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Paper Universitario
TÍTULO
HOMENAJE A MANUEL CHIRIBOGA
AUTOR
Carlos Larrea, docente del Área de Estudios Sociales y
Globales de la Universidad Andina Simón Bolívar,
Sede Ecuador
Quito, 2014
DERECHOS DE AUTOR:
El presente documento es difundido por la Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador, a través de su Boletín
Informativo Spondylus, y constituye un material de discusión académica.
La reproducción del documento, sea total o parcial, es permitida siempre y cuando se cite a la fuente y el nombre del autor o
autores del documento, so pena de constituir violación a las normas de derechos de autor.
El propósito de su uso será para fines docentes o de investigación y puede ser justificado en el contexto de la obra.
Se prohíbe su utilización con fines comerciales.
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Homenaje a Manuel Chiriboga
Intervención, 21 Octubre de 2014, UASB
Carlos Larrea
Manuel Chiriboga fue un ser humano de enorme valor, a quien siempre le recordaremos no solamente por
su pionero y enriquecedor aporte a la historia económica y social del Ecuador durante el período cacaotero,
por sus investigaciones sobre el campesinado y las estrategias de desarrollo rural que fueron una inquietud
permanente en su vida intelectual, sino también por su apoyo al movimiento campesino e indígena, por su
presencia política como director de desarrollo rural integral en 1979, por su participación en políticas
agrarias en varias oportunidades, y por su contribución a varias instituciones internacionales vinculadas a
la problemática agraria y al desarrollo rural.
Para quienes tuvimos el privilegio de compartir su amistad y la de su familia por varios años, Manuel fue
ante todo un ser humano excepcional. A su serenidad, su sonrisa amplia, y su actitud sencilla y amistosa,
se añaden dos características únicas de su personalidad, su tolerancia, respeto y apertura hacia las ideas
ajenas, y su excepcional optimismo.
Manuel creyó profundamente en la diversidad, y en su potencial para construir consensos a partir del
diálogo. Su vida da testimonio de ello. Él mismo fue un constructor de organizaciones que fundó, como el
CIESE y el CAAP en Quito. Más tarde dirigió el IICA y ALOP, una red internacional de organizaciones
no gubernamentales. Después impulsó a RIMISP (Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural), en su
búsqueda por políticas efectivas de desarrollo territorial. Julio Berdegué relata la frase contundente de
Manuel que cristalizó su aporte: “No se trata siquiera de hacer muy buenos proyectos, sino de cambiar la
realidad”.
Mucho debemos aprender del mensaje del Manuel. Una visión pluralista, respetuosa y abierta, en la
búsqueda común de respuestas hacia grandes interrogantes, como la aspiración hacia la equidad y
sustentabilidad en un entorno adverso en el contexto rural latinoamericano.
Manuel se destacó también, particularmente durante los ocho años finales de su vida, por un optimismo y
una serenidad únicas, por un inmenso amor a la vida, a su familia y a sus amigos, que le permitió sobrellevar
por mucho tiempo el formidable desafío de un cáncer incurable. A las once operaciones de cirugía mayor
al inicio de su enfermedad en 2006, siguieron 120 aplicaciones de quimioterapia. Manuel continuó frente a
tanta adversidad con su trabajo productivo, iluminándonos con su creatividad y cultura, desde su página
editorial de El Universo y desde sus investigaciones, casi hasta el final de su vida. Este milagro solo fue
posible gracias a la inmensa generosidad de Manuel, al apoyo y amor de Amarilys y su familia, y a su
increíble capacidad para dar y recibir afecto de todos. El propio Manuel expresó con sus palabras la enorme
importancia que tuvieron en su lucha contra la enfermedad, el apoyo de Amarilys, de su familia y amigos.
Y este apoyo fue grande como lo fue su generosidad para todos. La conversación sobre el cáncer entre
Manuel y Pocho Álvarez, filmada por este gran cineasta, que también ha sufrido de la enfermedad, es un
testimonio de vida y esperanza. Agradezco a Pocho por haberme facilitado este documento.
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Mi amistad con Manuel se consolidó hacia fines de los años 1970, cuando trabajamos juntos en estudios
basados en encuestas en Salcedo, Quimiag y Penipe. Agradezco a Manuel por la oportunidad que desde
entonces me abrió para compartir su visión académica y su gran experiencia, en esta ocasión y en varias
otras, casi hasta el final de su vida, pero ante todo me siento orgulloso de haber recibido su afecto y su
amistad. Siempre admiré su mirada positiva, su carácter jovial y su gran apertura ante opiniones diversas.
También compartimos con Amarilys y su familia las experiencias de la paternidad de nuestros hijos
pequeños y muchas aventuras familiares.
Más tarde realizamos juntos una prolongada investigación sobre las transformaciones agrarias en la
producción de banano en el Ecuador, y luego de mucho tiempo de haber recorrido caminos diversos,
volvimos a colaborar en un enorme proyecto de investigación sobre desarrollo territorial rural en nueve
países de América Latina, cuyos interrogantes, vinculados con las condiciones que favorecen un cambio
social incluyente y sustentable en el mundo rural, me recordaban preguntas similares que nos formulamos
treinta años atrás al inicio de nuestro trabajo intelectual con Manuel. La búsqueda concreta de mecanismos
efectivos para mejorar las condiciones de vida en el sector rural constituyó la mayor preocupación
intelectual en la vida de Manuel.
