¿Se pueden usar los mapas conceptuales para evaluar

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¿Se pueden usar los mapas conceptuales para evaluar ?
Ontoria A. y otros
Mapas conceptuales
Madrid, Narea, 1992
Para Ausubel “...la función de la evaluación consiste en determinar el grado en que
objetivos, de importancia educativa, están siendo alcanzados en realidad”, y que “evaluar es
hacer un juicio de valor o de mérito, para apreciar los resultados educativos en términos de
si están satisfaciendo o no un conjunto específico de metas educativas” (Ausubel-NovakHanesian,1989). Por supuesto que si no es desde este punto de vista, la evaluación
carecería de sentido, ya que su valor es directamente proporcional a los fines hacia los que
tiende la educación.
La evaluación educativa no es una cuestión exclusivamente técnica (Coll,1990). De ahí
que para animar a los estudiantes a que empleen una mayor parte de su potencial humano,
hay que ampliar la gama de técnicas de evaluación, con el fin de que se den cuenta de la
verdadera capacidad que tienen para dar sentido a los hechos y objetos que constituyen su
experiencia del mundo" (Novak y Gowin, 1988).
Criterios de referencia para evaluar los mapas conceptuales
Para la utilización de los mapas conceptuales en la evaluación deben tenerse en cuenta
las siguientes ideas:
*
No hay que olvidar la función formativa o procesual de la evaluación. Requiere
observar y evaluar el progreso que va adquiriendo el alumnado en su aprendizaje.
*
No responde a esta concepción de la evaluación, la utilización de los mapas
conceptuales como equivalente a una evaluación centrada en el examen. Este
hecho puede ser un riesgo negativo, debido al nivel de aplicación que llega el
profesorado, es decir, como técnica de estudio, no de construcción de
conocimientos.
Los mapas conceptuales pueden servir para elaborar una síntesis final, que
intervenga como nuevo dato en la evaluación.
Teniendo en cuenta estas ideas anteriores, los criterios básicos para la evaluación de los
mapas conceptuales son:
1º. Organización jerárquica de la estructura cognoscitiva
Como ya sabemos, las proposiciones y conceptos más generales y menos específicos
incluyen las proposiciones y conceptos menos generales y menos inclusivos. De esta
manera, la ordenación jerárquica también puede mostrar el conjunto de relaciones entre un
concepto y aquellos otros subordinados a él.
Es sencillo evaluar a un alumno con los mapas conceptuales, pues se verá fácilmente si
ha conseguido entender y asimilar comprensivamente las relaciones conceptuales, y si ha
captado realmente las ideas básicas que ha intentado aprender. Es un modo de conseguir
que los alumnos piensen y los ayuda a ver y plasmar relaciones en las que nunca habían
reparado.
Una vez más hacemos la observación de que la jerarquización de los conceptos tiene un
componente personal. No se trata de adivinar las ideas del profesor o del autor del libro.
Se trata de establecer relaciones correctas de inclusión entre los conceptos.
2.º Diferenciación progresiva
Los mapas conceptuales son indicadores, relativamente precisos, del grado de
diferenciación de los conceptos que posee una persona. Puede evaluarse de varias formas:
a)
Elegir un concepto clave y pedir a los alumnos que elaboren un mapa
conceptual que muestre todos los conceptos y relaciones que puedan conectar con
dicho concepto base.
b)
Seleccionar varios conceptos de un tema de estudio y pedir que los alumnos
hagan un mapa con ellos, poniéndose de manifiesto y pudiendo comprobar las
conexiones correctas y las erróneas.
3.º Reconciliación integradora
Es importante para el aprendizaje significativo que el alumno vea las relaciones que
existen entre los grupos de conceptos, en un mapa hecho previamente al comenzar un tema
de estudio, y en otro realizado al explicarlo o al terminar la explicación. Con ello se
valoran los conocimientos previos, se clarifica con lo estudiado y se aportan nuevos datos
del aprendizaje. De esta forma también se descubrirán las concepciones equivocadas o las
que estuvieran desplazadas en su posición jerárquica.
4.º Las relaciones cruzadas
En la medida en que las conexiones cruzadas puedan ser indicio de nuevas integraciones
conceptuales, deberán resaltarse y discutirse en clase con los alumnos para reconocer su
identidad de alguna forma e, incluso, fomentar en el aula la búsqueda de tales relaciones
cruzadas, pues ello es síntoma de talento por parte de los alumnos, faceta que seria
interesante potenciar en pos de elevar la propia autoestima (Novak,1988).
De una manera más concreta, la evaluación puede simplificarse con los siguientes
criterios.
a.
Las proposiciones, es decir, los conceptos con las palabras enlace apropiadas, que
nos indicarán las relaciones válidas o erróneas.
b. La jerarquización, siempre en el sentido que los conceptos más generales incluyan
los más específicos. Tiene mayor valoración que el punto anterior, ya que supone
mayor grado de comprensión y elaboración.
c.
Las relaciones cruzadas, que muestran relaciones entre conceptos pertenecientes a
partes diferentes del mapa conceptual, suponen un grado de reflexión mayor y se
valorarán más.
Estos criterios de evaluación, siempre que se apliquen para valorar el aprendizaje
significativo de los mapas conceptuales, pueden servir igual que los utilizados en otro
sistema. Sugerimos, preferentemente, que cada profesor experimente sus propias
escalas numéricas y sus propios criterios de puntuación.
Sería más adecuado dar distinta valoración a los apartados anteriores, teniendo en cuenta
los criterios de mayor a menor valor: relaciones cruzadas, jerarquización, proposiciones y
ejemplos (si los hay).
Pueden, incluso, negociarse los criterios con los alumnos, ya que si se considera que los
mapas conceptuales son principalmente un instrumento de aprendizaje, este tipo de
negociaciones puede resultar de gran utilidad para los alumnos.
Terminamos diciendo con Coll (1990) que “... en el terreno de los métodos y técnicas de
evaluación 1 existe hoy día una gran proliferación de alternativas y una ausencia de
concordancia sobre su validez y pertinencia”.
Desde cualquier perspectiva, la evaluación debe tomarse como un elemento más de la
enseñanza y del aprendizaje, en la que siempre será necesario que:
1.º El evaluador deberá saber cómo y cuándo aplicar las diversas técnicas, según la
situación concreta y los objetivos particulares de la evaluación en cuestión.
2.º Preguntas como qué, para qué y para quién, serán las cuestiones fundamentales
relativas al objeto de la evaluación, a su finalidad y teniendo en cuenta al alumno que se
evalúe, siendo éstas las cuestiones clave que debe sustentar cualquier toma de decisiones
que se haga al respecto en este campo educativo.
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