Los Orígenes del Pueblo Vasco

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Los Orígenes del Pueblo Vasco
Mil enigmas históricos con una solución lógica
Los orígenes históricos o prehistóricos de la Lengua y del Pueblo Vascos
han apasionado en los últimos tiempos a múltiples investigadores y también
estimulan la curiosidad, el interés y el entusiasmo del hombre de la calle.
¿Quiénes son los vascos?
¿De dónde proceden los vascos? ¿Son de verdad, como se viene repitiendo,
los primeros pobladores de Europa, anteriores a los arios o indoeuropeos? ¿O bien
constituyen un pueblo invasor procedente de lejanos e ignotos países?
Premisas bien conocidas
En primer lugar, la lengua vasca, al igual que otras conocidas excepciones
muy concretas (húngaro, finés, lapón,...) constituye un islote en un mar de idiomas
indoeuropeos (latín, griego, germánico, eslavo, celta,... y todos sus innumerables
derivados y dialectos entre los que destacan el inglés, español, alemán, francés,
italiano, ruso, polaco, gaélico, etcétera,...).
En segundo lugar, una población o un idioma arrinconados por invasiones
posteriores debería ubicarse en valles inaccesibles o en islas o penínsulas
apartadas de los lugares de paso (por ejemplo, la Bretaña francesa, Cornualles,
Malta, Escocia, Escandinavia,...) o bien pertenecer a una población perfectamente
definida (los casos de Hungría o de Laponia).
En cambio, el euskera está centrado precisamente entre un paso pirenaico –
Roncesvalles – y la costa cantábrica, lugares ambos de fácil acceso y camino
preferente para viajar entre Hispania y el resto de Europa. En la actualidad nuestra
lengua se habla en todos los pueblos de Guipúzcoa, en las zonas más bien rurales
al este de Vizcaya, en un área muy reducida de Álava y en las comarcas
noroccidentales de Navarra, eso, por parte española y con alguna medida en las
regiones francesas de Baja Navarra, Lapurdi y Zuberoa.
En tercer lugar, se han descrito coincidencias en muchos vocablos del
euskera o vascuence con otros de lenguas antiguas, escritas pero hoy
desaparecidas, como el ibero y el etrusco. Por cierto que el euskera está sirviendo
como “piedra rosetta” para descifrar frases en esos idiomas. En concreto, gracias
al euskera se va conociendo el sentido de diversos textos ibéricos, antes leídos pero
no descifrados.
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Nuevos hallazgos
En los últimos años se ha comprobado que el análisis bioquímico de los
individuos (el grupo sanguíneo, el rH, el halotipo HL4, etc.,....) permite averiguar
la paternidad o el parentesco que existe entre diferentes personas, sin error,
encuadrando tanto a sus poseedores como a las razas a las que pertenecen y así
relacionarlos con las de otros grupos vecinos.
Además existe una joven ciencia – la glotocronología – que, comparando las
raíces de las cien o ciento cincuenta palabras más usuales de dos idiomas diferentes
y aplicando una sencilla fórmula matemática (prof. Gabriel Carretié) permite
averiguar el tiempo que ha transcurrido desde que se han separado de un idioma
común.
En Bioquímica también se utiliza un método semejante para saber el
momento en que una especie animal o vegetal se desdobló en dos diferentes: por
ejemplo, los mamíferos entre sí o los distintos grupos de primates; para ello se
elige, en vez de las raíces de las palabras, el marcador o reloj biológico adecuado
(citocromo c, hemoproteínas, hormonas, etc,...).
Enigmas y paradojas evidentes
Algunas paradojas inexplicadas (no inexplicables) son la carencia en
euskera de nombre para el árbol más ubicuo y cuasi nacional: el haya (Fagus
selvatica, es latino). También resulta chocante que pesebre en vascuence sea
gambel y camello gambelu. ¿Será que para abrevar a un camello hay que verter el
agua en un pesebre? Otro vocablo llamativo es que el perro en euskera se llame
txakur y el vocablo africano equivalente sea txakal. Y, por supuesto, esos tres no
son ejemplos únicos o esporádicos.
