Movilidad social y educación superior. El caso de los estudiantes de agronomía en España y Marruecos Ana VELASCO: Universidad Politécnica de Madrid (UPM). Dpto. Economía y Ciencias Sociales Agrarias. Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos (ETSIA) [email protected] Thierry DESRUES: Instituto de Estudios Sociales Avanzados (IESA –CSIC). Córdoba (España) [email protected] Las Escuelas de Ingenieros Agrónomos en Marruecos y España han formado durante décadas profesionales destinados a trabajar al servicio de la administración pública con el fin de apoyar la modernización de las políticas la producción agrícola. En este sentido han sido formaciones avaladas por unas competencias profesionales establecidas, que les protegía desde la administración y que le daban sentido. Partiendo del postulado de que durante años esta formación era símbolo de cierto prestigio social de la que salía una élite profesional con especial vocación hacia la administración pública. En estos momentos de masificación de la enseñanza superior, de multiplicación de centros que imparten esta formación y de mercantilización de la enseñanza. Nos hemos planteado algunas interrogaciones que guían nuestra reflexión ¿Estas titulaciones todavía responden a una élite? ¿Quiénes son los jóvenes que eligen esta formación? ¿Qué motivaciones encuentran en esta elección? ¿Qué expectativas? ¿Cómo ven su futuro en un contexto de aumento del desempleo de los jóvenes universitarios, cuando además el peso del sector agrario está en crisis y su peso como sector de actividad ha perdido relevancia? Y por último ¿qué diferencias y qué convergencias podemos señalar entre el caso de Marruecos y el español? Para responder a esas cuestiones se ha realizado una investigación empírica basada en la administración de una encuesta comparativa a 200 estudiantes de ingeniería agronómica de la ciudad de Meknès (Marruecos) y de Madrid (España), utilizando el mismo cuestionario en los dos países, con posterior codificación y análisis en SPSS. Entre los resultados señalar que tanto en España como en Marruecos la educación que proporcionan las Escuelas de Agrónomos no se dirige directamente a una clase dominante. Sin embargo sus estudiantes son parte de una élite dentro del conjunto de la juventud en general, y de la juventud de los estudiantes en particular. La proximidad del 1 lugar de enseñanza al hogar paternal tiene un considerable peso y en general, son jóvenes satisfechos y optimistas en su devenir. Palabras clave: juventud, valores, profesión, trabajo, élites, estudiantes, agrónomos, ingeniero. Agradecimientos Los resultados se inscriben en el proyecto de investigación « Juventud, cambio social, política y sociedades en el Mediterráneo: el caso del Magreb », financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad (CSO2011-29438-C05-04). *** INTRODUCCION Hasta hace dos o tres décadas, en el Magreb y en España, la Escuelas de Ingenieros , en particular las que formaban a los ingenieros agrónomos, tenían como vocación seleccionar a jóvenes que habían sido brillantes en los estudios secundarios – bachillerato – para transformarles en un élite al servicio del estado y con un fuerte espíritu corporativo . La Escuelas Superiores de Ingenieros en España o “Grandes Ecoles” en el lenguaje francés, han sido centros emblemáticos del conocimiento tecnocrático y de la ciencia aplicada, y en este sentido también la ingeniería agronómica ha sido durante mucho tiempo un enclave al servicio del Estado desarrollista encargo de llevar a cabo la modernización de la agricultura. En España, esta profesión corporativa se remonta a finales del siglo XIX, en 1855 se creó la primera Escuela y en 1872 se constituye la Asociación de Ingenieros Agrónomos y que más tarde, en 1953 se transformó en un órgano colegiado de la profesión, el Colegio de Ingenieros Agrónomos. Asociado a la administración, eran los encargados de modernizar el sector de la agricultura y la ganadería. Con un importante papel en las diversas reformas agrarias como escollo de la desigualdad social, tanto antes como después de la guerra civil (1936-1939). En los años 50, el régimen de Franco intentaba salir de la depresión heredada de esta contienda, sin cumplir la reforma agraria de la segunda república, otorgando gran prioridad al desarrollo agrario mediante una la 2 política de modernización de la agricultura basada en dos grandes pilares: la ejecución de la concentración parcelaria y el desarrollo de sistemas en regadío, los encargados de ponerla en funcionamiento serán los Ingenieros Agrónomos del Estado. La importancia de las grandes centrales hidroeléctricas y la intensificación productiva sobreviven el régimen de Franco y continuará hasta años después de la transición democrática (19761978), pero la formación de los ingenieros agrónomos también entrará en otra nueva etapa con la admisión de alumnos procedentes de la educación pública; con la integración de España en la Unión Europea (1986) habrá un relanzamiento de la modernización del sector, y los primeros funcionarios de Bruselas relacionados con el sector son prioritariamente jóvenes agrónomos de la Escuela de Madrid o la de Valencia. En Marruecos, la colonialismo francés (1912-1956)1 marcó la política de modernización de la agricultura basada también en el desarrollo de grandes perímetros de irrigación y la multiplicación de despachos en las empresas pública (Lazarev 2012; Desrues 2004). Sin embargo, el prestigio y el espirito corporativo de los ingenieros agrónomos marroquíes ha