EL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL Indice 1. Introducción 2. Nociones fundamentales sobre el sistema nervioso y sus funciones 3. La neurona 4. Los nervios 5. La médula espinal 6. El encéfalo 7. El bulbo 8. El cerebelo 9. Los pedúnculos cerebrales y los tubérculos cuadrigéminos 10. El tálamo 11. El hipotalamo 12. El cuerpo estriado 13. La corteza cerebral 14. Conclusión 15. Bibliografía 1. Introducción El Sistema Nervioso, el más completo y desconocido de todos los que conforman el cuerpo humano, asegura junto con el Sistema Endocrino, las funciones de control del organismo. Capaz de recibir e integrar innumerables datos procedentes de los distintos órganos sensoriales para lograr una respuesta del cuerpo, el Sistema Nervioso se encarga por lo general de controlar las actividades rápidas. Además, el Sistema Nervioso es el responsable de las funciones intelectivas, como la memoria, las emociones o las voliciones. Su constitución anatómica es muy compleja, y las células que lo componen, a diferencia de las del resto del organismo, carecen de capacidad regenerativa. A continuación se dará a conocer todo lo relacionado con el sistema Nervioso Central. 2. Nociones fundamentales sobre el sistema nervioso y sus funciones El ser humano está dotado de mecanismos nerviosos, a través de los cuales recibe información de las alteraciones que ocurren en su ambiente externo e interno y de otros, que le permiten reaccionar a la información de forma adecuada. Por medio de estos mecanismos ve y oye, actúa, analiza, organiza y guarda en su encéfalo registros de sus experiencias. Estos mecanismos nerviosos están configurados en líneas de comunicación llamadas en su conjunto sistema nervioso El sistema nervioso se divide en: Sistema nervioso central: Comprende: * * Encéfalo. Médula Espinal. Se le llama también "de la vida en relación" porque sus funciones son: * * * * Percibir los estímulos procedentes del mundo exterior. Transmitir los impulsos nerviosos sensitivos a los centros de elaboración. Producción de los impulsos efectores o de gobierno. Transmisión de estos impulsos efectores a los músculos esqueléticos. Sistema nervioso periférico: Comprende: * * Nervios craneales. Nervios raquídeos. Tiene como función recibir y transmitir, hacia el sistema nervioso central los impulsos sensitivos, y hacia los órganos efectores los impulsos motores. Sistema nervioso vegetativo: Comprende: * Tronco simpático: formado por cordones nerviosos que se extienden longitudinalmente a lo largo del cuello, tórax y abdomen a cada lado de la columna vertebral. * Ganglios periféricos. (Los ganglios son grupos de cuerpos celulares). Este sistema es llamado, también, autónomo". Está en relación con las vísceras, las glándulas, el corazón, los vasos sanguíneos y músculos lisos. Su función es eferente, transmitiendo impulsos que regulan las funciones de las vísceras de acuerdo con las exigencias vitales de cada momento. 3. La neurona La neurona es la célula nerviosa, derivada del neuroblasto. Es la unidad funcional del sistema nervioso pues sirve de eslabón comunicante entre receptores y efectores, a través de fibras nerviosas. Consta de tres partes: * * * Cuerpo o soma: compuesto fundamentalmente por núcleo, citoplasma y nucléolo. Dendritas: terminaciones nerviosas. Axón: terminación larga, que puede alcanzar hasta un metro de longitud. El axón suele tener múltiples terminaciones llamadas "botones terminales", que se encuentran en proximidad con las dendritas o en el cuerpo de otra neurona. La separación entre el axón de una neurona y las dendritas o el cuerpo de otra, es del orden de 0,02 micras. Esta relación existente entre el axón de una neurona y las dendritas de otra se llama "sinapsis". A través de la sinapsis, una neurona envía los impulsos de un mensaje desde su axón hasta las dendritas o un cuerpo de otra, transmitiéndole así la información nerviosa. La transmisión sináptica tiene las siguientes características: * La conducción de los impulsos nerviosos se efectúa en un solo sentido: del axón de una neurona al cuerpo o dendritas de la otra neurona sináptica. * El impulso nervioso se propaga a través de intermediarios químicos, como la acetilcolina y la noradrenalina, que son liberados por las terminaciones axónicas de la primera neurona y al ser recibidos por la siguiente incitan en ella la producción de un nuevo impulso. * En el sistema nervioso central, hay neuronas excitadoras e inhibidoras y cada una de ellas libera su propia sustancia mediadora. * La velocidad de conducción de un impulso a lo largo de la fibra nerviosa varía de 1 a 100 metros por segundo, de acuerdo a su tamaño, siendo mayor en las más largas. * Cuando las terminaciones presinápticas son estimuladas en forma continuada o con frecuencia elevada, los impulsos transmitidos disminuyen en número a causa de una "fatiga sináptica". * La transmisión de una señal de una neurona a otra sufre un retraso de 5 milisegundos. La neuroglia El sistema nervioso central del hombre tiene aproximadamente 10 billones de neuronas y 5 a 10 veces más células gliales. Estas células forman un tejido llamado neuroglia que tiene como funciones: * * * * * Proporcionar soporte al encéfalo y a la médula. Bordear los vasos sanguíneos formando una barrera impenetrable a las toxinas. Suministrar a las neuronas sustancias químicas vitales. Retirar, por fagocitosis, el tejido muerto. Aislar los axones a través de la mielina. 4. Los nervios Los nervios son, generalmente, haces o conjuntos de axones, salvo los nervios sensoriales que están constituidos por dendritas funcionales largas que van desde el "asta" dorsal de la médula hasta los receptores sensoriales y cumplen la función de conducir los impulsos como los axones. Las distintas fibras que componen un nervio se mantienen unidad por tejido conjuntivo. Los nervios pueden clasificarse de diversas maneras: Por su origen: * Raquídeos: Constituidos por fibras nerviosas de las raíces anteriores o motrices y de las raíces posteriores o sensitivas, que salen de la médula a través de los agujeros intervertebrales. Los nervios raquídeos tienen elementos viscerales y somáticos Los viscerales están relacionados con las estructuras vecinas a los aparatos digestivo, respiratorio, urogenital y el sistema vascular y la mayor parte de las glándulas. Los somáticos están relacionados con los tejidos de revestimiento corporal y los músculos voluntarios. * Craneales: Son 12 pares de nervios que nacen del tronco cerebral, a nivel del cuarto ventrículo, por encima del bulbo y sirven en su mayoría a sentidos especializados de la cara y la cabeza. Su funcionamiento es mixto, es decir, contiene fibras sensitivas y motoras. Entre los nervios craneales se encuentran: el olfatorio; el óptico, que se une al sistema nervioso central a nivel del tálamo; el oculomotor común; el troclear o patético; el oculomotor externo; el trigémino, con fibras sensitivas de temperatura, dolor, tacto y presión; el facial; el estato-acústico; con receptores acústicos y de posición y movimientos de la cabeza; el glosofaríngeo; el vago; el espinal accesorio y el hipogloso. Por su función: * * * Sensitivos o aferentes: Conducen los impulsos que informan de las distintas sensaciones. Motores o eferentes: Conducen los impulsos para las funciones motrices. Mixtos: Contienen fibras sensitivas y fibras motoras. Por los receptores: * Exteroceptivos: Para impulsos producidos por los estímulos ajenos al cuerpo: tacto, temperatura, dolor, presión, y órganos sensoriales como el ojo y el oído. * Popioceptivos: Para estímulos nacidos en el mismo cuerpo: músculos, tendones, articulaciones y los relacionados con el equilibrio. * Interoceptivos: Para los impulsos procedentes de las vísceras: sistema digestivo, respiratorio, circulatorio, urogenital y las glándulas. 5. La médula espinal La médula espinal es una masa cilíndrica de tejido nervioso que ocupa el conducto vertebral, tiene 40 ó 45 cm de longitud y se extiende desde el agujero occipital, donde se continúa con el bulbo hasta la región lumbar. Está protegida por las membranas meníngeas: piamadre, aracnoides y dura-madre y por el líquido cefalorraquídeo. Desde la región de la segunda vértebra lumbar, donde termina la médula, hasta el cóccix, desciende un filamento delgado llamado "filum terminale" y las raíces de los nervios sacros y lumbares, formando un manojo de fibras que recibe el nombre de "cola de caballo". De la médula salen 31 pares de nervios que le dan un aspecto segmentado: 8 cervicales, 12 torácicos, 5 lumbares, 5 sacros y coxígeo. La médula está compuesta por una sustancia gris formada por cuerpos neuronales, y por la sustancia blanca formada por fibras mielinizadas ascendentes y descendentes. Las fibras ascendentes constituyen los haces ascendentes que son sensitivos y conducen los impulsos que reciben de la piel; los músculos y las articulaciones a las distintas zonas cerebrales. Las fibras descendentes constituyen los haces descendentes que son motores y conducen los impulsos que provienen de los centros superiores del cerebro a otros que radican en la médula o bien a los músculos y las glándulas. La sustancia gris tiene unos ensanchamientos llamados "astas": dos don dorsales o posteriores; dos ventrales o anteriores y dos intermedias y se localizan entre las dorsales y las ventrales. Las astas dorsales contienen neuronas que controlan las respuestas motoras del sistema nervioso autónomo y las ventrales, neuronas motoras cuyos axones terminan en músculos del sistema somático. En el centro de la sustancia gris y a lo largo de ella hay un pequeño canal lleno de líquido cefalorraquídeo. Otro aspecto anatómico importante de la médula, es que hay neuronas que sirven de conexión entre las fibras sensitivas y las motoras, lo que da origen a respuestas reflejas que no necesitan ser ordenadas por los centros cerebrales. Las funciones que cumple la médula son: * * Es un centro asociativo, gracias al cual se realizan actos reflejos. Es una vía de doble dirección: * * De la periferia a los centros cerebrales (sensitiva). De los centros cerebrales a la periferia (motora). 6. El encéfalo El encéfalo es la parte del sistema nervioso central encerrada en la cavidad craneal. Se divide en: * * Cerebro anterior. Cerebro medio. * Cerebro posterior. El cerebro posterior o romboencéfalo se encuentra localizado en la parte inmediatamente superior de la medula espinal y está formado por tres estructuras: el bulbo, la protuberancia o puente, y el cerebelo. En él se encuentra, también, el cuarto ventrículo. El cerebro anterior o proencéfalo se divide en diencéfalo y telencéfalo. El diencéfalo comprende: el tálamo, el hipotálamo, el quiasma óptico, la hipófisis, los tubérculos mamilares y la cavidad llamada tercer ventrículo. El teléncefalo está formado por los ganglios basales: núcleos caudado y lenticular que forman el cuerpo estriado, y el cuerpo amigdalino y el claustro; el rinencéfalo, el hipocampo y el área septal, que forman el sistema límbico; y la corteza cerebral o neocortex. El ensanchamiento del teléncefalo forma los hemisferios cerebrales que constan de tres lóbulos: frontal, temporal y occipital. Externamente los hemisferios tienen múltiples pliegues separados por hendiduras que cuando son profundas se llaman cisuras. Los dos hemisferios están unidos por el cuerpo calloso, formado por fibras que cruzan de un hemisferio a otro. La corteza cerebral es una capa de sustancia gris que se extiende sobre la superficie de los hemisferios. De estas estructuras del encéfalo sólo vamos a estudiar algunas que tienen importancia más resaltante para comprender las bases fisiológicas de la conducta. 7. El bulbo Es una estructura que se halla en el extremo superior de la médula y como prolongación de ella. En el hombre mide unos 3 cm de longitud. A nivel del bulbo cruzan algunos haces nerviosos dirigiéndose al lado opuesto del cerebro después de juntarse con los que habían cruzado en la médula. De igual modo las fibras que proceden del cerebro cruzan en el bulbo para dirigirse al lado opuesto a través de la médula. Funciones del Bulbo: * Es el centro más importante de la vida vegetativa pues en él se encuentran situadas las conexiones centrales relacionadas con la respiración y el ritmo cardíaco, pudiendo ser fatal cualquier lesión de esta región. * Sirve de conexión de algunos nervios craneales. * El bulbo interviene en los siguientes reflejos: el vómito, la tos, la salivación, la respiración, el estornudo, la succión, la deglución, y el vasomotor. 8. El cerebelo Es una estructura con muchas circunvoluciones situada por detrás del cuatro ventrículo y de la protuberancia y unido al tronco cerebral por haces de fibras aferentes, que le llevan impulsos procedentes de la médula, bulbo, puente y cerebro medio y anterior. A su vez, de los núcleos del cerebelo nacen fibras eferentes para cada una de estas regiones. En el cerebelo la sustancia gris está en la corteza, mientras que la blanca está en el centro. El cerebelo tiende a ser grande y bien desarrollado en los animales capaces de movimientos precisos y finos; y su extirpación produce pérdida de la precisión y de la coordinación de los movimientos. Funciones: * Se asocia a actividades motoras iniciadas en otras partes del sistema nervioso. * Contribuye al control de los movimientos voluntarios proporcionándoles precisión y coordinación. * Regula y coordina la contracción de los músculos esqueléticos. * Controla los impulsos necesarios para llevar a cabo cada movimiento, apreciando la velocidad y calculando el tiempo que se necesitará para alcanzar un punto deseado. Así mismo, frena los movimientos en el momento adecuado y necesario. * Ayuda a predecir las posiciones futuras de las extremidades. * Es esencial para el mantenimiento de la postura y el equilibrio por sus conexiones kinestésicas y vestibulares. 9. Los pedúnculos cerebrales y los tubérculos cuadrigéminos Son estructuras del mesencéfalo, situadas por encima del puente, que sirven de conexión entre el romboencéfalo y el prosencéfalo. Los tubérculos cuadrigéminos están situados dorsalmente y los pedúnculos cerebrales ventralmente. Cada una de estas estructuras contienen diversos núcleos formados por haces de fibras ascendentes y descendentes. Funciones: * Los pedúnculos cerebrales intervienen en el control reflejo de los movimientos oculares y en la coordinación de estos movimientos con la cabeza y el cuello. * Los tubérculos cuadrigéminos intervienen en el reflejo de reacción al sonido y en el reflejo visual. 10. El tálamo Es una masa ovoidea, formada principalmente por sustancia gris, situada en el centro del cerebro que actúa como estación de relevo sensorial o posada sensitiva. Hasta el tálamo llegan las vías aferentes que van hacia el cerebro, excepto las olfativas que lo hacen directamente. Del tálamo nacen otras vías que conducen los impulsos hasta la corteza y otros centros. El tálamo propaga los impulsos y quizá los integra. Además, en el nivel talámico se hacen conscientes los estímulos dolorosos. Está formado por distintos núcleos de células nerviosas que poseen conexiones, tanto con la corteza como con los niveles inferiores. Funciones * Es una estación de análisis y de integración sensitivo sensorial: analiza y sintetiza los impulsos sensoriales. * Es estación de distribución de señales sensoriales. * Es centro de asociación intra-diencefálica y cortico-diencefálica. * Algún núcleo parece estar relacionado con la coordinación y regulación de actividades motrices. 11. El hipotalamo Situado en posición ventral con relación al tálamo y formando e piso y la pared lateral del tercer ventrículo, comprende varios núcleos que se hallan en conexión con el tálamo, el tronco cerebral, la hipófisis y la corteza. Algunos de estos centros son: los tubérculos mamilares y varios fascículos de fibras nerviosas ascendentes y descendentes: fascículo supraopticohipofisiario, fascículo longitudinal dorsal, haz mamilotalámico, por ejemplo. Funciones: * * * * Controla la hipófisis y, a través de ella, se constituye en regulador endocrino. Activa el mecanismo de la expresión emocional. Excita e integra las reacciones viscerales y somáticas de la emoción. Interviene en el control de la vigilia y del sueño. * * * Es el centro de la regulación térmica del cuerpo. Controla el metabolismo de las grasas. Regula el hambre y la sed. Para formarse una idea de la situación del hipotálamo, pueden consultarse las figuras correspondientes a los puntos: pedúnculos cerebrales y tálamo, tratando de relacionar ambas y las indicaciones anteriores sobre la situación del hipotálamo. 12. El cuerpo estriado Son masas de sustancia gris, situadas en el interior de los hemisferios cerebrales, formadas por los núcleos: caudado, lenticular y la cápsula interna, que los separa. Recibe fibras del tálamo y de la corteza y las que de él nacen se dirigen al tálamo, al hipotálamo y a otros centros. Funciones: Se conoce muy poco sobre el cuerpo estriado. Generalmente se le considera como "posada motriz", y se estima que es un eslabón importante en la vía motriz. Pero son aspectos poco conocidos. Para situar el cuerpo estriado en el cerebro pueden consultarse las figuras de los puntos: encéfalo y tálamo. 