Distr. RESTRINGIDA LC/B. Ì+30 2U de mayo de 1985 ORIGINAL: ESPAÑOL C E P A L Comision Economica para América Latina y el Caribe LA RADICALIZACION POLITICA DE LA JUVENTUD POPULAR DEL PERU */ Este documento ha sido preparado por el señor Julio Cotler, consultor de la División de Desarrollo Social de CEPAL. Las opiniones expresadas en este documento son de la exclusiva responsabilidad de su autor y pueden no coincidir con las de la Organización. 85-5-7U2 - iii - Resumen En el tr ansc ur so de 1 os ú.l t i m o s ve i nti cinc o a ñ o s el Perú, na e x p e r i m e n t a d o una. s u s t a n c i a l estructura social, condicionando transformación el cambio de de su identidad p o l í t i c a de las c l a s e s p o p u l a r e s y, muy en e s p e c i a l s de sus y m e d i a d o s de los. s e t e n t a las jóvenes, en térmi n o s d e su radi cal i z a c i ó n . Entre ciases los años sesenta populares urbanas, que se rápidamente destacaba debido el la empleo, de rural educación. de en nuevas e participación mocíi t i caban en términos el de En e s t e c u a d r o , comunicación -fue m á s i n t e n s a y g e n e r a l i z a d a populares urbanas y que étnico andino, experimentaron ascendente, y el a c c e s o a los m e d i o s jóvenes migración componente relativa movilidad ingresos, a expandían intensas s o c i a l , cultural la movilidad de que el de las expectativas el los clases desarrollo reterentes y política en una ocupación, social en su c o n j u n t o , p r o p i c i a n d o se la a su definición naci onal. Sin embargo. i mpulsad a movilización por de las dicha 1a movilidad amp1 i ac i ón clases estuvo de populares 1a y condicionada organi 2 ac ión en las q u e los e y „óvenes planoss jugaron papel estudiantiles, En e f e c t o 5 las un mientras durante gobierno militar les se procesaba c a d a ves En los social encontró a s p e e i al m e n t e conducción polí ti ca representaba, experimentaba de el socialización relativa de las país y urbana r u p t u r a con y clases estatal les impedía concretar La referentes culturales, radicalisación fundamental mente fines la de Izquierda Unida transformación por del en la tanto transición que populares. que Su suponía estructuras ai d e s a r r o l l o de q u e la e x c l u s i ó n una sociales nuevas y bloqueo y realizar = en curso se caracterizó su n a t u r a l e z a o r g a n i z a d a y c u l m i n ó , década pasada, y, se asumiendo la las t.r ad i c i onal es y propia popular populares, educacional, forinas se expresiones juventud vivida, culturales paternas, propendían del políticos. la las regimen e s t a m a n e r a su clases manera de para que ellas sensibi1 i j a d a , de del tena:-: y a t r a v é s de sellando contienda barriales. bloqueo político motivó como sujetos sociales y esta distintos la t r a n s í o r m a c i ó n s e s e n t a y el de m a n e r a m á s radicales., constitución mu.y excluyante d e los setenta«. enfrentaran en sindicales, políticos, c l a s e s p o p u l a r e s , el carácter oligárquico y dirigente, con la constitución desde principios de Apra, canalizando de ios o c h e n t a , con sus acciones a la la en el formato 19B0. por legal La que Izquierda Unida, los jóvenes setenta. , En Apra, el de de co-social del populares y de país manera a muy la educación siguió tr abajo particular, c i rcunstancias, partículármente del i ndeoendi ente. ios los de los años jóvenes su s decidida al de 1985. económi- Las clases comenzaron en de i n g r e s o s y tanto tendencia sesenta. migrantes y la que la ascendente En estas rurales origen a n d i n o , experi mentaron formas m á s drásticas del m e n c i o n a d o b l o q u e o a d a n d o lugar a una tr aba jo a s a l a r i a d o pr asen tan do la ¡<11 ¿ma que se venía dando desde logró la situación d e s c e n d e n t e , en t é r m i n o s ocupación, por la p r e c a n z a c i ó n las con deter i orarse. en de de este p r o c e s o , a partir d é c a d a pasada, jóvenes, progresiva movilidad del políticos, articulación logrado en abril comenzó las c a <n b i a n d o exper i ¡r-entar un bloqueo económí en ••• soc i a 1 , ampliación y g r u p o de jóvenes y al d e s a r r o l l o la los grupos en dirigido sesenta p a r t i daría, contribuyó Simultáneamente mediados los un actuación s o r p r e n d e n t e éxito electoral de de electoral su vez, de d i f e r e n t e s s e g m e n t o s estrío que frente diferentes reorganiz a c ión objetivos, sociedad, a a clases populares. la como radical izados agrupa representantes f dirigir di ó c u r s o la t r a n s i c i ó n d e m o c r á t i c a social. y las - vi - Esto s e d e b i ó a que a c r i s i s e c o n ó m i ca, ¡ a s t a el 1 os de se inició recesivo, internaci o n a l e s la pragresivamente que los distintos en p o l í t i c a s de a j u s t e organi s m o s Í976 s e ha ido a g u d i z a n d o día de h o y , p r o v o c a n d o se e m b a r q u e n por que partir gobiernos recomendados garantes del sistema f i nanc i ero. De esta deter mi n a r o n manera un m e n o r mientras las grado que insistió acompañada de en una la encuentran de un proceso de política galopante aquellos recesiva, inf1 a c i ó n , r e c h a z a n d o asi' los populares que desechando toda de rieaoc i ac i ón en y las de su juventud, zonas rurales un r e n o v a d o r e c h a z o popul ar< práctica exclusión posibilidad política su j e t o s p o 1 :í t i c o s p o p u 1 ares. la en se en p r o c e s o de u r b a n i z a r s e c u l t u r a l mente» oli gárqui c o , por apertura económica A d e m á s , el n u e v o gobi er no r e t o m ó un e s t i l o mecanismos sociales gobierno democrático instalado requeri mi e n t o s de las c l a s e s especialmente condiciones de par t i. c i pac i ón gr emi a 1 de 1 a se u a b a Si n e m b a r g o , el 1980, nuevas con de de actuación establecer los nuevos a c t o r e s y E s t e est i 1 o pal i t i co pr odu. j o especia!, ¡üente a sus de nuevas la juventud, demandas de p ar t x c i pac i. ón „ De la ahí que esta situación n o l e n c i a política ocsatad-"1 c o n d i c i o n ó el d e s a r r o l l o oor Sendero Luminoso de que - vil - r e c l u t a s u s i n t e g r a n t e s e n t r e la juventud provinciano, Es •fuerte especialmente esta los reconocer pob 1 ac i ón golpes experimenta de de manera planos- de origen sur, 1 a. q u e ex per i m e n t a d e m a ñ e r a la. recesión máss la l e g i