aportaciones de la junta de portavoces de educación infantil a las

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APORTACIONES DE LA JUNTA DE PORTAVOCES DE LA RED PÚBLICA DE
EDUCACIÓN INFANTIL DE LA COMUNIDAD DE MADRID A LAS CUESTIONES
PLANTEADAS POR EL MINISTERIO DE EDUCACIÒN, EN EL DOCUMENTO
PROPUESTAS PARA EL DEBATE, RELATIVAS A LA EDUCACIÓN INFANTIL.
1.- LA FINALIDAD EDUCATIVA DE LA ETAPA DE CERO A SEIS AÑOS.
La etapa educativa de 0-6 años debe ser considerada la primera etapa del sistema educativo, en
un marco de igualdad con las demás etapas educativas (primaria, secundaria…).
Es una etapa única, con características propias y específicas, y no preparatoria de las etapas
posteriores.
La organización en ciclos no debe suponer diferencias en las finalidades, planteamientos, y
requisitos exigibles.
El ineludible carácter educativo de esta primera etapa viene dado por:
* Los niños y las niñas tienen derechos desde que nacen. Estos derechos no aparecen a los tres
años, ni aumentan con la edad. Que los niños sean más pequeños no significa que tengan
menos importancia. Todos los niños tienen derecho a la educación sin discriminación en razón
de su edad.
*Es reconocido por toda la comunidad científica la importancia de los primeros años en la
formación de la personalidad de los individuos, y cómo las primeras experiencias
significativas van a condicionar el desarrollo posterior. Por lo que dotar de recursos la
atención a la infancia, redundará en beneficio de la sociedad.
* Teniendo en cuenta las características de los niños y niñas de cero a seis años, es necesario
plantearse la satisfacción de sus necesidades, con una respuesta intencionalmente educativa.
Sin considerar unas más importantes que otras, ya que los niños aprenden globalmente. Las
necesidades cognitivas o de relación deben ser tenidas en cuenta de la misma forma que las
necesidades afectivas o las biológicas. Tan educativo es el control de esfínteres o la
alimentación como el control del trazo o el descubrimiento de las formas geométricas.
* Es en esta primera etapa educativa donde se deben desarrollar las capacidades básicas de
los niños/as que son fundamentales para abordar con éxito los aprendizajes formales
posteriores. Sin exigencias para las que no están maduros, evitando los fracasos y
disfunciones que pueden producirse al se forzar situaciones que convierten, lo que debiera ser
un descubrimiento gratificante y satisfactorio, en experiencias negativas condicionando el
rendimiento escolar futuro, a veces de forma irreversible .
* Los niños y las niñas de cero a seis años tienen, además de necesidades, intereses e
inquietudes que hay que satisfacer. Son seres capaces, activos y protagonistas. Es necesario
respetar su ritmo de aprendizaje y sus características personales. Necesitan crear vínculos
afectivos, sentirse seguros ymotivados, en un ambiente que estimule y respete su curiosidad.
Conocer su manera de aprender y relacionarse con el medio y con los demás, es importante
para no interferir negativamente en su desarrollo personal y social.
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* Es fundamental destacar la importancia del juego como motor o eje de la acción de los
niños y las niñas. El desarrollo legislativo ha de contemplar esta realidad y destacar el papel
protagonista que le corresponde, en esta etapa educativa.
Es destacable la función compensadora de desigualdades sociales y generadora de igualdad de
oportunidades que permite el planteamiento educativo de los niños cuanto antes. La educación
infantil debe tener en cuenta las características sociales de su entorno y organizarse teniendo en
cuenta la participación de la Comunidad Educativa, especialmente de las familias. La red
pùblica de escuelas infantiles debe ser suficiente para responder a la demanda.
2.- EL PROFESIONAL.
