Clase e ideología en España, 1986‐2016 Lucía Medina (ICPS – UAB) Miguel Caínzos (USC) Comunicación presentada en el Grupo de Trabajo 8 (Sociología Política) del XII Congreso Español de Sociología (Gijón, 30 de junio – 2 de julio de 2016) PRIMER BORRADOR, INCOMPLETO, SIN REVISAR Y SIN REFERENCIAS INTRODUCCIÓN El objetivo de esta comunicación es examinar la evolución de la relación entre posición de clase y preferencias ideológicas en España a lo largo de las tres últimas décadas, con especial atención a las dos últimas. Concretamente, se describirá la trayectoria seguida por la ubicación media de cada clase en el eje izquierda‐derecha y se tratará de determinar si esas trayectorias implican cambios a largo plazo en las posiciones relativas de las distintas clases. En fases posteriores del trabajo, que quedan fuera del alcance de esta comunicación, tenemos intención de calcular índices globales del grado de heterogeneidad entre clases en cada momento temporal y, en la medida en que los datos disponibles lo permitan, estudiar las eventuales relaciones existentes entre las variaciones de esos índices y las de (a) la heterogeneidad ideológica entre los electorados de los distintos partidos, (b) la heterogeneidad de los perfiles ideológicos de los propios partidos (medidos a partir de las ubicaciones atribuidas por los ciudadanos o del contenido de los programas electorales), y (c) la magnitud global del voto de clase. El objetivo último es averiguar si se han producido transformaciones relevantes en los alineamientos ideológicos de las clases y, en caso de que ese haya sido el caso, comprobar si esos cambios se pueden explicar por modificaciones en la “oferta ideológica” de los partidos y si tienen impacto sobre las pautas de voto de clase. Como queda dicho, aquí nos limitamos al primer paso: la indagación descriptiva sobre la evolución de las preferencias ideológicas; es decir, a “establecer el fenómeno” y a determinar si hay algo que necesita explicación y, en caso afirmativo, en qué consiste ese algo (Merton XXX, Goldthorpe XXX). La relación entre clase y política es asunto de honda raigambre en la investigación en sociología política y ciencia política, que ha dado lugar a grandes controversias, centradas, al menos en las últimas décadas, en dilucidar si se ha producido o no una progresiva erosión de las pautas de clase en las actitudes y los comportamientos políticos (la hipótesis de la “irrelevancia política de las clases” (XXX) o, de manera más audaz y generalizadora, de la “muerte de las clases” (XXX)). Ese tipo de discusiones y análisis se ha centrado sobre todo en el voto de clase (XXX) y, en mucha menor medida, en las desigualdades de clase en cuanto a la participación política (XXX). Aunque esto es perfectamente comprensible, habida cuenta del papel central que tienen las elecciones y las decisiones de voto de los electores en la política democrática y de la creciente importancia atribuida a otras formas de participación política de los ciudadanos, esa atención prioritaria a los comportamientos ha tenido como efecto negativo una cierta escasez de estudios sistemáticos sobre otros aspectos o dimensiones de las diferencias de clase en las orientaciones políticas (aunque véase, por ejemplo, XXX). Uno de estos aspectos es el de las preferencias ideológicas, que aquí estudiaremos utilizando las ubicaciones en el eje o escala izquierda‐derecha, utilizado habitualmente como indicador sintético que reduce las preferencias de los ciudadanos sobre diversos temas a una única 1 dimensión (XXX). Hasta donde sabemos, el principal precedente en este tipo de análisis es un artículo de Barone (XXX) en el que se reconstruye la evolución temporal de las preferencias ideológicas de las clases en doce países de la Unión Europea. Aparte de cubrir un flanco que ha sido relativamente desatendido en los estudios sobre la relación entre clase y política, el análisis de las diferencias de posicionamiento ideológico entre clases es relevante por dos razones. Por un lado, porque el posicionamiento ideológico puede proporcionar un indicador de las preferencias políticas de los ciudadanos especialmente adecuado para hacer comparaciones internacionales o intertemporales, debido a que está menos afectado que el voto de clase por factores institucionales, cambios en el sistema de partidos o alteraciones de los discursos y estrategias de los partidos. Sin duda, todos estos factores influyen también en las posiciones e identidades ideológicas de los individuos, captadas por la escala izquierda‐derecha, que tienen un importante “componente partidista” consistente en las lealtades y lazos de los individuos con determinados partidos que les proporcionan un referente clave para ubicarse en el espacio ideológico (XXX). Sin embargo, también parece evidente esperar que esa influencia sea sustancialmente mayor en el caso del voto, que está inevitablemente afectado por las variaciones en la oferta electoral. Si ello es así, las