Autonomía infantil: ¡Yo solito! Un niño que puede jugar solo, que come sin ayuda y que es capaz de desenvolverse de forma relativamente independiente -de acuerdo a su edad- tendrá mayor confianza en sí mismo y en el futuro contará con mejores herramientas para enfrentar problemas, sin grandes frustraciones. Educar en la autonomía es un proceso que comienza desde el nacimiento, porque físicamente se trata de una vida independiente, aunque limitada con respecto a la madre. A partir de ese momento, ésta se va desarrollando en forma progresiva, pero uno de los “peaks” se da precisamente en este período, cuando el pequeño da sus primeros pasos, y también en la medida en que este proceso es incentivado por los adultos. “Es fundamental que los padres puedan mostrarle a su hijo seguridad y confianza en las capacidades que van adquiriendo”, afirma la psicóloga Isabel Pacheco. El objetivo es que ellos mantengan su interés por ir realizando actividades por sí mismos, que no se desanimen frente a las dificultades y que, a la vez, vayan aprendiendo a conocer las consecuencias de sus actos. Pequeños grandes desafíos La educadora de párvulos Melina Mc Rae señala que este interés innato por querer hacer las cosas por sí mismos puede aprovecharse positivamente. A los dos años, por ejemplo, los pequeños ya podrían colaborar en algunas labores del hogar como ayudar a guardar sus juguetes, echar su ropa sucia en el canasto, poner servilletas en la mesa, rellenar el plato de comida del perro o avisar cuando éste no tenga agua. Todas estas actividades deben comenzar a realizarse en compañía de los padres, para después hacerlas solo. “Si desde temprana edad se les entregan pequeñas responsabilidades en el hogar, ellos se van sintiendo importantes dentro de su familia, lo que contribuye a la formación de una adecuada autoestima. Además, esto les crea un sentido de la responsabilidad y, por supuesto, les enseña habilidades que deberán usar toda la vida”, señala la profesional. Además de labores simples en el hogar, a esta edad los pequeños ya pueden comer solos. Algunos desean hacerlo apenas se empinan sobre la mesa, aunque -obviamente-aún no tienen muchas habilidades para ello y terminan con la mitad de la comida repartida entre su ropa, el mantel y la cara. “Muchos papás prefieren darles de comer, para que los hijos no se manchen o no se demoren tanto, pero si el pequeño muestra interés por tomar la cuchara, aunque eso le tome más tiempo, hay que dejarlo. Por último, se le puede poner un babero grande para que no se manche, pero la idea no es coartar su interés, porque sentirá que hace mal las cosas (por algo no lo dejan hacerlas) y comenzará a tomar una actitud más pasiva. Esperará a que todo se lo den hecho y no hará ningún esfuerzo”, sostiene Melina Mc Rae. Lo mismo puede ocurrir si en vez de enseñarle a bajar los escalones solo, simplemente lo tomamos en brazo. “Claro que a uno como papá le demanda más paciencia, pero a la larga, nos vamos a ahorrar mucho más tiempo enseñándole ahora que cuando sea más grande y a lo mejor ya no esté tan interesado en aprender y le resulte más cómodo que lo tomen en brazos”, explica la psicóloga. ¿Qué pueden hacer solos? “¡Ya como!”. Entre el año y medio y los dos, ellos mismos piden que los dejen comer solos. Le será mucho más cómodo si los cubiertos están adaptados para él. Es recomendable usar platos y vasos de un material que no se rompa fácilmente. No lo deje comer viendo televisión, se distraerá y tardará más. Empiece a acostumbrarlo a lavarse los dientes después de cada comida, para que aprenda cuanto antes este hábito. “¡Ya me visto!”. Sobre los dos años de edad los niños pueden empezar a vestirse solos. Aun si todavía no puede hacerlo, permita que elija su propia ropa, dentro de una variedad que usted le ofrezca. Puede intentar orientarlo sobre los colores que mejor combinan, pero es bueno que vaya desarrollando sus propios gustos y aprenda a tomar decisiones. Use algunos trucos, como comprarle ropa con pocos botones, buzos en vez de pantalones con cierres o zapatos con velcro en vez de cordones. Un dibujo en la parte exterior de los calcetines le ayudará a saber cuál es de cada pie, igual que los polerones con un dibujo en la parte delantera. < al voy> A partir de los dos años el niño empieza a controlar los esfínteres. Cuando detecte que está preparado, cómprele una pelela ergonómica, cómoda y fácil de limpiar, con una base de goma para que no se desplace. Cuando ya sea capaz de controlarse mejor, pruebe con un adaptador para taza de baño y un banquito para que él llegue sólo. “¡Ya ayudo en casa!”