AVANCES DE LA INVESTIGACIÓN “RELACIÓN ENTRE VINCULO TEMPRANO Y TRASTORNOS PSIQUIATRICOS” Por Fernando Zan ABSTRACT Todo niño llega al mundo con una tendencia innata al crecimiento y al desarrollo corporal y psicológico. Para que esta potencialidad pueda expresarse, es necesario que el medio ambiente social, representado durante el primer año de vida por el cuidador primario (la madre o quién cumpla su función), provea ciertos estímulos y los cuidados adecuados (ambiente facilitador). Esta interacción entre el niño y el medio social favorece el desarrollo de su Sistema Nervioso Central (S.N.C.) y su aparato psíquico. A lo largo del trabajo se pone de manifiesto la relación entre el desarrollo del S.N.C. y las experiencias vinculares infantiles. Se observa que cuando estas son deficitarias se produce una mayor vulnerabilidad a desarrollar trastornos emocionales en etapas posteriores de la vida. Es también evidente la influencia de los primeros vínculos en la calidad de las relaciones interpersonales actuales y especialmente en la relación de la persona con sus futuros hijos. 1 AVANCES DE LA INVESTIGACIÓN “RELACIÓN ENTRE VINCULO TEMPRANO Y TRASTORNOS PSIQUIATRICOS” Por Fernando Zan PRESENTACIÓN DEL MARCO TEÓRICO INTRODUCCIÓN Para comprender mas profundamente el misterio del ser humano y sus enfermedades mentales es importante evitar dos grandes tentaciones. Por un lado el enfoque biologicista que reduce la complejidad del ser humano a una serie de circuitos neurobiológicos. Por otro teorías psicologicistas que pretenden explicar todo prescindiendo del S.N.C. y de los avances de la neurociencia moderna. El desafio que tenemos por delante consiste en establecer puentes de unión entre disciplinas tan discimiles pero complementarias que nos permitan dar mejor respuesta al sufrimiento humano. Una formulación actual de los trastornos psiquiátricos debe tener en cuenta la integración de cuatro niveles de estudio: 1. Los procesos neuroquímicos y neurobiológicos del cerebro, y la vulnerabilidad genética para la expresión de una enfermedad. 2. Las experiencias infantiles que llevan al desarrollo de la personalidad y le confieren ciertas características como la resiliencia, la capacidad de afrontamiento (coping skills) y el establecimiento de relaciones interpersonales significativas. 3. Las situaciones vitales o eventos stressantes (separaciones, divorcios, muertes, pérdida de empleo, etc.) y otras influencias ambientales que puedan afectar a la persona y en su genoma (virus, drogas, fármacos, tóxicos, enfermedades en general, etc.) Es este enfoque integrativo que inspira el presente trabajo. PUNTO DE VISTA NEUROBIOLÓGICO: 1. Desarrollo de las estructuras del S.N.C. durante la vida intrauterina: En primer lugar se forman las neuronas y neuroglias que lo componen, se seleccionan las células adecuadas y se destruyen las inadecuadas (muerte celular o apoptosis). En segundo lugar las células restantes deben migrar a localizaciones predeterminadas del S.N.C., para en tercer lugar comenzar a conectarse entre sí (formación de sinapsis) y establecer con posterioridad ciertos circuitos específicos (wiring o “cableado”). Recién entonces pueden darse las condiciones para un funcionamiento rudimentario del S.N.C. que, posteriormente, se va complejizando. Estos procesos están mediados por sustancias denominadas Factores de Crecimiento Neuronal o Factores Neurotróficos. Toda esta información para la neurogenesis, apoptosis, migración neuronal, factores de crecimiento y parte de la sinaptogenesis se encuentra contenida en el conjunto de los 10.000 genes 2 (unidades de información) que se encuentran divididos en los 46 cromosomas que posee el ser humano. 2. El recién nacido nace con un S.N.C. inmaduro y su crecimiento y desarrollo se completa en forma postnatal Una parte importante del crecimiento del S.N.C. se realiza después del nacimiento. Durante el primer año de vida aumenta el peso del cerebro, (desde los 400 g que posee al nacer hasta los 1000g). Las neuronas de toda la corteza, en especial las areas prefrontales, se encuentran en un estado inmaduro al nacimiento. El cerebro de un recién nacido posee un bajo metabolismo y consumo de energía, reflejo de las funciones corticales limitadas. Es capaz de manejar solo una pequeña cantidad de información por unidad de tiempo, y de manera relativamente lenta. Todos