Num093 006

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Vacaciones,
¿un tiempo al cuadrado?
MIGUEL ESCUDERO*
A
pequeñas ciudades parecen, cuando menos,
la pregunta de dónde saca usted el
moverse y progresar. ¿A dónde? Pues hacia el
tiempo para hacer tantas cosas como
estilo de vida de las principales urbes: tráfico
hace, el Dr. Marañen respondía que
y semáforos, luces y escaparates, modos de
procuraba ser un trapero del tiempo. Por su
vestir y desear. Y así lo prefiere la mayoría de sus
parte, Miguel de Unamuno contestaba
habitantes. No en vano, todo el mundo
sonriente que sus horas eran "cuadradas y a
participa de los mismos
veces cúbicas...", y añadía: "si un
«A la pregunta de
estímulos televisivos, los cuales
metro lineal tiene 10 decídónde
saca
usted
el
no permiten retirarse. Ni a los
metros, un metro cuadrado
tiempo para hacer
pueblos de Las Hurdes puede
tiene 100 decímetros cuadratantas
cosas
como
hace,
ya uno irse a refugiar. Ahora
dos, y no 10, y un metro cúbico
el Dr. Marañen
no sólo están comunicados
1.000 decímetros cúbicos. Así
respondía
que
por buenas carreteras, sino
mi hora cuadrada tiene 3.600
procuraba ser un
que incluso hay casas en
minutos cuadrados y mi hora
trapero
del
tiempo.
Por
algunas
alquerías
que
cúbica
216.000
minutos
su parte, Miguel de
disponen
de
antenas
cúbicos". Por eso propugnaba
Unamuno contestaba
parabólicas; no obstante ello,
buscar el tiempo de dos y de
sonriente que sus horas
hay lugares a los que no
tres dimensiones, ancho y
eran
"cuadradas
y
a
llegan las emisiones de las
profundo a la vez que largo.
veces cúbicas...". Por
televisiones
privadas...
"Y
esto
—concluía
el
eso
propugnaba
buscar
Afortunadamente
hay
una
pensador vasco— se logra
el tiempo de dos y de
práctica erradicación de las
mejor encerrándose en estos
tres
dimensiones,
ancho
miserias y enfermedades que
retiros de las viejas y pequeñas
profundo a la vez que
asolaban a las cerca de siete
ciudades que parece que no
largo.»
mil almas que habitaban las
se mueven ni progresan".
tierras jur-danas hace poco
Pasados los años, esto último no
más de setenta años, cuando
resulta ya cierto. Las viejas y
fueron descubiertas para la
*Matemático. Profesor de la Universidad Politécnica de Barcelona.
opinión pública española
merced al viaje de Alfonso
XIII, que patrocinó Gregorio
Marañón.
«Ese afán por evadirse de un
tiempo rígidamente uniforme,
se encuentra en el ensueño
"Las ruinas de Granada" de
Ángel Ganivet —quien, por
cierto, tenía por lema político
regeneracionista el siguiente:
pafrío, paciencia y trabajar—,
donde se lee: "Si hay algo
más hermoso que la
vida, es el amargor y el
desencanto que deja tras
sí la existencia. La vida
es como un niño que nos
distrae con sus juegos
inocentes, y las ruinas
que la vida va dejando
son como un hombre de
larga y fecunda
experiencia, en cuyos
labios hay siempre una
palabra que explica
grandes secretos".»
Ese afán por evadirse de un
tiempo rígidamente uniforme,
se encuentra en el ensueño
"Las ruinas de Granada" de
Ángel Ganivet —quien, por
cierto, tenía por lema político
regeneracionista el siguiente:
patria, paciencia y trabajar—,
donde se lee: "Hace tiempo,
mucho tiempo, que deseaba ir
a aquel misterioso rincón de
la antigua España. Si yo soy
poeta, soy el poeta de las ruinas. Nada hay que tan hondamente me interese y me
conmueva como la contemplación de las desilusiones de
la Naturaleza y de los restos
miserables de las cosas que
fueron y que ya no son. Si hay
algo más hermoso que la vida, es el amargor y el
desencanto que deja tras sí la existencia. La
vida es como un niño que nos distrae con sus
juegos inocentes, y las ruinas que la vida va
dejando son como un hombre de larga y
fecunda experiencia, en cuyos labios hay
siempre una palabra que explica grandes
secretos".
