RAA-07-Benalcázar-Marco de protección de los derechos humanos.pdf

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Globalización, migración y derechos humanos
Marco de Protección de los derechos humanos:
Balance en la Región Andina*
Patricio Benalcázar*
Contenido
Introducción
1. La Comunidad Andina de Naciones y la protección de los derechos humanos de los
migrantes y sus familias
2. La Comunidad Andina de Naciones y la protección de la población en situación de
desplazamiento y refugio
3. El Sistema Regional de Protección en las Américas y los derechos de los migrantes,
desplazados/as y refugiados/as
4. El Sistema Universal de Protección y los derechos de los migrantes, desplazados/as y
refugiados/as
"Soy como tú, un extraño en cualquier épocay en cualquier lugar.
Un hombre, una mujer como tú".
René Philombe, Camerún
Introducción
El tema que nos convoca tiene como referente a
los derechos humanos, constituidos como
parámetro ético mínimo internacionalmente
reconocido, anclados en el marco de una
discusión histórica, política, cultural y social que
no acaba y que no se origina y explica
solamente desde el derecho, sino desde las
más diversas posibilidades disciplinares y
perspectivas que incluyen al género, lo étnico, lo
generacional, en fin las diversidades.
La movilidad humana ha decir de James Cliford
en su texto itinerarios transculturales es de
"larga data. Los centros culturales, las regiones
y territorios delimitados, no son anteriores a los
contactos - humanos -, sino que se afianzan por
su intermedio y, en ese proceso, se apropian de
los movimientos incansables de personas y
cosas, y los disciplinan". En ese referente, cada
hombre, cada mujer es un viajero/a incansable
en la historia humana.
A decir de Fernando Ponce del Servicio Jesuita
un elemento importante a tomar en cuenta en
este proceso, además de los derechos
humanos, es la solidaridad de quien recibe y
también de quien llega, solidaridad que informa
la práctica del bien común y la vigencia de los
derechos humanos tanto en el ámbito público
como privado.
Con estos antecedentes, debo decir que la
aproximación al tema de la movilidad humana la
haré desde una mirada jurídica y en particular
desde
los
principales
instrumentos
y
mecanismos de protección en el área andina, en
el sistema interamericano y universal de
protección de derechos humanos relacionados a
ésta temática.
Para hacer un balance del marco de protección
de los derechos humanos en la región andina,
tomaré como referente necesario el eje temático
de la Conferencia Regional que nos convoca,
cuyo énfasis es la movilidad humana y de
manera particular la migración económica, el
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refugio y el desplazamiento interno en los
países de la subregión.
1. La Comunidad Andina de Naciones y la
protección de los derechos humanos de los
migrantes y sus familias
En el sistema de integración andina, no existe
un instrumento jurídico comunitario, que con
carácter
vinculante,
consagre
derechos
humanos de las personas de la subregión menos aún sobre los derechos de los
trabajadores migratorios, los refugiados/as o
desplazados/as internos/as - ni existen órganos
de vigilancia y control sobre la materia.
Sin embargo, hay que destacar, como un
avance sustantivo la suscripción de la Carta
Andina para la Promoción y Protección de los
Derechos Humanos por parte del Consejo
Presidencial Andino el 26 de julio de 2002 en la
ciudad de Guayaquil. Este instrumento, cuyas
características son declarativas contempla un
conjunto de "principios y ejes temáticos de una
política comunitaria" (1) andina en derechos
humanos. Hay que destacar, que este
instrumento no tiene carácter vinculante para el
ejercicio de los derechos humanos en los países
andinos, puesto que esta característica debe ser
definida por el Consejo Andino de Ministros de
Relaciones Exteriores y aún no se ha discutido y
menos concretado.
La Carta Andina de Derechos Humanos, se
constituye en un mandato ético - político para
los países de la subregión; remite el
compromiso de nuestros países en la promoción
y protección de los derechos humanos, al
"acatar
las
sentencias
de
la
Corte
Interamericana
de
Derechos
Humanos.
Asimismo, - como - … acoger favorablemente
las decisiones y recomendaciones de los
mecanismos regionales y universales de
naturaleza
no
jurisdiccional,
cuando
corresponda, de conformidad con los tratados
de derechos humanos y las disposiciones
constitucionales pertinentes." (2)
En materia de movilidad humana, la Carta
Andina, parte del principio de no discriminación,
al establecer que "Reafirman su decisión de
combatir toda forma de racismo, discriminación,
xenofobia y cualquier forma de intolerancia o de
exclusión
en
contra
de
individuos
o
colectividades por razones de raza, color, sexo,
edad, idioma, religión, opinión política,
nacionalidad, orientación sexual, condición
migratoria y por cualquier otra condición…" (3)
Sin duda, es novedosa la incorporación como
posible causa de discriminación la condición
migratoria de las personas, lo que daría lugar a
una intervención especial de los Estados, a
través de acciones positivas sean políticas,
administrativas o jurídicas en pro de la vigencia
de los derechos de los migrantes, cualquiera
sea su situación.
Hay un acápite especial en la Carta Andina que
hace referencia a los derechos de los migrantes
y sus familias, y en este acápite se reafirma el
compromiso de los países andinos por
incorporar en sus legislaciones las normas
provenientes de la Convención Internacional
sobre la protección de los derechos de todos los
trabajadores migratorios y de sus familiares,
acordada por la Asamblea General de Naciones
Unidas en diciembre de 1990 y que está en
vigencia desde el 1 de abril de este año 2003,
luego que 20 países del mundo la han ratificado.
Al respecto, los países andinos están en deuda
con este compromiso internacional, puesto que
de la región solamente Bolivia, Colombia y
Ecuador han firmado y ratificado este
instrumento, quedando pendiente Venezuela y
Perú. Sin embargo, por otra parte, todos los
países de la subregión no han incorporado, ni
creado, ni modificado su legislación migratoria
tomando
en
cuenta
los
estándares
internacionales en esta materia. (4)
Es necesario mencionar, la importancia de la
entrada en vigor de la Convención Internacional
sobre la protección de los derechos de todos los
trabajadores migratorios y de sus familiares,
tanto por la implementación de sus principios,
normas y procedimientos en las legislaciones
nacionales, cuanto por la constitución del
órgano de control y vigilancia de esta
Convención Internacional, que es el Comité para
la protección de los derechos de todos los
trabajadores migratorios y sus familiares, más
aún cuando, se abre la posibilidad de que
obligatoriamente los Estados parte de este
Tratado, presenten informes dando a conocer
las acciones de orden administrativo, legislativo
y judicial en beneficio de la vigencia de los
derechos de los migrantes y sus familias; así
como, la posibilidad de que personas
individualmente presenten quejas - con las
limitaciones que veremos posteriormente - al
Comité por el incumplimiento de las normas
previstas en la Convención. (5)
La Carta Andina, considera prioritario garantizar
en la subregión el respeto al derecho de migrar,
al trabajo, al libre tránsito y circulación de los
migrantes y sus familias, a la libertad de elegir
libremente el domicilio, al acceso a los servicios
públicos básicos, al derecho de documentación
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e identificación sin discriminación de ninguna
clase, sin embargo, se remite para su
cumplimiento a las disposiciones de las
legislaciones nacionales y a la normativa
comunitaria.
comercial y de las relaciones económicas de los
Estados en el marco de la integración, muy poco
su contenido hace referencia a los derechos de
las personas como sujetos históricos de
movilidad humana.
