VIVIR DE LA SOCIOANTROPOLOGÍA APLICADA ¿REALIDAD O UTOPÍA? Aida Vizcaíno Estevan [email protected] Universitat de València Yaiza Pérez Alonso [email protected] Universidad Politécnica de Valencia En los últimos años la realidad socioeconómica de España ha cambiado como consecuencia directa de la crisis. Y eso ha afectado a la profesión de la sociología aplicada que debe moverse siguiendo las demandas del mercado. Las preguntas sobre qué hace o puede hacer un sociólogo/a y en qué espacios desarrolla su labor profesional son fundamentales para entender el panorama de la sociología aplicada en España. La literatura existente se ha centrado en encontrar respuesta a la primera pregunta mientras que la segunda respuesta se esboza a partir de las consecuencias de la crisis económica y la reconfiguración del mercado laboral. En este sentido, la ingeniería metodológica está al servicio de la investigación social aplicada situándose como uno de los espacios de mayor demanda y crecimiento de los últimos años por lo que debe ser abordado con detenimiento. La extracción de información y su procesamiento para satisfacer las necesidades del cliente es un nicho de mercado existente, relativamente estable y minoritario que empieza a mostrar síntomas de crecimiento y expansión, acorde a la actual sociedad del conocimiento, donde las empresas terciarias avanzadas se convierten en la vanguardia del tejido empresarial para el desarrollo social y económico. Es así como el conocimiento científico se convierte en el motor de su actividad y su valor diferencial de mercado y es en este espacio donde encontramos uno de los nichos fundamentales para la profesión del sociólogo/a. 1 El caso de una empresa de estudios sociológicos sirve de pretexto para mostrar las demandas y necesidades que tiene el mercado respecto de la sociología y al mismo tiempo permite analizar la figura profesional del sociólogo/a, dejando entrever el estado de la sociología aplicada en España. En la presente comunicación abordamos el tema de la investigación social aplicada, sus debilidades y fortalezas, sus potencialidades a medio plazo, los nuevos espacios profesionales y las aportaciones del sociólogo/a al mercado laboral a través del estudio de caso de una empresa de socioantropología aplicada situada a mitad camino entre la academia y el mercado y que hace de la transferencia de conocimiento y de la ingeniería metodológica sus valores diferenciales. Palabras clave: socioantropología, ingeniería metodológica, investigación aplicada, transferencia de conocimiento. 1. Introducción Las autoras de la presente comunicación desarrollamos nuestra actividad profesional en Eixam Estudis Sociològics así como en la universidad, en las disciplinas de ciencias políticas y metodología, respectivamente. Hemos creído oportuno presentar nuestro punto de partida para que quede claro el enfoque desde el que abordamos el presente artículo. La información y la construcción teórica que presentamos responde a la práctica profesional desarrollada en la citada empresa en la que se une práctica profesional diaria, investigación aplicada y teoría metodológica, seña de identidad de nuestra empresa. Eixam es una empresa socioantropología aplicada especializada en el diseño y desarrollo de investigaciones así como en la asesoría metodológica. Nació en 2011 aunque desde 2005 la idea rondaba en la cabeza de sus dos socias fundadoras pues su deseo era dedicarse a la investigación social aplicada. Desde el inicio de esta aventura 2 empresarial hemos hecho mucho trabajo de campo, tanto cualitativo como cualitativo, especialmente para UV y UPV, incluyendo proyectos de I+D+i. Con el tiempo hemos encontrado nuestro espacio en el mercado a través de estudios para empresas e instituciones, destacando los sectores del turismo, farmacéutico o comercial; y de la administración pública destacando los estudios de evaluación y participación ciudadana. A su vez, hemos realizado formación especializada en métodos de investigación social y en emprendimiento social. La presente comunicación se estructura con un primer apartado sobre el oficio del sociólogo/a aplicado/a en la que esbozamos/presentamos nuestro concepto de sociología aplicada y cómo la entendemos, atendiendo a los parámetros de la socioantropología y de la transferencia de conocimiento; un segundo apartado sobre los espacios de actuación de la sociología aplicada, una propuesta desde nuestra experiencia; un tercer apartado donde abordaremos la casuística mercante o las dificultades de la sociología aplicada; para finalizar con unas reflexiones finales sobre la demanda actual de sociología en el mercado. 2. El oficio del sociólogo aplicado El oficio del sociólogo es una temática trabajada por multitud de autores desde los albores de la sociología. Pero sobre ser un tema pensado y repensado, la construcción de la sociología como oficio es una cuestión compleja que ya abordó Durkheim ¿cuál es el oficio del sociólogo/a? Y en nuestro caso ¿qué es ser sociólogo/a aplicado/a? ¿Tenemos una mirada sociológica propia? Esto que de primeras puede parecer baladí, no lo es tanto. Navegando entre autores, teorías e internet en general, nos hemos encontrado muchas definiciones o, cuando menos, explicaciones de lo que es el oficio de la sociología: “Del mismo modo que otros científicos, el sociólogo, tras plantear un problema específico, trata de efectuar de forma rigurosa y precisa, observaciones y evaluaciones que le permitan contrastar teorías, desarrollar sus hipótesis e ideas 3 para extraer nuevas conclusiones, pronósticos y generalizaciones.” (Cohen, 1980:11). Como vemos, al menos de momento, el sociólogo está vinculado al análisis de la sociedad. Bien, en esto estamos todos de acuerdo. La sociología es la ciencia que estudia la sociedad. Pero sigamos: “Para mi [sic], un sociólogo que no hace investigación no es sociólogo.” (Debate sobre el oficio de la sociología en un foto de Yahoo. 