Linux o Microsoft Windows? Igor Grubisic - Febrero 29, 2008 Publicado originalmente - Diciembre 19, 2006 Las pequeñas y medianas empresas (PYME) que estén tratando de decidir si implementan una solución de software libre o de software cerrado, deben ponderar las ventajas y las desventajas de Linux (un sistema operativo de software libre) y Microsoft Windows (un sistema operativo de software cerrado), para definir cuál de las dos soluciones podrá satisfacer sus necesidades de negocio a un costo que respeta sus presupuestos. La jerarquía Si establecemos que la decisión final de una empresa no depende de que una solución de marca registrada sea de software libre y la otra de software cerrado, entonces podemos decir que una forma para determinar cuál es el software más adecuado es analizar el costo total de propiedad. Normalmente, es difícil calcular este costo, que ha sido objeto de muchos estudios cuyas conclusiones han carecido, en ocasiones, de sustancia (consulte el texto de A. MacCormack que apareció en la publicación del Harvard Business School en el 2003, Evaluating Total Cost of Ownership for Software Platforms). La mayoría de estos estudios están patrocinados por empresas que ya soportan uno de los dos sistemas, de manera que la objetividad de las conclusiones resulta dudosa. Existen otros estudios que no utilizan la cantidad correcta de datos y basan sus conclusiones en especulaciones. Las investigaciones que presentamos en este artículo toman en cuenta todos los factores obtenidos del mayor número posible de fuentes, y buscan mantener un enfoque objetivo y empírico. Para crear la jerarquía (consulte la figura 1), utilicé el proceso analítico jerárquico (AHP) y un modelo general que muestra un enfoque de arriba hacia abajo. Asimismo, usé el software Expert Choice como herramienta. La jerarquía es el resultado de revisar varios estudios sobre costo total de propiedad, y se expande para incluir elementos que no se consideraron en investigaciones anteriores. Dichos elementos son subcategorías de implementación, gestión de parches, compatibilidad, disponibilidad de los parches y nodos de garantía. Figura 1: Jerarquía de decisiones de AHP Alternativas y objetivos Las PYME pueden basar sus redes en varias alternativas; pueden usar software gratuito, software libre comercial, software cerrado comercial o una combinación de ellos. Sería imposible tener una solución universal para todas las PYME porque todo el proceso de evaluación depende de las necesidades específicas de una empresa. Además, no es posible aplicar el mismo proceso de ponderación al software para servidores y al software para estaciones de trabajo. Por ejemplo, si una empresa usa únicamente herramientas de procesamiento de texto y hojas de cálculo, el software gratuito sería su opción más lógica. Por otro lado, si necesita herramientas de software especializadas, lo más probable es que su única solución válida sea Microsoft Windows, debido a su enorme compatibilidad. Es importante mencionar desde un principio que esta misma jerarquía se usa en evaluaciones para servidores y estaciones de trabajo. La única diferencia está en los valores de ponderación de algunos factores específicos para los distintos tipos de uso, además de que la jerarquía de la estación de trabajo no contempla la variable de los salarios. El costo total de propiedad está formado por tres componentes: costo de propiedad, costos de gestión y costos de los recursos. Como mencionamos antes, el costo de propiedad es una parte pequeña del costo total de propiedad, y se puede dividir en precio de venta y precio de contrato. La diferencia entre estos dos precios es que el precio de venta se paga una sola vez, mientras que el precio de contrato tiene base en un pago que se realiza a lo largo de cierto periodo. Microsoft tiene una política de contratos avanzada y flexible que muchas veces permite negociar las condiciones. Al firmar el contrato, los usuarios obtienen, en un periodo determinado, una licencia, soporte técnico y las ediciones nuevas del software. Microsoft define esta opción de compra como modelo de arrendamiento. Si bien los modelos de los precios de venta no tienen periodos de vigencia, en la mayoría de los casos los usuarios sólo tienen un año de soporte técnico, después del cual deben comprarlo por separado. Actualmente, las soluciones de software libre se basan principalmente en una política de ventas, por lo que al principio les cuesta menos que la política de contrato de Microsoft. Sin embargo, cuando se trata de soporte técnico, Microsoft tiene una política más flexible y un modelo de contrato que puede resultar menos costoso que la compra de soporte técnico por separado. Costos de gestión Los costos de gestión son elementos decisivos del modelo, y se pueden dividir en los componentes siguientes: costos de implementación, gestión de parches, gestión de seguridad, disponibilidad del sistema, gestión de almacenamiento, facilidad de