estado menos marcado que en sus homólogos españoles, debido probablemente a la competencia ejercida por el prestigio de los ingenieros de caminos marroquíes formados en Francia. Son éstos quienes ocupan los puestos ejecutivos del gran cuerpo del Estado y las grandes empresas públicas (Scarfo-Ghellab, 2011). En ambos países, y en particular en España, la formación de las escuelas de ingenieros estaba orientada a crear profesionales y servidores de la administración pública para acompañar al Estado en la ejecución de las políticas del ramo, y en lo que respecta a los agrónomos a la modernización y producción agraria. En este texto, partimos del postulado de que durante décadas esta formación se ha beneficiado de un cierto prestigio social, ya que los jóvenes egresados provenían de Institutos o colegios reconocidos por su enseñanza elitista y se iban a transformar en 1 El Protectorado español jugó un papel de menor importancia en el desarrollo agrícola de Marruecos. Entre otras cosas, porque fuera de la llanura del Loukkos donde se introdujo el cultivo intensivo de las fresas y el azúcar el territorio bajo administración española era predominantemente montañoso. Además tanto el desarrollo del sistema de enseñanza como las condiciones políticas, económicas y financieras de la metrópoli no permitían al país afirmarse como un modelo a seguir para el desarrollo de Marruecos. A lo largo del Protectorado, fueron Francia y California quienes se impusieron como modelo tanto cerca de los colonos europeos como de los “evolucionados” autóctonos (Swearingen 1986; Desrues 2004). Esta imagen y esta impresión han cambiado sin lugar a dudas desde la entrada de España en la Unión Europea en 1986. 3 una élite profesional. A partir de este postulado nos hemos formulado una serie de preguntas que son las que guiarán nuestra reflexión. En una época de masificación de la educación superior, de multiplicación de titulaciones y de mercantilización de la enseñanza, ¿estas Escuelas todavía siguen formando a una élite? ¿Quiénes son los jóvenes que se adhieren a estos titulaciones? ¿Cuáles son las motivaciones de su elección y sus expectativas? ¿Cómo ven su futuro en un contexto de crecimiento continuo del desempleo incluso en los titulados superiores, en un contexto en el que solo unos pocos serán requeridos por el estado, además de la pérdida de peso continua del sector agrario en la economía nacional? Y por último,¿ qué diferencias y qué convergencias podemos se observan entre el caso de los jóvenes marroquíes y los españoles? Para responder a estas cuestiones, se ha realizado una encuesta comparativa a estudiantes de ingeniería agronómica en Meknès (Marruecos) y de Madrid (España). Se ha utilizado un cuestionario similar en los dos casos y se ha administrado a 200 estudiantes entre 18 y 35 años, la muestra elegida por país ha sido de unos 100 cuestionarios, resultando válidos 94 en el caso de estudiantes de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos de Madrid (ETSIA) y 102 en el caso de la l’ENA (École Nationale d’Agriculture) de Meknès. El cuestionario administrado es rico en información pues contiene un importante número de variables recogidas en 140 cuestiones estructuradas en los siguientes temas: Perfil socio-demográfico; Contexto local y familia; Definición de la categoría “joven; Adhesión a asociaciones; Participación en la vida social y política; Usos de las tecnologías de información y comunicación; Valores; La elección de su formación, Grado de satisfacción y Perspectivas de futuro. La dualidad (desigualdad) de la enseñanza superior que se asienta (descansa) incluso en la división entre Escuelas Universitarias y Escuelas superiores, o entre Escuelas y Facultades tanto en el caso de España como en Marruecos, aunque con diferente terminología. En este último país, el sistema está sesgado por la versión trasladada de la formación francesa de “Très Grandes Ecoles” (de Saint Martin 2005 ; Scarfo-Ghellab 4 2001)2. Si bien desde mediados de los años 80, muchas nuevas instituciones y titulaciones de educación superior han visto la luz tanto en España como en Marruecos, la formación de los agrónomos y la titulación de ingeniero es dispensada en estas Escuelas distinguiéndose, de las licenciaturas y diplomaturas de derecho, gestión, económicas otorgadas por las facultades y que no son menos competitivas en la administración pública. A partir del supuesto avanzado queremos, mediante el resultado de la encuesta, si existe una lógica de reproducción y de movilidad social ascendente, es decir si en la actualidad la formación de ingeniero agrónomo se asocia como en el pasado a una promoción social. Y el grado de satisfacción de estos jóvenes tanto en relación a sus estudios como en su vida. Antes de pasar a analizar los resultados, vamos a presentar brevemente las dos escuelas donde estudian los encuestados. 1. Nuestro universo y nuestra muestra: presentación de las escuelas y el perfil socio-demográfico de los encuestados Nuestro universo está definido estudiantes de dos escuela: la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos (ETSIA) de Madrid, en España y en la Escuela Nacional de Agricultura (ENA) de Meknes en Marruecos. Hemos tratado de de seleccionar una muestra que se aproximara a la distribución de los alumnos y a la igualdad de género en cada caso. La ETSIA de Madrid La Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos (ETSIA) de Madrid es uno de los once centros de formación superior en agronomía. Esta es la escuela más antigua, seguida por las de Córdoba, Lleida y Valencia. Originalmente, fue una institución dependiente del Ministerio de Agricultura como ocurría con el INA-Paris Grignon de 2 Sobre este tema es muy interesante la lectura de la la tesis de Pierre Bourdieu sobre la educación superior en Francia y el sistema de "Grandes Ecoles", a la que hace referencia Dupre, Grelon y María (1991). 