ubicaciones en el eje izquierda‐derecha pueden proporcionar una mejor medida de las preferencias políticas subyacentes de las distintas clases. Por otro lado, el análisis de las ubicaciones ideológicas puede ser valioso como un paso intermedio para entender los procesos de cambio (ya consistan en desplazamientos, realineamientos o desalineamientos (Caínzos, 2001XXX)) en las pautas de voto de clase. Específicamente, la reconstrucción de las trayectorias ideológicas de las clases es clave para distinguir entre aquellos procesos de cambio (o continuidad) del voto de clase que se derivan de una alteración (o estabilidad) de los alineamientos ideológicos y aquellos que tienen su fundamento en una combinación de demandas ideológicas constantes de las diferentes clases con cambios (o estabilidad) en la posición ideológica y la oferta política de los partidos. Los intentos más recientes y ambiciosos de explicar las transformaciones del voto de clase en diversos países han puesto un gran énfasis, aunque con un éxito discutible, en deslindar los casos en los que se ha producido una erosión de las diferencias ideológicas entre clases respecto a otros en los que esas diferencias se han mantenido, distinguiendo entonces, a su vez, situaciones en que los partidos también han mantenido constante las diferencias en su oferta y situaciones en que los partidos han tendido a la convergencia ideológica, causando con ello una atenuación del voto de clase (XXX). En suma, la descripción de las trayectorias temporales de las preferencias ideológicas de las clases es una condición sine qua non para responder a la pregunta de si los descensos observados en algunos países en la magnitud global del voto de clase se deben a que las clases cada vez se parecen más en sus demandas y orientaciones políticas o a que, aun siendo sustancialmente diferentes, se encuentran con una oferta política indiferenciada por parte de los principales partidos. Como hemos anticipado, el principal antecedente de nuestro trabajo es el estudio de Barone (XXX) sobre las preferencias ideológicas de las clases en doce países europeos. En él se concluye que, con pocas excepciones (en particular, Dinamarca), la asociación entre clases y preferencias políticas tiene un alto grado de estabilidad temporal, pues las distancias entre clases se mantienen constantes o con escasas variaciones, aunque, al mismo tiempo, se constata que hay una tendencia al aumento del número de personas que rehúyen posicionarse en el eje izquierda‐derecha. Por tanto, predomina la estabilidad de las ubicaciones ideológicas, aunque la propia distinción izquierda‐derecha deja de ser relevante para una porción creciente de la población. Para el caso concreto de España, en que centra nuestro interés, Barone (2007, 382‐384) afirma encontrar entre 1988 y 2003 estabilidad, salvo por un solo cambio: “los agricultores y los profesionales se mueven hacia la izquierda de las demás clases en términos 2 relativos”; aunque, todo sea dicho, no alcanzamos a ver con claridad que esta afirmación encuentre apoyo en los resultados presentados por Barone (tabla 3 de su artículo). DATOS Y PROCEDIMIENTOS Los datos que utilizaremos proceden de encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas. Por un lado, de las encuestas postelectorales de todas las elecciones comprendidas entre 1986 y 2015; excluimos encuestas de elecciones anteriores porque en ellas la información sobre la ubicación ideológica de los entrevistados se obtiene utilizando una escala diferente a la aplicada posteriormente. Por otro lado, usaremos datos de de todos los barómetros de opinión realizados mensualmente por el CIS entre 1996 y marzo de 2016, que el CIS nos ha proporcionado en un “fichero integrado de datos”; solo se ha excluido de la serie un barómetro (3017, de marzo de 2014, debido a la existencia de anomalías en los datos, con ausencia de información sobre algunas de las variables que entran en nuestros análisis). Aunque en un primer momento hemos hecho análisis de la relación entre clase e ideología separando cada barómetro, finalmente hemos optado por agrupar las encuestas trimestralmente, sacrificando detalle en la desagregación temporal a cambio de aumentar el tamaño de la muestra para cada punto temporal y disponer de un número mayor de casos para estimar la ubicación ideológica de cada clase. Nuestra variable dependiente es el posicionamiento en el eje izquierda‐derecha, captado a través de la habitual escala que varía de 1 (extrema izquierda) a 10 (extrema derecha). Nuestra variable independiente es la clase ocupacional. Hemos partido de un esquema de once clases, equiparable en lo esencial al esquema EGP o de Goldthorpe (XXX), pero con una particularidad en la operacionalización: hemos separado a los empleadores y autoempleados en función del tipo de ocupación que desempeñan, situando a los que desempeñan ocupaciones de carácter profesional en las clases I o II, dependiendo del nivel de su ocupación, y a