Conceptos fundamentales y categorías de la orientación en el espacio

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Conceptos fundamentales y categorías de la orientación en el espacio
Lea detenidamente esta unidad, que contiene elementos teórico-metodológicos,
válidos para la ubicación del maestro en el contexto del tema sobre: espacio,
tiempo y escala. Características esenciales en el aprendizaje y comprensión de la
geografía.
Concepto de espacio.
El espacio como concepto presenta dificultad para definirlo porque cada ciencia
tiene su propia idea de espacio, ésta es diferente en física, en biología, en arte,
etc. Paralelo a estas diversas afirmaciones, está otra concepción, como espacio
sociocultural, espacio extraterrestre, espacio sideral, e incluso hablan algunos
autores del espacio histórico. En esta oportunidad se trata de plantear el concepto
espacio en la ciencia geográfica.
El espacio geográfico implica el concepto de localización en un lugar de la Tierra, se
trata de desarrollar la habilidad de ubicación espacial, tanto para lograr
establecer la ubicación de un lugar como para estar seguros de nuestra orientación
habitual.
La percepción del espacio por el niño.
El desarrollo de la habilidad de ubicación espacial es mucho más que un simple
aprender a situar lugares geográficos en un mapa. Para lograr esta habilidad es
necesario proporcionar una secuencia que permita un aprendizaje lógico y atractivo
para no convertir el proceso en una memorización de lugares en el mapa.
Para enseñar a situarse y a situar los objetos en el espacio es imprescindible
conocer las nociones elementales pertinentes, ya que el niño no tiene conciencia
clara de lo que el espacio significa.
En sus primeros años el niño tropieza con una serie de dificultades en la
aprehensión del mundo físico, éste es un todo para él, mientras va pasando por
diversos estados hasta llegar a diferenciarse de ese mundo físico. El estado
psicológico inicial de egocentrismo, cambia por el estado de sincretismo, y ambos
producen efectos diversos sobre la percepción del espacio a medida que el niño
crece; por lo tanto para ayudarle en su aprendizaje es necesario conocer esos
efectos de su desarrollo sobre el área de ubicación espacial.
Los efectos del egocentrismo sobre la percepción del espacio en el niño.
El egocentrismo es un estado inicial de confusión de sí mismo con el mundo, debido
a que percibe solo su imagen y no es capaz de superar su propio punto de vista, los
efectos que este estado produce sobre la percepción del espacio son:
- El niño percibe el espacio tal como lo piensa y no como lo ve.
- Para el niño reconocer la derecha y la izquierda tiene una cierta dificultad.
Se ha comprobado cuanto les gusta a los niños de la escuela elemental jugar debajo
de las mesas o aislarse en rincones, desvanes, armarios, etc. A los niños un poco
más grandes les resultará difícil organizar juegos que ocupen todo el patio del
recreo porque no saben ocupar un espacio tan grande, ellos prefieren espacios
restringidos, incluso ante una hoja de papel blanco tienen dificultad de llenarla con
su dibujo. Este último ejemplo nos muestra que sobre, el plano gráfico, no sabe
ocupar el espacio. Tenemos que facilitarle su aprendizaje.
El alumno de la escuela elemental rechaza el espacio de dimensiones demasiado
vastas y por eso muchas veces transforma el espacio que conoce de acuerdo a su
personalidad y sus deseos, de manera que el rincón del comedor por ejemplo será el
dormitorio de la muñeca o un rincón del jardín, el lugar secreto para realizar
juegos. Así, el espacio del adulto es transformado por el niño no solo desde un
punto de vista cuantitativo sino que también cualitativo, es en este nuevo espacio
en que se siente cómodo.
Incumbe, pues, al educador ayudar al niño a penetrar en espacios cada vez más
amplios y verdaderos.
El realismo intelectual esta relacionado con la noción de perspectiva que para el
niño es irreconocible, aun después de los ocho o nueve años. Si a esa edad se le
muestra un dibujo o una foto de una vía de tren el niño puede reconocer la
perspectiva, pero hasta una edad más avanzada no podrá representar los rieles con
esa misma perspectiva; en su dibujo apreciará el paralelismo, porque sabe que los
rieles no se juntan jamás. Esto nos muestra que el niño no está en posibilidad de
asimilar intelectualmente el espacio, porque el mundo exterior y su representación
se encuentran mezclados.
Para el niño, el espacio se divide en cuatro: lo que hay delante de mí, detrás de mí,
a mi derecha, a mi izquierda; esta es la primera comprensión que tiene de su
entorno espacial, en forma instintiva o para responder a necesidades exteriores.
Reconocer adelante y atrás es fácil debido a que adelante es el sentido de la
marcha, es lo que se ve con los ojos, lo que la mano alcanza con mayor facilidad;
detrás es lo opuesto a adelante. Estas destrezas se adquieren con facilidad y las
ejercitará frecuentemente el niño, y por eso los entiende con facilidad. No ocurre
lo mismo con la distinción derecha o izquierda.
