i. la incapacitación

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EL PROCESO DE INCAPACITACIÓN
I. LA INCAPACITACIÓN: CONCEPTO Y CAUSAS

En cuanto a la incapacitación, cabe definirla como la privación de la capacidad de obrar
de una persona física acordada por sentencia judicial en virtud de alguna las causas
previstas por la ley.

En efecto, el art. 199 del Código Civil dispone que nadie puede ser declarado incapaz
sino por sentencia judicial en virtud de las causas establecidas por la ley.

En cuanto a las causas de incapacitación, el art. 200 CC dispone que son causas de
incapacitación las enfermedades o deficiencias persistentes de carácter físico o psíquico
que impidan a la persona gobernarse por si misma.

Por tanto, distinguimos los siguientes requisitos:
o En primer lugar, deberá tratarse de una enfermedad o deficiencia de carácter
físico o psíquico.
En este sentido, hay que advertir que, si bien no puede establecerse una
distinción tajante entre enfermedades de carácter físico o psíquico toda vez que
múltiples alteraciones fisiológicas se reflejan en estados mentales, existen unas
deficiencias que afectan principalmente a las funciones físicas y otras que lo
hacen fundamentalmente a las facultades intelectuales.
o En segundo lugar, deberá tratarse de una enfermedad o deficiencia persistente.
Por tanto, no serán causa de incapacitación las enfermedades o deficiencias
transitorias sin perjuicio de que los actos y negocios jurídicos realizados en
situación de trastorno mental transitorio puedan ser anulados por falta de
verdadero consentimiento.
o En tercer lugar, deberá tratarse de una enfermedad o deficiencia que impida a
una persona gobernarse por sí misma.

Por otro lado, también existen determinadas enfermedades o deficiencias persistentes
de carácter físico que pueden determinar una limitación de la capacidad de obrar sin
necesidad de previa declaración judicial de incapacidad.

En efecto, el art. 681 impide al ciego actuar como testigo en los actos mortis causa. Por
su parte, el art. 708 le priva de la facultad de otorgar testamento cerrado.

En cuanto a la legitimación para solicitar la declaración de incapacidad, el art. 757
de la Ley de Enjuiciamiento Civil contiene las siguientes reglas:
o Primero, la declaración de incapacidad podrá ser promovida por el presunto
incapaz, el cónyuge o quien se encuentre en situación de hecho asimilable así
como los ascendientes, descendientes o hermanos del presunto incapaz.
o Segundo, el Ministerio Fiscal deberá promover la declaración de incapacidad si
las citadas personas no existieren o no hubieren solicitado dicha declaración.
o Tercero, cualquier persona está facultada para poner en conocimiento del
Ministerio Fiscal la concurrencia en alguna persona de hechos que puedan ser
determinantes de la incapacitación. En particular, deberán hacerlo las autoridades
y funcionarios públicos que, por razón de sus cargos, tuvieran conocimiento de la
existencia de una posible causa de incapacitación de una persona.
o Por último, si el presunto incapaz fuera menor de edad, la declaración de
incapacidad sólo podrá ser solicitada por quienes ejerzan la patria potestad o la
tutela.

En cuanto a la legitimación pasiva, hay que señalar que la declaración de incapacidad
podrá recaer sobre cualquier persona física. En particular, tratándose de menores de
edad, hay que destacar los siguientes preceptos:
o Primero, el art. 201 dispone que los menores de edad podrán ser incapacitados
cuando concurra en ellos causa de incapacitación y se prevea razonablemente
que la misma persistirá después de la mayoría de edad.
o Segundo, el art. 171 dispone que la patria potestad sobre los hijos que hubieren
sido incapacitados quedará prorrogada, por ministerio de la Ley, al llegar aquéllos
a la mayoría de edad.

En cuanto al proceso de incapacitación, éste se tramitará a través de uno de los
procesos especiales relativos a la capacidad de las personas del Libro IV de la Ley de
Enjuiciamiento Civil a diferencia de la situación existente bajo la vigencia de la ley
anterior en que estos procedimientos se substanciaban por los trámites del juicio de
menor cuantía.
o En cuanto a la personación del demandado, el art. 758 dispone que el presunto
incapaz podrá comparecen en el proceso con su propia defensa y representación.
Si no lo hiciere, será defendido por el Ministerio Fiscal, siempre que no haya sido
éste el promotor del procedimiento. En otro caso, se designará un defensor
judicial a no ser que estuviere ya nombrado.
o En cuanto a las pruebas necesarias, el art. 759 dispone que en los
procedimientos de incapacitación y sin perjuicio de las pruebas que puedan
practicarse de oficio o a instancia de parte, deberán practicarse tres pruebas
preceptivas fundamentales:

Primero, la audiencia a los parientes más próximos del presunto incapaz.

Segundo, el examen personal del presunto incapaz por el Juez.

Tercero, la incorporación de un dictamen facultativo.
o En cuanto a las medidas cautelares, el art. 762 dispone que siempre que el Juez
tuviere noticia de la existencia en alguna persona de una posible causa de
incapacitación, adoptará de oficio las medidas oportunas y pondrá el hecho en
conocimiento del Ministerio Fiscal para que promueva, si lo estima procedente, la
incapacitación de dicha persona.
o Por otro lado, también el Ministerio Fiscal podrá solicitar al Tribunal la adopción
de las citadas medidas cuando tenga conocimiento de la existencia en una
persona de una posible causa de incapacitación.
o Finalmente, el Juez podrá acordar estas medidas de oficio o a instancia de parte
en cualquier estado del procedimiento.

En cuanto a la sentencia de incapacitación, el art. 760.1 dispone que la sentencia que
declare la incapacitación determinará la extensión y límites de ésta, así como el
régimen de tutela o guarda a que haya de quedar sometido el incapacitado. También
nombrará a la persona o personas que, con arreglo a la Ley, hayan de asistir o
representar al incapaz y velar por él, cuando así se hubiera solicitado en la demanda de
incapacitación.
o En relación con este precepto hay que señalar que la extensión y los límites de la
incapacitación serán proporcionales al grado de discernimiento. Así, cuando este
grado de discernimiento sea mínimo, el Juez someterá al incapacitado a la tutela,
señalando los actos que el pueda realizar por si solo, sin necesidad de su
representante legal.
o Por el contrario, cuando el grado de discernimiento sea mayor, el Juez someterá
al incapacitado a la curatela, señalando los actos que el incapacitado puede
realizar por sí solo y aquellos para los que necesita la asistencia de su curador.

En cuanto a los caracteres de la sentencia, hay que realizar las siguientes
consideraciones:
o En primer lugar, la sentencia que declare la incapacidad es una sentencia
constitutiva ya que constituye al demandado en el estado civil de incapacitado.
o En segundo lugar, la sentencia carece de efectos retroactivos por lo que los actos
del incapacitado anteriores a la declaración de incapacidad serán válidos a
menos que se demuestre que éste carecía de inteligencia y voluntad en el
momento de realizarlos en cuyo caso podrían ser anulados. No obstante, ello se
entiende sin perjuicio de la invalidez de los actos realizados por el presunto
incapaz una vez interpuesta la demanda si el Juez hubiera adoptado medidas
cautelares como la anotación preventiva de la demanda de incapacidad del art.
42.5º de la Ley Hipotecaria.
o Por último, la sentencia será eficaz desde que sea firme pero no desplegará
eficacia frente a terceros hasta su inscripción o anotación en el Registro Civil. Por
otro lado, también es posible su inscripción en el Registro de la Propiedad
respecto de aquellos bienes inmuebles que constaren inscritos o anotados a
nombre del incapacitado o bien en el Registro Mercantil, si éste fuera
comerciante.

En cuanto a la reintegración de la capacidad, el art. 761 dispone que la sentencia de
incapacitación no impedirá que, sobrevenidas nuevas circunstancias, pueda instarse
judicialmente una nueva declaración que tenga por objeto dejar sin efecto o modificar el
alcance de la incapacitación ya establecida.
o En este sentido, la modificación podrá afectar a la extensión y límites de la
incapacidad declarada en la anterior sentencia o al régimen de tutela o guarda a
que hubiera quedado sometido el incapaz.
o Por otra parte, el mismo precepto dispone que la modificación podrá ser solicitada
por cualquiera de las personas legitimadas para iniciar el procedimiento de la
declaración de incapacidad así como las personas que ejerzan cargo tutelar o
tuvieran bajo su custodia al incapacitado, el Ministerio Fiscal y el propio
incapacitado.
II. EL INTERNAMIENTO DEL PRESUNTO INCAPAZ

Pasando a ocuparnos del internamiento del presunto incapaz, hay que señalar que la
Ley de Enjuiciamiento Civil de 7 de enero de 2000 ha venido a someter la cuestión a un
control estrictamente judicial.

En cuanto a la competencia para autorizar el internamiento, ésta corresponderá al
Tribunal del lugar donde resida la persona afectada por la medida.