uso y compatibilidad. La implementación comprende la instalación, la migración y la integración. Si bien es relativamente fácil instalar Windows, por lo general Linux requiere más experiencia. La migración de Linux es más fácil, pero también requiere más experiencia. Algunas veces la migración a versiones Windows más recientes es imposible, por lo que hay que instalar todo el sistema desde cero. Cuando se trata de integración, es mucho más fácil integrar las herramientas de software con Windows, porque recibe más soporte de los proveedores de software (no siempre sucede lo mismo con Linux). La mayoría de los fabricantes de hardware, como Dell, Hewlett-Packard, Toshiba y Acer, marcan sus productos con etiquetas que dicen “Diseñado para Windows” o algo similar. Pero si no tomamos en cuenta la integración, los administradores profesionales de Linux pueden implementar un sistema y sus aplicaciones con bastante rapidez -la mayoría de ellos en una hora, algunos en menos de veinte minutos (consulte el artículo Get the Truth on Linux Management que apareció en 2006 en Enterprise Management Associates Inc., en www.enterprisemanagement.com). La gestión de los parches depende de su distribución y su instalación. Por distribución, me refiero a la forma en que los proveedores los distribuyen a sus clientes. Como notamos antes, cuando se trata de soluciones gratuitas, los proveedores no suelen distribuir parches ni dar soporte de calidad. Por otro lado, las soluciones comerciales sí tienen una distribución de parches muy eficiente. Windows es un poco mejor en esta área porque sólo tiene un desarrollador. Cuando los parches están centralizados es más fácil encontrarlos. Sin embargo, la situación es diferente con Linux, ya que el sistema tiene muchas distribuciones distintas y el parche para una versión no necesariamente es compatible con otro. Además, Windows tiene un servicio de actualizaciones automáticas que supervisa las descargas e instala todos los parches disponibles automáticamente, sin necesidad de que el usuario intervenga. En cuanto a la instalación, Linux y Windows son un poco distintos. Windows integra la mayoría de sus parches en el núcleo. Por lo tanto, hay que reiniciar el sistema para activar el parche. Esto hace que el sistema caiga en tiempo muerto y su disponibilidad se vea afectada. A diferencia de Windows, casi nunca hay que reiniciar Linux porque permite implantar los parches fuera del núcleo. Lo anterior sugiere que si la disponibilidad de los parches es decisiva, entonces Windows puede ser una solución más práctica. Sin embargo, cuando hablamos de instalación y disponibilidad del sistema, Linux puede ser más deseable. Como gestión de seguridad entendemos gestión de política y protección contra virus, malware y spyware. Sin embargo, este tipo de protección no forma parte del sistema operativo, por lo tanto, es necesario contar con herramientas especializadas para poder tratarla adecuadamente. Quienes prefieren Linux afirman que éste sistema operativo es más fácil de manejar y es menos vulnerable que Windows (consulte el artículo Get the Truth on Linux Management que apareció en Enterprise Management Associates Inc. en 2006 en www.enterprisemanagement.com), pero no necesariamente es cierto. En primer lugar, como notamos, ni Windows ni Linux contienen protección contra software malicioso. En segundo lugar, la idea de que Linux es menos vulnerable se debe a que Windows es el sistema preferido de la mayoría de los usuarios de sistemas para computadoras personales, por lo que estadísticamente se registran más ataques. La disponibilidad del sistema afecta directamente la productividad. Existen muchos estudios que afirman que la disponibilidad de Linux es superior al 99 por ciento (consulte el artículo Get the Truth on Linux Management que apareció en Enterprise Management Associates Inc. en 2006 en www.enterprisemanagement.com y el artículo Total Cost of Ownership de Robert Frances Group de 2002). Asimismo, hay quienes se quejan de que Windows no puede funcionar a largo plazo sin reiniciarlo, lo que no sucede con Linux. De cualquier forma, el tiempo de arranque de Linux es mucho más largo que el de Windows. Aunque muchas de estas afirmaciones son motivo de discusión, el hecho es que Linux tiene una mayor disponibilidad. Por lo tanto, la decisión correcta sería usar Linux para servidores, donde la disponibilidad es más importante que el tiempo de arranque. Con frecuencia, la facilidad de uso es una categoría que se ignora cuando se trata de evaluación de software. Este concepto se puede definir como la facilidad con la que los usuarios conocen y usan el software nuevo, sin tomar en cuenta las habilidades que ya tenían. Por lo general, al escribir software gratuito se usa el lema “por programadores y piratas informáticos para programadores y piratas informáticos” (consulte Gunton, 2006). Esto puede dificultar el uso del sistema y la comprensión de los manuales. El software