41-001-31-10-004-2006-00514-01

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TRIBUNAL SUPERIOR DEL DISTRITO JUDICIAL DE NEIVA
SALA CIVIL FAMILIA LABORAL
M. P. EDGAR ROBLES RAMÍREZ
Proceso:
Jurisdicción Voluntaria – Interdicción Judicial
Radicación
41-001-31-10-004-2006-00514-01
Demandante
CECILIA GARZÓN AROCA
Interdicto
EDUARDO GARZÓN AROCA
Asunto
CONSULTA SENTENCIA
Procedencia
JUZGADO CUARTO DE FAMILIA DE NEIVA
Neiva, nueve (9) de septiembre de dos mil diez (2010)
ASUNTO
Por el grado jurisdiccional de consulta conoce la Sala de la sentencia
pronunciada por el Juzgado Cuarto de Familia de Neiva - Huila el día
1 de julio de 2010, dentro del proceso de jurisdicción voluntaria
iniciado por la Procuradora Delegada para la Infancia y la
Adolescencia, para que se declare la interdicción judicial de Eduardo
Garzón Aroca.
1. ANTECEDENTES
1.1.
LA DEMANDA
La señora Consuelo Serrato Vásquez, en su condición de Procuradora
Delegada para la Infancia y Adolescencia solicita, se declare la
interdicción
judicial
del
señor
Eduardo
Garzón
Aroca,
y
consecuencialmente la inscripción de la sentencia en el Registro del
Estado Civil de las Personas.
2
Las pretensiones indicadas se apuntalan en los siguientes hechos:
El señor Eduardo Garzón Aroca, quien es mayor de edad, sufre
retardo mental secundario a síndrome convulsivo sufrido en la
infancia.
Sus padres fallecieron y le sobreviven 10 hermanos, no posee bienes
materiales, y su única riqueza, sostiene la procuradora, la constituye el
cariño y apoyo que le proporciona su familia, especialmente el
prodigado por su hermana Cecilia Garzón Aroca.
1.2.
TRAMITE PROCESAL
Por auto del 2 de octubre de 2006, el Juzgado Cuarto Familia de
Neiva – Huila, admitió la demanda, y le imprimió el trámite previsto en
el Libro Tercero, Título XXXII, Capitulo I, Artículos 649, 651.2 y 659 del
Código de Procedimiento Civil; providencia en la que también
ordenó citar al proceso a los parientes del presunto interdicto y
emplazar en la forma indicada en el artículo 466 del C.P.C. a los
demás parientes de la misma.
2. SENTENCIA DE PRIMER GRADO
Acogió las pretensiones de la demanda declarando la interdicción
judicial y nombrándose como curadora definitiva del señor Eduardo
Garzón Aroca a su hermana Inés.
Para arribar a la decisión el juez tuvo en cuenta el dictamen pericial
rendido por la psiquiatra María Eugenia Rua Uribe, cuyo diagnostico
señaló, que el interdicto sufre de retardo mental moderado, de
etiología multifactorial, debido a la epilepsia y esta a su vez es
ocasionada por patología perineal (sic).
3
En lo concerniente a la curadora, analizando la prueba testimonial
vertida dentro del proceso, concluyo que la persona más apta para
ejercerla era su hermana Inés Garzón Aroca, ante la controversia
suscitada entre los hermanos frente a este tópico.
En apoyo de su decisión se refiere a la enajenación mental y en su
apoyo cita el artículo 8 de la Ley 95 de 1890, que al respecto la
denomina “estado habituales de imbecilidad o idiotismo, de
demencia o locura furiosa.”.
3. CONSIDERACIONES
¿Se encuentra acreditada dentro del proceso la incapacidad mental
que haga necesaria la declaración de interdicción por enfermedad
mental del señor Eduardo Garzón Aroca, como medida de
protección?
MARCO NORMATIVO
Artículos 1, 5, 13 de la Constitución Política, ley 1306 de 2009 artículos
1,2,3,5,15,25,28, Convención Interamericana para la Eliminación de
todas
las
Formas
de
Discriminación
contra
Personas
con
Discapacidad. Corte Constitucional, Sentencia C 983 del 13 de
noviembre de 2002, Sentencia C 478 del 10 de junio de 2003, M.P.