El carácter educativo de la etapa cero-seis y las características de esta edad, requieren que el
profesional tenga la formación necesaria para llevar a cabo esta tarea. Un profesional único
para toda la etapa y para todas las actividades del niño, y nunca de inferior categoría que
el de las otras etapas educativas
La titulación mas adecuada es la de maestro especialista en educación infantil. Si bien,
conviene adecuar los contenidos de esta formación inicial a las características específicas de
los niños de estas edades, y elaborar los procesos formativos para la habilitación de los
educadores actuales que no cumplan estos requisitos, llegando, en un plazo razonable, a la
unificación de la titulación
Igualmente defendemos un cambio en los planes de estudio, en el futuro, pasando de
diplomatura a licenciatura, ajustándonos así a las directrices europeas. Este cambio pasaría
por un ajuste en los contenidos de estudio, a la edad que la etapa abarca, 0 a 6 años, y también
por la inclusión, como materia de estudio, de la relación con otros adultos (familias,
profesionales, etc).
El profesional de la educación infantil, debe responder satisfactoriamente a las necesidades de
los niños, sean estas las que sean, desde una concepción educativa. Ya que todas las
actividades de los niños dentro de la escuela, tienen este carácter. Tenemos el reto de superar,
de una vez el arcaico concepto de lo asistencial, frente a lo educativo referido a la educación
infantil.
Sería un error plantear dos tipos de profesionales diferentes para la educación en esta etapa,
que satisficieran necesidades diferentes, otorgando mas importancia a lo puramente cognitivo,
que a lo afectivo o biológico. Ya que en el niño todo está interrelacionado, y no adquiere los
conocimientos parcelados, sino de forma global
Lo adecuado es que todos los profesionales educativos tengan la misma cualificación y las
mismas condiciones laborales, distribuyéndose las tareas de tutoría y apoyo rotativamente.
Es necesario aumentar y equiparar los recursos humanos actuales, tanto en el primer como en
el segundo ciclo. Así como disminuir las ratios y potenciar el trabajo de equipo.
El personal de servicios y los equipos de apoyo (E.A.T.) deben participar en los cauces
formales establecidos.
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3.-SOBRE LA
ORDENADOR.
LECTO-ESCRITURA,
LA
LENGUA
EXTRANJERA
Y
EL
La lecto-escritura.
Desde la concepción educativa de la educación infantil, la lecto-escritura forma parte de un
proceso continuo que se inicia en el aula de bebés.
Los niños no aprenden a leer ni a escribir si no han desarrollado previamente las capacidades
necesarias que sustentan estos aprendizajes ( percepción espacio-temporal, lateralidad,
coordinación óculo-manual, control postural….) y el interés por este medio de comunicación.
Todas estas capacidades se van desarrollando a lo largo de esta etapa, y la mayor parte de los
niños que realizan un proceso normal y adecuado pueden adquirir el mecanismo de la
lectoescritura al final de esta etapa o bien, estar preparados para abordarlo con éxito en la
primaria.
Pero, todos los niños no están maduros al mismo tiempo, por lo que es fundamental respetar el
ritmo individual de aprendizaje de cada niño, sin forzarlo, ni retrasarlo.
El forzar este aprendizaje en algunos casos puede llegar a generar mucho sufrimiento en
algunos niños y alteraciones que requieran después procesos de reeducación costosa.
Por el contrario cuando los niños están preparados y tienen interés por leer y escribir el
aprendizaje es una fuente de disfrute y placer.
La lengua extranjera.
La introducción de la lengua extranjera en los primeros años de la vida tiene sus seguidores y
detractores. Por lo que depende del enfoque, esta puede resultar satisfactoria o no para el niño.
Puede resultar pernicioso y poco rentable tratar de adelantar, forzando, aprendizajes para los
que el niño no está preparado, sobre todo si responden a expectativas pensadas para satisfacer
otros intereses, que nada tienen que ver con los propios y esto se hace a costa de aparcar las
verdaderas necesidades de los niños, que no tienen otra edad para recuperar.
El ordenador.
Parece conveniente que la escuela pueda beneficiarse de la tecnología y el ordenador dentro del
aula pueda ser utilizado como un recurso material más.
Sin embargo no podemos olvidar que los niños de esta edad están socializándose y adquiriendo
hábitos de comunicación y relación social que condicionarán su personalidad futura. Por lo que
cualquier recurso que pongamos en sus manos hemos de garantizar que sirve para enriquecer
sus relaciones y experiencias, y que no supondrá un freno o un aislamiento social.
Los niños necesitan jugar, intercambiar, explorar y descubrir sus posibilidades físicas y su
medio. Y esto nunca debe ser suplantado por otras actividades que le aíslen o le limiten su
crecimiento integral como persona.
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