2008)1. En este comentario, sin ningún rigor científico por haber sido extraído de un foro de internet, vemos cómo quien lo suscribe sostiene categóricamente que la investigación es indisoluble de la práctica sociológica. Esta afirmación abre nuevos debates porque ¿se puede hacer sociología sin investigación? Claro que se puede… eh, bueno, depende, porque todo depende, palabra mágica que todo sociólogo/a lleva tatuada en su córtex cerebral. Depende de lo que entendamos por investigación. Que sí, que ya lo sabemos, pero no vamos a entrar a definir investigación, simplemente diremos que nuestra apuesta profesional y compromiso con el método científico nos lleva a realizar investigación social científica aplicada al mercado, sea en publicidad, sea en el trabajo de campo o sea en el asesoramiento técnico. ¿Y cómo lo llevamos a la práctica? Cada trabajo lo enfocamos como una investigación: documentación y producción de información, análisis, conclusiones y propuestas de acción. Así que ¡también coincidimos con esta segunda parte de la definición del oficio de la sociología! Pero antes de continuar desenmarañando la definición, permitidme que me detenga un momento sobre nuestra práctica diaria. Superado nuestro quinto ejercicio económico y echando la vista atrás, hemos hecho muchas cosas y, sobre todo, muy diferentes entre sí. ¿Factor común? En prácticamente todos los proyectos la base ha sido el elemento metodológico, cuanti y/o cuali. Nuestro valor diferencial, al menos por nuestra experiencia, es la especialización metodológica. Un momento, espera, ¿quiere decir entonces que somos meras diseñadoras y 1 A consultar: https://es.answers.yahoo.com/question/index?qid=20080601201018AAPZlwW 4 constructoras metodológicas? Obviamente no, aunque el dominio de las técnicas es un punto a nuestro favor. Además de esto, a los sociólogos/as, al menos en el mercado, nos quieren por nuestra visión estratégica –que la tenemos y ya va siendo hora que nos la creamos y la pongamos en valor-, por nuestra capacidad para hacer manifiesto lo latente y por nuestra creatividad y exotismo. ¿Cómo? Sí, sí, nos miran y piensan “estos sociólogos…”, incluso a veces nos ven como verdaderos frikis, aunque simple y llanamente están identificando nuestra especificidad, que no es otra que nuestra particular mirada. Resultado de la formación académica –extensa y heterogénea- y de la curiosidad e inquietud cuasi de serie del sociólogo/a, les sorprendemos, ¡qué digo! les asombramos; no, no, mejor, les fascinamos con esa visión singular, y por ello nos valoran. Así que a ver si nos empoderamos de una vez. Y ahora la tercera parte de la definición, la última y probablemente la más controvertida. Si seguimos navegando en la búsqueda del oficio de la sociología, vemos cómo hay autores y corrientes que sostienen que la sociología, además de observar y explicar los fenómenos sociales, debe estar comprometida con la sociedad y su comunidad. Dicho de otro modo, el sociólogo/a está al servicio de la sociedad en tanto que debe dar solución y respuesta a los problemas sociales: “Y la idea de que la teoría social dejará de ser una especialidad académica para convertirse en un instrumento con el que el público tomará conciencia de la nueva situación del mundo. Por eso Beck pertenecía a esa clase de sociólogos que, como Bauman, se preguntaban sobre el uso y la utilidad de la sociología.” (Martínez-Bascuñán, 2015). Ese uso de la sociología como transformadora social lo encontramos en Bauman, Beck, Bourdieu, Sousa Santos, Burawoy o la primera Escuela de Chicago, entre otros. Interesante cómo hemos pasado de meros observadores analistas a agentes de cambio. Y ¿qué pasa con quienes hacemos sociología aplicada? Llegados a este punto cabe nombrar los debates que Lazarsfeld y Adorno o Blumer y Mills (Picó, 2003) tenían al respecto de la sociología empírica –parte de ella sería la aplicada- y la sociología teórica porque parece ser que este es un debate clásico e inconcluso de nuestra disciplina. Verdaderamente el debate que tenían era sobre la sociología teórica y la empírica, cosa que aunque a priori pueda parecer asimilable a la dicotomía teoría-aplicada, no lo es, 5 pues en nuestro caso empleamos la base teórica en la mayor parte de nuestros trabajos. Ese conocimiento nos permite articular la estructura de la investigación y comenzar a trabajar. A partir de la teoría definimos las estrategias y acciones a implementar. Así pues, en nuestro caso la frontera entre teoría-empíria-mercado es bastante difusa. Ya, pero esta tercera parte de la definición, la que habla del sociólogo/a como trasformador/a social, ¿qué pasa con ella? A nuestro entender, por suerte, la sociología es tan amplia, generosa y diversa que nos acoge a todos en su regazo; por ello la transformación se hace desde la acción y es ahí donde, independientemente del sector en el que operemos, está la capacidad de mejorar nuestra realidad inmediata. Al menos así es como lo entendemos y cómo actuamos. En definitiva, el sociólogo/a aplicado/a es aquel/la que desarrolla su actividad en el mercado, bajo sus reglas y sus lógicas que le convierten en un ser ampliamente flexible y versátil y que, también, con su acción, contribuye o puede contribuir a mejorar la sociología –apostando por la calidad- y la sociedad –compromiso social personal-. Como veis, hemos hecho un alegato en favor de nuestra disciplina, de la necesidad -casi obligatoriedad- de trascender los límites auto o exoimpuestos y de la puesta en valor de la sociología aplicada –al mercado, claro- porque los sociólogos/as tenemos muchas virtudes pero también muchos defectos, y entre ellos está el no creer en nuestras capacidades y en nuestro papel protagónico que podemos tener en nuestra sociedad, sea desde el mercado, la academia o la sociedad civil. ¿Qué es el enfoque socioantropológico? El enfoque socioantropológico se caracteriza, a grandes rasgos, por la combinación de técnicas al servicio del objeto de estudio y el papel preponderante que se le otorga al contexto sociocultural en el que se determinan y configuran las prácticas, las percepciones, las motivaciones o las expectativas. Es por eso que en Eixam prestamos especial interés no sólo a las cifras, no sólo a los resultados sino que nos detenemos