¿Cómo evaluar las credenciales profesionales? En cualquier profesión se distinguen diferentes niveles de desarrollo, en forma simple: 1. el profesional propiamente dicho; y 2. el académico. Cualquier campo de conocimiento se organiza en: 1. conjunto de información aceptada por las instancias superiores de la especialidad (Sociedades Científicas, Escuelas, Consensos de Expertos, Colegios Especializados, etc). 2. Publicaciones con investigaciones originales en revistas arbitradas; publicaciones de revisión publicadas en revistas arbitradas; publicaciones en libros de la especialidad por expertos reconocidos; publicaciones de simposios, conferencias, presentaciones orales en congresos, postres en libros de resúmenes de congresos; libros o revistas de divulgación, notas de prensa, contenidos web, etc. Es decir, la información y el conocimiento están representados en diferentes formatos pero con valor científico (o profesional) muy distinto. En la cúspide de la pirámide dónde se presenta la nueva información y conocimiento están las revistas arbitradas internacionales. Que las hay con diferente impacto, tanto a nivel general como por especialidad. Arbitradas quiere decir que para que un trabajo científico sea publicado debe pasar por un estricto control de revisiones por expertos independientes que juzgan la calidad, verosimilitud, metodología, originalidad, valor para el conocimiento, adecuación a la revista, etc, de cada trabajo. Estos revisores hacen un informe secreto que lo elevan al editor de la revista en cuestión. En general son 3 o más revisores que no conocen que están analizando el mismo manuscrito al mismo tiempo. Puede darse el caso que el trabajo científico sea de tal impacto y por autores de gran prestigio internacional, que el editor decida publicarlo sin que sea enviado a revisores independientes. Esto también es por que la revisión lleva meses, y retarda la publicación en las revistas de mayor impacto hasta un año entre que llega el manuscrito y finalmente sale publicado en papel en la revista. Hoy con el mundo online, los manuscritos aprobados están online mucho tiempo antes que se publiquen en papel. En el caso de las ciencias las revistas generales de mayor impacto y prestigio mundial son Nature, Science y PNAS. Después existen revistas por especialidad, también se valorizan por la calidad de sus publicaciones, y se mide objetivamente su impacto en cada especialidad (para los interesados pueden ir al website del Institute for Science Information, ISI, USA). Para que lo publicado se integre al campo del conocimiento de una rama científica, los resultados deben ser replicados en forma independiente por otros grupos de investigadores, y para que ese conocimiento tenga aplicación práctica, por ejemplo un nuevo tratamiento médico, debe pasar por estrictos estudios y múltiples evaluaciones por la comunidad científica de expertos en esa área, para finalmente ser aprobado por las agencias regulatorias que controlan el uso de medicamentos, como la FDA de USA. Desarrollo Profesional. Toda profesión comienza con estudios de pregrado, el alumno debe cumplir con los requisitos de cada curso hasta que completa la curricula que termina en un título intermedio (una licenciatura) o final (un título profesional o doctorado). En el caso de la medicina en nuestro país el título profesional es el de Dr. en Medicina, no implica la presentación de una tesis. En general muchos médicos siguen su formación especializándose en postgrados hasta obtener el título habilitante para ejercer dicha especialidad. Estas son las credenciales mínimas para ejercer la profesión y la especialidad, tanto a nivel público, privado (mutualistas, seguros privados), o la práctica libre. Para muchos profesionales su formación formal termina en esta etapa. Harán cursos de formación continua, asistirán a congresos, siguen la lectura y aprendizaje en forma personal. Esto pasa con la mayoría de los médicos, muchos de ellos, por su capacidad y experiencia clínica, llegan a ser muy buenos profesionales. Desarrollo Académico. En el área biomédica el desarrollo académico puede comenzar temprano en la carrera cuando como estudiante se concursa para ser ayudante en una cátedra, en nuestro país docente grado 1. Además de la docencia el estudiante se integra a líneas de investigación, qué dependiendo de su dedicación y de la calidad académica de los grados superiores, podrá publicar sus primeros trabajos científicos. El futuro