En cuanto a la tramitación del procedimiento, se establecen las siguientes reglas:
o En primer lugar, la autorización deberá obtenerse con carácter previo al
internamiento salvo que razones de urgencia aconsejen la adopción inmediata de
la medida. No obstante, en este caso, el responsable del centro donde se
produjere el internamiento deberá comunicarlo al Tribunal del lugar en que
radique el centro en el plazo de las veinticuatro horas siguientes. Por otra parte, el
Tribunal deberá ratificar la medida en el plazo de las setenta y dos horas
siguientes a la puesta en conocimiento del Tribunal.
o En segundo lugar, el Tribunal que autorice o ratifique el internamiento dará
traslado de los autos al Ministerio Fiscal para que solicite la incapacitación de la
persona internada si ello fuera procedente y no la hubieran solicitado las
personas legitimadas para ello.
o En tercer lugar, sin perjuicio de las pruebas que puedan practicarse de oficio o a
instancia de parte, deberán practicarse tres pruebas preceptivas fundamentales
como son las siguientes:

Primero, la audiencia a la persona afectada, al Ministerio Fiscal y a
cualquier otra persona cuya comparecencia se estime conveniente o sea
solicitada por el afectado por la medida.

Segundo, el examen personal de la persona afectada por parte del Juez.

Tercero, la incorporación de un dictamen facultativo.
o En cuarto lugar, la resolución judicial por la que se acuerde el internamiento
expresará la obligación de los facultativos de informar periódicamente al Tribunal
sobre la necesidad o no de mantener la medida. Por otro lado, tales informes
tendrán una periodicidad mínima de seis meses salvo que el Tribunal señale un
plazo más breve y sin perjuicio de los demás informes que el Tribunal pueda
requerir.
o Por último, el Tribunal, previa práctica de las actuaciones que sean procedentes,
acordará la continuación o suspensión del internamiento. Del mismo modo, los
facultativos podrán acordar el alta cuando consideren que no es necesario
mantener el internamiento en cuyo caso deberán comunicarlo de modo
inmediatamente al Tribunal.
III. PROTECCIÓN PATRIMONIAL DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD
Pasando a ocuparnos de la protección patrimonial de las personas con discapacidad, hay
que señalar que la materia ha sido regulada por la Ley 41/2003 que establece una serie de
medidas dirigidas a facilitar la existencia de unos recursos económicos suficientes para
atender las necesidades vitales de estas personas.
En cuanto a los beneficiarios del patrimonio protegido, éstos podrán ser las personas con
minusvalía psíquica igual o superior al 33% y las personas con minusvalía física o sensorial
igual o superior al 65% con independencia de que concurran o no las causas de
incapacitación judicial y de que dichas personas hubieran sido incapacitadas.
En cuanto a la constitución del patrimonio, ésta requerirá una aportación originaria de
bienes por parte del interesado o sus padres, tutores o curadores si no tuviere la capacidad
suficiente. Por otro lado, una vez constituido el patrimonio, cualquier persona con interés
legítimo podrá realizar aportaciones a título gratuito.
En cuanto a la administración y disposición, ésta se ajustará a las normas establecidas
por el constituyente si tuviere capacidad suficiente.

Sin embargo, en defecto de estas normas, las reglas de administración deberán
contemplar la intervención judicial en los mismos casos en que ésta se exige al tutor
respecto a los bienes del tutelado si bien el Juez podrá moderar esta intervención.
En cuanto a la supervisión de la gestión, ésta se ajustará a las normas establecidas por el
constituyente.
o No obstante, esta supervisión corresponderá también al Ministerio Fiscal que
deberá ser informado periódicamente por el administrador y podrá solicitar al
Juez la adopción de las medidas oportunas en beneficio de la persona con
discapacidad.
o Por otro lado, se contempla la creación de una Comisión de Protección
Patrimonial de Personas con Discapacidad como órgano de asesoramiento del
Ministerio Fiscal en el ejercicio de estas funciones.
En cuanto a la extinción del patrimonio, ésta tendrá lugar por muerte o declaración de
fallecimiento del beneficiario o por dejar de padecer una minusvalía en los grados previstos
por la ley.
IV. LA PRODIGALIDAD

Pasando a ocuparnos de la prodigalidad, se entiende por pródigo aquella persona que
malgasta su caudal con ligereza, tanto por la cuantía de los dispendios como por el
objeto específico a que los destina, poniendo en peligro su patrimonio y los alimentos de
sus deudos.

Por tanto, la prodigalidad viene integrada por los siguientes elementos:
o Primero, la conducta desordenada y ligera en la gestión del propio patrimonio.
o Segundo, la habitualidad de dicha conducta.
o Tercero, que dicha conducta ponga injustificadamente en riesgo la conservación
de dicho patrimonio.

En cuanto a la legitimación para solicitar la declaración de prodigalidad, el art.
757.5 dispone que la declaración sólo podrá ser solicitada por el cónyuge, ascendientes
y descendientes que reciban alimentos del presunto pródigo o se encuentren en
situación de reclamárselos así como los representantes legales de cada uno de ellos. No
obstante, si dichos representantes no lo hicieren, podrá instar la declaración el Ministerio
Fiscal.
o En relación con este precepto, hay que señalar que la referencia a la prestación
de alimentos incluye no solo aquella deuda alimenticia que ciertos parientes
tienen entre si cuando alguno de ellos se encuentre en situación de necesitarlos
para subsistir sino también la deuda alimenticia derivada de una situación
familiar, como el matrimonio o la filiación, de acuerdo con los arts. 68 y 154.1 del
Código Civil.
o En este sentido, como consecuencia de lo anterior, el cónyuge y los hijos
menores de edad están legitimados siempre para instar la declaración de
prodigalidad mientras que los demás parientes deberán probar que están
percibiendo los alimentos o se encuentran en situación de reclamarlos.

En cuanto a la legitimación pasiva, la declaración podrá recaer sobre cualquier
persona casada o que tenga ascendientes o descendientes con derecho a exigirle
alimentos.

Por tanto, la declaración de prodigalidad no podrá recaer sobre el menor no emancipado
ya que, al no tener la libre administración de sus bienes, no puede incurrir en la
conducta desordenada que es propia de la prodigalidad.

En cuanto a los efectos de la declaración de prodigalidad, distinguimos en los
siguientes:
o Primero, el art. 1393 del Código Civil dispone que la declaración de prodigalidad
determina la conclusión de la sociedad de gananciales.
o Segundo, el art. 286 dispone que la declaración de prodigalidad somete al
pródigo a curatela. En este sentido, el art. 760 de la Ley de Enjuiciamiento Civil
dispone que la sentencia que declare la prodigalidad determinará los actos que el
pródigo no puede realizar sin el consentimiento de quien deba asistirle.

En cuanto a la modificación de la sentencia, hay que advertir que ni el Código Civil ni
la Ley de Enjuiciamiento Civil se pronuncian sobre la cuestión si bien hay que entender
que la situación cesa cuando el declarado pródigo haya cambiado de conducta o cuando
hayan desaparecido los que tenían derecho a alimentos.

