La madre es la metáfora de un pueblo oprimido, un pueblo alienado

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La madre es la metáfora de un pueblo oprimido, un pueblo alienado, que
pasa hambre, cuya vida sometida al trabajo en las fábricas, “carece de
valor”. La madre simboliza la toma de conciencia de una nueva clase : el
proletario, su lucha por los derechos, por la libertad... La madre de Pavel,
vive sumisa a los pareceres de su marido, es una esclava, (el proletario es el
esclavo de la modernidad), su vida carece de valor y de sentido, hasta que
desaparece su marido y gracias a las lecturas, y a las conversaciones con
su hijo, adquiere conciencia de si misma, y comienza a luchar contra su
enemigo. Eso es lo que le va a pasar al proletario, va a tomar conciencia de
clase, ( lo que dice Marx que le tenia que pasar al proletario) y a partir de
ahí comienza su lucha contra el enemigo : la burguesía.
Este tipo de ideas, empiezan a difundirse a finales del siglo pasado, se
oponen a la explotación obrera, consecuencia directa de la
industrialización. La industria, reduce al obrero al papel de máquina, el
obrero no se da cuenta, hasta que empiezan las primeras teorías contrarias a
esta explotación. Los dueños de los medios de producción, la burguesía,
se convierte de esta forma tan sencilla (y maniquea [ acorde con la teoría
de la lucha de clases como motor de la historia]) en su mayor enemigo.
Las palizas que recibía Pelagia, (La Madre) de su marido, y que le han
hecho olvidar todo su pasado,( la han alienado también) son una metáfora
de las palizas sociales, de la opresión zarista, que ha logrado que el pueblo
ruso ( o sea la madre) olvide su vida, sus aficiones, sus amores, sus
pequeñas anécdotas, es decir, se aliene.
Pero el pueblo no se rebela hasta que no toma conciencia de esta situación.
Pelagia, no se ha planteado nunca que vive alienada, que vive bajo el yugo
de un opresor fascista y violento (su marido) hasta que Pavel no le abre los
ojos. (Un opresor, el del pueblo, que ha llevado a cabo “un asesinato de
almas”) Lo mismo pasa con el pueblo: que ha pasado tanto tiempo bajo las
directrices de un régimen que no lo tiene en cuenta, que no sabe que está
oprimido, de esta forma, hasta que los teóricos ( Marx, Engels, Lenin, y
otros líderes obreristas) no le han abierto los ojos, hasta que no ha tomado
conciencia de clase, no comienza su lucha por la libertad.
La madre, es una reflejo de lo que pasaba en la Rusia revolucionaria, del
terror que el pueblo siente en un principio hacia las acciones
revolucionarias, del silencio que guarda, hasta que se implica... y triunfa.
Seguramente, muchas de las acciones que cuenta la novela están basadas
en experiencias vividas por el propio autor, y por tanto hablamos de
experiencias reales y históricamente ciertas. La manifestación del 1 de
mayo, en la que Pavel porta la bandera roja, y en la que es apresado y
trasladado por segunda vez a los calabozos, guarda seguramente ciertos
paralelismos con las vivencias del autor, confirmamos esta relación en un
prólogo de Andrés Sorel:
“El 1 de Mayo de 1901, hay una manifestación en el suburbio obrero de
Sormovo. Gorki es detenido, acusado de haber mimeografiado octavillas
distribuidas en este suburbio obrero”
Otro punto interesante en la evolución de Pelagia, (esbozado también en el
prólogo y comprobado en la lectura) entendiéndola siempre como metáfora
del pueblo, y ejemplo de los temores, intereses y evoluciones de la masa, es
su transición desde el catolicismo mas adepto y alienante que esclaviza a
su pueblo, hasta la idea mas revolucionaria de Jesucristo.(Recordemos que
los movimientos comunistas y anarquista, sobre todo este último, son en
unos lugares mas que en otros, fuertemente anticlericales, antieclesiásticos
y anticatólicos)
También es interesante, como acaba subordinándolo todo a la causa,
entendiendo que la causa comunista es lo mas importante, casi mas que su
hijo.(Tal vez uno de los problemas mas importantes del comunismo : su
carácter casi sectario)
Nos llama mucho la atención este punto, porque no sólo la madre, sino,
sobre todo, Pavel, haría cualquier cosa por la revolución:
“Cuando se quiere ir adelante hay que luchar contra uno mismo. Hay que
saber sacrificarlo todo , todo el corazón... ¡No es difícil consagrar la vida
a la causa y morir por ella, pero hay que darle más aún, hay que darle lo
más querido que haya en la vida...” “Y en nombre de esa vida, estoy
dispuesto a todo... Me arrancaré el corazón si es necesario, y lo pisotearé
yo mismo”1
Hay ocasiones en las que incluso afirma que mataría a su Madre si hiciese
falta.