estos parametros aumentaran con su maduración y crecimiento. Aún así, se encuentra listo para interactuar con su medio ambiente social desde el momento del nacimiento. El cerebro del ser humano tiene aproximadamente 100.000 millones de neuronas, cada una de las cuales puede desarrollas entre 5 a 10 mil conexiones o sinapsis que organizadas de determinada manera conforman lo que denominamos “cableado” o circuitos cerebrales. La secuencia de crecimiento y maduración cerebral se encuentra codificado en el material genético que hereda cada persona. Este se halla solo parcialmente expresado al nacer. La activación de la información genética se realiza en los estadíos tempranos de la infancia y está significantemente influida por el medio ambiente. Mas aun, la cantidad de información necesaria para determinar el proceso de cableado es imposible de contener en el genoma humano y proviene en parte del exterior, a través de los estímulos ambientales sociales (proceso experiencia-dependiente). El crecimiento de axones, dendritas, y conexiones sinápticas que posibilitan toda actividad mental, tiene lugar en su mayor parte, en los primeros años de vida y luego permanecen relativamente estables. Durante estas etapas, llamadas “períodos críticos”, ciertos estímulos específicos son necesarios para su desarrollo. El desarrollo estructural del cerebro es sensible a todo tipo de estimulación ambiental, incluyendo a influencias anormales ó perjudiciales (proceso experiencia-sensible). Si estos estímulos fueran traumáticos, podrían producir una detención o deterioro permanente del desarrollo. Si fueron adecuados, estimularan un desarrollo normal. De esta manera los eventos que ocurran en la primera infancia quedarán “impresos” en forma indeleble en las estructuras cerebrales que maduran en este período de tiempo. Las relaciones tempranas que el niño desarrolla con el objeto más importante del medio social, el cuidador primario, constituye la fuente principal de experiencias del niño y modula los estímulos del ambiente, haciendo las veces de regulador externo de la neuroquímica del cerebro inmaduro del infante. Las interacciones madre-hijo producen cambios psico-neuro-endocrinológicos que llevarían a la activación de los genes que programan el período de crecimiento. 3. Los cambios del ambiente social inducen una reorganizacion de las estructuras cerebrales. 3 Las estructuras que no son adecuadas para una etapa determinada, son suprimidas o reorganizadas a través de un proceso de eliminación o “poda” del exceso de axones y de dendritas. Las redes corticales son generadas por una sobreabundante producción de sinápsis, que luego es seguida por un proceso de selección de aquellas conexiones que resultan más convenientes para manejar la información y adaptarse a los cambios ambientales. La sinapsis que no son utilizadas se eliminan. Las que son útiles crecen y se desarrollan aun más. Estos procesos se producen en diferentes períodos y en diferentes sectores del S.N.C. y están relacionados con la adquisición de capacidades y etapas del desarrollo psicológico. El desarrollo de la corteza motora comienza a los 2 meses y se relaciona con la disminución de los reflejos arcaicos y el aumento del control voluntario sobre la musculatura estriada. La maduración de la corteza visual a los 3 meses permite una mejora de la agudeza y discriminación visual. 4. La maduración de las estructuras corticales y límbicas se relaciona con la regulación de los afectos En un primer momento el recién nacido posee dos estados básicos: un estado de relajación o satisfacción y un estado de tensión o insatisfacción presente en el neonato. Las más primitivas formas de comportamiento afectivo son generalmente reacciones automáticas, tales como la respuesta a estímulos internos o ambientales mediadas por el sistema nervioso autónomo (S.N.A.). Estas reacciones fisiológicas proporcionan el substrato para las diferentes experiencias afectivas. Cuando nace, el niño está notablemente mal equipado para hacer frente a los estímulos de su nuevo medio ambiente. Es una criatura “subcortical”, por así decirlo, que está en riesgo permanente de descompensarse por su hiperreactividad frente a los estímulos, debido a la falta de medios para modular sus respuestas. Por este motivo la función materna constituye una ayuda esencial a las capacidades