Descartes – Hume

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Descartes – Hume
René Descartes (31 de marzo de 1596 – 11 de febrero de 1650), filósofo, matemático y
científico francés.
David Hume (7 de mayo de 1711 – 25 de Agosto de 1776), filósofo, economista e historiador
escoses.
Descartes estaba enfocado en la corriente racionalista, para la cual el principio y fundamento
del conocimiento era la razón, la que se daba sin ayuda de la experiencia, para él todo factor
empírico debía ser dejado de lado para que la razón funcione en su plenitud. Hume, por otro
lado, pertenecía a la escuela empirista, la cual postulaba, en contradicción al racionalismo, que
el principio y fundamento del conocimiento se daba a partir de la experiencia sensible. Según
éste filósofo, el espíritu está no está dotado de ningún material originario (ideas innatas), si no
que es comparable a una hoja en blanco que sólo la experiencia va llenando.
Descartes pensaba que el ideal del conocimiento estaba hallado en las matemáticas,
constituidas por juicios universales y necesarios. Universales porque valen para todos, y
necesarios porque no pueden ser de otra manera. Por ejemplo: “Un triángulo es una figura de
tres lados”… estos juicios no agregan conocimiento, ya que no incorporan información nueva.
Pero Hume, postulaba que el ideal del conocimiento no eran las matemáticas, si no las ciencias
naturales o ciencias fácticas (aquellas basadas en los hechos naturales observables), las cuales
estaban constituidas por juicios particulares y contingentes. Particulares porque es uno y
contingentes porque sí pueden ser de otra manera. Por ejemplo: “El triángulo es de madera”.
Éste tipo de juicio sí agrega conocimiento.
Por consiguiente, se puede decir que otra diferencia entre ambos autores es que Descartes
opinaba que la tendencia filosófica era la metafísica, ya que ésta afirma la posibilidad de
conocimiento de un realidad que trasciende los limites de la experiencia (Ideas platónicas,
sustancias, Dios), pero Hume, niega la posibilidad de la metafísica y confirma el conocimiento a
los fenómenos: la razón sólo tiene la función de ordenar lógicamente los materiales que los
sentidos ofrecen.
Por otro lado, Descartes definía a las ideas como imágenes de las cosas, como representaciones
de algo. Éstas se subdividían en, ideas adventicias (aquellas que parecen venirnos del exterior,
que se forman mediante la experiencia), las ideas facticias (aquellas que nosotros mismos
inventamos mediante nuestra imaginación) y las ideas innatas, las más importantes para él, las
cuales son aquellas que el “yo” o el “alma” trae consigo. Para Hume, las ideas eran copias de
las impresiones que nos da la experiencia a través del hábito y la costumbre. Éstas se
subdividen en ideas simples, las cual son básicas y elementales, como por ejemplo la idea de
rojo que proviene de la impresión de color; y en complejas, las cuales son asociaciones de las
ideas simples, como “manzana”, ésta incorporando el color “rojo” , “crocante”, “jugosa”,
“nutritiva”
Para descartes la razón trabaja con ideas innatas, para Hume deriva directamente o
indirectamente de las impresiones.
Retomando las ideas innatas, para Descartes, un ejemplo de la misma sería la Idea de Dios, el
cual era considerado como una sustancia infinita, bondadosa, que no podía ser engañador, ni
mentiroso, y era un ente perfecto, que garantizaba al “yo” el poder conocer el mundo sin ser
engañado por los sentidos, y quien conserva la existencia del mundo y del sujeto. Pero Hume,
retoma esta idea de Dios como un ser infinitamente bondadoso, sabio, poderoso y concluye en
que dicho pensamiento no es mas que la reunión y multiplicación al infinito de ideas de nuestro
propio espíritu. Para Hume, no hay experiencia de Dios, por lo que no hay impresión, por lo
tanto, si no hay impresión, no hay idea, porque una idea que no proviene de una impresión no
es idea. Para él se da de modo espontáneo, haciendo que una idea le suceda otra con la que
está vinculada o unida; ésta se da a partir de tres leyes: la de semejanza (compara ideas
simples y construye ideas generales) contigüidad y causa efecto (agrupan ideas). Pero no niega
que a partir de las cualidades que poseemos, podemos llegar a la idea de la existencia de Dios.
Según Descartes, una causa puede provocar un único efecto y a partir del efecto se puede
remontar a la causa. El efecto depende de la causa que lo produce y este efecto nunca podrá
ser mayor que la causa. Por ejemplo, “La idea de Dios tiene que ser producida por algo, por
una causa, ya que nada de la nada sale.
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Ésta causa no puedo ser yo, porque soy un ser imperfecto y lo imperfecto (yo) no puede ser
causa de lo perfecto (Dios)”
Según Hume, una causa puede provocar distintos efectos. La causalidad es valida únicamente
para cada individuo en función de la experiencia que cada uno haya tenido, no es una
necesidad objetiva.
Descartes postuló: “Yo era una sustancia, cuya completa esencia, consiste sólo en pensar, y
que para existir no tiene necesidad de ningún lugar independiente de ninguna cosa material”
por lo tanto una sustancia es una cosa que no necesita de otra para ser. Según Descartes hay
una sustancia pensante (el hombre), una sustancia extensa (El mundo) y una sustancia infinita
(Dios). Y Hume opinó que no tenemos impresiones de la sustancia en si, si no de los accidentes
de estos. La idea de sustancia es un conjunto de ideas simples que están unidas por la
imaginación y poseen un nombre particular asociado a ellas, por el cual somos capaces de
recordar para nosotros mismos ese conjunto.
Para Descartes el “Yo” o “alma” es un yo que piensa, por lo tanto es una sustancia que existe,
es decir, un yo que no necesita de otra cosa para ser. Para Hume, no hay idea del yo porque no
deriva de ninguna impresión (ni experiencia); sino que tenemos impresiones de lo que se llama
accidentes de alma.
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