En cuanto a la eficacia de los actos del pródigo sin el consentimiento de su
curador, distinguiremos en función de la época en que tales actos se hubieren
realizado:
o En efecto, los actos realizados después de la declaración de prodigalidad no
serán nulos de pleno derecho sino meramente anulables por lo que surtirán
plenos efectos en tanto no hayan sido impugnados. En este sentido, la
legitimación para impugnarlos corresponderá al curador o al mismo pródigo
dentro del plazo de cuatro años desde su fecha, según se deduce de los arts.
1300 y 1301 del Código Civil.
o Por el contrario, el art. 297 del Código Civil dispone que los actos del declarado
pródigo anteriores a la demanda de prodigalidad no podrán ser atacados por esta
causa. En relación con este precepto, Díez Picazo ha puesto de manifiesto que,
interpretado a sensu contrario, el mismo vendría a significar que también podrán
ser atacados por esta causa los actos realizados después de la interposición de la
demanda y antes de la sentencia firme.
V. ÍNDICE DE JURISPRUDENCIA RELEVANTE
a) Audiencia Provincial de Barcelona, sec. 18ª, S 8-3-2005, nº 116/2005, rec. 33/2004.
Pte: Bachs Estany, José María
RESUMEN: La AP estima el recurso de apelación presentado por el demandante en
primera instancia incapacitado por la sentencia recurrida. La AP revoca la sentencia de
instancia en base a los exámenes médicos llevados a cabo que evidencian un
problema de alcoholismo pero no causante de ningún deterioro que determine ningún
grado de incapacitación , pues el recurrente no presenta ni enfermedad persistente
alguna que le impida el autogobierno ni ninguna característica antisocial o riesgo que
permita adoptar medida de incapacitación alguna.
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
PRIMER.- Preparat el recurs per la part.demandada (f. 126) contra els fonaments primer i
segon de la sentència per errònia valoració de prova, l’interposa (f. 133 i ss.) pels següents
motius: 1er) la sentència es basa en que segons l’examen mèdic pateix el demandat una
addicció crònica amb amnèsia i personalitat esquizoide, quadre considerat permanent i
incapacitant totalment, i admet l’alcoholisme crònic que segons el metge forense afecta de
forma important les seves capacitats cognitives i volitives però especula que el resultat dels
informes, de 22-10-02 i 23-7-03 podien veure’s influenciats pel consumit immediatament
abans; 2on) el resultat de l’exploració judicial és totalment contrari a l’informe mèdic; amb un
discurs coherent; no s’ha tingut en compte el declarat pels parents; 3er) es tracta, per tant,
d’un dèficit intel·lectiu persistent; 4rt) subsidiàriament, demana una incapacitació parcial amb
sotmesa a curatela graduada que estableixi el que pot fer i el que no.
S’oposa el Ministeri Fiscal (f. 139) per considerar la sentència ajustada a Dret.
SEGON.- L’examen de tot l’actuat revela acreditats els següents antecedents i fets:
a) insta la demanda d’incapacitació el Ministeri Fiscal (19-2-03); el demandat té anys 67 anys
(f. 16 i 19); és separat amb 4 fills que viuen a prop seu, al calle DIRECCION000 núm. 000;
viu al calle DIRECCION000 núm. 001, núm. 002, núm. 003 de Sant Adrià de Besòs (La
Mina);
b) l’informe forense de la Dra. Ismael, acompanyat, de data 22-10-02, fet al Jutjat d’Instrucció
núm. 7 de Badalona (f. 37 i ss.) assenyala que apareix comunicatiu i col·laborador adoptant
una actitud raonant, ferm i amb convicció, orientat, atent, capaç de mantenir la concentració,
sense alteracions sensoperceptives -ni al·lucinacions ni il·lusions- memòria òptima, ànim
eutímic, imaginació mitjanament abstracta, amb escassa presència de somnis i fantasies,
raonament concret i material i molt pràctica; sense trastorns quantitatius ni qualitatius del
pensament; certa tendència a la verborrea; capaç en l’esfera personal de vestir-se, rentar-se,
menjar sol, però amb col·laboració de tercers per tasques derivades de tot això; la operativitat
social no està del tot anul·lada; pot desplaçar-se amb transports públics, però les reaccions
de necessitat serien primàries; desconeix el servei al que ha d’adreçar-se en cas
d’emergència; el seu dèficit intel· lectiu li impedeix conèixer el valor de les coses, fer un
raonament lògic i administrar diners; no pot fer operacions financeres complexes; al test de
Raven la intel·ligència està dintre de la normalitat i al Test de Paraules de Rey denota
important afectació de la memòria d’evocació i de fixació tendint a fabular; conclou que està
afectat per una addicció alcohòlica crònica amb important afectació cognoscitiva i volitiva;
c) l’informe social -UBASP La Mina- de l’Ajuntament de Sant Adrià de Besòs (f. 5 i ss.) de
data 23- 5-02 indica que està separat, viu sol al pis, segons la família pateix alguna mena de
malaltia mental agreujada per la seva addicció a l’alcohol; amb problemes de comportament i
amuntegament de coses; es va haver de fer una neteja a fons del pis per part.de la brigada
municipal autoritzada pel Jutjat Contenciós-Administratiu núm. 4 de Barcelona el 10-12-01 (f.
41, 15 m3 de deixalles); durant un temps va acudir al menjador del casal dels Avis de la
Mina, fins gener de 2002; no accepta visites domiciliàries ni tasques de neteja; rep una
pensió d’invalidesa
d) l’informe forense de 23-7-03 fet també per la Dra. Ismael, reitera bàsicament l’anterior,
però fa notar: que el demandat no recorda que fou examinat ja el 22-10-02, no reconeix la
doctora; que tracta de tenir un discurs coherent; que explica que beu moltes cerveses al día;
que el seu nivell de concentració és precari i no pot mantenir l’atenció i seguir el fil normal de
l’entrevista; grau d’integritat deficitari de la seva memòria retrògrada i anterògrada de forma
que ara no pot recordar els trets bàsics de la seva vida diària i mantenir un contacte correcte
amb la realitat; recorre a la fabulació; respostes inadequades a les preguntes, verborrea,
acceleració d’idees i curs del pensament, perseveració patològica en repetir idees, rigidesa i
dificultat de pensament, idees delirants de perjudici contra serveis socials i guàrdia urbana i
Ajuntament, se sent ric i important, la seva reacció en cas de necessitat seria correcta en
moments intercrítics però nul·la en cas d’intoxicació etílica, i es remet a l’informe anterior pel
tema econòmic; a les conclusions s’hi afegeix amnèsia i trastorn de personalitat esquizoide;
e) fou examinat pel Jutjat el 24-9-03 (f. 108 i ss.) que va fer notar el seu aspecte net i polit, la
seva orientació, que coneix el valor de l’euro, manifestant amb coherència que cobra una
pensió de 413 euros, que extrau directament de “Caja de Ahorros C.”, que es va comprar un
cotxe per 175.000 ptas., i que no té límit quant al número de cerveses que es pot prendre en
un día i que a casa pren vi;
f) a l’audiència de parents de 24-9-04 (f. 110 i ss.) compareix solament Emilia, esposa,
manifesta que no té cap malaltia, que el problema de sempre és l’alcoholisme; que fa totes
les activitats de la vida diària, va a l banc i s’administra; que té un pis i un terreny a nom dels
dos; considera que no ha de ser incapacitat; el 8-10-03 Mercedes, filla, (f. 116) diu que no
pateix cap malaltia; Luisa (f. 117) manifesta que l’únic problema és la beguda; les dues
assenyalen que cas d’incapacitar -lo la seva mare seria la persona més idònia;
g) a la vista de data 24-9-03 (f. 106 i ss.) no va comparèixer el demandat; tampoc els parents;
a la vista de 8-10-03 (f. 118-119) el fiscal va demanar la incapacitació total i el defensor
judicial la desestimació íntegra d ela demanda;
h) la pericial mèdica acordada a segona instància no es va poder practicar a data 1-7-04 per
incompareixença (f. 25 Rotlle) duent-se a terme l’informe del Dr. José Antonio (f. 35 Rotlle) el
30- 9-04; al mateix s’informa que pateix hidrocefàlia amb derivació crànio-peritonial
correctora, ha patit un infart.recent i pateix alcoholisme crònic; evidencia l’exploració un home
extravertit, xerraire, ben orientat amb pensament ben ordenat, amb nivell d’intel·ligència
normal, que viu sol, rep visites de l’esposa que viu a prop i que té un taller de perruqueria;
coneix el valor de la moneda i sap fer comptes, també el valor de les coses; administra la
seva pensió; reconeix que es passa amb la beguda però que està intentant deixar-la; la
conclusió és que té capacitat per autogestionar-se i està mentalment conservat; essent
aconsellable orientar-lo cap al tractament del seu alcoholisme, cosa que admet;
i) hi ha un altre informe mèdic forense fet per la Dra. Filomena (f. 41 i ss. Rotlle) el 21-9- 04
que afegeix les dades d’un informe de L’Hospital del Mar de 20-1-04 segons el que està en
tractament per arrítmia cardíaca i ha patit una tromboflebitis, que refereix el pacient que pren
la medicació per al cor amb cervesa al matí, conscient, orientat, molt discreta dificultat per
orientar-se en el temps, sense alteracions importants de la sensopercepció, dificultats de
rcordar dates i retenir informació recent, sense simptomatologia psicòtica, discurs fluid, no
ideació delirant, ni trastorns formals de pensament, desinhibit, verborrèic, certa eufòria i
comportament pueril, cap simptomatologia depressiva, no alteracions conductuals durant la
visita, refereix ser autònom; al test Mini-Mental State dóna una puntuació normal; la conclusió
és deteriorament cognitiu lleu, autonomia per a les activitats diàries d ela vida, preveu que
potser s’incrementarà aquest deteriorament amb el temps; ara mateix és capaç de tenir cura
de si mateix; no es pot descartar alcoholisme crònic tributari de tractament; la vista de 26-1004 es va suspendre per ingrés d’urgències del demandat;
j) a l’exploració d’alçada de 16-02-05 refereix que avui solament s’ha pres una cervesa abans
de venir, que té bona relació amb la família, que una cervesa li costa mig euro, que no li
agrada l’aigua, que les pastilles les pren amb cervesa, que és cert que va estar a l’Hospital