13. La corteza cerebral La corteza cerebral es una lámina gris, formada por cuerpos de neuronas, que cubre los hemisferios cerebrales y cuyo grosor varía de 1,25 mm en el lóbulo occipital a 4 mm en el lóbulo anterior. Se calcula que en la corteza del cerebro humano hay unos siete millones de neuronas. Aproximadamente la mitad de la corteza forma las paredes de los surcos de los hemisferios y no está expuesta en la superficie cerebral. Las neuronas de la corteza están dispuestas en capas bastante diferenciadas. Las fibras nerviosas que nacen de ellas establecen múltiples conexiones entre las distintas capas y zonas, lo que permite que una señal llegada a la corteza se extienda y persista. Así mismo, los impulsos eferentes que nacen de un área pueden llegar por las conexiones a otras, o a zonas cercanas a la primera haciendo que continúe la actividad. Las neuronas de asociación hacen que los impulsos que llegan a la corteza duren un tiempo considerable y se extiendan a gran número de neuronas. Así un pequeño ruido percibido por la corteza puede suscitar una actividad prolongada de las neuronas del área correspondiente y provocar una respuesta externa. Areas corticales La corteza cerebral, también llamada "córtex", presenta diferencias que han hecho que se la divida en áreas con características propias, en cuanto a su composición de las capas celulares, al espesor, por el número de fibras aferentes y eferentes y por las funciones que cumplen. Teniendo en cuenta el aspecto funcional, se encuentran en la corteza: Areas motrices La principal área motora, 4 de Brodmann, se halla situada delante del surco central o cisura de rolando. Posee células gigantes de las que nacen las vías corticoespinal y corticobulbar con axones para los músculos estriados del organismo. En la parte más alta de esta área se localiza la zona para los movimientos de los miembros más distantes: pies, rodillas, cadera; y en las partes más bajas los músculos para la masticación, deglución, caza cabeza, cuello y las zonas más próximas de las extremidades. Además de esta área, existe otra situada por delante de ella, que se considera promotora y cuya lesión produce pérdida temporal de las destrezas adquiridas. Estás áreas envían los impulsos para la acción voluntaria, participando en la misma otros centros, ya que el sistema nervioso funciona en forma integral. Como las vías aferentes y eferentes cruzan a nivel de la médula o del bulbo, el hemisferio cerebral derecho rige los movimientos del lado corporal izquierdo, y el hemisferio izquierdo los del lado derecho. Areas sensoriales Son las áreas en las que terminan las fibras sensitivas que transmiten impulsos visuales, auditivos, olfativos y sensaciones desde la superficie del cuerpo y tejidos profundos Están distribuidas de la siguiente forma: Área somestésica: Recibe, a través del tálamo, los impulsos que rigen la sensibilidad corporal general procedentes de la piel, los tejidos, músculos, articulaciones y tendones del lado opuesto del cuerpo. Se halla en la circunvolución central posterior, detrás de la Cisura de rolando y frente a la representación motora. Funciones del Área Somestésica: * * * * * * Apreciación de las diferencias de peso. Discriminación espacial. Localización táctil. Apreciación de tamaño y forma. Semejanzas o diferencias de temperatura. Todos los aspectos de la sensación que requieren comparación y juicio. Área visual: Esta situada en el lóbulo occipital. En ella se aprecian zonas específicas para la visión de la mácula o central; para la periferia de la retina y para las mitades superior e inferior de la retina. Área auditiva: Se halla situada en los lóbulos temporales, por debajo de la cisura lateral o de silvio. Parece ser que cada oído tiene representación bilateral en la corteza por lo que al extirpar un lóbulo temporal no se sufre mayor disminución de la audición. Área olfativa: Se sitúa en loa circunvolución del hipocampo, próxima a la auditiva. Las investigaciones han revelado poco sobre esta área. Área gustativa: Los pocos datos que hay sobre ella indican que se halla en el extremo inferior de la circunvolución central posterior. Areas de asociación Son áreas que no reciben directamente impulsos sensitivos sino que correlacionan los impulsos recibidos de oros centros. En los últimos años cada vez se utiliza menos esta expresión porque se conocen mejor las conexiones tálamo-corticales y las funciones de las distintas áreas. Funciones de la Corteza: * Retroalimentación: toda área que recibe fibras de otro entro, envía fibras en sentido contrario. Por ejemplo, hay vías córtico-talámicas y tálamo-corticales. * Recorticalización: Una señal puede pasar varias veces por un analizador cortical para ser depurada. * Facilitación cuando se aplican estímulos consecutivos; e inhibición por fatiga. * Toda sensación consciente es fruto de extensa actividad cortical, en la que participan distintas áreas de las fibras de asociación. El funcionamiento cerebral es global e integrado. * Los lóbulos frontales participan en la conducta, la personalidad, la memoria, la experiencia afectiva y la conciencia del yo. La sección de los mismos mediante la lobotomía produce depresión, falta de impulso para la acción, pérdida de la capacidad de adaptación a situaciones inesperadas. * A través de la corteza se establecen reflejos condicionados, si bien no es necesaria para todas las respuestas condicionadas. * Las áreas corticales relacionadas con el lenguaje (área de Broca), se encuentran en un solo hemisferio: el izquierdo en las personas diestras y el derecho en las zurdas. En caso de lesión de este hemisferio puede cumplir su misión el otro. * La memoria depende de la corteza, áreas de asociación, aunque intervienen en ella conexiones del tronco cerebral. * La corteza actúa: retardando la reacción al estímulo; eligiendo la respuesta; contribuyendo a integrar la acción. Para ello: analiza, sintetiza, correlaciona, integra, modifica. 14. Conclusión De acuerdo a la investigación realizada, cabe destacar que la actividad de los centros cerebrales no es de exclusividad, es decir, cada centro cumple con una función predominante, pero interviene también en otras. Si bien, las células nerviosas dañadas no se recuperan, sí pueden recuperarse algunas funciones, debido a que la concurrencia de diversos centros para una misma función lo hace posible cuando las alteraciones son limitadas. La diferencia existente entre hombre y animal, se basa en el poder que tiene el hombre para abstraer, inventar símbolos y tener un lenguaje articulado. Las máquinas cibernéticas pueden aprender, recordar, calcular. Son inferiores con relación al hombre, pues sólo hacen esas operaciones ante un solo problema, ellas no pueden programarse a sí mismas, mientras que el hombre conserva sus recuerdos y es capaz de programar dichas máquinas. 15. Bibliografía Gerardo Relloso S., S.M.S. PSICOLOGÍA Ciclo Diversificado (Ciencias y Humanidades). Ediciones Cobo. Edición 1988. Caracas – Venezuela. ENCICLOPEDIA AUTODIDACTICA. ANATOMÍA. LEXUS, Edición 2001 Potenciales Eléctricos de Membrana Celular Indice 1. Introducción 2. Desarrollo 1. Introducción. En las membranas de casi todas las células del organismo hay potenciales eléctricos. Algunas células como las nerviosas y musculares son excitables, es difícil capaces de generar impulsos electroquímicos rápidamente cambiantes en sus membranas. Casi en todos lo casos estos impulsos se pueden utilizar para transmitir señales a lo largo de las membranas nerviosas o musculares. La finalidad de este trabajo es dar explicaciones a los potenciales de membrana generados tanto en reposo como durante la acción por las células nerviosas y musculares. 2. Desarrollo Antes de estudiar el potencial de reposo y de acción, se debe tener conocimiento de ciertas definiciones tales como: * Ion: partícula con carga eléctrica. * Canal Iónico: es una proteína de membrana a veces específica que transporta iones y otras moléculas pequeñas a través de la membrana por difusión pasiva o facilitada, es decir, sin uso de energía. * Polaridad: es la capacidad de un cuerpo de tener dos polos con características distintas. * Impulso Nervioso: es el transporte de información a través de los nervios, y por medio de sustancias como el Sodio y el Potasio y su interacción con la membrana. * Potencial de Reposo: es el estado en donde no se transmiten impulsos por las neuronas. * Potencial de Acción: es la transmisión de impulso a través de la neurona cambiando las concentraciones intracelulares y extracelulares de ciertos iones. * Potencial de Membrana: es el voltaje que le dan a la membrana las concentraciones de los iones en ambos lados de ella. Como se ha dicho, el potencial de reposo es el estado en donde no se transmiten impulsos por las neuronas y este potencial está dado por la permeabilidad de los canales iónicos. El sitio de transmisión del impulso nervioso en las neuronas es el axón. Los canales iónicos para el potencial de acción son específicos y sensibles al voltaje, es decir, este los puede activar o desactivar. Las concentraciones de los iones sodio (Na) y potasio (K) deben ser de: Entonces, el sodio debe ser mayormente extracelular y el potasio debe ser mayormente intracelular, en condiciones normales y durante el periodo de reposo. Como ambos iones tienen carga positiva, le dan una carga al ambiente donde se encuentran; pero en realidad, el espacio extracelular tiene carga positiva, debido a la positividad del Na, pero el espacio intracelular, tiene carga negativa debido a que hay mayor Na extracelular que K intracelular aunque este también sea positivo. Es decir, hay mas positividad afuera de la célula; además, las proteínas intracelulares tienen carga negativa, lo cual hace que intracelularmente haya una positividad menor que extracelularmente, a tal grado que el espacio intracelular se considere negativo. Estas cargas intra y extracelulares le dan a la membrana una polaridad, positiva en su cara extracelular y negativa en su cara intracelular, además le dan carga llamada potencial de membrana, y es de –90 mili Volts, es estado de reposo. Para que se lleve a cabo el potencial de acción se debe excitar eléctricamente a la neurona, entonces los canales de sodio se hacen miles de veces mas permeables de lo normal, y la difusión de este al interior de la membrana, es muy grande. Esta entrada de cargas positivas le quita la polaridad a la membrana ya que ambos lados de ella son positivos, esta fase se llama despolarización. Esta despolarización lleva al potencial de membrana a +40 mV en menos de un milisegundo. Esta carga de membrana hace que se cierren los canales de Na, y se permeabilicen los de K, haciendo que este difunda al exterior de la célula y creando un potencial de membrana de cerca de – 100 mV que luego se reestabiliza a – 90 mV. Ahora, los iones están intercambiados, es decir, el Na mayormente adentro, y el K mayormente afuera. El mecanismo que se encarga de devolver estos iones a sus sitios originales es la ATPasa, vulgarmente llamada bomba de sodio y potasio. Esta proteína de membrana requiere ATP para intercambiar los iones, por cada dos iones K que entran, salen tres Na. Esto le devuelve su estado mayormente positivo al espacio extracelular. Durante un impulso y otro hay un periodo refractario, en el cual no puede haber otro impulso nervioso. La duración de ese periodo es de 1/2500 segundos, es decir, en un segundo pueden haber 2500 impulsos nerviosos o potenciales de acción. Cuando los iones Na fluyen al interior de la célula, desencadenan el mismo ciclo en el sitio celular adyacente y así se transmite el impulso a lo largo de todo el axón. Hay cuatro puntos muy importantes que deben tenerse en mente: 1. El potencial de acción no disminuye a los largo de la fibra nerviosa. 2. el potencial de acción es un fenómeno todo o nada, es decir, si no se llega al umbral, no ocurre el P. De A. 3. una vez pasado por una parte de axón, el potencial de acción no puede reactivarse por un periodo refractario. 4. el aumento del estímulo no aumenta el potencial, pero si aumenta la frecuencia de los impulsos. La vaina de mielina que se enrolla en forma de espiral alrededor de la célula de Schwann y esta a su vez rodea a la fibra nerviosa. Su función es aumentar la velocidad del impulso nervioso a través de la fibra. La vaina de mielina no tiene una continuidad uniforme, está segmentada a los largo de la fibra; los espacios entre esos segmentos, se llaman nodo de Ranvier. En las fibras pequeñas amielínicas, el potencial de acción tiene una velocidad de 0.25 m/s. En las grandes fibras mielínicas se transmiten a velocidad de 100 m/s. rganos de los sentidos Indice 1. Introducción 2. Sentido de la vista 3. Sentido del tacto 4. Sentido del olfato 5. Sentido del gusto 6. Sentido del oído 7. Conclusión 8. Bibliografía 1. Introducción Se entiende por "sentidos" las funciones mediante las cuales el hombre recibe las impresiones de los objetos exteriores por intermedio de los órganos de relación. Para recibir estímulos externos, el sistema nervioso cuenta con receptores sensoriales denominados exteroceptores. Las sensaciones que producen se denominan exteroceptivas. Se entiende por sensación, a la imagen o representación cociente de estimulo. Los receptores están localizados en los órganos de los sentidos: en la piel para la sensibilidad táctil y termolgesia, en la boca para el gusto, en las fosas nasales, en las fosas nasales para el olfato, en los ojos para la visión y en los oídos para la audición. El impulso nervioso producido por un estimulo, es conducido al cerebro por el sistema nervioso parasimpático, que es el encargado de establecer la relación del individuo con el medio donde es elaborado en los centros y transformado en sensación táctil, térmica, dolorosa, gustativa, olfativa, visual y auditiva. Las funciones sensoriales se realizan en tres etapas: * * * Recepción Transmisión Percepción Los estímulos necesitan una determinada intensidad para ser captados por los receptores, esta intensidad mínima se llama umbral de excitación. Además para que actúen con eficacia deben ser específicos por ejemplo: el ojo es estimulado por la luz y el oído por el sonido. De acuerdo con la naturaleza del estimulo, los receptores pueden ser químicos (quimioreceptores), mecánicos (mecareceptores) o luminosos (fotoreceptores). Los quimioreceptores son los que captan estímulos como las sustancias alimenticias y los olores. Los mecareceptores son los que captan estímulos mecánicos como roces, presión, dolor temperatura y sonido. Los fotoreceptores son sensibles a la luz y se localiza a los ojos. 2. Sentido de la vista El ojo es el órgano de la visión en los seres humanos y en los animales. Los ojos de las diferentes especies varían desde las estructuras más simples, capaces de diferenciar sólo entre la luz y la oscuridad, hasta los órganos complejos que presentan los seres humanos y otros mamíferos, que pueden distinguir variaciones muy pequeñas de forma, color, luminosidad y distancia. En realidad, el órgano que efectúa el proceso de la visión es el cerebro; la función del ojo es traducir las vibraciones electromagnéticas de la luz en un determinado tipo de impulsos nerviosos que se transmiten al cerebro. El ojo humano EL ojo en su conjunto, llamado globo ocular, es una estructura esférica de aproximadamente 2,5 cm de diámetro con un marcado abombamiento sobre su superficie delantera (figura nº 1). La parte exterior, o la cubierta, sé compone de tres capas de tejido: la capa más externa o esclerótica tiene una función protectora y se prolonga en la parte anterior con la córnea transparente; la capa media o úvea tiene a su vez tres partes diferenciadas: la coroides - muy vascularizada continúa con el cuerpo ciliar, formado por los procesos ciliares, y a continuación el iris, que se extiende por la parte frontal del ojo. La capa más interna es la retina, sensible a la luz. La córnea es una membrana resistente, compuesta por cinco capas, a través de la cual la luz penetra en el interior del ojo. Por detrás, hay una cámara llena de un fluido claro y húmedo (el humor acuoso) que separa la córnea de la lente del cristalino. En sí misma, la lente es una esfera aplanada constituida por un gran número de fibras transparentes dispuestas en capas. Está conectada con el músculo ciliar, que tiene forma de anillo y la rodea mediante unos ligamentos. El músculo ciliar y los tejidos circundantes forman el cuerpo ciliar y esta estructura aplana o redondea la lente, cambiando su longitud focal. El iris es una estructura pigmentada suspendida entre la córnea y el cristalino y tiene una abertura circular en el centro, la pupila. El tamaño de la pupila depende de un músculo que rodea sus bordes, aumentando o disminuyendo cuando se contrae o se relaja, controlando la cantidad de luz que entra en el ojo. Por detrás de la lente, el cuerpo principal del ojo está lleno de una sustancia transparente y gelatinosa (el humor vítreo) encerrado en un saco delgado que recibe el nombre de membrana hialoidea. La presión del humor vítreo mantiene distendido el globo ocular. La retina es una capa compleja compuesta sobre todo por células nerviosas. Las células receptoras sensibles a la luz se encuentran en su superficie exterior detrás de una capa de tejido pigmentado. Estas células tienen la forma de conos y bastones y están ordenadas como los fósforos de una caja. Situada detrás de la pupila, la retina tiene una pequeña mancha de color amarillo, llamada mácula lútea; en su centro se encuentra la fóvea central, la zona del ojo con mayor agudeza visual. La capa sensorial de la fóvea se compone sólo de células con forma de conos, mientras que en torno a ella también se encuentran células con forma de bastones. Según nos alejamos del área sensible, las células con forma de cono se vuelven más escasas y en los bordes exteriores de la retina sólo existen las células con forma de bastones. El nervio óptico entra en el globo ocular por debajo y algo inclinado hacia el lado interno de la fóvea central, originando en la retina una pequeña mancha redondeada llamada disco óptico. Esta estructura forma el punto ciego del ojo, ya que carece de células sensibles a la luz. Funcionamiento del ojo En general, los ojos de los animales funcionan como unas cámaras fotográficas sencillas. La lente del cristalino forma en la retina una imagen invertida de los objetos que enfoca y la retina se corresponde con la película sensible a la luz. (figura nº2) Como ya se ha dicho, el enfoque del ojo se lleva a cabo debido a que la lente del cristalino se aplana o redondea; este proceso se llama acomodación. En un ojo normal no es necesaria la acomodación para ver los objetos distantes, pues se enfocan en la retina cuando la lente está aplanada gracias al ligamento suspensorio. Para ver los objetos más cercanos, el músculo ciliar se contrae y por relajación del ligamento suspensorio, la lente se redondea de forma progresiva. Un niño puede ver con claridad a una distancia tan corta como 6,3 cm. Al aumentar la edad del individuo, las lentes se van endureciendo poco a poco y la visión cercana disminuye hasta unos límites de unos 15 cm a los 30 años y 40 cm a los 50 años. En los últimos años de vida, la mayoría de los seres humanos pierden la capacidad de acomodar sus ojos a las distancias cortas. Esta condición, llamada presbiopía, se puede corregir utilizando unas lentes convexas especiales. Las diferencias de tamaño relativo de las estructuras del ojo originan los defectos de la hipermetropía o presbicia y la miopía o cortedad de vista. Debido a la estructura nerviosa de la retina, los ojos ven con una claridad mayor sólo en la región de la fóvea. Las células con forma de conos están conectadas de forma individual con otras fibras nerviosas, de modo que los estímulos que llegan a cada una de ellas se reproducen y permiten distinguir los pequeños detalles. Por otro lado, las células con forma de bastones se conectan en grupo y responden a los estímulos que alcanzan un área general (es decir, los estímulos luminosos), pero no tienen capacidad para separar los pequeños detalles de la imagen visual. La diferente localización y estructura de estas células conducen a la división del campo visual del ojo en una pequeña región central de gran agudeza y en las zonas que la rodean, de menor agudeza y con una gran sensibilidad a la luz. Así, durante la noche, los objetos confusos se pueden ver por la parte periférica de la retina cuando son invisibles para la fóvea central. El