inhibitorias todavía inadecuadas del infante. El rol de las estructuras superiores es jugado por la madre: ella hace las veces de la corteza auxiliar que el niño aún no ha desarrollado. Ciertas áreas de los lóbulos frontales, en especial la orbitofrontal, las areas de asociación y las proyecciones descendientes desde la corteza prefrontal a las estructuras subcorticales, maduran durante la infancia y son propuestas para jugar un rol importante en la regulación emocional y social del niño. Estudios tomográficos en niños muestran que la utilización de la glucosa en la corteza frontal se incrementa notablemente entre los 7 y los l8 meses, lo que refleja la inmensa sinaptogenesis, la mielinización y una notable actividad metabólica. El comienzo de la función relativamente madura en estas estructuras cortico-límbicas (aproximadamente alrededor de los 15 meses) permite una manifestación mas compleja de la afectividad, una mejor regulación del los afectos y un mayor desarrollo de los procesos cognitivos y de la memoria. A través de la provisión de una estimulación socio-afectiva adecuada, la madre facilita la adaptación del infante a las situaciones estresantes, tal como las experiencias de socialización que se dan durante el segundo año de vida, y favorece la maduración estructural un sistema adaptativo (probablemente el 4 sistema fronto-límbico del hemisferio derecho), que le permita modular los estados emocionales. El desarrollo del Hipocampo y del sistema límbico permite la organización de la memoria, la localización contextual, la relación de situaciones diferentes y la valorización de situaciones de peligro. La corteza prefrontal y en especial la región orbitofrontal permite manejar información mas compleja, valorar de acuerdo a la experiencia personal y anticipar posibilidades futuras. Estas estructuras permiten una complejización y enriquecimiento de las relaciones interpersonales a la vez que mejora la capacidad de regular sus afectos. PUNTO DE VISTA PSICOLÓGICO: No es posible entender a un individuo sin sus vínculos fundamentales, ya que su vida misma se desenvuelve a través de ellos. De la calidad de estos vínculos depende su desarrollo personal. El sistema de relaciones, que está conformado por patrones de interacción mas o menos duraderos, puede facilitarlo o entorpecerlo. Esta afirmación, valida para una persona en cualquier etapa de la vida, es especialmente importante cuando se trata de niños pequeños que se encuentran en plena formación de su personalidad. Hemos visto que todo niño llega al mundo con una tendencia innata al crecimiento y al desarrollo corporal y psicológico. Para que esta potencialidad se pueda expresar, es necesario que el medio ambiente social, representado durante el primer año de vida, por el cuidador primario (la madre o quién cumpla su función) provea ciertos estímulos y los cuidados adecuados (ambiente facilitador). Estos estímulos y cuidados tienen por objeto satisfacer los dos grandes grupos de necesidades básicas de un recién nacido: Las necesidades corporales (instintivas o pulsionales): que se corresponden con funciones corporales necesarias para la vida y que posibilitan además la obtención de placer y/o la descarga de energía (incluimos aquí no solo a la alimentación y al sueño sino también al succionar, morder, tragar, defecar, correr, la actividad sexual, etc.). Las teorías psicoanalíticas clásicas desarrollada por Freud y Abraham pusieron el acento en estas actividades para describir evolución de las pulsiones libidinales y agresivas y los conflictos inconscientes. Las necesidades psicológicas (del “yo” o del “self”): dentro de estas encontramos las necesidades de afecto, de contacto, de seguridad y conexión psicológica profunda (que se expresan a través de ser sostenido en brazos, de ser acunado, acariciado, amamantado, del contacto ocular, de la forma en que le hable, etc. que se corresponden a lo que se denomina Holding y Handling). Los teóricos de la psicología del Self como Kohut y Winnicott se basaron fundamentalmente en estos aspectos para describir sus hipótesis acerca del desarrollo de un sí-mismo. En una línea complementaria Bowlby y Ainsworth desarrollaron la teoría de Attachment. De esta manera, la sutil y constante interacción entre el niño y el medio social favorece el desarrollo del aparato psíquico del niño. El medio social está