del Mar per un problema de cor, que pren -les cerveses que cauen-; a vista d’apel·lació, el
16-2-05, es ratifiquen els forenses en els seus respectius informes i expliquen que al primer
informe clínic d’instància es va fer constar deteriorament de facultats perquè segurament
anava begut; ara no presenta aquest deteriorament; el Dr. José Antonio explica que en
l’alcoholisme els resultats dels tests són sempre difícilment vàlids; ara mateix no presenta
trets d’esquizofrènia, simplement està molt molest contra tot l’aparell administratiu estatal que
li sembla que va contra ell; el defineix com un -enfant terrible-, acceptat tal com és per
l’entorn familiar; assenyala també que no pateix cap síndrome de Diògenes, ja que recull no
per amuntegar sinó per reparar; ràdios velles, electrodomèstics, etc.; si hi ha deteriorament
és molt lleu, gens espectacular, va fent, no pot viure sense la cervesa, això està clar; tampoc
presenta el clàssic alcoholisme de caure per terra; i en qualsevol cas és conscient del
problema i val a dir que l’entorn familiar el controla força; la Dra. Filomena és clara en dir que
actualment no l’incapacita en cap grau; a l’audiència de parents, Emilia (esposa, separada)
diu que al seu entendre no pateix cap malaltia, que beu des de fa 40 anys; que porta un any
que ho ha deixat força, que viu a casa d’un seu germà, que sap el que fa, i no presenta
problemes de convivència; cert que recull coses per muntar-les i desmuntar-les, arregla
ràdios i mobles vells; no és borratxo de caure’s a terra; s’administra; es compromet a ser
tutora si fora el cas; Mercedes (filla) diu que beu de tant en tant, que fanfarroneja més que no
pas beu; no té cap més problema; es fa el menjar ell mateix; ara viu sol; l’apel·lant demana la
revocació i l’absolució i el Ministeri Fiscal s’hi adhereix per via d’informe.
TERCER.- La sentència d’instància, de data 8-10-03 (f. 120 i ss.) declara absolutament
incapaç el demandat en l’àmbit personal i patrimonial i deixa el nomenament de tutor per a
l’expedient de jurisdicció voluntària.
Cal acollir plenament el recurs tota vegada que l’examen mèdic que per dues vegades s’ha
dut a terme en alçada i el resultat de l’exploració evidencien un problema d’alcoholisme força
controlat, en qualsevol cas no causant de cap deteruorament que determini cap grau
d’incapacitació, i, per tant, conseqüència del lliure albir d’un subjecte major d’edat i plenament
responsable, que altrament tampoc implica cap altre problema d’ordre convivencial amb el
seu entorn familiar i veïnal; superat el problema d’amuntegament de deixalles que va donar
lloc a la intervenció administrativa en el seu moment, ara no presenta ni cap malaltia
persistent que l’impedeixi l’autogovern ni cap tret antisocial o de risc que permeti adoptar cap
mena de cautela.
Per tant, en no concórrer cap dels supòsits de l’art. 200 i concordants del C.c EDL1889/1 .
procedeix revocar la sentència d’instància i desestimar íntegrament la demanda inicial
instada pel Ministeri Fiscal.
b) Audiencia Provincial de Cuenca, sec. 1ª, S 22-11-2006, nº 249/2006, rec. 203/2006.
Pte: Casado Delgado, Ernesto
RESUMEN: La AP desestima el recurso interpuesto por las actoras frente a la
sentencia que desestimó la demanda por la que se pretendía la declaración de
incapacidad del demandado. El tribunal argumenta que, en la medida que no ha
resultado acreditado que el demandado padezca enfermedad o deficiencia persistente
de carácter físico o psíquico que supongan. impedimento para gobernarse y
conducirse libremente, no procede declarar su incapacitación Por otro lado, la
desestimación de la demanda debe conllevar la imposición de las costas a las actoras
en virtud del principio objetivo del vencimiento.
ANTECEDENTES DE HECHO
Primero.- En los autos indicados al margen, por el Juzgado de Primera Instancia núm. 2 de
Tarancón se dictó sentencia de fecha 11 de mayo de 2006 cuyo Fallo era del siguiente tenor
literal " Que desestimando la demanda de Juicio Especial de Incapacitación promovido por la
Procuradora de los Tribunales Sra. Pérez Contreras, en nombre y representación de Dª
María Esther y Dª Eva , en solicitud de declaración de Incapacidad de D. Germán , habiendo
intervenido el Ministerio Fiscal, debo denegar y deniego el pronunciamiento de incapacitación
interesado, todo ello con expresa imposición de las costas procesales causadas a las
demandantes".
Segundo.- Notificada la anterior resolución a las partes, por la Procuradora Sra. Pérez
Contreras, en nombre y representación de Dª María Esther y Dª Eva , se preparó e interpuso,
en tiempo y forma, recurso de apelación contra la sentencia reseñada por medio de escrito
en el que, tras exponer las alegaciones y razonamientos jurídicos que estimaba oportunos,
finalizaba suplicando se dicte sentencia por la que se estime el recurso, revocándose la
sentencia referida y se declare la incapacidad total de D. Germán , tanto para gobernar su
persona como sus bienes, o bien, que se decrete la incapacidad parcial del demandado para
administrar sus bienes: subsidiariamente, en caso de desestimar el presente recurso, que se
revoque el pronunciamiento que se realiza en la sentencia impugnada, no haciéndose
expresa mención de las mismas".
Tercero.- Admitido a trámite el recurso de apelación y conferido traslado al resto de las partes
del proceso, por el Ministerio Fiscal y por la representación procesal de D. Germán se
interesó la confirmación de la sentencia recurrida por estimarla ajustada a derecho.
Cuarto.- Recibidas las actuaciones en esta Audiencia Provincial, se procedió a formar el
correspondiente Rollo de Apelación asignándole el núm. 203/2006 ; se designó Ponente y se
acordó mediante providencia de fecha 28 de septiembre de 2006 la práctica de las pruebas
establecidas en la Ley Rituaria Civil y la celebración de Vista para el día 21 de noviembre de
2006, con el resultado que obra en el acta levantada al efecto.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
Se aceptan los que se contienen en la resolución recurrida que habrán de tenerse por
íntegramente reproducidos.
Primero.- Antes de entrar en el examen del concreto supuesto de autos, debe resaltarse que,
a efectos del artículo 200 del Código Civil EDL1889/1 (Son causas de incapacitación las
enfermedades o deficiencias persistentes de carácter físico o psíquico, que impidan a la
persona gobernarse por sí misma - precepto redactado en virtud de la reforma operada por la
Ley 13/1983 , de 24 de octubre EDL1983/8865 , que viene a incidir significativamente en este
ámbito, tanto para judicializar plenamente el alcance de la incapacitación , como para
presumir, de iure, la plena capacidad de las personas, entroncando, así, con el principio de
libertad general dimanante constitucionalmente del artículo 10 de la Constitución Española
EDL1978/3879 ), partiendo de la perspectiva de dicho principio de plena capacidad de las
personas que rige en esta materia, en términos generales, las deficiencias de que se
adolezca deben referirse a aquellos estados en los que se dé, efectivamente, un
impedimento físico, mental o psíquico, permanente y, a veces, significativamente progresivo,
en orden a una sustancial merma de la personalidad o autodeterminación, con efectos
determinantes en la capacidad volitiva y de decisión, incidiendo en la conducta al
manifestarse como inhabilitante, a todas luces, para el ejercicio de los derechos civiles y
demás consecuentes.
Lo esencial, pues, no es padecer una determinada forma de enfermedad mental, sino sufrir
una perturbación que sea origen de un estado mental propio con repercusiones jurídicas. Tal
estado mental viene caracterizado por los siguientes elementos: a) Existencia de un trastorno
mental cuya naturaleza y profundidad sean suficientes para justificar dichas repercusiones
(criterio psicológico).- b) Permanencia o habitualidad del mismo (criterio cronológico).- c)
Que, como consecuencia de dicho trastorno, resulte el enfermo incapaz de proveer a sus
propios intereses, o, en palabras del Código Civil EDL1889/1 , de gobernarse por sí mismo
(criterio jurídico), debiendo interpretarse tal expresión, no en un sentido absoluto de
imposibilidad total, plena y completa, sino bastando que la enfermedad o deficiencia mental
implique una restricción grave del autogobierno.
Segundo.- En el supuesto sometido a revisión en alzada y en función de las características y
tramitación especial del proceso de incapacitación , este Tribunal ha practicado
personalmente las pruebas " preceptivas" a que se refiere el art. 759.3 de la LEC
EDL2000/77463 , esto es, exploración del demandado, audiencia de parientes más cercanos
(tres hijas) y dictamen pericial emitido por el Sr. Médico Forense.
Pues bien, la valoración conjunta y ponderada del acervo probatorio practicado en la
segunda instancia arroja como resultado la total coincidencia de éste Tribunal con el
Juzgador " a quo" para afirmar que no ha resultado acreditado que el demandado padezca
enfermedad o deficiencia persistentes de carácter físico o psíquico, que supongan
impedimento para gobernarse y conducirse libremente .
Son especialmente significativos los informes forenses emitidos en fecha 24 de marzo de
2006, que corrobora el emitido en fecha 27 de febrero de 2004 en sede de las Diligencias
Informativas 11/2004 de la Fiscalía de la Audiencia Provincial de Cuenca, donde el técnico
emite las siguientes conclusiones, ratificadas en el acto de la Vista celebrada en la segunda
instancia;
- en el momento actual D. Germán no padece enfermedad física o psíquica de carácter
agudo o crónico (persistente ) que repercuta sobre su capacidad de comprender, discernir o
decidir.
- el reconocido presenta una autonomía total para las actividades de la vida diaria, sin que
precise la supervisión de otras personas para mantener un correcto gobierno de su persona y
de sus intereses.
Del mismo modo, en diligencia de exploración judicial D. Germán respondió coherentemente