No pretendo esbozar siquiera una síntesis del formidable aporte de Manuel a la sociología rural en América
Latina y el Ecuador, ni analizar su seminal contribución a la historia económica de nuestro país, tampoco
podría reseñar su trabajo como constructor de instituciones, su apoyo al Estado ecuatoriano y a varios
organismos internacionales, ni su prolongada vinculación con organizaciones indígenas y campesinas.
Busco más bien identificar algunas de las preguntas centrales a las que Manuel buscó respuestas a lo largo
de su fecunda vida intelectual y activa presencia política y social. He encontrado dos ejes que lo
identificaron a lo largo del tiempo y que articularon su presencia. El primero es su lucha apasionada por el
fortalecimiento de la sociedad civil, y de su expresión con respeto a la diversidad y al pluralismo de ideas.
El segundo es la búsqueda de condiciones que favorezcan la superación de la pobreza, y la mejora
sustentable de las condiciones de vida en los territorios en América Latina, y de las políticas para
potenciarlas.
He seleccionado tres publicaciones de Manuel tomadas en distintos momentos de su vida, para buscar líneas
de continuidad y centrarme en sus aportes y preocupaciones fundamentales.
El más reciente es el libro Territorios en Movimiento1 publicado por un equipo de investigadores de RIMISP
entre quienes Manuel tuvo una gran influencia. Existen dos grandes interrogantes en esta obra. El primero
es la identificación de territorios en los cuales se haya obtenido simultáneamente, durante las últimas
décadas, una mejora del ingreso y la reducción de la pobreza y la desigualdad, con resultados
ambientalmente sustentables. El estudio encuentra que esas características son más bien excepcionales en
Latinoamérica, donde apenas 1 de cada 10 habitantes vive en un territorio, con prosperidad económica y
distribución social. En este pequeño grupo, pocos territorios tienen además perspectivas de sustentabilidad
ambiental.
1
Berdegué, J.; Bebbington, A.; Escobal, J.; Favareto, A.; Fernández, I.; Ospina, P. Munk Ravnborg, H.; Aguirre, F.;
Chiriboga, M.; Gómez, I.; Gómez, L; Modrego, F.; Paulson, S.; Ramírez, E.; Schejtman, A.; Trivelli, C. 2012.
“Territorios en Movimiento. Dinámicas Territoriales Rurales en América Latina”. Santiago de Chile: Programa
Dinámicas Territoriales Rurales. RIMISP.
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La segunda pregunta se refiere a las condiciones que han hecho posible un crecimiento equitativo y
sustentable, y a su potencial replicabilidad. La respuesta del estudio apunta a la consolidación de coaliciones
sociales transformadoras, alianzas sociales e instituciones que favorecen un desarrollo participativo, que
pueden replicarse en otros territorios solamente si se parte de la expresión de las propias necesidades en
cada contexto particular, sin imponer esquemas o decisiones externas. Esta idea ha sido medular en el
pensamiento de Manuel desde hace mucho tiempo e indudablemente ha influido en la tesis central de este
libro.
La segunda publicación es el artículo “La crisis agraria en el Ecuador: Tendencias y contradicciones del
reciente proceso”, que formó parte de una amplio estudio conjunto sobre el Ecuador, realizado por la
Universidad y York y FLACSO a inicios de los años 1980.2 El artículo es un ejemplo representativo del
enfoque metodológico de Manuel, quien parte de una visión de conjunto, con abundante información y una
visión histórica y estructural de largo plazo, incluyendo una visión crítica de las políticas estatales, para
luego centrarse en sus inquietudes fundamentales. Su tesis principal demuestra que el sector agropecuario,
y en particular los campesinos y medianos productores, se han beneficiado muy poco del auge petrolero de
los años 1970, y que por el contrario, han sufrido en un contexto de estancamiento de la producción para el
mercado interno y una creciente marginalidad, acompañada de crecientes desequilibrios regionales, pese a
la relativa prosperidad de otros segmentos del sector agropecuario. Son sorprendentes tanto la actualidad
de muchas de las conclusiones de este trabajo, escrito hace tres décadas, como la continuidad de las
preguntas centrales que Manuel trató de responder como agrarista e investigador.
Finalmente, quiero referirme a la obra monumental que constituye el mayor aporte de Manuel a la historia
social y económica del Ecuador. Su libro “Jornaleros, grandes propietarios y explotación cacaotera; 17901925” reeditado recientemente por la Universidad Andina, luego de 33 años de su primera edición en 1980.
El libro ha sido calificado con justicia por Enrique Ayala como un aporte pionero y profundo, todavía no
superado, para el análisis histórico del período cacaotero en la historia ecuatoriana. Una contribución central
del mismo es su detallado estudio de los campesinos y jornaleros agrícolas, y de los sectores subalternos en
general, y de su inserción en una estructura social caracterizada por una enorme inequidad, cuyos efectos
son todavía evidentes en el Ecuador contemporáneo.
Estas tres obras, distintas entre sí, y escritas con décadas de diferencia, reflejan la profundidad analítica y
el enorme valor intelectual de su autor, e ilustran también el aporte de una mente que buscó siempre las
formas de superar la inequidad y la exclusión de los trabajadores y campesinos pobres, creando espacios
participativos, democráticos y pluralistas. Pero más allá de su aporte académico, permanecerá siempre entre
nosotros el recuerdo de Manuel como un ser humano auténtico, generoso y un amigo inigualable.
Chiriboga, Manuel, 1985. “La crisis agraria en el Ecuador: Tendencias y contradicciones del reciente proceso”. En:
Luis Lefeber (ed.). Economía Política del Ecuador. Campo, región, nación. Quito: FLACSO – CERLAC – CEN.
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