mecanismo de la visión nocturna implica la sensibilización de las células en forma de bastones gracias a un pigmento, la púrpura visual o rodopsina, sintetizado en su interior. Para la producción de este pigmento es necesaria la vitamina A y su deficiencia conduce a la ceguera nocturna. La rodopsina se blanquea por la acción de la luz y los bastones deben reconstituirla en la oscuridad, de ahí que una persona que entra en una habitación oscura procedente del exterior con luz del sol, no puede ver hasta que el pigmento no empieza a formarse; cuando los ojos son sensibles a unos niveles bajos de iluminación, quiere decir que se han adaptado a la oscuridad. En la capa externa de la retina está presente un pigmento marrón o pardusco que sirve para proteger las células con forma de conos de la sobre exposición a la luz. Cuando la luz intensa alcanza la retina, los gránulos de este pigmento emigran a los espacios que circundan a estas células, revistiéndolas y ocultándolas. De este modo, los ojos se adaptan a la luz. Nadie es consciente de las diferentes zonas en las que se divide su campo visual. Esto es debido a que los ojos están en constante movimiento y la retina se excita en una u otra parte, según la atención se desvía de un objeto a otro. Los movimientos del globo ocular hacia la derecha, izquierda, arriba, abajo y a los lados se llevan a cabo por los seis músculos oculares y son muy precisos. Se ha estimado que los ojos pueden moverse para enfocar en, al menos, cien mil puntos distintos del campo visual. Los músculos de los dos ojos funcionan de forma simultánea, por lo que también desempeñan la importante función de converger su enfoque en un punto para que las imágenes de ambos coincidan; cuando esta convergencia no existe o es defectuosa se produce la doble visión. El movimiento ocular y la fusión de las imágenes también contribuyen en la estimación visual del tamaño y la distancia. Estructuras protectoras Diversas estructuras, que no forman parte del globo ocular, contribuyen en su protección. Las más importantes son los párpados superior e inferior. Estos son pliegues de piel y tejido glandular que pueden cerrarse gracias a unos músculos y forman sobre el ojo una cubierta protectora contra un exceso de luz o una lesión mecánica(figura nº 3). Las pestañas, pelos cortos que crecen en los bordes de los párpados, actúan como una pantalla para mantener las partículas y los insectos fuera de los ojos cuando están abiertos. Detrás de los párpados y adosada al globo ocular se encuentra la conjuntiva, una membrana protectora fina que se pliega para cubrir la zona de la esclerótica visible. Cada ojo cuenta también con una glándula o carúncula lagrimal, situada en su esquina exterior. Estas glándulas segregan un líquido salino que lubrica la parte delantera del ojo cuando los párpados están cerrados y limpia su superficie de las pequeñas partículas de polvo o cualquier otro cuerpo extraño. En general, el parpadeo en el ojo humano es un acto reflejo que se produce más o menos cada seis segundos; pero si el polvo alcanza su superficie y no se elimina por lavado, los párpados se cierran con más frecuencia y se produce mayor cantidad de lágrimas. En los bordes de los párpados se encuentran las glándulas de Meibomio que tienen un tamaño pequeño y producen una secreción sebácea que lubrifica los párpados y las pestañas. Las cejas, localizadas sobre los ojos, también tienen una función protectora, absorben o desvían el sudor o la lluvia y evitan que la humedad se introduzca en ellos. Las cuencas hundidas en el cráneo en las que se asientan los ojos se llaman órbitas oculares; sus bordes óseos, junto al hueso frontal y a los pómulos, protegen al globo ocular contra las lesiones traumáticas producidas por golpes o choques. 3. Sentido del tacto La piel es una membrana que recubre toda la superficie del cuerpo. A nivel de las cavidades que se abren –fosas nasales, boca, etc.- se continúan con el epitelio que las reviste. Contiene numerosos receptores con terminaciones nerviosas adaptadas para recibir diversos estímulos, que producen sensaciones táctiles, térmicas o dolorosas. La piel es una túnica exterior, resistente y flexible, que presenta eminencias y surcos. Su extensión es superior a la superficie del cuerpo que recubre, a causa de numerosos repliegues que aumentan su recorrido. Se calcula que en un hombre de talla media oscila alrededor de los 16.000 centímetros cúbicos. Su espesor es variable, de 1 a 2 mm en promedio siendo más gruesa en lugares sometidos a presiones y roces como en las palmas de las manos (2 a 3 mm) y en la planta de los pies (4 a 5 mm), donde alcanza su mayor espesor. En la palma de la mano la piel tiene gran cantidad de crestas que forman el diseño de las impresiones digitales, el cual es exclusivo de cada individuo y constante durante toda la vida. Su resistencia es considerable y su color varía según las edades: Blanco-rosada: al nacer Blanco: niño y adulto Amarilla: en la vejez Varía según las regiones y las razas. El color de la piel depende de tres factores: Del tinte amarillento de las células superficiales, De la transparencia de estas células, que permiten entrever el rosado de los vasos sanguíneos, El pigmento negro o melanina, que se distribuye en forma de granulaciones por las células mas profundas. La piel consta de dos zonas, una superficial y delgada sin vasos sanguíneos, denominada Epidermis, y otra profunda y gruesa con numerosos vasos sanguíneos y terminaciones nerviosas llamada Dermis (figura nº6). Epidermis: deriva del ectodermo, su espesor varía entre los 0,05 mm como mínimo y 1.5 mm como máximo. Está formada por tejido epitelial estratificado. Se considera que tiene una cara externa, en relación con el exterior y una cara interna, que descansa sobre la dermis. A partir de ésta cara hacia la superficie se le describen cinco capas o estratos celulares que son: Estrato germinativo o basilar: limita con la dermis, está formado por una capa de células cilíndricas, que tienen melanina (pigmento negro que le da color). La función de este estrato es orinar constantemente células. Estas células experimentan modificaciones y van integrando sucesivamente los otros estratos, hasta constituir el estrato corneo, en donde caen por descamación. Estrato espinoso o de malpighi: esta formado por varias capas de células, irregularmente poliédricas y de contorno espinoso. Estrato granuloso: integrado por varias capas celulares que provienen del estrato anterior. Sus células contienen granos de Queratohialina, sustancia que interviene en la formación de la queratina. A nivel de esta capa mueren las células de la epidermis. Estrato lucido o transparente: constituido por células muertas, aplanadas que contienen Eleidina, sustancia producida por la Queratohialina, es una capa delgada, transparente y homogénea. Estrato corneo: es la capa más externa de la epidermis. Sus células (muertas), tienen aspecto de escamas corneas, formadas por queratina. Estas escamas son eliminadas por descamación. Lo que demuestra los anteriormente mencionado es que la piel se renueva constantemente. Dermis: deriva del mesodermo. Su espesor oscila entre 1/3 de mm y 3 mm. Esta formado por tejido conectivo fibroelástico con abundantes vasos sanguíneos y linfáticos que la irrigan, y los nervios que la inervan. Debajo de la dermis hay una capa e tejido celular subcutáneo o hipodermis, que la separa de los músculos subyacentes. En la dermis se encuentran los anexos de la piel y las papilas dérmicas. Los anexos de la piel son: * Glándulas sudorípadas: son exócrinas, muy numerosas. Están distribuidas por casi toda la superficie de la piel. Tienen el aspecto de un largo tubo. Su extremidad profunda se pliega formando una especie de ovillo: el glomérulo. Su extremidad superficial, despues de espirilizarse, se abre en la superficie de la piel donde elimina el sudor. Su función es la de intervenir en la regulación de la temperatura y en la eliminación de productos de catabolismo de metabolismo celular nocivos para el organismo. * Glándulas sebáceas: son glándulas exócrinas cuyo producto de secreción e una sustancia llamada sebo, que lubrica los pelos y la superficie de la piel, otorgándoles flexibilidad. Son glándulas arracimadas que comúnmente desembocan en un folículo piloso. * Pelos: son filamentos córneos, delgados, de origen epidérmico y de crecimiento continuo que se forma en el interior de presiones epidérmicas profundas, excavadas en la dermis y llamadas folículos pilosos. El pelo consta de dos partes: una raíz o bulbo, formada por células vivas y en contacto con una papila dérmica vascular, y un tallo, formado por células muertas. Los pelos reaccionan por músculos erectores, que pueden ponerlos rígidos. * Uñas: son formaciones laminares, córneas y traslúcidas, de origen epidérmico, y de crecimiento continuo que se originan en depresiones de la epidermis. Cubren el extremo libre dorsal de los dedos de la mano y de los pies, protegiéndolos. Están formadas por una zona semicircular llamada lúnula, una parte adherida al dedo y un extremo libre. Las papilas dérmicas son abundantes elevaciones que se encuentran en la capa superficial de la dermis, distribuidas por todo el cuerpo. En su interior se alojan vasos sanguíneos o corpúsculos receptores de la sensibilidad cutánea, denominándose papilas vasculares a las primeras, y papilas nerviosas a las segundas. Las papilas nerviosas le permiten al hombre captar los cambios que se producen en el medio donde viven, como variaciones de temperatura, roces mecánicos, presiones, golpes, etc. Las papilas nerviosas son las que están en relación con el sentido del tacto, porque en ellas se encuentran los corpúsculos receptores o las terminaciones libres. * Terminaciones libres: son fibras nerviosas ramificadas que se distribuyen por la piel captando los estímulos dolorosos. * Corpúsculos receptores: según su forma, su ubicación y su función se reconocen cuatro tipos de corpúsculos: * Corpúsculos de Meissner: se localizan en las papilas dérmicas de las palmas de la mano, pulpa de los dedos y planta de los pies. Son de forma ovoide y la fibra nerviosa se dispone en forma espiral emitiendo ramificaciones. Los corpúsculos táctiles son los corpúsculos táctiles por excelencia. * Corpúsculos de Pacini- Vater: se encuentran en el tejido celular subcutáneo de todo el organismo, principalmente en los dedos de la mano y del pie, en las mucosas, en el peritoneo, en las vísceras y en las articulaciones. Son ovoideos, traslúcidos y están formados por varias capas concéntricas. Estos corpúsculos captan excitaciones de presión (peso) y se cree que son receptores de excitaciones de hambre y sed. * Corpúsculos de Ruffini: se encuentran en la zona mas profunda de la dermis y en la hipodermis, principalmente en la palma d las manos, en la planta de los pies y en la yema de los dedos. Pueden ser fusiformes o cilindroides, y las terminaciones nerviosas terminan en un botón. Captan excitaciones térmicas de calor. * Corpúsculos de Krause: se localizan en la dermis, en la conjuntiva del ojo y en la mucosa bucal. Son redondeados, o alargados; en los primeros la fibra nerviosa se ramifica, mientras que en los segundos no captan excitaciones térmicas de frío, Fisiología del tacto La función de la piel es la de proteger el cuerpo y servir de asiento a numerosos receptores cutáneos o exteroreceptores, que captan los estímulos táctiles, térmicos y dolorosos. Sensibilidad táctil: nos permiten tener noción sobre el tamaño, consistencia, forma, caracteres de la superficie, etc. de un objeto. Los estímulos táctiles son reconocidos preferentemente por las extremidades de los dedos, pero hay receptores del tacto distribuidos por toda la piel. Los estímulos que determinan esta sensibilidad son mecánicos y los órganos receptores que los captan son los corpúsculos de Meissner, aunque en algunas ocasiones actúan los corpúsculos de Paccini, sobre todo cuando dichos estímulos son muy intensos. La sensibilidad táctil se desarrolla ejercitándola, un claro ejemplo de esto son los ciegos que reconocen personas y objetos con solo tocarlos. Caracteres de los estímulos: los estímulos táctiles para ser percibidos por los receptores correspondientes, necesitan tener cierta intensidad. La intensidad mínima es el "umbral", el cual varía según la región del cuerpo. Los estímulos táctiles son producidos por sólidos, líquidos o gases. Agudeza táctil: hay regiones de l piel con mas sensibilidad táctil que otras, es decir, con mayor agudeza táctil. Esta es medible y para ello se utiliza el estesiometro o compás de Weber. El máximo de agudeza táctil se encuentra en el extremo de la lengua (permite una distancia de 1,1 mm); el mínimo de agudeza táctil se encuentra en el dorso del cuerpo, donde aproximadamente alcanza los 7 cm. Vías de conducción de la sensibilidad táctil: se realiza por los haces de Goll y de Burdach. Otra parte es conducida por los haces espinotalamicos. Sensibilidad térmica: es la sensibilidad con respecto al frío y al calor. Varía según los individuos y en ellos según la región del cuerpo, la edad, la estación del año, la raza, etc. Los receptores de frío son los " corpúsculos de Krause" y los receptores de calor son los " corpúsculos de Ruffini". Sensibilidad dolorosa: se produce cuando la acción del estímulo es persistente, los estímulos son muy variados y pueden ser mecánicos, físicos, químicos, biológicos, etc. Los órganos receptores son terminaciones nerviosas libres. Vías de conducción de la sensibilidad térmica y dolorosa: es atribuida a las haces espinotalamicas. 4. Sentido del olfato Olfacción. Los quimioceptores olfativos se encuentran localizados en una zona especializada de la mucosa del techo de la cavidad nasal, el epitelio olfatorio(figura nº 4). Este epitelio es de tipo columnar seudopluriestratificado y esta formado por tres tipos celulares: las células de sostén, que son prismáticas, anchas en su ápice y más estrechas en la base; en su superficie presentan microvilli que se proyectan al interior de la capa de moco que cubre el epitelio. Estas células tienen un pigmento castaño, responsable del color marrón de la mucosa olfatoria. Las células básales son pequeñas, redondeadas, o cónicas y forman una capa única en la región basal del epitelio entre las células olfatorias y de sostén; son las células puente del epitelio olfatorio. Las células olfatorias son neuronas bipolares que se distribuyen entre las células de sostén. En su extremo se observan dilataciones de las que parten cilios los cuales son largos y no tienen movimiento, se consideran los verdaderos receptores, es decir, la porción celular excitable por el contacto con una sustancia odorífera. El segmento proximal de cada cilio muestra los axones habituales con nueve pares más dos microtubulos. La parte distal apenas posee microtubulos aislados. Los axones procedentes de estas neuronas se reúnen en pequeños aces dirigiéndose al sistema nervioso central. En la lamina propia de esta mucosa, además de abundantes basos y nervios, se observan glándulas ramificadas de tipo tubulo alveolar con células PAS- positivas, las glándulas de Bowman. Estas glándulas envían conductos que desembocan en la superficie epitelial y se admite que su producto de secreción provoca una corriente continua de liquido que la varia permanentemente la parte apical de las células olfatorias. De este modo se eliminarían los restos de los compuestos que estimulan la olfacción, manteniendo los receptores dispuestos para nuevos estímulos. El sentido del olfato permite percibir el olor de sustancias. El órgano receptor es la mucosa pituitaria, que reviste interiormente las fosas nasales; estas son dos cavidades estrechas ubicadas en la cara, a cada lado del plano medio, por debajo de la órbita y por encima de la boca. Muchas cavidades están separadas por un tabique nasal, y su superficie se halla aumentada por la presencia de tres pares de repliegues óseos llamados cornetes. Interiormente las fosas nasales están tapizadas por la mucosa nasal o pituitaria que presenta dos regiones de dicho color: uno inferior o región respiratoria y otra superior o región olfatoria. La primera es de color rojizo por la abundante irrigación sanguínea su función especifica consiste en calentar el aire inspirado impidiendo los enfriamientos bruscos. La segunda es de color amarilla – parduzco por el predominio de células y fibras nerviosas. Su función es exclusivamente sensorial. En la región olfatoria de la pituitaria se encuentran las células olfatorias que reciben los estímulos y los transmiten, por medio del nervio olfativo, al centro del olfato que se halla en la corteza cerebral (figura nº 5). Probablemente, el olfato es más antiguo y el menos comprendido de nuestros cinco sentidos. Atraves de la evolución se ha mantenido conectado con las partes del cerebro que se convirtieron en el archivo de la clasificación de nuestras respuestas emocionales, ligando íntimamente los olores de las cosas con nuestras emociones. Nuestro sentido del olfato juega también un gran papel en la atracción sexual, aunque su importancia ha disminuido considerablemente durante el desarrollo evolutivo del hombre. Sus funciones más importantes son las de sistema de alarma – ponernos en guardia frente al peligro – y de recolector de información – nos proporciona valiosos datos sobre el mundo exterior. No siempre nos percatamos el estrecho vinculo existente entre el sentido del gusto y el olfato. Solo cuando nos resfriamos, nos damos cuentas de que no solamente no podemos oler las cosas sino que también el gusto de los alimentos se ha desvanecido. El olfato es un sentido químico, actuando como estimulo las partículas aromáticas u odoríferas desprendida de los cuerpos volátiles. Por el aire que respiramos llegan a la región olfatoria de la pituitaria excitando a las células olfatorias. Pero para que puedan ser captadas tienen que estar previamente disueltas, misión que cumple el mucus que humedece esta membrana, y que es segregado por las glándulas que poseen. Al igual que muchos órganos del cuerpo, el aparato olfativo es doble y cada red de circuitos actúa en forma independiente. Los receptores sensoriales para el olfato se encuentran en el techo de la cavidad nasal, justo debajo de los lóbulos frontales del cerebro. Esta sección denominada área olfativa, esta densamente poblada de millones de pequeñas células olfativas, cada una de las cuales tiene cerca de una docena de finas velocidades, o cilios, que se proyectan hacia una capa de mucus. Los cilios expandes efectivamente el área de cada célula olfativa e incrementan asi nuestra sensibilidad frente a los olores, mientras que el mucus se encarga de mantenerlos húmedos, a la vez que actúa como una trampa para las sustancias aromáticas. No se ha establecido con precisión cómo las minúsculas cantidades de sustancias químicas con olores activan las células olfativas, pero se cree que estas sustancias se disuelven en los fluidos mucosos, se adhieren a los cilios y luego hacen que las células emitan señales eléctricas. Las fibras nerviosas olfativas canalizan estas señales atraves del hueso etmoidal hacia los dos bulbos olfativos del cerebro, donde se reúne y procesa la información para luego traspasarla por una compleja red de terminaciones nerviosas hacia la corteza cerebral. Aquí se identifica el mensaje y el olor se transforma en un hecho consciente. Sin embargo, se desconoce aún el mecanismo molecular preciso del sentido del olfato y la manera en que las células receptoras pueden receptar miles de olores diferentes y distinguir escasa variación entre ellos. No existe una verdadera clasificación de olores porque seria muy difícil reunirlos en grupos fundamentales, ya que la unión de dos o más olores da por resultado un olor diferente. La mayor o menor sensibilidad olfatoria (agudeza olfatoria) es muy variable según las personas y se miden con aparatos especiales llamados olfatometros. Anosmia La perdida del olfato o anosmia puede ser parcial o total, temporaria o definitiva. La anosmia parcial o total puede ser producida por una alteración o fatiga olfativa de la mucosa pituitaria, por vegetaciones, por lesiones de tipo infeccioso en la pituitaria o por inflamación provocada por un resfrío común. En estos casos la perdida del olfato suele ser temporaria. La anosmia definitiva generalmente es provocada por una lesión del nervio olfatorio. 