Sociedad civil y gobierno municipal

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FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE SOCIOLOGÍA
XII CONGRESO ESPAÑOL DE SOCIOLOGÍA. Gijón julio 2016
Sociedad civil y gobierno municipal
[Trabajo en realización]
Teresa Montagut
Universidad de Barcelona
[email protected]
Resumen
La ponencia tiene como objetivo presentar los resultados de un estudio realizado para
identificar los procesos institucionales que se han generado en el primer año del nuevo
gobierno municipal en la ciudad de Barcelona. Estudiar cuales han sido las barreras a las que se
han tenido que enfrentar y cuales las oportunidades para aplicar su programa “rupturista” en
la lógica de la administración pública
Índice
(1)
(2)
(3)
(4)
I.
Introducción
La nueva política
El caso de Barcelona: de la PAH al Ayuntamiento de la ciudad
Luces y sombras del primer año de mandato.
Introducción
En los últimos años, ha emergido una ola global de protestas ciudadanas. Estos nuevos
movimientos sociales, cada uno con su especificidad local o nacional tienen en común la
denuncia de las políticas de austeridad o la idea de que la democracia representativa ha sido
secuestrada por las fuerzas del capitalismo financiero. Los movimientos de la Primavera Árabe,
el 15-M español, el Occupy Wall Street y tantos otros movimientos en Méjico, Turquía, Brasil,
Grecia y otros muchos países, comparten el deseo y la lucha por un nuevo modelo de
democracia y representan también un nuevo paradigma. Se organizan de distinto modo, han
pasado de la lógica de la acción colectiva y, por tanto, con grado importante de organización, a
una lógica de acción “conectiva”1 basada en el intercambio de contenidos personalizados
mediante redes de comunicación. Este tránsito hacia otra realidad ha venido generando
1
En expresión de Bennett, W.L. y Segerberg, A. (2012) “The logic of connective action: Digital media and
the personalization of contentious politics” en Information, Communication & Society, vol. 15, nº 5, pp.
739-768.
expectativas que toman cuerpo en muy variadas movilizaciones en diversas ciudades del
mundo.
La profunda oleada de privatizaciones, controles especiales y redes de vigilancia que viene
afectando la vida en las ciudades, ha hecho emerger la reivindicación de una vida colectiva
permitiendo que las ciudades se conviertan en el lugar idóneo para la crítica y el nuevo
activismo político2. La ciudad permite crear y compartir bienes comunes. Es una cuestión de
escala. Elinor Ostrom, en su discurso de agradecimiento del premio Nobel 2009 “cuando un
recurso común está estrechamente relacionado con un sistema socioecológico más amplio, las
actividades de gobernanza se organizan en capas múltiplemente anidadas”3. En las ciudades, y
según muestran diversos estudios, es en donde es mucho más fácil organizar y poner en
funcionamiento la acción colectiva y cooperativa con una gran participación de los habitantes.
A lo largo de la historia, lo urbano ha venido funcionando como un ámbito relevante de acción
y de rebelión política y hoy se cristaliza en la búsqueda de poner fin a los procesos de
apropiación mercantil de los espacios y equipamientos públicos, de la privatización de los
centros de las ciudades o a la expulsión de familias vulnerables de sus viviendas. Se reivindica
su apropiación como bien común y por tanto el derecho al uso de sus servicios, espacios y
bienes para toda la ciudadanía. Como indica Oriol Nel·lo4 “la ciudad en cada fase histórica, no
es solo el reflejo de los intereses y el poder de quienes la dominan y gobiernan sino también de
las esperanzas y capacidad transformadora de los grupos subalternos”.
II.
La nueva política
Pero ¿qué queremos identificar como “nueva política”? Hablar de “nueva política” nos remite
a una categoría todavía no bien definida pero en la que confluyen los diversos movimientos y
reivindicaciones como un objetivo final a conseguir. Se trata de una deseada regeneración
ética de un sistema corrompido mediante procedimientos más abiertos, transparentes y
personalmente honestos. La nueva política está compuesta por un conglomerado indefinido
de personas y estructuras diversas que no participaban en el sistema de partidos tradicional.