a contextualizar tanto en su sociedad inmediata como en su comunidad y su grupo. Este enfoque proporciona una visión holística, integral, una visión de conjunto del objeto de estudio –un restaurante, un casco histórico o una reserva natural- que nos 6 permite conocerlo de manera más completa y compleja, comprender la realidad estudiada y proponer mejoras que palien las debilidades detectadas. En definitiva, el enfoque socioantropológico trasciende el mero estudio descriptivo para aproximarse y crear pequeñas cosmovisiones ad hoc con el fin de conocer de la manera más rápida y fiable ese pequeño universo estudiado. Nuestra experiencia nos ha llevado a practicar este enfoque en el que se diluyen las fronteras de ambas disciplinas para recrear, a través de la metodología, todos los prismas que convergen en el objeto de estudio. Pero ¿a qué nos referimos con esas miradas o las diferentes sensibilidades entre sociología y antropología? Ambas disciplinas, primas casi hermanas, se caracterizan por sus diferentes escalas, técnicas y presupuestos de partida-llegada. Este enfoque se sitúa a mitad de camino de una y otra y en función de las necesidades se acerca a una o a otra. La influencia de la antropología es fundamental en este enfoque que estamos presentando pues dota de valor diferencial esa visión. No solo la observación como técnica sino los matices, el poner el foco sobre elementos que a priori pueden pasar desapercibidos pero al final pueden convertirse en determinantes. De la antropología utilizamos su capacidad para interpretar los significados culturales. De la sociología empleamos su capacidad de observar y analizar las estructuras latentes, los factores y las relaciones causales que se producen en el seno de la sociedad. A continuación, a modo de resumen, las características principales de la socioantropología serían: • La combinación de miradas y sensibilidades, la potencialidad de lo macro y lo micro, tener la visión general del objeto y su estructura con la capacidad de focalizar y aproximarnos al individuo. • La combinación de las técnicas propias de la antropología y de la sociología con la finalidad de poder construir un corpus metodológico para aproximarnos a la realidad estudiada de manera más precisa. Las herramientas de una y otra disciplina, por su naturaleza y función pueden combinarse de múltiples maneras para acometer su tarea: la obtención de información. La heterogeneidad y versatilidad de las técnicas se convierten en un aliado clave para comprender los contextos y realidades del objeto de estudio. 7 ¿Y para qué empleamos el enfoque, es decir, cuál es la finalidad de emplear esta visión socioantropológica? Pues nos acercamos a las pequeñas parcelas de la sociedad que son las necesidades de los clientes, para extraer la información bruta y transformarla para satisfacer así, las demandas de los clientes. Nos centramos en los comportamientos, los referentes culturales, en definitiva, estudiamos los espacios y las prácticas compartidas que enmarcan nuestros escenarios. La socioantropología es una manera diferente de abordar el conocimiento, es otra ruta para construir el conocimiento. La aplicación del enfoque socioantropológico, a nuestro modo de ver, es una innovación técnica que maximiza la productividad porque adapta perfectamente la oferta a la demanda ¿por qué? Porque va directamente a la raíz, a conocer el porqué de las prácticas y comportamientos socioculturales, que al fin y al cabo, profundiza en la comprensión de la realidad. Transferencia de conocimiento Acerca del conocimiento científico y su definición existe abundante literatura en nuestra disciplina desde prácticamente los iniciadores de la sociología. Es un debate que, según su profundidad, todavía está inconcluso. En nuestro caso, la cuestión del conocimiento científico nos interesa en tanto en cuanto en el imaginario social no se nos percibe como tal lo que se traduce en una invisibilidad, que en términos de mercado, significa que no se nos demanda. “El problema es que este hecho (conocimiento al fin y al cabo) no se ha transferido con éxito a la sociedad lo que se traduce en una serie de dificultades que los científicos sociales, y en particular los que operamos en el mercado, debemos superar” (Vizcaíno, 2013:539). La situación, a nuestro modo de ver, incide en dos momentos o, si se prefiere, tiene dos arenas diferentes. La primera es la academia como productora principal de conocimiento científico e imagen de la ciencia –no lo olvidemos-; y la segunda es la arena de mercado donde la información llega “como llega, cuando llega y de la manera que llega”. Por este motivo, la acción que desarrollamos como empresa del terciario avanzado, se asemeja a un puente que interconecta espacios que debieran estar perfectamente unidos pero, en la práctica, apenas tienen conocimiento uno del otro. 8 Respecto a la academia, siguiendo al profesor Nieto-Galán “los científicos y las instituciones científicas serían las autoridades indiscutibles a la hora de decidir entre lo que es y lo que no es ciencia, entre lo que debe ser transmitido a la sociedad y lo que debe permanecer en el ámbito restrictivo de los expertos” (2011:30). Coincidimos plenamente en sus palabras, al menos tal y como conocemos la realidad actual en España, donde la innovación y el desarrollo se produce y se espera que así se produzca desde el ámbito universitario o, en su defecto, en el de la administración pública, colindante en estas lides. Cuestión aparte, y a estudiar, sería la producción de conocimiento científico de nuestro campo que se hace desde quienes operamos en el mercado, o, si se prefiere, quienes hacemos investigación social aplicada desde el mercado. No obstante, la reflexión sobre la interconexión entre ciencia –academia- y sociedad tiene un efecto claro: el conocimiento científico apenas atraviesa los muros universitarios y no revierte en la sociedad como debiera. Las implicaciones de esta reclusión –voluntaria o involuntaria- supone el desconocimiento de nuestra actividad y profesión que lleva a su invisibilidad y, por tanto, a la