TRANSFORMACIONES RECIENTES EN LA MARGEN IZQUIERDA DE LAS MARISMAS DEL GUADALQUIVIR.

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TRANSFORMACIONES RECIENTES EN LA MARGEN IZQUIERDA DE LAS MARISMAS DEL
GUADALQUIVIR.
Por: Antonio Rodríguez Sierra.
1.- Breve historia del río Guadalquivir.
Hace más de 33 millones de años, lo que hoy se conoce geológicamente como la Cuenca Bética (esto es, una
masa continental sumergida situada al borde de la placa Ibérica) era mar abierto, un canal que comunicaba
un Océano Atlántico relativamente pequeño con un Mediterráneo poco reconocible. Durante el Oligoceno
(hace 33 a 23 millones de años) la Placa de Alborán comenzó su deriva hacia el Oeste, entrando en colisión
contra la Placa Ibérica. Como consecuencia de este choque, ésta última termina por subducir por debajo de la
primera, sobre la que arrastran, comprimen, ruedan y se amontonan de forma caótica los materiales del fondo
de la Cuenca Bética empujados por el movimiento de la Placa de Alborán. Este conjunto caótico de bloques
calizos de origen jurásico darán lugar al denominado “olitostroma bético”, un conjunto de cerros calcáreos
aislados en la campiña sin conexión con las Cordilleras Béticas, cuyos exponentes más cercanos y notables
los tenemos en las sierras de Gibalbín, Morón o Montellano, entre otras.
Conforme se acercan ambas placas, la conexión entre los mares Atlántico y Mediterráneo se cierra por su
extremo oriental (durante el final del Mioceno, hace unos 5 millones de años), dando lugar a un profundo
golfo que constituirá la Cuenca del Guadalquivir, que se localiza dentro de los límites de la Cuenca Bética
antes citada. Conforme se va cerrando el golfo, éste se hunde, provocando el plegamiento tanto de los
materiales de la Placa de Alborán como de los que va empujando, dando origen a las Cordilleras Béticas
(este fenómeno se denomina Orogenia Bética). El cierre del golfo va acompañado por una intensa
sedimentación que alcanza, en algunas zonas, los dos kilómetros de espesor, hasta que al final del Plioceno
(1.8 millones de años) el movimiento de la Placa de Alborán se ralentiza (y, en consecuencia, la orogenia) y
la cuenca del Guadalquivir continua su colmatación por el aporte de los sedimentos arrastrados por la erosión
los relieves de reciente formación. En esta época, del primitivo golfo sólo queda un amplio estuario al
Sudoeste de esta cuenca, tal como aparece en la figura 1 que se acompaña al final de este texto.
A partir de este momento, las corrientes marinas atlánticas, un régimen constante de vientos de poniente y el
depósito de materiales de origen fluvial va formando distintos cordones de dunas en la costa onubense,
formando sucesivos mantos eólicos desde las poblaciones de Hinojos y Pilas (más antiguos) hasta el límite
de la costa actual. Con el inicio del último sistema eólico, la barra o flecha de Doñana, se va cerrando el
estuario y acelerando su proceso de colmatación. Un paseo desde Los Palacios hasta Sanlúcar de Barrameda
puede mostrar testigos mudos del estuario, cerros al borde de la marisma o aislados dentro de ella que en su
cara Nordeste presentan una pendiente suave, mientras que en su cara Sudoeste es abrupta. Marcan antiguos
acantilados cuya cara abrupta se formaron por el continuo batir de las olas sobre ellos.
Ya en épocas históricas, como consecuencia de la progresiva colmatación, el Guadalquivir se vio obligado a
discurrir por cauces sinuosos que se dividían en distintos tramos o brazos. Los principales fueron el Brazo
del Oeste o Brazo de la Torre, el curso central del río o Brazo del Medio, y el Brazo del Este. El terreno
circundante estaba formado por materiales arcillosos procedentes de los sedimentos depositados,
configurando zonas encharcables cruzadas con frecuencia por pequeños cauces o caños que se inundaban
con la subida de las mareas y que se desbordaban frecuentemente en época de intensas precipitaciones,
configurando las marismas del Guadalquivir.
2.- Transformación de las marismas del Guadalquivir.
Son muchos los proyectos y fases que, a lo largo del tiempo, se han sucedido en torno a las marismas del río
Guadalquivir al objeto de su transformación. Una de las más importantes se refiere a las sucesivas
rectificaciones del cauce del propio río, o cortas, que se ejecutaron al objeto de favorecer la navegación hacia
el puerto de Sevilla. Otras de ellas tuvieron por objeto la puesta en cultivo de la misma, que supuso la
desaparición de una vasta extensión de terrenos generalmente inundables, cruzados por un número
importante de cauces o caños y cuyo aprovechamiento principal se centraba en la caza de las aves acuáticas
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presentes en la zona, la pesca y el consumo de los pastos temporales por parte del ganado extensivo. Entre
los siglos XVII a XIX se suceden diferentes ensayos al objeto de transformar esos terrenos insalubres para
dedicarlos a la producción agrícola, de las que sólo tuvo éxito la transformación de alrededor de 250
hectáreas en la zona conocida como "La Compañía", a la altura de la embocadura del Brazo del Este con el
Guadalquivir, en torno a 1819.