Según Marina Garcés5. Lo que hoy está en juego no es solo una regeneración institucional sino
la propia redefinición de vida política. Esto movimientos que se han producido en diversos
lugares del mundo, han venido ensayando formas de politización de la vida colectiva de
manera independiente de la agenda electoral y del poder estatal. Iniciados en 2011 (pero
también teniendo en cuenta las anteriores olas movilizadoras de 1968-1977 y de 1994-200),
muestran que no hay transformación de la vida colectiva que no implique un sujeto múltiple y
que no exija un trabajo a diferentes escalas territoriales e institucionales. El objetivo final de
esta nueva manera de acción política no sería solo la regeneración de las instituciones sino,
incluso, la redefinición de la vida política. Respondería a las inquietudes de nuestro mundo
común hoy inquieto en la búsqueda de una red de contrapoder capaz de parar la dinámica del
capitalismo financiero que ha secuestrado la vida democrática en prácticamente todas las
partes del planeta.
2
Ver, David Harvey (2013) Ciudades Rebeldes: del derecho de la Ciudad a la revolución urbana. Madrid:
Akal
3
Citado en Harvey (op.cit.)
4
Nel·lo, O. (2015) La Ciudad en movimiento: crisis social y respuesta ciutadana. Madrid, Ed. Diaz & Pons
5
M. Garcés (2015), en Vell/Nou, monográfico.
III.
El caso de Barcelona
En las grandes ciudades españolas, Madrid, Barcelona, Valencia, Zaragoza o Cádiz, entre otras
muchas, estas nuevas formaciones han ganado las últimas elecciones municipales y en la
mayoría encabezadas por mujeres. Sus estilos han roto con la tradicional forma de hacer
política y en estos momentos de desazón de la vida democrática, han sido capaces de generar
de nuevo confianza y optimismo. Ha sido un triunfo de las causas políticas más que de las
organizaciones políticas. Una forma distinta de hacer política.
Estas candidaturas unitarias, aún compartiendo las mismas finalidades, conciben la gestión de
la ciudad de diversos modos. Josep Mª Pascual6 en un sugerente artículo, habla de “tres
distintas almas” en los nuevos gobiernos municipales: la “tradicional” que sería la propia de la
izquierda tradicional vinculada a la municipalización paulatina de todos los servicios; la
“neoanarquista”, cuyo intento es un proceso de autogestión, empoderando a la sociedad civil
con procesos participativos permanentes, y una tercera, la “relacional” cuyo peso específico
estaría en lograr una coproducción de políticas y proyectos entre el ayuntamiento y la
sociedad civil. En cada territorio concreto el peso específico de cada una de ellas varía en
función de las dinámicas y estructuras sociales de cada una de las ciudades.
Voy a analizar el caso de Barcelona como un caso particular pero que tiene mucho en común
con lo que está sucediendo en otras ciudades españolas. En Barcelona, encabezó la formación
“Barcelona en Comú”, Ada Colau, una reconocida líder ciudadana que había participado en
diversos movimientos sociales y en los últimos años dirigido la “Plataforma de Afectados por la
Hipoteca” (PAH). La organización Barcelona en Comú es un conglomerado de personas
provenientes de distintos movimientos y también del partido de izquierda “Iniciativa els Verds”
grupo que había estado gobernando en coalición de izquierdas en el ayuntamiento. Fue la
fuerza más votada pero solo consiguió 11 regidores de un total de 41. Está gobernando en
minoría, aunque para el nombramiento de alcaldesa, Ada Colau, tuvo el apoyo de los regidores
de otros grupos de izquierda. En el momento de escribir este documento, aún no hay un
acuerdo de gobierno mayoritario que permita aprobar los presupuestos y gobernar con
estabilidad.
IV.
Luces y sombras del primer año del mandato
Aunque todavía es pronto para una evaluación del posible cambio, las nuevas medidas que se
han ido implementando permiten entrever un posible camino iniciado. Algunas de ellas, y
como ejemplos:
Un primer elemento es la nueva forma de ejercer la política. Sin lugar a dudas, BeComú está
generando nuevas dinámicas entre el ayuntamiento y la ciudadanía, tanto por lo que hace
referencia a políticas concretas como a la posición del ayuntamiento en cuestiones
estratégicas del modelo social de la ciudad.