los demás en las clases IVa (empresarios) o IVb (autónomos), dependiendo de si tienen empleados o no. De este modo, el esquema distingue las siguientes clases: I: profesionales y directivos de nivel alto (clase de servicio alto, en la terminología de Goldthorpe, aunque, insistimos, excluyendo a los empresarios con ocupaciones no profesionales); II: profesionales y directivos de nivel bajo (clase de servicio bajo); IIIa: empleados no manuales de rutina de nivel alto; IIIb: empleados no manuales de rutina de nivel bajo; IVa: empresarios de todos los sectores, salvo agrarios; IVb: autónomos de cualquier sector, salvo agrarios; IVc: agricultores y ganaderos; V: supervisores de trabajadores manuales; VI: trabajadores manuales cualificados; VIIab: trabajadores manuales no cualificados y trabajadores agrarios. En la práctica, los análisis que presentaremos aquí utilizarán una versión agregada de este esquema de clases, a fin de hacer frente a las limitaciones del tamaño muestral. Concretamente, usaremos una versión de cinco clases: I‐II: profesionales y directivos (clase de servicio); IIIab: empleados no manuales; IVabc: propietarios; V‐VI: trabajadores manuales cualificados y supervisores; VIIab: trabajadores manuales no cualificados y trabajadores agrarios. Además, se ha utilizado un esquema de clases modificados que introduce una distinción interna dentro de la clase de profesionales y directivos. Diversos estudios han puesto de manifiesto que dentro de esta clase existen importantes diferencias culturales y políticas, de naturaleza y explicación controvertidas, entre los profesionales socioculturales, por una parte, y los directivos y el resto de profesionales (técnicos y profesiones liberales tradicionales), por otra. Por tanto, es razonable pensar que sus ocupaciones e intereses específicos les harán diferir marcadamente en sus preferencias ideológicas. De ahí que hayamos de repetir una 3 parte de nuestros análisis con un esquema de clases que diferencia las clases I‐IIb (Profesionales socioculturales) y I‐IIa (Otros profesionales y directivos). Se ha atribuido una posición de clase a prácticamente todos los entrevistados. A los ocupados, parados y jubilados que anteriormente trabajaron o realizaron actividad económica remunerada se les asigna clase en función de la información sobre su trabajo actual o pasado. A los parados que buscan su primer empleo, estudiantes, amas de casa (o, en la terminología que actualmente aplica el CIS, personas dedicadas a la realización de trabajo doméstico no remunerado) y pensionistas que nunca han realizado trabajo remunerado se les imputa una posición de clase a partir de la información sobre el trabajo actual o pasado de la persona de referencia del hogar o “cabeza de familia”. Por tanto, las “clases” cuya ubicación ideológica media estudiaremos son para algunos individuos “clases directas” y para otros “clases mediadas” (Wright XXX). Esto significa que la evolución de la composición de la estructura de clases en nuestra serie de datos no refleja directamente y de manera proporcionada los cambios en la estructura ocupacional de la población ocupada, sino que las modificaciones en el tamaño de las clases responden a los cambios de la estructura ocupacional (atenuados por la inercia que supone el peso de la estructura ocupacional pasada en la población jubilada o dependiente de los jubilados) y a factores demográficos. Es importante señalar que a lo largo del período que estudiamos se han producido varios cambios en la clasificación de ocupaciones utilizada en la producción de la información primaria a partir de la cual construimos nuestro esquema de clases. Concretamente, en el caso de las encuestas postelectorales, las anteriores a 1993 utilizaban una clasificación poco desagregada propia del CIS; las realizadas entre 1993 y 2004, la Clasificación Nacional de Ocupaciones (CNO) de 1979; las de 2008 y 2011, la CNO de 1994; y la de de 2015, la CNO de 2011. Puesto que la serie de barómetros que utilizaremos arranca en 1996, se han utilizado en ella las tres clasificaciones nacionales a que acabamos de aludir: la CNO‐79 hasta diciembre de 2006, la CNO‐94 desde enero de 2007 hasta febrero de 2013, y la CNO‐11 desde marzo de 2013 en adelante. Aunque en la construcción de nuestro esquema de clases se ha tratado de seguir un procedimiento que armonice al máximo la información y garantice la comparabilidad, hay indicios claros de que el cambio de clasificación (unido a nuestro procedimiento de operacionalización) da lugar a ciertas discontinuidades, con los consiguientes cambios en el tamaño de las clases. Sobre ello volveremos de inmediato. Antes, señalaremos que algunos de nuestros análisis controlan los efectos de la composición sociodemográfica de las clases. Concretamente, se tienen en cuenta tres variables de control: el sexo, la edad (tratada como una variable categórica, diferenciando siete grupos de edad) y la relación con la actividad (distinguiendo ocupados, parados