Entre los artistas rusos de esa época : literatura y cine, (recordemos que el
cine, es una de las artes que más se mezcla con la revolución rusa, Lenin
llega a decir que: “de todas las artes, el cine es para nosotros la mas
importante”2, no se le escapaba, claro, toda su fuerza propagandística, esa
cualidad de mover a las masas que tiene el cine) la figura de la madre como
metáfora del pueblo adquiere una gran importancia : En el “Acorazado
Potemkin” de Einseistein, en la dramática (y conocida) escena de las
escaleras, aparece una madre herida por un disparo, que deja caer un carro
con su hijo dentro, en medio de una masacre de cuerpos cayendo: esto es el
símbolo del pueblo que ha tenido un hijo, que es la revolución, que vive
asediado por un gobierno opresor, y que al final, a pesar de todas las luchas
y del peligro, consigue salvarse (en la película el niño, sobrevive a la
caída).
También, mucho mas importante en relación con el tema que nos toca, es la
adaptación de esta novela, (la Madre) por Pudovkin (contemporáneo de
2
Gubern. Historia del Cine. Ed. Lumen Barna 1998
Einseistein y de la revolución), aunque una versión un tanto libre, pero que
pretende ese mismo fin revolucionario y exaltador de las masas, ese
“examen de la toma de conciencia política de sus personajes”3 Aunque el
final, algo diferente.
La madre es el reflejo de la gestación del sentimiento revolucionario en el
pueblo desde que (como piensa Pelagia) “son unos niños”, hasta que
acaba defendiendo la causa.
Pavel es el reflejo de un líder (como los debió de haber cientos) que con un
discurso tranquilo y documentado, consigue mover a las masas y a sus
amigos (a toda esa lista de revolucionarios, de distinto signo y
características, que giran a modo de satélites alrededor de Pavel)
Impacta en este sentido el discurso de Pavel en el juicio. La esperanza
ciega de los revolucionarios:
“Somos revolucionarios y lo seremos en tanto que los unos no hagan mas
que oprimir a los otros. Lucharemos contra una sociedad cuyos intereses
tenéis orden de defender; y no habrá reconciliación hasta que venzamos
¡Porque venceremos nosotros, los oprimidos!”
Este es el sentimiento del pueblo ruso, el sentimiento que los mueve a
luchar, hasta que al final, mas o menos, triunfan verdaderamente los
oprimidos.
La madre, es un fiel retrato de la lucha obrera comunista a principios de
siglo, es el ejemplo de cómo las teorías más revolucionarias pueden
impregnar y movilizar a una sociedad descontenta. Es una fotografía de ese
optimismo, previo y casi infantil (incluso a Pelagia le parece infantil) en la
revolución, esa creencia absoluta de que es el comienzo de una revolución
mundial. Un reflejo de esa lucha que viene marcando el final de un siglo y
el principio de otro, que es la lucha de las masas contra las elites, una
muestra de esa eficacia de la propaganda comunista (pasa lo mismo con los
nacionalismos)
que lleva a muchos jóvenes rusos, a morir por la causa,
“esas grandes dosis de entrega y sacrificio”4 que hicieron posible que
estos movimientos triunfaran en Rusia.