5 Paris . Desde 1973 es adscribe como el resto de la Escuelas Superiores de Ingeniería y Arquitectura a la Universidad Politécnica de Madrid (UPM). Hasta 2011 la duración de esta formación fue de 5 o 6 años, según los Planes de Estudio, así el de 1976 se mantuvo en 6 años, los dos últimos Plan 96 y el 2006 tenía un contenido de 5 años. Durante tiempo contaba con cinco áreas de especialización: producción vegetal, producción animal, economía rural, ingeniería rural y manejo de la tierra y las industrias de alimentos, pero en el último Plan de 96 las orientaciones crecieron hasta 7 incorporando el medio ambiente y la ordenación del territorio. Desde el año 2011 esta formación se organiza en 6 años y en dos ciclos 4 + 2 (Grado y Diploma) para convertirse, hay una diversificación en la oferta de grados que se proponen como el equivalente a Ingeniero Técnico Agrícola y luego los alumnos habiendo realizado grados con competencias pueden seguir con un Master profesional de dos años. Además la ETSIA tiene una importante dimensión internacional, en particular con América Latina de donde provienen muchos de los estudiantes que cuentan seguir estudios doctorales y más recientemente con Asia (China y Corea del Sur), en el segundo ciclo de la formación existe un notable intercambio de estudiantes Erasmus con Francia, Italia, Bélgica y Polonía. A pesar de los cambios a lo largo de los años, el aprendizaje del estudiante siempre está marcada por los objetivos de la Escuela y la vigilancia del Colegio, adaptación la formación a los nuevos tiempos de la agricultura "moderna", es decir, tecnificada, aerodinámica y razonado en términos funcionalistas, con menos tecnócratas en su seno y dando cada vez más prioridad a la economía de la empresa y a la tecnología de los alimentos, entre los nuevos agrónomos son pocos los que salen pensando en un puesto en la administración pública y más en la empresa privada o donde puedan, como veremos en los resultados de la encuesta. Durante el curso 2012-2013, que fue cuando se realizó la administración de la encuesta, el número de matriculados en la ETSIA ascendió a 1.463 estudiantes incluyendo cerca de 200 egresados en el primer año. La tasa de deserción en esta formación es de alrededor de 16%. 6 Para nuestro análisis no se ha utilizado una muestra aleatoria estadísticamente sino representativa o de conveniencia. Optamos por un estudio exploratorio de 100 cuestionarios administrados a los estudiantes de los distintos cursos o niveles de formación (desde 5º a 1º), ocupando diversas orientaciones (Economía Agraria, Producción Vegetal, Producción animal, Medio Ambiente y Ordenación del territorio). La titulación de ingeniero agrónomo se obtiene con la aprobación final del Proyecto o Trabajo Fin de Carrera (TFC), que a veces realizan durante los 6 meses siguientes a finalizar todo el ciclo y que compatibilizan con la búsqueda de su primer empleo. L’Ecole Nationale d’Agriculture (ENA) de Meknès en Marruecos En Marruecos, la educación superior agraria consta de tres establecimientos dependientes del Ministerio de Educación Nacional y organizados en torno a tres niveles de titulación: licenciatura, máster y doctorado. Estos centros de estudios agrarios son: el Instituto Agronómico y Veterinario (IAV) Hassan II, en Rabat; la Escuela Nacional de Agricultura (ENA), en Meknes; y la Escuela Nacional de Ingeniería Forestal (ENFI) en Salé. La ENA fue creada en 1942, en la época del protectorado francés para formar a técnicos especializados en el sector agrario. En aquel momento, los Ingenieros agrónomos no se formaban in situ, realizaban sus estudios en Francia bien en la metrópoli o en Argelia (Vermeren, 2002: 208-218). Actualmente, sesenta años después de que Marruecos obtuvo la independencia en 1956, la ENA de Meknès es una institución con dimensiones internacionales, que además de de formar a sus ingenieros en agronomía, contribuye a la investigación en todos los ámbitos de la agricultura y la el desarrollo rural. La formación en la ENA tiene una duración de 5 años, distribuidos en dos ciclos (3+2): un ciclo de preparación de dos años y un curso de ingeniería de 3 años. Este segundo programa de formación agraria ofrece seis áreas de especialización: fruticultura, olivicultura y la viticultura; ingeniería agro-económica; ingeniería de desarrollo; 7 ganadería; protección de las plantas y el medio ambiente; ciencia y tecnología en la producción de hortícolas. Una de las características esta formación se basa en la realización de cuatro talleres prácticos de 75 días en el primer año y de 21 días en el segundo, tercer y quinto año. La formación de ingeniero se termina con la realización de un trabajo de los estudios (TFE) que suele tener una duración de 6 meses y está orientado a la inserción de los futuros ingenieros en el mercado de trabajo. Para entender mejor la posición de los alumnos de la ENA en el contexto de la educación superior en Marruecos y la formación de "élites", hay que tener en cuenta no sólo el origen de la escuela y la capacitación nivel nacional, sino también la accesibilidad a intercambios a nivel internacional, en particular con centros franceses (Vermeren 