Proposición del Sen. Guillermo Tamborrel Suárez, del Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional, la que contiene punto de acuerdo que exhorta a la Secretaría de Salud Pública para que implemente las medidas necesarias para fortalecer la atención a personas con enfermedades mentales, incluyendo la elaboración de un diagnóstico del tema y el tratamiento integral adecuado. CC. SECRETARIOS DE LA CÁMARA DE SENADORES DEL H. CONGRESO DE LA UNIÓN PRESENTES: GUILLERMO TAMBORREL SUÁREZ, Senador de la República de la LXI Legislatura al Congreso de la Unión e integrante del Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional, con fundamento en lo dispuesto por el Artículo 8, numeral 1, Fracción II y 276, numeral 1, del Reglamento del Senado de la República, someto a la consideración del Pleno de esta Soberanía, PROPOSICIÓN CON PUNTO DE ACUERDO POR EL QUE EL SENADO DE LA REPÚBLICA EXHORTA RESPETUOSAMENTE A LA SECRETARÍA DE SALUD PÚBLICA, PARA QUE A TRAVÉS DEL SISTEMA NACIONAL DE SALUD, IMPLEMENTE LAS MEDIDAS NECESARIAS PARA FORTALECER LA ATENCIÓN A PERSONAS CON ENFERMEDADES MENTALES, INCLUYENDO LA ELABORACIÓN DE UN DIAGNÓSTICO DEL TEMA Y EL TRATAMIENTO INTEGRAL ADECUADO, al tenor de las siguientes: CONSIDERACIONES En la actualidad, no obstante los avances existentes en materia de inclusión de diversos grupos que han sido marginados por la sociedad durante mucho tiempo, aún existe una desatención evidente en distintos sectores de la sociedad misma. Tal es el caso de las personas que sufren enfermedades mentales, quienes según la Organización Mundial de la Salud (OMS), constituyen uno de los grupos más discriminados socialmente a nivel mundial. Dicha Organización señala que son muchas las comunidades en que las enfermedades mentales no se consideran una afección médica, sino un síntoma de debilidad de carácter, o bien, un castigo por un comportamiento inmoral. Existen casos incluso, que aún reconociendo que las personas padecen una afección médica, es común que se les dé un trato que atente contra su dignidad. Las violaciones de derechos humanos a personas que sufren alguna enfermedad mental se presentan no sólo a nivel familiar, sino que se extienden a centros de salud mental, hospitales y, en general, a la sociedad en su conjunto. De acuerdo al órgano informativo del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, las enfermedades mentales se entienden como desórdenes en el cerebro que alteran la manera de pensar, sentir de la persona afectada, así como su estado de ánimo, su habilidad para relacionarse e identificarse con otros. Éstas son causadas por desórdenes químicos en el cerebro que pueden afectar a personas de cualquier raza, edad, religión, o situación económica. Entre las enfermedades mentales más comunes se encuentran: alzheimer, autismo, depresión, depresión severa, trastornos de la conducta alimentaria, esquizofrenia, trastorno bipolar, trastorno obsesivo compulsivo, entre otros. Según datos de la Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica en México, los trastornos psiquiátricos comienzan generalmente en las primeras décadas de vida; sin embargo, es alarmante que no obstante la situación descrita, haya una escasez de datos epidemiológicos en población adolescente, en especial en países en desarrollo, debido a la falta de precisión en políticas de salud pública. De acuerdo a una investigación realizada respecto de la salud mental en México de la División de Política Social del Servicio de Investigación y Análisis de la Cámara de Diputados, existe una relación considerablemente estrecha entre las enfermedades físicas y las mentales, ya que éstas en muchas de las ocasiones, son resultado de aquéllas. Es claro que son muchas las enfermedades médicas –entre las que predominan las endocrinológicas, las cardiopatías, las inmunológicas y las neurológicas– que generan trastornos mentales en individuos que son susceptibles. Prueba de ello, es la alta proporción de pacientes diabéticos que presentan trastornos depresivos y cambios de personalidad secundarios al procedimiento médico. Asimismo, más del 50 por ciento de pacientes con enfermedad vascular cerebral, padecen trastornos mentales, de manera principal alteraciones del estado de ánimo. Ahora bien, tema relevante es el diagnóstico de las enfermedades mentales, ya que constituye la piedra angular de la asistencia médica, además de que para prescribir un tratamiento idóneo, se requiere de determinar específicamente la enfermedad que se tiene. Si bien el diagnóstico con regularidad se basa en pruebas objetivas, en materia de enfermedades mentales, se basa en relatos de los pacientes y en la observación de su conducta, pues al ser tan complejo el cerebro humano, aún no se han encontrado formas específicas y definitivas para diagnosis de esquizofrenia, autismo, trastorno bipolar o depresión profunda, entre otras. Por esta razón, es necesario fortalecer medidas para el diagnóstico en caso