VII Congreso Centroamericano de Historia Tegucigalpa, Honduras 19 al 23 de julio 2004 Arqueología, Historia y el Pueblo de Indios de Ticamaya, Honduras Kira Blaisdell-Sloan Candidato Doctoral Department of Anthropology 232 Kroeber Hall University of California at Berkeley Berkeley, CA 94720 EEUU [email protected] Extracto: El pueblo de Ticamaya era un pueblo de indios que estaba importante en el Posclásico y sobrevivía hasta el empiezo del siglo XIX. La duración de ocupación de Ticamaya significa que el pueblo nos da una oportunidad ideal para explorar el proceso de colonialismo desde un punto de vista indígena. En 2001 y 2003, hicimos excavaciones arqueológicas en los restos del pueblo de Ticamaya. En esa ponencia, discutiré lo que puede añadir la arqueología a nuestro entendimiento de la vida social de gente indígena durante la época colonial a lo que podemos obtener de los documentos coloniales . En esa ponencia, hablaré de algunos de las cuestiones que he encontrado en mis investigaciones sobre el pueblo de Ticamaya, un pueblo de indios en el río Ulúa, en el Norte de Honduras. Estas investigaciones utilizan ambos la arqueología y la historia documentaria. Me centraré hoy en dos cuestiones fundamentales en mis investigaciones. Primero, hablaré de la importancia de entender la situación del pueblo de Ticamaya, y otros pueblos de indios en América Central. Segundo, hablaré de como podemos entender estos pueblos, y lo que puede añadir la arqueología a lo que sabemos de la historia documentaria. Antecedentes Históricos El pueblo de Ticamaya1 era un pueblo de indios que estaba importante en el Posclásico y sobrevivía hasta el siglo XIX. Ticamaya estaba ubicado en el valle del río Ulúa cerca del Lago de Ticamaya, un poco afuera de la ciudad moderna de San Pedro Sula (Figura 1). Cuando vinieron los españoles a Honduras en el siglo XVI, no daban mucha importancia al valle del río Ulúa, donde no se podían conquistar ni poblar para mas de diez años. El pueblo que capturaba la mayoría de la atención de los españoles en la área era el pueblo de Naco, en el Valle de Naco, un poco fuera del valle del río Ulúa (Chamberlain 1953). Con una población grande y denso, por supuesto hasta 10,000 personas (estimando por Montejo en base del dicho de Hernan Cortes que había en Naco por lo menos 2000 casas [Henderson, Sterns, Wonderley and Urban 1979: 171; Newson 1986: 52]), y con arquitectura especializada como un campo de pelota y un templo, Naco tenía todas las 1 Ticamaya también era notado en un documento de 1536 como Quitamay, y Newson (1987:58) lo ha encontrado en documentos como Ticamay. 2 marcas de centralización que los españoles habían encontrado en México en ciudades poderosos (Wonderley 1981). A la misma vez, los pueblos del río de Ulúa quedaban siempre en guerra contra los españoles, mientras que la gente del valle de Naco y sus vecinos estaban en paz (Chamberlain 1953; Sheptak 2004). Por eso, los españoles concentraban su tiempo y su energía haciendo una alianza con la gente de Naco. Además que ser de paz la gente, en el valle de Naco los españoles encontraban oro (Newson 1986: 112), algo no encontrado en el río Ulúa. Por todas estas razones, no encontramos muchos documentos tempranos que hacen mención de pueblos en el río Ulúa, como Ticamaya. Dentro de poco tiempo, en los documentos que escribían los españoles sobre la área Ticamaya apareció como un centro de rebelión, y los españoles les escribieron para ayuda en defenderse de esta insurrección indígena (Chamberlain 1953 Joyce 1991:16). En particular, los documentos dicen que el Cacique de Ticamaya, un “Gran Señor” quien se llamaba Cisumba reunió todos los pueblos en el río Ulúa para derrotar los españoles y removerlos de la área (Chaimberlain 1953; Joyce 1991:16; Sheptak 2004). La insurrección duraba más que diez años hasta 1536, pero por fin, después de una gran batalla en que la gente del río Ulúa recibió ayuda de una armada de guerreros del Yucatán, los españoles tuvieron éxito en pacificar los indios (Chaimberlain 1953; Sheptak 2004), y la gente indígena, incluyendo el Gran Señor Cisumba, se convirtió a ser cristianos y se comenzaron sus