Es importante conocer las conclusiones a las que llegó Jean Piaget, en su Le Juglement et la Raisonnemente Chez l'Enfant. Según sus apreciaciones, el niño de cinco
a ocho años sólo distingue lo que se halla a su derecha y su izquierda. En la mayoría
de los casos le resulta imposible dar el paso de su derecha a la de su interlocutor.
De los ocho a los once años esto es posible: el niño distingue la derecha y la
izquierda de su interlocutor cuando se halla frente a él. Finalmente, a partir de los
once años, el niño sabrá situar los objetos en su relación recíproca: el escritorio
del maestro se encuentra a la izquierda del armario, la puerta del aula está a la
derecha de la estantería, etc., y esto independiente de la posición del niño.
Los efectos del sincretismo sobre la percepción del espacio en el niño.
Sincretismo es el nombre que dan los psicólogos al fenómeno de confusión en el
cual se hallan los párvulos y que no les permite distinguirse a sí mismos dentro del
mundo que les rodea; y, tampoco, diferenciar, dentro de ese mundo, los elementos
que lo componen.
Una de las consecuencias del sincretismo es el hecho que las propiedades de un
objeto se consideran parte de éste; por ejemplo: los zapatos de una señora son
parte integrante de ella, no están solo adheridos; así como las hojas verdes de una
rosa. En esta apreciación, el niño no separa el objeto del espacio que éste ocupa y
por eso no distingue lo accidental de lo esencial.
Las etapas de aprendizaje de contenidos sobre el espacio tienen relación con la
evolución psicobiológica del educando. Este tema se explica ligeramente en el
siguiente texto. Le recomendamos hacer una síntesis en una libreta de apuntes.
Etapas en las formas de aprehensión del espacio en el niño
El niño en su evolución pasa por tres etapas fundamentales: la etapa de lo vivido, de
lo percibido y de lo concebido.
La etapa del espacio vivido.
El espacio vivido es el espacio físico con el cual se halla en contacto biológico; el
niño vive el espacio a través del movimiento, recorriendo el espacio de su cuarto,
del patio del recreo; empieza a darse cuenta de la diferencia entre las distancias
que lo separan de los objetos, yendo a buscarlos. El niño de los jardines infantiles y
de los primeros cursos de básica vive su espacio por medio de la locomoción.
La etapa del espacio percibido.
En esta etapa el niño percibe el espacio sin tener que experimentarlo
biológicamente. Empieza a desarrollar lo que los psicólogos llaman "la distancia del
niño" con relación al espacio, es decir, el niño retrocede ante su objeto para
conocerlo mejor y en la edad de la educación básica aborda la distinción de las
distancias al observar lo que hay a su derecha o izquierda, así en un paisaje o una
fotografía puede precisar la posición de los objetos por la mera observación.
Es la etapa que descubre el "allá"; y coadyuva en la acción pedagógica porque puede
aprehender el espacio, mediante la observación.
El progreso va en aumento porque vive el niño el camino de la geografía en cuanto a
ciencia de paisajes. Esto hace posible ir mas allá del descubrimiento del espacio de
la sala de clases o de la calle para aprender el de las colinas cercanas a la escuela,
del panorama que lo rodea, de la fotografía aérea de la región, etc.
La etapa del espacio concebido
Hacia los once o doce años el niño podrá comprender el espacio concebido, es decir,
el espacio matemático, el espacio abstracto que incluye contenidos y un conjunto
de relaciones.
Así, al ir pasando del espacio vivido, al percibido y finalmente al concebido, hay una
evolución desde la captación del movimiento en el espacio hacia un conocimiento
mediante los sentidos fundamentalmente la visión, y más tarde, a un conocimiento
de los cuerpos
Estamos presenciando la manifestación de la gran ley mental, de la experiencia, a la
reflexión. Es importante respetar este proceso en el niño, con nuestra acción
pedagógica, representar esa ley.
Cómo enseñar al niño a ubicarse y a ubicar los objetos en el espacio.
Hemos visto que el sincretismo de la percepción del niño no le permite distinguir
las categorías esenciales. Por lo tanto, lo primero que hay que hacer es ayudar al
niño a aprehender un espacio independiente de él, a separar los objetos exteriores
del espacio que ocupan, y por lo tanto la labor pedagógica estará encaminada a
estructurarle el espacio, es decir a trabajar las nociones de "cerca de", "bajo",
"detrás de", etc. Mientras no asimile esto, no podrá ubicarse a sí mismo, ni a los
objetos exteriores de una manera objetiva.
La segunda dirección hacia la cual debe dirigirse la labor pedagógica, es la
extensión del espacio, hay que situar al niño y a los objetos en espacios cada vez
más amplios. Teniendo en cuenta la educación psíquica del niño, se le debe ayudar a
extender ese espacio de manera que pueda desplazarse en él y conocer espacios
cada vez mayores; después de la sala de clases, será la calle, el barrio, el pueblo, la
región, el país, el continente, el globo terráqueo, etc.