t i m i d a d -en t o d o s los de la s i e r r a popular brutal , y, el de lado r e c h a z o estatal d e sus a s p i r a c i o n e s en otro ma.s la d e f i n i c i ó n a de la a participar constitución naci onal> El p r ó x i m o g o b i e r n o (Barcia, p r o m e t e r e m e d i a r por el carácter conten i do por imposiciones de manera su del e s f u e r z o s del asta popular nac i ona. 1 Asimismo a p r i s t a , b a j o la. c o n d u c c i ó n y situación» del FMI Estado explícita, partido popu. 1 ar reiterado y hacia la la el En de y 1 a. primer también campafía lugar por el elec toral . de rechazar las necesi dad de r evertir los agro serrano necesidad en la construcción nacional. Alan propósito de reconociendo, incorporar ae india", de ia el "mancna Es un lugar común reconocer que en los últimos v e i n t i c i n c o años el Perú ha experimentado importantes transformaciones de su estructura s o c i a l . principales factores o indicadores que generalmente se u t i l i z a n para car o d e t a l l a r dichas transformaciones son el cambio demográfico Los expli- acarreado por las migraciones y la urbanización; las modificaciones de 1a estructura productiva y ocupacional que han promovido el fortalecimiento y extensión ca^ p i t a l i s t a y su i r r a d i a c i ó n en las áreas r u r a l e s ; l a expansión del sistema educacional y de los medios de comunicación de masas que, conjuntamente con los anteriores procesos también han contribuido en a l t e r a r , de manera s i g n i f i c a t i v a , los e s t i l o s de vida y los tipos y niveles de aspiraciones s o c i a l e s . A todo esto es necesario agregar l a singularidad de las reformas i n s t i tucionales realizadas por el pasado régimen m i l i t a r , que acabaron por desmar^ t e l a r el anacrónico régimen oligárquico de dominación y procuraron la considerable expansión de las funciones-y del ámbito e s t a t a l . Sin embargo, con menor frecuencia se relievan las transformaciones poM ticas y c u l t u r a l e s que la sociedad peruana ha experimentado en ese período y, en p a r t i c u l a r , el cambio de identidad p o l í t i c a que las clases populares urba^ ñas* en general, y sus jóvenes en p a r t i c u l a r , han experimentado en términos de su radical ización. En este sentido existen varias y muy claras evidencias que dan muestras de l a r a d i c a l i z a c i ó n popular y de los jóvenes de dichas clases. La primera, * Definimos a las clases populares en términos ocupacionales; en este s e n t i do comprenden obreros, independientes no-profesionales y empleados s i n poder de dirección. .2. son los resultados e l e c t o r a l e s para nominar a los representantes de la Asamblea Constituyente en 1978, para e l e g i r Presidente y parlamentarios en 1980, para designar alcaldes en 1981 y 1983. En todos estos eventos las agrupaci£ nes i z q u i e r d i s t a s , d i v i d i d a s en los tres primeros casos y unificadas en la última ocasión, lograron obtener alrededor de un t e r c i o de la población e l e £ t o r a l , hecho i n s ó l i t o en América Latina. Si bien los a n á l i s i s sobre dichos procesos electorales no son concluyeji tes, traslucen la e x i s t e n c i a de a l t a s correlaciones entre el voto obrero, así como de los pobladores de los barrios urbanos-marginales ("pueblos jóvenes") y las agrupaciones de l a izquierda marxista, especialmente en la ciudad de Lima, que congrega a la tercera parte de la población e l e c t o r a l ; c o r r e l a ciones que parecen e x i s t i r igualmente entre población urbana y dichas organi^ zaciones p o l í t i c a s en l a s i e r r a sur, l a llamada "mancha i n d i a " ( l ) . Las últimas elecciones generales del pasado mes de a b r i l , en las que el Apra y su joven candidato ganó de manera abrumadora, seguido por el candidato de la Izquierda Unida, s i g n i f i c ó el desplazamiento masivo del electorado popular,que hasta entonces votaba en favor de los partidos hacia el Apra. "tradicionales", Así alrededor del 80% del electorado se asoció por fórmulas n a c i o n a l i s t a s , populares y democráticas, que proponían cambios trascendentales en l a estructura s o c i a l y p o l í t i c a del p a í s , orientadas hacia l a nacionaliza^ ción y democratización de la sociedad y l a p o l í t i c a . Estos resultados, que han determinado el arrinconamiento de l a representación de las clases dominantes, crea una s i t u a c i ó n i n é d i t a , plagada de esperanzas y temores en r e l a ción al devenir h i s t ó r i c o del país. Una segunda evidencia del proceso de r a d i c a l i z a c i ó n de las clases populares es la aparente consolidación de la Confederación General de Trabajadores (1) Rafael Roncagliolo, ¿Quién gano? Elecciones 1931-1980, DESCO, Lima, 1980, Fernando Tuesta S o l d e v i l l a , Elecciones municipales: c i f r a s y escenario p o l í t i c o , DESCO, Lima, 1983; El nuevo r o s t r o e l e c t o r a l , l a s municipales del 83, DESCO, Lima, 1985. .3. del Perú, que s i bien es controlada burocráticamente por el Partido Comunist a , se ve acompañada por el desarrollo del sindicalismo " c l a s i s t a " entre las capas obreras y de empleados públicos. Paralelamente a estas organizaciones, el nivel de exigencias de las asociaciones de los barrios populares acompañan el estado de movilización y r a d i c a l ización del conjunto de l a s clases p£ pulares urbanas. Por último, l a emergencia desde 1980 de "Sendero Luminoso" y el arrastre que parece mantener entre sectores populares, a pesar de los golpes milj_ tares y la derrota p o l í t i c a que ha sufrido con la masiva p a r t i c i p a c i ó n electoral en el pasado a b r i l , es la muestra más evidente de la existencia de un panorama de r a d i c a l i z a c i ó n y v i o l e n c i a en la sociedad peruana. En este proceso de cambio de identidad p o l í t i c a en términos r a d i c a l e s , que redefine a las clases populares y del escenario p o l í t i c o del Perú, la ventud popular parece haber tenido un papel c r u c i a l . En efecto, esta juven- tud habría tenido un papel determinante en l a organización y dirección de d i cho proceso a p a r t i r de su implantación en las universidades, sindicatos y partidos p o l í t i c o s , de las organizaciones de los barrios populare:; y de las comunidades y centros c r i s t i a n o s . Así se e x p l i c a r