La relación misteriosa entre el pueblo judío y la tierra de Israel

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La relación misteriosa entre el pueblo judío y la tierra de Israel
“Y le dijo el Eterno a Abraham… ‘Alza ahora tus ojos
y mira desde el lugar donde estás en dirección al norte,
al sur, al oriente y al occidente, por cuanto toda
la tierra que puede ver te la daré a ti y a tu simiente para siempre.
Y haré que tu simiente sea numeroso como el polvo de la tierra…
Levántate pues y anda a todo lo largo y a todo lo ancho de la tierra,
porque te la daré’.”
(Génesis 13, 15-18)
La historia del pueblo de Israel, desde sus comienzos, pasando a través de
sus numerosas vicisitudes hasta llegar a nuestros días, está relacionada en forma
entrañable con Eretz Israel (La Tierra de Israel). El proceso de nacimiento del pueblo
está ligado a la partida de Abraham de su tierra natal, Ur Casdim, en dirección a
Canaán, en donde tuvo lugar el Pacto con Dios, y la consiguiente promesa Divina
“daré esta tierra a tu simiente”, promesa que volvió a reiterarse una y otra vez a los
demás patriarcas, enraizándose en la conciencia de los hijos de Israel aún antes de
que se convirtieran en un pueblo.
Eretz Israel es la tierra destinada al pueblo de Israel. El pueblo judío no nació
como pueblo en Eretz Israel, sino que la tierra le fue prometida a sus patriarcas aún
antes de que el pueblo se consolidara, y la promesa fue repetida ante el pueblo a su
salida de Egipto. Es decir, el pueblo judío nació en el camino a su tierra y no dentro
de ella. Más aun, el concepto de tierra prometida no sólo existió mientras el pueblo
se encaminaba hacia ella, sino que se mantuvo vigente cuando el pueblo habitó su
tierra y durante su exilio.
Con el objeto de comprender en forma cabal la relación entre el pueblo de
Israel y Eretz Israel, debemos analizar el concepto de “tierra prometida”. La relación
especial entre el pueblo y su tierra proviene del hecho de que esta tierra le había
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sido destinada, adquiriendo por ende un lugar destacado en la ideología y el
sentimiento nacional del pueblo. Eretz Israel es la patria del pueblo judío.
¿Qué significa “patria”? En el lenguaje cotidiano, esta palabra se usa para
denominar al lugar en el que el individuo ha nacido. Sin embargo, esta definición es
insuficiente e inexacta. El hecho de que alguien haya nacido en cierto lugar, en una
casa, en una ciudad o en un país, no determina que ese lugar constituya su patria.
Los judíos nacieron fuera de Eretz Israel, pero no por ello consideraron en todas las
ocasiones que esos países constituían su patria. Por otro lado, a pesar de no haber
nacido en Eretz Israel, la consideraban su patria. La relación con la patria se basa en
la pertenencia al pueblo y la cultura. La patria es la tierra que sirve de base a la
existencia del pueblo.
La esencia de la relación entre el pueblo de Israel y su tierra es distinta de la
de los demás pueblos con su territorio, y no podemos comparar el lazo que existe
entre las demás naciones del mundo con sus territorios con el lazo que existe entre
el pueblo de Israel y su tierra.
Las demás naciones carecen de un antiguo documento que certifique la
promesa ancestral de la tierra que le fuera destinada. La relación de todos los demás
pueblos con su tierra es puramente material, sin estar sustentada en una relación
espiritual ni poseer un valor de santidad. La relación de todos los demás pueblos se
sustenta en el hecho de que sus antepasados conquistaron un territorio determinado
y sus descendientes lo heredaron, considerándolo su patria. Si la casualidad lleva a
un pueblo a descubrir otra región, o si una familia se traslada a otro país y adquiere
la ciudadanía en el nuevo país, en poco tiempo se rompe toda relación con la patria
original.