2002 ; Scarfo-Ghellab 2001). Entre las muchas escuelas que otorgan el título de ingenieros del estado en Marruecos, la ENA es una excepción ya que la mayoría se establecieron después de la independencia, a finales de 1950 y principios de 1970 para responder a la demanda de los cuadros técnicos que necesitaba el Estado marroquí (Zahid 2014). En este contexto se crea otro establecimiento de formación agronómica, junto a la principal institución de educación superior en agronomía ENA entonces, se trata del Instituto Agro-Veterinario Hassan II (IAV) en 1966. Desde 1960, cerca de 3.000 ingenieros marroquíes han optado por una formación en una de Grande Ecole francesa (Scarfó-Ghellab, 2001). Según datos recientes, las escuelas más requeridas han sido: La Escuela Politécnica, la Escuela Nacional de Caminos y Puentes, la Ecole Centrale (París), la Escuela Superior de Electricidad (SUPELEC), la Escuela Nacional de Minas, París (Francia) y la Escuela Nacional Superior de Telecomunicaciones. En este sistema de formación dual y exógena, que constituye un circuito privilegiado de reproducción de las élites sociales en Marruecos, los ingenieros agrónomos marroquíes parecen estar excluidos. Con la reciente explosión de matrículas en la educación 8 superior, la ENA, pero también el IAV no han escapado al cambio en la composición de su público. En paralelo, alrededor de la década de 1980 el sector privado se presentaba como un nuevo actor, pues algunas categorías de jóvenes marroquíes procedentes de un medio social más favorecido, decidieron hacer sus estudios superiores en Escuelas marroquíes pero de carácter privado siguiendo el modelo de las escuelas de gestión. Aunque posicionados en un segundo nivel, es probable que los jóvenes agrónomos marroquíes todavía representen para la población una elite tecnocrática y social, al mismo nivel que los médicos o abogados.Por último, como veremos más adelante en esta observación, las jóvenes chicas que se inscriben en la ENA se posicionan, a través de la formación de ingeniero, en una estrategia de movilidad social. Y en este punto es necesario tener en consideración que la feminización de esta formación provoca, al mismo tiempo, un efecto perverso a medio plazo: la desvalorización del título (un desmérito). Por otra parte, observar que a diferencia de los chicos, las chicas ingenieros al acabar sus estudios van a ocupar empleos que están por debajo de su nivel de formación y este empleo , a menudo, se limita a tareas ejecutivas (Mellakh, 2004). En la ENA, el número de alumnos matriculados durante el curso 2012-2013 fue 373, de los cuales 130 chicos y 234 chicas. El número de estudiantes egresados por año oscila entre 89 y 60, con una clara mayoría de las chicas a lo largo de los primeros cuatro años. A pesar de que no se ha tenido acceso a los datos socio-demográficos institucionales de los estudiantes, l el universo de 100 cuestionarios, y que finalmente fueron suministrados 104, se considera una muestra suficientemente representativa. El perfil socio-demográfico de los jóvenes estudiantes encuestados Los estudiantes de nuestra muestra de encuestados tienen entre 18 y 35 años, en la ETSIA únicamente dos tercios eran menores de 23 años y sólo un estudiante de la ENA supera los 26 años. Estos límites de edad sitúa biológicamente a estas personas en la categoría de jóvenes y como personas sin una ocupación remunerada pues en general dependen económicamente de sus familias. Estas dos variables -edad y estatus de estudiante- explica que, lógicamente, casi todos cuenten con el estado civil de solteros y 9 sin hijos a su cargo (96,8% los estudiantes de ETSIA de Madrid y el 90,4% los de la ENA de Meknes). Por otra parte, podemos señalar tres de cada cuatro encuestados de la ENA son mujeres (75,5%), lo que refleja bastante bien la feminización de dicha escuela en los últimos cuatro años (65.15%) . Este fenómeno totalmente nuevo, incluso si se une a una tendencia observable en la educación superior el marroquí, se acentúa especialmente en esta formación y Centro. Este hecho es muy interesante y merece una investigación más profunda. Por contra, en la ETSIA, esta feminización es mucho más débil y la muestra es más está equilibrada en términos de género de los encuestados (49% varones vs 51% mujeres) y esta igualdad de género se observa entre el conjunto de matriculados. Tenemos pues dos muestras que divergen en cuanto a la distribución por género, pero que se aproximan a la realidad que pretenden representar. 2) La elección de los estudios: una opción de proximidad que satisface más a los encuestados de Madrid que a los de Meknes Cuando se preguntó a los estudiantes de la ETSIA dónde han seguido su educación secundaria, 70% de los encuestados han respondido en la Comunidad de Madrid (Madrid y sus alrededores) y el 21,5% en las provincias limítrofes (Segovia, Albacete, Toledo.), de Castilla León y Castilla-La Mancha. Para los alumnos de la ENA, la mitad ha respondido que en centros de enseñanza secundaria ubicados en Meknès o en los aduares (douars) de los alrededores, este último aspecto es especialmente cierto para las chicas, pues la otra mitad de los estudiantes encuestados de Marruecos señala que los estudios secundarios los realizaron en otras grandes ciudades como Casablanca, Fez, Rabat, Kenitra, Ouarzazate, Salé y Marrakech, indicando así su procedencia. La mayor dispersión en relación a la procedencia geográfica de los estudiantes marroquíes en comparación con los estudiantes españoles se debe a la ubicación de la