Al respecto, es bien conocido el carácter
restrictivo y hasta discriminatorio de la
legislación migratoria en nuestros países, lo que
constituye un gran limitante para el ejercicio de
los derechos proclamados en los instrumentos
internacionales; pero, por otro lado, la normativa
comunitaria tiene avances relativos en la
materia y que están sujetos a los intereses y
acuerdos políticos de nuestros Estados.
En 1977, en el décimo séptimo período de
sesiones de la Comisión del Acuerdo de
Cartagena se Decidió (10) aprobar el
"Instrumento Andino de Migración Laboral", este
documento hace referencia a la situación de los
trabajadores migrantes que tienen regularizada
o regularizarán su relación laboral, incluyendo a
los trabajadores calificados, fronterizos o de
temporada. Este instrumento dispone la
conformación de oficinas de migración laboral
en los países de la región, que se encargarán
de vigilar se respete la Decisión Andina, la
legislación laboral de su país y el contrato de
trabajo firmado entre el empleador y el
trabajador.
Es necesario mencionar, que el sistema de
integración andino está compuesto por un lado
por los cinco Estados soberanos (6), pero por
otro lado, por los órganos e instituciones que lo
conforman. (7) Su funcionamiento está regulado
por un ordenamiento jurídico constituido por:
"1. El Acuerdo de Cartagena, sus protocolos e
instrumentos adicionales;
2. El Tratado de creación del Tribunal de
Justicia de la Comunidad Andina y sus
protocolos modificatorios;
3. Las Decisiones del Consejo Andino de
Ministros de Relaciones Exteriores y de la
Comisión de la Comunidad Andina;
4. Las Resoluciones de la Secretaría General de
la Comunidad Andina; y,
5. Los Convenios de Complementación
industrial y otros que adopten los Países
Miembros entre si y en el marco del proceso de
integración subregional andino". (8)
En materia migratoria andina, es preciso
destacar que algunas Decisiones del Consejo
Andino de Ministros de Relaciones Exteriores o
las Decisiones del Acuerdo de Cartagena tienen
relación directa con la temática. Hay que
mencionar, que estas decisiones tienen el
carácter supranacional, es decir su aplicación es
directa y preeminente en las jurisdicciones de
los Estados andinos, "lo anterior significa que la
normativa andina obliga a todos los poderes de
los Estados sin distinción en todo su territorio,
sin limitaciones de orden estatal, regional o
municipal y que el ciudadano común adquiere
obligaciones y derechos cuyo cumplimiento
puede exigir tanto ante sus Tribunales
nacionales,
como
ante
las
instancias
administrativa y judicial comunitarias". (9)
He de comentar algunas decisiones vinculadas
al tema migratorio en la región andina, sin
embargo, considero que prácticamente todas
están relacionadas al fuerte componente
Es evidente, que este instrumento regula las
situaciones laborales formales, sin embargo, los
índices de actividades laborales informales
quedan relativamente por fuera, así como
aquellas relaciones de trabajo que escapan al
control oficial, las mismas que son significativas
en las zonas de frontera o en las actividades de
temporada, lo que da lugar a una serie de
irregularidades desde la perspectiva de los
derechos sociales.
Finalmente, este instrumento andino de
migración laboral al referirse a los trabajadores
migrantes indocumentados, que es el grupo más
vulnerable, manifiesta su voluntad de regularizar
su situación, siempre y cuando estas personas
hayan ingresado a alguno de los países andinos
antes que este instrumento entre en vigencia, es
decir antes de febrero de 1977.
El 16 de septiembre de 1996, en Lima, la
Comisión del Acuerdo de Cartagena, toma la
Decisión No. 397, por la cual se crea la Tarjeta
Andina de Migración, como documento único de
control migratorio, para el ingreso y salida de
personas de los países del área andina, de esta
manera se intenta controlar y regularizar los
procesos migratorios en la región, sin embargo,
hay que mencionar que esta decisión está
vinculada a favorecer y fomentar el turismo,
tanto así que es una recomendación de los
Comités Andinos de Autoridades de Migración
(CAAM) y de Turismo (CAATUR).
Posteriormente, el 22 de junio del 2001, en
Valencia - Venezuela, el Consejo Andino de
Ministros de Relaciones Exteriores, toma la
Decisión No. 503, por la cual se reconoce los
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documentos nacionales de identificación de las
personas miembras de los países de la región
andina, sin embargo, su uso solo favorecerá la
calidad de turistas de las personas. (11)
En tal sentido, se considera turistas aquellas
personas que ingresan al país, sin ánimo de
residencia y estas no podrán realizar actividades
laborales remuneradas o lucrativas, excepto lo
que dispongan acuerdos específicos o
convenios de integración fronteriza suscritos
entre los países de la subregión. (12)
Así entonces, queda por fuera la posibilidad de
ejercer actividades laborales, lo que además, se
ha expresado en las acciones de la fuerza
pública en el seguimiento, represión y en
algunos casos deportación de ciudadanos a la
frontera de los países limítrofes.
El mismo 22 de junio del año 2001, en Valencia
- Venezuela, el Consejo Andino de Ministros de
Relaciones Exteriores, a través de la Decisión
No. 504, decidió crear el Pasaporte Andino el
mismo que deberá ser utilizado por los
nacionales de los países miembros en sus
movimientos migratorios, este documento
entrará en vigencia a más tardar el 31 de
diciembre de 2005. Es innegable que estos
pasos dados en la CAN consolidan la conciencia
y cohesión comunitaria, sin embargo, a la luz de
los derechos humanos y de los propios
principios de la Carta Andina, donde lo central
son los sujetos históricos, las personas en el
ejercicio de sus derechos y obligaciones existe
un largo camino por recorrer.