minusvaloración. Y, en el caso concreto de una empresa aplicada como Eixam, a las dificultades habituales de una empresa joven, hay que añadir que se desconoce nuestra profesión y no se nos reconoce como conocimiento científico. Sobre todo para una empresa que es puente, que está a mitad camino entre la academia y el mercado. Es parte de nuestra naturaleza, de hecho, nuestro valor diferencial es el enfoque analítico que utilizamos y la combinación de las técnicas de investigación. Es decir, nos nutrimos del conocimiento académico-teórico y lo aplicamos a las necesidades de nuestros clientes. Desde esa sujeción abordamos las investigaciones y proyectos que desarrollamos. Esto nos conduce hasta la segunda arena, la de la sociedad o más concretamente, el mercado, que es el espacio que estamos analizando y desde el que estamos reflexionando a los largo de estas páginas. Ese desconocimiento de la sociología y de su función es un hecho, como hemos leído en la abundante literatura al respecto o, sobre todo, como hemos sido protagonistas prácticamente todos los y las sociólogas al explicar nuestra profesión. En este sentido, por posicionamiento ideológico y por necesidad, en nuestro caso hemos adquirido la divulgación de la sociología como uno de los pilares fundamentales de nuestra actividad. Por ideología porque nos situamos en 9 paradigmas cercanos a la sociología pública con Burawoy a la cabeza –al estilo de las corrientes finiseculares en disciplinas parejas en objeto y en problemática- en las que la interconexión entre el conocimiento propio y el ciudadano es una prioridad en tanto que función transformadora inherente de la sociedad. Y es por necesidad porque, como hemos dicho anteriormente, si no se conoce nuestra función, si no se percibe para qué servimos, difícilmente nos contratarán. Es por ello que la pedagogía sociológica es un compromiso adquirido desde la misma constitución de la empresa y que se ha convertido en un pilar fundamental para Eixam. A continuación, explicamos la acción que desarrollamos en este sentido y las implicaciones que está teniendo para la empresa como para el entramado circundante, esto es, clientes, aliados y prescriptores así como la comunidad creada en nuestra andadura online y offline de estos cinco años. Divulgación científica La divulgación del conocimiento sociológico que desarrollamos en Eixam se divide en dos líneas: la sociología en general y la pedagogía metodológica en particular. Respecto a la primera nuestra actividad se centra principalmente en la comunicación y en la divulgación a través de nuestras plataformas digitales, tanto la página web, el Blog de Eixam como las redes sociales. Desde el principio, hemos apostado por crear contenido sociológico –también antropológico y politológico porque son parte del objeto social de la empresa- como una de las señas de identidad de nuestra actividad en la red. A través de nuestro blog y nuestra redes generamos contenido en varias iniciativas: los “Lunes Sociológicos” y “Repensar la sociedad”, ambas recogidas en el Blog de Eixam y difundidas a través de nuestras redes sociales. Los “Lunes Sociológicos” es una iniciativa puesta en marcha en enero de 2013 donde Eixam presenta, cada tarde de lunes, a un sociólogo/a, antropólogo/a, politólogo/a o autor/a de campos colindantes como la economía, filosofía o demografía, con el objetivo de dar a conocer al gran público su vida y obra a través de recursos, vídeos, entrevistas y blogs de opinión. Desde 2013 cada tarde de lunes con una media de 24 tuits, presentamos a nuestra comunidad virtual a un o una protagonista que entendemos ha sido importante para nuestra disciplina. En un principio comenzamos con la actividad únicamente en la red social Twitter pero la rápida aceptación de la acción nos llevó a recogerlo en forma de post en nuestro Blog y a divulgarlo también en el resto de redes sociales de la empresa. En estos momentos los “Lunes Sociológicos” son el buque 10 insignia de nuestra presencia virtual. Junto a ella, en esta línea de divulgación de nuestra actividad, “Repensar nuestra sociedad” es el espacio de reflexión y opinión del Blog de Eixam en el que cuatro blogueros analizan sus diferentes campos de especialización con el denominador común de la mirada sociológica o antropológica. Con ella pretendemos acercar esas formas de ver el mundo que tenemos desde la disciplina y mostrar, descifrar o facilitar la reflexión entre nuestra comunidad virtual. Por otro lado, la pedagogía metodológica es un compromiso formal que contrajimos desde el principio y que se fundamenta en la divulgación y explicación tanto de la metodología como de los procesos y de las técnicas de investigación a nuestros clientes, a nuestros aliados y a nuestra comunidad virtual. En los informes, en los proyectos o en la información que compartimos en la red, la metodología es protagonista indispensable, procurando, de esta manera, su visibilidad y su reconocimiento continuado y sostenido entre quienes nos conocen. 3. Espacios explorados La sociología es una disciplina socialmente poco conocida y las referencias que tiene el ciudadano están a caballo entre la filosofía y la psicología. Motivo por el cuál no hay una demanda explícita en el mercado de profesionales de la sociología. Este es el círculo vicioso que aprendemos el primer año de carrera. Si se desconoce la disciplina, ¿cómo se va a requerir en el mercado los servicios que puede ofrecer un sociólogo? Carece de sentido, si no conozco un producto no tengo la necesidad de poseerlo. Por lo tanto, ¿qué debemos hacer para entrar en la lógica de mercado? Primero, una ruptura epistemológica de lo que significa mercado. Segundo, ofrecer un servicio que no ofrecen otros colectivos de profesionales, esto es, diferenciarse. Tercero y último, construir el valor añadido de la sociología y trasladarlo a la sociedad. La sociología como disciplina lo abarca todo, ya que como define Macionis “la sociología es el estudio sistemático de la sociedad humana”, por lo que aparece una multiplicidad de escenarios donde estudiar de manera sistemática la interacción entre