í a , por ejemplo, l a constitución de una nieva d i r i g e n c i a en el Partido A p r i s t a capaz de reorganizar dicha agrupación, después de la c r i s i s que experimentara a la muerte de Haya de la Torre, pasando por encima del viejo liderazgo que congregara el Jefe h i s t ó r i c o . Sería esta nueva gen£ ración de dirigentes l a que reformulara las orientaciones p a r t i d a r i a s y sus relaciones con la sociedad, que l e v a l i e r a gozar de una nueva imagen, r e s u l tado de lo cual fuera el arrastre popular y el i n d i s c u t i d o triunfo e l e c t o r a l en a b r i l de 1985. Un fenómeno s i m i l a r ocurre en Izquierda Unida, constituida por ex-estudiantes u n i v e r s i t a r i o s y dirigentes obreros, socializados en las intensas mo v i l i z a c i o n e s populares de la década pasada, en contra del régimen m i l i t a r . .4. Por último, es un hecho reconocido la implantación que Sendero Luminoso tiene entre c i e r t o s sectores j u v e n i l e s y l a p a r t i c u l a r importancia que ha concedido en el reclutamiento femenino entre dichos sectores j u v e n i l e s . Tratar de comprender los factores que explican l a radical ización y viol e n c i a de l a juventud popular y su i r r a d i a c i ó n en las clases populares, esp£ cialmente las urbanas, va mucho más a l l á del interés académico, en tanto que compromete la vida y los derechos humanos de todos los peruanos. La búsque- da de dichas explicaciones, aunque t e n t a t i v a s , apunta al encuentro de fórmulas a l t e r n a t i v a s capaces de canalizar l a p a r t i c i p a c i ó n de l a juventud popul a r y su radicalismo, en l a constitución de un consenso popular que siente las bases del d e s a r r o l l o y la democracia en el Perú. A su vez, en l a medida que el caso peruano parece acercarse a una s i t ú a ción " l í m i t e " en el ámbito sudamericano, esta aproximación debería aportar indicaciones, al menos, de los problemas que atraviesan o, eventual mente,pu£ den t r a n s i t a r otros países de la región. Para abordar este problema se examinará de qué manera los cambios demog r á f i c o s , educacionales y económicos de las últimas dos décadas han afectado la condición j u v e n i l . En segundo lugar, se asociará dichos cambios con las experiencias p o l í t i c a s y culturales que las clases populares y los jóvenes han experimentado en ese período. 1. Los cambios demográficos ocurridos en las últimas dos décadas en términos de migración-urbanización, s i g n i f i c ó que los jóvenes -es decir aquellos com prendidos entre 15-24 años, para seguir con l a convención universaldel 18% al 20% en el período intercensal 1961-1981. pasaren En ese mismo lapso la presencia j u v e n i l en las áreas urbanas s a l t ó del 51% al 70%, mientras que la población urbana del país pasó de 47% a 65%. Además, mientras en 1961 el 22% del total de los jóvenes del Perú r e s i d í a n en Lima, centro metropolitano por excelencia, esa proporción pasó a ser de 31% en 1981. .5. De t a l manera que s i l a inmensa mayoría de los jóvenes urbanos en 1961 eran de origen provinciano y r u r a l , veinte años más tarde también l a mayoría de los jóvenes eran nativos de las ciudades, constituyendo l a primera genera^ ción urbana. Es d e c i r , no sólo la población j u v e n i l acrecentó su presencia r e l a t i v a en la población total del país, sino que también incrementó de manera sustajn c i a l su p a r t i c i p a c i ó n en l a población urbana y , en ese sentido, interviniendo de manera activa en l a construcción de la modernidad nacional del país y , en esa medida, en la ruptura del orden t r a d i c i o n a l . 2. Esta última proposición se hace evidente, por ejemplo, en los dramáticos cambios del p e r f i l educacional de l a población peruana durante dos décadas. las últimas En primer lugar, debido al sustancial incremento del alfabetis^ mo en el conjunto de l a población y de manera muy especial entre los jóvenes, sean urbanos o rurales. En efecto, en ambos casos, l a población entre 15-24 años alcanza niveles de alfabetismo superiores al conjunto de la población ur baña o r u r a l . Aunque, como era de esperarse, en l a población urbana existe una propor^ ción mayor de alfabetos que entre l a población r u r a l . Sin embargo, en térnri_ nos globales, las diferencias no son tan acusadas como las que se podría esperar, dado el conocido atraso de otros s e r v i c i o s públicos existentes en el campo peruano (Cuadro 1). En segundo lugar, el cambio del p e r f i l educacional se manifiesta en la modificación de l a participación de l a población en los niveles educacionales. a. En este sentido se destacan los siguientes aspectos: el brusco descenso de la población sin ningún nivel educacional, que va asociado con el desarrollo del alfabetismo; b. a l incremento de la participación de la población total en el nivel prinra r i o , debido a la incorporación de l a población rural en el proceso e-ducafcional, paralelamente al descenso de l a p a r t i c i p a c i ó n de la población urbana en Cuadro 1 Perú; condición de alfabetismo entre los jóvenes, según área urbana y rural, 1961-1'. 11 (porcentajes) A 1 f a b e tos Analfabetos T No especificado c t a 1 1961 1972 1981 1961 1972 198.1 1961 1972 1981 1961 1972 1981 15 - 24 71.8 85.9 92.8 28.2* 13.2 6.9 0.0 0.9 0.3 100 100 100 25 - 29 65.9 77.4 89.3 34.1* 21.7 10.4 0.0 0.0 0.3 100 100 100 58.6 67.0 78.4 41.4* 31.6 21.1 0.0 1.3 0.5 100 100 100 15 - 24 89.1 95.6 97.6 10.9* 4.4 2.1 0.0 0.0 0.2 100 100 100 25 - 29 85.9 91.5 96.3 14.1* 8.5 3.4 0.0 0.0 0.2 100 100 100 79.8 82.6 88.5 20.2* 17.4 11.1 0.0 0.0 0.4 100 100 100 15 - 24 53.5 68.9 81.3 46.5 31.1 18.1 0.0 0.0 0.6 100 100 100 25 - 29 46.1 54.5 71.5 53.9 45.5 27.9 0.0 0.0 0.5 100 100 100 38.9 45.5 58.5 61.1 54.5 40.6 0.0 0.0 0.9 100 100 100 Nivel nacional Población total** Area urbana Población total** Area rural Población total** Fuente. Censos Nacionales 1961, 1972, 1981. ^Incluye a los que no declararon condición de alfabetización. **Población total de 5 años y más, con excepción de 1961 que es de 6 años y más. (Ti .7. este nivel y , muy en especial de los jóvenes, que pasara concentrarse de manera predominante en los niveles secundario y superior (Cuadro 2). Es muy probable que, como se anotara en otro estudio(2), los jóvenes de origen rural migran a las ciudades cuando llegan