a las preguntas que le fueron formuladas, con correcta orientación temporo-espacia en
términos generales con la sola excepción de las preguntas relativas a la fecha de su
cumpleaños y a una combinación de tres palabras (peseta-reloj-caballo) de la que no se
acordaba. En todo caso, la ligera disminución o afectación de la memoria ha sido
expresamente reconocida por el Médico Forense que la califica como un síntoma pero
cuadro psicopatológico alguno.
Respecto de la audiencia de los familiares más cercanos, las tres hijas manifestaron que su
padre ha perdido memoria y que, en su opinión, tiene afectadas sus facultades de modo que
consideran conveniente su incapacitación al objeto de dispensarle un tratamiento más
adecuado al que en este momento se le dispensa en la residencia donde habita.
Frente a este acervo probatorio, sin duda privilegiado, la parte recurrente sostiene que por el
Juzgador " a quo" se incurrió en error en la valoración de la prueba alegando que obran en la
causa dictámenes médicos que el demandado presenta un deterioro intelectual leve como
consecuencia de pérdida de memoria reciente suponiendo, si no una merma absoluta para
gobernar su persona y bienes sí, al menos, una falta de capacidad para administrar sus
bienes .
Llegados a este punto, fácil es de advertir que si no concurre, a criterio de este Tribunal,
circunstancia alguna que aconseje la limitación de la capacidad de autogobierno del
demandado, menos aún, para limitarla a la capacidad para administrar sus bienes cuando,
precisamente, no se ha aportado a la causa, alegado ni probado hecho alguno que denote,
precisamente, la necesidad de adoptar medidas y cautelas para la protección de los bienes y
patrimonio del demandado que es, en esencia, la finalidad a la que debe orientarse la
limitación parcial de la capacidad.
Tercero.- Se solicita, en último término y con carácter subsidiario, la revocación del
pronunciamiento condenatorio sobre costas procesales contenida en la sentencia de
instancia .
Se alega por el recurrente que nos encontramos en presencia de un procedimiento especial
donde se ventilan cuestiones de estado civil y ello unido al hecho de que por las
demandantes se disponía de un informe médico en el que se disponía que su padre tenía
importantes problemas en su vida diaria por pérdida de memoria, razones todas ellas por las
que consideran que no debe regir el criterio del vencimiento objetivo, sino criterios de
temeridad o mala fe que, en su opinión, no concurren en el supuesto de autos .
El Tribunal no puede estar conforme con el recurrente.
Es cierto que el procedimiento de incapacitación es especial - art. 748.1º LEC
EDL2000/77463 - por cuánto se ventilan cuestiones que afectan al estado civil de las
personas, más ello no conlleva necesariamente a que no deba existir pronunciamiento
condenatorio sobre las costas procesales cuando, como acontece en el caso de autos, ha
sido desestimada la demanda sobre la base de la inexistencia de datos, informes médicos de
los que se pueda inferir racionalmente que el demandado está afectado de deficiencias
psicofísicas que le impidan gobernarse por sí mismo, resultando manifiestamente insuficiente
el informe médico de 16/05/03 (doc. núm. 4 de demanda al folio 20) por cuánto el facultativo
del centro de salud de Villalba del Rey manifiesta que el paciente refiere " problemas
importantes en su vida diaria por pérdida de memoria" limitándose el facultativo a " solicitar
revisión".
Pues bien, por las actoras y su hermana Virginia se efectuó comparecencia en fecha 13 de
noviembre de 2003 en la Fiscalía de la Audiencia Provincial de Cuenca, poniendo en
conocimiento del Ministerio Fiscal la situación de presunta incapacidad de su padre y, en las
propias Diligencias Informativas se emitió dictamen por el Médico Forense de fecha 27/02/04
en el que se concluía " en el momento actual no padece cuadro psicopatológico alguno,
diferente de una simple y ligera alteración de la memoria reciente, que no repercute en
absoluto sobre su capacidad de autogobierno, siendo totalmente independiente en sus
actividades de la vida diaria"
Con estos antecedentes las actoras instan demanda de incapacitación y obligan a su padre a
procurarse su defensa por medio de Letrado y Procurador, resultando que en el presente
procedimiento se ha acreditado la capacidad de autogobierno de la persona demandada,
como así se desprendía, por otro lado, del hecho representado por qué el Ministerio Público
no instase la demanda de incapacitación .
Así las cosas, esta Sala entiende que en el caso de autos se actuó correctamente por el
Juzgador de Instancia aplicando el criterio del vencimiento meramente objetivo .
c) Audiencia Provincial de Granada, sec. 4ª, S 12-5-2006, nº 276/2006, rec. 748/2004.
Pte: Lazuén Alcón, Moisés
RESUMEN:
La AP estima el recurso de apelación interpuesto, declarando la
incapacidad del hijo de la demandada para decisiones que afecten a las administración
de sus bienes. Señala la Sala que para declarar la incapacidad total ha de concurrir
que la persona en cuestión padezca una enfermedad o deficiencia de carácter físico o
psíquico que merme la personalidad con efectos en la capacidad volitiva, que dicha
enfermedad sea persistente y que imposibilite el autogobierno de la persona que lo
padece. En el caso de autos se constata que habiéndose solicitado la capacidad
graduada se ha acordado la incapacidad total pese a que de la prueba pericial
practicada se constata que el hijo de la parte actora carece de la capacidad de
administrar su patrimonio, si bien mantiene la capacidad para adquirir y asumir
obligaciones laborales por lo que no es procedente la incapacitación total.
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO.- La referida sentencia, fechada en 16/4/04 , contiene, literalmente, el siguiente
fallo: "Que, estimando la demanda formulada por el Procurador D. Fernando Aguilar Ros, en
nombre y representación de Dª Begoña frente a D. Blas , debo declarar y declaro, a todos los
efectos procedentes en derecho que el/a mismo/a es totalmente incapaz para gobernarse por
si mismo y administrar sus bienes, constituyéndole en el estado civil de incapacitado /a en
todos los órdenes, salvo para el ejercicio del derecho de sufragio, todo ello sin declaración
expresa en materia de costas procesales. El incapaz quedará sometido a la patria potestad,
que queda rehabilitada y ejercerá su madre Dª Begoña . ."
SEGUNDO.- Sustanciado y seguido el presente recurso, por sus tramites ante esta Iltma.
Audiencia Provincial, en virtud de apelación interpuesta por la parte demandante, se señaló
el día nueve de los corrientes para la celebración del Acto de Vista, que ha tenido lugar, con
el resultado que consta en el Rollo, en el Acta levantada al efecto.
TERCERO.- Han sido observadas las prescripciones legales de trámite. Siendo Ponente el
Magistrado Iltmo. Sr. D. MOISÉS LAZUÉN ALCÓN .
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO.- Frente a la sentencia dictada en 16-4-04 por el Juzgado de Primera Instancia
núm. 10 de Granada en Juicio Verbal 1502/03 , sobre declaración de incapacidad, seguido
por demanda de Dª Begoña frente a D. Blas , en rebeldía, siendo defensor judicial el
Ministerio Fiscal, que declaró totalmente incapaz, para gobernarse por asimismo y
administrar sus bienes al citado D. Blas , se formuló por la Sra. Begoña recurso de apelación,
que ha originado el Rollo 748/04 de esta Sala, que resolvemos.
SEGUNDO.- La capacidad jurídica es la actitud innata de toda persona para ser sujeto de
derechos y obligaciones, vinculando dicha aptitud el C.C. a la condición misma de persona,
en cuanto el artículo 29 dice que el nacimiento determina la personalidad, pero la posibilidad
de la titularidad de derechos y obligaciones sólo se reconoce a quienes se estima que reúnen
las cualidades necesarias para "gobernarse por sí mismos", y, en contraposición, la
incapacitación supone una privación de dicha capacidad de obrar aunque no absoluta, de
acuerdo con el artículo 210 , por lo que es más correcto decir que supone una limitación de la
misma que solo se explica como una excepcional medida de protección del propio incapaz,
ya que la capacidad mental se presume siempre mientras no se destruya la presunción por
una prueba concluyente en contrario (STS. 10-2-86 EDJ1986/1121 , 19-2-96 EDJ1996/1309
), y por tanto, solo cuando concurre alguna de las causas previstas en la Ley y como
resultado de un proceso, se puede llegar a constituir a una persona en el estado civil de
incapacitada . Las causas de incapacitación se establecen en el art. 200 del C.C. EDL1889/1
y siendo requisitos esenciales para la declaración de incapacidad: a) Que la persona
respecto de la cual se solicita, padezca una enfermedad o deficiencia de carácter físico o
psíquico, que debe referirse en términos generales a "aquellos estados en los que se da un
impedimento físico, mental o psíquico permanencial y, a veces, progresivo, que merma la
personalidad, la deteriora o amortigua, con efectos en la capacidad volitiva y de decisión,
incidiendo, en su conducta, al manifestarse como inhabilitante para el ejercicio de los
derechos civiles y demás consecuentes" (STS 31-12-91 EDJ1991/12410 ).
b) Que la enfermedad o deficiencia sean persistentes , pues, como dice la S. A.P. de Avila de
5-7-02 EDJ2002/35607 , no se trata de atender a la protección ocasional del enfermo, lo que
es posible obtener por otras vías, aún sin internamiento, o mediante la anulabilidad de sus
actos, sino de atender de manera estable, mediante el correspondiente órgano de guarda, su
incapacidad de gobernarse a sí mismo, siendo la persistencia de la anomalía, cuestión de
derecho, ya que su apreciación supone dotarla de valor jurídico, encajando la situación en la
tipología del art. 200 del C.C. EDL1889/1 debiéndose destacar en este punto, la importancia
de la valoración que el Juez haga de los dictámenes periciales, pues se puede padecer una
