JÓVENES CON NECESIDADES EDUCATIVAS ESPECIALES. ¿Qué y cómo enseñar? AUTORA: Graciela M. González E-mail: [email protected] SÍNTESIS Como si se tratara de una profecía autocumplida, la trayectoria escolar del sujeto con necesidades educativas especiales indica que, después del nivel primario, asistirá a un centro de formación profesional o aprenderá el oficio trabajando, en una etapa de la vida en que otros estudiantes organizan sus actividades en torno a un colectivo social donde comparten códigos e intereses propios de la edad. Sobretodo es así cuando hablamos de la discapacidad mental atravesada por la pobreza. Este reduccionismo condena al joven con necesidades especiales a asistir a un aprendizaje predominantemente práctico y muchas veces a la ubicación laboral prematura. En este trabajo se abordan estrategias que permitan el acceso de estos jóvenes y adolescentes a la educación secundaria con el objetivo de que reciban una educación integral y completa, considerando que aprender a ser, saber, hacer y convivir son metas básicas para todos los estudiantes. Juventud y subjetividad Según Bourdieu, las diferencias en relación a las edades, es parte de un arbitrio cultural que imponen los sectores dominantes, por su capacidad para establecer significaciones que en realidad constituyen relaciones de fuerza legitimadas. La noción de adolescencia y juventud, al igual que la de infancia, está atravesada por conjuntos discursivos que imponen una visión particular en un determinado momento histórico de la sociedad. La delimitación de esta categoría social como parte de un ciclo vital, está definida en relación a la idea de etapa futura, que implica transición o preparación para la vida adulta. Se trata de un sujeto que está construyendo su propia subjetividad y ensayando de la mejor manera posible, su lugar en ese mundo adulto. Es un drama, en el sentido de que este ensayo para procurar su definitiva inserción en el mundo adulto, le significa un entrar y salir de la escena, reconocer, aceptar o cuestionar la palabra del adulto y finalmente asumir su propia palabra. Cuándo empieza o termina la adolescencia, cuándo comienza o finaliza la juventud, dependen de cada momento histórico y de cada comunidad, variando además dentro de cada cultura, en función de la historia familiar, la clase social o el barrio. Hay un momento del ciclo vital, que coincide con el que se denomina pubertad, en el que aparecen cambios biológicos que marcan la ruptura con la etapa anterior de la infancia, pero es la cultura de la palabra el eje central de esta etapa. Surgen así los ritos, los códigos propios que se constituyen en modos de pertenencia y, aún cuando varían según los grupos sociales, hay códigos comunes y modas que se repiten en todos los jóvenes. Esto también es así en los jóvenes con necesidades educativas especiales a pesar de los mitos que circulan en torno al tema. Una experiencia referida a la integración de un joven con Síndrome de Down en el nivel polimodal da cuenta de esta situación: “La brecha entre los intereses del alumno y los de sus compañeros no era tan significativa. Encontrándose en la adolescencia, pudimos descubrir, por sus relatos, que en realidad sus gustos en ese momento pasaban por las chicas, la música, las motos y el look de su pelo. ¿No son las preocupaciones de la mayor parte de los “pibes” de 14-15 años?” (González, 2005)1 .Tener en cuenta esos intereses y esas necesidades es central al momento de diseñar estrategias de enseñanza y de aprendizaje. Acerca del aprendizaje Son varios los elementos que operan sobre el proceso de aprendizaje: los intereses propios de la edad y los de cada sujeto, las características del sujeto que aprende y del que enseña, las del contexto, las de los contenidos a enseñar. Esto significa que, en cada situación de aprendizaje, se conjugan diferentes variables relacionadas con el desarrollo cognitivo, con los conocimientos previos y la motivación entre otros, los cuales se interrelacionan y dan como resultado el aprendizaje. Así, las experiencias de enseñanza y aprendizaje no son motivantes y efectivas en sí mismas sino que cambiarán según los sujetos y los mecanismos que se pongan en juego. Los criterios que se plantean en relación a los tres elementos constitutivos del aprendizaje: sujeto, contexto y contenido; dan lugar a distintas posiciones o teorías del aprendizaje que implican modalidades de intervención docente. Realizaremos una breve descripción de las mismas. El enfoque conductista se basa en la premisa de que la conducta humana puede adquirirse o modificarse a través de procedimientos que van de afuera hacia adentro del sujeto y mediante reforzamiento. En este modelo, la intervención del docente tiene una impronta muy fuerte en los