AMIGOS Y SERVIDORES DE LA PALABRA 1 febrero 2015. IV domingo Tiempo ordinario DE LA PALABRA DEL DIA Jesús llegó a Cafarnaún y el sábado siguiente fue a la sinagoga a enseñar […] En la sinagoga estaba un hombre poseído por un espíritu inmundo, que se puso a gritar ¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quien eres: el Santo de Dios. Jesús lo increpó: “Cállate y sal de él”.[…]. Todos se preguntaron estupefactos: “¿Qué es esto? Este enseñar con autoridad es nuevo.”. Mc 1, 21; 23-25; 26-27. ¿Cómo vivir esta Palabra? Con la curación del hombre poseído por el espíritu inmundo Marcos, el evangelista que nos acompañará a lo largo de todo este año litúrgico (B), comienza la narración de la actividad pública de Jesús e introduce el interrogante fundamental que está en la base de su Evangelio. ¿Quién es Jesús? Dos respuestas aparecen en seguida con claridad: Jesús enseña y cura del mal; es Maestro y al mismo tiempo también Médico. -Es Maestro: “el sábado siguiente fue a la sinagoga a enseñar” (v.21). Marcos nos advierte que la enseñanza de Jesús llamaba la atención por su “novedad” desestabilizante, fuera de todos los esquemas tradicionales de los escribas (v.23). Él hablaba con la “autoridad” (exousia) propia de Dios. En la enseñanza del Maestro de Nazaret se advierte la presencia de la novedad de Dios, una novedad cualitativa, que regenera, renueva, y rejuvenece. Es una enseñanza “nueva”, sorprendente, inesperada, fulgurante. -Es Médico: “Cállate y sal de él” (v.25. Jesús vino a librar a los hombres y mujeres de toda esclavitud. Por esto, con fuerte voz le dice: “Cállate. Sal de ese hombre”. Y el espíritu inmundo deja a aquel hombre libre. Frente a los innumerables espíritus impuros que tienen subyugados a los hombres y mujeres de nuestro tiempo, es necesario que resuene todavía hoy el grito de Jesús. Todo verdadero discípulo del Evangelio está llamado a recoger el mismo reto; proyectar la autoridad del Evangelio sobre la propia vida y sobre la de los hermanos. Podemos decir que ha llegado el tiempo de gritar el Evangelio sobre las casas para que sean alejados los espíritus impuros que tienen esclavizados a muchos cristianos de nuestro tiempo, bajo el yugo de una cultura homologadora y profanadora y que crezca, en cambio, la nueva cultura del Amor y de la Paz. Jesús nos enseña a no discutir con el mal, a no descender a compromisos de ningún género, a cortar rápidamente, de golpe: ¡Cállate y sal! Jesús, nuestro único Maestro y Médico, nosotros nos entregamos a Ti, para que Tú nos lleves a la Verdad de tu enseñanza nueva y autorizada, y a la curación de nuestros egoísmos que nos hacen esclavos de nuestro yo. La voz de san Ignacio de Antioquía, obispo y mártir “Uno solo es el maestro, que dijo y fue hecho (Sal 32,9) y las cosas que hizo en el silencio son dignas del Padre” (Efesinos 15,1).“Uno solo es el médico carnal y espiritual, engendrado y reengendrado…” ( Efesinos 7,2). Comentario de Don Ferdinando Bergamelli SDB [email protected] Casa di Preghiera San Biagio www.sanbiagio.org [email protected]