Buenos Aires, 15 de Abril de 2011 Nº 817 Resurgen las presiones sobre la inflación y el tipo de cambio Los desafíos de la región frente a un Dólar débil El Dólar se encuentra en su valor nominal más bajo –en relación a un conjunto de monedas extranjeras– de los últimos tres años, alcanzando un nivel similar al previo al estallido de la crisis internacional. La pérdida de valor se explica, fundamentalmente, por la flexibilidad monetaria de los EE.UU. El diferencial entre las tasas de interés que dispuso la Fed y otros bancos centrales del mundo desalentó las posiciones en Dólares. En vista de la mejor performance de otros mercados, el exceso de liquidez comenzó a volcarse en activos con mayores rendimientos. En este contexto, las cotizaciones de las commodities se ubican muy cerca del máximo alcanzando en junio de 2008 (precrisis). La debilidad del Dólar también tiene como correlato la revaloración de muchas otras divisas, generando fuertes presiones para la apreciación de esas monedas. El Euro es la moneda que más subió respecto al Dólar en los últimos nueve meses. Pero muy cerca en el ranking se observa al Peso chileno y al Real brasileño, pues ambos países reciben abultados ingresos por commodities. En los países emergentes resurge el desafío de sostener la competitividad exportadora y controlar las presiones inflacionarias. Si bien el ingreso de divisas es positivo, también provoca una apreciación de la moneda local, restando competitividad a las exportaciones. Sin embargo, la apreciación cambiaria no es el único desafío. Por el alza de las commodities y el elevado crecimiento, la inflación minorista se está acelerando. En líneas generales los países de América Latina han decidido, en primer lugar, controlar la inflación y relegaron a un segundo plano la necesidad de mejorar la competitividad externa. Si bien la posibilidad de la pérdida de empleos en la industria como consecuencia de la apreciación del tipo de cambio real es preocupante, los costos sociales que provoca la inflación son aún más graves. En varios países de la región la inflación en Dólares supera el dígito, pero la suba de los precios internos es acotada (excepto en Argentina y Venezuela). Algunos gobiernos intentan alinear simultáneamente los dos objetivos con una política fiscal contractiva que permita moderar las presiones inflacionarias y aumentar los recursos disponibles para intervenir en el mercado cambiario. Afortunadamente, los ingresos generados por las commodities permiten a estos países implementar planes de asistencia social y estímulos a las empresas. El Dólar débil dispara los activos alternativos El Dólar se encuentra en su valor nominal más bajo –en relación a un conjunto de monedas extranjeras– de los últimos tres años. Ese nivel es similar al alcanzado en los momentos previos al estallido de la crisis internacional de 2008, cuando diversos activos alcanzaban cotizaciones récord. La pérdida de valor de la divisa norteamericana se explica, fundamentalmente, por la flexibilidad con la que se manejó la política monetaria de ese país. El diferencial entre las tasas de interés que dispuso la Fed y otros bancos centrales del mundo desalentó las posiciones en Dólares. Además, la debilidad en la recuperación y el desborde de las cuentas públicas de aquél país, restaron confianza en su moneda. Como consecuencia de estas acciones, y en vista de la mejor performance exhibida en otros mercados, el exceso de liquidez comenzó a volcarse nuevamente en activos –reales y financieros– con mayores rendimientos. Por caso, el índice de commodities agropecuarias, metalíferas y energéticas que elabora el FMI se ubica muy cerca del máximo alcanzando en junio de 2008. En particular, según el Banco Mundial los alimentos ya superaron el récord previo, empujando a 44 millones de personas por debajo de la línea de la pobreza en el último año (ingresos inferiores a US$ 1,25 por día). La debilidad del Dólar también tiene como correlato la revaloración de muchas otras divisas. A raíz del fuerte posicionamiento inversor en mercados que presentan mejores desempeños y mayores rendimientos, se generan fuertes presiones para la apreciación de esas monedas. El Euro es la moneda que más subió respecto al Dólar, pues también es ampliamente utilizada como reserva de valor. Pero muy cerca en el ranking se observa al Peso chileno y al Real brasileño1. Ambos países reciben adicionalmente fuertes ingresos de divisas por mayores precios de sus commodities exportadas. Apreciación de monedas seleccionadas unidad monetaria/US$ Euro Peso chileno Yen japonés Libra Esterlina Real brasileño Peso mejicano Peso uruguayo Yuan Peso argentino Jun-10 0,82 537,86 90,93 0,68 1,81 12,74 20,39 6,82 3,93 Mar-11 0,71 480,53 81,76 0,62 1,66 12,00 19,33 6,56 4,04 Variación -12,9% -10,7% -10,1% -8,7% -8,3% -5,8% -5,2% -3,7% 