vidas como buenos ciudadanos coloniales (Sheptak 2004). Después de pacificación, hay pocas notas en los documentos sobre el pueblo de Ticamaya. La mayoría que hemos encontrado enfocaron en el pueblo como una fuente de tributo, y indican que el pueblo se contrajo drásticamente después de pacificación. En 3 1582 había un informe sobre tributo de los indios de Honduras que indica que Ticamaya solamente tenía ocho indios que pagaban tributo2 (Leyva 1991:68). Doscientos años más tarde, en 1781 los documentos indican que la demografía ha cambiado. El censo indica que solamente había seis familias de indias y diez familias ladinos; una población total de cuarenta personas.3 ¿Qué Nos Puede Decir un Estudio de Ticamaya? Aunque los documentos indican que el pueblo de Ticamaya nunca estaba muy grande, y que, después de la rebelión, no es muy visible en la historia documentaria de Honduras, Ticamaya nos da una oportunidad excelente para mejorar nuestra comprensión de la historia de Honduras, y más generalmente de Centroamérica. Usando datos documentarios y arqueológicos, el estudio de Ticamaya tiene la potencial a iluminar la historia más general en tres maneras importantes. Primero, Ticamaya nos provee una oportunidad de mejorar nuestra comprensión de la organización política de la vida indígena Hondureña en el momento de contacto y en los primeros años de contacto. En el modelo que ha estado aplicado a ese parte de Honduras, el pueblo que era lo más grande y centralizado, Naco, controló los pueblos pequeños que estaban en el río Ulúa. Ese control se preve en terminas de producción y intercambio de larga distancia (por ejemplo Fox 1987: 232, 280; Henderson et al 1979; Newson 1986:122; Wonderley 1985; 1986). 2 Generalmente, solamente hombres adultos pagaban tributes. Por eso, cuando dice que había ocho indios que pagaban tributo podemos estimar que había una población entre 20 y 50 personas en total. 3 Fuente original AGCA (A31) 1305-22217 – fotocopia recibido de William V. Davidson 4 Si analizamos la secuencia de eventos cerca la rebelión comandado por el cacique de Ticamaya, Cisumba, la organización política parece bastante diferente. Cuando el río Ulúa estaba en rebelión, y los españoles tuvieron que huir para sus vidas, los españoles se fueron a Naco (Chamberlain 1953; Joyce 1991: 16). Esta situación indica que los pueblos en el río Ulúa eran capazes de hacer decisiones diferentes que los que hacían la gente de Naco, y que Naco no tenía el control que ha estado asumido. La capacidad de Cisumba y la otra gente del río Ulúa a evocar guerreros de Yucatán a ayudar en la lucha contra los españoles al mismo tuempo que la gente de Naco guardado los españoles indica la independencia que tenía la gente del río Ulúa en maneras de comercio y conexiones sociales de larga distancia. Además, parece que el cacique de Ticamaya tenía influencia sobre los otros pueblos en el valle. Todos los pueblos en el valle estaban parte de la insurrección, pero es muy claro que en los ojos de los españoles el problema era Cisumba (Sheptak 2004). El modelo de organización política que emerge de este análisis es uno en que había una organización política colectiva que podía ser movilizada pero no fue físicamente centralizado o asociada con un lugar central. Eso no es decir que Naco no era un lugar importante. Con hasta 10,000 habitantes es claro que fue. Pero los eventos que pasaron en la conquista indican que no tenía control del río Ulúa, mas que había un otro sistema político allí. Ese cambio de modelo es importante en clarificar nuestro comprensión de la situación social y política en el Norte de Honduras, pero más que eso nos da un recordatorio que no podemos mover los modelos de organización política de las áreas mejor documentadas (como México y Guatemala) a América Central. También nos da un 5 recordatorio que tenemos que analizar lo que dicen los documentos sobre la organización indígena en Centro América cuidadosamente, porque especialmente en los primeros años, ellos estaban haciendo interpretaciones con información incompleta, y hacían sus interpretaciones a través sus experiencias en los primeras partes que