. Como todos los miembros de la familia, los niños deben participar en el hogar colaborando. Sólo hay que asignarles tareas de acuerdo a su edad. Una buena forma de empezar es recogiendo sus juguetes. Las primeras veces, hay que ayudarles, convirtiendo la actividad en un juego. Si alguna vez reclama, no insista mil veces ni lo rete, pero déjele claro (sin gritar) que no harán ninguna otra cosa hasta que no recoja. Es algo que puede hacer aun siendo muy pequeño. Después vendrá ayudar a poner y quitar la mesa (sin llevar cuchillos ni objetos calientes o frágiles), doblar su ropa sucia y echarla al canasto, entre otras labores. Fuente: artículo publicado en Revista PadresOk julio de 2007. http://www.padresok.cl/paginas/ver_detalle_ancho.cfm?ObjectID=1658B417-11274637-BF5B37B77C1198BD&Canal=HOME&TipoVisor=Detalle Papás en el colegio: una compañía necesaria Según indican los especialistas, la presencia de los papás en el colegio de los hijos es clave no sólo en lo académico, sino también en lo social, recreativo y espiritual. Como señala la psicóloga infantil Carolina Soruco, “al asistir a las actividades del colegio los padres están entregando el mensaje a sus hijos de ‘eres importante para nosotros, nos interesa lo que haces y lo que te pasa’. Esto le da confianza al niño, sobre todo entre los 6 y 9 años, donde los padres son el bastón de apoyo para su desarrollo y apertura al mundo”. Niños seguros Según Carolina Soruco, desde que un niño nace hasta los 9 ó 10 años aproximadamente, el que se sienta seguro depende de los padres. “Un papá que está organizando la kermesse o la mamá que decoró el stand, demuestra que ‘están ahí’, activamente e interesado en su hijo”. Lo ideal, según la especialista, es que ambos padres participen en las actividades del colegio. “Así el niño percibe que los papás como bloque lo están acompañando y que apuntan hacia un mismo camino. Sin embargo, si eso no es posible siempre, es bueno que se turnen, y que no sólo la mamá sea la que asista a las actividades del colegio”. Cuando los papas no pueden Si bien hay muchos padres que pueden asistir regularmente a las actividades del colegio, a una gran mayoría -por razones laborales- no les es posible. En estos casos, la psicóloga recomienda explicarle al niño la situación. “Si la mamá no podrá estar en la celebración del día de la madre, le puede decir al hijo que la abuelita o la tía irá en su reemplazo. Los niños entienden y valoran esa preocupación, ya que lo fundamental es que se sientan acompañados por alguien de su familia y no exponerlos a situaciones de abandono”, afirma la psicóloga. Según la especialista, esta ausencia es muy distinta a la de aquellos papás que definitivamente no les interesa ir a las actividades del colegio, y provoca en los niños mucha desilusión y en algunos casos rebeldía. “Los niños piensan: si yo no les importo a mis papás entonces hago lo que quiero, me acuesto a la hora que quiero y hago las tareas cuando quiero”. La justa medida A juicio de la especialista, los padres deben participar en la medida que el colegio los invite y escuchar cuando les dicen: “A los niños hay que dejarlos en la puerta de la sala, no adentro”. Hay que respetar estos espacios, porque de lo contrario le estarán impidiendo que se independice y sea autónomo. Los padres deben comprender que para el niño el colegio es una instancia clave para lograr su desarrollo integral, y que su presencia es muy positiva siempre y cuando se de en una justa medida. Fuente: artículo publicado en Revista PadresOk, mayo de 2004. http://www.padresok.cl/paginas/ver_detalle_ancho.cfm?ObjectID=C8E64ED6-A31F49A7-AD21AE680B8F26E3&Pagina=Home.cfm&TipoVisor=Detalle