comercial se escribe para satisfacer las necesidades del mercado. Por eso, debe ser fácil de aprender y utilizar. Si bien hay software libre que no es gratuito, sus raíces siguen estando en la comunidad gratuita. Algunos ejemplos son las distintas distribuciones de Linux, como SuSe, Mandrake y RedHat, que generalmente son más fáciles de entender. Sin embargo, tienen base en el concepto original de Linux, que normalmente no es fácil de usar. Este punto pierde importancia cuando se trata de servidores, pero resulta esencial cuando se trata de computadoras personales. Las PYME no tienen muchos activos y no son partidarias de gastar en educación innecesaria para sus empleados. A pesar de que algunas versiones de Linux son bastante fáciles de usar, siguen estando lejos de las normas de la industria que establece Windows en relación con facilidad de uso. La compatibilidad es un problema que afecta tanto al software como al hardware. Existen muchos servidores diseñados para una plataforma específica de software. El problema surge cuando los clientes quieren migrar de un sistema operativo a otro y el fabricante de software no ofrece soporte para estos dos sistemas. Muchas veces, los sistemas de escritorio se ensamblan usando una gran cantidad de hardware, y el punto más débil de Linux es el reconocimiento del mismo. Debido a que Windows es un sistema operativo que se usa mucho, los fabricantes de software escriben controladores de dispositivos para él y no para Linux. Además, los controladores de dispositivos que sirven para una distribución de Linux no necesariamente son compatibles con otras. Sucede algo similar con las diferentes herramientas de software. Si bien muchas herramientas tienen una portabilidad a Linux (y es posible emular Windows en un ambiente Linux), su desempeño y su estabilidad no son adecuados. La disponibilidad del software y de los controladores de dispositivos es uno de los puntos más fuertes de Windows, sobre todo cuando hablamos de estaciones de trabajo. En este momento, Windows ofrece más productividad y confort que Linux en cuanto a compatibilidad. Costos de recursos: Los costos de recursos comprenden salarios, disponibilidad de recursos, consultoría y soporte técnico, capacitación y disponibilidad de los parches y los controladores de dispositivos. Existe la suposición general de que Linux implica algunos costos más elevados que Windows, por ejemplo, salarios de administradores y consultoría, soporte técnico y capacitación de los empleados. Pero existen estudios recientes que demuestran que estas variables son sólo marginalmente superiores (consulte los artículos Get the Truth on Linux Management de Enterprise Management Associates Inc. del 2006 en www.enterprisemanagement.com y Total Cost of Ownership for Linux in the Enterprise de Robert France Group del 2002 en www.rfgonline.com). Según Enterprise Management Associates Inc., los salarios de los administradores de Linux son ligeramente superiores, y la amplia disponibilidad de personal calificado reduce la necesidad de contratar servicios de consultoría. A diferencia de Windows, Linux no ofrece soporte técnico después del periodo inicial de un año. Además, la descentralización de los parches disponibles y la falta de controladores de dispositivos para cierto hardware hacen que Linux sea una solución poco recomendable para escritorios y personal menos calificado. Hay varias suposiciones con respecto a los costos de los recursos. El costo de Linux es similar o inferior en el área de salarios, consultoría y capacitación, pero requiere usuarios más hábiles. Por otro lado, Windows ofrece mayores ventajas en cuanto a soporte técnico y disponibilidad de controladores de dispositivos, así como un ambiente más fácil de usar. Hay que notar que la capacitación para Linux puede ser menos costosa únicamente cuando se trata de usuarios que no tienen experiencia alguna en informática. La razón puede ser la presencia de Windows en casi todas las instituciones educativas de niveles medio y superior, donde la mayoría de los usuarios ya ha recibido algún tipo de capacitación en informática. En la mayoría de los casos, esto elimina la necesidad de ofrecer capacitación adicional, lo que casi nunca sucede con Linux. Además, existe mucha más literatura para Windows, es decir que la información sobre este sistema es más accesible que la información sobre Linux para los usuarios que no tienen mucho conocimiento informático. La última dimensión de la jerarquía es la garantía. Una garantía de software asegura que el producto funcionará exactamente como lo declara el fabricante. Si bien los productos comerciales tienen ciertas garantías, los productos gratuitos se basan en la premisa de que los usuarios utilizan el software bajo su propio riesgo. Esto puede carecer de importancia para ciertos productos, pero las PYME no pueden darse el lujo de correr aplicaciones que son críticas para su misión sin tener algún tipo de garantía.