En esa perspectiva, la CAN debería promover y
promulgar normativa vinculante en materias
específicas como la migratoria, para garantizar
los derechos individuales y de signo social y
comunitario, además de facultar a los órganos
comunitarios y nacionales su rol de vigilantes y
garantes para que los acuerdos, decisiones y
resoluciones de sus instancias tomen en cuenta
la dimensión de los derechos humanos, sin que
esto signifique duplicar el mandato que cumple
la CIDH y la Corte en el Sistema Regional de
Protección de Derechos Humanos
2. La Comunidad Andina de Naciones y la
protección de la población en situación de
desplazamiento y refugio
Al igual que en el tema de los trabajadores/as
migrantes y sus familias, el sistema de la CAN,
no contempla legislación vinculante sobre
desplazamiento interno y derecho de refugiados.
Por esta razón, nos remitiremos a la Carta
Andina de Derechos Humanos, que pese a las
limitaciones ya establecidas, prevé principios,
objetivos y compromisos de los países de la
subregión.
Sin embargo, por razones de orden histórico
debemos referirnos en primer lugar a
instrumentos internacionales sobre la materia
como la Convención de Ginebra sobre el
Estatuto de Refugiados de 1951, el Protocolo
adicional de 1967, además de los Principios
Rectores de las Naciones Unidas sobre
Desplazamiento Interno de 1998 y la
Declaración de Cartagena sobre los Refugiados
de 1984, los mismos que han sido de manera
general incorporados a la legislación interna de
los países de la región andina. (13)
En el caso del desplazamiento interno, debemos
referirnos de manera particular a la situación
que vive Colombia. "El conflicto armado y social
colombiano se ha incrementado en forma
significativa durante los últimos años. Esta
situación ha agudizado entre otros fenómenos,
el desplazamiento forzado interno, el cual se ha
convertido en una de las expresiones más
graves, masivas y sistemáticas de la violación
de los derechos humanos y el derecho
internacional humanitario." (14)
"Los desplazamientos forzados frecuentemente
han coincidido con acciones bélicas que tienden
al control de territorios geográficamente
estratégicos, no solo en términos militares sino
también económicos. La mayoría de los
desplazamientos forzados han sido precedidos
por
masacres,
asesinatos
selectivos,
desapariciones
forzadas,
amenazas
generalizadas, bombardeos indiscriminados y
han
sido
generados
también
por
la
intensificación de los enfrentamientos entre
actores armados.
Según la Comisión Colombiana de Juristas en
informe del 2003, los grupos paramilitares, que
se han consolidado por la acción, aquiescencia
u omisión de la Fuerza Pública siguen siendo
los
principales
responsables
de
los
desplazamientos forzados a nivel nacional, es
así que en el 30% de los casos en lo que va
corrido del año 2003, se ha encontrado su
responsabilidad directa (en algunos casos en
conjunto de agentes estatales) y a las guerrillas
en el 14% de los casos de desplazamiento
forzado." (15)
De por medio está la débil institucionalidad que
afronta la situación de los desplazados internos,
pese a la existencia de la Red de Solidaridad
Social, de la Consejería Presidencial para los
desplazados internos, la atención humanitaria y
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la protección jurídica, así como la Ley 387 de
1997, que evidencia una serie de limitaciones
que han sido corroboradas por el informe de la
CIDH, sobre el desplazamiento interno en
Colombia, entre las que se destaca:
•
•
•
•
Limitados recursos económicos y técnicos
para un adecuado funcionamiento de los
mecanismos creados.
Un
tratamiento
que
prioriza
el
asistencialismo y minimiza la promoción y
protección como responsabilidad del Estado
colombiano en materia de desplazamiento
interno;
como
por
ejemplo,
la
implementación de sistemas de alerta
temprana
La
ausencia
de
una
política de
documentación de las personas en
situación de desplazamiento, lo que unido a
una política de retorno a zonas en conflicto
agrava aún más la situación de los
desplazados internos.
La impunidad, por la falta de procesamiento
y sanción de los responsables del
desplazamiento interno, dimensiona los
efectos de la problemática, pese a la
tipificación del delito del desplazamiento
forzado en el Código Penal. (16)
En conclusión, los instrumentos y mecanismos
de protección de los derechos de las personas
en situación de desplazamiento interno en
Colombia, no han sido suficientes para
garantizar su vigencia ni en el orden individual,
ni social, menos aún comunitario, pues los
intereses políticos, económicos y militares de
todos los actores involucrados en la guerra
interna, contrarían una voluntad seria para su
cumplimiento; además, los países de la CAN
han tenido posturas extremadamente tinosas y
profundamente diplomáticas a la hora de
pronunciarse sobre el particular.
Por otra parte, el tratamiento sobre el derecho
de refugiados en la región andina, nos remite sin
duda, a hacer un balance de la implementación
de las normas internacionales de la materia,
pero sobre todo la adecuación en las
legislaciones nacionales de la definición de
refugiado/a a la luz de los estándares
internacionales y los avances en la región.
Latina. Hago referencia, a la Declaración de
Cartagena sobre los Refugiados de 1984, a la
Declaración de San José sobre refugiados y
personas desplazadas de 1994; así como a las
Directrices que ACNUR a desarrollado sobre las
mujeres, niños/as refugiados/as y el tratamiento
específico del conflicto colombiano.
Si hacemos un recorrido normativo de las
legislaciones de los países andinos, nos
encontramos con un desarrollo parcial de la
definición de refugiado/a, en tal sentido todas
las legislaciones contienen los conceptos
provenientes de la Convención de Ginebra de
1951 y de su Protocolo Adicional de 1967, sin
embargo, la propuesta de ampliación conceptual
de la Declaración de Cartagena (17) solo es
recogida en Ecuador, Perú y Bolivia - Venezuela
y Colombia no la integran -, menos aún está
integrada la causal de persecución desde el
enfoque de género como parte de la definición.
Así mismo, la definición de refugiado/a
desarrollado por el ACNUR, referido a la
persona
extranjera
que
encontrándose
legalmente en un país, pero por causas
sobrevinientes surgidas en su país de residencia
habitual o nacionalidad, su vida, integridad y
seguridad, correría riesgo si regresa a ese país,
solo está incorporado en la legislación peruana
y colombiana - pero no así en Ecuador,
Venezuela y Bolivia -.