No ocurre lo mismo con el pueblo de judío en relación con Eretz Israel, que
posee un documento antiguo, escrito en diversos textos sagrados en el “Libro de los
Libros”.
Y así se establece en diversos textos bíblicos que la tierra de Eretz Israel está
destinada sólo al pueblo de Israel: esta tierra le fue prometida a Abraham Avino: “Y
Te daré a ti y a tu simiente después de ti la tierra de tus peregrinaciones: toda la
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tierra de Canaán” (Génesis 17:8; la Torá repite cinco veces la promesa que Dios le
hizo a Abraham de entregar a sus herederos la tierra de Israel). Y también a Itzjak:
“porque a ti y a tu simiente entregaré todos estos países” (Génesis 26:3). Y luego a
Yaakov: “la tierra donde estás acostado te la daré a tu y a tu simiente” (Génesis
28:13). “Y la tierra que le di a Abraham e Itzjak te la daré a ti y a tu simiente
después de ti” (Génesis 35:12). El otorgamiento de la tierra a Israel constituye el
Pacto eterno que Dios estableció con el pueblo judío.
Dios decidió que cada pueblo de la tierra debía poseer un territorio que
constituyera su patria. Eretz Israel es la tierra destinada al pueblo de Israel.
¿Por qué justamente Eretz Israel? Esta pregunta no surge con respecto a
otros pueblos. La relación especial de Dios hacia el pueblo de Israel es la que origina
la pregunta, ya que esta relación determina que el lugar elegido posea también
características especiales. Es en este contexto que debemos comprender la
pregunta. El principio de la santidad, ¿deriva acaso del reconocimiento del ser
humano y su conducta, o quizá la Torá atribuye a Eretz Israel una calidad especial?
¿Posee acaso Eretz Israel una “santidad propia”, o esta santidad proviene de
razones religiosas y morales que le son exteriores?
¿Cómo podemos explicar el carácter especial de Eretz Israel y el hecho de que
haya sido destinada al pueblo de Israel?
La relación creada entre el pueblo judío y la tierra de Israel es una de más
extrañas e interesantes que se hayan producido en la historia humana. Esta relación
nunca se basó en forma exclusiva en las conquistas de una tribu que buscara una
tierra adecuada. La relación entre el pueblo judío y la tierra de Israel se basa, en
cambio, en la elección y la promesa de Dios. No es el pueblo judío el que eligió esta
tierra, sino que ésta le fue destinada por Dios aún antes de que se consolidara su
existencia como pueblo. Parecería imposible explicar la relación del pueblo judío
hacia la tierra de Israel sobre la base de las características físicas de la tierra. Eretz
Israel no es grande, ni posee abundantes riquezas, ni ríos caudalosos o cumbres
elevadas.
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La relación con la tierra fue el hilo conductor que pasó de generación en
generación, también en las épocas en las que el pueblo estaba lejos de la tierra,
desperdigado entre la multitud de naciones. La relación con la tierra constituye ka
raíz misma del pueblo, y son numerosas las fuentes que hacen referencia a ella.
Es posible explicar que la relación con la tierra se basa en la elección y la
decisión de Dios (relación religiosa, teológica); se puede justificar nuestra relación
con la tierra sobre la base de versículos bíblicos; y del amor profundo que se
estableció entre el pueblo y la tierra a través de las generaciones (relación histórica).
Podemos explicar la relación entre el pueblo y la tierra sobre la base de conceptos
místicos (relación mística). O sostener que la relación entre los judíos y la tierra de
Israel no expresa la relación entre el individuo y su patria, sino la pertenencia
colectiva del pueblo de Israel a su tierra.
Es posible explicar la correspondencia entre el pueblo y la tierra de Israel
sobre la base de consideraciones religiosas y místicas u otras, pero aun así la
verdadera relación entre el pueblo y su tierra seguirá siendo un eterno misterio.
Rabino Eliahu Birnbaum
Extraído de Más allá del versículo. Editorial Fin de siglo, Uruguay, 1995. Pp.33-37
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