oferta de los estudios de ingeniero agrónomo principalmente, mucho más reducida en Marruecos donde los jóvenes solo pueden optar por dos centros: la ENA y la IAV. Sin embargo, en España la multiplicación de Universidades que ofrecen estos estudios en las últimas dos décadas, hay prácticamente una Escuela en la mayoría de las 10 Comunidades Autónomas, hace que los jóvenes elijan preferentemente un centro cercano. En el caso de Madrid, este rasgo se ve reforzado primero, por el tradicional prestigio de la ETSIA en la formación agronómica en España y luego por las políticas públicas de apoyo económico a los estudiantes que no favorecen la movilidad de los estudiantes 3. Además el número de becas y el montante económico de las mismas son insuficientes becas, como también lo son las residencias estudiantiles y comedores subvencionados. Esta realidad lleva a muchos estudiantes a decidir realizar los estudios cerca de donde viven los padres o abuelos. Lo que explica que en el 78% de los casos los padres de los encuestados residan en la ciudad de Madrid o en la región; a menos de una hora de transporte en tren o en autobús desde la ETSIA. Observando al mismo tiempo que, los jóvenes que viven en grandes ciudades como Madrid, se benefician de una mayor oferta de centros formativos que los que viven en zonas y provincias más rurales. El costo de la vivienda y el precio de los estudios explican que el 69,1% de los encuestados vivan con sus padres y sólo un 3,2% en residencia universitaria.Esta elección de proximidad a la residencia familiar más pronunciada en los estudiantes de Madrid que en los de Meknes, no se contradice con que la gran mayoría de los encuestados declare que están estudiando lo que querían, lo que eligieron. Esta tendencia es particularmente manifiesta en la ETSIA (82,7% de los encuestados), bajando un poco en la ENA (74,8%). Por último, hay que admitir que en este aspecto no encontramos diferencias significativas en las opiniones entre chicos y chicas. 3.- Amarres s o movilidad futura: el apego afectivo y las oportunidades profesionales Hoy en día, el mercado laboral cada vez es más desregulado, más competitivo y más abierto al mundo. Esto exige a los trabajadores y en particular las personas que se van a 3 Si bien en los últimos 3 años, que no son objeto de nuestra encuesta, ante la subida de tasas universitarias de la Comunidad de Madrid un 66%, algunos estudiantes se están desplazando hacia otras Comunidades Autónomas donde realizar la misma formación es más barato. 11 incorporar por primera vez al mercado laboral movilidad geográfica y profesional. El anclaje en el lugar de nacimiento o en el pueblo (el terruño) es un freno para cualquier persona que aspire a tener un puesto, y más aún si se aspira a que sea acorde a su formación técnica realizada. Los estudiantes españoles de nuestra encuesta son en su mayoría urbanos y se dividen entre “sedentarios” que estudian en la ciudad donde han vivido siempre e "intermodales" que viajan todos los días durante varias horas a la ciudad en un flujo de movilidad interurbana marcada por franjas horarios oficiales de trabajo (1-3 horas de transporte en común). Al respecto, la pregunta que aflora es si cuando piensan en su futuro, se proyectan como "sedentarios" o si se inclinan más hacia perfiles "nómadas", en movimiento por diferentes países en función de las oportunidades de trabajo que se presenten, o bien en "trashumantes " en movimientos nacionales o transnacionales desplazándose con el objetivo de retorno al lugar de origen, como es hoy el movimiento del Erasmus. En la ENA, el esquema de prácticas ha resuelto finalmente el problema de la movilidad cotidiana de los estudiantes. En cuanto a su movilidad en el futuro, las opiniones son ligeramente divergentes: un 42% de los encuestados quiere vivir en el lugar donde pasó su infancia, contra el 52% que prefieren vivir en otro lugar. Esta dualidad se acentúa en gran medida cuando se observan los datos por sexo, ya que casi el 60% de los chicos se quedaría en su lugar en la infancia contra el 41% de las chicas que desean partir a otro lugar. Las razones que señalan los estudiantes de Madrid para permanecer en el lugar de la infancia, en este caso para quedarse de la gran ciudad, son además del clima, el apego a la familia y a los a amigos, los recuerdos de la infancia, las referencias que le hacen a uno sentirse "a gusto. Por contra, las motivaciones comunes para chicos y chicas que explican el deseo de abandonar el lugar donde pasaron su infancia se relacionan con la falta de oportunidades de empleo e infraestructuras, incluyendo el ocio. Si bien, se deduce que esta falta afecta probablemente a los centros urbanos más pequeños como "agro-ciudad" (López Casero, 2000). Por último, vemos en las chicas el deseo de descubrir otras tierras es más pronunciada que en los chicos. 12 En cuanto a los alumnos de la ETSIA, ya sean chicos o chicas, la mitad de ellos dijeron que querían vivir en el futuro en su lugar de la infancia. La primera razón expresada por los estudiantes de Madrid se unió a los estudiantes marroquíes, a saber, la fijación de los amigos y la familia (78,8%); el segundo lugar nos encontramos con la calidad de vida o la tranquilidad del lugar (40, 4%); Por último, la tercera razón se refiere a la satisfacción de vivir en Madrid (34,7%), una ciudad que aman y son numerosas las actividades culturales. Las razones expresadas por los estudiantes de los encuestados ETSIA para no quierer permanecer en el lugar de su infancia son, en primer lugar la falta de oportunidades de trabajo (41,5%); y, en segundo lugar, el deseo de conocer otras culturas y aprender otros idiomas (21,3%). Estos patrones se encuentran sobre todo entre las chicas encuestadas. Por lo tanto, se observa que, en relación con la movilidad o el separación del lugar de los chicos, los estudiantes de ambas orillas del Mediterráneo tienen percepciones muy similares, poniendo como primera razón de la falta de oportunidades en el mercado laboral, mientras que el apego a la familia y amigos contribuye a querer mantenerse en el lugar de origen. Estas similitudes se repiten en el análisis de las respuestas por género. 