individuos y grupos sociales. Pero esto nos lleva a un planteamiento evidente: si es todo, 11 no es nada ¿no? Aquí aparece uno de los primeros problemas a los que nos enfrentamos las empresas de sociología aplicada: la especialización. Sea en áreas, en técnicas o en sectores, la necesidad o las capacidades, nos van conduciendo hacia los espacios más ajustados a nuestros intereses, preferidas o demandas. En nuestro caso, la forma de entrar en el mercado, nuestro valor diferencial, es la ingeniería metodológica. Este concepto rimbombante a la par que repleto de significado, es el servicio de diseño y ejecución tecnológica particular adaptada a las necesidades de cada cliente. El cliente precisa información para la toma de decisiones por lo que en Eixam nos hemos especializado en la extracción de información donde el proceso de obtención de la información es mucho más eficiente, lo que repercute directamente en los resultados. Es por ello que utilizamos metodologías cuantitativas y cualitativas o su combinación según las características específicas de cada proyecto. En este sentido, cada diseño es único y adaptado, de ahí que pongamos en valor la artesanía de nuestro trabajo. ¿Y por qué utilizar ingeniería metodológica como término? Pues porque nuestra vinculación como profesoras de metodología de la Universitat Politècnica de València nos obliga gustosamente a compartir espacio, docencia y conversaciones con profesionales de las antípodas de la sociología: la ingeniería. O eso podríamos pensar a priori pero la experiencia nos ha demostrado que en, el fondo, operamos de la misma manera: diagnosticamos un problema, medimos las variables y proponemos soluciones. La incomunicación no es tal cuando conseguimos hablar el mismo lenguaje, aunque siendo sinceras, esto ha sido lo más complejo de todo. Nos dimos cuenta que nuestra forma de abordar y construir el artefacto tecnológico no difería del modus operandi con el que proyectan sus infraestructuras los ingenieros y que a partir de ahí, podíamos entendernos con ellos, los exóticos habitantes de la politécnica. Antes de empezar a desgranar los espacios explorados en este último lustro, cabe especificar un cambio en los servicios demandados que muestran un grado de madurez y consolidación por parte de Eixam en el mercado. En los primeros pasos la mayor parte de los trabajos estaban vinculados a investigación parcial, es decir, trabajo de campo y tratamiento de datos tanto cuantitativos como cualitativos de investigaciones externas (aplicación de cuestionarios, realización de entrevistas y grupos de discusión, transcripción, tratamiento de datos estadísticos, etc.). Y a medida que hemos cumplido con las expectativas de los clientes y hemos conseguido una imagen y una presencia en 12 el mercado, nos hemos centrado en investigación integral dirigida, diseñada y ejecutada por el equipo de Eixam. A continuación presentamos algunos de los espacio explorados en nuestra andadura desde 2011. Mercado Entendemos por mercado todo aquello que no es sector público ni academia. Por lo tanto, en esta categoría incluimos empresas de cualquier sector de actividad (industrial, turístico, farmacéutica, alimentación, etc.), sindicatos y asociaciones. La demanda de investigación aplicada en el mercado ha ido aumentando paulatinamente, debido principalmente a la incipiente salida de la crisis y al crecimiento económico experimentado en el último año. Como pincelada, si agrupamos por grandes categorías, las investigaciones realizadas han sido las relacionadas con la percepción social de un producto o servicio y las relacionadas con las condiciones laborales percibidas por un colectivo. Entre ellas destacan el estudio sobre percepciones, motivaciones y expectativas sobre los hoteles Adults Only, el estudio de percepción sobre las condiciones laborales del sector de la danza, estudios sobre evaluación de fármacos a través de grupos de expertos, estudio sobre la condición sociolaboral del profesorado universitario o el estudio sobre las condiciones y el clima organizacional de una gran institución. Como vemos, principalmente nos hemos centrado en cuestiones asociadas a la diagnosis y valoración de productos/servicios y ambientes de trabajo. En este nicho, se presentan muchas oportunidades pero nos encontramos con cierta incomodidad porque los lenguajes y las formas de proceder difieren de lo asimilado en la academia. Nuestra experiencia nos ha mostrado cómo es más importante identificar qué necesita el cliente independientemente de qué esté solicitando oficialmente. Administración El cambio institucional de 2015 asociado al cambio político a nivel autonómico, provincial y local ha supuesto importantes transformaciones en los estudios demandados. Desde el año pasado, en apenas once meses, hemos tenido un incremento sustancial de los proyectos encargados por la administración pública de diferentes entidades, tanto a nivel municipal como a nivel provincial. La tipología de estudios desarrollados para la administración pública, se engloban en la evaluación de programas o servicio de manera participada con los agentes que intervienen en el espacio evaluado, en la realización de informes sobre resultados de programas de 13 intervención y en el diseño e implementación de las técnicas para la realización de la consulta y/o la participación ciudadana en el marco de desarrollo de estrategias. Universidad En el campo académico se ha producido una evolución de las demandas de nuestros clientes, hecho que nosotras asociamos a la labor de comunicación y a la reputación obtenida con el paso del tiempo. En este sentido, la externalización del trabajo de campo, cuantitativo (aplicación de encuestas) y cualitativo (transcripción de entrevistas y grupos de discusión así como captación y organización de los grupos) de los primeros años ha dado paso a nuestra incorporación como asesoras metodológicas en el diseño de cuestionarios o como entrevistadoras o moderadoras de grupos e incluso en nuestra participación como integrantes en el grupo de investigadores, suponiendo un salto cualitativo en el rol