de enfermedades mentales, de manera que se logre un mejor resultado y, por tanto, un mejor tratamiento para las enfermedades mentales. Asimismo, un aspecto por demás importante en materia de enfermedades mentales, es la calidad de vida. Ésta, involucra el funcionamiento y los síntomas físicos, los factores de orden psicológicos y los aspectos sociales. La calidad de vida en personas que sufren enfermedades mentales es un tema toral, pues la atención a estas personas debe incluir no sólo el cuidado a la enfermedad misma, sino todo un tratamiento integral cuyo propósito sea brindarle calidad integral de vida. Así pues, las personas con enfermedades mentales se enfrentan día a día a problemáticas típicas no sólo de la enfermedad misma, sino de un constante rechazo de la sociedad caracterizada por excluir en materia de las enfermedades citadas. Por su parte, en el Estado Mexicano, si bien existe una larga tradición de investigación epidemiológica en el campo de las adicciones, no es así por lo que respecta al desarrollo de la epidemiología psiquiátrica, ya que éste ha sido más lento. En México, el Trastorno por Déficit de Atención y la depresión se han establecido como prioridades. Según la Organización Mundial de la Salud, se estima que la depresión cobra mayor importancia cada día y que para el año 2020 será la segunda causa de años de vida saludable perdidos a escala mundial y la primera en países desarrollados. Ahora bien, en una niña o niño una enfermedad mental tiene un alto costo, no solo por el sufrimiento, sino por las secuelas que la enfermedad pueda implicar para el funcionamiento en la vida adulta, tales como dificultades para el alcance educacional, económico y ocupacional, accidentes automovilísticos, relaciones interpersonales disfuncionales, entre otras. Por lo que toca a nivel internacional, se ha comenzado a crear más consciencia respecto del tema de las enfermedades mentales, trayendo como resultado que varios países tomen medidas tendientes a la integración de las personas que sufren tales enfermedades, así como al mejoramiento de su nivel de vida. Tal es el caso de República de Ghana, que ha creado y reformado diversas leyes con el objetivo tanto de promover los derechos humanos de las personas que padecen enfermedades mentales, como de garantizar el acceso de dichas personas a una atención comunitaria, ambulatoria y hospitalaria de calidad que esté orientada a brindar los servicios necesarios para lograr una integración real a la sociedad. El Reino de Lesoto, por su parte, ha adoptado diversas políticas de salud que proporcionan directrices definidas con el propósito de mejorar la salud mental de su población. Mongolia, a su vez, respaldado por la OMS, ha integrado la atención de salud mental en la atención primaria. De igual manera, los psiquiatras y médicos generales de todo el país, reciben formación para prestar atención de salud mental en las comunidades. Tal país ha creado en general, todo un sistema de ayuda y soporte para personas con enfermedades mentales. Ante estos notables hechos, México no puede, ni debe, ser la excepción en adoptar medidas tendientes a mejorar la salud de las personas que sufren enfermedades mentales. Por ello, es necesario que se tomen medidas para favorecer el acceso a servicios de salud mental de calidad y a contribuir una integración real de las personas enfermas mentales a la sociedad. En virtud de ello, nuestro país tiene el compromiso de lograr no la inclusión social de las personas con enfermedades mentales, brindado para tal propósito una atención médica adecuada de manera que la funcionalidad social de dichas personas se vea incrementada considerablemente. Lo anterior, sólo se logrará a través del reforzamiento de recursos cuyo objetivo sea elaborar un diagnóstico y mejorar la atención de las personas con enfermedades mentales. Únicamente así, al pasar de la idea a la acción, es como se logrará materializar el mejoramiento mental y social de las personas en cuestión. Por lo expuesto, someto a consideración de esta Soberanía el siguiente: PUNTO DE ACUERDO PRIMERO.- El Senado de la República exhorta respetuosamente a la Secretaría de Salud Pública, para que a través del Sistema Nacional de Salud, implemente las medidas necesarias para fortalecer la atención a personas con enfermedades mentales, incluyendo la elaboración de un diagnóstico del tema y el tratamiento integral adecuado. SEGUNDO.- El Senado de la República exhorta respetuosamente a la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de Diputados para que el Dictamen que realice sobre el Presupuesto de Egresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal 2012, se favorezcan las asignaciones en materia de la atención a personas con enfermedades mentales, tales como la elaboración de un diagnóstico y el tratamiento integral adecuado. Salón de Sesiones de H. Cámara de Senadores, a 6 de septiembre de 2011. SENADOR GUILLERMO TAMBORREL SUÁREZ.