Clara Inés Vargas.
RESPUESTA AL PROBLEMA JURIDICO
El artículo 5 de la Constitución Política establece que el Estado
reconoce sin discriminación alguna los derechos inalienables de la
persona, concatenado con el artículo 1 de la Carta la cual señala
que Colombia es un Estado Social de Derecho fundado en el respeto
4
de la dignidad humana, y el artículo 13 de la misma que proscribe
cualquier clase de discriminación y dispone que el Estado deberá
proteger a aquellas personas que por su condición… física o mental se
encuentren en circunstancias de debilidad manifiesta.
Dentro de esta perspectiva, se expidió la ley 1306 del 2009, cuyo
objeto principal, es la protección e inclusión social de las personas con
discapacidad mental o que adopten conductas que las inhabiliten
para su normal desempeño en la sociedad, considerando su
desarrollo integral en todos los ámbitos, cambiando el énfasis
patrimonial de la situación de los discapacitados, constituyéndose en
un estímulo para su desarrollo integral.
La precitada norma, señala que una persona tiene discapacidad
mental
cuando
padece
de
limitaciones
psíquicas
o
de
comportamiento que no le permitan comprender el alcance de sus
actos o asuman riesgos excesivos e innecesarios en el manejo de su
patrimonio y que la misma será correlativa a su afectación, sin
perjuicio a la seguridad negocial y el derecho de terceros que obren
de buena fe.
Dentro de las obligaciones del Estado y de la sociedad frente a las
personas con discapacidad, se encuentran las de garantizar el
disfrute pleno de sus derechos y el de protegerlos, estableciendo
medidas normativas y administrativas acordes con las obligaciones
derivadas de los tratados internacionales de derechos humanos a
favor de personas con discapacidad mental, de manera que a través
del legislador se adoptaron las medidas tendientes a su protección
dentro de las cuales se encuentra la interdicción.
Retomando la definición respecto de la discapacidad la ley distingue
dos clases: discapacidad absoluta y discapacidad relativa (art 15).
Los sujetos con discapacidad absoluta a tono con lo prescrito en el
artículo 17 de la ley 1306 de 2009, son aquellos que sufren una
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afección
o
patología
severa
o
profunda
del
aprendizaje,
comportamiento o un deterioro mental.
Así mismo, el artículo 18 ibídem, faculta al Defensor de Familia, a
adoptar medidas de restablecimiento de derechos, e interponer las
acciones judiciales pertinentes con miras a su protección, una de las
cuales es su interdicción (art 25 ibídem).
Conviene recordar que la capacidad de ejercicio de una persona,
según el artículo 1502 del Código Civil, es la facultad de obligarse sin
el ministerio o autorización de otra. La capacidad es la regla general,
según enseña el artículo 1503 del Código Civil, de lo cual están
excluidos en forma absoluta las personas con discapacidad mental, y
en forma relativa los impúberes y los sordomudos e incapaces relativos
declarados en interdicción, como en el primer evento, es decir de los
incapaces absolutos sus actos son absolutamente nulos y no
producen ni aún obligaciones naturales – arts. 1504 y 1741 - y los
relativamente incapaces en los términos del inciso tercero del citado
1504, sus actos pueden tener valor en ciertas circunstancias y bajo
ciertos respectos determinados por las leyes, bajo ese entendido, se
entiende modificado el artículo 1504 del C.C por el artículo 48 del
nuevo Régimen de Protección a las Personas con Discapacidad
Mental.
En efecto, la norma precitada dispone “sin perjuicio a las disposiciones
contenidas en el presente capítulo, los actos realizados por la persona
con discapacidad mental absoluta, interdicta, son absolutamente
nulos, aunque se alegue haberse celebrado
o ejecutado en un
intervalo lúcido… ”
La Corte Constitucional en Sentencia C 983 de 13 de noviembre de
2002, declaró inexequible las expresiones por escrito y sordomudo que
del artículo 1504 C.C, el hilo argumental de la Corte, sobre este
particular aspecto es el que a continuación se transcribe.
6
“La Constitución establece que Colombia es un Estado social de
derecho, fundado, entre otros, en el respeto a la dignidad humana; y
dispone que dentro de sus fines está el de garantizar la efectividad de
los principios, derechos y deberes consagrados en la Carta (…).