Este tratamiento diferenciado desde lo
conceptual, denota una serie de limitaciones en
cuanto al ejercicio del derecho a que se otorgue
la calidad de refugiado/a a una persona, más
aún cuando, las circunstancias que rodean al
conflicto colombiano, evidencian una crisis
humanitaria en el que cientos de personas
huyen de una situación de violencia generaliza,
violación masiva de derechos humanos y
confrontaciones permanentes entre los actores
armados, que hacen insostenible el concepto de
refugiado a la luz exclusivamente de la
Convención de Ginebra de 1951 y su Protocolo
de 1967.
El conflicto colombiano constituye la razón
central que genera procesos de desplazamiento
interno y refugio a los países limítrofes.
Cuantitativamente
los
refugiados/as
colombianos/as son una mayoría total en
relación con personas de otros países y
nacionalidades. Frente a esta realidad la
respuesta humanitaria y protectiva es limitada
todavía.
En
tal
sentido,
me
remitiré
especialmente
a
la
situación
de
los
refugiados/as en Ecuador y Venezuela, pues a
éstos países llegan los más importantes flujos
por ser directamente limítrofes.
De enero a mayo del año 2003, llegaron al
Ecuador
6.296
personas
colombianas,
registradas como solicitantes de la condición de
refugiadas, según datos oficiales de la
Cancillería. (18)
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De este total, el 63,70% de casos, es decir
4.011 personas se encuentran en calidad de
solicitantes, otro importante porcentaje, el
13,72% - 864 personas - han visto negada esta
condición por parte del Estado ecuatoriano (19),
el 12,38%, 780 personas tienen sus carpetas
archivadas o caducadas y solo el 10,18%, es
decir 641 personas han visto aceptada su
solicitud de condición de refugiado/a.
Esta información es relevante puesto que
demuestra que un altísimo porcentaje de casos
no tienen respuesta y su situación jurídica y
social es inestable, además, se evidencia que el
tiempo en el que se procesa las peticiones no
cumple con el mandato legal establecido, lo que
demuestra que la institucionalidad es débil y
poco eficaz.
En el marco de los derechos sociales "la
situación de mayor vulnerabilidad social la
tienen aquellas personas cuya situación jurídica
está pendiente de resolver, no tanto por el
derecho que les asiste a permanecer en el
territorio ecuatoriano hasta que se resuelva
definitivamente su caso, sino por la falta de
garantías legales y sociales para ejercer el
derecho al trabajo en relación de dependencia o
por cuenta propia…" (20), pues las autoridades
ecuatorianas expresamente niegan el derecho al
trabajo de los solicitantes de la condición de
refugiados/as, contrariamente al cumplimiento
de sus obligaciones constitucionales e
internacionales en materia de derechos
económicos, sociales y culturales. (21)
El caso de Venezuela, es mucho más crítico que
el de Ecuador, para comenzar, hasta el año
2001, no contaba con legislación interna que
regule los derechos de los refugiados/as y hasta
julio del 2003, no contaba con un reglamento
que de vida a la institucionalidad encargada de
procesar las solicitudes que se presenten a su
consideración. Esta situación ha dejado en total
desprotección a solicitantes de la condición de
refugiados, que han llegado a las zonas
fronterizas y eventualmente al centro del país y
hasta Caracas.
"Venezuela ha sido en los últimos años un país
que ha acogido, voluntariamente o no, a miles
de ciudadanos Colombianos y desde hace tres
años ha recibido mas de dos mil solicitudes de
Refugio.
La situación económica, social y política de
Venezuela está experimentando un "sacudón"
desde sus cimientos, y se ha acusado al
gobierno de apoyar a la guerrilla colombiana, se
han agudizado los prejuicios en contra del
colombiano y sobre todo del que esta en la
frontera, son tratados como indocumentados y
corren el grave riesgo de ser deportados, son un
tema de seguridad para el ejército Venezolano y
en general no es respetada su dignidad en
nuestro territorio". (22)
Desde la perspectiva social, el imaginario del
colombiano en nuestros países lo ubica como
persona "no deseable", "narcotraficante",
"conflictivo", lo cual es corroborado por los
discursos e imágenes de la opinión pública y de
la institucionalidad, especialmente de la fuerza
pública. Este elemento genera discriminación
social.
Un breve balance sobre esta situación,
demanda la implementación de legislación
interna, acorde a los estándares internacionales
de derechos humanos, a fortalecer los órganos
e instancias de los Estados encargados de
conocer
y
resolver
la
condición
de
refugiados/as, que debería estar integrado por
funcionarios/as con un mínimo de experiencia e
información en materia de derecho de
refugiados/as,
derecho
internacional
humanitario, derechos humanos y enfoque de
género; además, una intervención mucho más
importante del ACNUR en el cumplimiento de su
mandato, que le abre posibilidades de incidencia
mayores a las que tiene cualquier organización
de derechos humanos en la región. Finalmente,
entender que esta problemática tiene un
carácter humano y no de seguridad nacional.
3. El Sistema Regional de Protección en las
Américas y los derechos de los migrantes,
desplazados/as y refugiados/as
El uso del sistema regional de protección de
derechos humanos en América Latina ha
constituido un referente importante para la
democratización y la vigencia de los derechos
humanos en la región. Sin duda, el rol de la
Comisión
Interamericana
de
Derechos
Humanos, así como el de la Corte han logrado
facilitar a las víctimas de violaciones de
derechos humanos el acceso en la búsqueda de
la verdad, la justicia y la reparación; al mismo
tiempo, han permeado la posición política y las
prácticas arbitrarias de muchos regímenes.
En ese referente, la temática migratoria, ha sido
vista con preocupación por los órganos del
Sistema Regional, a tal punto que en 1997, la
CIDH instituyó la Relatoría Especial sobre
Trabajadores Migratorios y Miembros de sus
Familias, misma que inició sus actividades en
marzo del 2000, cuando en el 106 período de
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sesiones de la CIDH se nombró al comisionado
Juan Méndez como Relator Especial.
Esta relatoría se planteó como objetivos los
siguientes:
"(a) generar conciencia en cuanto al deber de
los Estados de respetar los derechos humanos
de los trabajadores migratorios y sus familias;
(b) presentar recomendaciones específicas a los
Estados miembros sobre materias relacionadas
con la protección y promoción de los derechos
humanos de estas personas, a fin de que se
adopten medidas progresivas en su favor; (c)
elaborar informes y estudios especializados
sobre la materia; y (d) actuar con prontitud
respecto a peticiones o comunicaciones en
donde se señale que los derechos de los
trabajadores migratorios y sus familias son
vulnerados en algún Estado miembro de la
OEA". (23)
En cumplimiento de su mandato la CIDH
durante el 2002 realizó algunas actividades,
entre las que podemos destacar las siguientes:
•
•
Visitas in loco a Guatemala en marzo del
2002, Costa Rica en julio del mismo año y a
México entre julio y agosto, visitas que se
concretaron luego de que los gobiernos de
estos países invitaron al Relator. Hay que
recalcar, que las visitas in loco posibilitan
conocer de manera directa la situación de
los migrantes y sus familias. En el caso de
los países andinos, el pronunciamiento de
la CIDH ha provenido de los informes
anuales por país y exclusivamente del caso
Colombiano, relativo a la situación de las
personas desplazadas. Esto demuestra que
hay un saldo pendiente, tanto para los
gobiernos de la región, cuanto de las
organizaciones de la sociedad civil del área
andina, para preparar eventuales visitas del
relator, especialmente a países como
Ecuador y Perú donde la situación tiene
particularidades ha ser tomadas en cuenta.