4.- Estudios y ocupaciones de los padres Al observar el nivel de educación de los padres de los alumnos, tanto de la ETSIA como de la ENA podemos observar que estamos ante un grupo social destacado, aunque con diferencias específicas sugeridas de las respectivas sociedades. Así, en la ETSIA de Madrid se pone de manifiesto que los padres de los encuestados pertenecen a una élite intelectual que se relaciona con los grupos de edad (Tabla I). La mitad de los ascendientes (48,9 % de las madres y 53,1% de los padres) de los alumnos encuestados tienen una formación universitaria, y más del 80% de los padres un nivel equivalente o superior al bachillerato. Este capital educativo se corrobora por las profesiones que ocupan y que se corresponden a menudo con un prestigio social alto o medio alto. En este sentido, más de la mitad de los estudiantes encuestados en la ETSIA 13 refieren como ocupaciones del padre la dirección empresas, la ingeniería, la actividad científica o intelectual. La actividad profesional y el ámbito de ocupación de las madres de los estudiantes también refuerzan esta posición, ya que en el 70 % de los casos la madre tiene un trabajo remunerado y en un 40% ocupan puestos en la dirección de empresas, como ingenieras o en la actividad científica. Tabla I: Nivel de estudios de los padres de los encuestados en la ETSIA Nivel de estudios de los progenitores Progenitores Estudios primarios y graduado escolar Bachillerato y BUP Formación profesional Ingeniería técnica y diplomatura (Bachillerato + 3 años) Ingeniería Superior, arquitectura, Licenciatura (Bachillerato+5 años) NR Total Padre 12,8% 23,4% 5,3% 7,4% 45,7% 5,3% 100,0 N=94 Madre 13,8% 31,9% 3,2% 11,7% 37,2% 2,1% 100,0 N=94 Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de la encuesta Se observa pues que el nivel de educación de los padres y la actividad profesional, en particular de las madres de estos jóvenes, es un aspecto relevante y diferenciador en las respuestas de los estudiantes marroquíes y los españoles y en relación a la diferencia de género. Como ejemplo, entre estos últimos, sólo el 15% indica como profesión de la madre “las labores de la casa”, en el caso de la ENA , el 73% de los encuestados indican que la profesión de la madre es "ama de casa". En Marruecos, cuando la madre trabaja suele ser en el ámbito de la educación (10%) o bien ocupando una actividad administrativa (6%). Estos datos recogen una discriminación que las mujeres marroquíes han sufrido durante mucho tiempo y que todavía sufren en las zonas rurales y clases populares (Desrues y Moreno 2011), en relación al acceso a la educación y en la continuidad de estudios de nivel secundario y universitario En cuando a la formación de los padres de los alumnos de la ENA de Meknes, dos de cada tres (65%) tienen la educación secundaria y 42% formación superior. Estas cifras 14 hablan también de una élite intelectual marroquí, si tenemos en cuenta que en Marruecos son una minoría los que tenían acceso a la educación secundaria o superior para aquellos que han nacido antes de 1970. En cuanto al estatus profesional, más de la mitad de estos padres (54%) son funcionarios, empleados del sector público: 16% en el ejército, 14% cuadros administrativos o en la educación superior y 10% ocupando posiciones de rango inferior en la administración y servicios. Entre las ocupaciones restantes predomina el comercio, solo 9% de los estudiantes dicen que su padre es agricultor. Tabla II: Nivel de estudios de los padres de los encuestados en la ENA Nivel de estudios Padre (%) Madre (%) Estudios universitarios 42 16 Estudios de nivel secundario (Bachillerato) 23 20 Estudios primarios 17 31 Escuela coránica 8 1 No sabe ni leer ni escribir 10 32 Total 100 100 N=102 N=102 Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de la encuesta No obstante, son pocas madres de los estudiantes ENA las que han ido a la universidad, un (16%). Aunque esta proporción es ciertamente más alta que el promedio nacional pues hay que recordar que apenas un tercio tiene un nivel de estudios primarios y que una de cada tres sabe leer ni escribir (Tabla II). A partir de una perspectiva de género, podemos destacar como dato muy interesante, que las madres de los estudiantes de la ENA están en una lógica de movilidad social ascendente a través del acceso a la educación superior. Por consiguiente, el nivel de estudios y las profesiones de sus padres de los jóvenes encuestados de la ETSIA permite decir que éstos aún representan una elite tecnocrática y social, del mismo modo que otras categorías como son los médicos o abogados. Por el contrario, en el caso de los padres de los estudiantes marroquíes este aspecto está menos generalizado pues solo representarían esa élite intelectual un poco menos de la mitad de los padres y se diferencian en el nivel de formación bajo de dos tercios de las madres de los estudiantes de l’ENA, el contraste principal con el caso español. 