enfermedad o deficiencia inhabilitante y, sin embargo, sí la sintomatología externa es
excluida mediante el oportuno tratamiento o remedio, de modo que el sujeto si pueda
comportarse con normalidad, no existirá causa de incapacitación , ya que los avances
médicos permiten hoy un comportamiento prácticamente normal a enfermos que hace años
hubieran estado condenados a largas estancias en establecimiento psiquiátricos, de lo que
se resulta que el carácter persistente de la enfermedad , por sí solo, no es suficiente para la
incapacitación sino que requiere también, que, como consecuencia de la misma, el sujeto
sea incapaz de gobernarse a sí mismo, haciendo coincidir la incapacidad natural con la
jurídica, aunque conviene precisar que el carácter cíclico de la enfermedad , puede ser
determinante de incapacitación basada en la existencia de esta, si bien el régimen de guarda
puede y debe quedar adaptado a las circunstancias concretas que existan. C) Que la referida
enfermedad o deficiencia determina la imposibilidad de autogobierno de la persona que la
padece, lo que viene a constituir el presupuesto "sine qua non" para la incapacitación de la
misma, debiendo referirse a la capacidad general del sujeto ante la vida social y no a su
ineptitud ante una determinada relación o situación en que se encuentre, implicando pues, el
autogobierno una actitud reflexiva sobre la propia actuación, tanto en el plano personal como
en la esfera patrimonial, y la valoración judicial de las repercusiones de una enfermedad o
deficiencia persistente sobre esa capacidad de reflexión, entendida en el sentido de
consciencia suficiente de la propia actuación general, constituye la medula del sistema de
incapacitación de la persona en nuestro Derecho, debiendo, pues, centrarse la actuación
judicial en precisar dos extremos: De un lado, que la enfermedad o deficiencia efectivamente
incide en la conducta del presunto incapaz, en el sentido señalado. De otro, que esa
incidencia es de entidad suficiente para impedirle un comportamiento normal respecto de su
persona y bienes o de alguno de ambos extremos, debiendo tener en cuenta el contenido del
art. 210 del Código Civil EDL1889/1 que precisa que la sentencia que declare la
incapacitación , determinará la extensión y los límites de esta, así como el régimen de tutela
o guarda a que haya de quedar sometido el incapacitado , pues de dicho contenido se
deduce que el Código Civil EDL1889/1 distingue entre la incapacitación absoluta, sometida al
régimen tutelar, y la relativa genérica, que antes afectaba solo a los declarados pródigos y
ahora, en cambio, a todos los mayores de edad declarados incapaces y que, por imperio de
una decisión judicial, da lugar a la curatela, habiéndose hecho eco de esta distinción la
Sentencia de 31-12-91 EDJ1991/12410 al decir que la incapacitación puede ser incapacidad
total, o de tipo medio o atenuada "que impone la necesidad de que la defectuosa
personalidad de ... en razón al retraso mental discreto que padece, y consiguiente graduación
del discernimiento, se complemente, integre, y asista, sin necesidad de recurrir a la tutela,
mediante la institución intermedia de la curatela, que la reforma del Código Civil EDL1889/1 ,
llevada a cabo por la Ley 13/1.983 , vino en cierto sentido a resucitar y rescatar", en cuya
doctrina viene a abundar la S.T.S. de 26-7-99 EDJ1999/33311 .
En el mismo sentido, la S.T.S. de 14-7-04 EDJ2004/86791 , mantiene que: "...dice la
sentencia de esta Sala de 16-9-98 , que implicando la incapacitación la decisión judicial de
carecer una persona de aptitud para autogobernarse (STS 31-12-91 EDJ1991/12410 , 31-1094 EDJ1994/8728 ) respecto a su persona y patrimonio, debe regir el principio de protección
al presunto incapaz, como trasunto de la dignidad de la persona, lo que debe inspirar aquella
decisión judicial. Esta siempre se deberá apoyar en la realidad fáctica de la persona del
presunto incapaz, comprobada por la prueba que exige el art. 208 del C.C. EDL1889/1 y toda
aquella que sea precisa, y siguiendo siempre con criterio restrictivo. La situación, pues, de
inidoneidad natural para regir su persona y administrar y disponer de sus bienes, debe
quedar claramente acreditada y correctamente valorada, aplicando el art. 210, en el sentido
de fijar adecuadamente la extensión y límites de la incapacitación ."
TERCERO.- Pues bien, esto es lo que se achaca a la recurrida sentencia, pues habiéndose
solicitado la incapacidad graduada de D. Blas , el Juzgado se pronuncia declarando la
incapacitación total.
Ciertamente la prueba practicada, tanto en primera, como en segunda instancia, en los
términos exigidos por el art. 760 de la LEC EDL2000/77463 ha venido a poner de relieve que
D. Blas es capaz de comprender y transmitir información a través de comportamientos
simbólicos y no simbólicos, necesitando a veces, apoyos intermitentes para el eficaz
desarrollo de este último componente, teniendo cubierta el área del cuidado propio, con
necesidad de apoyos limitados para cubrir las necesidades básicas en el área de vida en el
hogar, con buenos niveles en habilidades sociales, con buen nivel de iniciativa, capacidad
para evitar riesgos, controlar la medicación; tiene adquiridas habilidades como lectura y
escritura, trabajar de Ordenanza en el Ayuntamiento de Granada. Presenta un déficit de
conocimientos adquiridos, con dificultad de comprensión de funciones aritméticas
determinadas (solo sabe sumar) y de conceptos abstractos. En el eximen personal se pudo
comprobar que no conoce el valor de la moneda (aunque sí distingue los billetes), "no
sabiendo cuando va a las tiendas si lo pueden engañar". La Sra. Médico Forense, que ratificó
su informe, añadió que lo considera incapacitado para operaciones abstractas, aritméticas, "
es incapaz de contar dinero, por muy simple que sea ", pues no tiene capacidad de
asociación, " precisa supervisión " matizó. De lo expuesto se deriva que D. Blas , carece de
la necesaria capacidad para la adopción de decisiones que afecten a la administración de su
patrimonio, mobiliario o inmobiliario, y concretamente, las que supongan disposición de
bienes por adquisición, enajenación, arrendamiento o cesión en cualquier concepto, realizar
operaciones de préstamo, o aquellas que afecten al orden personal (domicilio, matrimonio,
etc.), pudiendo en cambio, mantener la capacidad para adquirir y cumplir obligaciones
derivadas de relación laboral, suscribir contratos de trabajo, y administración de su salario
hasta una cantidad módica (200 €), conservando el derecho de sufragio.
CUARTO.- A los fines de prestar a D. Blas la necesaria protección, se justifica plenamente a
juicio de esta Sala, su incapacitación parcial en los extremos señalados, y ex art. 171 del CC
EDL1889/1 , la rehabilitación de la patria potestad a favor de la madre Dª Begoña ,
circunscrita la misma a los ámbitos que han quedado expuestos. Se acoge, pues, el recurso.
QUINTO.- La estimación del recurso, comporta la revocación de la sentencia en los términos
que han quedado expuestos, sin efectuar condena en las costas de esta alzada (artículo 398
LEC EDL2000/77463 ).
Vistos los artículos citados y demás preceptos de pertinente y general aplicación,
FALLO
La Sala ha decidido, con estimación del recurso interpuesto, revocar la sentencia dictada en
16-4-04 por el Juzgado de 1ª Instancia Número Diez de Granada y en su consecuencia,
declara la incapacidad de D. Blas , para la adopción de aquellas decisiones que afecten a la
administración de su patrimonio, mobiliario o inmobiliario, y en concreto, las que supongan
disposición de bienes, mediante adquisición, enajenación, arrendamiento o cesión en
cualquier concepto, o realizar operaciones de préstamo o que comprometan sus intereses,
así como para las que puedan suponer decisiones de orden personal, como fijar domicilio o
contraer matrimonio, con rehabilitación de la patria potestad de la madre, Dª Begoña , en los
extremos indicados, manteniéndose la capacidad de D. Blas para adquirir y dar cumplimiento
a las obligaciones derivadas de la relación de carácter laboral, suscribir contrato de trabajo, y
administración de sus ingresos hasta una cantidad de 200 € mensuales.
No ha lugar a efectuar condena en las costas de esta alzada.
Así por esta nuestra sentencia lo pronunciamos, mandamos y firmamos.
Publicación.- Leída y publicada ha sido la anterior sentencia por el Magistrado Iltmo. Sr. D.
MOISÉS LAZUÉN ALCÓN, Ponente que ha sido de la misma, doy fe.
d) Audiencia Provincial de Baleares, sec. 5ª, S 14-6-2005, nº 261/2005, rec. 155/2005.
Pte: Oliver Barceló, Santiago
RESUMEN: La AP desestima el recurso interpuesto por el demandado frente a la
sentencia que estimó la demanda y le incapacitó parcialmente para administrar sus
bienes sometiéndole a curatela. El tribunal argumenta que la prueba evidente de que el
demandado padece una enfermedad persistente de carácter psíquico, que le impide
administrar por sí mismo su patrimonio, determina la concurrencia de causa de
incapacitación .
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO.- Por el Ilmo./a Sr./Sra. Magistrado-Juez, del Juzgado de Primera Instancia
Número 1 de Manacor en fecha 10 de abril de 2003, se dicto sentencia cuyo Fallo es del
tenor literal siguiente: "Que estimando la demanda interpuesta por el Ministerio Fiscal,
declaro que D. Juan Miguel, es capaz para regir su persona e incapaz parcialmente para
administrar sus bienes, y se nombra curador del mismo a Erica siendo necesaria la
intervención de la misma para la realización de los actos a los que se refiere el art. 271 y 272
del C.C. EDL 1889/1▼ No ha lugar a hacer pronunciamiento alguno en cuanto a costas
procesales".
SEGUNDO.- Que contra la anterior sentencia y por la representación de la parte demandada,
se interpuso recurso de apelación y seguido el recurso por sus trámites se celebró vista en
fecha seis de junio del corriente año, con asistencia de los letrados de las partes, informando