5. Sentido del gusto El gusto actúa por contacto de sustancias químicas solubles con la lengua. El ser humano es capaz de percibir un abanico amplio de sabores como respuesta a la combinación de varios estímulos, entre ellos textura, temperatura, olor y gusto. La superficie de la lengua se halla recubierta por la mucosa lingual, en la que se encuentran pequeñas elevaciones cónicas llamadas papilas. Las principales son las papilas caliciformes y fungiformes, que mediante unos órganos microscópicos denominados botones perciben los sabores; y las papilas filiformes y coroliformes, que son sensibles al tacto y a las temperaturas (figura nº 8). Los botones constan de células de sostén y células gustativas, que poseen cilios o pelos comunicados al exterior a través de un poro y conectados con numerosas células nerviosas que transmiten la sensación del gusto al bulbo raquídeo. Considerado de forma aislada, el sentido del gusto sólo percibe cuatro sabores básicos: dulce, salado, ácido y amargo; cada uno de ellos es detectado por un tipo especial de papilas gustativas(figura nº 7). Las casi 10.000 papilas gustativas que tiene el ser humano están distribuidas de forma desigual en la cara superior de la lengua, donde forman manchas sensibles a clases determinadas de compuestos químicos que inducen las sensaciones del gusto. Por lo general, las papilas sensibles a los sabores dulce y salado se concentran en la punta de la lengua, las sensibles al agrio ocupan los lados y las sensibles al amargo están en la parte posterior. Los compuestos químicos de los alimentos se disuelven en la humedad de la boca y penetran en las papilas gustativas a través de los poros de la superficie de la lengua, donde entran en contacto con células sensoriales. Cuando un receptor es estimulado por una de las sustancias disueltas, envía impulsos nerviosos al cerebro. La frecuencia con que se repiten los impulsos indica la intensidad del sabor; es probable que el tipo de sabor quede registrado por el tipo de células que hayan respondido al estímulo. Luego de una exposición prolongada a determinado sabor, las papilas gustativas se saturan, y dejan de mandar información, por lo cual, al cabo de un tiempo determinado se deja de percibir el sabor. 6. Sentido del oído El sentido del oído esta localizado en la cabeza, dentro de los huesos temporales. Para describirlo se considera que tiene tres porciones: * * * Oído externo Oído medio Oído interno Hay mecanorreceptores especializados que nos permiten mantener el equilibrio y poder oír. Ambos tipos están ubicados en el oído. El oído se divide en tres partes; Oído externo Comprende el pabellón auricular o auditivo - la "oreja"- (lóbulo externo del oído) y el conducto auditivo externo, que mide tres centímetros de longitud. El conducto auditivo medio posee pelos y glándulas secretoras de cera. Su función es canalizar y dirigir las ondas sonoras hacia el oído medio. Oído medio Es un conducto estrecho, o fisura, que se extiende unos quince milímetros en un recorrido vertical y otros quince en recorrido horizontal Es hueco, lleno de aire, limitando de un lado por el tímpano y del otro por la ventana oval y la ventana redonda, que lo comunican con el oído interno(figura nº 9). Está en comunicación directa con la nariz y la garganta a través de la trompa de Eustaquio, que permite la entrada y la salida de aire del oído medio para equilibrar las diferencias de presión entre éste y el exterior. Hay una cadena formada por cuatro huesos pequeños y móviles (huesecillos) que atraviesa el oído medio. Estos cuatro huesos reciben los nombres de martillo, yunque, lenticular y estribo. Los cuatro conectan acústicamente el tímpano con el oído interno, transmitiendo las vibraciones del tímpano amplificadas a la fenestra ovalis. Oído interno El oído interno o laberinto se encuentra en el interior del hueso temporal que contiene los órganos auditivos y del equilibrio, que están inervados por los filamentos del nervio auditivo. Está lleno de líquido y tiene tres cavidades: el vestíbulo, dividido en dos partes, utrículo y sáculo; los tres canales semicirculares, órgano del sentido del equilibrio, (están llenos de endolinfa); y el caracol o cóclea, largo tubo arrollado en espiral donde se encuentran las células receptoras de los sonidos, provistas de cilios, cada una de las cuales está adaptada para la recepción de sonidos de un tono determinado (figura nº 10). Las fibras nerviosas que salen del caracol y de los canales semicirculares se reúnen para formar el nervio acústico, que sale del sáculo por un tubo que atraviesa el hueso temporal hasta la cavidad craneana. Cómo se oye Las ondas sonoras, en realidad cambios en la presión del aire, son transmitidas a través del canal auditivo externo hacia el tímpano, en el cual se produce una vibración. Estas vibraciones se comunican al oído medio mediante la cadena de huesillos (martillo, yunque y estribo) y, a través de la ventana oval, hasta el líquido del oído interno. El movimiento de la endolinfa que se produce al vibrar la cóclea, estimula el movimiento de un grupo de proyecciones finas, similares a cabellos, denominadas células pilosas. El conjunto de células pilosas constituye el órgano de Corti. Las células pilosas transmiten señales directamente al nervio auditivo, el cual lleva la información al cerebro. El patrón de respuesta de las células pilosas a las vibraciones de la cóclea codifica la información sobre el sonido para que pueda ser interpretada por los centros auditivos del cerebro. El rango de audición, igual que el de visión, varía de unas personas a otras. El rango máximo de audición en el hombre incluye frecuencias de sonido desde 16 hasta 28.000 ciclos por segundo. El menor cambio de tono que puede ser captado por el oído varía en función del tono y del volumen. Los oídos humanos más sensibles son capaces de detectar cambios en la frecuencia de vibración (tono) que correspondan al 0,03% de la frecuencia original, en el rango comprendido entre 500 y 8.000 vibraciones por segundo. El oído es menos sensible a los cambios de frecuencia si se trata de sonidos de frecuencia o de intensidad bajas. La sensibilidad del oído a la intensidad del sonido (volumen) también varía con la frecuencia. La sensibilidad a los cambios de volumen es mayor entre los 1.000 y los 3.000 ciclos, de manera que se pueden detectar cambios de un decibelio. Esta sensibilidad es menor cuando se reducen los niveles de intensidad de sonido. Las diferencias en la sensibilidad del oído a los sonidos fuertes causan varios fenómenos importantes. Los tonos muy altos producen tonos diferentes en el oído, que no están presentes en el tono original. Es probable que estos tonos subjetivos estén producidos por imperfecciones en la función natural del oído medio. Las discordancias de la tonalidad que producen los incrementos grandes de la intensidad de sonido, es consecuencia de los tonos subjetivos que se producen en el oído. Esto ocurre, por ejemplo, cuando el control del volumen de un aparato de radio está ajustado. La intensidad de un tono puro también afecta a su entonación. Los tonos altos pueden incrementar hasta una nota de la escala musical; los tonos bajos tienden a hacerse cada vez más bajos a medida que aumenta la intensidad del sonido. Este efecto sólo se percibe en tonos puros. Puesto que la mayoría de los tonos musicales son complejos, por lo general, la audición no se ve afectada por este fenómeno de un modo apreciable. Cuando se enmascaran sonidos, la producción de armonías de tonos más bajos en el oído puede amortiguar la percepción de los tonos más altos. El enmascaramiento es lo que hace necesario elevar la propia voz para poder ser oído en lugares ruidosos. Equilibrio Los canales semicirculares y el vestíbulo están relacionados con el sentido del equilibrio. En estos canales hay pelos similares a los del órgano de Corti, y detectan los cambios de posición de la cabeza. Los tres canales semicirculares se extienden desde el vestíbulo formando ángulos más o menos rectos entre sí, lo cual permite que los órganos sensoriales registren los movimientos que la cabeza realiza en cada uno de los tres planos del espacio: arriba y abajo, hacia adelante y hacia atrás, y hacia la izquierda o hacia la derecha. Sobre las células pilosas del vestíbulo se encuentran unos cristales de carbonato de calcio, conocidos en lenguaje técnico como otolitos y en lenguaje coloquial como arenilla del oído. Cuando la cabeza está inclinada, los otolitos cambian de posición y los pelos que se encuentran debajo responden al cambio de presión. Los ojos y ciertas células sensoriales de la piel y de tejidos internos, también ayudan a mantener el equilibrio; pero cuando el laberinto del oído está dañado, o destruido, se producen problemas de equilibrio. Es posible que quien padezca una enfermedad o un problema en el oído interno no pueda mantenerse de pie con los ojos cerrados sin tambalearse o sin caerse. 7. Conclusión La coordinación y el equilibrio de los cinco sentidos permite al hombre relacionarse con el medio externo. Los ojos son órganos fotosensibles complejos que permiten el análisis minucioso de la forma de los objetos, su color y la intensidad de la luz. La facultad de enfoque del ojo disminuye con la edad. Este efecto comienza a notarse a los 45 años. La perdida de la acomodación se denomina presbicia , que se debe al endurecimiento del cristalino, que se torna mas rígido a medida que avanza la edad. La piel como órgano sensorial cuenta con innumerables terminaciones nerviosas. La percepción táctil, mas que una sensación estricta, es un aviso de que algo deforma la superficie cutánea (presión, tracción o vibración) Existe una sensibilidad profunda, cuyos receptores se localizan en el tejido subcutáneo, músculos, huesos, periostios, etc. Y que informa al cerebro de la posición relativa década parte corporal, y una sensibilidad superficial que se relaciona de manera especial con el sistema nervioso. La percepción del sonido se realiza mediante el oído órgano de muy compleja estructura que permite el registro de las oscilaciones o vibraciones del aire que se contribuyen en ondas sonoras. El olfato, incluso mas que el gusto tiene cualidades efectivas de agrado o desagrado y es mas importante en la selección del alimento. La textura de los alimentos, detectada por el sentido del tacto en la boca, y la presencia en la comida de sustancias como la pimienta que estimula las terminaciones del dolor, condicionan enormemente la sensación del gusto. La importancia del gusto radica en el hecho de que permite a una persona seleccionar el alimento según deseos y a menudo según las necesidades metabólicas de los tejidos. En cuanto a determinadas sustancias nutricias. Conclusiones individuales En este trabajo hablamos sobre los distintos sentidos que afectan a los seres humanos y la función de cada uno de ellos. El principal objetivo es informar acerca del funcionamiento de los órganos sensoriales y, a partir de eso, diferenciar sus distintos usos y las enfermedades que se ocasionan en torno a los mismos. Hasta el momento sabemos que poseemos cinco sentidos: el olfato, la vista, el gusto, el oído o audición y el tacto. Cada uno de ellos cumple una función diferente, aunque en ciertos casos, están conectados, como el olfato y el gusto. Y en nuestra profesión estaremos en mutuo contacto con nuestros pacientes por y esto hace falta relacionare un cien por cien con los mismos Por medio del tacto uno entra en mutuo contacto con el paciente por ejemplo al reabilitar una afección respiratoria, la visión ver los diferentes estudios o partes del cuerpo a tratar, la audición uno escucha los problemas del paciente y asi el mismo crea un mejor vinculo con el profesional. Javier E. Clemente Para mí dentro de los sentidos él más importante es tacto porque el profesional esta en continuo contacto con el paciente atravez de las manos, luego le sigue la visión, ya que por medio de esta podemos apreciar las diferentes leciones del paciente, incluyendo estudios, radiografías, etc. En orden continua el oído ya que mediante diferentes sonidos podemos diagnosticar traumatismos o problemas respiratorios. En nuestra profesión, tanto el gusto como el olfato no ocupan un lugar destacado ya que no intervienen directamente en él diagnostico. María Celia Clérici. Para poder realizar todas nuestras actividades en gran parte es necesario el mayor equilibrio de nuestros cinco sentidos, y la coordinación de ellos nos lleva a tener un equilibrio y una postura más o menos estable que le ayuda a orientarse en el espacio y mantener una posición relativa en la tierra. El ojo nos proporciona, información sobre la forma, color distancia, posición y movimiento de los objetos. La audición nos permite captar los sonidos e intercambiar señales de comunicación de gran precisión con las otras personas. El olfato conectado con el sistema limbico, que es encargado del animo, las emociones y la memoria, contienen un significado emocional de los olores. El gusto sin una mayor importancia juega en si un papel importante en la apreciación y selección de los alimentos. El tacto en una parte capaz de reemplazar muy aisladamente unos de nuestros sentidos; gracias a las articulaciones y los dedos, nos permite determinar el tamaño y forma de un objeto y nos ayuda a diferenciarlos. Ariel Corbalán El licenciado deberá tener la capacidad de evaluar al paciente desde el punto de vista diagnostico, funcional y preventivo, al cual aplicara un tratamiento adecuado y precoz. Este deberá reconocer a través de los sentidos; los cuales nos permiten contactarnos con los que nos rodea, las patologías psíquicas y anomalías orgánicas. El tacto nos permite reconocer las sensaciones de temperatura, presión y dolor. El profesional podrá llevar a cabo el tratamiento de este sentido a través de sus manos. El oído identifica los sonidos. Mediante los ojos podemos captar los colores, formas y tamaños de los objetos que nos rodea. En el olfato podemos determinar los diferentes olores. A través del gusto reconoce muchos sabores como dulce, salado y amargo. María Verónica Corbalán. Los sentidos son muy importantes ya que por medio de ellos podemos captar diferentes sensaciones. Refiriéndonos a nuestra carrera, que es lo que nos interesa, el sentido del tacto auditivo y visual son más importantes que los que restan. Por medio del auditivo al recibir las ondas sonoras nos comunicamos con el paciente y de esta manera sabemos como esta. El sentido táctil permite sentir las variaciones de temperatura (frío, calor) usadas muchas veces para la rehabilitación del paciente. Por último el sentido de la visión cobra importancia porque en el campo visual permite ubicar y saber trabajar correctamente con el paciente empleando el tratamiento correspondiente. Además para distinguir por medio de la bioimagén en la situación en que se encuentra. María Luciana Coero Borga Los órganos de los sentidos son el instrumento básico para la interacción del hombre con el medio externo. A través de los receptores que se encuentran depositados en el oído, boca, fosas nasales, ojo y los distribuidos en la piel, nos permiten captar estímulos que por medio del Sistema Nervioso Periférico que son conducidos y transformados en impulso nervioso hasta el cerebro donde se hace consiente. A lo largo de nuestra carrera iremos descubriendo la importancia y la necesidad de tener todos nuestros sentidos en buenas condiciones, ya que los mismos son un condicional necesario para la comunicación y trato con el paciente. La persona que acuda a nuestra ayuda en el marco profesional, a parte de una atención cordial va a pretender la eficacia y eficiencia de un tratamiento confortable, que puede ser reflejado por ejemplo en un buen masaje. A través del contacto que se establece entre la piel de la persona y las manos del profesional, éste puede transmitir seguridad y confianza creando un clima confortable para el paciente, logrando comprender lo que este necesita. María Laura Contreras Los sentidos al ser los responsables de la comunicación constante entre el medio interno y externo del hombre, son de una importancia enorme para la vida diaria. Referidos a nuestra carrera hay tres imprescindibles los cuales son vista, tacto y audición. La visión es el sentido que nos da una orientación en el espacio con respecto al entorno de trabajo, ya sea un paciente, un escritorio o una camilla. El sentido del tacto es el más importante para el desempeño de esta profesión. Es nuestra principal herramienta de trabajo ya que nos permite entrar en contacto directo con el paciente a través de las sensaciones de presión, calor, frío, etc. Por último, pero no menos importante el sentido de la audición, el cual nos brinda la comunicación con el paciente, para poder entender sus problemas y aliviarlos. Mauricio Gerardo Cordero 8. Bibliografía Anatomía y Fisiología J.A. Dos Santos Lara editorial Troquel S.A. Anatomía y Fisiología de Gary A. Thibodeau y Kevin T. Patton Editorial Harcourt Madrid Atlas del Hombre, Cuerpo, Mente, Salud Biología de Lucy F. De Vattuone Funcionamiento, coordinación y continuidad de los seres vivos. 