a un c i e r t o nivel educacional en sus lugares de nacimiento, que no se corresponden con el grado de des a r r o l l o económico-social de su lugar de origen. c. Sin embargo, como puede observarse de l a lectura de los cuadros 3 y 4, la p a r t i c i p a c i ó n femenina en el sistema educacional aún se mantiene por deba^ jo de la masculina. A su vez, la disparidad entre las mujeres urbanas y ru- rales es muy grande, en favor de las primeras; disparidad todavía mayor cuaji do se compara el nivel educacional alcanzado por las jóvenes urbanas en r e U ción al total femenino y a las del mismo grupo de edad que pueblan las áreas rurales. d. El desarrollo educacional que, como hemos v i s t o , va estrechamente asocia^ do con la población j u v e n i l , ha contribuido a ampliar de manera s i g n i f i c a t i va la educación u n i v e r s i t a r i a . Mientras en 1960 l a educación u n i v e r s i t a r i a contaba con 30.000 alumnos, diez años más tarde pasó a 109.000 y en 1982 a l canzó a 305.000(3). De esta c i f r a total los hombres representaron el 63%. Mientras en l a mayor parte los países latinoamericanos, uno de cada diez jóvenes a s i s t í a a l a universidad a comienzos de l a presente década(4), en el Perú el 6.8% de los jóvenes contaba con educación superior; sin embargo en Lima Metropolitana esa proporción se elevaba a 16.5%. (2) Giorgio A l b e r t i y J u l i o C o t l e r , Aspectos sociales de la educación rural en el Perú, IEP, Lima , 1977. (3) I n s t i t u t o Nacional de E s t a d í s t i c a , Compendio e s t a d í s t i c o de 1982, Lima, 1983. (4) CEPAL, Situación y perspectivas de lá juventud en América Latina, José, Costa Rica, octubre 1983. San Cuadro 1 Perú; jóvenes de 15-24 años según nivel de educación, 1961-1981 Nivel' educativo N i v 1 N a i o na 1 A TJ R u 15--24 años Pobl. total nac. 15--24 años Pobl. total urb. 15--24 años Pobl. total rur. 1961 1972 1981 1961 1972 1981 1961 1972 1981 1961 1972 1981 1961 1972 1981 1961 1972 1981 Ninguno 28.2 12.0 6.3 45.8 30.2 16.9 11.4 Pre-esc. y prim. 53.3 48.5 37.0 43.0 51.2 52.5 1.8 56.7 41.2 24.3 Secundaria 27.0 16.8 7.7 54.1 54.8 48.3 ' 46.0 27.4 15.5 49.7 62.6 62.3 63.0 50.7 32.6 32.8 45.7 55.9 15.5 34.3 46.8 7.8 14.8 23.1 27.6 47.3 59.7 14.8 22.6 32.1 4.2 2.7 9.0 18.6 1.3 2.8 6.7 6.6 - 0.1 0.3 0.5 0.1 0.2 0.3 0.7 3.3 0.1 0.1 0.4 0.0 0.1 0.2 1.0 1.1 2.0 1.4 0.6 2.7 2.8 0.5 4.3 100 100 100 100 100 100 100 100 100 Universitario 1.0 3.7 5.5 0.9 2.5 4.5 1.8 Sup. no univers.** 5.4 7.8 1.9 4.0 0.9 0.4 3.7 0.6 0.4 2.3 1.6 No especificado 0.6 5.2 1.2 1.1 1.1 0.7 1.9 0.9 0.7 0.8 1.3 1.2 100 100 100 100 100 100 100 100 100 Ib tal Fueñte. *De cinco años y más, con excepción de 1961 que es de cuatro años y más. "ftii CO .9. Cuadro 3 Perú: población urbana/rural según nivel educativo y sexo, 1981 Nivel educativo Total urbana Hombres Mujeres Total rural Hombres Población Total Mujeres nacional* Hombres Mujeres 5.2 10.1 22.6 42,.5 11.1 21.9 Pre-primaria** 47.1 49.5 64.5 47..1 53.0 46.5 Secundaria 34.5 29.6 9.1 4.,2 25.8 22.0 Sup. no univ. 3.4 3.3 0.3 0 . ,2 2.3 2.4 Sup. univ. 8.3 4.9 0.4 0. 2 5.6 3.5 No especif. 1.4 2.5 2.8 5. 5 1.9 3.7 Total % 100 100 100 100 100 100 4'864, 2'469, 2'445, 7 "3 08, 7'260, Ninguno Absoluto Fuente: * 4' 790, INE, Censo Nacional, Tabulados no publicados. Población de 5 años y más. ** Incluye Básica Regular y Laboral. .10. Cuadro Perú: 4 Jóvenes (15-24 años) según nivel educativo y sexo. Areas urbana y r u r a l . 1981. Urbano Población Nivel Rural M Total H M Total H M 2.9 8.6 6.3 1.0 2.5 1.8 7.5 23.7 15.5 Pre-primaria 34.0 37.0 37.0 20.8 27.6 24.3 65.3 59.3 62.3 Secundaria 51.7 43.5 46.8 63.5 56.3 59.7 24.4 12,6 18.6 3.4 4.0 5.5 4.8 5.6 7.8 0.4 0.4 0.5 Sup. univ. 6.4 4.8 3.7 8.7 6.7 5.2 0.5 0.5 0.4 No especif. 1.4 1.9 0.7 1.2 1.3 1.2 1.7 1.7 2.7 Total 100 100 100 100 100 100 100 100 100 1 "722 1' 743 3'466 11205 1 '239 2'444 H Ninguno Sup. no Absoluto Fuente: univ. INE, Censo 1981, Tabulados no publicados. 516, 504,2 Total 1' 020 .11. La s o c i a l ización urbana y educacional habría favorecido que los jóvenes, especialmente los que se concentran en Lima Metropoli tana y en las ciudades de mayor importancia del país, tengan una elevada exposición a los medios de comunicación modernos, condicionando el d e s a r r o l l o de nuevas aspiraciones y e s t i l o s de vida, así como de nuevos comportamientos sociales y p o l í t i c o s , fui dados en crecientes expectativas de movilidad s o c i a l y/o transformación de l a realidad s o c i a l . 3. En términos ocupacionales, el 50% de los jóvenes del Perú tenían ocupa- ciones asalariadas en 1972, sea como obreros o como empleados, porcentaje que descendió en 1982, especialmente en la población rural (Cuadro 5), en razón de la p o l í t i c a recesiva que se viene aplicando abiertamente desde el inicio de la Presidencia de Belaúnde. Paralelamente a la disminución del trabajo asalariado entre l a población j u v e n i l , s u b i ó el procentaje de trabajadores independientes, crecimiento que se manifiesta tanto en la población urbana como rural donde siempre fue preponderante, debido a su atraso económico y s o c i a l . Este crecimiento del auto- empleo entre los jóvenes es especialmente relevante s i se considera que, a ni^ vel nacional y en el conjunto de la PF.A ocupada, esta categoría se reduce l £ vemente entre ambos períodos i n t e r - c e n s a l e s . Pero a pesar de l a r e l a t i v a caída de la proporción de los jóvenes asala^ riados en l a PEA, mantienen un peso mayor en las categorías de obreros y empleados de la que dichas categorías tienen en e l conjunto de la PEA. En efecto, t a l como se observa en el mismo cuadro 5, en 1972 el 50.7% de los j(5 venes ocupados se desempeñaban en dichas posiciones contra 44.4% a nivel de la PEA t o t a l , proporciones que en 1981 te. fueron de 47.4% y 43.1% respectivameji De ahí que se pueda c o n c l u i r que entre los jóvenes se encuentran una proporción mayor de asalariados que en el conjunto de la PEA. Por esta misma razón, y a pesar del aumento de trabajadores indepen- dientes entre los jóvenes, su proporción sigue siendo menor en relación al Cuadro 1 Perú. Jóvenes (15-29) por categoría ocupacional, según área urbana-rural 1972-JL98I (%/ 1 9 7 2 Cat. Ocupacional PEA* Jóvenes Nacional Urbana 1 9 8 1 Rural Nacional Urbana PEA* Jóvenes Rural Nacional Urbana Rural Nacional Urbana Rural