Otro enigma llamativo es que el País Vasco es la única región española que
no se romanizó, aunque los romanos iban libremente a tomar las aguas de Cestona
o embarcaban mármoles desde Plencia. Es más, las tribus celtas vecinas – los
várdulos y los caristios – en vez de latinizarse con el Imperio Romano, se
vasconizaron (¿?).
Otras preguntas incontestadas son: ¿Por qué los pastores vascos, cuando van
a Norteamérica o a Australia prefieren siempre cuidar ovejas en vez de vacas? ¿Y
por qué las brujas de Zugarramurdi rinden culto precisamente al macho cabrío?
Nuestro rH es negativo en un 17% de los individuos (yo soy portador de ese
rH y mi mujer, con 16 apellidos vasco-navarros, también) y estas cifras sólo son
superadas en todo el mundo por los beréberes de Túnez que lo tienen negativo en
un 18 % (Martín de Ugalde).
¿Por qué el nombre de los objetos cortantes empieza en euskera por la
partícula aitz-( roca, piedra) como aitzkora (hacha), aitzur (azada), aitzo (cuchillo,
navaja),... cuando lo que mejor suele cortar son los filos metálicos de las
herramientas?
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Interpretación histórica
La hipótesis que desarrolló Gabriel Carretié después de más de 30 años de
estudios y que se va confirmando, paso a paso, con incontables investigaciones
posteriores, dispares en sus métodos y orígenes pero concordantes en los
resultados, es la llamada hipótesis vasco-beréber.
Según esta teoría los éuskaros (en beréber, éuskaro significa militar o
soldado) constituirían las tropas auxiliares que acompañaron a Aníbal y a
Asdrúbal en la Segunda Guerra Púnica.
En efecto, después de sitiar y destruir Sagunto – ciudad aliada de Roma – y
de cruzar el Río Ebro con sus numerosos elefantes, el caudillo cartaginés se
decidió a atacar a Roma, para lo cual tenía que atravesar los Pirineos y los Alpes.
Como las tribus hispanas del norte del Ebro eran adictas al naciente Imperio
Romano, Aníbal se trajo a sus aliados, los pobladores beréberes de Túnez, como
tropas auxiliares y les entregó las armas de hierro que aún no conocían. Los dejó
guardando los pasos pirenaicos (desde el Atlántico hasta Roncesvalles por el oeste
y probablemente en Le Perthús al este), por si tenía que volver huyendo de Roma y
no quería tropezarse con las tribus celtas, sus enemigas. Esto ocurrió el año 208
antes de Cristo, es decir, en plena época histórica de nuestro país.
En cambio, sabemos que los primeros pobladores de la Península Ibérica
fueron los iberos y después los celtas (que trajeron sus armas metálicas); por tanto,
los vascones fueron invasores posteriores; no constituían la población autóctona
primitiva, como se viene reiterando de forma machacona. Su gran problema, que
ha coleado hasta los siglos XVIII y XIX, es que no se latinizaron, ni alfabetizaron,
por lo que nunca escribieron su propia historia ni tampoco llegaron a adaptarse por
completo al mundo cultural hispano-romano. Por ejemplo, los carros de bueyes y
de ruedas macizas apenas han evolucionado con el paso de los siglos.
Analogías lingüísticas y culturales
Los iberos de Hispania y los etruscos de Italia son también pueblos camitosemíticos parientes biológicos de los actuales beréberes norteafricanos ¡y de los
vascones! Y, como decía antes, los escritos ibéricos y etruscos, leídos desde hace
bastantes años, se empiezan a descifrar utilizando el euskera como referencia. Así,
los vocablos arán y nava (valle), borda (cabaña), ur (agua), ama (madre), erri
(pueblo), anai (hermano), basa (salvaje) y otras mil palabras sencillas son
idénticas en euskera, en ibero ¡y también en etrusco!