representado especialmente durante el primer año de vida, por el cuidador 5 primario, que generalmente es la madre o quien cumpla su función (función materna). Todas estas necesidades son comprendidas de manera intuitiva por ella y satisfechas a través de esa relación tan especial que establece con su hijo. Las sucesivas experiencias de satisfacción posibilitan la maduración neurológica y la adquisición de nuevas funciones psicológicas sobre las cuales se va estructurando el aparato psíquico. Podemos decir entonces que el desarrollo psicológico se apoya en la maduración del sistema nervioso central. Esta compleja interacción puede observarse a partir del nacimiento, conformando desde el punto de vista psicológico, una “unidad madre-bebe”. Esta “díada” brinda las primeras experiencias vivenciales (experiencias tempranas) que sentarán las bases para el desarrollo de una personalidad integrada, y de la capacidad de establecer relaciones interpersonales (relaciones objetales) satisfactorias. Esta relación diádica materno filial es interdependiente, ya que las conductas de uno están relacionadas con las del otro, estableciéndose un verdadero diálogo sin palabras. El concepto de “experiencias tempranas” implica mucho más que un niño como un recipiente pasivo de la estimulación ambiental. Por el contrario, estos eventos son producto de una relación interactiva entre el infante y el ambiente. El niño necesita experimentar una relación afectuosa, íntima y continua con su madre o cuidador, en un vínculo satisfactorio para ambos. Pero para que este primer vínculo fundamental entre madre e hijo pueda sostenerse, es importante contar con esa institución social básica que es la familia. Los cuidados familiares constantes ayudan al desarrollo psicológico sano, en la medida que se den en un ámbito de amor, aceptación y respeto por las características particulares de cada niño, de sus tiempos, de sus ritmos y sus necesidades. A medida que el niño se desarrolla, sus relaciones van haciéndose más ricas y complejas, incorporandose progresivamente otras personas significativas, como el padre, los hermanos y los abuelos hasta finalmente hacerse extensiva a sus maestros y pares, entre otros. El siguiente cuadro refleja la sincronización que existe en esta relación diádica. Sistema Diádico: Basado en: - esquemas preprogramados biológicamente - esquemas sociales aprendidos 6 NIÑO CARÁCTER. MADRE Sintonización, reciprocidad, sincronización o armonización, percepción de contingencia SITUACIÓN *Indefenso y necesitado de cuidados maternos *Capacitada para cuidar y satisfacer a su hijo *Activo buscador de las figuras sociales *Socializada * Sensible a los estímulos ambientales *Especialmente sensible a los estímulos del niño a) Conductas buscadoras de contacto corporal: *Reflejos arcaicos ( de prensión, de Moro, de búsqueda y succión) *Tendencia al contacto y al abrazo a) Tendencia natural al contacto corporal con el niño: *Caricias, *Abrazos, *Amamantamiento *Acunamiento, etc. b) Preferencia sensorial por estímulos sociales: *Táctil *Visual *Olfativo *Auditiva *Vestibular b) Conducta "especial" de la madre: *Táctil *Visual *Sonora *Kinética c) Sistema de señales de comunicación social: *Gestos *Llantos *Sonrisa c) Sistemas de comunicación "especiales": *Gestuales *Corporales *Verbales Conductas con valor funcional o regulatorio Atribución subjetiva de significado Mentalización ACTIVIDADES SENTIDO La repetición continuada de este sistema lleva a la predictibilidad de la relación, estimula el desarrollo psicológico y favorece los procesos de separaciónindividuación, permitiendo la intersubjetividad primaria. 7 Para Bowlby, estos sistemas de comportamiento son característicos de la especie, se organizan en torno al cuidador primario y le sirven al niño para ligarse a él, dando origen a lo que llamamos apego. Esta conducta tiene como objetivo asegurar la protección y supervivencia del niño. En el niño, la soldadura de los comportamientos de aproximación o apego tendría lugar hacia el 6to. mes. En las primeras 12 semanas de vida el niño emite señales sin discriminar claramente el destinatario; posteriormente comienza a dirigirlos, preferentemente, hacia la figura de la madre y a otras personas significativas de su entorno. Entre el 6to. mes y los 24 ó 36 meses se produce una constante aproximación hacia la madre y