15 5.- El nivel socioeconómico de las familias Los alumnos de la ETSIA y de la ENA pertenecen mayoritariamente a la clase media alta. De hecho, dos tercios sitúan a sus familias como ricas o en "clase media sin dificultad económica". En el centro madrileño, solo uno de cada cuatro estudiantes se sitúa en la clase media con dificultades económicas (Gráfico 1), el resto se posiciona en “clase media sin dificultades económicas”. Se podría avanzar que los estudiantes que posicionan a las familias en el nivel socioeconómico de dificultad, se refieren también al contexto de crisis financiera y económica por la que pasaba el país en el momento de la encuesta (2008-2013) junto a una tasa de desempleo que superaba el 23%. Son estudiantes en cuyos entornos el padre y la madre tienen ocupaciones de baja calificación (20%) o están en paro (10%) o jubilados (15%), categorías enfrentadas a una pérdida del poder adquisitivo a causa de la crisis. Habría que comprobar si éstos jóvenes coinciden con aquellos que afirman disponer de un trabajo remunerado de unas pocas horas a la semana (un promedio de 5 horas), este cruce no se ha realizado. Gráfico 1: Estatus socioeconómico en la que los estudiantes posicionan a su familia (ETSIA), por género Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de la encuesta En cuanto a los estudiantes marroquíes, el nivel socioeconómico de sus familias está altamente diferenciado según sexo del encuestado (Gráfico 2), ya que las chicas el nivel 16 socioeconómico es más alto que el de los chicos: dos de cada tres encuestadas (65,5%) de la ENA considera que su familia se sitúa en la clase media sin dificultad o rica, mientras que en el conjunto de los chicos esta cifra baja a la mitad, sólo un tercio (32%) sitúa a su familia en un nivel económico medio-alto. En este sentido, cabe destacar que una proporción relativamente grande de los chicos (24,5%) se encuentra entre las clases populares frente a una pequeña proporción de las chicas encuestadas (3,5%). Estos datos quizás no tengan tanto que ver con una percepción de diferencia de géneros sino una realidad social más diferenciada que requiere profundizar en la investigación. Gráfica 2: Estatus socioeconómico en la que los estudiantes posicionan a su familia (ENA), por género Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de la encuesta Aunque no tenemos suficientes elementos para dar una respuesta más rigurosa, habría que ver el número y la cantidad de becas otorgadas. Se pueden avanzar dos hipótesis para profundizar en este aspecto: una sería, que en las zonas rurales y medios urbanos más populares prefieren enviar a los hermanos varones a estudiar en detrimento de las hermanas a la hora de seleccionar en la familia aquellos que podrían realizar estudios superiores; la segunda es, la no orientación de los chicos de clase media alta a la formación agrícola en la ENA, con la consiguiente pérdida de prestigio del Centro relacionada con el grado del feminización de los egresados y la llegada de chicos 17 procedentes de clases o ámbitos más populares. Este efecto perverso conduciría a una "profecía auto-cumplida" alimentada con el aumento de egresados femeninos cada año. 6.- Jóvenes satisfechos y optimistas Tanto los estudiantes que Madrid como los de Meknes se dicen mayoritariamente satisfechos con la vida que llevan (87% en la ETSIA y 84% en la ENA).. Esta tendencia alcanza casi la unanimidad en las chicas de la ETSIA (91,7%) (Figura 3). De media, tan sólo 16.6% de los estudiantes no están satisfechos, se observa que esta proporción es mayor en Meknes (20,3%) y Madrid (13%). La satisfacción que muestran los estudiantes de la ETSIA se basa principalmente en la falta de problemas financieros; luego que están estudiando los que ha elegido (87,2%) y les gusta; y, por último, en una buena relación con su familia. En cuanto a las razones por las que los jóvenes eligen estos estudios, hay una proporción significativa de respuestas que indican una sensibilidad hacia la naturaleza y el medio ambiente (31,9%), y en cuanto a motivaciones, no hay razones homogéneas en la elección. Sin embargo, observamos que las chicas reconocen el valor y el prestigio de la formación recibida (14,6% dice que "es una carrera bonita" contra el 4.3% de los chicos), mientras que sólo el 2,1% de los encuestados se refiere a una tradición familiar de ingenieros agrónomos, lo que da una idea de cierta diversidad en la reproducción social de los ingenieros agrónomos del cuerpo en España. Entre los encuestados que responden no estudiar lo que querían (12,8%), la mayoría había elegido otra formación como primera opción (medicina o arquitectura), no pudieron acceder por haber obtenido notas insuficientes para ser admitidos en estas facultades o escuelas que seleccionaron en primera opción. En cuanto a los motivos de insatisfacción o la manifestación de decepcionados, la razones son diferentes, según género: para las chicas es la situación de desempleo y para los chicos la crisis económica del país. Los estudiantes de la ENA también están bastante satisfechos con la vida que llevan, ya que no tienen problemas materiales, realizan estudios que coinciden con su elección y 18 en condiciones favorables y, finalmente, mantienen buenas relaciones con familia y parientes cercanos. La insatisfacción del estudiante devuelve una imagen inversa, así los que se muestran insatisfechos es porque no están haciendo lo que quieren, lo que habían soñado y por la falta de