desempeñado por Eixam. Las temáticas tratadas en estudios realizados para la universidad son muy diversas, desde estudios de percepción sobre la ciudad y sobre el medio ambiente a estudios vinculados con la situación socioeconómica de inmigrantes en la industria del vino o en la economía informal. Formación En cuanto a la formación impartida en Eixam hemos visto otro de los grandes cambios, probablemente porque “nos hacemos mayores”. Durante los primeros años realizamos varias formaciones en emprendimiento, valores emprendedores y aventuras empresariales durante la crisis. Acudimos a varios cursos impartidos por los espacios de emprendimiento de la ciudad de Valencia para mostrar nuestro caso y profundizar en las características, habilidades y capacidades de los y las jóvenes emprendedoras. Poco a poco, la demanda de formación se ha ido encaminando, como no podía ser de otra manera, hacia las técnicas de investigación social. Tanto en cursos de profundización de técnicas cuantitativas y cualitativas (encuesta, grupo de discusión u observación participante) como en cursos de introducción a técnicas participativas (grupos nominales, matriz de escenarios presentes y futuros, mapas mentales, etc.). Como decíamos anteriormente, el auge de la demanda de la participación y la evaluación pública ha supuesto la realización de sesiones de formación específica en la materia. Alianzas y colaboraciones 14 La red de contactos, aliados y prescriptores es fundamental para una empresa. En este sentido, a lo largo de estos años hemos ido conociendo a personas interesantísimas que nos aportado conocimiento, experiencia y visiones que nos han ido ayudando en cada uno de los momentos, sea con pequeños consejos o sea con su ejemplo práctico. Este mentoring informal es uno de los intangibles que tenemos y más valoramos en Eixam. Además de este canal, reflejo de nuestro entramado primario, secundario y terciario, ha fructificado en el último año dos colaboraciones interdisciplinares que no hacen sino mostrar el potencial de los espacios de tránsito y oficio de la sociología aplicada. La primera de las colaboraciones es con el Equip351, un equipo multidisciplinar que realiza proyectos culturales de base social. Desde agosto de 2015 participamos en su proyecto “Memorabilis Campanar” un proyecto de recuperación de la memoria viva de Campanar (un barrio de la ciudad de Valencia) a través de los estudiantes del instituto. Nuestra función es el asesoramiento, la formación y la supervisión del trabajo de campo cualitativo realizado por los protagonistas del proyecto. Mediante la realización de entrevistas a las generaciones más mayores, los estudiantes conocen la historia, las formas de vida y las transformaciones ocurridas en el barrio en los últimos 70 años. El producto final del proyecto es un documental que recoge la experiencia así como un canal de Youtube que alberga todas las entrevistas, a modo de archivo de la memoria. Esta colaboración se constituye como un espacio donde transferir conocimiento a la sociedad, mostrar desde un punto vista pedagógico y aplicado la potencialidad de la sociología y declarar la implicación social de Eixam con su entorno más inmediato. La segunda colaboración es con un equipo multidisciplinar formado por los perfiles de sociología, historia y diseño, para la realización de un estudio etnogastronómico en Bonrepòs i Mirambell (un pueblo metropolitano de Valencia) que tomará forma de libro. A través de las recetas en desuso, conocemos la historia, la gastronomía, la convivialidad, la estructura comercial, las relaciones con la capital y sobre todo, las transformaciones sociales producidas en los últimos 70 años. Es un estudio con metodología cualitativa, entrevistas, combinada con fuentes históricas. En resumen, tras echar la vista a tras observamos como los espacios en los que la sociología aplicada puede desenvolverse profesionalmente son inconmensurables, más cuando su actividad se centra en dar información que sirva para dar respuestas a los 15 problemas del cliente o permita orientarle en la toma de decisiones. Dicho esto, evidentemente cabe resaltar cuáles son los obstáculos con los que nos encontramos en la cotidianeidad de la práctica sociológica, sean derivados del desconocimiento de la disciplina y de sus potencialidades en el mercado; sean por la falta de formación en investigación aplicada y los escasos recursos transferidos en nuestra formación para descifrar las necesidades del cliente. 4. Casuística mercante. ¿Qué somos? ¿Qué hacemos? ¿Para qué servimos? Pasado ya el primer lustro de historia de Eixam podemos decir que el principal escollo con el que nos hemos encontrado en la mayor parte de las ocasiones ha sido el desconocimiento de la figura del sociólogo/a y qué hace, o peor todavía, para qué sirve. La disciplina es relativamente desconocida en la sociedad española, huérfana de figuras conocidas por el gran público, por un lado; y con muy poco protagonismo profesional tanto en el sector público y como el privado, por otro. Además, es relativamente joven en el territorio valenciano pues la primera promoción de licenciados/as de sociología surge a principios del siglo XXI. Este panorama presagia complicaciones, si bien es cierto, no podemos decir que la reflexión académica a propósito de este tema no nos hubiera avisado de estas dificultades. Por si no fuera suficiente, la realidad ha sido peor de lo que auguraban, ya que descubrimos no sólo que la figura del sociólogo/a es invisible en la sociedad sino que además los sociólogos/as no hablamos el mismo idioma que el mercado y sus agentes. Por ello, consideramos que el gran hándicap de nuestra disciplina es el desconocimiento de la misma por parte de los actores que intervienen en el mercado. Este desconocimiento deriva en una infrautilización de las potencialidades del sociólogo/a y una inexistencia de puestos de trabajo definidos para ser ocupados por este perfil. Una de las preguntas que más nos realizan, no sólo potenciales clientes interesados en contratar nuestros servicios sino también personas de nuestro contexto inmediato, “¿y vosotras qué hacéis?