que han trabajado con anterioridad, jubilados que han trabajado con anterioridad, estudiantes y parados que buscan su primer empleo, personas dedicadas al trabajo doméstico no remunerado y pensionistas que no han trabajado con anterioridad, y personas en otras situaciones o para las cuales no se dispone de información). Nuestros análisis consistirán esencialmente en comparaciones de medias. En primer lugar, presentaremos resultados sobre la ubicación ideológica media de cada clase en cada una de las encuestas postelectorales o en cada uno de los trimestres en que hemos agrupado las encuestas que forman parte de la serie de barómetros de opinión del CIS desde 1996. Presentaremos estos resultados en forma gráfica, primero conjuntamente para todas las clases y después separadamente, clase a clase, a fin de permitir examinar más claramente la evolución de cada una de ellas; las medias van acompañadas por líneas de error que señalan los límites del intervalo de confianza para la media al nivel del 90% y una línea de tendencia basada en una ecuación polinómica de sexto grado, que es la que ha proporcionado un mejor 4 ajuste a los datos y que, como se verá, especialmente en el caso de la serie de barómetros, refleja muy adecuadamente los movimientos oscilatorios de las ubicaciones ideológicas ligados a la sucesión de legislaturas. Una vez examinadas las medias en términos trivariados (es decir, media de la ideología por clase y trimestre), presentaremos los resultados de un análisis multivariado de las diferencias de ideología entre clases controlando los efectos del sexo, la edad y la relación con la actividad. Con ello se captan las diferencias entre clases descontando el componente derivado de su composición sociodemográfica. De nuevo, presentaremos los resultados en forma gráfica, en forma de medias de la ideología ajustadas por sexo, edad y relación con la actividad. Estas medias ajustadas son las “medias marginales estimadas” resultantes de calcular la media ideológica para cada clase a partir de los coeficientes de un modelo de regresión lineal; la media de la ideología para una clase determinada es la suma de la constante del modelo, el coeficiente de la variable ficticia que identifica a esa clase, y, para cada variable de control, el producto de su coeficiente por su valor medio en la muestra. Finalmente, presentaremos los resultados de un modelo de regresión lineal que modeliza los patrones de cambio en las ubicaciones ideológicas de las clases. Concretamente, se trata de un modelo que incluye: una variable ficticia para cada clase; una variable de período o tiempo que capta la posible tendencia lineal de cambio de los posicionamientos ideológicos; y una serie de términos de interacción entre cada clase y la variable tiempo, a fin de captar los desplazamientos de la ideología de cada clase en comparación con la de referencia a lo largo del tiempo, siempre en forma lineal. En pasos sucesivos, se añaden al modelo las variables de control (suponiendo efectos constantes a lo largo del tiempo) y una serie de variables ficticias para capturar el efecto de las legislaturas y las interacciones de cada clase con las mismas, tratando de deslindar dos posibles componentes del cambio de las ubicaciones de las clases a lo largo del tiempo: uno oscilatorio, debido a un “efecto de legislatura” y uno lineal, de desplazamiento de las preferencias ideológicas a largo plazo. Volvemos en este punto, y antes de entrar en el examen de los resultados, a la cuestión de los cambios en el tamaño de las clases y, especialmente, de los efectos de las diferencias en la clasificación de ocupaciones utilizada en distas encuestas. Los veremos únicamente en la serie de barómetros, que permite obtener una imagen más detallada. Sobre los postelectorales, baste decir, sin pararnos a mostrar los datos, que el paso de la vieja clasificación del CIS a la CNO‐79 en 1993 lleva consigo un aumento apreciable del peso de los empleados no manuales, un ligero aumento del de los manuales no cualificados y un descenso muy notable del de los manuales cualificados; entre 1989 y 1993 hay además un descenso del peso de los profesionales y directivos, pero parece imputable más bien a una peculiaridad de la muestra del postelectoral de 1989, que difiere también de las de 1982 y 1986. Los cambios en la serie de barómetros desde 1996 se reflejan en los gráficos 1 (esquema de clases con once categorías) y 2 (esquema de clase con cinco categorías). En ambos se aprecia la discontinuidad que supone el cambio en el sistema de clasificación de la ocupación en enero de 2007, cuando se pasa de utilizar la CNO‐79 a la CNO‐94, combinada con algunas tendencias de cambio a largo plazo que parecen independientes de la clasificación utilizada. Entre estas tendencias genuinas de cambio, destacan el aumento del tamaño de la clase de profesionales y directivos, el descenso de los propietarios (protagonizado especialmente por los agricultores), un ligero descenso de los manuales cualificados al final el período, un descenso inicial y recuperación posterior de los manuales no cualificados, y, finalmente, un cierto aumento inicial de los no manuales, seguido por el estancamiento posterior. 