(24)
El conocimiento Y procesamiento de casos
de violación de los derechos de los
trabajadores migratorios y sus familias, de
los
desplazados/as
internos/as
y
refugiados/as por parte de la CIDH. Hay
que destacar que la CIDH, ha admitido
causas vinculadas a los derechos de las
personas mencionadas contra el gobierno
Dominicano por expulsión colectiva de
ciudadanos haitianos y dominicanos de
origen haitiano, otro caso contra la
República Dominicana por negar el acceso
a la educación de niños dominicanos cuyos
padre y madre son haitianos; contra Costa
Rica por la expulsión de ciudadanos
nicaragüenses; contra los EE.UU. por la
muerte de migrantes en la zona de frontera;
contra Argentina por la deportación de un
ciudadano uruguayo; la Relatoría solicitó a
la Secretaría de la CIDH que dictara
medidas cautelares dirigidas al gobierno de
Guatemala a favor de un Funcionario de la
Casa del Migrante de Tecún Uman, que
dirige un albergue para migrantes, quien fue
amenazado de muerte por parte de
desconocidos; por otra parte, la CIDH
admitió la petición de 120 ciudadanos
cubanos y 8 ciudadanos haitianos que
fueron detenidos en las Bahamas y pese a
contar con medidas cautelares a su favor,
fueron
deportados,
violentándose
el
principio de no devolución; en el año 2001,
CEJIL, PROVEA y la Oficina de Acción
Social
del
Vicariato
Apostólico
de
Machiques de Venezuela, solicitaron
medidas cautelares a la CIDH a favor de
287 personas colombianas - refugiadas que se encontraban en el Estado
venezolano de Zulia en condiciones
precarias de salud y en peligro de ser
devueltos a Colombia, donde su vida corría
riesgo por las amenazas paramilitares, lo
que devino en una fuerte presión para
Venezuela desde distintas instancias
internacionales.
Vista la accesibilidad que provee el sistema
regional, es importante impulsar procesos
paradigmáticos de exigibilidad social, política y
jurídica de casos relacionados a los derechos de
los migrantes de la región andina, sea en su
país de origen, de tránsito o de acogida cuando
sea pertinente; así como causas relacionadas a
los derechos humanos de desplazados/as
internos y refugiados/as - Ecuador y Venezuela
deberían iniciar acciones en ese sentido -. (25)
•
La Relatoría impulsa actividades de
promoción de derechos, así es como
encamina esfuerzos para estudiar la
legislación migratoria en la región, con el
apoyo de la Facultad de Derecho de la
Universidad de Vilanova, Estados Unidos.
Sería importante, que se incluya e impulse
iniciativas que se están tomando en los
países de la región andina, sea por las
organizaciones de la sociedad civil, o por
instancias académicas. (26)
En definitiva, la región andina, tiene un
cuaderno en blanco por escribir en cuanto al uso
del sistema regional de protección de derechos
humanos, es imperioso impulsar estos
procesos.
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4. El Sistema Universal de Protección y los
derechos de los migrantes, desplazados/as y
refugiados/as
Por razones de tiempo y espacio, para referirme
al sistema universal, me limitaré a mencionar las
posibilidades y limitaciones que nos abre la
entrada en vigor de la Convención Internacional
Sobre la Protección de Todos los Trabajadores
Migratorios y sus familias, sin dejar de
reconocer el valioso aporte que sobre la
temática brindó la Relatoría especial que sobre
este asunto creo Naciones Unidas en 1999. (27)
Como conocemos, el sistema universal de
protección de derechos de las Naciones Unidas,
ha desarrollado una serie de instrumentos y
tratados internacionales que con carácter
vinculante permiten se impulsen acciones de
promoción, protección y defensa de los
derechos humanos, para el efecto, en los
mismos tratados se crean órganos de control de
éstos, que con facultades y limitaciones propias
permiten
el
monitoreo
de
temáticas
concretas.(28) Así mismo, existen grupos de
trabajo especial y relatores que aportan desde
una perspectiva técnica e independiente las
acciones por los derechos humanos en el marco
del sistema de la ONU.
En materia de derechos de los migrantes y sus
familias, en diciembre de 1990, la Asamblea
General de las Naciones Unidas aprobó la
Convención Internacional sobre la Protección de
los Derechos de Todos los Trabajadores
Migratorios y de sus Familiares, instrumento
internacional que requería la ratificación de 20
países para entrar en vigencia. Este requisito se
cumplió en diciembre del 2002, cuando Timor
Oriental presentó a la Secretaría General de
Naciones Unidas el respectivo instrumento de
ratificación, lo que dio lugar a que el 1 de abril
de este año entre en vigencia este tratado.
observaciones, de esta manera, los Estados
recibirán recomendaciones y la Asamblea de
Naciones Unidas será el espacio de
presentación de los informes de cumplimiento
de la Convención. (31)
Otra de las facultades del Comité creado por la
Convención sobre los derechos de los
trabajadores migratorios y sus familias, es
recibir comunicaciones y peticiones de personas
que estén en la jurisdicción de los Estados parte
de la Convención, siempre y cuando de manera
expresa dicho Estado declare y acepte la
competencia del Comité, caso contrario no será
admisible.
(32)
Esta
limitación
es
tremendamente grave, puesto que es difícil
pensar que algún Estado se permita ser
observado por peticiones individuales de las
personas bajo su jurisdicción ante el Comité, en
todo caso, será razonable ver como funciona
este mecanismo en el futuro.
Como había mencionado en la primera parte de
este documento, no todos los países del área
andina han ratificado este instrumento
internacional, lo que significa el necesario
compromiso de hacerlo lo más brevemente
posible, adicionalmente, deberíamos impulsar y
apoyar las diversas iniciativas de adecuación de
legislación interna a la luz de los estándares
internacionales, establecidos en la convención,
en otros tratados internacionales y en
recomendaciones diversas sobre la materia de
los distintos órganos de Naciones Unidas.