(…)
Dentro de ese diseño constitucional del Estado social se encuentra un
grupo poblacional beneficiario de una protección especial por parte
de aquél, y son las personas que por sus particulares condiciones se
hacen merecedoras a una atención más concreta y determinada
con el fin de asegurarles el completo ejercicio de sus derechos, su
amplia participación en la vida social y un desarrollo vital de sus
intereses. Se trata de las personas discapacitadas, quienes gozan, sin
discriminación alguna, de los mismos derechos y garantías que los
demás.
(…)
El Estado tiene el deber de promover las condiciones para lograr que
la igualdad sea real y efectiva y para ello debe adoptar medidas que
favorezcan a grupos discriminados o marginados, y brindar una
protección especial para aquellas personas que por su condición
física o mental se encuentren en circunstancias de debilidad
manifiesta. Así lo dispone el artículo 13 de la Carta Política.
Las personas discapacitadas han sido objeto de discriminación por
diversos motivos, tales como la ignorancia y escasa comprensión por
parte de la sociedad, la falta de adopción de medidas adecuadas
para su desarrollo y la ausencia de políticas claras para su integración
al entorno social.
Los apartes normativos acusados se refieren a la incapacidad
absoluta de los sordomudos cuando éstos no se puedan dar a
entender por escrito.
7
La voluntad de una persona debe trascender de su fuero interno.
Pero, la exteriorización de lo que se piensa, del consentimiento, del
asentimiento respecto de algo, no sólo es posible hacerlo por medio
del lenguaje oral, o de la escritura, sino a través de cualquier signo,
seña o gesto que demuestre de manera clara, inequívoca e inteligible
lo que se expresa.
Para la Corte algunos vocablos de las disposiciones acusadas, tal
como están plasmados en el Código Civil, resultan contrarios a la
Constitución Política, por las siguientes razones.
De acuerdo con los conceptos de los expertos, las personas sordas y
mudas, salvo aquellas que padecen además retardo mental o alguna
alteración cerebral, tienen un índice intelectual igual que las oyentes
y, por contera, será diferente de acuerdo con el desarrollo potencial
de cada individuo. El hecho de que no puedan escuchar ni
expresarse verbalmente, no implica necesariamente que no piensen,
que no sientan, ni tengan la facultad de discernir o de adoptar
decisiones y comprometerse en el mundo jurídico.
El hecho de que su forma de expresarse difiera del resto de la
población no puede dar lugar a afirmar que por ese sólo motivo sean
incapaces absolutas. El legislador dispuso que tendrán esa calidad
cuando no puedan expresarse por escrito.
Hoy resulta evidente que los métodos de enseñanza diversos han
permitido que los miembros de este grupo poblacional se integren a la
sociedad y logren un desarrollo normal en el campo laboral y
educativo.
El lenguaje utilizado por esa comunidad es diferente al del resto de la
población, pero no por ello es ininteligible e indescifrable. Por el simple
hecho de que ese lenguaje no sea el oral, utilizado por el resto de las
personas, no pueden adoptarse medidas que los aparten, los
segreguen
del
mundo jurídico y se les
absolutamente incapaces.
considere,
entonces,
8
Las capacidades del individuo deben potencializarse de tal manera
que las discapacidades o limitaciones no pueden ser un factor
determinante para calificar a las personas ni para adoptar medidas
que las excluyan del mundo jurídico, sin hacer un análisis de cada
caso en particular.
En efecto, si tales personas pueden darse a entender a través de
cualquier forma de lenguaje, de manera clara, precisa e inequívoca,
sus actos tienen plena eficacia jurídica. Es claro que el funcionario, el
juez u otra autoridad no tienen por qué conocer el lenguaje utilizado
por los sordos y mudos a la vez, pero pueden acudir a un intérprete
para facilitar la comunicación.
Los
artículos
acusados
reconocen
capacidad
sólo
a
los
discapacitados que puedan darse a entender por escrito. Estas
disposiciones resultan sin lugar a dudas discriminatorias, en cuanto
excluyen sin razón justificada a aquellas personas que pueden
comunicarse mediante señas u otra forma de lenguaje, pero
desconocen la escritura.