aprendizajes. A los efectos didácticos, y sobretodo para la educación especial, el conductismo aporta su visión sobre los procesos de asociación, ejercitación y refuerzo necesarios para la incorporación de hábitos y destrezas que requieren automatizarse. La teoría cognitiva tiene varias perspectivas: la del procesamiento de la información, la de aprendizaje significativo, la de desarrollo psicogenético y la socio-histórica de Vigotsky. En todas ellas el sujeto es reconocido como el que elabora la información y el conocimiento a partir de los estados, procesos y formas de organización cognitiva interna. La teoría del procesamiento de la información parte de unas pocas operaciones básicas para el desarrollo de la inteligencia y la capacidad de conocimiento e innovación. Se compara al cerebro con la computadora ya que el ser humano posee sistemas cognitivos que se alimentan de información y que los procesos de almacenamiento, procesamiento de la información y memoria son la base de los mismos, al igual que en el ordenador. Los aportes de este enfoque, precisamente en relación a la memoria, la selectividad de la percepción y la organización de los conocimientos, son importantes para la enseñanza de algunas habilidades simples. La teoría del aprendizaje significativo plantea como central la construcción de significados; partiendo de la base de que las condiciones de significatividad son: que el contenido tenga cierta estructura interna (significatividad lógica) y que el contenido tenga relación con lo que el alumno sabe (significatividad psicológica) La motivación es condición esencial del aprendizaje escolar y en este sentido la teoría aporta elementos valiosos para pensar estrategias educativas para alumnos con necesidades especiales. González, G. (2005) En Dubrovsky, S. (comp.), “La integración escolar como problemática profesional”, Buenos Aires, Noveduc, 2005 1 La teoría psicogenética es una teoría del desarrollo cognitivo más que una psicología del aprendizaje. Indaga sobre los modos en que se produce el pasaje de menor a mayor conocimiento, describe formas de validación del saber y aporta sobre las etapas evolutivas del alumno al establecer los estadios del desarrollo. Parte de algunos principios básicos: la acción es constitutiva de todo conocimiento; sujeto y objeto interactúan y se constituyen mutuamente; existe una tendencia a la equilibración creciente entre asimilación y acomodación del sujeto al entorno. El aporte de este enfoque a los abordajes educativos del sujeto con discapacidad, ha resultado muy importante al incorporar una mirada comprensiva sobre su lugar como sujeto activo y protagonista del aprendizaje a partir de sus propios procesos cognitivos. También la valoración de la etapa sensorio-motriz y de la actividad como prerrequisitos del aprendizaje. La teoría socio-histórica desarrollada por Vigotsky, plantea el desarrollo del niño como un desarrollo particular dentro de una cultura específica. Los procesos de tipo elemental poseen su propia línea de progreso e incluyen formas elementales de memoria, atención, sensopercepciones que progresan con el desarrollo. Acompañan procesos de maduración y están destinados a reorganizarse, complementarse o subordinarse a procesos psicológicos superiores originados en la vida social. Los procesos psicológicos superiores constituyen la línea cultural o histórica del desarrollo. Aparece el concepto de mediadores del aprendizaje, esos otros (adultos, pares) que colaboran en el desarrollo de la zona potencial (la franja de posibilidad entre lo que la persona puede hacer por sí mismo y lo que puede hacer con ayuda). El rol de los mediadores en el aprendizaje de las personas con algún tipo de discapacidad o dificultad de aprendizaje contribuye a formar andamiajes, o lo que es lo mismo, esquemas de intervención conjuntas hasta el logro de la mayor autonomía, siempre que esto sea posible. Tomando como base estos distintos enfoques, se podrá recurrir a sus fundamentos, con la intención de diseñar estrategias de intervención docente que tengan como propósito el desarrollo de los objetivos, habilidades y conocimientos que es necesario trabajar en todos los alumnos. El grupo como estrategia Porque partimos de la base de que el aprendizaje es esencialmente social, y que tiene por finalidad un sujeto singular y social, un ciudadano activo, pensamos que es necesario promover actividades que favorezcan el trabajo en grupos cooperativos y ayuden a constituir un entorno educativo positivo. Fernando Hernández (1997), define al entorno educativo como aquel que “...está formado por un universo de estímulos e intercambios que contribuyen al desarrollo cognitivo y de socialización de los individuos.” El trabajo en grupo permite además, intercambiar