5 Grafico 1. Composición de la muestra por clase, con un esquema de 11 categorías. Barómetros del CIS, 1996‐2016 100% 90% 80% 70% 60% 50% 40% 30% 20% 10% 199601 199607 199702 199709 199803 199810 199904 199911 200005 200012 200106 200201 200207 200302 200309 200403 200410 200504 200511 200605 200612 200706 200801 200807 200902 200909 201003 201010 201104 201111 201205 201212 201306 201401 201409 201503 201510 0% I Servicio alto II Servicio bajo IIIa No manual alto IIIb No manual bajo IVa Empresario IVb Autónomo IVc Agricultor V Supervisor VI Manual cualificado VIIa Manual no cualificado VIIb Obrero agrario Fuente: elaboración propia a partir de los barómetros del CIS Gráfico 2. Composición de la muestra por clases, con un esquema de cinco categorías. Barómetros del CIS, 1996‐2016 100% 90% 80% 70% 60% 50% 40% 30% 20% 10% 199601 199607 199702 199709 199803 199810 199904 199911 200005 200012 200106 200201 200207 200302 200309 200403 200410 200504 200511 200605 200612 200706 200801 200807 200902 200909 201003 201010 201104 201111 201205 201212 201306 201401 201409 201503 201510 0% I‐II Prof‐dir IIIab No manual IVabc Propietarios V‐VI Sup, manual cual VIIab Manual no cual, agr Fuente: elaboración propia a partir de los barómetros del CIS 6 Sin embargo, estas tendencias se combinan con (y su constatación se ve dificultada por) la cesura que supone el cambio de clasificación en enero de 2007, que se traduce en una abrupta disminución del tamaño de la clase de empleados no manuales (debida principalmente a la de los de nivel alto), un considerable aumento de peso de los propietarios (a la que contribuyen por igual en términos absolutos los empresarios y los autónomos), un ligero aumento de los trabajadores manuales cualificados y un leve descenso de los profesionales y directivos, aunque con cambios de signo distinto para el nivel alto y para el bajo. La sustitución de la CNO‐94 por la CNO‐11 que tiene lugar en marzo de 2013 no entraña aparentemente ninguna distorsión importante y no conlleva cambios que se diferencien de las oscilaciones aleatorias que encontramos entre trimestres. La principal conclusión práctica que se extrae de este repaso de los cambios en el tamaño de las clases es que se debe tener precaución al interpretar modificaciones en la ubicación ideológica de las clases que se produzcan en los momentos de la transición de la vieja clasificación del ocupaciones del CIS a la CNO‐79 (en los sondeos postelectorales) o de la sustitución de esta última por la CNO‐94 (tanto en los postelectorales como en los barómetros), pues podrían en realidad reflejar cambios metodológicos y de composición interna de las clases más que genuinos desplazamientos ideológicos. RESULTADOS Análisis de las medias ideológicas de las clases en las encuestas postelectorales Los gráficos 3 y 4 muestran la evolución de las medias ideológicas de las clases a partir del esquema de clasificación de cinco categorías según los datos de los sondeos postelectorales del CIS desde 1986 hasta 2015. En cada gráfico y desglosadas en dos subgráficos aparecen las líneas que representan estas medias, en el primero de los subgráficos con la línea de tendencia que dibujan, y en el segundo con los intervalos de confianza para cada media para un nivel de confianza del 90 por ciento. Las líneas de tendencia representan ecuaciones polinómicas de sexo orden. En los gráficos 3 las medias son simples, mientras que en el gráfico 4 son medias ajustadas por el sexo, la edad y la relación con la actividad de las personas entrevistadas. En el gráfico 3 se aprecia un proceso de convergencia ideológica de las clases, que parece afectar a todas salvo a los propietarios. Los profesionales y directivos, junto con los no manuales se mueven hacia la izquierda, mientras que los manuales cualificados y no cualificados lo hacen hacia la derecha. La confluencia es más acentuada a partir de 2004, cuando los intervalos de confianza dentro de los que se mueven las respectivas medias ideológicas de todas estas clases se solapan (intervalos para un nivel de confianza del 90%). Es interesante observar que la tendencia de cambio no parece depender del reemplazo de una clasificación de ocupaciones por otra en la codificación de la información. El gráfico 4 revela la misma tendencia a la convergencia, aunque algo matizada y con un ritmo temporal algo distinto. Además, los movimientos ideológicos de las clases parecen ahora más ligados a los ciclos electorales y más acompasados entre sí. Esto incluye a los propietarios, sujetos igualmente a los vaivenes electorales. 7 Gráfico 3. Evolución ideológica de las clases en las encuestas postelectorales. Esquema de clases con cinco categorías, 1986‐2015. Medias. 