15 edición Librería " El Ateneo " Editorial. Buenos Aires. Biología e Higiene; Lucy f. De Vattuone; 9º Edición; Editorial "El Ataneo"; Buenos Aires; 1985 Enciclopedia Atlas La Voz del Interior. Enciclopedia Microsoft Encarta 2001 Microsoft Corporaction 1993 – 2000 Histología de Junqueira Histología de Ham, David H. Cormack, Ed. Harla, 9a. Edición. Histología de Finn Geneser Editirial Medica Panamericana http//www.sedl.org/scimath/pasopartners/senses/Splesson2.html http://www.saludpublica.com/ http://www.libertysurf.es/Salud_y_Medicina/ Sistema nervioso simpático Indice 1. Introducción 2. Células del sistema nervioso 3. Sistema nervioso vegetativo o sistema nervioso autónomo 4. Funciones de la sección simpática 1. Introducción El sistema nervioso y junto con el sistema endocrino es quien desempeña las mayorías de las funciones del organismo tendiendo a mantener el equilibrio del medio interno (homeostasis). En general este sistema controla las actividades rápidas del cuerpo como contracciones musculares, m fenómenos viscerales que evolucionan rápidamente que incluso las secreciones de algunas glándulas endocrinas. Su división se realiza según: * * * La estructura La dirección del flujo de dirección El control de los efectores (ver gráfico nº 1) Según la estructura se divide en Sistema Nervioso Central Se integra por medula y encéfalo (comprendiendo únicamente solo las células que comienzan y terminan dentro de estos). Es el centro estructural y funcional de todo sistema nervioso. Allí se integran las piezas aferentes de informacion sensitivas, se evalúa la informacion y se inicia una respuesta aferente. Sistema Nervioso Periférico Esta formado por los nervios situados o región externa del sistema nervioso, estos pueden ser craneales (originados en el encéfalo) o raquídeos (espinales originados en la medula). Estos nervios cumplen función sensitivas y motoras, los nervios motores a su ves se dividen en somáticos que llevan informacion a los músculos estriados y el autónomo que lleva informacion al músculo liso, cardiaco y glándulas. Según la dirección del flujo de información Divisiones aferentes y eferentes Los tejidos del sistema nervioso central y periférico están constituidos por células nerviosas que forman vías de informacion centrípetas y vías centrifugas. Por este motivo, suele ser conveniente clasificar las vías neviosas según la dirección en que llevan la informacion. La división aferente del sistema nervioso esta formada por todas las vías centrípetas sensitivas o aferentes. La división aferente consta de todas las vías centrifugas motrices o eferentes. Lo s significados literales de los termino aferentes (que traen) y aferente (que lleva) ayudan a distinguir con mas facilidad estas dos secciones del sistema nervioso. Según el control de los efectores Es decir los órganos efectores que tiene a su cargo, esta división pertenece a las fibras motoras del sistema nervioso periférico y se realiza en: Somático: Tienen vías motoras (llevan informacion a los órganos somáticos – músculo esquelético), fibras sensitivas (que da una retro alimentación desde los efectores somáticos) y centros integradores que reciben la informacion de las vías sensitivas y generan señales motoras. Autónomo: es independiente del control voluntario aunque la mente consciente influye sobre este. Lleva información a los efectores autónomos viscerales que son los músculos lisos, cardiaco y las glándulas. Las vías eferentes del sistema autónomo pueden dividiese en simpático y parasimpático. La división simpática consta de vías que salen de las porciones medias de la medula espinal y prepara al cuerpo para resolver amenazas inmediatas al medio interno. Produce la respuesta ¨ lucha o huida. Las vías parasimpáticas salen del encéfalo o las porciones bajas de la medula espina l y coordinan las actividades normales del cuerpo en reposo. Las vías aferentes del sistema nervioso autónomo pertenecen a la división sensitiva visceral, que llevan información a los centros integradores autónomos del sistema nervioso central. 2. Células del sistema nervioso Dos tipos principales de células forman el sistema nervioso, las neuronas y la neuralgia. Las neuronas son células excitables que conducen los impulsos que hacen posible todas loas funciones del sistema nervioso. En otras palabras, forman el ¨alambrado¨ de los circuitos de informacion del sistema nervioso. Por otra parte, la neuroglia o célula neurogliales no conducen información ellas mismas, pero apoyan de diversas maneras la función de las neuronas. En las secciones siguientes se describen algunos tipos de neuronas y neuralgias. Neuroglia El numero de células de neuroglia excede cualquier calculo. Una estimación sitúa la cifra en unos impresionantes novecientos billones, ¡nueve veces él numera estimado de astros en nuestra galaxia!. A diferencia de las neuronas, las células neurogliales conservan su capacidad de divición celular durante toda la madurez. Aunque esta caracteriztica las capacita para reemplazarce asi mismas, también las hace susceptibles a anomalías en la división celular, por ejemplo, el cáncer. Casi todos los tumores benignos y malignos localizados en el sistema nervioso se originan en células neurogliales. Las células neurogliales son: Astrocitos que constituyen el tipo de neuroglia mayor y mas numeroso. Telas de astrocitos forman vainas ceñidas en torno a los capilares sanguinios del encéfalo. Estas vainas y las estrechas uniones entre las células endoteliales que forman las paredes capilares encefálicas constituyen la denominada barrera bematoencefalica (BHE). Microglia: ingieren y destruyen microbios y restos celulares Células ependimarias: forman capas finas que resten cavidades llenas de liquido encéfalo y medula espinal. Los oligodentrocitos: son menores que los astrocitos y tienen prolongaciones mantienen unidas las fibras nerviosas y producen la banda de mielina. Células de Shwann: solo se encuentran en el sistema nervioso periférico en el que constituyen el equivalente funcional de los oligodentrocitos soportando las fibras nerviosas y formando la banda de mielina a su alrededor. 3. Sistema nervioso vegetativo o sistema nervioso autónomo Denominado también sistema neurovegetativo, o nervioso autónomo, o involuntario, o visceral, o gran simpático, es aquella parte del sistema nervioso que regula las funciones vitales fundamentales que son en gran parte independientes de la conciencia y relativamente autónomas, es decir, las funciones vegetativas (aparato cardiorrespiratorio, glándulas endocrinas, musculatura lisa, aparato pilo sebáceo y sudoríparo, etc.). Embriogenesis En el curso de la quinta semana del desarrollo del embrión algunas células derivadas de la porción torácica de la cresta neural emigran a cada lado hacia la región colocada inmediatamente por detrás de la aorta. Estas células, denominadas neuroblastos simpáticos o simpatoblastos, van a constituir los dos cordones simpáticos primitivos. Algunos elementos de estos cordones emigran luego hacia el punto de reunión de las raíces dorsal y ventral de los nervios espinales, donde se forman los cordones simpáticos secundarios, de los cuales se originan las cadenas de los ganglios del simpático torácico. Los cordones simpáticos primitivos forman, por el contrario, los ganglios prevertebrales y preaórticos o periaórticos, los cuales se desplazan de su posición original para tener por detrás a los esbozos de la localización de las vísceras a las cuales deberán dar inervación. De una sucesiva prolongación hacia arriba y hacia abajo se originan, respectivamente, los cordones del simpático cervical y la porción lumbosacra, con los respectivos ganglios. Por lo que concierne al para simpático, los ganglios situados a lo largo de los nervios oculomotor, facial, glosofaríngeo y vago derivan de las células emigradas del sistema nervioso central o de neuroblastos diferenciados en los ganglios sensitivos del V, VII, y IX par de los nervios craneales. El S.N.A. está estrechamente unido con el sistema nervioso relación, con el cual tiene en común estructuras centrales y periféricas. Tiene un significado particular y una gran importancia las relaciones que éste posee con el aparato endocrino. Morfología: Para la descripción anatómica, el sistema nervioso vegetativo se subdivide en tres partes, estrechamente unidas entre sí por numerosas fibras aferentes y eferentes: * * * Diecefalocortical Mecencefalo - bulbo – espinal Perifericos Centros Neurovegetativos Superiores (diecefalocortical) Sistema Neurovegetativo Cortical En ellos se encuentra la integración más elevada de las actividades vegetativas. En zonas determinadas de la corteza cerebral, de las cuales las más importantes son la parte del lóbulo frontal, y el sistema límbico. La primera regula las funciones vegetativas (vasomotoras, sudorales, etc.) que acompañan a la actividad motora de los músculos esqueléticos y toma parte incluso en los procesos de integración recíproca entre actividad vegetativa y psíquica. En el sistema límbico tiene lugar una integración entre el estado emocional y las determinadas funciones vegetativas (motilidad gástrica, emisión de orina y heces, constancia en la presión arterial, etc.). Sistema Neurovegetativo Diencefálico En el diencéfalo se encuentran numerosos núcleos hipotalámicos, en relación con determinadas funciones metabólicas con el sistema endocrino, y con algunas manifestaciones fundamentales de la vida, como el sueño, la vigilia, el hambre y la sed. Centros neurovegetativos intermedio mecencefalo-bulbo-espinal y periféricos Comprende tanto centros nerviosos vegetativos situados en el eje cerebroespinal como fibras nerviosas aferentes y eferentes en relación con ellos. Ente ambos sistemas, simpático y parasimpático las fibras eferentes son sustancialmente de dos tipos: preganglionares, que se originan a nivel de la sustancia gris del tronco cerebral o de la médula y terminan en un ganglio, y postganglionares, que se originan de las neuronas ganglionares en contacto sináptico con las primeras y alcanzan al órgano efector. Ya que la distribución anatómica de los ganglios periféricos es notablemente diferente en los dos sistemas, las fibras pre y postganglionares simpáticas y respectivamente parasimpáticas, tienen diferentes longitudes. Los ganglios parasimpáticos están, de hecho, situados en las cercanías del órgano efector o, por añadidura, en el espesor de la pared de este último: las fibras parasimpáticas preganglionares son, por lo tanto, mucho más largas y las postganglionares mucho más cortas. Los ganglios simpáticos, por el contrario, constituyen una doble cadena (cadena del simpático) que se extiende en posición laterovertebral, desde la base del cráneo hasta el cóccix: las fibras preganglionares tienen, pues, un curso muy corto y las postganglionares muy largo. Sistema Nervioso Simpático Anatomía fisiológica del sistema nervioso simpático La figura 3 muestra la organización general de las porciones periféricas del sistema nervioso simpático, que incluye una de las dos cadenas de ganglios simpáticos paravertebrales situados a ambos lados de la columna vertebral, dos ganglios prevertebrales (el ganglio celíaco y el hipogástrico), y los nervios que se extienden desde los ganglios a los diferentes órganos internos. Los nervios simpáticos se originan en la medula espinal entre los segmentos D1 y L2, y desde allí se dirigen primero a la cadena simpática, y luego a los tejidos y órganos que son estimulados por los nervios simpáticos. Sistema Ortosimpático El sistema simpático u ortosimpático está compuesto, en los dos lados del cuerpo, por una cadena de ganglios, ganglios simpáticos vertebrales, reunidos entre sí por cordones longitudinales intermedios de fibras nerviosas, formando dos troncos (cadena del simpático) que tienen su curso desde la base del cráneo hasta el cóccix, disponiéndose antero – lateralmente respecto a la columna vertebral. Los ganglios vertebrales, con relación a su localización, se distinguen en cervicales, torácicos, lumbares, sacros y coccígeos. Para cada lado, los ganglios cervicales son tres (de los cuales el superior es mucho más grueso), los torácicos once, los lumbares cinco y los sacros cuatro. Sus dimensiones varían, oscilando, por lo general, alrededor de un cm de diámetro; tienen aspecto fusiforme u ovoidal; son consistentes y aparecen de un color gris rosáceo. También los cordones intermedios que unen los ganglios vertebrales entre sí, tienen un color gris rosáceo, siendo, por lo demás, simples, a veces dobles, y estando constituidos principalmente por fibras nerviosas amielínicas. Todos los ganglios vertebrales están en conexión con los nervios espinales mediante las ramas comunicantes, que se originan del tronco del nervio espinal apenas constituido o de la rama anterior del mismo. Las ramas comunicantes con los nervios torácicos y con los primeros dos o tres nervios lumbares dan como resultado una rama comunicante blanca, formada esencialmente por fibras mielínicas, y una rama comunicante gris, formada preferentemente por fibras amielínicas; las cervicales, las últimas dos o tres lumbares y los nervios sacro y coccígeo poseen ramas comunicantes grises solamente. De los troncos del simpático se originan las ramas periféricas, constituidas preferentemente por fibras amielínicas, la mayor parte de las cuales siguen el curso de los vasos arteriales. Antes de distribuirse por los órganos, muchas ramas se ponen en relación con los ganglios situados por delante de la aorta torácica y abdominal (ganglios preaórticos o prevertebrales) y luego, en su curso último, se disponen en forma de plexo alrededor de los vasos arteriales terminales, siguiéndolos en su distribución entre los órganos. A lo largo de estos plexos se encuentran ganglios periféricos y terminales, que a veces, especialmente en la cercanía de los órganos, pueden estar representados sólo por células aisladas (metasimpáticos). Las ramas periféricas del simpático contienen fibras eferentes y aferentes: Las fibras eferentes preganglionares se originan de las células de pequeñas dimensiones y de aspecto estrellado que se sitúa en la sustancia gris del asta lateral de la médula espinal en el tramo comprendido entre el primer segmento torácico y el segundo o tercer segmento lumbar (células radiculares viscerales). Los abones de estas células (fibras preganglionares mielínicas) salen de la médula con las fibras somatomotoras, es decir, con las raíces anteriores de los relativos nervios periféricos torácicos y lumbares, pasando al respectivo ramo comunicante blanco y alcanzando el tronco del simpático, y terminan en un ganglio vertebral, que puede ser aquel del nivel correspondiente, o superior (hasta el ganglio cervical), o inferior (hasta el ganglio coccígeo); a la vez, atravesando el tronco del simpático, o recorriendo en un ramo periférico que emana del tronco, se sitúan más lejos, hasta llegar a un ganglio prevertebral o peraórtico o a un ganglio todavía más distal. En este caso la rama periférica que él contiene debe ser considerada como la continuación de la rama comunicante, alargándose considerablemente: los nervios esplácnicos son el ejemplo más significativo. Las fibras preganglionares llegan al ganglio simpático, arborizándose alrededor de las células, originándose de estas arborizaciones las fibras postganglionares, generalmente amielínicas, destinadas a los órganos periféricos. Algunas de estas fibras, a través del ramo comunicante gris, pasan a los nervios espinales y se distribuyen a la musculatura lisa, a las glándulas de la piel y a los vasos de los miembros, de la pared del dorso, de las meninges y del raques; las otras, que pueden nacer también de ganglios más periféricos, siguen el curso de los vasos sanguíneos, inervando las vísceras del tórax y del abdomen y diferentes estructuras de la cabeza. Reciben fibras de los nervios periféricos del simpático al ojo, los vasos y las glándulas endocrinas, el corazón, los pulmones, el aparato digestivo y las glándulas anexas y el aparato urogenital. Las fibras aferentes o sensitivas se originan de una célula en T situada en los ganglios espinales, no diferenciable histológicamente de las neuronas sensitivas de los nervios cerebroespinales. La prolongación periférica de esta célula se inicia en una terminación nerviosa situada periféricamente o en los músculos lisos, o en las paredes de los vasos, o en un órgano periférico del sentido, y corre por los troncos nerviosos junto con las fibras eferentes y las fibras somáticas. Las prolongaciones del cuerpo y de los miembros llegan a la médula, pasando directamente al nervio correspondiente raíz posterior. Los que, por el contrario, derivan de los órganos viscerales torácicos y abdominales y de las paredes de los vasos recorren en las ramas periféricas del simpático, alcanzando un ganglio de la cadena y de allí, pasan a la raíz posterior del nervio espinal. Las prolongaciones próximas de la célula en T penetran en la médula de la raíz posterior, poniéndose en relación, directamente o mediante neuronas asociativas, con las células de origen de las fibras preganglionares, e integran así los arcos reflejos del sistema autónomo y de los centros vegetativos superior, Diencefálico y cortical. Las dos cadenas del simpático, compuestas, por los ganglios vertebrales y por los cordones intermedios que les unen, están extendidas en toda la longitud de la columna vertebral, desde la base del cráneo hasta el cóccix, de manera continua. Las dividiremos en cuatro segmentos: cervical – torácico – lumbar – pélvico: Simpático Cervical Esta formación nerviosa se apoya sobre la aponeurosis prevertebral, que la separa de los músculos largos del cuello y largo de la cabeza, por delante de las apófisis transversas de las vértebras cervicales. En su curso descendente se encuentra colocada por detrás e internamente al fascículo vasculonervioso del cuello, más exactamente por detrás de la vena yugular interna: cerca de la apertura superior del tórax se desplaza lateralmente y cruza la cara posterior de la arteria subclavia, en las cercanías del origen de la arteria vertebral. Las neuronas preganglionares están en el segmento torácico y cervical de la médula, de donde las fibras preganglionares salen por la vía de los ramos comunicantes blancos torácicos, para unirse con las neuronas postganglionares de los ganglios cervicales; de hecho, estos últimos están unidos a los nervios espinales por ramos comunicantes grises, que no contienen fibras preganglionares, sino blancas. A lo largo del tronco simpático cervical se intercalan tres ganglios, en parte fusionados entre sí: cervical superior, cervical medio y cervical inferior. El ganglio cervical superior, que es el más voluminoso, se encuentra a la altura de la apófisis transversa de la II y III vértebras cervicales y está en relación con el fascículo neurovascular del cuello y con los nervios glosofaríngeo, hipogloso y vago, con los cuales también tiene anastomosis. Recibe fibras preganglionares de los primeros cuatro nervios