“, a lo que nosotras respondemos “somos una empresa de socioantropología aplicada especializada en ingeniería metodológica”. Y ahí empieza 16 todo, esa odisea que se convierte la definición de nuestra actividad, reflejo de la situación actual en la cotidianidad sociológica. En la autorreflexión en que se ha convertido este artículo, hemos descubierto que nuestro elevator pitch refleja esas dificultades. Por eso, vamos a deconstruir nuestro eslogan para ser conscientes de los retos a los que se enfrenta la praxis sociológica. Comencemos. El primer elemento es socioantropología. Detengámonos a analizarlo como si fuéramos neófitos de la disciplina. Lo primero que pensaríamos es “socio de social, bien, de sociedad, eso está claro”. Primera parte de la ecuación despejada, en Eixam hacemos algo relacionado con la sociedad. La segunda parte es antropología. Aquí se presenta una disyuntiva casi inmediatamente entre quienes conforman la imagen clásica de las tribus en tierras exóticas y los caníbales –no seremos nosotras las que desmitifiquemos el tema- o quienes sin miramientos, nos imaginan diseccionando cadáveres, por obra y gracia de la televisión. Efectivamente en cualquiera de los dos casos, la imagen que pueden hacerse de Eixam no es borrosa, sino confusa y equivocada. Por supuesto esto que estamos relatando es verídico, pues como buenas profesionales, lo tenemos recogido en el diario de campo. El segundo elemento de nuestro eslogan, es aplicada. Convendremos que es una divisoria desde la posición académica, es el atributo diferenciador, discriminante e identificativo de quien pertenece a ella y quien no; porque desde un punto de vista aplicado no es más que una palabra que rellena el eslogan. Sí, nadie salvo nuestros compañeros universitarios repara en ello. Y para nosotras es fundamental, ya que define nuestra manera de entender y comprender la sociología y el ejercicio de la misma. Sigamos desgranado el ejemplo práctico de nuestro eslogan para ver las vicisitudes a las que nos enfrentamos en el día a día de la investigación y la actividad aplicada. El penúltimo elemento es ingeniería. Silencio dramático. “¿A qué diantres se dedican los antropólogos –recordemos que socio(logía) se invisibiliza frente al exotismo caníbal- de esa empresa que hacen puentes y caminos?” piensan los feriantes de emprendimiento con quienes coincidimos en nuestro día a día. Como hemos comentado en el apartado anterior, nuestra actividad se basa fundamentalmente en el “conjunto de conocimientos orientados a la invención y utilización de técnicas para el aprovechamiento de los recursos naturales o para la actividad industrial” (primera acepción de ingeniería en 17 RAE), que en nuestro caso se orientarían a la investigación social aplicada. Es cierto que en apariencia puede verse como un recurso marketiniano de asimilación de una ciencia blanda a una ciencia dura, sí, pero en esencia entendemos que es lo que nosotras hacemos. Articulamos y construimos un conjunto de técnicas para la extracción de información que transformaremos en soluciones para nuestros clientes. Lo mismo que hace una ingeniera de obra pública, salvando las distancias. Huelga decir que entre nuestros interlocutores, utilizar el término de ingeniería suscita curiosidad a la par que entienden perfectamente el símil que hacemos, es decir, empleamos un recurso instalado y asentado en el imaginario colectivo para hacer entender nuestra utilidad. Y finalmente llegaríamos al último de los elementos de nuestro eslogan: metodológica. Si el interlocutor ha llegado hasta este momento, el término lo deja desubicado. Convenimos que es el concepto más complejo de nuestra identidad, tal vez sea, incluso, nuestra vertiente académica que reclama su protagonismo en la empresa, pero también es una cuestión de desconocimiento o desinformación. A lo largo de esta caricatura de lo que puede ser un encuentro con algún no iniciado en la sociología que hemos hecho a propósito de nuestro eslogan, vemos como las dificultades con las que nos encontramos responden a un real y estructural problema de la sociología: como gremio no hemos sabido comunicarnos con la sociedad, mostrar nuestra utilidad o, si se prefiere, poner en valor nuestra capacidad y, por ello, no hemos sido capaces de encontrar nuestro lugar en ello. Reiteramos, el caso experiencial de Eixam no hace sino reflejar las grandes debilidades de la disciplina que detectadas desde hace años. Es por ello que la divulgación de la sociología, la pedagogía sociológica, debería ser un pilar fundamental de la estrategia gremial –si eso existe, que lo dudamos-. En Eixam apostamos por la divulgación de la sociología (también de la antropología y la politología) no sólo por necesidad de supervivencia en el mercado, sino porque responde a un posicionamiento ideológico crítico de la función social del sociólogo y la socióloga. Somos y debemos ser un recurso fundamental para la sociedad y eso sólo se consigue con la comunicación, la divulgación y la transferencia de conocimiento. Como reto colectivo debemos superar la dicotomía sociólogo-encuesta, esa fuerza centrípeta que reduce y fagocita nuestras capacidades y habilidades a la mera tarea de diseñar un 18 cuestionario. En un estudio reflejado por Manuel Navarro (2001:280) la distribución del tipo de estudio sociológico en función del volumen de facturación, en España, era el siguiente: 46% cuantitativos, 16% cualitativos y 38% continuos (paneles, ómnibus, etc.). Está claro que el mercado actual ávido de estadística legitimadora nos exige cifras y gráficos de queso por doquier, pero el sociólogo o la socióloga no es únicamente una máquina de crear cuestionarios, posee muchas otras competencias, que por su desconocimiento, están infrautilizadas. 