conquistaron. La segunda área que en que el estudio de Ticamaya es importante es en ayudarnos entender el proceso de colonialismo desde un punto de vista indígena. Sabemos de los documentos lo que Ticamaya ya estaba, cuando vinieron los españoles. También sabemos que el pueblo continuaba a estar poblado por los menos hasta el siglo XIX. Esa continuidad de ocupación tan larga no es tan común en una área donde guerra, enfermedades, esclavitud, y reducciones hacían un paisaje indígena que continuamente estaba cambiando en la época colonial (vea Newson 1986 y Sherman 1979). Por eso Ticamaya no solamente nos ofrece información sobre un punto en la historia de Honduras como la conquista, pero tiene la potencial a informarnos sobre el proceso más grande, y como fue efectuado a través las generaciones en un grupo de indios en particular. Nos provee un ejemplo de la variedad de estrategias usado a responder a los desafíos que siempre estaban cambiando en la época colonial, y una oportunidad a entender los efectos de las opciones que hicieron a través del tiempo. Tercero y finalmente, el estudio de Ticamaya nos da la oportunidad a entender como fue la vida social para gente indígena que estaba en el campo en Honduras durante la época colonial. Por lo general asumimos que después de la conquista la vida social indígena fue bastante interrumpida (vea por ejemplo Newson 1986: 122). Es claro que esta es verdad en algunas maneras, pero realmente no sabemos cuales partes de la vida 6 cambiaron y cuales estaban mantenidos. ¿Había intercambio y socialización indígena de larga distancia después de la conquista? ¿Hasta cuando? ¿Como fueron las relaciones entre Naco y Ticamaya después de la conquista y sus posiciones tan diferentes sobre los españoles en el momento critico? ¿Y como eran las relaciones entre los españoles, los esclavos africanos y la gente indígena de Ticamaya y otros pueblos en la área después de la conquista? Estas preguntas son particulares, pero al mismo tiempo nos ayudan a entender la situación más general porque nos ayudan a entender los tipos de opciones que tenía la gente indígena en ese parte de las Américas y los tipos de decisiones que hacía. Arqueología, Historia y Encontrando el Pueblo de Indios de Ticamaya Las investigaciones históricas sobre Ticamaya están en curso. Estas investigaciones son un trabajo colectivo entre Russell Sheptak, Rosemary Joyce y yo, como un continuación de investigaciones comenzados por Sheptak en los años ochentas (Sheptak 1983). Entre los archivos en Guatemala y en España y los documentos ya publicado Sheptak y Joyce han encontrado bastantes documentos que tratan el valle del río Ulúa, y específicamente el pueblo de Ticamaya, que nos permitan a vislumbrar momentos en la historia de Ticamaya. Esos documentos son inestimables, pero por lo mayoría, no tratan en detalle la vida ordinario de gente indígena en Ticamaya o cualquier otro pueblo en ese parte de Honduras, especialmente en la época colonial más tarde. Comenzando en 2001 y siguiendo en 2003, hice excavaciones arqueológicas en el sitio arqueológico CR337, el sitio que fue identificado como los restos del pueblo de Ticamaya por Sheptak, según las descripciones en documentos coloniales (Sheptak 1983). En total colectamos 515 muestras de pozos de sonde pequeños sobre una área de 225 por 7 140 metros, o 3.15 hectáreas. Hicimos excavaciones intensivas en cinco áreas de habitación. También tenemos una muestra de una casa más, excavado por Anthony Wonderly en 1983 (Wonderley 1984). Todas estas muestras son de contextos domésticos, y incluyen varios materiales comunes incluyendo los restos de arquitectura de bajareque, cerámica domestica y ritual, lascas y puntas de obsidiana, huesos de animales, conchas, semillas quemadas y otros materiales menos comunes como pesos de la pesca, un gancho de pescado de cobre, parte de una rueda de huso, algunas cuentas, un poco de vidrio del siglo XIX y un tiro de plomo, talvez del siglo XIX también. ¿Que puede añadir estos artefactos tan ordinarios a lo que sabemos de Ticamaya de la historia documentaria? La respuesta es: con la perspectiva teorética correcta y datos buenos, mucho. El