materiales, ideas, propuestas, buscar información en forma conjunta, enriquecer los resultados de las actividades, beneficiarse unos y otros con el aporte de las capacidades y habilidades de todos. Según Tonucci (1990) trata de posibilitar que el aula se convierta “…en un lugar adecuado donde se permita que un grupo de alumnos, en dinámica confrontación y cooperación recíproca, junto con adultos competentes, desarrollen a los máximos niveles posibles las capacidades cognitivas de cada uno, elaborando sus propias experiencias y utilizando todos los lenguajes (de los expresivos a los formales) y todas las dimensiones de su propia personalidad (emotivas, creativas, lógicas)… poner a disposición de todos sus alumnos los instrumentos fundamentales para un conocimiento consciente, actualizado y crítico de la realidad”2. (...) La actividad escolar de los alumnos deberá consistir en una elaboración continua de las experiencias vividas o conocidas por ellos, empezando por los conocimientos presentes, a través de la confrontación y el debate, y empleando todos los lenguajes posibles y los instrumentos culturales disponibles hasta alcanzar la máxima profundización posible”3, permitiendo la interacción de grupos heterogéneos y la integración de una población escolar diversa, en torno a objetivos comunes. Se trata también de que el adolescente y el joven, vaya construyendo ciudadanía por eso la enseñanza en la escuela secundaria, además de las tareas individuales, ha de enseñar a trabajar y aprender con otros. Por estas razones se explicitarán como estrategias educativas para la enseñanza y el aprendizaje de los jóvenes, dos formas de organización didáctica que favorecen la práctica escolar en contextos muy heterogéneos y de inclusión educativa: el aprendizaje cooperativo y la investigación. El aprendizaje cooperativo. Para el aprendizaje cooperativo, Marchesi y otros (1995) en “Desarrollo psicológico y educación, III” plantean las siguientes alternativas: Torneos de Equipos de Aprendizaje (grupos heterogéneos) en los que se evalúen actitudes favorables al apoyo entre los participantes y se sumen puntos sobre la base de variables actitudinales. Los alumnos trabajan sobre un tema o contenido, ayudándose, evaluando, actuando en forma de tutor-tutorado. Rompecabezas, el material a utilizar constará de tantas partes como miembros del grupo haya. Se discute y organiza la información entre todos (1ª.etapa). Cada alumno del grupo inicial profundiza un aspecto del tema a tratar (cada alumno es una pieza del rompecabezas) y se reúnen con los miembros de los otros grupos que profundizaron ese mismo aspecto (2ª. Etapa rearmado de grupos). En una 3ª. Etapa, cada uno vuelve al grupo inicial con el contenido enriquecido y lo trabaja con ese grupo primario. Finalmente se realiza una puesta en común o intercambio de conocimientos . Esta técnica de grupo es especialmente interesante para áreas que requieren distintos puntos de vista. Por ejemplo un contenido de historia se estudia desde el revisionismo y desde la historia oficial; o un contenido de ciencias sociales se investiga se y analiza desde las perspectivas micro y macro; desde lo próximo y lo general. También sobre un mismo tema, se pueden abordar distintos subtemas. Un momento histórico permitirá recoger información y analizar sobre la cultura, otros lo harán sobre el arte, otros sobre la ciencia, etc. Esta técnica puede ser aprovechada también por los directivos en reuniones de personal, abordando temas que se evaluén como prioritarios para la institución. Por ejemplo, si se quisiera abordar el problema de la violencia, cada etapa del rompecabezas implicaría un nivel más profundo de análisis e intercambio. Primera etapa, se conforman los grupos de 4 integrantes, en función de los aspectos de la violencia que se tomarán: violencia familiar, violencia escolar, violencia social, violencia institucional. Segunda etapa, se re-arman los grupos para enriquecer cada aspecto. Uno para trabajar violencia familiar, escolar, social y un cuarto, institucional. Tercera etapa, se vuelve al grupo inicial y se completa el tema de violencia como totalidad en función de todo el material recabado. 2 Tonucci, “¿Enseñar o aprender?” Barcelona, Graó, 1990, p.12. 