torácicos. De las fibras postganglionares algunas pasan a través de los ramos comunes grises y alcanzan los primeros tres o cuatro nervios cervicales para inervar los vasos, folículos pilíferos y glándulas sudoríparas de las regiones correspondientes; otras se unen con los ganglios situados en las cercanías; otras, por último, van a constituir las ramas periféricas. De éstas, algunas revisten particular importancia: El nervio carotídeo interno, que se desplaza de la extremidad superior y se coloca por arriba con la arteria carótida interna, alrededor de la cual forma primero, a la altura del canal carotídeo, el plexo pericarotídeo (del cual derivan los nervios carotidotimpánicos), y, a la altura del seno cavernoso, el plexo cavernoso. Este último da lugar a otros plexos alrededor de las ramas que salen de la carótida interna, como el plexo oftálmico y los plexos de la arteria cerebral anterior y media; se une además, mediante el nervio petroso profundo, con el ganglio esfenopalatino; da ramas que, a través del ganglio ciliar, se distribuyen en el iris, y otras para los músculos del ojo, hipófisis y meninges. El nervio cardíaco superior Las ramas vasculares viscerales que van a constituir los plexos carotídeos común, carotídeo externo, tiroideo superior, submaxilar, faringe, laringe, etc. El ganglio cervical medio, situado a la altura de la V – VI vértebras cervicales, es el más pequeño e inconstante; da fibras a través de los ramos comunicantes grises al V y a veces también al IV y al VI nervios cervicales, ramas para las arterias tiroideas y da origen al nervio cardíaco medio. El ganglio cervical inferior, situado a la altura de la primera costilla, a veces se fusiona con el primer ganglio torácico, constituyendo el ganglio estrellado o cervicotorácico. Está unido, a través de los ramos comunicantes grises, con los últimos nervios cervicales y con el primer torácico; da ramas vasculares que forman los plexos subclavio, tiroideo inferior, mamario interno y vértebra; de él se origina el nervio cardíaco inferior. Simpático Torácico En la región torácica el tronco simpático desciende verticalmente sobre cada lado de la columna vertebral, por delante de las articulaciones costovertebrales; pasa delante, cruzando los vasos y nervios intercostales y está cubierto por la pleura parietal. El de la derecha recorre desde la IV hasta la X vértebras, por detrás de la vena ácigos, y el de la izquierda, en la parte más alta, corre por detrás del arco y la porción descendente de la aorta; atraviesa el diafragma por una fisura colocada entre el pilar anterior y el intermedio, alcanzando así la cavidad abdominal. Por lo general, los ganglios torácicos son doce, pero suelen, de hecho, ser once, ya que el primero está unido al último cervical, formando el ganglio estrellado. Tienen una disposición aproximadamente segmentaria y, en general, son de pequeño volumen. Cada ganglio torácico está unido con el respectivo nervio espinal torácico por medio de los ramos comunicantes blancos (a través de los cuales pasan las fibras preganglionares y las fibras aferentes viscerales) y por los ramos comunicantes grises (a través de los cuales pasan las fibras preganglionares y las fibras aferentes viscerales) y por los ramos comunicantes grises (a través de los cuales pasan las fibras postganglionares, que alcanzan así las raíces posteriores). De las ramas periféricas que parten de los ganglios, algunas se distribuyen a lo largo de las arterias intercostales; la mayor parte, por el contrario, tiene una distribución diferente, según que deriven de los ganglios superiores o de los inferiores. Las superiores provienen de los primeros cinco o seis ganglios torácicos, permaneciendo en la cavidad torácica, constituyendo los plexos pulmonares, aorticotorácico y esofágico. Los inferiores, formados todos ellos por fibras preganglionares, no paran en los ganglios vertebrales, constituyendo los nervios esplácnicos. El nervio esplácnico mayor se forma a la altura de la XI vértebra torácica, por la unión de las ramas que se desplazan del VI al IX – X ganglios torácicos; atraviesa el diafragma, en general junto al interior del nervio esplácnico menor, entre el pilar anterior y el intermedio, y tiene su curso en el abdomen, cubierto por el peritoneo, entre la aorta, en su lado interno, y la suprarrenal, en su lado externo. A la derecha, tiene por delante, y lateralmente, la vena cava inferior; llega al correspondiente ganglio celíaco a nivel de la arteria celíaca. Las ramas que provienen del 10 – 12º ganglios torácicos se unen en las proximidades del diafragma, constituyendo el nervio esplácnico menor (que se abre en dos ramas, el esplácnico mínimo), y que da ramas superiores al ganglio celíaco y ramas inferiores al plexo renal. Simpático Lumbar La parte lumbar del tronco simpático corre sobre la superficie anterolateral simpático corre sobre la superficie anterolateral de la columna lumbar, medialmente en los orígenes del músculo psoas mayor; a la derecha está la vena cava inferior, que lo recubre durante toda su extensión; a la izquierda está la aorta, que lo recubre parcialmente. Esta sección contiene, en general, cinco ganglios, a veces cuatro, unidos entre sí por cordones intermedios y con los nervios espinales mediante los ramos comunicantes. De ellos se originan fibras nerviosas que se ramifican a lo largo de las arterias lumbares y ramas directas que van al plexo celíaco y al plexo aorticoabdominal. El Plexo Celíaco o Solar es un plexo de gran importancia, dependiente principalmente de la parte torácica y lumbar del simpático y del vago. Es un plexo impar, situado en la parte profunda de la región epigástrica, por delante de la aorta abdominal y de los pilares del diafragma, y por encima del páncreas, bajo la bolsa del omento, alrededor del origen de la arteria celíaca y de la arteria mesentérica superior. En su parte superior, a través del orificio aórtico del diafragma, se continúa con el plexo aorticotorácico; en su parte inferior se extiende hasta las glándulas suprarrenales y hasta el origen de las arterias renales. Está formado por algunos ganglios y por un fino entrecruzado de fibras aferentes y eferentes. Las ramas aferentes están formadas a su vez por nervios esplácnicos, por fibras del simpático lumbar, por ramas celíacas del vago derecho y ramas musculares que provienen de los nervios frénicos. Las ramas eferentes se ramifican en diferentes direcciones y participan en la formación del plexo celíaco y de los plexos secundarios. Los ganglios principales del plexo celíaco, ganglios celíacos, son, por lo general, dos, del volumen de una habichuela, situados sobre cada lado de la aorta abdominal, sobre los pilares del diafragma, por encima del páncreas e internamente de las suprarrenales. Por su forma han sido denominados también ganglios semilunares. El de la derecha recibe en su extremo lateral al nervio esplácnico mayor y en su extremo interno las ramas celíacas del nervio vago; estos nervios se unen entre sí con el intermedio del ganglio, formando el asa memorable de Wrisberg. El de la izquierda, unido al de la derecha por ramas que se entrecruzan alrededor del origen de la arteria celíaca, recibe ramas del esplácnico mayor, del esplácnico menor y del frénico, sin por ello entrar en conexión en correspondencia con el vago. Junto a estos dos ganglios principales, unidos a ellos y entre ellos, se encuentran los dos ganglios aórtico renales, a nivel del origen de la arteria renal, y los dos ganglios mesentéricos superiores, en las proximidades del origen de la arteria mesentérica superior. Del plexo celíaco se originan los plexos secundarios, a veces provistos de pequeños ganglios, que siguen, por lo general, las arterias y que se pueden distinguir en plexos pares (frénico, suprarrenal, renal, espermático o útero-ovárico en la mujer) y plexos impares (esplénico o lineal, hepático, gástrico superior, mesentérico superior, aórtico abdominal, hipogástrico, pancreático e iliaco). El plexo aorticoabdominal representa la continuación inferior del plexo celíaco y se extiende por delante de la aorta hasta su bifurcación. Está constituido esencialmente por dos cordones, uno por cada lado, unidos por filamentos transversales. Da varias ramas, entre las cuales las más importantes son aquellas que forman el plexo mesentérico inferior. Simpático Pélvico La parte pélvica del simpático, que continúa la parte lumbar, corre sobre la cara anterior del sacro, internamente a los orificios sacros, por detrás y lateralmente al recto. A la altura de la I vértebra coccígea las dos cadenas se unen mediante una simple asa o con la interposición de un pequeño ganglio mediano, el ganglio coccígeo. Los ganglios pélvicos o sacros son generalmente cuatro; de ellos parten ramas médiales anteriores que siguen el curso de las arterias y entran principalmente en la formación de los dos plexos pélvicos, situados medialmente a la arteria hipogástrica, a los lados del recto y de la vejiga. El plexo pélvico es el más conspicuo de los plexos que da el simpático y tiene una gran analogía con el plexo celíaco, y con éste recibe fibras parasimpáticas, exactamente del parasimpático sacro. De los plexos pélvicos salen numerosos plexos secundarios: hemorroidal medio, vesical, deferencial, prostático, cavernoso del pene, útero-vaginal y cavernoso del clítoris. Neurotransmisores y receptores autónomos Los terminales axónicos de las neuronas autónomas liberan uno de los siguientes neurotransmisores: noradrenalina o acetilcolina. Los axones que liberan acetilcolina se llaman fibras colinérgicas. Fibras autónomas colinérgicas son los axones de neuronas preganglionares simpáticas y de neuronas pre y postganglionares parasimpáticas. Ello deja a los axones de las neuronas posganglionales simpáticas como las únicas fibras autonómicas adrenérgicas. Los axones simpáticos posganglionares de las glándulas sudoríparas y de algunos vasos sanguíneos son fibras colinérgicas. Noradrenalina y sus receptores La noradrenalina actúa sobre los efectores viscerales, fijándose primero a los receptores adrenérgicos de sus membranas plasmáticas. Los receptores adrenérgicos son de dos tipos principales, receptores alfa y receptores beta. Los diferentes subtipos de receptores alfa y beta, como alfa 1 y alfa 2 o beta 1 y beta 2, se encuentran en las células que poseen receptores adrenérgicos. La fijación de noradrenalina a los receptores alfa del músculo liso de los vasos sanguíneos tiene un efecto estimulante del músculo que hace contraerse a los vasos. La fijación de noradrenalina a los receptores beta del músculo liso produce efectos opuestos, inhibe el músculo, haciendo que se dilate el vaso. No obstante la fijación de noradrenalina a los receptores beta del músculo cardiaco tiene un efecto estimulante que se traduce en un latido cardiaco mas fuerte. La adrenalina liberada por las células simpáticas posganglionares de la medula suprarrenal también estimula los receptores adrenérgicos, incrementando y prolongando los efectos de la estimulación simpática. Como la adrenalina tiene mayor efecto sobre los receptores beta que la noradrenalina, los efectores con una proporción grande de receptores beta es más sensibles a la adrenalina. Todos estos datos señalan un importante principio sobre regulación nerviosa: el efecto de un neurotransmisor sobre una célula postsináptica esta determinado por la característica del receptor y no las del neurotransmisor. Las acciones de la adrenalina y la noradrenalina finalizan de dos maneras. La mayoría de las moléculas del neurotransmisor son captadas de nuevo por los botones sinápticos de las neuronas posgaglinares en donde son degradadas por enzima monoaminooxidasa (mao). Las restantes moléculas de neurotransmisor acaban por ser degradadas por otra enzima, la catecol - O – metil transferasa (COMT). Ambos mecanismos son muy lentos en comparación con la rápida desactivación de la acetilcolina por la acetilcolinesterasa. Este hecho explica por que los efectos adrenérgicos suelen persistir algún tiempo despues de que cese la estimulación Acetilcolina y sus receptores La acetilcolina se fija a receptores colinérgicos. Hay dos tipos principales de receptores colinérgicos: receptores nicotínicos (N) y receptores muscarinicos (M) (ver figura nº4). Los receptores nicotínicos deben su nombre al hecho de que se descubrieron cuando se demostró que la nicotina lo fijaba. Los receptores muscarinicos se denominan asi porque su descubrimiento se produjo cuando se demostró que la muscarina los fijaba. Como los receptores adrenérgicos los receptores colinérgicos presentan subtipos como nicotinico-1 y nicotinico-2 o muscarenico-1, muscarenico-2 y muscarenico-3. En los ganglios de las dos secciones autónomas como la acetilcolina se fija a los receptores nicotínicos de las membranas de las células posganglionares. La acetilcolina, liberada por todas las células parasimpáticas posganglionares y por las escasas células simpáticas posganglionares que son colinérgicas se fija a los receptores muscarinicos de las membranas de las células efectoras. Como se a mencionado anteriormente la acetilcolina cesa rápidamente al ser hidrolizada por la enzima acetilcolinesterasa. La figura nº 4 muestra la compleja manera en que pueden funcionar los neurotransmisores y los receptores en una sinapsis con una célula efectora autónoma con doble inervación. La noradrenalina liberada de una fibra adrenérgica simpática se una a receptores alfa (o beta) de la célula efectora originando efectos adrenérgicos (simpáticos). Como muestra la figura, la noradrenalina también puede unirse a receptores alfa en la membrana presináptica de una fibra colinérgica (parasimpática) cercana, inhibiendo la liberación de su neurotransmisor antagonista, la acetilcolina. Además la acetilcolina liberada de fibras colinérgicas puede uniese en las membranas presinápticas de fibras adrenérgicas próximas e inhibir, por tanto la liberación del antagonista de la acetilcolina, la noradrenalina. Debido a este complejo funcionamiento, la célula efectora puede controlarse con gran precisión equilibrando de diferentes maneras los efectos de la estimulación simpática y parasimpática. 4. Funciones de la sección simpática En condiciones normales de reposo el simpático puede mantener el normal funcionamiento de los efectores autónomos doblemente inervados. Lo hace oponiéndose a los efectos de los impulsos parasimpáticos a estas estructuras. Por ejemplo, contra restando los impulsos parasimpáticos que tienden a retardar el corazón y debilitar su latido, los impulsos simpáticos funcionan para mantener la frecuencia y la fuerza normales del latido cardiaco. La sección simpática también suele ejercer otra función importante. Dado que solo las fibras simpáticas inervan el músculo liso de las paredes de los vasos sanguíneos, los impulsos simpáticos mantienen el tono normal de este músculo. Haciéndolo, el sistema simpático desempeña un papel crucial en el mantenimiento de la presión arterial en las condiciones normales. Si embargo, la principal función de la sección simpática es que sirve como sistema de ¨urgencia¨ . Cuando nos damos cuenta de que la homeostasis del cuerpo esta amenazada, es decir, cuando estamos bajo estrés físico o psicológico, aumentan significativamente las señales que salen del simpático. En realidad uno de los primerísimos pasos del complejo mecanismo de defensa del cuerpo contra el estrés es un repentino y marcado aumento de la actividad simpática, ello produce un grupo de respuestas que parten todas al mismo tiempo y que juntas colocan al cuerpo en disposición de gastar un máximo de energía para afrontar el máximo de ejercicio muscular necesario para resolver la amenaza percibida, por ejemplo, corriendo o luchando. Walter b. Cannon acuño la descriptiva y ahora famosa definición, la reacción de lucha o huida para denominar este grupo de respuestas simpáticas. En la siguiente tabla encontrara muchas de las reacciones fisiológicas de lucha o huida. Algunos de los cambios importantes de máximo gasto de energía por parte de los músculos esqueléticos consiste en latidos cardiacos más rápidos y fuertes, vasos sanguíneos dilatados en los músculos esqueléticos, bronquios dilatados y aumente de glucemia por estimulación de la glucogenolisis (conversión del glucógeno en glucosa). Los impulsos simpáticos a la medula de cada glándula suprarrenal también estimulan le secreción de adrenalina y de alguna noradrenalina. Estas hormonas refuerzan y prolongan los efectos de la noradrenalina liberada por las fibras simpáticas posganglionales. La reacción de lucha o huida es una respuesta normal en tiempos de estrés. Sin estas respuestas no podríamos defendernos o escapar de algo que amenace nuestro bienestar. No obstante, la exposición crónica al estrés puede ocasionar la disfunción de los efectores simpáticos, y tal vez incluso la disfunción del mismo sistema nervioso autónomo. El diagrama resume el esquema que utiliza la mayoría de los biólogos para estudiar el sistema nervioso. Tanto el sistema nervioso somático (SNS) como el autónomo (SNA) incluye componentes del SNC y del SNP. Las vías sensitivas somáticas conducen la información hacia los centros integradores presentes en el SNC y las vías motoras somáticas lo hacen hacia los efectores somáticos. En el SNA las vías sensitivas viscerales conducen la información hacia los centros integradores del SNC, en tanto que las vías simpáticas y parasimpáticas la llevan hacia los efectores autónomo. Figura nº 4 Funciones de los neurotransmisores y los receptores autónomos. A. La noradrenalina liberada por las fibras adrenégicas s une a receptores adrenégicas alfa o beta, según el modelo de cerradura y llave, para originar efectos reguladores en la célula postsináptica. B. La acetilcolina liberada por las fibras colinérgicas se une de forma similar a receptores colinérgicos, muscarinicos o nicotínicos, para generar efectos reguladores postsínapticos. C. La compleja manera en que los neurotransmisores y los receptores regulan doblemente las células efectoras inervadas muestra que se puede producir una sumación de lo efectos sobre los receptores presinápticos y postsinápticos. Por ejemplo, la noradrenalina liberada por una fibra adrenergica puede unirse a receptores postsinápticos alfa (o beta) para influir en la célula efectora y también puede unirse a receptores presinápticos alfa de una fibra colinérgica para inhibir la liberación de acetilcolina, un posible antagonista de la noradrenalina. Resumen de la reacción simpática de lucha o huida Repuesta Función de la producción del uso de energía por los músculos esqueléticos Aumento de la frecuencia cardiaca Aumento de la velocidad de la corriente sanguínea que incrementa a oferta de Oxigeno y glucosa a los músculos Aumento de fuerza de la contracción muscular del músculo cardiaco Aumento de velocidad de la corriente sanguínea que incrementa la oferta de oxigeno y glucosa a los músculos Dilatación de los vasos coronarios del corazón Aumento de la oferta de oxigeno y nutrientes a los músculos cardiacos para mantener el aumento de frecuencia y de fuerza de las contracciones cardiacas Dilatación de los vasos sanguíneos de los músculos esqueléticos Aumento de la oferta de oxigeno y nutrientes a los músculos esqueléticos Contricción de los vasos sanguíneos de los órganos digestivos y otros Derivación de sangre a los músculos esqueléticos para aumentar la oferta de oxigeno y glucógeno Contracción del baso y otros depósitos de sangre Mas sangre vertida en la circulación general causando au mento de la oferta de oxigeno y glucosa a los músculos esqueléticos Dilatación de vías respiratorias Aumento de la carga de oxigeno de la sangre Aumento de frecuencia y profundidad de la respiración Aumento de la carga de oxigeno de la sangre Aumento de la sudoración Aumento de la disipación del calor generado por la actividad del músculo esquelético Aumento de la conversión del glucógeno en glucosa Aumento de la cantidad de glucosa disponible en el músculo esquelético Los Sentidos Indice 1. Introducción 2. Receptores Sensoriales 3. El oído 4. El Tacto 5. El Olfato 6. El Gusto 7. Conclusiones 1. Introducción En el siguiente trabajo hablaremos sobre los distintos sentidos que afectan a los seres humanos y otros animales, y la función de cada uno de ellos. El principal objetivo es informar acerca del funcionamiento de los órganos sensoriales y, a partir de eso, diferenciar sus diferentes usos y las enfermedades que se ocasionan en torno a los mismos. Hasta el momento sabemos que poseemos cinco sentidos: el olfato, la vista, el gusto, el oído o audición y el tacto. Cada uno de ellos cumple una función diferente, aunque en ciertos casos, están conectados, como el olfato y el gusto. El tacto nos permite sentir la textura de las cosas, si están fríos o calientes; el olfato nos permite percibir el aroma, y el gusto el sabor de las comidas. La vista nos deja ver todo lo que nos rodea y el oído, captar ondas sonoras para que podamos escucharlas. Esto es lo que ampliaremos a continuación. 