Otro punto interesante es la disparidad de revolucionarios : los comunistas
“burgueses”, europeos, leídos y artistas, que vienen de familias
acomodadas, y el obrero del campo, rudo, impulsivo como Rybin.
Recordar, también, por su fuerza y color, por su cualidad fotográfica de un
momento histórico, de una forma de vivir, el inicio del libro, en el que nos
damos cuenta, de cómo es la vida del obrero, esos días iguales entre si:
3
4
Gubern. Historia del Cine. Ed. Lumen Barna 1998
Hobsbawm. Historia del Siglo XX. Ed. Critica. Barna 1998. Pág 83
“La sirena de la fábrica lanzaba su clamor estridente, cada día, el aire
ahumado y grave del arrabal obrero. Entonces un gentío tristón y grave,
de músculos todavía cansados, salía con rapidez de las casitas grises”5
Esa tristeza, esa monotonía es la que aliena al obrero, ese color gris de la
fábrica, es el que hay que cambiar por el rojo.
Antes de la reflexión me gustaría recoger otra idea, del prólogo de Andrés
Sorel, sobre la relación, o mejor, las similitudes entre Gorki y Herman
Hesse, separados en el tiempo, pero que impregnan sus libros con un
mismo sentimiento revolucionario que llega al lector de una forma tan
agradable e intensa como las palabras utilizadas para transmitir esta
sensación.
Reflexión final : El pueblo ruso lucha contra el gobierno opresor, pero
también contra la industrialización, contra un sistema de producción que no
tiene en cuenta al hombre, (no hacen mas que trabajar, no tienen tiempo de
pensar, ni de recordar...) El movimiento revolucionario es principalmente
de corte obrerista, a finales del siglo pasado y principios de este. El obrero
era la clase, que según Marx tenia que llevar a cabo la revolución, era la
clase oprimida y alienada.
Resulta paradójico, porque uno de los elementos que los libra de esta
alienación, (y que advertimos en el libro) es la lectura: Pavel y sus
camaradas guardan como un tesoro y en secreto sus libros, y gracias a la
lectura adquieren conciencia y se rebelan. Ahora, en cierto modo, es la
lectura, o por lo menos determinado tipo de lectura, la que aliena a una
clase o a un sector social: los estudiantes. (decía Marcuse, que ahora eran
los estudiantes los que debían llevar a cabo esta revolución) El obrero, sin
llegar a ser dueño de sus propios medios de producción, ya está mejor
asentado, ya no está tan alienado (un poco, por culpa de la televisión) La
universidad (entendida como academia) es la fábrica del siglo XXI. El
estudio es el instrumento del gobierno opresor, para mantener alienado a
todo ese sector de la sociedad ( la juventud) y que no se rebele. El estudio
(entendido como aprobar el examen para obtener el título) nos aliena hasta
tal punto, que somos incapaces de llevar a cabo una revolución. El obrero
era incapaz de llevar a cabo la revolución porque el trabajo le impedía
pensar, ahora, es el estudio, el que nos impide pensar, ahora es el
estudiante el que debe rebelarse contra esta esclavitud, que supone no
poder leer ni saber nada más que lo que necesita para aprobar (porque no
hay tiempo para más) Las aulas son las cantinas del siglo XXI, el
estudiante el obrero, la universidad, la fábrica. Hay que acabar con esa idea
de estudiar todo el tiempo, lo que los demás quieren que aprendamos, no lo
que nosotros pensamos que deberíamos aprender) porque con esa excusa,
El resto de Notas que aparecen sin llamada, pertenecen al texto o al prólogo de Andrés Sorel en “ La
madre” de Máximo Gorki. Ed. Biblioteca Edaf Madrid 1999
5
estamos callados cinco años por lo menos. Es una teoría, pero sería
interesante reflexionar sobre ello.
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