una tendencia de los extraños. Esta conducta de acercamiento puede activarse frente a diferentes situaciones como la distancia de la madre, el cansancio, el hambre, el malestar, el miedo, el rechazo de una persona o la presencia de un extraño. En la madre el proceso de apego comienza durante el embarazo con los pensamientos, sentimientos y ensoñaciones de una mujer con respecto a su hijo aún no nacido. De la manera en que se forman los vínculos de intimidad con su hijo depende en gran parte de la historia y la experiencia personal de la madre. Para que se desarrolle un vínculo seguro son condiciones esenciales por parte del cuidador: - Constancia y disponibilidad - Respuesta sensitiva - Capacidad reflexiva. La falta de conexión entre madre e hijo que podría llevar a una alteración de la relación temprana, que podría ser tan sutil como una falla en la respuesta empática que el niño necesita, o tan grosera como una separación mas prolongada o el abandono. La manifestación de angustia en el niño por lo general produce una respuesta adaptativa y beneficiosa por parte del cuidador. Como consecuencia, el niño desarrollará una estrategia de búsqueda de proximidad con el cuidador cuando esté angustiado. A la inversa, cuando el niño experimenta angustia seguida de una actitud de rechazo o conflicto con su cuidador, la estrategia que más se adapte a esta situación será probablemente la de controlar las experiencias emocionales negativas, ya sea intentando inhibirlas o amplificándolas y exagerándolas. De esta manera la repetición y consolidación de estas estrategias cognitivas (los modelos internos de trabajo) van a regular la forma de interpretar las relaciones interpersonales, las experiencias emocionales, y las vivencias de los recuerdos. Estos modelos internos de trabajo propuestos por Bowlby, constituyen un esquema mental donde se depositan las expectativas acerca de los comportamientos de otros hacia el sí-mismo, basados en la representación de las experiencias pasadas. Este modelo es también un patrón sobre el que se basará la auto-percepción. El niño que recibe respuestas adecuadas a lo largo del tiempo, se vé a sí mismo como seguro, valioso y merecedor de atenciones y de cuidados. Estos modelos de vinculación suele mantenerse constante durante toda la vida y trasmitirse de generación en generación. El estudio de las conductas de apego entre cuidador primario e hijo se puede realizar a través de la prueba de la “Situación extraña” diseñada por Mary 8 Ainsworth. En esta prueba se expone al infante a breves separaciones y reuniones con un extraño y luego con su madre, donde se evalúa la conducta presentada por el niño. Las estrategias de comportamiento evidenciadas pueden agruparse en 4 tipos de apego básicos: - Apego seguro - Apego inseguro - evitativo (o elusivo) - Apego inseguro - ansioso - ambivalente (o resistente) - Apego inseguro - desorganizado (o confusional) Los niños con un apego seguro presentan ansiedad durante la separación y buscan proximidad con sus madres cuando vuelven a reunirse, pero rapidamente vuelven a sus actividades de exploración y juego. La regulación afectiva es adecuada cuando el niño se recupera fácilmente del estado sobreexcitado de ansiedad. El comportamiento evitativo es manifestado por infantes que aparentan estar menos ansiosos por la separación y no buscan al cuidador cuando regresa. Además no demuestra más preferencia por el cuidador que por un extraño. Los niños ansiosos-ambivalentes demuestran una angustia considerable con la separación, pero durante la reunión tienen un comportamiento oscilante y tenso, están enojados pero manifiestan necesidad de acercarse al cuidador. Un cuarto grupo de infantes evidencian comportamientos que indican desorganización y desorientación, y aparentan no tener una estrategia coherente, tales como evitativa o resistente al enfrentarse con la experiencia de la separación. Este grupo es comunmente llamado desorganizado-desorientado (o confucional). Para dichos niños, el cuidador es simultáneamente una fuente de seguridad y una fuente de temor. El apego desorganizado es particularmente común en niños con historias de abuso físico o sexual o que han sido objeto de cuidadores negligentes o de caos familiar. Las últimas investigaciones realizadas con filmaciones de la relación madre-bebe, que son analizadas minuciosamente, indican