La comprensión de la estructuración y de la extensión del espacio por parte del
niño se debe realizar a través de ciertas fases para ayudar al niño a tomar
conciencia de la orientación del espacio en general y la del ocupado por su cuerpo,
la delimitación del objeto en el espacio, las posiciones relativas de los objetos en el
espacio y los intervalos; así como penetrar en el mundo de la medida y la
esquematización del espacio.
Ayudar al niño a tomar conciencia del espacio ocupado por su cuerpo
Esta toma de conciencia esta orientada a lateralización y afianzamiento del
esquema corporal. La lateralización significa vivir una primera división del espacio
en dos partes, es decir que el niño, tomando como centro su propio cuerpo, tenga
una idea clara de lo que hay a su lado derecho y a su lado izquierdo. El análisis del
espacio, hacia el cual queremos encaminar al niño, empieza allí; el niño lo hace
primeramente con su cuerpo, antes de hacerlo con los ojos, para concluir por
hacerlo con la mente.
Ayudar al niño a tomar conciencia de la orientación del espacio
El espacio con relación a uno mismo está centrado y en ese centro se puede
conocer distintas partes que llevan a las categorías de orientación en el espacio.
Estas categorías son lateralidad, profundidad y anterioridad. Para poder
aprehenderlas es necesario hacerlo en dos direcciones: en el sentido de
descentración y de la extensión.
En el sentido de la descentración hay que llevar al niño poco a poco de la percepción
de su cuerpo o de los objetos ubicados en relación a su propio cuerpo a la
percepción de los objetos exteriores, independientemente de sí mismo y de su
ubicación.
Es conveniente realizar la descentración mediante:
• El paso desde la captación de los objetos con relación a uno mismo hasta la
captación del espacio ocupado por el objeto exterior.
El paso desde la captación de los objetos con relación con uno mismo, hasta la
captación de la posición de los objetos con relación a otros objetos.
• El paso desde la captación de la posición de los objetos con relación a uno mismo,
hasta la comprensión del movimiento de los objetos con relación a un punto de
referencia objetivo.
En el sentido de la extensión. Dijimos anteriormente que el niño vive el espacio
antes de llegar a la percepción del espacio, y es así como las nociones de izquierda
y derecha, arriba, abajo, adelante y atrás primero las vive por su cuerpo en
movimiento, en sus saltos, carreras, etc. La de arriba es solo lo que alcanza
saltando, el objeto es vivido esta allí presente, cercano siempre. El objeto lejano
no está a su alcance, por lo tanto, nos corresponde ayudarle a ir hacia él, que no
solo viva las categorías del espacio sino que las perciba, y este paso le permitirá
extender el objeto de aquí al objeto de allá.
En la práctica esto se traduce en que ahora el espacio que comprende ya no es solo
el inmediato de su casa o sala de clases, sino también el espacio de su barrio, de su
pueblo y más adelante será el espacio de la ciudad, de la región y hasta el país.
Por haber aprehendido el espacio según las categorías de arriba-abajo, adelanteatrás, etc. llegará con mayor facilidad a captar las nociones más elaboradas de los
puntos cardinales. Habiendo creado en sí mismo hábitos de pensar según las
categorías de lo vivido, será capaz de proceder, en otro nivel, al análisis del espacio
según las orientaciones norte-sur y este-oeste.
Nociones correspondientes a las Categorías del Espacio y Relativas A:
La posición
CATEGORIAS DE
El espacio ocupado relativa de
ORIENTACION
por uno mismo o el... uno mismo o
EN EL ESPACIO
de un...
LATERALIDAD
La derecha de...
La izquierda de...
A la derecha
de...
El movimiento de uno
mismo o de un objeto
con relación a un punto
de ...
A la derecha de la
derecha de...
A la izquierda A la izquierda de la
de...
izquierda de...
Lo alto de...
PROFUNDIDAD
La cima de...
Lo bajo de...
Encima de...
Sobre...
Debajo de...
Bajo...
Por detrás...
Por delante...
Al reverso de...
ANTERIORIDAD
la delantera de...
Delante de...
La trasera de...
Detrás de...
El derecho de...
Hacia delante...
Hacia atrás...
Al derecho...
Al revés...
Retrocediendo...
Habiendo aprendido correctamente la posición de un objeto con relación a otro,
será capaz de aprehender la posición de una parte del globo con relación natural.
Finalmente, habiendo aprehendido a captar correctamente el movimiento con
relación no a si mismo, sino a otro objeto, le será menos difícil captar los
movimientos relativos de la Tierra y el Sol.
El análisis espontáneo del espacio vivido preparará al niño para aprehender, mediante
un análisis más elaborado, el espacio percibido de la geografía, ya sea se presente en
forma de un paisaje o documento, con relación al meridiano de Greenwich o cualquier
otro punto de referencia fotográfico o impreso.
Este espacio percibido de la geografía a su vez, prepara al niño para aprehender este
espacio matemático.
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