en voz en dicho acto en apoyo de sus respectivas pretensiones, quedando el recurso
concluso para Sentencia.
TERCERO.- Que en la tramitación del recurso se han observado las prescripciones legales.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO.- Formulada demanda sobre capacidad de las personas, por parte del Ministerio
Fiscal, frente a D. Juan Miguel, al padecer encefalopatía post-alcohólica que le impide regir
tanto su persona como sus bienes, a instancias de dos de sus hijos, y tras la práctica de la
prueba anticipada y de las periciales médicas, fue estimada en la instancia por Sentencia de
fecha 10 de abril de 2003, respecto de la incapacidad para administrar sus bienes,
nombrándose curador a su hija Catalina; contra cuya resolución se alza la parte demandada,
insistiendo en que el Sr. Juan Miguel cuenta con capacidad suficiente para regir su persona y
bienes, e interesa la revocación de la Sentencia recurrida por la desestimación íntegra de la
demanda.
El Ministerio Fiscal y el defensor judicial no formularon oposición al recurso de apelación,
interpuesto por la parte demandada.
SEGUNDO.- Entrando en el fondo del asunto, el demandado recurrente impetró que se
revoque la sentencia impugnada, a cuyo fin ofreció su propia valoración de las pruebas
practicadas, resaltando de ellas determinados datos por los que dicha parte entiende no ha
acreditado que el señor Juan Miguel esté incapacitado para administrar su patrimonio, al
tiempo que considera que no se da el requisito de la persistencia a los efectos de determinar
la legitimación pasiva.
Los términos en que ha sido planteada esa cuestión imponen a la Sala la revisión del
material probatorio incorporado a los autos, en orden a refrendar o rectificar la ponderación
que del mismo hizo la Juzgadora "a quo". Tal examen debe estar presidido por la doctrina
reiteradamente expuesta en las resoluciones del Tribunal Supremo, en el sentido de que "es
un principio general indiscutido en cuanto sancionado por el Código Civil EDL1889/1 y
confirmado por la jurisprudencia, el de que la capacidad de las personas se presume
siempre, mientras que su incapacidad, en cuanto excepción, debe ser probada de modo
evidente y completo" (sentencia de 10 de abril de 1987 EDJ1987/2895 ), y análogamente que
"la capacidad de las personas físicas es atributo de la personalidad, no obstante cabe su
restricción y control, por disposición expresa de la ley, en supuestos como el que se estudia,
mediante las que han sido llamadas circunstancias modificativas de la capacidad, al
presumirse siempre la capacidad mental, mientras no quede demostrado lo contrario, por los
medios procesales legales arbitrados, observancia de las garantías constitucionales, y con
base a pruebas concluyentes y rotundas en contrario, que conforman probanzas directas,
dada la transcendencia de la resolución en cuanto priva a una persona de su libertad de
disposición subjetiva y patrimonial" (sentencia de 19 de febrero de 1996 EDJ1996/1309 ).
Sobre tales premisas, entiende esta Sala que, mediante las probanzas aportadas al litigio, se
ha acreditado que el demandado padece una enfermedad persistente de carácter psíquico,
que le impide administrar por sí mismo su patrimonio, lo cual, conforme a lo establecido en el
artículo 200 del Código Civil EDL1889/1 , determina la concurrencia de causa de
incapacitación . En efecto, el demandado padece un nivel de deterioro psico-físico que no
implica que esté falto para gobernar su persona, sino exclusivamente para ejercitar
normalmente la gestión de su patrimonio, que impone la necesidad de que la defectuosa
capacidad del mismo se complete, integre y asista, sin necesidad de recurrir a la tutela,
mediante un curador (en el mismo sentido, la Sentencia del TS de 20 de noviembre de 2002
EDJ2002/51325 ; y las resoluciones de esta Sala de fechas 16 de mayo de 2002, 18 de
marzo de 2005, 27 de septiembre de 2004, 22 de octubre de 2003, 3 de junio de 2003, entre
otras). Así por una parte, mientras el demandado-apelante, Sr. Juan Miguel, manifestó ante
este Tribunal, que percibe una prestación por invalidez de "unas 70.000 pesetas", que la
esposa e hijo le quieren incapacitar para "poner sus bienes a nombre de la esposa", que es
titular de dos inmuebles en régimen de alquiler, que intenta "gastarlo todo", y que "ha dejado
de beber siendo que está en tratamiento para dejar de hacerlo", y que en la instancia ya
había manifestado dejarlo todo a "Sandra y a sus primos, y no a sus hijos ni a su esposa".
Por otra parte, su hija Erica manifestó en la instancia que su padre es alcohólico, que nunca
lo ha reconocido y quiere vivir solo; que está enfermo y no se maneja bien con las comidas ni
con los medicamentos, y que la casa donde vive se halla en lamentable estado, que tiene
"ideas extrañas", que alquila los inmuebles a gente inadecuada y morosa, y que no quiere
desintoxicarse; y declaró en esta alzada que su padre ya ha vendido una de las fincas, que
no está bien y precisa una mejor calidad de vida y de inquilinos, que sigue bebiendo y
malgastando el dinero, que no sigue tratamiento médico, y que entre los dos hijos podrían
reorganizar la vida de su de su padre y de la familia. Y su hijo Ángel manifestó en esta alzada
que instaron la incapacitación para que el padre tuviese una mejor calidad de vida, ordenada,
y que no esté solo o entre malos ambientes, y en la instancia que la casa de su ascendiente
no es habitable tal como la tiene, que cuando bebe, y lo sigue haciendo con regularidad, es
cuando empiezan los problemas, y que temen por la seguridad del padre y de la casa.
Por otra parte, los dictámenes de los médicos forenses son claros y contundentes al
respecto, sin contradicciones entre sí:
a) El Dr. José Ramón, tras reconocer al demandado a 24 de julio de 2002, dictaminó que
presenta ideación delirante respecto a Mari Trini y sus relaciones sexuales, como hija natural
de su esposa, a la vez que una ideación celotípica, que pudieron ser el desencadenante de
su deterioro psíquico, y sigue con el hábito tóxico de bebida, y por tanto alteraciones del
pensamiento, que no es capaz de administrar sus bienes pues la encefalopatía tóxica,
agravada por su edad y por el consumo de etanol, es permanente e irreversible, con
limitaciones de su capacidad intelectiva y mediatizada la volitiva; y en el acto del juicio a 21
de marzo de 2003 y en esta alzada ratificó el indicado informe, adicionando que el
demandado, dentro de su delirio, es manipulable, incluso en los efectos patrimoniales.
b) La Dra. María Inmaculada dictaminó a 10 de marzo de 2003 que el demandado expresa
ciertos trastornos del pensamiento, a modo de ideas delirantes, de forma sostenida y poco
sistematizada, amén de celotipía alcohólica, si bien el deterioro intelectivo no es de grado
suficiente para suponer una incapacidad total para regir su persona y bienes, pero que puede
agravarse la pérdida de su capacidad mental y de autonomía de vida, ratificado en el acto del
juicio, a 21 de marzo de 2003; y en esta alzada que la ideación delirante es inamovible, que
los fallos intelectivos son puntuales y correlacionados con el trastorno crónico alcohólico, que
el demandado muestra, además, abandono de hábitos médicos y personales no saludables,
que no acata los consejos médicos ni admite controles, que mantiene la ideación patológica,
opina que no ha dejado de beber, y que el deterioro progresivo por culpa del alcohol, con
más su abandono, afectan al intelecto y al sistema nervioso del Sr. Erica .
Por último, merece consideración relevante que el demandado recibe prestación por
incapacidad permanente absoluta desde el 1 de noviembre de 1986, que es titular de un local
y de una vivienda alquilados por los que percibiría 60.000 y 150.000 pesetas mensuales, de
estar bien gestionados, y de otras cuatro fincas rústicas, que entre otros padece hepatopatía
enólica y hábito enólico importante (véase historial médico, f.90 a 109 de autos), que persiste
en la actualidad, pues la médico forense tuvo oportunidad de examinarle, en otro proceso
judicial, una semana antes de la celebración de la vista ante este Tribunal.
Consiguientemente, procede confirmar la incapacitación parcial y el grado definido por el
Juzgador "a quo", respecto de D. Juan Miguel, y la idoneidad para el cargo de curador de su
hija Erica .
TERCERO.- La naturaleza de este tipo de procesos y la multiplicidad de circunstancias
personales, familiares y económicas concurrentes, constituyen circunstancias excepcionales
que impiden hacer expresa imposición de las costas procesales causadas, en ambas
instancias, conforme a los principios objetivo y de causalidad.
FALLO
En atención a lo expuesto, la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Palma de Mallorca
HA DECIDIDO:
1º) DESESTIMAR el recurso de Apelación interpuesto por la Procurador de los Tribunales Dª
Francisca Riera Servera, en representación de D. Juan Miguel, contra la Sentencia de fecha
10 de abril de 2003, dictada por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción núm. 1 de
Manacor, en los autos de Incapacidad núm. 120/2002, de que dimana el presente Rollo de
Sala; y en su virtud,
2º) CONFIRMAR la totalidad de pronunciamientos que la resolución impugnada contiene.
3º) NO cabe hacer especial pronunciamiento sobre las costas procesales devengadas en
esta alzada.
Así, por esta nuestra Sentencia, lo pronunciamos, mandamos y firmamos.
Publicación.- Dada y pronunciada fue la anterior Sentencia por los Ilmos. Sres. Magistrados
que la firman y leída por el/la Ilmo. Magistrado Ponente en el mismo día de su fecha, de lo
que yo la Secretaria certifico.
Publicación.- En la misma fecha fue leída y publicada la anterior resolución por el Ilmo. Sr/a.
Magistrado que la dictó, celebrando Audiencia Pública. Doy fe.
DILIGENCIA: Seguidamente se procede a cumplimentar la notificación de la anterior
resolución. Doy fe.