que la sintonía fina (empatía) no es constante en la díada, sino que se encuentra presente en un tercio del tiempo. El niño reacciona a esta situación con una conducta que estimula en la madre una respuesta adecuada en otro tercio del tiempo. En el tiempo restante se interrumpe esta conexión especial. Aparentemente sería la posibilidad de “reparar” exitosamente este vínculo, restableciendo la sintonía perdida, lo que estimularía el desarrollo del niño, ya que refuerza los mecanismos de afrontamiento, el control de la situación, la internalización de la relación y los sentimientos de confianza y esperanza. Por otro lado la falta de reparación no solo no promueve estas características sino que se asocian a la falta de control, a la desesperanza, al alejamiento del otro y al intento de autocontrol. La falta de reparación se traduce en un conflicto que exacerba la ansiedad originada por la ruptura de la relación. La internalización de un patrón de reparación no exitoso llevaría a producir una alteración en las relaciones interpersonales en forma duradera. Desde la neurobiología, algunos investigadores como Schore, consideran que estas experiencias tempranas de establecimiento de lazos afectivo-rupturareparación de los mismos, producirían alteraciones bioquímicas cerebrales como la secreción de dopamina y B-endorfinas que estimula el crecimiento sináptico en 9 las regiones prefrontales y límbicas especialmente del cerebro izquierdo. Estos cambios serían persistentes y estarían relacionados con la capacidad del niño de regular sus afectos. El deficit en su maduración sería responsable de la mayor vulnerabilidad a los trastornos emocionales. En esta misma línea, Gabbard sostiene que los procesos neuroquímicos que subyacen a la actividad mental en los trastornos psiquiatricos, no son necesariamente agentes causales sino mediadores químicos influidos por estímulos internos y externos que en gran medida dependen de sus relaciones objetales. Akiskal y Mc Kinney afirman que las experiencias emocionales traumáticas que posean una significación subjetiva importante pueden alterar el equilibrio en la neurotransmisión del sistema límbicodiencefálico (vía final común psicobiológica); y constituir un factor de riesgo para la aparición o la gravedad de psicopatología. Las situaciones de estrés agudo activan de la cascada del sistema simpático, con hiperactividad del sistema noradrenergico, y estimulación de la hipófisis y de la glándula suprarrenal que produce elevación de los corticoides. El cortisol produce en el S.N.C. una disminución de los factores neurotróficos o de crecimiento, se inhibe producción neuronal (neurogenesis), se destruyen las sinapsis y los axones, y por ultimo se produce la muerte neuronal. Esta situación es mas evidente en zonas como el Sistema Límbico y especialmente el Hipocampo (disminuidos en un 20 a 30 % en chicos abusados con respecto a controles). Existe miedo y ansiedad sin recuerdo consciente y sin conocimiento del estimulo actual desencadenante. Además estas áreas participan en el establecimiento y mantenimiento de las conductas de apego, que también se ve afectado, como hemos visto. Se produce también la activación del Locus Coeruleus que trae como consecuencia un estado de alerta, hipervigilancia y ansiedad, asociado con una disminución del control inhibitorio, presentando impulsividad y disminución del autocontrol y de la capacidad del aprendizaje. EN SÍNTESIS: A lo largo del trabajo hemos puesto de manifiesto la relación entre el desarrollo del S.N.C. y las experiencias vinculares infantiles. Se observa que cuando estas son deficitarias se produce una mayor vulnerabilidad a desarrollar trastornos emocionales en etapas posteriores de la vida. Es también evidente la influencia de los primeros vínculos en la calidad de las relaciones interpersonales actuales y muy especialmente en la relación con sus propios hijos. De esta manera podemos entender cómo los modelos vinculares internalizados suelen mantenerse a lo largo del tiempo y tienden a ser trasmitidos de generación en generación. Por último, este modelo de conceptualización integrativo permite por un lado, la realización de las investigaciones empíricas que permiten mejorar el conocimiento de los trastornos psicopatológicos, y por otro, provee de una excelente herramienta para la prevención en salud mental. 10