6,0 5,8 5,6 5,4 R² = 0,95 R² = 0,94 5,2 5,0 R² = 0,73 4,8 4,6 R² = 0,87 4,4 R² = 0,89 4,2 4,0 1986 1989 1993 1996 2000 2004 I‐II Prof‐dir IIIab No manual V‐VI Sup, manual cual VIIab Manual no cual, agr 2008 2011 2015 IVabc Propietarios 6,0 5,8 5,6 5,4 5,2 5,0 4,8 4,6 4,4 4,2 4,0 1986 1989 1993 1996 2000 2004 I‐II Prof‐dir IIIab No manual V‐VI Sup, manual cual VIIab Manual no cual, agr 2008 2011 2015 IVabc Propietarios Medias ideológicas de las clases con línea de tendencia polinómica de 6º orden. Las barras de error representan el intervalo de confianza para la media para un nivel de confianza del 90%. Fuente: elaboración propia a partir de las encuestas postelectorales del CIS para las elecciones generales 8 Gráfico 4. Evolución ideológica de las clases en las encuestas postelectorales. Esquema de clases con cinco categorías, 1986‐2015. Medias ajustadas. 6,0 5,8 5,6 5,4 5,2 R² = 0,97 R² = 0,83 R² = 1,0 5,0 4,8 4,6 R² = 0,85 4,4 R² = 0,80 4,2 4,0 1986 1989 1993 1996 2000 2004 I‐II Prof‐dir IIIab No manual V‐VI Sup, manual cual VIIab Manual no cual, agr 2008 2011 2015 IVabc Propietarios 6,0 5,8 5,6 5,4 5,2 5,0 4,8 4,6 4,4 4,2 4,0 1986 1989 1993 1996 2000 2004 I‐II Prof‐dir IIIab No manual V‐VI Sup, manual cual VIIab Manual no cual, agr 2008 2011 2015 IVabc Propietarios Medias ideológicas ajustadas de las clases por sexo, edad y relación con la actividad con línea de tendencia polinómica de 6º orden. Las barras de error representan el intervalo de confianza para la media para un nivel de confianza del 90%. Fuente: elaboración propia a partir de las encuestas postelectorales del CIS para las elecciones generales 9 Análisis de las medias ideológicas de las clases en la serie de barómetros del CIS entre 1996 y 2016 Los gráficos 5 y 6 amplían esta información pero en este caso recurriendo a la serie de barómetros del CIS que se extiende desde enero 1996 hasta marzo de 2016. Los barómetros se han agrupado por trimestres a fin de contar con una mayor base muestral para la estimación y disminuir las oscilaciones en las medias. Se corrobora la confluencia ideológica de las clases, además de los movimientos transversales de desplazamiento de los posicionamientos ideológicos al hilo de los cambios de legislatura y de la conformación de nuevas mayorías electorales y de gobierno. De estos procesos dan buena cuenta las líneas de tendencia polinómica de sexto orden, número que corresponde al de las legislaturas, y cuyos puntos de corte (es decir, las elecciones generales celebradas) se han señalado también en los gráficos para apreciar mejor los diferentes giros ideológicos. Nuevamente, en los subgráficos 6 se comprueba la convergencia de las clases cuando se examina la evolución de cada una de ellas por separado. El giro más abrupto hacia la izquierda se da entre los profesionales y los directivos que descienden en medio punto. Le siguen los no manuales que también viran hacia la izquierda pero con menor intensidad y parecen más sujetos a las vicisitudes electorales. Por su parte, los manuales cualificados y no cualificados giran levemente hacia la derecha, a la vez que se muestran muy sensibles a las fluctuaciones que dibujan las legislaturas. Sólo los propietarios se encuentran al margen de esta confluencia ideológica, pero experimentan igualmente las oscilaciones de la coyuntura electoral. Los gráficos 7 y 8 introducen la división entre los profesionales socioculturales y el resto de los profesionales y directivos. Permiten apreciar que el resto de los profesionales y directivos (I‐ IIa) están mucho más a la derecha que los profesionales socioculturales (I‐IIb). Los primeros coinciden con los propietarios hasta el primer trimestre de 2007 (este incluido, por lo cual no parece que el cambio posterior se pueda atribuir al cambio en la clasificación de ocupaciones que se produce en enero de 2007) y los segundos se parecen bastante, también hasta esa fecha, a los manuales cualificados y no cualificados, a los que posteriormente, al final del período estudiado, desbordan por la izquierda. Tanto unos como otros se mueven alrededor de medio punto hacia la izquierda en la escala. Por su parte, los gráficos 9 y siguientes reproducen la información de la evolución de las medias ideológicas de las clases por trimestres de los gráficos anteriores, pero en esta ocasión utilizando medias ajustadas por el sexo, la edad y la situación laboral de las personas entrevistadas en los diferentes barómetros. En líneas generales, ofrecen una imagen parecida a la encontrada previamente, pero las diferencias ideológicas entre las clases parecen ahora menos acusadas. Y aunque en los gráficos con las categorías desagregadas se aprecian aun las oscilaciones que dibujan las legislaturas, su impacto parece más moderado que en el caso de las medias simples —de hecho, las líneas de tendencia polinómica tienen un ajuste menor, aunque quizás esto se deba a que las oscilaciones aleatorias entre los puntos entre sí son mucha más acentuadas. 