Obrero 29.0 31.2 25.4 24.4 27.9 19.2 26.8 30.3 20.1 22.4 26.3 15.3 Empleado 21.7 31.8 4.6 20.0 30.7 3.7 20.6 30.0 3.0 20.7 30.6 2.4 Trabajador Independiente 27.5 17.8 43.8 42.6 30.2 61.6 32.2 22.9 49.7 41.9 31.0 62.1 0.3 0.2 0.3 0.6 0.6 0.8 0.5 0.6 0.3 1.1 1.4 0.5 10.3 3.0 22.5 6.2 1.9 12.6 8.9 2.1 21.7 6.3 1.6 15.2 Trabajador del Hogar 8.2 12.3 1.3 4.4 6.8 0.8 6.5 9.2 1.4 3.7 5.2 1.0 Categoría no especificada 3.0 3.6 2.0 1.7 1.9 1.3 4.5 4.8 3.8 3.8 3.9 3.5 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 Patrono Trabajador famil i a r no-remunerad. TOTAL Fuente: DO.O Censos Nacionales 1961, 1981 *Total Ocupada de 6 años y más. 1—» conjunto de la PEA t o t a l , así como de l a PEA urbana o r u r a l . Por último, los jóvenes presentan una mayor proporción de trabajadores familiares no remunerados que el conjunto de la PEA. Aunque este hecho resu[ ta conocido, por la importante p a r t i c i p a c i ó n que tienen en la reproducción % m i l i a r entre las clases populares, se debe r e s a l t a r que en las áreas rurales la importancia del trabajo j u v e n i l en el seno f a m i l i a r compromete más de la quinta parte de la población j u v e n i l t o t a l , fenómeno que va asociado con la importancia que en este caso tienen los trabajadores independientes del área r u r a l . En el caso de los jóvenes de Lima se observan importantes cambios en su tipo de a c t i v i d a d , en la medida que en las dos últimas décadas l a proporción que forma parte.de l a población económicamente activa se ha reducido de mane^ ra importante. Mientras en 1961,54 de cada 100 jóvenes formaba parte de la P£A ocupada, veinte años más tarde esa relación disminuyó a 35 de 100. decir se observó una reducción de 18.6%. Es Este cambio ha sido mucho más drás^ t i c o que el que se observó en el conjunto de la PEA total (mayores de seis años) que descendió de 44.4% a 39.1%; es decir presentó un cambio de 5.7%. Sin duda que esta situación se debe a que la expansión educacional entre los jóvenes ha contribuido a que éstos posterguen su incorporación en la activj_ dad productiva. Siguiendo la pauta que habíamos observado anteriormente respecto a la ocupación de los jóvenes a nivel nacional, la mayoría de los jóvenes residen^ tes en Lima son asalariados, como obreros, empleados y trabajadores del ho- gar, mientras que sólo un 10% son trabajadores independientes (Cuadro 6). Sin embargo, los jóvenes de Lima presentan porcentajes superiores de de^ sempleo global y sub-empleo que el conjunto de la PEA. Es así como la mitad de los jóvenes se encontraban sub-empleados y la mayoría se debía a sus bajos ingresos (Cuadro 7) a d i f e r e n c i a de lo que ocurría en el conjunto de la PEA. .14. Cuadro 6 Lima metropolitana. Jóvenes (15-24 años) según categorías ocupacionales (%) - 1984 % de los jóvenes en la cat. ocupacional Jóvenes PEA Popular Empleado 28.2 30.68 27.5 Obrero 25.9 25.82 30.0 Trabajador Independiente 1Q x Trabajador del Hogar ig , 26 n G 54 5 RQ Q Trabajador f a m i l i a r no-remunerado R 7 » Aspirantes 8.0 3.00 79.6 100.0 100.00 29.9 TOTAL Fuente: 53 M i n i s t e r i o de Trabajo, Encuesta de Hogares 1984, 57 7 tabulados inéditos. .15. Cuadro 7 Lima Metropolitana. Niveles de empleo de la PEA de 14-24 años, 1982 15 - 24 PEA Total 1. Desempleo global 14.1 6.6 2. Sub-empleo 49.3 28.0 47.2 24.0 2.1 4.0 36.6 65.4 100.0 100.0 por ingresos por tiempo 3. Adecuadamente empleado Total Fuente: M i n i s t e r i o de Trabajo, Encuesta de Hogares, 1982. .16. 4. En lo r e l a t i v o a los ingresos, los jóvenes de la PEA tienden a concen- trarse en los niveles más bajos. En 1984, en Lima Metropolitana casi la mi- tad de los jóvenes percibían ingresos i n f e r i o r e s o alrededor del s a l a r i o mínimo l e g a l , s i t u a c i ó n que contrastaba con el 34% en el conjunto de las c l a ses populares de dicha ciudad (Cuadro 8). Sin embargo, los jóvenes migrantes presentaban ingresos más bajos que los nativos: casi el 60% de aquellos gana_ ban menos o alrededor del s a l a r i o mínimo, a d i f e r e n c i a del 40% de los jóvenes nacidos en esta ciudad (Cuadro 9). En resumen,Mientras los jóvenes presentan niveles educacionales más al_ tos de la población, especialmente en Lima Metropolitana, los jóvenes de ambos sexos pertenencientes a las clases populares urbanas perciben los más bajos ingresos, a pesar de ser los que más horas trabajan y en condiciones más precarias. De ahí que se pueda c o n c l u i r que los jóvenes de ambos sexos se concentran en los estratos de más bajos ingresos de las pauperizadas c l a ses populares de Lima(5). Estas contradictorias y c o n f l i c t i v a s c a r a c t e r í s t i c a s ue los jóvenes no son exclusivas del Perú y parecen c o n s t i t u i r manifestaciones de una general^ zada experiencia latinoamericana(6). Sin embargo, en el Perú, la juventud popular parece desempeñar un decisivo papel en el d e s a r r o l l o p o l í t i c o de las clases populares y de la sociedad en su conjunto. Esta primera generación con experiencia urbana y educacional, tendría una elevada p a r t i c i p a c i ó n en diferentes formas organizativas desarrolladas al compás de las transformaciones ocurridas en l a estructura s o c i a l a p a r t i r del período "velasquista". Por medio de esta p a r t i c i p a c i ó n lograrían un se£ tido de integración, en tanto grupo generacional y en tanto clase social,que tendería a superar los fraccionamientos étnicos y sociales de las generacio(5) Pedro Galín, J u l i o Carrión y Oscar Casti1 lo:"Clases Populares y asalaria^ dos en Lima"(ms), IEP, 1984. (.6) CEPAL, Situación y pérspectiva de la juventud en América Latina, Costa Pica, 1983, PREALC (Programa Regional de Empleo para América Latina y el Caribe), Asalariados de Bajos ingresos y s a l a r i o s mínimos en América Lat i n a , Santiago, 1980. .17. Cuadro 8 Lima Metropolitana: Ingresos 1984 Ingresos Jóvenes (15-24) PEA Popular Ninguno 22.5 13.0 Menos del mínimo* 40.1 26.7 9.1 7.7 Mas del mínimo (hasta un 1/2 más) 14.3 16.5 Más de 350,000 13.9 36.1 Total 100.0 100.0 Absoluto 480,1 1 1 363,1 Alrededor del mínimo Fuente: M i n i s t e r i o de Trabajo. Encuesta de Hogares 1984. Tabulados i n é d i t o s . *Salario mínimo en el momento de l a encuesta: S / . 