Es claro que las incapacidades tienen un sentido protector en favor
de ciertas personas que, por sus especiales características, pueden
resultar afectadas en sus intereses debido a que no tienen el total
discernimiento o la experiencia necesaria para expresar su voluntad y
para poder obligarse con claridad suficiente, pero no por ello resulta
ajustada a los preceptos constitucionales una norma en tal sentido
que consagre medidas discriminatorias.
Debe retirarse del ordenamiento jurídico el vocablo "por escrito"
contenido en dichos artículos por ser contrario a la Carta, al apartar
del mundo jurídico a los limitados auditivos y en lenguaje articulado
que no puedan expresarse por escrito. La lengua no puede ser un
factor para restringir o limitar el goce de los derechos o para que se
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establezcan tratos distintos, "por lo cual, una regulación que diferencie
a las personas por su lengua es potencialmente discriminatoria…”.
La finalidad del artículo 1503 del Código Civil, pertinente es indicar
que el dictamen pericial, que presupone y exige que los peritos
examinen conjuntamente al paciente y el estado en que este se
encuentra; es prueba que debe practicarse forzosamente en tales
procesos, sin que pueda ser suplida por ninguna otra. El dictamen de
médicos, de preferencia especializados en psiquiatría, es la mejor
prueba y la más adecuada, para establecer la existencia de una
enfermedad mental, sus caracteres y muy especialmente si el
enfermo carece de la libre determinación de la voluntad o sea de la
capacidad de obrar razonadamente en todos sus actos en especial
los de libre disposición.
Desde luego, que los demás medios de convicción allegados,
referentes al estado mental del presunto interdicto deben ser
apreciados por el juez si han sido legalmente aducidos, los que
pueden resultar muy valiosos como corroborantes de la pericial y en
todo caso para efectos de valorar el mérito demostrativo de la misma.
Examinado el recaudo probatorio encuentra la Sala que en el sub
judice, se practicó el dictamen pericial de facultativo especialista en
psiquiatría, en el cual se analiza, los antecedentes personal y familiares
del interdicto, las características de la enfermedad padecida por el
interdicto, su etiología, condiciones de adaptación, manejo y
tratamiento y roles del individuo, en el que se concluye que sufre de
retardo mental moderado, con edad mental entre 5 y 7 años,
etiología multifactorial debido a epilepsia y esta a su vez por
patología perinatal, semidependiente en sus actividades básicas
cotidianas (bañarse, comer, vestirse) y dependiente en su discurrir
cotidiano (salir a la calle, de compras, usar teléfono), indica el
diagnostico que, el interdicto no sabe leer ni escribir, no conoce los
números, no dibuja la figura humana, ni realiza operaciones
10
matemáticas sencillas conclusiones a las cuales arribo la psiquiatra
mediante técnicas d entrevista clínica, examen mental y revisiones del
expediente, luego cumple con las normas regulativas sobre el proceso
de interdicción establecidas en la ley 1306 del 2009, en su artículo 28
que dispone “en todo proceso de interdicción definitiva se contará
con un dictamen completo y técnico sobre la persona con
discapacidad
mental
absoluta,
realizado
por
un
equipo
interdisciplinario del modo que lo establece el inciso 2 del artículo 16
de esta ley. En dicho dictamen se precisaran, la naturaleza de la
enfermedad, su posible etiología y evolución, las recomendaciones
de manejo y tratamiento y las condiciones de actuación o roles de
desempeño del individuo”.
No puede soslayar la Sala las expresiones usadas por el a quo, pues el
citado artículo 8 de la ley 95 de 1890 y las expresiones similares,
contenidas en las normas relativas a la curaduría del demente que
utilizaban las expresiones imbecilidad, idiotismo, locura furiosa , fueron
declaradas inexequibles por la corte Constitucional en Sentencia C
478 de junio de 2003, por considerar que afectaban la dignidad
humana, y la expresión demente, fue sustituida por la palabra
discapacidad mental por la ley 1306 de 2009.
En efecto la ratio decidendi de la sentencia pre citada, la dejó
plasmada la Corte Constitucional, en los párrafos que a continuación
se traen a colación.