A pesar de los múltiples proyectos de transformación, a principios del siglo XX la mayor parte de la marisma
del Guadalquivir se encontraba en un estado prácticamente virgen. En el año 1921 se crea la "Compañía de
las Marismas", con el objeto de transformar las marismas de la margen izquierda, que proyecta la ejecución
de cuatro grandes obras de defensa consistentes en la creación de diques que protejan su interior de las
recurrentes inundaciones. Así, entre 1928 y 1930 se construye la Sección 1ª, hacia 1931 la Sección 2ª, hacia
1934 la Sección 3ª, quedándose en proyecto una cuarta que no se llegó a ejecutar. En este orden de cosas, a
principios de 1940 la marisma de la margen izquierda ha sido objeto de importantes transformaciones pero
no se ha llegado aún a poner en cultivo, mostrando la fisionomía que se representa en la figura 2.
Tras el estudio de las diferentes alternativas de puesta en riego y desalación de las tierras transformadas, en
1955 se declara de interés nacional la definitiva puesta en cultivo de las marismas de la margen izquierda del
Guadalquivir, con el objetivo de su puesta en valor y la colonización de los territorios transformados. En la
ortofotografía aérea de esa época (figura 3) ya se aprecian los primeros cultivos de arroz y otras zonas de
cultivos de intensivos de herbáceas. En esta época se aprecia que el cauce del Brazo del Este se mantiene
prácticamente intacto a excepción de su embocadura, cegada en la zona de "La Compañía" para la
transformación de esa zona, los canales de las secciones 1ª y 2ª, que lo cruzan de manera aérea, así como
algunos puentes de escasa entidad que permitían el tránsito hacia Isla Menor. Por esos años, el cauce seguía
manteniendo un régimen de inundaciones con clara influencia mareal.
Ya en los años de la década de 1960 se acomete la obra del encauzamiento del Brazo del Este al objeto de
ordenar el sistema general de desagües de la zona y persiguiendo su eliminación. En esta época, según
cuentan los propios implicados, se produjo un importante enfrentamiento entre los que pretendían la total
transformación y puesta en cultivo de toda la zona y los pescadores, que tenían en el Brazo del Este y sus
marismas su medio tradicional de sustento. Gracias a estos últimos y a sus esfuerzos se conserva el Brazo del
Este, hoy Paraje Natural de excepcional riqueza en avifauna y declarado Humedal de Importancia
Internacional (RAMSAR), aunque quedó seccionado en varios puntos por el muro de contención y el
encauzamiento.
La transformación continua de manera paulatina. En los años 70 se ejecuta el encauzamiento del río
Guadaira, una obra accesoria de otra que quedó en proyecto: el canal Sevilla-Bonanza. Entre 1986 y 1998
(figura 4) prácticamente toda la zona arrocera de la margen izquierda ha sido transformada y puesta en
cultivo. Tan sólo determinadas zonas situadas en el interior del Paraje Natural permanecen dedicadas al
cultivo de secano, siendo las zonas de "Zapatillo" y "El Convento" y "La Margazuela" las últimas en
transformarse en arrozal. Hasta la actualidad en que el Paraje Natural Brazo del Este se encuentra incluido en
una matriz de agricultura intensiva (figura 5). A pesar de ello, conserva una riqueza natural de gran valor
científico, cultural y educativo.
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TRANSFORMACIONES RECIENTES EN LA MARGEN IZQUIERDA DE LAS MARISMAS DEL GUADALQUIVIR. FIGURAS.
Por: Antonio Rodríguez Sierra.
Figura 1: Estuario del Guadalquivir a finales del Plioceno (1.5 millones de años),
situación de partida al proceso de relleno por sedimentos de su cuenca. Extraído de
Gavala y Laborde, J. Geología de la costa y bahía de Cádiz. Diputación de Cádiz.
1992.
Figura 2: Margen izquierda de las marismas del Bajo Guadalquivir. Fuente:
Cartografía Militar del Estado Mayor del Ejército Alemán. 1940-1944. Instituto
Cartográfico de Andalucía (la franja blanca central se debe a un defecto en la
georreferenciación de las ilustraciones originales).
TRANSFORMACIONES RECIENTES EN LA MARGEN IZQUIERDA DE LAS MARISMAS DEL GUADALQUIVIR. FIGURAS.
Por: Antonio Rodríguez Sierra.
Figura 3: Se aprecia la transformación de la marisma, con los primeros cultivos
rodeados de zonas dedicadas principalmente al aprovechamiento de sus pastos.
Es posible apreciar que aún no se ha ejecutado la obra de desvío del río Guadaira
y la corta de los Olivillos comienza a insinuarse. Fuente: Ortofotografía de
1956-1957. Instituto Cartográfico de Andalucía. Junta de Andalucía.
Figura 4: La margen izquierda prácticamente transformada. Sólo quedan por transformar
para su cultivo de arroz pequeñas zonas en el entorno del Brazo del Este. Fuente:
Ortofotografía de 1998-1999. Instituto Cartográfico de Andalucía. Junta de Andalucía.
TRANSFORMACIONES RECIENTES EN LA MARGEN IZQUIERDA DE LAS MARISMAS DEL GUADALQUIVIR. FIGURAS.
Por: Antonio Rodríguez Sierra.
Figura 5: Situación actual de la zona arrocera en torno al Paraje Natural Brazo del Este.
Se ha resaltado el arrozal de la margen izquierda del Guadalquivir para distinguirlo del
resto de los cultivos. Fuente: Ortofotografía de 2004. Instituto Cartográfico de Andalucía.
Junta de Andalucía.
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