Las prioridades de las políticas se han centrado, básicamente, en la lucha contra la pobreza y
las desigualdades y en intervenir en los problemas de acceso a la vivienda de muchas familias
6
Ver articulo http://ccaa.elpais.com/ccaa/2016/03/20/catalunya/1458479459_312187.html
barcelonesas. En el primer plenario del ayuntamiento se aprobó la reorientación de 102
millones de euros de superávit y dedicarlos a emergencia social. Así mismo se decidió
incrementar el 50% de recursos para garantizar la seguridad alimentaria de las familias. Con
referencia al derecho a la vivienda se ha creado un equipo de prevención de los desalojos y
conseguido la cesión de 455 pisos vacíos propiedad de los bancos, activando un programa de
alquiler social con la construcción de más de 2.000 pisos.
Hay también la apuesta para fortalecer la economía cooperativa, social o colaborativa, con
planes de apoyo específicos. Se han realizado a través de la agencia municipal Barcelona
Activa, unas jornadas de apoyo y difusión de la economía colaborativa procomún.
Otras actuaciones que probablemente vayan a producir cambios tienen que ver con la nueva
gobernanza de la ciudad, tanto en aspectos sociales, políticos o económicos. Se han abierto
espacios participativos y comenzado a trabajar en ello. A través de plataformas digitales y
actos presenciales se ha convocado a la ciudadanía a deliberar sobre el futuro de la ciudad. Se
está trabajando en el nuevo PAM (Plan Acción Municipal) y a través de la plataforma “Decidim
Barcelona”7 se han abierto espacios de debate y deliberación sobre los retos que tiene
planteada la ciudad para los próximos tres años. Un tema en el que la ciudadanía está muy
sensible es el del turismo. La masificación del turismo en la ciudad es una de las causas de
malestar expresado en los últimos años. El ayuntamiento ha hecho propuestas como la
suspensión de licencias en determinadas áreas o la creación de un plan de ordenamiento de
viviendas dedicadas al turismo, y este ha sido uno de los temas sometidos a debate a través de
esta plataforma.
Por el lado de las sombras o dificultades con que se han enfrentado, destacaría, a nivel interno,
el gobierno ha tenido que lidiar con varias resistencias. De un lado, muchos de los trabajadores
de la administración veían –o tal vez aún ven- con cierta desconfianza la composición del
nuevo gobierno. Sea por la nueva forma de hacer política, desconocida y por tanto que rompe
la tradición, sea por la aportación de nuevos valores que chocan con los criterios hasta ahora
utilizados para gestionar la política. Se percibe un cierto malestar por parte de algún
trabajador por el desconocimiento que tenía el nuevo gobierno sobre los procedimientos de
una administración pública, en especial durante los primeros meses del mandato.
Otro frente es en relación a la policía municipal, la guardia urbana de la ciudad. El cuerpo
policial estaba preocupado con el nuevo gobierno por el papel que los movimientos sociales
habían tenido en determinadas actuaciones policiales. Por parte de BeC se apuesta por un
nuevo modelo de seguridad. Una policía más de barrio, de mediación, de proximidad que no
represiva. Un objetivo es que la guardia urbana no tenga una organización antidisturbios. Esta
función, según el nuevo gobierno le corresponde a la policía autonómica, no la municipal. En
esta línea se sitúa el conflicto con los “manteros” (la venta ilegal en la calle por parte de
personas inmigrantes. Ha habido oscilaciones entre permisividad y prohibición. Es un problema
todavía no resuelto y que hace emerger la contradicción entre la responsabilidad y la
convicción (Weber8).
7
8
https://decidim.barcelona/proposals?filter=category_id=2:source=citizenship:subcategory_id=
Weber, M. (1992): El político y el científico. [1919] Madrid: Alianza Editorial.
En este apartado de dificultades, se hace necesario también citar el papel que los medios de
comunicación tienen con respecto al nuevo ayuntamiento. Las noticias transmitidas por parte
de algunos de ellos sufren un importante sesgo. Se ha pasado de agrandar las noticias frente a
cualquier -pequeño o gran- desliz de los primeros días o meses de gobierno, a ignorar o a no
comunicar avances o cambios significativos posteriores. La nueva política debe enfrentar hoy
el papel hostil –y el poder- de la vieja comunicación.
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