2,8% Fuente: Ecolatina en base a Bloomberg El actual proceso de pérdida de valor de la moneda norteamericana vuelve a poner en discusión las mismas tensiones que se registraban previas al estallido de la crisis internacional. En este sentido, en los países emergentes resurge el desafío de sostener la competitividad exportadora de la industria no ligada a commodities y controlar las presiones inflacionarias. Si bien este contexto favorable genera crecientes desafíos es preferible al experimentado tras el estallido de la crisis financiera internacional. El dilema de administrar la abundancia La abundante liquidez mundial y las bajas tasas de interés en los países desarrollados, sumado al fuerte crecimiento de los emergentes crean un contexto muy favorable para la entrada de capitales en los países de América Latina. Si bien el ingreso de divisas en la economía es algo positivo, también provoca una apreciación de la moneda local, restando competitividad a las exportaciones industriales e incentivando el reemplazo de producción local por manufacturas importadas. En última instancia, esto pone en riesgo el empleo local. Ante esta situación, los países vecinos han comenzado a implementar una serie de acciones con el fin de desalentar el excesivo ingreso de capitales de corto plazo (Brasil, por ejemplo, dispuso restricciones a las ventas cortas de Dólares contra el Real) y profundizaron la intervención en el mercado cambiario. Sin embargo, la apreciación cambiaria no es el único desafío de la región. Por el alza de las commodities y el elevado crecimiento, la inflación minorista se está 1 Ver ISE Nº 788 “El súper Real ayuda a anclar el valor local del Dólar” acelerando. Para contener la suba de precios y las expectativas, la mayoría de países de la región han ajustado sus tasas de interés en mayor medida que las principales economías del mundo. En efecto, a excepción de México, todos los países de la América Latina elevaron sus tipos de interés de referencia en el último año. El caso más notorio es el de Brasil donde la SELIC pasó de 8,75 a 11,75 en apenas 12 meses. Como se ha mencionado, el elevado retorno atrae la entrada de capitales exacerbando la apreciación cambiaria. Por lo que subir la tasa de interés para paliar la inflación se contrapone al objetivo de debilitar la moneda local. En líneas generales los países de América Latina han decidido, en primer lugar, controlar la inflación y relegaron a un segundo plano la necesidad de mejorar la competitividad externa. Si bien la posibilidad de la pérdida de empleos en la industria como consecuencia de la apreciación del tipo de cambio real es preocupante, los costos sociales que provoca la inflación son aún más graves: el encarecimiento de los alimentos puede traducirse en un aumento de la pobreza y la indigencia. En última instancia, prefieren perder competitividad por la apreciación nominal de sus monedas y no por el desborde de los precios internos. Esta particularidad puede observarse al descomponer la inflación en Dólares de los países de la región entre la inflación doméstica y la variación del tipo de cambio nominal. Inflación en dólares Feb-11 i.a. Inflación local Var. del TC Inflación en US$ Argentina 24,8% 4,5% 19,4% Venezuela 28,7% 11,8% 15,1% Chile 4,5% -10,7% 17,0% Brasil 4,6% -9,4% 15,4% Paraguay 9,5% -3,2% 13,1% México 3,6% -6,7% 11,0% Bolivia 10,0% 0,0% 10,0% Uruguay 7,7% -0,8% 8,5% Fuente: Ecolatina en base a Bancos Centrales En la mayoría de los países de América Latina la inflación en Dólares supera el dígito, pero la suba de los precios internos es acotada. Por caso, Chile presenta una inflación local de 4,5% i.a. y una apreciación de su moneda del orden de 10,7%. Una situación similar se observa en Brasil, México, Uruguay y, en menor medida Paraguay. En cambio, el caso de Venezuela y Argentina la elevada inflación en Dólares no responde a la apreciación de sus monedas sino al alza de sus precios internos. De hecho, pese a la depreciación nominal de sus monedas, ambos países lideran el ranking de inflación en dólares. Algunos gobiernos han decidido utilizar la herramienta fiscal para intentar alinear simultáneamente los dos objetivos: en el presupuesto 2011 Brasil anunció una reducción del gasto público del orden de 1,2% del PBI, mientras que Chile lo bajará en 0,4 p.p. del producto. Una política fiscal contractiva puede moderar las presiones inflacionarias y aumentar los recursos disponibles para intervenir en el mercado cambiario (pero implica un desafío político importante). Afortunadamente, los ingresos extraordinarios generados por los elevados precios de las commodities permiten a estos países implementar planes de asistencia social y estímulos a las empresas para compensar, en parte, los efectos nocivos de la mayor inflación y la pérdida de competitividad.