RESUMEN ALFABETIZACIÓN VIRTUAL ASISTIDA PARA ADULTOS, ESTRATEGIAS E IMPACTO DE UNA EXPERIENCIA DE FORMACIÓN CON APOYO DE TIC Por: Ricardo Nieto Rizo El PAVA (Programa Alfabetización Virtual Asistida) es un programa puesto en marcha en algunas zonas de Colombia para alfabetizar a personas jóvenes y adultas. Con este programa flexible se quiere derrotar el analfabetismo de algunos sectores de la sociedad colombiana, sobre todo de mujeres y de etnias minoritarias. Pero este programa tiene un componente innovador que es el virtual. Esto implica que el alumno tiene que adquirir las habilidades básicas en la utilización de tecnologías, como pueden ser el ordenador o el Internet. Antes de todo, hay que resaltar, que el joven adulto aprende partiendo de las experiencias vividas hasta ese momento, y esto se tiene en cuenta en el diseño de la metodología que se usa, las actividades que se hacen y en las estrategias de aprendizaje. Para contextualizar este programa, no se puede olvidar que se calcula que en el mundo hay más de 850 millones de personas sin alfabetizar, según la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura, y se estima que de estas personas 34 millones viven en Iberoamérica, de los cuales el 40% no acabaron sus estudios de la educación básica primaria. Por ello, este programa es una respuesta a la necesidad de alfabetización que se vive en esta zona del mundo. Así, se quiere conseguir que la población con la que se trabaja se acerque al sistema educativo colombiano, y conseguir el desarrollo de las zonas que habitan. En el 2007 el Ministerio de Educación Nacional lanzó el Programa nacional de Alfabetización. En esta misma época un grupo de pedagogos habían analizado los resultados de una investigación entorno a este programa, y ellos concluyeron que Colombia carecía de un programa de alfabetización para jóvenes y adultos, que al mismo tiempo que los alfabetizaba, les acercaba a los usos y manejos adecuados de las nuevas tecnologías de información y comunicación. Por eso, la Católica del Norte, Fundación Universitaria, mediante el Cibercolegio UCN, elaboró el PAVA en febrero de 2008. El planteamiento fue aprobado por el Ministerio de Educación y esta última institución puso una condición: realizar una prueba piloto en la Guajira. La prueba piloto dio muy buenos resultados y así cada año se va ampliando el número de beneficiados por el programa y la zona en la que se pone en marcha es cada vez mayor. Para resumir, el PAVA nació como una prueba piloto, pero hoy en día su presencia es cada vez mayor en el ámbito de alfabetización de jóvenes y adultos en toda Colombia, y este aprendizaje es apoyado por la tecnología, siendo más fácil para estas personas incluirse en la sociedad del siglo XXI. Pero, no solo tiene estos objetivos. Además de acercar a los alumnos al mundo digital e informático, se quiere aumentar la autoestima de los participantes, que adquieran competencias laborales y que la familia se implique en el proceso de aprendizaje. Cuando un estudiante termina el proceso de aprendizaje (de unas 25 semanas y 230 horas) que plantea el programa obtiene el nivel equivalente a los niveles de primero a tercero de la educación básica. Para llegar hasta estos objetivos se formuló un modelo educativo. En su base tenía dos de las líneas pedagógicas modernas: la teoría de las inteligencias múltiples y el aprendizaje significativo. El planteamiento tiene dos fases. En la primera, que dura 13 semanas, el estudiante aprende los elementos clásicos de la lengua castellana y en la segunda parte adquiere conocimientos y habilidades en matemáticas, ciencias naturales y sociales. Cada semana el alumno asiste a un punto de encuentro y allí pasa 8 horas, de las cuales 4 se dedican a desarrollar los contenidos en clase, y las restantes se usan para practicar y interactuar con el ordenador en la sala de informática. Así sucede la familiarización con la tecnología. Algunas actividades son el pretexto para que los jóvenes y adultos que se están alfabetizando aprendan los elementos y utilidades básicas en el manejo del ordenador, como puede ser crear una cuenta de correo electrónico para comunicarse con su facilitador. En este planteamiento también se enseña usar de un modo didáctico Internet. Por lo tanto, se puede decir, que las tecnologías son un eje transversal, ya que son el mediador en el aprendizaje, al menos en la mitad del tiempo del proceso de alfabetización. Como se ha dicho con anterioridad, los alumnos aprenden partiendo de su experiencia vivida, y por ello es importante diseñar materiales didácticos apropiados para los alumnos con los que se va a trabajar y adecuados también para los medios de difusión y medios de trabajo que tengamos. El alumno recibe estos materiales en dos formatos diferentes. En manera física, esto es, en un medio impreso, y también se proporciona al alumno un formato virtual, un CD y un acceso a una plataforma virtual. Así el alumno adquiere los conocimientos utilizando los dos formatos. Pero todo esto no lo lleva a cabo solo el joven o adulto que está aprendiendo, en su camino tiene la ayuda de un facilitador. Esta figura genera confianza en la persona que está aprendiendo, reforzando la autoestima, unos de los objetivos que tiene el programa. La figura del facilitador está presente tanto en el aula como en la sala de informática, y en la medida que el alumno va progresando en su aprendizaje esta figura va desapareciendo poco a poco. Así el alumno es más autónomo en su aprendizaje, y pone en práctica el estudio colaborativo o cooperativo. Entonces, el facilitador tiene que ser una persona activa y que lleva el liderazgo al principio, porque es la persona que conduce a los alumnos. Pero no se debe olvidar que el aprendizaje en lo que se refiere a lo virtual debe ser lo más autónomo posible, y que requiere de disciplina por parte del alumno, para que al final el alumno pueda seguir estudiando solo, sin la ayuda continua de alguien. Así el alumno, cuando termine este proceso, va a ser capaz de seguir estudiando, y el programa persigue este objetivo, que los participantes puedan continuar su proceso de educativo con la mediación virtual como estrategia en el proceso enseñanza-aprendizaje. Para ser un facilitador del PAVA hay que pasar por un proceso de formación. Este proceso de formación lo diseñaron para que el facilitador obtenga las competencias en pedagogía, técnicas y tecnologías y así desarrolle bien su papel en el proceso. Aún así, después de este proceso de formación, los facilitadores se juntan una vez al mes para hacer una evaluación del programa por municipio y también hay métodos para que haya un seguimiento continuo.