El artículo 545 del Código Civil, parcialmente demandado, que se
encuentra ubicado en el Título XXVIII sobre “Reglas especiales relativas
a la curaduría del demente” dispone:
“El adulto que se halle en estado habitual de imbecilidad o
idiotismo, de demencia o de locura furiosa, será privado de la
administración de sus bienes, aunque tenga intervalos lúcidos.
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“La curaduría del demente puede ser testamentaria, legítima o
dativa”.
Una persona “cuerda” decía D'Aguesseau, siguiendo a Cicerón, es
aquella que puede llevar una vida común y ordinaria “insano es aquel
que no puede siquiera alcanzar hasta la mediocridad los deberes
generales”'.
En el derecho romano clásico, la protección del patrimonio de los
incapaces mediante la curatela tiene su origen en la ley decenviral,
que daba al agnado próximo una potestas sobre el furiosus y su
patrimonio. El curador tenía que actuar siempre en lugar del incapaz y
de manera continua'.
El Código Civil francés prescribía que el adulto que se encontrase en
estado habitual de imbecilidad, de demencia o de furor, debía ser
puesto en interdicción, aunque presentase estados lúcidos.
Ahora bien, según el artículo 545 del C.C. colombiano, puede privarse
de la administración de sus bienes a una persona que por razón de su
condición mental no está en capacidad de hacerlo, pero para ello es
necesario que el estado de imbecilidad o idiotismo, de demencia o
de locura furiosa sea habitual, es decir, que constituya un modo de ser
ordinario, aunque se tenga intervalos lúcidos, y además que tal
privación sean impuesta en la sentencia que declare la respectiva
interdicción, según así lo consagran otras disposiciones del Código
Civil que deben armonizarse con ésta. Ni la vejez más avanzada, ni la
embriaguez habitual, ni las extravagancias o rarezas de carácter
puede ser, por sí solas, causales de interdicción.
En tal sentido, las enfermedades mentales a las que alude el artículo
545 del Código Civil, hacen parte del diseño legal de la curaduría,
figura civil que desde sus albores romanos ha propendido por la
protección del patrimonio de las personas que padecen tales
aflicciones, y por ende, se encamina, en términos modernos, a
asegurar una igualdad de trato entre desiguales.
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En efecto, los instrumentos internacionales permiten que, bajo
determinadas condiciones, algunos discapacitados no puedan
ejercer motu proprio algunos derechos patrimoniales.
Al respecto, el artículo 7 de la “Declaración de los derechos del
retrasado mental”, del 20 de diciembre de 1971, dispone:
“Si algunos retrasados mentales no son capaces, debido a la
gravedad de su impedimento, de ejercer efectivamente todos
sus derechos, o si se hace necesario limitar o incluso suprimir
tales derechos, el procedimiento que se emplee a los fines de
esa limitación o supresión deberá entrañar salvaguardas
jurídicas que protejan al retrasado mental contra toda forma de
abuso. Dicho procedimiento deberá basarse en una evaluación
de su capacidad social por expertos calificados. Asimismo, tal
limitación o supresión quedará sujeta a revisiones periódicas y
reconocerá el derecho de apelación a autoridades superiores”.
Por su parte, la “Declaración de los derechos de los impedidos”, del 9
de diciembre de 1975, en su artículo 4 prescribe:
“El impedido tiene los mismos derechos civiles y políticos que los
demás seres humanos; el párrafo 7 de la Declaración de los
Derechos del Retrasado Mental se aplica a toda posible
limitación o supresión de esos derechos para los impedidos
mentales”.
Posteriormente, los “Principios para la protección de los enfermos
mentales y el mejoramiento de la atención de la salud mental”, del 17
de diciembre de 1991 dispone en lo pertinente:
“4. No habrá discriminación por motivo de enfermedad mental.
Por “discriminación” se entenderá cualquier distinción, exclusión
o preferencia cuyo resultado sea impedir o menoscabar el
disfrute de los derechos en pie de igualdad. Las medidas
especiales adoptadas con la única finalidad de proteger los
derechos de las personas que padezcan una enfermedad
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mental o de garantizar su mejoría no serán consideradas
discriminación (subrayado fuera de texto ).
“6 (... ) las decisiones sobre la capacidad y la necesidad de un
representante personal se revisarán en los intervalos razonables
previstos en la legislación nacional.