análisis arqueológico que hemos hecho sobre Ticamaya esta basado en teorías de práctica y del poder de gestión humana (Bourdieu 1977; Dobres and Robb 2000; Giddens 1979; Loren 2001; Ortner 1984; Silliman 2001; Wilkie and Bartoy 2000). Según estas teorías, las practicas ordinarias en que gente ocuparse pueden ser interpretados como los resultados particulares de decisiones activos y pasivos que gente hace como individuos o grupos, y son estas practicas ordinarias y los cambios de practica que hacen individuos que mantienen y cambian cultura en general. En mi interpretación de teorías de practica y del poder de gestión humana, las decisiones que gente hace son influidos por los presiones en conflicto de identidad, experiencia, deseos personales, conexiones sociales y valores de la persona o personas haciéndolas, especialmente cuando las decisiones son políticas, o tienen implicaciones políticas 8 (Hastorf 2001; Meskell 1999; Twinam 1998; Wilkie and Bartoy 2000). Mientras algunas decisiones son políticas, también hay otras decisiones que gente hace porque no les parecen como decisiones, porque gente nunca ha visto estas acciones como teniendo alternativas (Bourdieu 1977; vea también Sommer 2001). En termas sociológicas prodigados por Pierre Bourdieu (1977) esta se llama “doxa” y en situaciones de colonialismo es particularmente importante. Cuando vinieron los españoles, los españoles trajeron una “doxa” bastante diferente que la que tenía la gente indígena. Esta es importante por dos razones. Primero, el concepto de “doxa” depende en no ser conciente de opciones, y cuando gente ve otras que hacen cosas diferentes se puede convertir decisiones que antes no serían una causa de pensar porque eran “doxicas”, para tener la potencial a ser decisiones políticas (Loren 2001; Silliman 2001; Sommer 2001). Segundo, mientras algunas de las acciones “doxicas” son públicas en cualquier sociedad, otras son más privadas, o por lo menos, menos obvio a gente afuera de la casa. Por eso si veamos cambios en practicas domesticas que son fundamental y más o menos privado, indica una familiaridad con otras “doxas” sea de españoles, africanos o grupos de indios de tierras lejos, y sugiere que las interacciones estaban bastante íntimos (Lightfoot et.al. 1997). Los contextos arqueológicos que encontramos en Ticamaya son ideales para un análisis basado en teorías de práctica que enfocan en el poder de gestión humana. Como dijo antes, tenemos una muestra de seis áreas que tienen los restos de casas. En tres de estas seis áreas, nuestra muestra incluye las áreas de la preparación de comida, una área de actividad que típicamente es una característica cultural “doxica” (Lightfoot 9 et.al. 1997) Los contextos sedimentarios que tenemos en Ticamaya son muy buenos. Cuando estaba ocupado el sitio estaba ubicado a la confluencia de dos ríos activos y fue inundado regularmente. Por eso, es claro donde empieza un nivel cultural y donde termine, y tenemos capas de materiales muy finas. También, parece que la gente de Ticamaya tenía una tradición de construir y reconstruir sus casas en el mismo lugar a través los años. En una área encontramos tres niveles distintos con arquitectura, y en todas las áreas encontramos evidencia que el mismo lugar estaba usado por actividades similares a través del tiempo. La continuidad de uso y el hecho de que Ticamaya tiene contextos intactos y claros es importante porque nos da la capacidad a hacer un análisis comparativo ambos entre varias casas en cualquier momento y entre la misma casa a través de las generaciones. Para entender el efecto de la poder de gestión humana particular de diferentes familias en Ticamaya-- es decir las consecuencias de las decisiones que hacían familias específicas en una generación a las vidas de sus descendentes—las tradiciones de construir casas en el mismo lugar será inestimable. Por ejemplo, en la área que se llama Operación 1, hay una distinción muy claro entre los depósitos bajo de 50 centímetros y los arriba de 50 centímetros. Bajo de 50 centímetros, donde la arquitectura es de bajareque, hay obsidiana, cerámica policromo, y cerámica “ritual” (incensarios). Arriba