académico se va “fogueando” en el aprendizaje del método científico, de la presentación de datos en seminarios, congresos, etc. La culminación de toda actividad científica es la publicación de los resultados originales en revistas científicas arbitradas. En la actualidad en nuestro país existe la posibilidad de hacer una carrera científica y profesional en ciencias biomédicas gracias a instancias como el PEDECIBA (plan de desarrollo de ciencias básicas), el CSIC (comisión superior de investigación científica), la ANII (agencia nacional de innovación e investigación), etc. En este caso el estudiante realiza un master en ciencia y luego un doctorado. Este camino lo hace una minoría de estudiantes de medicina, la gran mayoría siguen el desarrollo profesional y no el académico. Por otra parte la mayoría de los médicos que realizan un desarrollo académico destacado lo hacen en ciencias básicas y no en ciencias clínicas. Las ciencias básicas en nuestro país están adecuadamente desarrolladas y tienen un nivel de publicaciones correcto para el contexto en el cual se desarrolla la actividad científica. Sin embargo, en ciencias clínicas el desarrollo, y el impacto de la investigación original de nivel internacional es casi inexistente, salvo honrosas excepciones. Esto es así porque la Facultad de Medicina no estimula la investigación científica clínica ni la dedicación full-time de sus cuadros clínicos superiores. Para esto se debería cambiar el modelo funcional y pagar salarios acordes. Los clínicos académicos dedican en general las horas de la mañana a la actividad docente, casi nula actividad científica, y en las tardes trabajan en actividades clínicas no académicas. Esto ha llevado al empobrecimiento de la Facultad de Medicina y de los profesionales que forma, en el contexto internacional no existe, y en el contexto Latinoamericano está en los últimos lugares. Hay docentes de grado superior en las materias clínicas que nunca publicaron un artículo original como primer autor en revistas arbitradas internacionales. Esto es inconcebible en cualquier escuela de medicina que aspire a la excelencia. Por otro lado la Facultad de Medicina no esta orientada a la investigación. En una visión miope y empobrecedora, ya que sin investigación de calidad no puede haber docencia de calidad. Cuando fui Profesor invitado en la Psychiatric Clinic of McGill University en Canadá, (en ese momento la primera escuela de mediciana de Canadá y la cuarte de América del norte), pude comprobar cómo se llega a la excelencia. Los estudiantes que comienzan la residencia tienen que dedicar un año a la investigación en un laboratorio o clínica del a Facultad. Durante ese año deben integrarse a proyectos de investigación, aprender el método científico llevando adelante experimentos guiados por un tutor. Luego deben presentar una tesina que tiene que ser aprobada para poder seguir la residencia clínica. La mayoría de estos chicos publican uno o más trabajos científicos fruto de su tarea en investigación, incluso muchos logran obtener el título de Master in Science con los resultados que generaron. Ese año que tuvieron que operar como científicos les cambia su forma de ver la clínica, y los forma y estimula a que siempre tengan un pensamiento de vanguardia. Además de prepararlos para toda su vida profesional a manejar correctamente la bibliografía internacional, escribir proyectos de investigación, escribir trabajos científicos, las bases matemáticas y conceptuales mínimas para plantearse hipótesis y los métodos para desarrollarlas experimentalmente. Yo pienso que esto es esencial en la formación clínica. ¿Cuáles actividades académicas son las que muestran el nivel de desarrollo de un profesional? En primera instancia, y casi en forma exclusiva, su producción científica publicadas en revistas internacionales arbitradas. Luego hay que ver la participación que el profesional en cuestión tiene en esa producción, esto se expresa de forma objetiva: si el trabajo es unipersonal es evidente que va como único autor; si el trabajo es co-producido ser el primer autor en la lista de colaboradores lo destaca como el lugar de mayor jerarquía, ya que el trabajo será citado por este autor (ej Lista Varela A et al,…….). Pero además, es una regla de oro en ciencia que el que más méritos tiene desarrollo de la tarea de investigación en la producción de los resultados y en la redacción del manuscrito ocupa el primer lugar en la autoría. Los directores o