1 9 5 , 0 0 0 - Cuadro 9 Lima Metropolitana. Ingresos de jóvenes (15-24 años) según condición Migratoria, 19S4(%) Nativo JOVENES Costa Sierra Selva PEA POPULAR Nativo Costa Sierra Selva Sin ingresos 24.5 19.4 21.0 15.4 15.8 10.3 11.5 10.1 Menos del mínimo* 31.9 53.0 50.7 46.8 23.0 25.2 30.7 33.9 9.6 5.8 9.6 9.6 7.8 5.7 8.3 9.5 Más del mínimo hasta 1/2 17.7 8.0 8.8 22.0 16.8 15.2 17.1 15.6 Más de 350,000 16.3 13.8 9.8 6.2 36.6 43.6 32.4 30.9 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 Alrededor del mínimo TOTAL Fuente: M i n i s t e r i o de Trabajo. Encuesta de Hogares 1984. *Salario mínimo en el momento de l a encuesta: S/. 195,000. Tabulados inéditos. .19. nes anteriores, determinando un sustancial avance en su integración nacional. A través de esta p a r t i c i p a c i ó n en d i s t i n t a s instancias y formas organizativas, l a juventud popular ha desarrollado una a c t i v i d a d r a d i c a l i z a d a y vi(3 lenta, determinante de las orientaciones y de los comportamientos s o c i a l e s y p o l í t i c o s de las clases populares urbanas. Durante los años cincuenta y sesenta un grueso contingente de los jóvenes de las clases populares de Lima, nativos y migrantes, fundaron hogares, construyeron sus viviendas y e s t a b i l i z a r o n los "barrios marginales" en los que vivían reformulando el diseño urbano hasta entonces existente; obtuvieron empleos remunerados en la nueva estructura productiva que se venía desarrollando y luego, con el correr del tiempo, un sector se incorporó al llama do mercado "informal", en razón de los bajos s a l a r i o s ofrecidos, del ahorro realizado por la unidad doméstica y , también, por sus aspiraciones de movil_i_ dad social (.7). Estos pasos otorgaron a las clases populares en formación un sentimiento de seguridad y confianza en sus esfuerzos para seguir mejorando sus condicio^ nes de vida, proyectando en sus hijos l a culminación de la ansiada movilidad social. Pero en ese curso de acción, dichas clases y especialmente los mi- grantes andinos, tuvieron que atravesar un conjunto de experiencias plagadas de dificultades,engaños, desprecio y v i o l e n c i a , centradas en las figuras patronales y en los agentes gubernarrentales(.8). (.7) Sobre estos problemas ver, E f r a í n Gonzales "Crecimiento económico de Lima y sectores populares" 1984 (ms.), Francisco Verdera "Población, migración y fuerza laboral en Lima Metropolitana 1940-1981" 1985 (ms), César Herre ra "Estructura ocupacional e ingresos en la economía de Lima y Callao 1940-1981 (ms). Trabajos realizados en el marco de la investigación "Urba_ nización y Clases Populares" que l l e v a a cabo el IEP. (.8) De la misma investigación: Carlos I. Degregori, C e c i l i a Blondet y Nicolás Lynch "Cruz de. Mayo: de Waqchas a ciudadanos" 1984 (ms). Fue alrededor de estas traumáticas experiencias que las nuevas clases populares urbanas retomaron l a t r a d i c i ó n de lucha a n t i - o l i g á r q u i c a , que Haya de l a Torre y Mariátegui fundamentaron, teniendo que aprender a organizarse alrededor de la defensa de la vivienda y del b a r r i o , del s a l a r i o y del empleo de la educación y la salud. Además, los jóvenes migrantes serranos, que ex- perimentaban el dislocamiento de su universo s o c i o - c u l t u r a l , también tuvieron que aprender a organizarse en términos étnico-regionales, a f i n de acomodar^ se y superar las nuevas condiciones c i t a d i n a s ( 9 ) , defendiendo, reforzando y renovando su identidad é t n i c a , recogiendo la t r a d i c i ó n de r e s i s t e n c i a campesina de la "mancha i n d i a " . Este aprendizaje organizativo s i g n i f i c ó un avance importante en la a s i milación de los intereses individuales y f a m i l i a r e s con los c o l e c t i v o s , condicionando el desarrollo de la a u t o i d e n t i f i c a c i ó n de esas clases populares en oposición a quienes los rechazaban. Esta innovación social marcaría, de ma- nera d e c i s i v a , el futuro desarrollo p o l í t i c o de estas clases y con e l l o , del país. A s í , mientras estos sectores movilizados, que en su mayor parte recién se incorporaban a la vida urbana y nacional, requerían del Estado el reconocimiento de sus derechos ciudadanos y , por ende, l a d i s t r i b u c i ó n e q u i t a t i v a de los recursos y las oportunidades sociales a f i n de asegurar su reproducción c o l e c t i v a , la respuesta que recibían era el rechazo v i o l e n t o , la humilla^ ción y la ofensa cotidiana. De esta manera se reforzó su percepción que "el señor gobierno" no sólo era ajeno y extraño a e l l o s , sino enemigo de las capas populares y que estaba sólo para representar y defender a los "poderosos" Por eso mismo, la d i a r i a experiencia dejaba ver que, más allá del cuer- po de tradiciones comunitarias, únicamente a través de la organización de la (9) También de esa investigación, Jürgen Golte y Norma Adarrs "Los caballos de Troya de los invasores. Estrategias campesinas en la conquista de la nran Lima" 1984 (jns). .21. r e s i s t e n c i a de las clases populares, de su perseverancia y de su v i o l e n c i a , podrían contrarrestar y hacer replegar l a fuerza e s t a t a l . Así se reforza- rían sus convicciones que sólo a través de l a confrontación y la v i o l e n c i a podrían lograr sus o b j e t i v o s , germen del carácter " c l a s i s t a " que i r í a n asu- miendo sus organizaciones. En este cuadro la "democracia" no era sino una f i c c i ó n , una formalidad, que sólo servía a los que tenían acceso al "poder". En efecto, la exclusión de l a representación e f e c t i v a de los intereses populares en el Estado negaba la existencia del pluralismo p o l í t i c o . Asimismo, impedía la constitución de mecanismos i n s t i t u c i o n a l e s legítimos, en los que diferentes actores sociales y sujetos p o l í t i c o s pudieran a r r i b a r a compromisos que dieran cabida a l a r £ d i s t r i b u c i ó n de los recursos y las oportunidades, que favoreciera la integra^ ción nacional de las clases s o c i a l e s ( l O ) . Sin embargo, en este escenario cargado de h o s t i l i d a d y enfrentam'énto, en el que la cultura p o l í t i c a popular estaba signada por la v i o l e n c i a a la par de la rápida disolución de los t r a d i c i o n a l e s mecanismos de dominación t r ó n - c l i e n t e , los sectores populares lograron ganar posiciones durante la dé_ cada de los sesenta. Los partidos p o l í t i c o s tuvieron que inccrpcrar algunas de sus reclamaciones