Siempre ansioso por agrandar el espesor del
presente (auténtica intuición de la vida
perdurable), Unamuno proclamaba, contra lo
que hoy es el sentir mayoritario de nuestra
época: "nada de vivir al día, hay que vivir a los
siglos". Y no como un erudito, sino como un
hombre que quiere recuperar la actualidad del
pasado y sentir los corazones, conocidos y
desconocidos, que antaño latieron. De este modo
sentía Unamuno, al igual que Azorín, la
necesidad de romperla dimensión temporal de
la realidad, y dar un paso más sobre el aleph
fabulado por Borges (el
lugar
donde
están
distinguidos todos los lugares
del orbe, vistos desde todos
los ángulos). Desde este
escorzo podemos divisar a
Miguel de Unamuno confesando en Andanzas y visiones
españolas: "Mientras viva
reposará en el lecho de mi
alma, por debajo de la
corriente de las impresiones
huideras, aquella santa caída
de tarde que a principios del
dulce mes de setiembre gocé
en el Albaicín, todo blanco
de recuerdos. Fue como un
baño en algo etéreo. Las
lágrimas me subían a los ojos y
no eran lágrimas de pesar ni de
alegría; éranlo de plenitud de
vida silenciosa y oculta". Y a
continuación, consciente de
que estas confidencias no
venden, dice: "Pero, ¿a quién
cuento todo esto? El público, oh lector, quiere
cosas concretas, noticias, datos, informaciones. Y
yo cada día odio más la información y me
interesa menos la noticia".
El Diccionario de Autoridades destaca que
Almanak "es voz de la Astronomía compuesta
del artículo Al, y del verbo Hebreo Manak, que
vale numerar, de donde se formó Almanak,
dicho
y
pronunciado
comúnmente
Almanaque". A su vez, Corominas señala en su
diccionario etimológico, que almanaque es
una voz hispano árabe y la conecta con el
significado de "parada en un viaje". Al pasar
la hojas del calendario y llegar al verano, nos
encontramos con la ilusión de las vacaciones;
ciertamente entrevistas éstas como una parada
en la marcha por la vida, y eso aunque acaso
las aprovechemos para viajar como no hemos
podido hacerlo durante el resto del año. Se
trata de disponer con holgura de un tiempo
para nosotros, apropiado, e
intentar hacer con él lo que
nos venga en gana. Es
entonces cuando el tiempo que
marca el reloj pierde la
prescripción de Don Dinero y se
hace ocio que llenar.
«Al pasar la hojas del
calendario y llegar al verano,
nos encontramos con la
ilusión de las vacaciones;
ciertamente entrevistas éstas
como una parada en la
marcha por la vida, y eso
aunque acaso las
aprovechemos para viajar
como no hemos podido
hacerlo durante el resto del
año. Se trata de disponer con
holgura de un tiempo para
nosotros, apropiado, e
intentar hacer con él lo que
nos venga en gana.»
El problema estriba en la pregunta de si sabemos disfrutar y
saborear nuestra "libertad".
Gilberto Freyre se lamentaba de
la pérdida de capacidad, por
parte de las denominadas
sociedades modernas (si bien,
crecientemente arcaicas, advertía), de vivir lúdicamente el
tiempo libre; esto es, con el
placer de la ingenuidad,
desentendiéndonos de recibir un aprobado
general por nuestra dedicación y renunciando
asimismo satisfechos a figurar.
Lamentablemente hay también demasiadas
vacaciones forzosas, por "jubilación" o por
paro, que constituyen un auténtico problema
social. ¿Qué hacer con lo que el propio Freyre ha
calificado de verdaderos latifundios de tiempo
desocupado^. Al margen de las propuestas de los
poderes competentes, las repuestas, a mi juicio,
pasan por la decisión de vivir desde uno mismo y
abierto cada cual a la realidad
personal. ¡Hay tantas cosas
por desear y compartir que no
están en Utopía, sino al alcance
de nuestras posibilidades!
¿Por qué cuesta tanto imaginarlas o proyectarlas alrededor nuestro? ¿Falta voluntad,
sobra mundanal ruido! Sentenció Ortega que el destino
concreto del ser humano (de
cualquiera, no de los filósofos) es la reabsorción de su
circunstancia. Esto es, hacerse
cargo de las conexiones de la
realidad de su vida; nótese la
llamada hacia lo alto para
todos, sin excepciones clasistas. El destino concreto del
hombre sería pues hacerse con un tiempo de n
dimensiones, con n tendiendo a infinito. Pero esto
es inefable, indescriptible.
Proyectados fatalmente hacia la muerte, se hace
inevitable preguntarse por los fenómenos de
ultratumba. Por cierto que Ortega manifestó
que "no hay otra forma de entrar en compañía
con Dios que a través de la soledad porque únicamente bajo la especie de soledad se
encuentra el alma con su auténtico ser". Ahora
bien, las soledades pueden ponerse juntas. Así
son los genuinos encuentros personales.
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