3 Tonucci (1990, p.42.) La investigación. En cuanto a las actividades de investigación, se pueden establecer varios momentos de estudio: se eligen subtemas o temas. se planifican acciones. se analiza la información. se presenta el trabajo. se evalúa en conjunto. En la investigación se trabaja sobre hechos concretos confrontando datos que se obtienen de distintas fuentes y con distintas herramientas, lo cual favorece también el desarrollo curricular cuando hay alumnos especiales integrados. Permite la relación de distintas áreas creativas y distintos lenguajes expresivos (música, arte, expresión corporal, educación física). Sobre un hecho, un fenómeno, una situación, un acontecimiento histórico o actual, se parte de las hipótesis iniciales de los alumnos (o docentes), se confronta con pares, con el docente (o el director según el tema a investigar), con otros adultos, con especialistas, con diarios, revistas, documentos, textos. Se utilizan medios de comunicación, estadísticas, encuestas, entrevistas, texto escrito, oral, grabadores, fotografías, juegos, partiendo desde lo más concreto. La experiencia educativa se enriquece y favorece el cruce intercultural y la pluralidad de aprendizajes, al utilizar en la investigación todos los lenguajes e instrumentos culturales disponibles (formales e informales, concretos, simbólicos, abstractos), poniendo en juego todas las dimensiones de la personalidad (emotivas, creativas, lógicas) hasta alcanzar el mayor grado de profundidad posible. Otras estrategias. La selección de la propuesta de aprendizaje es clave en cualquiera de las etapas del proceso de aprendizaje y da cuenta de la modalidad de intervención docente. Describiremos brevemente tres tipos de estrategias4 que promueven procesos de pensamiento del alumno: estrategias de problematización estrategias para promover procesos de análisis estrategias para promover procesos de síntesis Las estrategias de problematización inicial pueden consistir en una situación problemática, una opinión breve y contundente de un autor a estudiar, la puesta a consideración de varias opiniones divergentes, la presentación de un problema a través de una imagen, una foto de un diario, etc., un caso, una carta, un cuento, un texto literario, una canción, una película, un texto periodístico, un sociodrama. A partir del problema inicial se debe favorecer la explicitación de los conocimientos iniciales, expresión de ideas previas; torbellino de ideas grupal; especificación de lo que se sabe, lo que se quiere saber y lo que se aprende o se quiere aprender; expresión de posiciones iniciales; presentación de los contenidos a través de un esquema organizador, de una red de conceptos, de una exposición del docente. Las estrategias para promover procesos de análisis son aquellas que se usan para promover la integración teórica: constructivas, reconstructivas. Comparar- observar- clasificarinterpretar- inferir- resolver y plantear problemas. 4 Estos tipos de estrategias han sido desarrollados en un documento de supervisión, elaborado por la inspectora jefe Educación Especial de Pergamino, profesora Mirta González, año 2002. Las estrategias para promover procesos de síntesis implican confirmación/resolución de hipótesis, aplicación de los contenidos en problemas, reelaboración de un cuadro esquema conceptual que pudo servir para el inicio, integración de ideas clave en un ensayo o texto breve, síntesis en cierta cantidad de renglones o ideas clave, transferencia a una situación real, desarrollo de una simulación, diseño de un escenario prospectivo, participación en experiencias de portafolio en las que el alumno o el grupo selecciona sus mejores trabajos y los pone a disposición del análisis del docente o de sus compañeros. Todas estas estrategias permiten el despliegue de diferentes saberes, diferentes puntos de partida y de llegada. La selección de estrategias depende de los objetivos que el docente se fije para sus alumnos y debe incluir estrategias para enseñar a aprender. Esto consiste en adentrarse en el mismo proceso de aprendizaje de cada alumno para que pueda tener herramientas que le permitan aprender en disttintos contextos. En este sentido, algunos autores5, sugieren que el docente debe enseñar estrategias afectivas, que son las que sirven para desarrollar la atención, inhibir la ansiedad y mantener la motivación; estrategias de monitoreo del aprendizaje como autointerrogación y detección de errores y estrategias para organizar la información, tales como el agrupamiento y los esquemas, incluidos los esquemas gráficos. CONCLUSIONES Frente a la posibilidad concreta de una escuela secundaria renovada, es necesario pensar en alternativas innovadoras para los adolescentes con discapacidades; transformando a todas las escuelas en espacios de micropolítica para la construcción de relaciones más igualitarias y cohesivas. Escuelas secundarias que se planteen como requisito fundamental convertirse en foros de discusión sobre las diferencias, que rescaten contenidos referidos a las minorías y se constituyan en continente habitable para quienes asisten a ella, tanto por lo que transmiten como por las modalidades de vínculos que promueven. Tal como está planteada la secundaria actual, una secundaria que incluye y exige, no deben