Finalmente, las organizaciones de derechos
humanos, tienen la posibilidad de elaborar
informes sombra sobre la situación de la
población en situación migratoria a través de
alianzas estratégicas con organizaciones en los
países de tránsito y acogida, los mismos que sin
duda incidirán, cuando el Comité emita sus
observaciones a los Estados parte de la
Convención.
Por mandato de la propia Convención, su
aplicación y control estará en manos del Comité
creado para el efecto, (29) ante este órgano los
Estados están obligados a presentar informes
en los que se detalle las medidas de orden
legislativo, judicial, administrativo, así como los
factores y las dificultades que afecten a la
aplicación de este Tratado. (30)
Creo que de un balance general, sobre el marco
de protección de los derechos de los
trabajadores migratorios, las personas en
situación de desplazamiento y los refugiados, se
evidencia la necesidad de anclar política y
organizativamente los procesos por la vigencia
de los derechos humanos con los actores, con
los sujetos históricos que representan.
El Comité una vez que reciba los informes, los
analizará y presentará las observaciones que
crea pertinentes; para tal fin, puede solicitar que
instancias como la Organización Internacional
del
Trabajo
y
otros
organismos
intergubernamentales presenten sus propias
Un segundo nivel, esta relacionado con la
promoción y difusión de los derechos de estos
grupos humanos, para impulsar acciones
paradigmáticas de exigibilidad social, política y
jurídica a nivel nacional y ante los órganos de
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los sistemas internacionales de protección de
derechos humanos
Es imperativo, profundizar inter, multi o
transdiciplinariamente procesos de diagnóstico
de la situación psicosocial, económica, jurídica,
organizacional de estos grupos sociales, que
enriquecerá respuestas posibles de interacción
y alimentarán los informes sombra que se
puedan presentar a los diversos órganos de
control de los tratados internacionales en
materia diversas y complementarias.
Es tarea compartida implementar en nuestras
legislaciones la normativa sobre el derecho de
los y las migrantes, desplazados y refugiados a
la luz de los estándares internacionales más
elevados, como un ejercicio instrumental del
cual nos podemos valer para demandar su
protección y respeto
Sigue siendo un cuaderno escrito con nuestras
presencias y ausencias, con borrones y
tachones, un marco de protección que está en
permanente estado de perfeccionamiento, que
lo usamos muy poco, pues nuestros discursos y
acciones
confunden
instrumentalmente
aspiraciones con derechos; anclamos el trabajo
en derechos humanos en un activismo
casuístico, que sin dejar de ser meritorio nos
limita la reflexión y el paradigma necesario; lo
hacemos solos, muchos como ongoteros
salvadores, lejanos a los sujetos históricos que
están en nosotros mismos.
Notas
1. Carta Andina para la Promoción y Protección de los Derechos Humanos, considerandos, penúltimo
párrafo, Guayaquil, julio 2002, Comunidad Andina de Naciones.
2. Idem, artículo 5.
3. Idem, artículo 10. El subrayado es nuestro.
4. En el caso de Ecuador, se ha iniciado una serie de discusiones sobre reforma legislativa en materia
migratoria, que en estos precisos momentos se encuentra procesándose.
5. Hay que aclarar que la presentación de casos ante el Comité, requiere de una declaración expresa del
Estado demandado, en la que acepta la competencia del Comité en los casos de personas que están bajo
su jurisdicción. Ver artículo 77 de la Convención.
6. Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia conforman la Comunidad Andina de Naciones.
7. El Sistema Andino de Integración está conformado por los siguientes órganos e instituciones: Consejo
Presidencial Andino, Consejo Andino de Ministros de Relaciones Exteriores, la Comisión de la Comunidad
Andina, Secretaría General de la Comunidad Andina, Tribunal de Justicia de la Comunidad Andina,
Parlamento Andino, Consejo Consultivo Empresarial, Consejo Consultivo Laboral, Corporación Andina de
Fomento, Fondo Latinoamericano de Reservas, Convenio Simón Rodríguez, Universidad Andina Simón
Bolívar, Consejos Consultivos que establezca la Comisión.
8. ROSSELL Mónica, Marco Institucional y Seguridad Jurídica en la Comunidad Andina, Secretaría
General de la Comunidad Andina, abril 1999, pag. 3.
9. Idem, pag. 3.
10. Decisión No. 116 de la Comisión del Acuerdo de Cartagena, 17 e febrero de 1977, Lima - Perú.
11. Si ha la presente fecha, un país de la subregión, exige visa consular a los turistas nacionales de
cualquiera de los otros países, ese requisito deberá ser eliminado a más tardar el 31 de diciembre de
2004.
12. En el caso de Ecuador y Colombia, se suscribió un Estatuto Permanente Migratorio en materia laboral,
sin embargo, su ejecución requería el establecimiento de un reglamento que hasta la fecha no ha sido
elaborado.
13. En el Perú a través de una resolución legislativa se aprobó la Convención sobre el Estatuto de los
Refugiados de 1951, el 21 de abril de 1964 (RL. 15.014); en junio de 1983 a través de la Resolución
Legislativa No. 23.608 se aprobó el Protocolo sobre el Estatuto de los Refugiados de 1967; y, el 20 de
diciembre de 2002, se aprobó la Ley del Refugiado No. 27.891.
En Colombia a través del Decreto Ejecutivo No. 1598 del año 1995, se establece el Estatuto para la
determinación de la condición de refugiado; y, mediante Decreto No. 2450 del año 2002, se establece el
procedimiento para la determinación de la condición de refugiado. En cuanto a la temática de
desplazamiento interno, es mediante la Ley 387 de agosto de 1997, y la asignación a la Red de
Solidaridad Social para su implementación que se regula esta situación, además, se ha tipificado como
delito el desplazamiento forzado de personas, constando como tal en el artículo 169 del Código Penal. En
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el caso de Ecuador, es a través del Decreto Presidencial 3301 que tiene vigencia desde 1992 como
Reglamento para la aplicación de las normas contenidas en la Convención de 1951 y el Protocolo de
1967, el mismo que incorpora normas y conceptos desarrollados en la Declaración de Cartagena de 1984.
En Venezuela es a través de Ley Orgánica sobre Refugiados o refugiadas, Asilados o Asiladas de 3 de
Octubre del año 2001, que se regula esta materia, y recientemente en julio de este año 2003, se aprobó el
Reglamento de Ejecución de la Ley.