en l a acción l e g i s l a t i v a , dictando medidas a s i s t e n c i a l i s t a s , a f i n de asegurar el mantenimiento de la dependencia de las clases populares. La educación, el empleo y los s e r v i c i o s públicos se ampliaron y , en algunos casos de manera considerable, motivando que se reforzaran las exj_ gencias organizadas de las clases populares. A s í , las movilizaciones que se encauzaron en la demanda por la r e a l i z a c i ó n de "transformaciones estructural e s " , destinadas a democratizar y nacionalizar la sociedad, la p o l í t i c a y la c u l t u r a , pasaron a c o n s t i t u i r el eje de las luchas sociales y p o l í t i c a s de las clases populares. (10) J u l i o Cotler, "Sobre la democracia en el Perú", Primer Congreso de Sociol o o í a del Perú", Huacho, 1981. .22. Fue en estas circunstancias que el gobierno de la fuerza armada r e a l i z ó su revolución, destinada a responder las demandas populares y dar paso a modernización económica y social del país. Ta Mientras que, por un lado, el go bierno amplió de manera dramática l a p a r t i c i p a c i ó n s o c i a l de l a s clases popu^ lares (reconocimientos de sindicatos, constitución de las comunidades labore^ l e s , la reforma educacional, e t c . ) por otro lado, y debido a su naturaleza castrense, negó l a p o s i b i l i d a d de p a r t i c i p a c i ó n p o l í t i c a a los supuestos ben e f i c i a r i o s y presuntos afectados por las reformas que d i c t a b a ( l l ) . rededor de esta disonancia tuales gobiernistas- Fue a l - -alentada por el discurso radical de los i n t e l e £ que se desarrolló una rápida y creciente r a d i c a l i z a - r o n de las organizaciones de las clases populares, especialmente urbanas, que s e l l ó el d e s a r r o l l o y desenlace de la revolución del general Velasco. En este d e s a r r o l l o organizativo y p o l í t i c o de las clases populares urba^ ñas, l a juventud jugó un papel decisivo, en tanto que e l l a percibió de manera especialmente aguda dicho bloqueo y esto por dos razones. En primer lu- gar, la expansión del sistema educativo a los sectores juveniles se acompa- ñó de una radical i z a c i ó n de los contenidos educativos y del personal docente, en la que se recogía la tradición a n t i - o l i g á r q u i c a . En segundo lugar, por l a constitución de una joven clase obrera, de mayor nivel educativo que el de las generaciones a n t e r i o r e s , concentrada en l a s industrias más dinámicas ajena a l a a n t e r i o r t r a d i c i ó n s i n d i c a l a p r i s t a . y Ambos contingentes juveni- l e s , estudiantes y obreros, protagonizaron y d i r i g i e r o n intensas y r e l a t i v a mente exitosas movilizaciones populares. La decisión del Jefe del APRA de mantener a su partido fuera del escena^ r i o p o l í t i c o , y del Partido Comunista de dar su "apoyo c r í t i c o " al gobierno m i l i t a r creó las condiciones favorables para que l a prédica y la acción radi^ cal de múltiples grupos i z q u i e r d i s t a s - d i r i g i d o s por jóvenes estudiantes, (.11) J u l i o C o t l e r , "El proceso de integración nacional y p o l í t i c a " 19S5 (ms). .23. profesionales y obreros, muchos de e l l o s h i j o s de migrantes- se enraizaran en sectores claves de l a sociedad y l a producción, creando la corriente "cía. s i s t a " en los s i n d i c a t o s , las organizaciones populares en los b a r r i o s , Tas federaciones e s t u d i a n t i l e s y campesinas autónomas del gobierno. Fue en este marco que el general Velasco optó por una p o l í t i c a económica de t i n t e populista, fundada en el d i s t r i b u t i v i s m o a s i s t e n c i a l i s t a y en el endeudamiento externo, que marcó el i n i c i o de la c r i s i s económica, sin poder calmar las nuevas corrientes radicalizadas de la sociedad. Su sucesor enfren tó la c r i s i s y l a nueva dinámica social bloqueando las formas de p a r t i c i p a ción existentes, muchas de e l l a s desarrolladas en el período a n t e r i o r , agitando aún más el descontento y la oposición. A s í , a l a carencia de mecanis- mos i n s t i t u c i o n a l e s de negociación p o l í t i c a , se sumó el deterioro creciente de las condiciones de vida, agudizando las tensiones sociales y p o l í t i c a s . De ahí, precisamente, los éxitos de los paros nacionales de 1977 y 1978, que marcaron un hito en la h i s t o r i a contemporánea del p a í s , al decretar l a conso l i d a c i ó n del radicalismo p o l í t i c o en l a juventud y , en general, de las clases populares. A s í , a p a r t i r de los sesenta se experimentó una primera oleada de radica^ l i z a c i ó n j u v e n i l , que estuvo asociada al proceso de cambios sociales inicia- da en esa década y luego catalizada por el bloqueo p o l í t i c o de los setenta. A p a r t i r de mediados de l a década pasada se experimentó una segunda oleada de r a d i c a l i z a c i ó n j u v e n i l -que se superpuso a la a n t e r i o r - cuando se fue- ron cerrando las vías de movilidad ocupaci.onal y de ingresos, así como las de organización s o c i a l , mientras que se daba i n i c i o a una inédita apertura del marco p o l í t i c o . Si la primera oleada de r a d i c a l i z a c i ó n parece haberse caracterizado por una tendencia hacia una elevada p a r t i c i p a c i ó n i n s t i t u c i o n a l de l a juventud popular y racionalidad de las demandas y medios de acción elegidos, la secun da, en cambio, bloqueada económica y socialmente, parece combinar expresiones .24. inorgánicas y violentas -individuales y colectivas- con marcadas preferen- c i a s electorales por la Izquierda Unida y el APRA. La apertura p o l í t i c a y la reanudación del sistema representativo en 1980 s i r v i ó para atemperar, relativamente, los ánimos belicosos en l a sociedad y en la p o l í t i c a , hecho que las izquierdas tardaron en comprender. El t r i u n f o avasallador de Belaúnde se i n s c r i b i ó en este cuadro, en tanto o f r e c i ó una imagen p l u r a l i s t a , a d i f e r e n c i a de sus contendores: la sociedad visua l i z ó en él l a i n s t i t u c i o n a l i z a c i ó n p o l í t i c a de l a negociación c o l e c t i v a , en l a que se incorporaría legítimamente a los representantes y las demandas populares, promoviendo sus condiciones de vida y de movilidad s o c i a l . A s í , la promesa