de 50 centímetros, donde la arquitectura tiene postes cubiertos en cal, no hay incensarios u otras cerámicas rituales, y no hay obsidiana. En una otra área donde también tenemos evidencia de arquitectura que usa postes cubierto en cal, Operación 4, esta distinción no esta tan claro. Obsidiana y cerámica policromado 10 estaban presente muy cerca de la superficie, mas alto (de temporal más adelante) que y al mismo profundidad que los postes cubierto en cal. Todavía no tenemos las fechas absolutas de estos contextos, pero el hecho que no pudimos encontrar referencia a otros ejemplos de postes cubiertos en cal en la literatura de esta área sugiere que es un estilo de construcción colonial. Hemos usado el análisis de XRF para saber los fuentes de la obsidiana, y todos las materiales más joven o del mismo edad que esta estructura en Operación 4 fueron importado de Guatemala, y es posible que la cerámica también fue importada, aunque eso no es tan claro. Si es verdad que estos contextos ambos son coloniales, indica que la transición a colonialismo afectaba diferentemente a familias diferentes en Ticamaya. Si eso fue el resuelto de decisiones hechas por estas familias en los años cerca de la conquista, o si solamente fue la suerte en los contactos que tenían los miembros de estas familias que sobrevivo la conquista, nunca podemos saber por seguro. Pero el análisis de los otros materiales puede clarificar esta cuestión un poco más, y más importante, nos dar otras avenidas a explorar como afectaron las decisiones, oportunidades, y suerte de una generación a sus descendientes. El análisis de las diferencias y semejanzas entre los artefactos (y las prácticas ordinarias que indican) en casas diferentes en varios puntos particulares del tiempo, nos dará una impresión de la vida ordinario y la estructura social adentro de Ticamaya, y como cambiaba a través de la época colonial. Por ejemplo, en todas las excavaciones en Ticamaya solamente hay una casa donde hemos encontrado cerámica en el estilo española (mayólica y otras). Estos materiales vinieron de la casa que excavó Wonderley en los años ochentas. La fecha de la cerámica parece ser al fin del siglo 11 XVIII (Wonderley 1984), más o menos la misma fecha del primer censo que indica que había indios ladinos viviendo en Ticamaya y además que los ladinos estaban una mayoría. Eso es interesante en dos respectos. Es interesante porque da apoyo a lo que dicen los documentos. Parece que había por lo menos una familia que estaba viviendo en una manera consistente con algunos ideales españolas. Pero es interesante también que solamente encontramos una casa que tiene cerámica española. Es posible que sea una cosa de suerte y solamente es que nuestras muestras no encontraron la cerámica española. Pero los documentos indican que la mayoría de residentes en 1781 eran ladinos, y en la casa donde había cerámica española, había bastante. También es posible que todas las otras familias ladinas vivieran afuera de las áreas donde muestreamos. Esta posibilidad indica que debemos considerar cuestiones de comunidad, relaciones entre los indios “ladinos” y los indios “tradicionales.” Para hacer eso tenemos que examinar otros materiales de la misma época para ver cuanto intercambio material había entre esta casa que parece ladino y las otras que no tienen ninguna material obviamente de una fuente española. Los materiales arqueológicos que tenemos también mejoran nuestro entendimiento de la organización política de la vida indígena en el norte de Honduras en el momento de contacto y en los primeros años de contacto en varias maneras. Primero, todo o casi todos los materiales líticos que encontramos son de obsidiana, y todos los líticos que pueden ser identificados como cualquier tipo de herramienta son de obsidiana. Aunque si incluimos materiales de silex que pueden ser artefactos o pueden ser piedras naturales, hay una porcentaje más alta de obsidiana en Ticamaya 12 (como proporción de obsidiana y silex) que en Naco, o los otros sitios del Posclásico Tardido conocidos en el norte de Honduras (Wonderley 1981; Schortman and Neff N.D.). Según nuestro análisis de los