2. Receptores Sensoriales Los receptores sensoriales son células especializadas en la captación de estímulos, que representan la vía de entrada de la información en el sistema nervioso de un organismo. Los receptores pueden ser neuronas algo modificadas, las cuales reciben el nombre de células sensoriales primarias; o células no nerviosas, células sensoriales secundarias, quienes se ponen en contacto química o eléctricamente con las neuronas. Estas células sensoriales secundarias se concentran, frecuentemente, en estructuras denominadas órganos sensoriales. Los órganos sensoriales, en los seres humanos y otros animales, son los órganos especializados para recibir estímulos del exterior y transmitir el impulso a través de las vías nerviosas hasta el sistema nervioso central donde se procesa y se genera una respuesta. Los cinco sentidos son el oído, la vista, el olfato, el gusto y el tacto, aunque los científicos contabilizan mas de 15 sentidos adicionales, debido a que las sensaciones generales de las necesidades del organismo, como la sed, el hambre, la fatiga y el dolor, también se consideran sentidos. Según el tipo de estimulo que reciben, los receptores se pueden clasificar en: Quimiorreceptores: se excitan al ponerse en contacto con sustancias químicas por aire o agua, y se encuentran en los sentidos del gusto y del olfato. También se encuentran en los senos carotídeos y aórticos, quienes captan los cambios de PH en la sangre. Mecanorreceptores: reciben la información de tipo mecánico, es decir, responden al contacto, a las diferencias de presión, a la fuerza de gravedad, etc. Existen mecanorreceptores especializados, por ejemplo, los estatorreceptores informan sobre la posición del equilibrio, y los fonorreceptores perciben las ondas sonoras. Termorreceptores: se especializan en procesar la información sobre los cambios de temperatura, algunos perciben el frío y otros el calor. Fotorreceptores: perciben los fotones (cuantos de luz) y transforman la energía electromagnética en impulsos nerviosos. Tienden a concentrarse en órganos más o menos complejos: los ojos simples (hombre) o los compuestos (artrópodos) La visión La visión es una facultad por la cual a través del ojo, órgano visual, se percibe el mundo exterior. Muchos organismos simples tienen receptores luminosos capaces de reaccionar ante determinados movimientos y sombras, pero la verdadera visión se compone por la formación de imágenes en el cerebro. Los fotorreceptores son las células nerviosas que captan los fotones y se denominan conos o bastones. En el hombre, ellos se encuentran en la retina, y a través de ellos se puede obtener la información acerca del volumen, tamaño, la forma, el color y el movimiento de los objetos. En primer lugar, las ondas luminosas inciden sobre la retina del ojo, pero si estas ondas son superiores o inferiores a determinados límites no producen impresión visual. El color depende, en parte, de la longitud o longitudes de onda de las ondas luminosas incidentes, que pueden ser simples o compuestas, y en parte del estado del propio ojo, como ocurre en el daltonismo, que quienes lo padecen invierten los colores cuando la imagen se forma en el cerebro. La luminosidad aparente de un objeto depende de la amplitud de las ondas luminosas que pasan de él al ojo. Dentro de los principios ópticos normales, un punto por encima de la línea directa de visión queda un punto por debajo del centro de la retina y viceversa, es decir si la retina fuera observada por otra persona, el observador vería que la imagen del objeto formada en ella es una imagen invertida (está al revés). Cualquier incremento en la magnitud de la imagen retiniana suele estar asociado con la proximidad del objeto, aunque ciertas veces la mente asigna a cierto objeto una talla determinada o conocida. El ojo En su conjunto es llamado globo ocular y es una estructura esférica de aproximadamente 2,5 cm de diámetro con una marcado abombamiento o curvatura sobre su superficie delantera. La parte exterior, o la cubierta, se compone de tres capas de tejido: * La esclerótica, es la más externa y tiene una función protectora, cubre unos cinco sextos de la superficie ocular y se prolonga en la parte anterior con la córnea transparente. * La capa media o úvea tiene a su vez tres partes diferenciadas: la coroides —muy vascularizada, reviste las tres quintas partes posteriores del globo ocular— continúa con el cuerpo ciliar, formado por los procesos ciliares, y a continuación el iris, que se extiende por la parte frontal del ojo. * La capa más interna es la retina, sensible a la luz. Es una capa compleja compuesta por conos y bastones que se encuentran en su superficie exterior detrás de una capa de tejido pigmentado. Según nos alejamos del área sensible, las células con forma de cono se vuelven más escasas y en los bordes exteriores de la retina sólo existen las células con forma de bastones. La retina tiene una pequeña mancha de color amarillo, llamada mácula lútea; en su centro se encuentra la fóvea central, la zona del ojo con mayor agudeza visual. El nervio óptico entra en el globo ocular por debajo y algo inclinado hacia el lado interno de la fóvea central, originando en la retina una pequeña mancha redondeada llamada disco óptico. Esta estructura forma el punto ciego del ojo, ya que carece de células sensibles a la luz. La córnea es una membrana resistente, que posee el ojo y está compuesta por cinco capas, a través de la cual la luz penetra en el interior del ojo. Por detrás, hay una cámara llena de un fluido claro y húmedo, llamado humor acuoso, que separa la córnea de la lente del cristalino (esta lente es una esfera aplanada constituida por un gran número de fibras transparentes dispuestas en capas y está conectada con el músculo ciliar, que tiene forma de anillo y la rodea mediante unos ligamentos). El iris es una estructura pigmentada suspendida entre la córnea y el cristalino y tiene una abertura circular en el centro, la pupila. El tamaño de la pupila depende de un músculo que rodea sus bordes, aumentando o disminuyendo cuando se contrae o se relaja, controlando la cantidad de luz que entra en el ojo. Por detrás de la lente, el cuerpo principal del ojo está lleno de una sustancia transparente y gelatinosa, el humor vítreo, encerrado en un saco delgado que recibe el nombre de membrana hialoidea. La presión del humor vítreo mantiene distendido el globo ocular. Visión estereoscópica Los seres humanos y otros animales son capaces de enfocar los dos ojos sobre un objeto, lo que permite una visión estereoscópica, fundamental para percibir la profundidad. Este proceso consiste en la muestra una imagen desde dos ángulos ligeramente diferentes, que los ojos funden en una imagen tridimensional única. Defectos de la visión El trastorno más común de la visión está provocado por cristales u otros cuerpos opacos pequeños presentes en los humores del ojo los cuales no suelen ser mas que una molestia pasajera. Mucho más serias son las opacidades denominadas cataratas, que se desarrollan en las lentes oculares como consecuencia de lesión mecánica, edad avanzada o dietas carenciales. La opacidad de la córnea también provoca una pérdida de transparencia; el trasplante de una parte de la córnea sana procedente de otra persona puede solucionar este problema. Deficiencias de la visión: la hemeralopía está causada por una incipiente opacidad en uno o más de los tejidos oculares. La nictalopía se debe a una deficiencia de rodopsina en la retina originada por una falta de vitamina A. La ceguera para los colores se atribuye a un defecto congénito de la retina o de otras partes nerviosas del tracto óptico. La ambliopía es una deficiencia en la visión sin daño estructural aparente, que puede deberse a un exceso del consumo de drogas, tabaco, alcohol, estar asociada con la histeria o con la uremia, o a la falta de uso de un ojo, en ocasiones como consecuencia de un defecto visual grave en él. Deformaciones: la miopía y la hipermetropía están causadas por una falta de simetría en la forma del globo ocular, o por defecto, por la incapacidad de los músculos oculares para cambiar la forma de las lentes y enfocar de forma adecuada la imagen en la retina. La miopía puede corregirse con el empleo de lentes bicóncavas y la hipermetropía requiere lentes convexas. La presbicia se debe a la pérdida de elasticidad de los tejidos oculares con la edad; suele empezar a partir de los 45 años, y es similar a la hipermetropía. Todas estas alteraciones se corrigen con facilidad con el uso de lentes adecuadas. El astigmatismo resulta de la deformación de la córnea o de la alteración de la curvatura de la lente ocular, con una curvatura mayor a lo largo de un meridiano que del otro; el resultado es una visión distorsionada debido a la imposibilidad de que converjan los rayos luminosos en un sólo punto de la retina. Los defectos, debilidad o parálisis de los músculos externos del globo ocular pueden originar defectos de la visión como la diplopía o visión doble, y el estrabismo, o bizquera. En los casos incipientes, el estrabismo puede curarse con el uso de lentes con forma de cuña; en estados avanzados suele ser necesaria la cirugía de los músculos oculares. Ceguera: la presión en el nervio óptico puede ser causa de ceguera en la mitad derecha o izquierda, o en la mitad interior o exterior de los ojos. La separación de la retina desde el interior del globo ocular provoca ceguera, ya que la retina se desplaza al fondo del ojo, fuera del campo de la imagen formada por las lentes. La corrección permanente requiere cirugía. 3. El oído El oído es el órgano responsable de la audición y el equilibrio, y está compuesto por mecanorreceptores quienes captan las vibraciones y las transforman en impulsos nerviosos que irán hasta el cerebro, donde los estímulos serán interpretados. Se divide en tres zonas: externa, media e interna. El oído externo es la parte del aparato auditivo que se encuentra en posición lateral al tímpano o membrana timpánica. Comprende la oreja o pabellón auricular (lóbulo externo del oído) y el conducto auditivo externo, que mide tres centímetros de longitud. El oído medio se encuentra situado en la cavidad timpánica llamada caja del tímpano, cuya cara externa está formada por la membrana timpánica, o tímpano, que lo separa del oído externo. Incluye el mecanismo responsable de la conducción de las ondas sonoras hacia el oído interno. Es un conducto estrecho, que se extiende unos quince milímetros en un recorrido vertical y otros quince en recorrido horizontal. El oído medio está en comunicación directa con la nariz y la garganta a través de la trompa de Eustaquio, que permite la entrada y la salida de aire del oído medio para equilibrar las diferencias de presión entre éste y el exterior. Hay una cadena formada por tres huesos pequeños y móviles (huesecillos) que atraviesa el oído medio. Estos tres huesos reciben los nombres de martillo, yunque y estribo. Los tres conectan acústicamente el tímpano con el oído interno, que contiene un líquido. El oído interno, o laberinto, se encuentra en el interior del hueso temporal que contiene los órganos auditivos y del equilibrio, que están inervados por los filamentos del nervio auditivo. Está separado del oído medio por la fenestra ovalis, o ventana oval. El oído interno consiste en una serie de canales membranosos alojados en una parte densa del hueso temporal, y está dividido en: cóclea (en griego, ’caracol óseo’), vestíbulo y tres canales semicirculares. Estos tres canales se comunican entre sí y contienen un fluido gelatinoso denominado endolinfa. Capacidad auditiva Las ondas sonoras son cambios en la presión del aire que son transmitidas a una velocidad de un kilómetro por segundo, e impactan sobre la membrana del tímpano, en el cual se produce una vibración. La fisiología de la audición consta de los siguientes pasos: Las ondas sonoras provocan la vibración de la membrana timpánica, la que a su vez induce el movimiento de los huesecillos. Este movimiento origina, una presión sobre la ventana oval, que se transmite a la perilinfa. La perilinfa transmite las vibraciones a las paredes del caracol membranoso, y este a la endolinfa contenida en él. La endolinfa, por su parte, conduce dichas vibraciones a las células ciliadas del órgano de Corti. Las células ciliadas son los receptores que generan el impulso nervioso que llega al centro de la audición del cerebro. El impulso nervioso se transmite a través de la vía auditiva. Por lo tanto, las ondas sonoras se propagan por tres medios diferentes: gaseoso (en el conducto auditivo externo); sólido (oído medio, transmisión entre huesecillos), y líquido (oído interno, en la endolinfa del caracol membranoso, donde excitan a las células ciliadas). El rango de audición, igual que el de visión, varía de unas personas a otras. El rango máximo de audición en el hombre incluye frecuencias de sonido desde 16 hasta 28.000 ciclos por segundo. El menor cambio de tono que puede ser captado por el oído varía en función del tono y del volumen. La sensibilidad del oído frente a la intensidad del sonido (volumen) también varía con la frecuencia. La sensibilidad a los cambios de volumen es mayor entre los 1.000 y los 3.000 ciclos, de manera que se pueden detectar cambios de un decibelio. Esta sensibilidad es menor cuando se reducen los niveles de intensidad de sonido. Las diferencias en la sensibilidad del oído a los sonidos fuertes causan varios fenómenos importantes. Los tonos muy altos producen tonos diferentes en el oído, que no están presentes en el tono original: pueden incrementar hasta una nota de la escala musical. Los tonos bajos tienden a hacerse cada vez más bajos a medida que aumenta la intensidad del sonido. Este efecto sólo se percibe en tonos puros. Equilibrio Los canales semicirculares y el vestíbulo están relacionados con el sentido del equilibrio. En estos canales hay pelos similares a los del órgano de Corti, y detectan los cambios de posición de la cabeza. Los tres canales semicirculares se extienden desde el vestíbulo formando ángulos más o menos rectos entre sí, lo cual permite que los órganos sensoriales registren los movimientos que la cabeza realiza en cada uno de los tres planos del espacio: arriba y abajo, hacia adelante y hacia atrás, y hacia la izquierda o hacia la derecha. Sobre las células pilosas del vestíbulo se encuentran unos cristales de carbonato de calcio, conocidos en lenguaje técnico como otolitos y en lenguaje coloquial como arenilla del oído. Cuando la cabeza está inclinada, los otolitos cambian de posición y los pelos que se encuentran debajo responden al cambio de presión. Los ojos y ciertas células sensoriales de la piel y de tejidos internos, también ayudan a mantener el equilibrio; pero cuando el laberinto del oído está dañado, o destruido, se producen problemas de equilibrio. Es posible que quien padezca una enfermedad o un problema en el oído interno no pueda mantenerse de pie con los ojos cerrados sin tambalearse o sin caerse. Enfermedades del oído Las enfermedades del oído externo, medio o interno pueden producir una sordera total o parcial; además, la mayor parte de las enfermedades del oído interno están asociadas a problemas con el equilibrio. Entre las enfermedades del oído externo se encuentran las malformaciones congénitas o adquiridas; la inflamación producida por quemaduras, por congelación o por alteraciones cutáneas, y la presencia de cuerpos extraños en el canal auditivo externo. Entre las enfermedades del oído medio se encuentran la perforación del tímpano y las infecciones. En el oído interno pueden producirse alteraciones tales como las producidas por trastornos congénitos y funcionales, por drogas y por otras sustancias tóxicas, problemas circulatorios, heridas y trastornos emocionales. La otalgia, o dolor de oídos, no siempre está relacionada con alguna enfermedad del oído; a veces la causa se encuentra en un diente incrustado, sinusitis, amigdalitis, lesiones nasofaríngeas o adenopatías cervicales. El tratamiento depende de cuál sea la causa principal. El acúfeno es un zumbido persistente que se percibe en los oídos y puede producirse como consecuencia de alguna de las alteraciones anteriores; otras causas pueden ser la excesiva cantidad de cera en el oído, alergias o tumores. Con frecuencia, el acúfeno persistente se debe a la exposición prolongada a un ruido excesivo que daña las células pilosas de la cóclea. A veces las personas que padecen esta alteración pueden utilizar un enmascarador de sonido para paliar el problema. Enfermedades del oído externo Entre las malformaciones congénitas del oído externo destaca la ausencia del pabellón auditivo, e