e) Audiencia Provincial de Barcelona, sec. 18ª, S 17-3-2004, rec. 272/2003. Pte: Subirás
Roca, Marcial
RESUMEN: Estima la AP el recurso de apelación interpuesto por el actor frente a
sentencia que decretó no haber lugar a la declaración de incapacidad del demandado.
Indica la Sala que el término persistente referido a la causa de incapacitación de un
sujeto no quiere decir de duración permanente o irreversible, sino que sea de una
cierta duración. Señala la Sala que para estimar a una persona incapaz, basta que la
enfermedad o deficiencia de que se trata impliquen una restricción sustancial del
autogobierno de la persona a la que afecta. Entiende la Sala que el retraso mental y el
infantilismo del demandado justifican plenamente la declaración de incapaz.
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO.- La parte dispositiva de la Sentencia apelada es del tenor literal siguiente:
“Fallo: Que debo desestimar y desestimo demanda de Juicio Verbal de Incapacidad,
promovido a instancia de la parte actora, en solicitud de Declaración de incapacidad; debo
declarar y declaro a todos los efectos procedentes en derecho, que D. Sergio no debe ser
declarada totalmente incapaz para gobernarse por sí misma y administrar sus bienes.
Todo ello sin expresa imposición de costas.”
SEGUNDO.- Contra la anterior sentencia se interpuso recurso de apelación por la parte
actora y admitido el mismo en ambos efectos, se elevaron los autos a esta Superioridad,
previo emplazamiento de las partes, y comparecidas ambas, se siguieron los trámites legales
y tuvo lugar la celebración de la vista pública el día 20 de enero de 2004, con el resultado
que obra en la precedente diligencia.
TERCERO.- En el presente juicio se han observado y cumplido las prescripciones legales.
Visto, siendo Ponente el Ilmo. Sr. Magistrado D. Marcial Subirás Roca.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
Con aceptación de los fundamentos legales de la sentencia recurrida en cuanto no se
opongan a los de la presente.
PRIMERO.- Como según el artículo 200 del Código Civil EDL1889/1 “las enfermedades o
deficiencias” constituyen inexcusable presupuesto para que mediante resolución dictada en
forma de sentencia pueda declararse la incapacitación de una persona, ante todo ha de
precisarse qué se entiende por tales enfermedades o deficiencias.
Contemplada la palabra enfermedad a la luz de la semántica y de la medicina, nos
encontramos que el precepto no se limita a considerar exclusivamente a las enfermedades
como causas de incapacitación , sino que entre ellas incluye igualmente y con expresión
disyuntiva las “deficiencias”, sin duda con la preocupación de dotar de la máxima amplitud a
dichas causas. En su sentido literal deficiencia no significa otra cosa que defecto o
imperfección, y esta exégesis muestra que si bien en principio podría sostenerse que toda
enfermedad constituye una deficiencia, en cambio una deficiencia no es siempre una
enfermedad , es decir, no se trata de conceptos idénticos, pero en todo caso han de evitarse
interpretaciones desorbitadas, ajenas a la voluntad del legislador.
En conclusión, ha de admitirse que ni siquiera completado por la ciencia médica resulta muy
útil acudir al sentido literal de la frase “las enfermedades o deficiencias”, pero por fortuna la
exégesis del art. 200 del Código Civil EDL1889/1 en relación con el contexto de las normas,
entendiéndose por tal contexto la totalidad o el conjunto del ordenamiento jurídico, según
ordena en general para la interpretación el art. 3º. 1 del Código Civil EDL1889/1 , y su
importante contenido científico médico, cuando según la apreciación judicial haya de
declararse o no la incapacidad de una persona, así como en su caso su extensión y límites, y
el régimen de tutela o guarda a que ha de quedar sometido el incapacitado .
SEGUNDO.- Debe concurrir además, que las enfermedades o deficiencias de que trata el art.
200 del Código Civil EDL1889/1 sean persistentes , pero el término persistente referido a la
causa de incapacitación , no quiere decir de duración permanente o irreversibles, sino más
bien a que sea de una cierta duración, pues no de otra forma cabe entender la normativa
legal que priva a la sentencia recaída en el juicio sobre declaración de incapacidad de la
autoridad de la cosa juzgada material, y así, no impedirá que sobrevenidas nuevas
circunstancias, pueda instarse judicialmente una nueva declaración que tenga por objeto
dejar sin efecto o modificar el alcance de la incapacidad ya establecida.
Finalmente, el art. 200 del Código Civil EDL1889/1 exige expresamente que la naturaleza o la
profundidad de aquellas anomalías impidan al sujeto gobernarse a sí mismo, y este concepto
se superpone en parte al de “peligrosidad civil”, es decir, las exigencias que los intereses a
salvaguardar plantean en cada caso, poniéndolas en relación con las condiciones personales
del presunto incapaz, pero resulta adecuado entender que lo de “impedir” no debe apreciarse
en sentido absoluto, pues bastará que la enfermedad o deficiencia de que se trata impliquen
una restricción sustancial del autogobierno de la persona a la que respectivamente afecten.
TERCERO.- En informe médico forense practicado en la primera instancia se concluye que el
presunto incapaz Sergio se encuentra afecto de retraso mental y de trastorno de la
personalidad, aunque se considera que dicha patología no altera su capacidad de
autogobierno, que es lo que en definitiva constituye base y sustento para la declaración de su
plena capacidad.
Practicada prueba en esta instancia, en explotación manifestó vivir sólo en Canet desde que
murió su madre, que trabaja en una empresa de limpieza en la que él barre, aunque antes
había estado en el Ayuntamiento, que normalmente va al cine los viernes y que también va a
ver fútbol sala con un amigo que tiene, al parecer como única amistad.
Asimismo, expresó que tenía conocimiento de la finalidad del procedimiento y que preferiría
tener a alguien que le oriente, estando de acuerdo en tener como tutor a quien su madre
puso en testamento, no teniendo ninguna relación sentimental.
En testamento de su fallecida madre se instituía heredero universal a su hijo el presunto
incapaz, pero seguidamente nombraba tutor del mismo, para el caso de que fuera necesario,
al Sr. Lucio, y en defecto del nombrado, a la hija de la testadora Bárbara, precisiones que
hacía la testadora que como conocedora del retraso mental que sufría su hijo, hacía ya
establecimiento del futuro sobre un posible acompañamiento asistencial a la persona a quien
designaba como heredero.
En informe médico forense practicado en esta alzada por especialista Psiquiatra, después de
referenciar el desarrollo vivencial del presunto incapaz desde su nacimiento, concluía que el
nivel de inteligencia como da ligeramente deficiente, con algo de infantilismo; el perfil de
personalidad es algo obsesivo y ritualizado, estando aferrado a un tipo de conducta
repetitiva, y que en conjunto predomina este aspecto, que se encuadraría en los trastornos
obsesoides desde el déficit intelectivo, para terminar que se creía que de precisar tutela
debería referirse a aspectos patrimoniales complejos o fiscales del mismo espectro, dado que
desde pequeño ha sido dependiente y sobreprotegido, probablemente por una madre
angustiada y obsesiva que habría determinado carencia del desarrollo de recursos
psicológicos existenciales.
Ante el retraso mental leve, trastorno de personalidad, su infantilismo, y en definitiva la
presencia de un déficit intelectivo de carácter irreversible, que no le permite prever las
repercusiones futuras sobre el patrimonio heredado, procederá declarar que Sergio es
relativamente incapaz en el ámbito patrimonial, necesitando un complemento de capacidad
para los actos que se dirán, y designando como curador a quien ya fue objeto de delación
testamentaria D. Lucio, y ello por cuanto las funciones de la curatela recaen sobre el
patrimonio, nunca sobre la persona.
Ello supone la estimación del recurso de apelación con revocación de la sentencia objeto de
recurso.
CUARTO.- La peculiaridad de la presente litis que se sustrae propiamente de un
procedimiento contencioso, se estima causa bastante para no hacer pronunciamiento en
cuanto a las costas de la presente apelación.
Vistos los preceptos legales citados y demás de general y pertinente aplicación.
FALLO
Que estimando el recurso de apelación interpuesto por la representación de Dª Bárbara
contra la sentencia dictada por el Iltre. Sr. Juez del Juzgado de Primera Instancia núm. 2 de
Arenys de Mar, en autos de juicio verbal sobre incapacidad núm. 330/2002 seguidos a su
instancia, debemos revocar y revocamos íntegramente la sentencia dictada el día 3 de
diciembre del 2002, cuya parte resolutiva deberá quedar como sigue:
Que debemos declarar y declaramos a todos los efectos procedentes en derecho que Sergio
es relativamente incapaz en el ámbito patrimonial, necesitando un complemento de
capacidad únicamente para la supervisión de la administración en cuanto exceda de lo
ordinario, así como para el control de los actos de disposición.
Manteniéndose la capacidad del mismo en el ámbito personal.
Se nombra curador del incapaz a D. Lucio, a quien se hará saber dicho nombramiento para
aceptación y juramento del cargo, sin hacer expreso pronunciamiento en cuanto a las costas
de esta apelación.
Y firme que sea esta resolución, devuélvanse los autos originales al Juzgado de su
procedencia, con testimonio de la misma para su cumplimiento.
Así por esta nuestra sentencia, de la que se unirá certificación al rollo, lo pronunciamos,
mandamos y firmamos. Josep Mª Bachs I Estany.- Anna García Esquius.- Marcial Subirás
Roca.
Publicación.- En este día, y una vez firmada por todos los Magistrados que la han dictado, se
da a la anterior sentencia la publicidad ordenada por la Constitución y las Leyes. Doy Fe.
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