autonomía financiera. Sólo dos de cada tres estudiantes de ENA dicen estudiar lo que querían, que es una proporción importante, pero mucho menor que sus contrapartes de Madrid (87%). Las razones por las que eligieron estos estudios es por estar relacionados con la agricultura (30,4%) especialmente cierto en las chicas (35% frente al 8% de varones). En la encuesta se observan dos razones más: que no habían tenido otra elección (17,6%) o que era una obligación (11.8%). Estos resultados pueden dar lugar a diferentes tipos de interpretaciones: económicas (coste de los estudios mayor en otros lugares) nivel (la nota de entrada) o las ofertas (ya que no hay otra escuela además del Instituto Agronómico Veterinari de Rabat), o por imposición de los padres por motivos de control social. Estos son supuestos que sin duda merecen ser esclarecidos en futuras investigaciones. En segundo lugar una pequeña minoría (8%) indicó su deseo de obtener un diploma de ingeniero que desemboque en una profesión valorada. Esta motivación es más frecuente entre los varones (12%) que entre las mujeres (6,5%), tal vez porque éstas son conscientes de que su integración en el mercado profesional significará trabajar en un puesto menos cualificado en comparación con sus homólogos masculino a pesar de la misma titulación (Mellakh 1998). 7.- La proyección hacia el futuro: El optimismo Contrariamente a las estadísticas sobre la evolución de la movilidad social y el desempleo en los últimos 30 años, es decir, es decir el espacio-tiempo que separa la generación de los estudiantes encuestados de la de sus padres, vemos que los jóvenes de ambas escuelas son bastante optimistas mayoritariamente. A pesar del creciente desempleo de los graduados en España y el carácter estructural que el desempleo ha adquirido en Marruecos (Emperador Badimon 2010), los estudiantes encuestados consideran que su situación en un futuro será bastante mejor o mucho mejor que su situación actual. Sólo una ínfima minoría de los encuestados de la ENA (3%) y una 19 proporción ligeramente superior, pero todavía muy baja en la ETSIA (13,8%) cree que sus condiciones de vida empeoran. Al acabar sus estudios la mayoría de los estudiantes de la ENA le gustaría ubicarse en la la ciudad y, si es posible en Rabat la capital administrativa del Reino, que ofrece oportunidades de empleo en los ministerios. También una mayoría de los encuestados de la ETSIA consideran quedarse en la capital de España, donde tienen su casa y han realizado sus estudios. En ambos países, algunos estudiantes se refieren a la movilidad geográfica hacia las principales ciudades del país y en algunos casos a otros países, entre ellos Canadá para los jóvenes marroquíes y los Estados Unidos para los jóvenes españoles (12%). Entre las razones que motivan estas opciones de movilidad, para los chicos son las oportunidades de trabajo, mientras que las chicas quieren conocer otras culturas y vivir de manera más independiente, disfrutando quizás el anonimato de la gran ciudad y residencia en el extranjero. A la hora de elegir donde vivir en un futuro, los chicos se inclinan más por la proyección del empleo y por el paisaje, el medio ambiente y el clima del lugar, mientras que las chicas ponen más énfasis en la oferta cultural. A modo de conclusión El análisis nos lleva a varias conclusiones deben entenderse como hipótesis a contrastar, como parte de un trabajo más amplio. Por lo tanto, está aquí para vías de investigación. Tanto en la ETSIA como en la ENA nos enfrentamos a una mayoría de estudiantes que cursan estudios cerca de la casa de sus padres. Este rasgo es más pronunciado en España, probablemente debido a la descentralización territorial del Estado y el sistema de ayuda económica para estudiantes. Habría que comprobar en qué medida existe una correlación entre la proximidad residencial de los padres y la elección de la formación de agronomía, si había otras opciones de estudios, particularmente para los estudiantes de la ENA, donde algunos de los encuestados respondieron que más que opción fue una obligación. Todos los encuestados comparten un interés común y un deseo común: encontrar un trabajo después de la graduación. Esto no es sorprendente en los países con las tasas de 20 desempleo de los graduados bastante altas. Para los jóvenes de nuestra muestra, los estudios son su principal ocupación, su responsabilidad primera y su objetivo principal. El grado de importancia de la educación en la vida de los jóvenes es similar a la que le dan a la familia y a la obtención de un puesto de trabajo, incluso a los amigos y al tiempo libre. En general son jóvenes satisfechos y optimistas, tienen confianza en su futuro a pesar de las altas tasas de desempleo tanto en Marruecos como en España. Sin embargo, los futuros ingenieros españoles están menos sujetos al fenómeno del desempleo en general que sus homólogos marroquíes. Por lo general provienen de familias de la clase media o media alta. En ETSIA todavía hay alguna reproducción de la educación, profesional, social y simbólico. La representación de estos jóvenes es que los estudios de ingeniería están relacionados con un diploma que les da más oportunidades de encontrar un trabajo que un graduado de facultades, porque la percepción social de los ingenieros siempre se valora profesionalmente y socialmente mejor. Bibliografia Bourdieu, Pierre (1978), Les jeunes et le premier emploi, Paris Associations des Ages, pp. 520-530, cité en Questions de Sociologie. 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