En Bolivia a través de la Ley No. 2043 de diciembre de 1999 se incorpora a la legislación interna al
Protocolo de 1967 y extrañamente, a través de la Ley No. 2071 de abril del 2000 se incorpora como parte
de su legislación la Convención de Ginebra de 1951, luego del Protocolo; finalmente a través del Decreto
Supremo Presidencial No. 19640 el derecho de refugiados; y, mediante Decreto Supremo Presidencial
No. 19639, de julio de 1983 se crea la Comisión Nacional del Refugiado.
14. PEÑA Lina, GUANIPA Térida, BENALCÁZAR Patricio, FRONTERAS SILENCIOSAS, Una
aproximación entre la realidad y la utopía del desplazamiento hacia el refugio, De la Aspiración hacia el
Derecho, Quito, julio 2003, Trabajo para el Curso de Especialización en Derechos Humanos de la
Universidad Andina Simón Bolívar, Módulo sobre DESC, pag. 1.
15. Idem, pag. 2
16. La Carta Andina de Derechos Humanos en sus artículos 54 y 55 hace referencia al derecho de los
desplazados internos, reiterando el compromiso de los países de la región andina de la aplicación en sus
respectivas jurisdicciones de los Principios Rectores de los desplazamientos internos de 1998; la igualdad
de derechos de los desplazados internos; la investigación, juzgamiento y sanción de los responsables del
desplazamiento forzado; la protección, ayuda y asistencia humanitaria y el derecho al retorno voluntario
seguro y digno.
17. La Declaración de Cartagena sobre refugiados de 1984 en su cláusula tercera, en la parte pertinente
dice: "considere también como refugiados a las personas que han huido de sus países porque su vida,
seguridad o libertad han sido amenazados por la violencia generalizada, la agresión extranjera, los
conflictos internos, la violación masiva de los derechos humanos u otras circunstancias que hayan
perturbado gravemente el orden público"
18. Los datos a junio del 2003, hablan de 7.217 solicitudes de colombianos, según lo recabado en la
cartilla informativa Huellas de Esperanza, elaborado por ACNUR y la Conferencia Episcopal Ecuatoriana,
agosto de 2003. Sin embargo, la proyección porcentual no dista mucho de lo planteado en este
documento.
19. De las solicitudes negadas un porcentaje aproximado al 40% son apeladas por los solicitantes ante la
Canciller de la República. Hay casos en los cuales no hay respuesta a la apelación por más 1 año.
20. Obra citada, FRONTERAS SILENCIOSAS, Una aproximación entre la realidad y la utopía del
desplazamiento hacia el refugio, De la Aspiración hacia el Derecho, Quito, pag. 9.
21. En la Cancillería ecuatoriana, se entrega un carnet a los solicitantes de la condición de refugiados en
el que expresamente se dice: "El portador de este certificado no podrá ejercer labores remuneradas por
cuenta propia o independientemente hasta que su solicitud sea considerada favorablemente por la
Comisión para determinar la condición de Refugiado en el Ecuador"
22. Obra citada, FRONTERAS SILENCIOSAS, Una aproximación entre la realidad y la utopía del
desplazamiento hacia el refugio, De la Aspiración hacia el Derecho, Quito, pag. 5.
23. Informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sobre la situación de los derechos de
los trabajadores migratorios y sus familiares en el año 2002.
24. Se calcula que alrededor de 120,000 peruanos viven de manera irregular en Argentina.
Asimismo, se estima que 12,900 peruanos viven sin autorización en Chile.
En el último año se ha incrementado el flujo de emigrantes de Venezuela. Los destinos más frecuentes de
los migrantes venezolanos son Italia, España y Portugal.
Se calcula que alrededor de 200,000 ciudadanos ecuatorianos han abandonado el país en los últimos tres
años. Ecuador tiene una población de 13 millones de personas.
25. La migración de colombianos ha aumentado. La Organización Internacional para las Migraciones
calcula que de 1997 a agosto del 2002, 1.2 millones de colombianos habían migrado a otros países.
Buena parte de estas personas migraron a Panamá, Venezuela y Ecuador.
26. La Relatoría ve con cierta preocupación el incremento de medidas destinadas a incrementar el control
migratorio a fin de garantizar la seguridad de los Estados y combatir acciones terroristas. Si bien la
Relatoría no cuestiona el derecho y la conveniencia de que los Estados redoblen sus esfuerzos por velar
por la seguridad de su población, sí ve con preocupación la puesta en práctica de medidas que atentan
contra los derechos fundamentales de los trabajadores migratorios y sus familias.
27. En 1999 las Naciones Unidas, a través de la Comisión de Derechos Humanos nombró por un período
de 3 años a una Relatora Especial sobre los derechos humanos de los migrantes que examine los medios
necesarios para superar los obstáculos a la protección plena y efectiva de los derechos humanos de este
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grupo vulnerable, incluso los obstáculos y dificultades para el regreso de los migrantes que no posean
documentos o se encuentren en una situación irregular. Durante estos años, se puede destacar el trabajo
de la relatora Gabriela Rodríguez, en temas como la violencia en contra de las trabajadoras migrantes
(Informe presentado en el 58 periodo de Sesiones de la Comisión de Derechos Humanos), visitas
permanentes a países del Sur y del Norte para constatar la situación de los y las migrantes, así como
alentar a los gobiernos la firma de la Convención Internacional.
28. Se destaca el Comité de Derechos Humanos, órgano de vigilancia del cumplimiento del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos; el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales
que controla el cumplimiento del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales; el
Comité para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer, creado por la
Convención de la materia; el Comité para la Eliminación de todas las formas de Discriminación Racial,
creado por la Convención Internacional contra la Discriminación Racial; el Comité sobre los Derechos del
Niño, creado por la Convención correspondiente y recientemente el Comité para la protección de los
derechos de todos los trabajadores migratorios y sus familiares, creado por la Convención Internacional
relacionada a los Derechos de los trabajadores migratorios y sus familias.
29. PARTE VII: Aplicación de la Convención
Artículo 72
b) El Comité estará compuesto, en el momento en que entre en vigor la presente Convención, de diez
expertos y después de la entrada en vigor de la Convención para el cuadragésimo primer Estado Parte,
de catorce expertos de gran integridad moral, imparciales y de reconocida competencia en el sector
abarcado por la Convención.
3. La elección inicial se celebrará a más tardar seis meses después de la fecha de entrada en vigor de la
presente Convención, y las elecciones subsiguientes se celebrarán cada dos años.