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Comprobación glotocronológica
Mediante las investigaciones de esta moderna ciencia, aplicándolas a dos
idiomas y, utilizando para ello las analogías y paralelismos estudiados por Antonio
Tovar, se puede establecer con buena aproximación el tiempo transcurrido desde el
que se distanciaron o diferenciaron a partir de un idioma común. Aplicando la
fórmula adecuada, con las cifras obtenidas por Carretié, se calcula que el beréber y
el euskera se separaron hace unos 2200 años, lo que coincide con la Segunda
Guerra Púnica. Además, según Antonio Tovar, las analogías entre el euskera y el
beréber de Túnez son mayores que con el beréber hablado en Marruecos. Esto
confirmaría que la emigración vasca pudo ir directamente desde Cartago a Cartago
Nova (Cartagena), sin pasar necesariamente por Gibraltar ni recoger tropas de las
zonas intermedias.
Yo pienso que los hermosos palmerales de Elche, por ejemplo, los del
Huerto del Cura, son hijos de las semillas de los dátiles africanos con los que se
alimentaban los vascones del ejército cartaginés.
Apoyos de esta tesis
Esta tesis, que requiere un estudio más razonado y profundo, explicaría que
el idioma vasco tenga nombre específico para el camello (gambelu) y que el
pesebre (gambel) sea el recipiente en el que bebe el camello, puesto que el agua
extraída de un pozo, si se vierte en el suelo arenoso se desperdicia y por ello se
requiere un recipiente adecuado que la retenga.
El euskera carece, como hemos dicho, de nombre para el haya porque ¡en
Túnez no hay hayas! Además, como pueblo pastor, especialmente de cabras y
ovejas, tiene nombre para el perro (txakur) y no para el gato, propio de los pueblos
agrícolas (ya que los defiende de los ratones que comerían el trigo) (katúa es
nombre latino, Felix catus).
La compenetración y el adiestramiento perfecto entre el pastor de las ovejas
y su perro resultan proverbiales, aún hoy, entre nuestros pastores vascos.
Conceptos claves, tales como rey (errege) o rueda (errota), han sido tomados
directamente del latín.
Por último, nuestras brujas han rendido un culto ancestral al macho cabrío
(Zugarramurdi).
Seguimos con la historia
Perdida la guerra por los cartagineses, éstos se retiraron a Túnez dejando
abandonadas a sus tropas auxiliares entre Roncesvalles y el Mar Cantábrico,
viviendo en precario y con el odio de las tribus autóctonas de origen celta, propias
de la zona. Los éuskaros resolvieron su delicada situación y su incierto futuro,
jurando entonces fidelidad y lealtad a Roma, aliándose con los vencedores y
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recibiendo de ellos armas, autoridad sobre las tribus vecinas (que aprendieron
vascuence en vez de latín) y sueldos militares. Precisamente su profundo amor a
Roma les llevó odiar y resistir siempre a los Visigodos porque habían destruido a
su querido Imperio Romano.
Con esta ayuda los colonizadores romanos se habían ahorrado el establecer
legiones desde Estella hasta el Mar Cantábrico. Y por esta razón no se latinizó el
saltus vasconum y hasta los celtas dominados (várdulos y caristios) - como hemos
dicho antes – tuvieron que vasconizarse.
Digo esto porque el valle del Ebro está lleno de villas y puentes romanos,
entre otros recuerdos de su cultura. Sin ir más lejos, muy cerca de Estella han
tenido que desviar una carretera al encontrar un puente romano medio enterrado en
las orillas del Río Ega. Unos pocos kilómetros más arriba no se hallan restos
estables de la colonización romana, encontrándose, en cambio, castros celtas
(como el del Río Urederra).
Se comprueba además que los vascones sólo son citados en los textos latinos
desde Plinio el Joven, no antes.