incluso la apertura del canal auditivo externo. Si las estructuras del oído medio son anormales es posible realizar una cirugía reconstructora de la cadena de huesecillos para restablecer parte de la capacidad auditiva. Entre las malformaciones adquiridas del oído externo se encuentran los cortes y las heridas. El otematoma, conocido como oído en forma de coliflor y típico de los boxeadores, es el resultado frecuente de los daños que sufre el cartílago del oído cuando va acompañado de hemorragia interna y una producción excesiva de tejido cicatrizante. La inflamación del oído externo puede aparecer como consecuencia de cualquier enfermedad que produzca a su vez inflamación de la piel; es el caso de las dermatitis producidas por quemaduras, lesiones y congelaciones. Enfermedades cutáneas como la erisipela o la dermatitis seborreica afectan al oído con mucha frecuencia. Tuberculosis y sífilis cutánea son algunas de las enfermedades más raras que también afectan al oído externo. La presencia de cuerpos extraños en el canal auditivo externo (insectos, algodón y cerumen —la cera que segrega el oído—) produce alteraciones auditivas y deben ser extraídos con cuidado. Enfermedades del oído medio La perforación del tímpano puede ocurrir por una lesión producida por cualquier objeto afilado, por sonarse la nariz con fuerza, al recibir un golpe en el oído, o a causa de cambios súbitos en la presión atmosférica. La infección del oído medio, aguda o crónica, se denomina otitis media. En la otitis media supurativa aguda se incluyen todas las infecciones agudas del oído medio producidas por bacterias piógenas. Por lo general, estas bacterias llegan al oído medio a través de la trompa de Eustaquio. Cuando el mastoides resulta afectado, la otitis media se puede complicar y, con frecuencia, se produce sordera debido a la formación de adherencias y granulaciones de tejidos que impiden el movimiento del tímpano y de los huesecillos. Si se produce una distensión dolorosa del tímpano puede ser necesario realizar una intervención quirúrgica para permitir el drenaje del oído medio. Desde que se comenzaron a utilizar de forma generalizada la penicilina y otros antibióticos, las complicaciones que afectan al mastoides son mucho menos frecuentes. La otitis media supurativa crónica puede producirse como consecuencia de un drenaje inadecuado del pus durante una infección aguda. Esta patología no responde con facilidad a los agentes antibacterianos debido a que se producen cambios patológicos irreversibles. Las otitis medias no supurativas, o serosas, agudas y crónicas, se producen por la oclusión de la trompa de Eustaquio a causa de un enfriamiento de cabeza, amigdalitis o adenoiditis, sinusitis, o por viajar en un avión no presurizado. La forma crónica también puede producirse como consecuencia de infecciones bacterianas producidas por neumococos o por Haemophilus influenzae. Debido a que la descarga serosa (acuosa) empeora la capacidad auditiva, se ha sugerido la posibilidad de que los niños que padezcan otitis media puedan encontrar dificultades para el desarrollo del lenguaje. Se han utilizado diversos tratamientos, entre ellos el uso de antibióticos y antihistamínicos, la extirpación de amígdalas y adenoides, y la inserción de tubos de drenaje en el oído medio. Uno de cada mil individuos adultos padece una pérdida de su capacidad auditiva debido a una otosclerosis, u otospongiosis, que consiste en la formación de hueso esponjoso entre el estribo y la ventana oval. Como consecuencia de esta formación de tejido, el estribo queda inmovilizado y ya no puede transmitir información hacia el oído interno. Cuando esta alteración progresa, es necesario eliminar los depósitos óseos mediante cirugía, y reconstruir la conexión entre el estribo y la ventana oval. En ocasiones, el estribo se reemplaza por una prótesis similar a un émbolo. Incluso tras haber efectuado una operación quirúrgica con éxito puede continuar depositándose tejido óseo y producirse la pérdida de capacidad auditiva años después. Enfermedades del oído interno Las enfermedades del oído interno también pueden alterar el sentido del equilibrio e inducir síntomas de mareo. Estos síntomas también pueden deberse a anemia, hipertermia, tumores del nervio acústico, exposición a un calor anormal, problemas circulatorios, lesiones cerebrales, intoxicaciones y alteraciones emocionales. El vértigo de Ménière aparece como consecuencia de lesiones producidas en los canales semicirculares y produce náuseas, pérdida de la capacidad auditiva, acúfenos o ruido en los oídos y alteraciones del equilibrio. A veces está indicada la destrucción del laberinto pseudomembranoso mediante criocirugía o por irradiación con ultrasonidos para combatir vértigos que no tienen tratamiento. La destrucción traumática del órgano de Corti en el oído interno es la responsable de una gran proporción de los casos de sordera total. En los últimos años, los científicos han desarrollado un dispositivo electrónico destinado a adultos que padecen sordera profunda, que se conoce como implante coclear. Este aparato convierte las ondas sonoras en señales eléctricas que se liberan en unos electrodos implantados en la cóclea, y de esta manera se produce la estimulación directa del nervio auditivo. Sin embargo, los sonidos que produce son poco definidos y hasta ahora el implante coclear se utiliza sobre todo como una ayuda para poder leer en los labios. 4. El Tacto El tacto, es otro de los cinco sentidos de los seres humanos y de otros animales. A través del tacto, el cuerpo percibe el contacto con las distintas sustancias, objetos, etcétera. Los seres humanos presentan terminaciones nerviosas especializadas y localizadas en la piel, que se llaman receptores del tacto. Los receptores se estimulan ante una deformación mecánica de la piel y transportan las sensaciones hacia el cerebro a través de fibras nerviosas. Los receptores se encuentran en la epidermis, que es la capa más externa de la piel, y están distribuidos por todo el cuerpo de forma variable, por lo que aparecen zonas con distintos grados de sensibilidad táctil en función de los números de receptores que contengan. Los receptores del tacto están constituidos por los discos de Merkel. Este, a su vez, esta dividido en diferentes tipos de terminaciones encapsuladas, que serán detalladas a continuación: Corpúsculo de Pacini: están situados en diferentes regiones del cuerpo, pero predominan en los dedos de las manos y de los pies. Captan los estímulos de presión, estiramientos rápidos o cualquier deformación de la piel. La señal que transmiten solo dura una fracción de segundo. Esta es una forma compleja de receptor del tacto en la cual los terminales forman nódulos diminutos o bulbos terminales Corpúsculo de Meissner: se hallan en las puntas de los dedos, en los labios, las plantas de los pies y las palmas de las manos. Están especializados en el tacto fino: reconocen los detalles de los objetos que tocamos; también intervienen cuando buscamos algo en el bolsillo y lo reconocemos, sin verlo, por su forma y textura. Corpúsculo de Krause: se distribuyen en la lengua y en los órganos sexuales; y se especializan en captar el frío. Corpúsculo de Rufini: se encuentran en las palmas de las manos, las plantas de los pies y en las puntas de los dedos. Nos informan sobre el estiramiento de los tejidos y la posición de las cápsulas articulares; y captan el calor. El tacto es el menos especializado de los cinco sentidos, pero a base de usarlo se puede aumentar su agudeza; los ciegos, por ejemplo, tienen un sentido táctil muy delicado que les permite leer las letras del sistema Braille. La piel La piel es una parte del organismo que protege y cubre la superficie del cuerpo. Contiene órganos especiales que suelen agruparse para detectar las distintas sensaciones, como la temperatura y el dolor. La piel posee, en un corte transversal, tres capas: la epidermis, la dermis y la capa subcutánea. La que interviene principalmente en la función del tacto es la epidermis o cutícula, ya que es la más externa Tiene varias células de grosor y posee una capa externa de células muertas que son eliminadas de forma constante de la superficie de la piel y sustituidas por otras células formadas en una capa basal celular, que recibe el nombre de estrato germinativo (stratum germinativum) y que contiene células cúbicas en división constante. Las células generadas en él se van aplanando a medida que ascienden hacia la superficie, dónde son eliminadas; también contiene los melanocitos o células pigmentarias que contienen melanina en distintas cantidades. Enfermedades Cutáneas Urticaria La urticaria es una alteración alérgica de la piel caracterizada por la aparición repentina o reiterada de manchas, ronchas u otras manifestaciones, que son lesiones cutáneas elevadas de bordes irregulares que se acompañan de inflamación y prurito. La enfermedad aparece asociada con frecuencia a la fiebre del heno o a el asma. Está causada por una reacción alérgica de aparición rápida tras la ingestión, inhalación, inyección o contacto con el antígeno específico. Psoriasis Es una enfermedad crónica y recurrente de la piel, que se caracteriza por la aparición de placas eritematoescamosas y pápulas sobre la superficie cutánea. Las lesiones suelen estar ligeramente elevadas sobre la superficie normal de la piel y se diferencian de forma clara de la piel normal; su color va del rojo al castaño rojizo. Suelen estar cubiertas por pequeñas escamas blanco grisáceas que se adhieren a la erupción subyacente y, que si se quitan, dejan una superficie eritematosa con puntos hemorrágicos. La extensión de la enfermedad puede variar desde algunas lesiones pequeñas a la afección generalizada de la mayor parte de la superficie cutánea. Afecta de forma característica los codos, las rodillas, el cuero cabelludo y el pecho. Dermatitis Este término se refiere a una inflamación de la piel o dermis. Los síntomas son enrojecimiento, dolor y exudación de la zona cutánea afectada. En los casos de larga duración es característica la formación de costras, y la sequedad y descamación de la piel. El término dermatitis se utiliza indistintamente con el de eccema, que se refiere de una forma más específica a ciertas enfermedades no contagiosas de la piel. La inflamación puede deberse a parásitos o irritantes físicos o químicos. 5. El Olfato Este sentido permite percibir los olores. La nariz, equipada con nervios olfativos, es el principal órgano del olfato. Los nervios olfativos son también importantes para diferenciar el gusto de las sustancias que se encuentran dentro de la boca. Es decir, muchas sensaciones que se perciben como sensaciones gustativas, tienen su origen, en realidad, en el sentido del olfato. Las sensaciones olfatorias son difíciles de describir y de clasificar. Sin embargo, se han realizado clasificaciones fijándose en los elementos químicos asociados a los olores de las sustancias. Ciertas investigaciones indican la existencia de siete olores primarios: alcanfor, almizcle, flores, menta, éter (líquidos para limpieza en seco, por ejemplo), acre (avinagrado) y podrido. Estos olores primarios corresponden a siete tipos de receptores existentes en las células de la mucosa olfatoria. Las investigaciones sobre el olfato señalan que las sustancias con olores similares tienen moléculas del mismo tipo. Estudios recientes indican que la forma de las moléculas que originan los olores determina la naturaleza del olor de esas moléculas o sustancias. Se piensa que estas moléculas se combinan con células específicas de la nariz, o con compuestos químicos que están dentro de esas células. La captación de los olores es el primer paso de un proceso que continúa con la transmisión del impulso a través del nervio olfativo y acaba con la percepción del olor por el cerebro. La nariz La nariz es el órgano del sentido del olfato, que también forma parte del aparato respiratorio y vocal. Desde el punto de vista anatómico, puede dividirse en una región externa, el apéndice nasal, al cual se restringe el término en lenguaje coloquial, y una región interna, constituida por dos cavidades principales, o fosas nasales, que están separadas entre sí por un septo o tabique vertical. Las fosas nasales se subdividen por medio de huesos esponjosos o turbinados, llamados cornetas, que se proyectan desde la pared externa. Entre ésta y cada cornete queda un espacio llamado meato, por ellos se comunican varios senos de los huesos maxilar superior, frontal, esfenoides y etmoides, a través de aberturas estrechas. Por lo general, los bordes de los orificios nasales están recubiertos de pelos fuertes que atraviesan las aberturas y sirven para impedir el paso de sustancias extrañas, tales como polvo o insectos pequeños, que podrían ser inhalados con la corriente de aire que se produce durante la respiración. Una parte del esqueleto, o armazón, de la nariz está constituido por los huesos que forman la parte superior y los laterales del puente, y la otra parte está constituida por cartílago. En cada lado existe un cartílago lateral superior y un cartílago lateral inferior. A este último están unidas tres o cuatro placas cartilaginosas pequeñas, que reciben el nombre de cartílagos sesamoides. El cartílago del septo separa las fosas nasales entre sí y, asociado a la placa perpendicular del etmoides y al vómer, da lugar a una división completa entre la fosa nasal derecha y la izquierda. Las cavidades nasales son altas y muy profundas, y constituyen la parte interna de la nariz. Se abren en la parte frontal por los orificios nasales y, en el fondo, terminan en una abertura en cada lado de la parte superior de la faringe, por encima del paladar blando, y cerca de los orificios de las trompas de Eustaquio que conducen a la cavidad timpánica del oído. En la región olfativa, que es la región de la nariz responsable del sentido del olfato, la membrana mucosa es muy gruesa y adopta una coloración amarillenta; constituye la llamada pituitaria amarilla. Está formada por células epiteliales y células nerviosas, cuyos axones atraviesan la lámina cribosa del hueso etmoides para llegar hasta los bulbos olfativos y establecen conexiones o sinapsis con las neuronas situadas allí. De los bulbos olfativos parten las vías olfatorias que llegarán a la corteza cerebral, donde se generará una respuesta. Las células nerviosas o receptores olfatorios sufren un proceso de acomodación: para ser excitados necesitan cantidades muy pequeñas de una sustancia olorosa, pero pierden esta capacidad muy pronto y dejan de percibirla; cantidades mayores de esta sustancia o la exposición a otra distinta consiguen estimularlos de nuevo. Enfermedades asociadas al olfato y la nariz El resfriado es una enfermedad infecciosa aguda del tracto respiratorio superior causada por más de cien tipos de virus. La infección afecta a las membranas mucosas de la nariz y de la garganta, y provoca síntomas como congestión, que evita el normal funcionamiento del olfato, y secreción nasal, dolor de garganta y tos. La rinitis es un trastorno inflamatorio de la membrana mucosa de la nariz. Se caracteriza por secreción nasal acuosa asociada con congestión y dificultad para respirar por la nariz. Muchos casos se deben al resfriado común (ejemplo anterior). Otros pueden relacionarse con alergias nasales, irritación por la respiración de irritantes y contaminantes, empleo de ciertos medicamentos, u otras enfermedades. Una variante de la rinitis, es la fiebre del heno, que es una forma de rinitis estacional causada por alergia al polen. Sus síntomas son ataques intensos de estornudo, inflamación de la mucosa nasal y los ojos, y respiración dificultosa. La fiebre del heno aparece cada año en la misma estación. Es una reacción a la inhalación de los pólenes transportados en el aire y a los cuales el individuo es sensible. 6. El Gusto Este facultad de los humanos, entre otros animales, actúa por contacto de sustancias solubles con la lengua. El ser humano es capaz de percibir un abanico amplio de sabores como respuesta a la combinación de varios estímulos, entre ellos textura, temperatura, olor y gusto. Considerado de forma aislada, el sentido del gusto sólo percibe cuatro sabores básicos: dulce, salado, ácido y amargo; cada uno de ellos es detectado por un tipo especial de papilas gustativas. La lengua posee casi 10.000 papilas gustativas que están distribuidas de forma desigual en la cara superior de la lengua, donde forman manchas sensibles a clases determinadas de compuestos que inducen las sensaciones del gusto. Por lo general, las papilas sensibles a los sabores dulce y salado se concentran en la punta de la lengua, las sensibles al ácido ocupan los lados y las sensibles al amargo están en la parte posterior. Los compuestos químicos de los alimentos se disuelven en la humedad de la boca y penetran en las papilas gustativas a través de los poros de la superficie de la lengua, donde entran en contacto con células sensoriales. Cuando un receptor es estimulado por una de las sustancias disueltas, envía impulsos nerviosos al cerebro. La frecuencia con que se repiten los impulsos indica la intensidad del sabor; es probable que el tipo de sabor quede registrado por el tipo de células que hayan respondido al estímulo. La Lengua La lengua es un órgano musculoso de la boca y es el asiento principal del gusto y parte importante en la fonación y en la masticación y deglución de los alimentos. La lengua está cubierta por una membrana mucosa, y se extiende desde el hueso hioides en la parte posterior de la boca hacia los labios. La cara superior, los lados y la parte anterior de la cara inferior son libres, solo el resto está unido a la cavidad bucal, lo que permite muchos y diversos movimientos. La textura rugosa de la cara superior está dada por las papilas gustativas, captadoras del gusto. El color de la lengua suele ser rosado, lo que indica un buen estado de salud; cuando pierde color es síntoma de algún trastorno. La lengua posee diferentes y muy importantes funciones. La principal, que ya nombramos anteriormente es la contención de los receptores gustativos, quienes nos permiten degustar los alimentos; en la masticación, la lengua empuja los alimentos contra los dientes; y en la deglución, lleva los alimentos hacia la faringe y más tarde hacia el esófago, cuando la presión que ejerce la lengua provoca el cierre de la tráquea. También contribuye, junto con los labios, los dientes y el paladar duro, a la articulación de palabras y sonidos. 7. Conclusiones En este trabajo desarrollamos los sentidos del gusto, tacto, olfato, oído y vista, especificando en cada uno de ellos sus principales órganos y de la manera que funcionan cada uno de ellos, así como también si poseen alguna relación entre sí. Y por lo visto, vemos que se algunos se relacionan y que son fundamentales para una vida a pleno.