profesores de grado superior que firman el trabajo en general van como últimos autores. Y esto también es importante. Cuando uno evalúa la calidad científica de un profesional tiene que considerar también con quién publica. Me explico, no es lo mismo publicar con alguien desconocido que con un premio Nobel de Medicina. Resumiendo: para evaluar la calidad de la producción científica de un profesional hay que ver los artículos publicados, en qué revistas, en cuántos como primer autor, con quién ha publicado, cómo son citados sus trabajos por otros colegas, qué impacto han tenido sus logros en su campo de investigación, etc. “Dime donde publicaste y con quién y diré quién eres” Esta es una máxima en ciencia. Luego de las publicaciones vienen en orden de importancia las posiciones que el profesional ha ocupado en Escuelas de Medicina y/o Laboratorios, Institutos de Investigación, en la Industria Biomédica, etc. Luego vienen los reconocimientos internacionales como los premios otorgados a sus trabajos científicos y/o su trayectoria. Todo lo demás, como presentaciones a congresos, publicación de revisiones, publicación de capítulos de libros, etc, son menores en la evaluación de la calidad profesional de un médico u otro profesional. Aún menores son la participación en cursos, seminarios, etc. Me detengo aquí para contarles una anécdota, cuando tenía 16 años un prestigioso profesor de nuestra medicina me intervino quirúrgicamente. Me impactó en ese momento el número de “papeles” encuadrados que tapizaban todo el corredor que conducía a su consultorio, todo el consultorio también. Es evidente que ese profesor estaba muy orgulloso de su camino por la medicina y su especialidad. Como un pavo real su cola ostentosamente, este profesor mostraba su narcisismo con sus antecedentes. Hoy que yo también soy profesor, me doy cuenta que de esos “papeles” al gran mayoría son papelitos de colores, no tienen ningún valor académico. Yo podría tapizar todo mi apartamento de “papeles” de ese tipo, he asistido a cientos de congresos como panelista, conferencista, presentador de trabajos originales, postres, etc. En cada instancia a uno le dan un “papel” que certifica su participación. Yo ni siquiera los he recogido, incluso en congresos mundiales los he dejado en los hoteles donde me hospedé, ya que no tienen ningún valor académico, si pueden impresionar al que no conoce la actividad académica, como a mí cuando era adolescente, pero no muestran más que ostentación sin valor. Esta introducción es para informar a quién no conoce cómo se evalúan los méritos académicos de un profesional, y por supuesto no engañarse por lo abultado de sus “papeles” en las paredes de su consultorio. Y decidí escribir esto porque estamos rodeados de “chantas” que para sacar provecho del que no entiende muestran como currículo múltiples “papeles” que acreditan su “nivel” científico que no tienen. Lo que sigue es mi CV, lo voy a presentar de tres formas: primero una descripción personal tomada de mi libro “Ciencia de la Felicidad”; segundo mi CV formalmente presentado; y tercero un resumen de mis logros académicos y mis trabajos con la industria farmacéutica (de estos últimos me siento orgulloso, esta industria es de las mas fascinantes, de alta tecnología, de alta inversión en innovación, investigación y desarrollo, y es la que nos permite a los médicos hacer un acto médico impensado sin los medicamentos de los que disponemos). Por supuesto que en mi desarrollo profesional y académico he tratado miles de pacientes, tanto en estudios de investigación clínica como en mi práctica privada. Esta experiencia clínica la tenemos todos los médicos que tenemos décadas de profesión, no significa mérito alguno. La experiencia clínica no es conocimiento, representa sí destrezas que uno va adquiriendo y que son útiles al momento de estar con el paciente. Aunque debo decir también que, además del conocimiento, formación, credenciales académicas, experiencia clínica, un buen médico tiene que ser una buena persona, tiene que tener la capacidad de empatizar con el paciente, lograr un lazo afectivo que despierte confianza y el deseo mutuo de lograr las metas que nos proponemos. Un buen médico debe comprometerse en brindar lo máximo de sí en la relación con su paciente, respetando sus creencias, su visión, y tratando de lograr convertirlo en un vector activo en la gerenciación de su salud y/o enfermedad. Curriculum Vitae del Profesor Dr. Alvaro Lista Varela.