglo, pero la Unión Europea aún no ha aprendido esto. Así vemos que en el Tratado de Lisboa (diciembre del 2009) establece la pertenencia de 53 territorios o departamentos de ultramar que no tiene la menor intención de descolonizar -Francia, por ejemplo, defiende a Nueva Caledonia y Polinesia--; de ellos, 20 son del Reino Unido, entre ellos la base militar de Echelón, segunda en el mundo (…) y al sur, las Islas Malvinas, Islas Sándwich e Islas Georgias del Sur (…)”. Acotó que el término geoestrategia se relaciona con las naciones de mayor poderío mundial: Estados Unidos, Alemania y Reino Unido. De esta forma, dijo, “la OTAN se ha convertido en un actor internacional que participa en guerras, establece alianzas o no con las posiciones de paz de Naciones Unidas ya sea hacia Siria, Afganistán…Ya tiene 125 colaboradores o socios, o sea, ya ha ampliado sus fronteras. En el caso de América Latina, El Salvador y Colombia son colaboradores de Estados Unidos y, por tanto, de la OTAN. En nuestro territorio ya tiene 17 bases militares reconocidas, “lo cual no quiere decir que dejen de existir otras también que funcionen como tales”; Francia, también miembro de la OTAN, posee bases en las Martinicas y en Dominica; Holanda, las tiene en Aruba y Curazao, y el Reino Unido está en las Malvinas (…) ¿Qué otros actores están surgiendo? Australia, en abril del 2012, planteó a Naciones Unidas sus aspiraciones de tener 2,5 millones de kilómetros cuadrados en su plataforma marítima”. A continuación la especialista realizó un análisis sobre la situación geoestratégica del Reino Unido: “¿En qué se basa? Simplemente en dilatar o rechazar el proceso de descolonización de las Malvinas. Es una nación imperialista sin apenas inversiones en América Latina. En su nueva distribución del mundo, se mudó para África, perdió sus colonias en Asia (…) Pero en estos momentos, participa y promueve la militarización de la zona de las Malvinas, al igual que la realización ilícita de operaciones de pesca, exploración de petróleo y de vertimiento de desechos nucleares. Algo que realiza en África (…) Igualmente, cuando la Antártida se derrita –algo irreversible según los científicos--, ya Gran Bretaña tendrá la posesión total de la zona y de sus sitios fundamentales. Se dice que allí existen 500 millones de toneladas de tesoros energéticos o hidrocarburos (…) Así, las Malvinas constituyen también la apertura de un mar que se derrite y explotación de un subsuelo. Todo ello mirando al futuro y facilitando también el posesionamiento de tropas de la OTAN en dicho territorio. Mas, ¿qué plantea la comunidad internacional? “El Grupo de los 77, UNASUR, la CELAC y las Cumbres Iberoamericanas, entre otras, plantean una zona de paz en este otro lado del mundo, en especial la CELAC, dijo, para finalmente dar lectura a una serie de artículos provenientes de diversos organismos internacionales relacionados con el cuidado y protección del medio ambiente, en específico, de la zona de la Antártida donde son prohibitivas las operaciones militares, navales y nucleares…y que Gran Bretaña continúa socavando día tras día, sin tener pretensión alguna de sentarse a negociar con la Nación sudamericana. A esta posición de descolonización se suma Estados Unidos. “Las Malvinas no son más que el pórtico hacia el control de la Antártida, planteó en fecha reciente el Canciller argentino. Y a esta expansión de intereses se ha sumado también Australia, nación lejana a nuestra geografía”. “El hecho de que el Reino Unido no respete las resoluciones de Naciones Unidas va más allá de una cuestión bilateral con la República Argentina. Obviamente, nos afecta en primer término, pero yo creo que afecta al orden global, creo que afecta a las posibilidades de tener un mundo más justo, más seguro, más equitativo, un mundo que está cambiando”. (Cristina Fernández, presidenta de la República Argentina, Nueva York, 14 de junio de 2012).