retacearse los conocimientos para los alumnos especiales. Es importante que participen en la producción y análisis de todos los bienes culturales que la sociedad ha validado para transmitir hoy, agregando la riqueza del currículo contrahegemónico que es aquel que incorpora la lógica de los sectores más desfavorecidos. Esto permite desmitificar ese preconcepto que atribuye una “nivelación hacia abajo” cuando la escuela incluye y generar una pedagogía de apoyo a fin de que las diferencias no sean pretextos para no aprender, sino argumentos para desarrollar nuevas potencialidades. La heterogeneidad de lenguajes simbólicos, de formas de acceso al saber y de hipótesis y procesos de conocimiento, aporta un plus significativo al desarrollo curricular y la formación de todos los jóvenes. En la agenda institucional se deberán incluir no sólo las problemáticas que surgen de la agenda global, relacionadas con los derechos y el respeto activo, sino diferentes aristas que la discriminación adopta en las relaciones cotidianas y sus posibilidades de modificación. La incorporación de la lengua de señas en este nivel (y en todos) sería un instrumento útil no sólo para los alumnos con sordera sino también para comprender, aplicar y socializar nuevos códigos de comunicación. El uso de las nuevas tecnologías y las adaptaciones que facilitan la accesibilidad al conocimiento para alumnos con discapacidades motoras, sensoriales o mentales, pueden enriquecer los aprendizajes con acciones tutoriales y de cooperación. La aplicación de metodologías de investigación y análisis, favorecería procesos 5 Desarrollado por Jones, Palincsar, Ogle y Carr (compiladores), (1987) motivadores de enriquecimiento y aceleración en los jóvenes con altas capacidades; que no constituyen una elite sino una minoría a considerar. En general, la participación de pares en acciones de tutoría es un elemento importante para desarrollar valores de solidaridad y a la vez un instrumento que favorece procesos de conocimiento. El diseño de un secundario para adolescentes y jóvenes que necesitan apoyos especiales, requiere de modificaciones en las formas de abordar el currículo común y en la relación entre quienes aprenden, quienes enseñan y el conocimiento. Aportando estrategias cognitivas, metacognitivas y de comunicación si la educación es integrada. Aportando herramientas de socialización y desarrollo integral si la complejidad de las problemáticas requiere de un ámbito especial. En todos los casos, acompañando al alumno en el trayecto hacia la autonomía y la autodeterminación. Directivos y docentes se constituyen en el pilar fundamental para producir cambios en la política interna de las escuelas. A la vez los supervisores deberán ser profesionales intermediadores, con una preparación sólida que les permita realizar los acoples necesarios entre el deber ser que propone la política educativa y el que-hacer pragmático que circula en las escuelas. Para que aprendan alumnos y maestros; y para que el secundario sea más que un presente dentro del colegio y un futuro en un puesto de trabajo. Los niveles de conducción y supervisión en las escuelas son la clave para que no volvamos a escuchar esa frase pronunciada tantas veces cuando hay cambios: “Es lo mismo pero con otro nombre”. BIBLIOGRAFÍA ASHMAN, Adrián F. Y CONWAY, Robert N.F. “Estrategias cognitivas en educación especial”, Madrid, Santillana, 1990 BALL, Stephen J., “Micropolítica de la escuela. Hacia una teoría de la organización escolar”, Buenos Aires, Paidós, 1989 BAQUERO, Ricardo y LUQUE, Margarita. “Teorías del aprendizaje”, Quilmes, Universidad Nacional de Quilmes, 1999 CONNELL, R.W., “Escuelas y justicia social”, Madrid, Morata, 1999 DUBROVSKY, Silvia (comp..), “La integración escolar como problemática profesional”, Buenos Aires, Noveduc, 2005 GENTILI, Pablo, “Códigos para la ciudadanía. La formación ética como práctica de la libertad”, Buenos Aires, Santillana, 2000 GUERRERO LÓPEZ, José Francisco, “Nuevas perspectivas en la educación e integración de los niños con síndrome de Down”, Buenos Aires, Paidós, 1995 HERNÁNDEZ, Fernando. “Educación y cultura visual”, Sevilla, Kirikiki, 1997 JONES, PALINCSAR, OGLE Y CARR (Compiladores), “Estrategias para enseñar a aprender”, Buenos Aires, Aique, 1987 MARCHESI, Alvaro, COLL, César y PALACIOS, Jesús, “Desarrollo psicológico y educación, III”, Madrid, Alianza, 1995 TONUCCI, F. “¿Enseñar o aprender?, Barcelona, Graò, 1990 Graciela Margarita González. Licenciada en Educación, profesora de educación especial y asistente educacional. Se ha desempeñado en cargos docentes, de conducción y supervisión en Educación Especial en la provincia de Buenos Aires. Capacitadora en varias provincias. Miembro de Redos: www.redos.com.ar E-mail: [email protected]