“7. Cuando una corte u otro tribunal competente determine
que una persona que padece una enfermedad mental no
puede ocuparse de sus propios asuntos, se adoptarán medidas,
hasta donde sea necesario y apropiado a la condición de esa
persona, para asegurar la protección de sus intereses”.
De manera semejante, la “Convención Interamericana para la
Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra las Personas
con Discapacidad”, declarada exequible por la Corte en sentencia
C-401 de 2003, con ponencia del Magistrado Álvaro Tafur Galvis,
suscrita en Guatemala el 7 de junio de 1999, en el literal b de su
artículo 2 dispone:
“En los casos en que la legislación interna prevea la figura de la
declaratoria
de
interdicción,
cuando
sea
necesaria
y
apropiada para su bienestar, ésta no constituirá discriminación”.
Pero, si bien la finalidad de la norma es constitucional, también en
este caso los términos utilizados son despectivos y contrarios a la
dignidad humanada, y por ello discriminatorios, por lo que deben ser
retirados del ordenamiento jurídico. Pero, al igual que en el caso
anterior, es preciso hacer su integración normativa a fin de que el
contenido que si resulta constitucional no pierda sentido y armonice
con el sistema jurídico del que forma parte.
De no proceder a ello, se produciría un efecto perverso por cuanto
sería necesario declarar la inexequibilidad completa del artículo
correspondiente, cuya finalidad, desde el derecho romano, ha sido la
de proteger a las personas discapacitadas, y en términos modernos,
se encamina a propender por una igualdad de trato. De igual
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manera le está vedado a la Corte sustituir, como lo propone el
demandante, unos términos legales por otros.
En este orden de ideas, la Corte declarará la inexequibilidad de las
expresiones “... de imbecilidad o idiotismo...” y “...o de locura
furiosa...” contenidas en el artículo 545 del Código Civil, por los cargos
analizados en esta sentencia. Por lo tanto, este artículo quedará de la
siguiente manera: “El adulto que se halle en estado habitual de
demencia será privado de la administración de sus bienes, aunque
tenga intervalos lúcidos. La curaduría del demente puede ser
testamentaria, legítima o dativa.”, en el entendido que debe existir
interdicción judicial, pues es la única interpretación que resulta
acorde con la Constitución y con el mismo sistema jurídico al que
pertenece la norma.
Ahora bien, a tono con lo establecido en el artículo 659 del C.P.C.
modificado por la ley 1306 de 2009, art 42, en la sentencia de
interdicción se ordenara la facción de inventario y avaluó de los
bienes de la persona con discapacidad mental absoluta dentro de un
plazo que no excederá los 60 días, contados a partir de la aceptación
del cargo del auxiliar de la justicia, quien será nombrado por el juez de
instancia, quien fijara la garantía y una vez otorgada esta se dará
posesión al guardador y se hará la entrega de los bienes
inventariados.
Por mandato del art 52 de la ley 1306 de 2009, por tratarse de una
persona no sometida potestad parental, se le debe designar un
curador que se haga cargo de su cuidado personal y de la
administración del patrimonio. En el sub judice, el fallador designo
como curadora a la señora Inés Garzón Aroca, Hermana del
discapacitado, quien al tenor del numeral 2 del art 68 ibídem, se
encuentra legitimada para ello, amén de que los familiares la
señalaron como la persona más idónea para tales fines. Por lo anterior
esta magistratura se aviene a lo decidido por el a quo en este sentido.
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Con fundamento en las anteriores consideraciones, la Sala Quinta de
Decisión Civil Familia Laboral del Tribunal Superior del Distrito Judicial
de Neiva, administrando justicia en nombre de la República y por
autoridad de la ley,
RESUELVE
CONFIRMAR la sentencia pronunciada por el Juzgado Cuarto de
Familia de Neiva – Huila el día 1 de julio de 2010, en el proceso de la
referencia.
Devuélvanse las diligencias al juzgado de origen.
NOTIFÍQUESE
EDGAR ROBLES RAMÍREZ
ÁLVARO FALLA ALVIRA
ALBERTO MEDINA TOVAR
COP___TOMO___FOLIO___ CONSULTA FAMILIA
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