30. Artículo 73
1. Los Estados Partes presentarán al Secretario General de las Naciones Unidas, para su examen por el
Comité, un informe sobre las medidas legislativas, judiciales, administrativas y de otra índole que hayan
adoptado para dar efecto a las disposiciones de la presente Convención:
a) En el plazo de un año a partir de la entrada en vigor de la Convención para el Estado Parte de que se
trate;
b) En lo sucesivo, cada cinco años y cada vez que el Comité lo solicite.
2. En los informes presentados con arreglo al presente artículo se indicarán también los factores y las
dificultades, según el caso, que afecten a la aplicación de la Convención y se proporcionará información
acerca de las características de las corrientes de migración que se produzcan en el Estado Parte de que
se trate.
3. El Comité establecerá las demás directrices que corresponda aplicar respecto del contenido de los
informes.
4. Los Estados Partes darán una amplia difusión pública a sus informes en sus propios países.
31. Artículo 74
1. El Comité examinará los informes que presente cada Estado Parte y transmitirá las observaciones que
considere apropiadas al Estado Parte interesado.
2. El Secretario General de las Naciones Unidas, con la debida antelación a la apertura de cada período
ordinario de sesiones del Comité, transmitirá al Director General de la Oficina Internacional del Trabajo
copias de los informes presentados por los Estados Partes interesados y la información pertinente para el
examen de esos informes, a fin de que la Oficina pueda proporcionar al Comité los conocimientos
especializados de que disponga respecto de las cuestiones tratadas en la presente Convención que
caigan dentro del ámbito de competencia de la Organización Internacional del Trabajo. El Comité
examinará en sus deliberaciones los comentarios y materiales que la Oficina pueda proporcionarle.
3.
7. El Comité presentará un informe anual a la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la
aplicación de la presente Convención, en el que expondrá sus propias opiniones y recomendaciones,
basadas, en particular, en el examen de los informes de los Estados Partes y en las observaciones que
éstos presenten.
8. El Secretario General de las Naciones Unidas transmitirá los informes anuales del Comité a los Estados
Partes en la presente Convención, al Consejo Económico y Social, a la Comisión de Derechos Humanos
de las Naciones Unidas, al Director General de la Oficina Internacional del Trabajo y a otras
organizaciones pertinentes.
32. Artículo 76
1. Todo Estado Parte en la presente Convención podrá declarar en cualquier momento, con arreglo a este
artículo, que reconoce la competencia del Comité para recibir y examinar las comunicaciones en las que
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un Estado Parte alegue que otro Estado Parte no cumple sus obligaciones dimanadas de la presente
Convención. Las comunicaciones presentadas conforme a este artículo sólo se podrán recibir y examinar
si las presenta un Estado Parte que haya hecho una declaración por la cual reconoce con respecto a sí
mismo la competencia del Comité. El Comité no recibirá ninguna comunicación que se refiera a un Estado
Parte que no haya hecho esa declaración. Las comunicaciones que se reciban conforme a este artículo
quedarán sujetas al siguiente procedimiento:
a) Si un Estado Parte en la presente Convención considera que otro Estado Parte no está cumpliendo sus
obligaciones dimanadas de la presente Convención, podrá, mediante comunicación por escrito, señalar el
asunto a la atención de ese Estado Parte. El Estado Parte podrá también informar al Comité del asunto.
En un plazo de tres meses contado desde la recepción de la comunicación, el Estado receptor ofrecerá al
Estado que envió la comunicación una explicación u otra exposición por escrito en la que aclare el asunto
y que, en la medida de lo posible y pertinente, haga referencia a los procedimientos y recursos internos
hechos valer, pendientes o existentes sobre la materia;
b) Si el asunto no se resuelve a satisfacción de ambos Estados Partes interesados dentro de seis meses
de recibida la comunicación inicial por el Estado receptor, cualquiera de ellos podrá referir el asunto al
Comité, mediante notificación cursada al Comité y al otro Estado;
c) El Comité examinará el asunto que se le haya referido sólo después de haberse cerciorado de que se
han hecho valer y se han agotado todos los recursos internos sobre la materia, de conformidad con los
principios de derecho internacional generalmente reconocidos. No se aplicará esta norma cuando, a juicio
del Comité, la tramitación de esos recursos se prolongue injustificadamente;
Artículo 77
1. Todo Estado Parte en la presente Convención podrá declarar en cualquier momento, con arreglo al
presente artículo, que reconoce la competencia del Comité para recibir y examinar las comunicaciones
enviadas por personas sometidas a su jurisdicción, o en su nombre, que aleguen que ese Estado Parte ha
violado los derechos individuales que les reconoce la presente Convención. El Comité no admitirá
comunicación alguna relativa a un Estado Parte que no haya hecho esa declaración.
2. El Comité considerará inadmisible toda comunicación recibida de conformidad con el presente artículo
que sea anónima o que, a su juicio, constituya un abuso del derecho a presentar dichas comunicaciones o
sea incompatible con las disposiciones de la presente Convención.
3. El Comité no examinará comunicación alguna presentada por una persona de conformidad con el
presente artículo a menos que se haya cerciorado de que:
a) La misma cuestión no ha sido, ni está siendo, examinada en otro procedimiento de investigación o
solución internacional;
b) La persona ha agotado todos los recursos que existan en la jurisdicción interna; no se aplicará esta
norma cuando, a juicio del Comité, la tramitación de los recursos se prolongue injustificadamente o no
ofrezca posibilidades de dar un amparo eficaz a esa persona.
4. Sin perjuicio de lo dispuesto en el párrafo 2 del presente artículo, el Comité señalará las
comunicaciones que se le presenten de conformidad con el presente artículo a la atención del Estado
Parte en la presente Convención que haya hecho una declaración conforme al párrafo 1 y respecto del
cual se alegue que ha violado una disposición de la Convención. En un plazo de seis meses, El Estado
receptor proporcionará al Comité una explicación u otra exposición por escrito en la aclare el asunto y
exponga, en su caso, la medida correctiva que haya adoptado.
5. El Comité examinará las comunicaciones recibidas de conformidad con el presente artículo a la luz de
toda la información presentada por la persona o en su nombre y por el Estado Parte de que se trate.
* Patricio Benalcázar. Doctor en Jurisprudencia. Defensor de Derechos Humanos,
capacitador, investigador y abogado en la materia. Actualmente es el Presidente de la
Fundación Regional de Asesoría en Derechos Humanos, INREDH.
*
Ponencia presentada en la Conferencia regional "Globalización, migración y derechos humanos",
organizada por el Programa Andino de Derechos Humanos, PADH. Quito - Ecuador. Septiembre 16,
17 y 18 de 2003.
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