democrática de los ochenta pareció dar i n i c i o al encuentro entre el i Cf a UnJn j\ a i"nP l.5 Lu r / i1d3 «Cj vr^1l3wCJÓC * } nñ'ni jJUpülUI COi Sin embargo, desde sus i n i c i o s el gobierno pretendió jugar a dos cartas: de un lado estableció una p o l í t i c a de ajustes económicos de naturaleza rece^ s i v a , recomendados por el FMI, mientras que, del o t r o , buscaba l a consecusión de un "pacto s o c i a l " a f i n de establecer el consenso como práctica p o l í t i c a . Sin embargo, las contradicciones que estas orientaciones produjeron l i m i t a ron las posibilidades de l a " T r i p a r t i t a " . En efecto, en la medida que se agj¿ dizaba la c r i s i s se reconcentró el ingreso, mientras que se intensificaban los despidos de trabajadores, se reducían los s a l a r i o s , aumentaba el empleo eventual y la subcontratación, así como el trabajo independiente. De otro lado, la oferta de plazas universitarias no c r e c i ó al ritmo de la demanda y las estructuras educativa y productiva también inciden en la e x i s t e n c i a de un estrecho mercado de trabajo, incapaz de absorber a los jóvj5 nes egresados de colegios y universidades, motivando que se desarrolle un ge^ neralizado sentimiento de f r u s t r a c i ó n y rechazo al orden s o c i a l y su garante estatal. A esto se suma el e s t i l o "oligárquico" de conducción p o l í t i c a del Presj[ dente Belaúnde y de su equipo de gobierno, reacio a las reclamaciones de la .25. opinión pública y al establecimiento de mecanismos de negociación y entendimiento que den cabida a la constitución de fórmulas consensúales. A s í , un Estado indispuesto hacia las clases populares y capas juveniles que poco tienen y a mucho aspiran, crearon una s i t u a c i ó n en que ninguno de estos actores estuvo en capacidad de considerar sus intereses en términos co lectivos. El "otro" no aparece como un contendor, sino como un enemigo; la que negociar es sinónimo de entrega, t r a i c i ó n y derrota. Es d e c i r , en las relaciones p o l í t i c a s se presentan, como para los m i l i t a r e s , en l a continuación o el s u s t i t u t o de l a guerra. En estas condiciones, paradójicamente, el sindicalismo se d é b i l i t ó ( 1 2 ) entre otras razones porque no amplió su representatividad respecto a los t r ¿ bajadores eventuales, predominantemente jóvenes, manteniendo en cambio su c ¿ rácter de órgano de defensa délos trabajadores estables, particularmente las empresas grandes. en Esta situación condicionó que los jóvenes de los sec- tores populares tuvieran un r e s t r i n g i d o acceso a l a s i n d i c a l ización y que los gremios tuvieran una limitada capacidad de convocatoria de ese grupo s o c i a l . Paralelamente la r e s t r i n g i d a p a r t i c i p a c i ó n de l a juventud en los planos organizados de l a economía y la sociedad ha coincidido con el hecho que los partidos p o l í t i c o s no han desarrollado estructuras que encuacren organizativa e ideológicamente a las clases populares en general y a su juventud en parti_ cular. A s í , la debilidad e inoperancia de los mecanismos de mediación de las crecientes demandas populares y juveniles en el nivel de la sociedad, l a pol í t i c a y el Estado, abren un espacio para a l t e r n a t i v a s de v i o l e n c i a p o l í t i c a primera. e individual. La / parece seguir inspirada en la t r a d i c i ó n a n t i - o l i g á r q u i c a en l a que se asume que sólo mediante l a fuerza puede arrebatarse al Estado (12) Para una versión de este proceso, Ver Carmen Rosa Balbi y Jorge Parodi, "Radicalismo y clasismo en el movimiento s i n d i c a l peruano" Socialismo y P a r t i c i p a c i ó n N° 26 y Jorge Parodi: La desmovilización del sindicalismo, ponencia presentada al Seminario "Movimientos Sociales en América L a t i na", enero 1985 (ms). la concesión de los derechos ciudadanos. La r a d i c a l i z a c i ó n de las clases populares urbanas, en l a que los jóvenes tendrían una decisiva p a r t i c i p a c i ó n , se manifiesta en l a s bases de l a Izquier^ da Unida y del Apra, que van mucho más a l l á del discurso de sus d i r i g e n t e s . Situación que coincide con el surgimiento de Sendero Luminoso. El permanente descenso en las condiciones de e x i s t e n c i a de las clases po^ pulares, l a manifiesta i n e f i c a c i a del sistema p o l í t i c o y sus partidos, así como del "clasismo" s i n d i c a l , han coincidido con el d e s a r r o l l o de Sendero Lju minoso y su importancia en el escenario p o l í t i c o , constituyéndose en un polo de atención y de atracción entre las clases populares urbanas y , muy particjj larmente, de sectores j u v e n i l e s , incluso de aquellos que m i l i t a n en la Izquierda Unida y el APRA. A s í , mientras la primera oleada de r a d i c a l i z a c i ó n j u v e n i l parecería haber conducido, en buena medida, al proceso de r a d i c a l i z a c i ó n del conjunto de las clases populares, la segunda oleada se ve relativamente distanciada por su inorganicidad del resto de las clases populares y parecería proclive a in^ d i ñ a r s e a Sendero Luminoso. Este, al negar y rechazar toda validez al régimen p o l í t i c o con actos de ferocidad i n s ó l i t o s , parece expresar un sentimiento que compromete a importar^ tes sectores de la juventud popular, que apuestan a la v i o l e n c i a como la únj_ ca solución a la tozudez del régimen p o l í t i c o , que dominan los " v i e j o s " . Es d e c i r , que esta tendencia podría estar señalando el futuro desarrollo de nue^ vos desplazamientos p o l í t i c o s y sucesivos cambios de identidad p o l í t i c a en la juventud. A s í , el s i g n i f i c a t i v o descenso de los niveles de vida y el cierre, de to da perspectiva de movilidad, sumada a la indisposición del sistema p o l í t i c o para c o n s t r u i r i n s t i t u c i o n e s capaces de establecer formas consensúales de dis^ t r i b u c i ó n de los recursos y las oportunidades sociales para las clases populares y sus jóvenes, habría producido una exacerbación de las percepciones y .27. actuaciones sociales de enemistad, enfrentamiento y hostigamiento, que desem bocan en la v i o l e n c i a tanto individual como c o l e c t i v a . De ahí también la atracción de cualquier versión ideológica que j u s t i f i q u e la i n e v i t a b i l i d a d de este tipo de comportamiento.