5. A modo de reflexión Finalmente, en este último apartado vamos a reflexionar sobre las capacidades, habilidades y destrezas que consideramos debe tener y dominar un sociólogo/a fruto de las demandas que nos encontramos diariamente en nuestra actividad como empresa de investigación social aplicada. El conocimiento de las técnicas de investigación, como podría imaginarse para una empresa de investigación social aplicada, es fundamental. Pero lo resaltamos en el sentido de la capacidad para entender qué quiere el cliente y qué necesidad metodológica tiene. Para ello es necesario un profundo conocimiento de las técnicas, sus limitaciones y sus potencialidades, conocimiento que, desde nuestro punto de vista muestra, de base –formativa- esta gran debilidad. Por nuestra experiencia, el alumnado que hemos recibido en prácticas, carece de la habilidad para el diseño metodológico de un estudio así como para la construcción de herramientas para la investigación social aplicada. Esto es un problema para integrar al futuro sociólogo en el mercado si nuestro valor añadido en el mismo se centra en la extracción de información sobre el objeto de estudio a partir de la aplicación de las técnicas. Sería conveniente, que durante su formación académica, se profundizara en el uso aplicado de las técnicas de investigación social. El “sacarlos al campo” como estrategia de conformación de profesionales debería ser, a nuestro juicio, una constante en todos los cursos de sociología. Pues al final, sea en mercado, en administración o en sociedad civil, es 19 fundamentalmente necesario el manejo y destreza de las técnicas así como la estructuración y capacitación investigadora. Ruptura con las lógicas académicas. Es una cuestión que debatimos muchas veces. Somos muy conscientes de la necesidad de tener una base teórica sólida que ayude a generar soluciones a las necesidades de nuestros clientes. La teoría se convierte en un recurso de la sociología aplicada. No obstante, en términos generales, nos hemos encontrado con muchas dificultades –tanto a nivel personal como con algunos de los colaboradores del gremio- para romper con esa lógica académica que lastra la solución al problema. Desde nuestro punto de vista, no se desarrollan las capacidades o las habilidades de respuesta práctica o aplicada y se busca en la teoría, a modo de tabla salvavidas, una respuesta que teóricamente es válida pero que a la postre no soluciona el problema del cliente. Las lógicas y las exigencias de mercado son muy diferentes a las académicas, cada vez somos más conscientes de ello y nos preguntamos porqué no se produce una ligera readaptación y porqué existen tan grandes reticencias a este hecho. Y no, no entramos en una cuestión ideológica en la que se presenta la supeditación de la universidad al mercado, simplemente ponemos de manifiesto las dificultades que, como empresa de sociología, nos encontramos con los sociólogos y sociólogas que se incorporan al mercado. Al fin y al cabo necesitamos dar respuesta práctica y eficiente a las necesidades del cliente, independientemente de su naturaleza. En este sentido, la mente abierta para probar, metodológicamente hablando, cosas nuevas, pequeñas innovaciones que pueden generar un mejor resultado según el cliente y su contexto es fundamental en nuestro caso. Y finalmente la cuestión de la transfronterización de los espacios. Es un hecho habitual en el mercado, la ausencia de líneas –académicas- que no hace sino expandir las posibles soluciones a la demanda. Esto significa mirar en todas las direcciones, tener una visión de 360 grados para buscar clientes, para ver nichos de investigación aplicada pero al mismo tiempo, encontrar recursos para la satisfacción de las necesidades del cliente. Esto nos ha llevado a explorar multitud de espacios, al menos, tal y como nos lo imaginábamos al iniciar esta andadura empresarial y que, siendo sinceras, son uno de los grandes alicientes de formar parte de una empresa de socioantropología aplicada. 20 En esta comunicación hemos querido mostrar a través de nuestra experiencia en estos primeros cinco años de Eixam el devenir, las dificultades y las reflexiones que se nos han planteado, sin mayor pretensión que la de compartir las vivencias de una empresa de socioantropología aplicada que, por cuestiones azarosas, al menos de momento, ha encontrado su espacio en la especialización metodológica. El tiempo nos dirá hacia dónde se dirige la sociología aplicada y hacia dónde se dirige Eixam. 6. Bibliografía Cea D’Ancona, M. Á. (2001). Metodología cuantitativa. Estrategias y técnicas de investigación social. Madrid: Síntesis. Cohen, B.J. (1980). Introducción a la sociología. Bogotá: MacGraw-Hill. Corbetta, P. (2010). Metodología y técnicas de investigación social. Madrid: McGrawHill. Del Campo, S. (dir.) (2001). Historia de la sociología española. Barcelona: Ariel Sociología. García Ferrando, M., Ibáñez, J. y Alvira, F. (2000). El análisis de la realidad social. Métodos y Técnicas de investigación. 3ª Edición. Colección Ciencias Sociales. Madrid: Alianza Editorial. Giner, S. et al. (2001). Diccionario de Sociología. Madrid: Alianza Editorial. Guash, O. (2002). Observación participante. Colección Cuadernos metodológicos. Madrid: CIS. Macionis, J. y Plummer, K. (2011). Sociología. Madrid: Pearson. Martínez-Bascuñán, M. (2015). “Ulrich Beck y las paradojas de la globalización” en el diario digital Agenda Pública, día 4/1/2015. Montañés, M. (2009). Metodología y técnica participativa. Teoría y práctica de una estrategia de investigación participativa. Barcelona: Editorial UOC. Nieto-Galán, A. (2011). Los públicos de la ciencia. Expertos y profanos a través de la historia. Madrid: Marcial Pons. Rapoport, A. (1978). Aspectos humanos de la forma humana. Barcelona: Editorial Gustavo Gili. Picó, J. (2003). Los años dorados de la sociología (1945-1975). Madrid: Alianza. 21 Vallés, M.S. (2007). Técnicas cualitativas de investigación social. Reflexión metodológica y práctica profesional. Madrid: Síntesis. ------ (2002). Entrevistas cualitativas. Cuadernos metodológicos, nº32. Madrid: CIS. Vizcaíno, A., Pérez Alonso, Y. (2013). Intercomunicación ciencia-sociedad a través de una empresa de estudios sociológicos. El caso de Eixam Estudis Sociològics. En G. González, J. Gómez Ferri y V. Agulló coords. La colaboración científica: una aproximación multidisciplinar (pp 539-542). Valencia: Nau Llibres. 22