10 Gráfico 5. Evolución ideológica de las clases en los barómetros del CIS, por trimestres. Esquema de clases con cinco categorías, 1996‐2016. Medias. 5,6 5,4 R² = 0,51 5,2 R² = 0,78 5,0 4,8 R² = 0,76 R² = 0,60 4,6 4,4 R² = 0,69 4,2 4,0 I‐II Prof‐dir IIIab No manual V‐VI Sup, manual cual VIIab Manual no cual, agr IVabc Propietarios 5,6 5,4 5,2 5,0 4,8 4,6 4,4 4,2 4,0 I‐II Prof‐dir V‐VI Sup, manual cual IIIab No manual VIIab Manual no cual, agr IVabc Propietarios Medias ideológicas de las clases por trimestres con línea de tendencia polinómica de 6º orden. Las barras de error representan el intervalo de confianza para la media para un nivel de confianza del 90%. Las líneas rojas en vertical representan cambios de legislatura y las negras cambios en la Clasificación Nacional de Ocupaciones (CNO). Fuente: elaboración propia a partir de los barómetros del CIS 11 Gráfico 6. Evolución ideológica de las clases en los barómetros del CIS, por trimestres. Esquema de clases con cinco categorías, 1996‐2016. Medias. Información desagregada. I‐II Prof‐dir IIIab No manual 5,6 5,6 5,4 5,4 R² = 0,76 R² = 0,78 5,2 5,2 5,0 5,0 4,8 4,8 4,6 4,6 4,4 4,4 4,2 4,2 4,0 4,0 IVabc Propietarios V‐VI Sup, manual cual 5,6 5,6 5,4 5,4 5,2 5,2 5,0 5,0 R² = 0,69 4,8 4,8 R² = 0,51 4,6 4,6 4,4 4,4 4,2 4,2 4,0 4,0 VIIab Manual no cual, agr 5,6 5,4 R² = 0,60 5,2 5,0 4,8 4,6 4,4 4,2 4,0 Véase nota a pie de gráfico anterior. Fuente: elaboración propia a partir de los barómetros del CIS 12 Gráfico 7. Evolución ideológica de las clases en los barómetros del CIS, por trimestres. Esquema de clases con seis categorías, con distinción de dos clases de profesionales y directivos. 1996‐2016. Medias. 5,6 5,4 R² = 0,69 R² = 0,51 5,2 5,0 4,8 R² = 0,76 R² = 0,58 4,6 4,4 4,2 R² = 0,60 R² = 0,69 4,0 I‐IIb Profesionales socioculturales IIIab No manual V‐VI Sup, manual cual I‐IIa Otros profesionales y directivos IVabc Propietarios VIIab Manual no cual, agr 5,6 5,4 5,2 5,0 4,8 4,6 4,4 4,2 4,0 I‐IIb Profesionales socioculturales IIIab No manual V‐VI Sup, manual cual I‐IIa Otros profesionales y directivos IVabc Propietarios VIIab Manual no cual, agr Véase nota a pie de gráfico 5. Fuente: elaboración propia a partir de los barómetros del CIS 13 Gráfico 8. Evolución ideológica de las clases en los barómetros del CIS, por trimestres. Esquema de clases con seis categorías. 1996‐2016. Medias. Información desagregada de las dos clases de profesionales y directivos. I‐IIb Profesionales socioculturales I‐IIa Otros profesionales y directivos 5,6 5,6 5,4 5,4 5,2 5,2 R² = 0,58 5,0 5,0 4,8 4,8 4,6 4,6 4,4 4,4 4,2 4,2 4,0 4,0 R² = 0,68 Véase nota a pie de gráfico anterior. Fuente: elaboración propia a partir de los barómetros del CIS 14 Gráfico 9. Evolución ideológica de las clases en los barómetros del CIS, por trimestres. Esquema de clases con cinco categorías, 1996‐2016. Medias ajustadas. 5,6 5,4 R² = 0,40 5,2 R² = 0,59 5,0 R² = 0,67 4,8 R² = 0,33 4,6 R² = 0,34 4,4 4,2 4,0 I‐II Prof‐dir IIIab No manual V‐VI Sup, manual cual VIIab Manual no cual, agr IVabc Propietarios 5,6 5,4 5,2 5,0 4,8 4,6 4,4 4,2 4,0 I‐II Prof‐dir IIIab No manual V‐VI Sup, manual cual VIIab Manual no cual, agr IVabc Propietarios Medias ideológicas ajustadas de las clases por sexo, edad y relación con la actividad, por trimestres con línea de tendencia polinómica de 6º orden. Las barras de error representan el intervalo de confianza para la media para un nivel de confianza del 90%. Las líneas rojas en vertical representan cambios de legislatura y las negras cambios en la Clasificación Nacional de Ocupaciones (CNO). Fuente: elaboración propia a partir de los barómetros del CIS 15 Gráfico 10. Evolución ideológica de las clases en los barómetros del CIS, por trimestres. Esquema de clases con cinco categorías, 1996‐2016. Medias ajustadas. Información desagregada. I‐II Prof‐dir IIIab No manual 5,6 5,6 5,4 5,4 5,2 5,2 5,0 5,0 4,8 4,8 4,6 4,6 R² = 0,67 4,4 4,4 4,2 4,2 4,0 4,0 IVabc Propietarios R² = 0,59 V‐VI Sup, manual cual 5,6 5,6 5,4 5,4 5,2 5,2 5,0 5,0 R² = 0,34 4,8 4,8 R² = 0,40 4,6 4,6 4,4 4,4 4,2 4,2 4,0 4,0 VIIab Manual no cual, agr 5,6 5,4 5,2 R² = 0,33 5,0 4,8 4,6 4,4 4,2 4,0 Véase nota a pie de gráfico anterior. Fuente: elaboración propia a partir de los barómetros del CIS 16 Gráfico 11. Evolución ideológica de las clases en los barómetros del CIS, por trimestres. Esquema de clases de seis categorías con distinción de clases de profesionales y directivos, 1996‐2016. Medias ajustadas. 