Prácticamente todas las culturas mediterráneas prelatinas tienen su origen en
el África subsahariana. Con la progresiva desertización de aquel territorio (¡ya no
hay elefantes en Túnez; en tiempos de Aníbal los había!), sus pobladores fueron
ascendiendo hacia el Mogreb y de allí saltaron a Europa, como ya habían hecho los
iberos y los etruscos. En plenos tiempos históricos registramos en España,
procedentes del sur, las invasiones de los árabes, los almorávides, los almohades y
los benimerines. Y hoy mismo, porque la desertización continúa, oleadas de
marroquíes, argelinos, senegaleses y otros subsaharianos cruzan en pateras el
Mediterráneo, todos los días, buscando su tierra de promisión.
Genética y costumbres comunes
Los grupos de halotipos HLA, tan enormemente variados, permiten – según
trabajos recientes – deducir que hay un parentesco mayor entre los habitantes de
San Sebastián y de Argelia que entre los de San Sebastián y Madrid. Estoy
esperando la comparación – para precisar más – entre los halotipos de los vascones
del Pirineo navarro y los beréberes tunecinos.
El irrintzi, grito festivo de los vascos, es idéntico al grito de las mujeres de
Túnez,... Los rasgos faciales (tez oscura, nariz aguileña,...) son similares a los de
los pobladores del Mogreb, hasta incluso a los de los saharauis, por los que
sentimos una auténtica veneración fraterna. Y no preguntemos a Cervantes o a
otros prisioneros inocentes del Norte de África (canjeados por un fuerte rescate
después de largo cautiverio) cómo se pudo propagar a otros tiempos y países esta
tristísima técnica para obtener fondos económicos.
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Consideraciones razonables
Las reflexiones que podrían desencadenar los conocimientos actuales serían
el animarnos a profundizar en los temas multidisciplinares (bioquímicos,
lingüísticos, sociales, históricos, etc.,...) para llegar a la verdad plena que jamás
debería asustarnos.
Aunque se demostrara de forma irrefutable que los vascones no fueron los
invadidos sino los invasores de nuestro país, no por ello deberá disminuir el amor
a su lengua, tradiciones y costumbres, pero nos permitiría dejar vivir en paz a los
celtas, griegos, latinos o germánicos – también orgullosos de sus propias culturas
– sin necesidad de obligarles a transculturarse cuando habitan entre nosotros.
Coaccionar, por ejemplo, para que se abandone el español (el segundo
idioma internacional del mundo) para hablar solamente en euskera – tal como se
pretende y viene haciendo en la enseñanza pública y en todos los centros oficiales
del País Vasco – es una barbaridad que va contra la Historia y contra el sentido
común. Si triunfara esa política Vasconia se aislaría del resto de la Humanidad con
un inevitable atraso en la convivencia con las demás regiones o naciones.
Propuesta juiciosa de futuro
Una propuesta sensata sobre el aprendizaje de ese idioma, arcaico y
especialmente difícil, pero digno de toda veneración, podría resumirse en las
siguientes proposiciones.
Protegerlo: Un deber (conservar una riqueza histórica).
Aprenderlo: Un derecho (aumentar la propia cultura).
Expandirlo: Un lujo (gastos en TV, radios, periódicos, traductores,…).
Imponerlo: Un abuso (triturar aún más la precaria unidad europea).
Otros datos bioquímicos
Remachando las tesis de este trabajo me han llegado al Laboratorio unos
resultados bioquímicos adicionales de gran interés científico:
Se ha encontrado que el Factor V Leiden, exclusivo de los pueblos
caucásicos (por tanto presente en los indoeuropeos) no está presente ni en los
vascos, ni en los pueblos norteafricanos.
Asimismo, la mutación de la protrombina denominada G2021A se ha
encontrado en el País Vasco y en el Norte de África y, en cambio, no la tienen ni
los negritos del Sur ni tampoco los caucásicos.
Esperemos más resultados que posiblemente confirmarán en todos sus
extremos la tesis vasco-beréber de Carretié.
Un bilbaíno juicioso y lógico, Lejona, a 8 de enero de 2012
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