fuentes de la obsidiana de Ticamaya, casi toda la obsidiana fue importado de Guatemala4, con un porcentaje pequeño que venia de otros fuentes, incluyendo el norte de Honduras. Según un análisis de las técnicas de fabricación de las herramientas en Operación 1, todas las etapas de fabricación están presentes (Stainbrook 2002). Juntos, esta evidencia suporte la interpretación de los documentos, que Ticamaya tenia líneas de intercambio seguros e independientes de otros sitios como Naco. Comentario El análisis final de los artefactos excavados de Ticamaya todavía no esta completo. En particular todavía no tengo las fechas de los varios depósitos arqueológicos, y por eso todavía no puedo dar mis interpretaciones finales, o hacer todos los comparaciones que quiero hacer. Aunque no tengo todo los datos todavía hay algunas cosas que el estudio de Ticamaya ya nos dice. Primero, ese estudio recuérdenos que lo que nos han dicho Inga Clendinnen (1987) y Grant Jones (1998) sobre la área maya es verdad en Centro América también: relaciones y intercambio entre en las comunidades indígena continuaban a ser muy importante durante la época colonial, y no solamente en la época colonia temprana. Es importante a tratar de comprender como eran vidas indígenas en estos tiempos tan 4 Interesantemente, Ixtepeque, el fuente de obsidiana que usaban la gente de Ticamaya en Guatemala, es muy cerca de la Ciudad de Guatemala donde perece que vinieron la mayólica que tenían los residentes de Ticamaya en el siglo XVII. 13 complicados porque nos informan sobre historias particulares e interesantes, y también sobre el proceso de colonialismo. Cuando estas historias de la vida social de gente indígena no son evidentes en los documentos, la arqueología nos da otra oportunidad a clarificar situaciones. Segundo, los datos arqueológicos preliminares de Ticamaya indican que las situaciones de familias indígenas pueden ser bastante diferentes, aunque en el mismo pueblo. Eso es importante a recordar, especialmente cuando los documentos tienen la tendencia a referir a gente indígena no como individuos, pero como una categoría, y típicamente una categoría que no tiene poder de gestión humana. En eso también, a veces la arqueología será la única manera que podemos encontrar la variación y la poder de gestión humana que tenía gente indígena. Eso especialmente es verdad en América Central, donde no hay documentos escritos directamente por gente indígenas (Verdesio 2001). Finalmente ese estudio ya lo hizo claro es que la gente de Ticamaya era un gente que tenía un sentido de su poder de gestión humana muy fuerte. Eso es indicado en su reacción a la conquista, y su buena voluntad a hacer guerra para más que una década. Pero había bastantes pueblos indios que se rebelaron en la historia de América Central. Lo que no es tan común, y es el testimonio más fuerte del poder de las convicciones y la eficacia de las decisiones que hacía la gente de Ticamaya, es que su pueblo, su comunidad, duraba. 14 Reconocimientos Ese proyecto no sería posible sin el permiso y el apoyo del Instituto Hondureño de Antropología e Historia y todos de su personal tan profesional, servicial y amable. También, como ese proyecto es un proyecto colectivo, quiero dar reconocimientos a mis colaboradores Rus Sheptak y Rosemary Joyce. Los fondos para ese proyecto son de Wenner-Gren (GR 6971), El Nacional Science Foundation (BCS-0233057), El Tinker Fund, El Stahl Grant y El Lowie-Olsen Fund. Finalmente, como cualquier otro proyecto arqueológico, nada estuviera posible sin el trabajo de todos los trabajadores y voluntarios me han dado tanto de su tiempo. 15 Referencias Bourdieu, Pierre. 1977 Outline of a Theory of Practice. Cambridge University Press, Cambridge. Chamberlain, Richard S. 1953 The Conquest and Colonization of Honduras, 1502-1550 598. Washington, Carnegie Institution of Washington. Clendinnen, Inga. 1987 Ambivalent Conquests : Maya and Spaniard in Yucatan, 1517-1570. Cambridge University Press, Cambridge. Dobres, M.arsha-Anne and. John Robb (editors). 2000 Agency in Archaeology. Routledge, New York. Fox, John W. 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