5,6 R² = 0,59 5,4 R² = 0,57 R² = 0,39 5,2 5,0 4,8 4,6 R² = 0,34 4,4 R² = 0,32 R² = 0,53 4,2 4,0 I‐IIb Profesionales socioculturales IIIab No manual V‐VI Sup, manual cual I‐IIa Otros profesionales y directivos IVabc Propietarios VIIab Manual no cual, agr I‐IIb Profesionales socioculturales IIIab No manual V‐VI Sup, manual cual I‐IIa Otros profesionales y directivos IVabc Propietarios VIIab Manual no cual, agr 5,6 5,4 5,2 5,0 4,8 4,6 4,4 4,2 4,0 La clase de los propietarios y directivos aparece desagregada en profesionales socioculturales, por una parte, y otros profesionales y directivos, por otra. Véase nota a pie de gráfico 9. Fuente: elaboración propia a partir de los barómetros del CIS 17 Gráfico 12. Evolución ideológica de las clases en los barómetros del CIS, por trimestres. Esquema de clases de seis categorías, 1996‐2016. Medias ajustadas. Información desagregada de las dos clases de profesionales y directivos. I‐IIb Profesionales socioculturales I‐IIa Otros profesionales y directivos 5,6 5,6 5,4 5,4 5,2 5,2 R² = 0,53 5,0 5,0 4,8 4,8 4,6 4,6 4,4 4,4 4,2 4,2 4,0 4,0 R² = 0,57 Véase nota a pie de gráfico anterior. Fuente: elaboración propia a partir de los barómetros del CIS 18 Modelo de cambio lineal Finalmente, presentaremos los resultados de un modelo de regresión lineal que modeliza los patrones de cambio en las ubicaciones ideológicas de las clases. Concretamente, se trata de un modelo que incluye: una variable ficticia para cada clase; una variable de período o tiempo que capta la posible tendencia lineal de cambio de los posicionamientos ideológicos; y una serie de términos de interacción entre cada clase y la variable tiempo, a fin de captar los desplazamientos de la ideología de cada clase en comparación con la de referencia a lo largo del tiempo, siempre en forma lineal. En un paso posterior, se añade al modelo las variables de control (suponiendo efectos constantes a lo largo del tiempo). En otro, todavía no presentado aquí, se añade una serie de variables ficticias para capturar el efecto de las legislaturas y las interacciones de cada clase con las mismas, tratando de deslindar dos posibles componentes del cambio de las ubicaciones de las clases a lo largo del tiempo: uno oscilatorio, debido a un “efecto de legislatura” y uno lineal, de desplazamiento de las preferencias ideológicas a largo plazo. El resultado parece claro: se confirma la existencia de una tendencia a la confluencia entre las clases asalariadas, que quedan conjuntamente contrapuestas a las propietarias. Coeficientes no estandarizados (Constante) 5,239 egp5_1 -0,242 egp5_2 -0,318 egp5_4 -0,767 egp5_5 -0,650 trimestres_lin -0,002 egp5_1t -0,005 egp5_2t -0,003 egp5_4t 0,003 egp5_5t 0,002 0,014 0,019 0,019 0,019 0,018 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 (Constante) egp5_1 egp5_2 egp5_4 egp5_5 trimestres_lin egp5_1t egp5_2t egp5_4t egp5_5t sexo1 edad_cat1 edad_cat2 edad_cat4 edad_cat5 edad_cat6 edad_cat7 relact_r2 relact_r3 relact_r4 relact_r5 0,015 0,019 0,019 0,019 0,018 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,006 0,012 0,009 0,009 0,011 0,013 0,015 0,009 0,012 0,014 0,010 4,960 -0,102 -0,178 -0,717 -0,624 -0,002 -0,005 -0,003 0,003 0,002 -0,005 0,046 0,002 0,038 0,283 0,507 0,589 -0,033 0,066 -0,048 0,314 Coeficientes estandarizados -0,052 -0,067 -0,168 -0,151 -0,021 -0,056 -0,029 0,033 0,019 t 378,010 -12,630 -16,630 -41,084 -36,078 -5,552 -12,953 -7,156 7,870 4,257 Sig. 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 -0,022 -0,038 -0,157 -0,145 -0,019 -0,056 -0,029 0,031 0,028 -0,001 0,008 0,000 0,008 0,052 0,088 0,080 -0,006 0,014 -0,007 0,061 324,865 -5,358 -9,363 -38,734 -34,972 -5,192 -13,082 -7,208 7,361 6,413 -0,751 3,730 0,234 4,087 26,735 37,981 38,610 -3,710 5,709 -3,463 29,903 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,453 0,000 0,815 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,001 0,000 19 relact_r6 0,106 Coeficientes no estandarizados (Constante) 5,239 egp5_sc1 -0,623 egp5_sc2 -0,013 egp5_sc3 -0,318 egp5_sc5 -0,767 egp5_sc6 -0,650 trimestres_lin -0,002 egp5_sc1t -0,004 egp5_sc2t -0,005 egp5_sc3t -0,003 egp5_sc5t 0,003 egp5_sc6t 0,002 (Constante) 4,957 egp5_sc1 -0,448 egp5_sc2 0,098 egp5_sc3 -0,185 egp5_sc5 -0,715 egp5_sc6 -0,626 trimestres_lin -0,002 egp5_sc1t -0,004 egp5_sc2t -0,004 egp5_sc3t -0,003 egp5_sc5t 0,003 egp5_sc6t 0,002 sexo1 0,028 edad_cat1 0,050 edad_cat2 0,003 edad_cat4 0,041 edad_cat5 0,285 edad_cat6 0,510 edad_cat7 0,593 relact_r2 -0,043 relact_r3 0,055 relact_r4 -0,071 relact_r5 0,272 relact_r6 0,095 0,034 0,005 Coeficientes estandarizados 0,014 0,025 0,022 0,019 0,019 0,018 0,000 0,001 0,000 0,000 0,000 0,000 0,015 0,025 0,022 0,019 0,018 0,018 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,006 0,012 0,009 0,009 0,011 0,013 0,015 0,009 0,012 0,014 0,011 0,034 -0,097 -0,002 -0,067 -0,168 -0,151 -0,021 -0,028 -0,038 -0,029 0,033 0,019 -0,070 0,017 -0,039 -0,157 -0,145 -0,020 -0,032 -0,036 -0,030 0,031 0,027 0,008 0,009 0,001 0,008 0,052 0,089 0,081 -0,008 0,011 -0,010 0,052 0,004 3,086 0,002 t 378,899 -25,064 -0,589 -16,669 -41,181 -36,163 -5,565 -7,080 -9,909 -7,173 7,889 4,267 325,348 -18,123 4,472 -9,752 -38,693 -35,161 -5,387 -8,030 -9,570 -7,310 7,484 6,337 4,357 4,107 0,367 4,442 26,995 38,273 38,936 -4,765 4,800 -5,118 25,819 2,773 Sig. 0,000 0,000 0,556 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,714 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,006 CONCLUSIONES Seguirán a la discusión en la sesión del Grupo de Trabajo. 20