Introducción y objetivos. Una ingesta adecuada de folatos (F), la forma natural de la vitamina, y/o de ácido fólico (AF), resulta fundamental en el desarrollo fetal y para la prevención de los defectos del tubo neural (DTN). Sin embargo, en España son pocos los estudios que han descrito la ingesta de este nutriente esencial a lo largo de todo el embarazo, así como el cumplimiento de las recomendaciones existentes. Este hecho junto a un posible efecto indeseable de una suplementación excesiva con F o AF sobre el crecimiento fetal y la posibilidad de que dicho crecimiento pueda relacionarse al desarrollo de enfermedades crónicas en la vida adulta, han justificado la realización de esta tesis doctoral cuyos objetivos han sido: 1. Describir la ingesta de F y AF procedente de la dieta y del uso de suplementos durante todo el embarazo, evaluando el grado de cumplimiento de las recomendaciones existentes y los factores asociados al incumplimiento en gestantes de un estudio de cohorte prospectivo de madres-hijo, Proyecto INMAValencia (2004-2006). 2. Examinar la relación entre la ingesta de F y AF de la dieta y de suplementos en la etapa periconcepcional y el riesgo de tener un recién nacido de bajo peso (PEG-P) o baja talla (PEG-T) según la edad gestacional. Metodología: La población de estudio han sido mujeres embarazadas que aceptaron participar en la cohorte de Valencia del Proyecto INMA cuando acudieron al cribado poblacional de Síndrome de Down y malformaciones genéticas al principio de su embarazo en las áreas sanitarias 5 y 6 de Valencia por las comadronas y obstetras que informaron a las participantes sobre el estudio. La tasa de participación inicial fue del 54% (855 mujeres) de las cuales 787 tuvieron recién nacidos vivos. La información de las variables de estudio se recogió de forma personalizada por entrevistadores entrenados, y mediante exploraciones y revisión de registros clínicos. La ingesta de folato se evaluó mediante un cuestionario de frecuencia alimentaria (CFA) de 100 ítems y la de suplementos de AF mediante preguntas adicionales donde se recogía fecha de inicio y final de la toma, dosis y marca comercial. Las medidas antropométricas del RN al nacimiento se obtuvieron de registros hospitalarios: el peso al nacimiento en gramos fue recogido por las matronas que atendían a las mujeres en el parto y la talla en centímetros fue medida por las enfermeras unas 12 horas tras el parto. El peso y la talla al nacimiento fueron estandarizados por sexo y edad gestacional usando el método de los residuos. Se definió pequeño para edad gestacional para peso y talla (PEG-P and PEG-T) como aquellos pesos o tallas por debajo del percentil 10 según las tablas españolas para sexo y edad gestacional de Carrascosa Se recogió información sobre variables sociodemográficas como edad de la madre, nivel de estudios, país de origen, zona de residencia; variables de estilos de vida como consumo de tabaco, consumo de alcohol, horas de televisión durante a la semana, índice de masa corporal preconcepcional de la madre, altura del padre y de la madre preconcepcional. Variables sobre complicaciones médicas pasadas y presentes e historia obstetricia como complicaciones en anteriores embarazos, diabetes gestacional, hipertensión gestacional, ganancia de peso durante el embarazo, embarazo planificado, paridad, visita al ginecólogo privado antes de la semana 12 de embarazo Resultados: La ingesta de folato es insuficiente para cumplir la recomendación de tomar 400 μg/día de AF desde la preconcepción al mes 3 y de tomar 600 μg/día de ingesta total (dieta más suplementos) durante todo el embarazo. Por otra parte, la suplementación con AF solo resuelve en parte el problema, ya que alrededor de un 80% de las mujeres embarazadas no alcanza la recomendación de 600 μg/d al añadir a su ingesta la suplementación en los meses de embarazo. Una proporción importante de mujeres (70-80%?) que refirieron suplementarse en el embarazo lo hacían superando el límite superior de seguridad (UL) de 1000 μg/d. El ser de origen no español, tener bajo nivel de estudios, ser fumadora, no haber planificado el embarazo, no haber visitado al ginecólogo privado, haber tenido hijos y no haber tenido antecedentes médicos previos, se asoció a un mayor incumplimiento de la IR (≥600 μg/d). Los madres con ingestas de suplementos de AF >1000 μg/d mostraron un aumento de riesgo de PEG-P, OR=2.05 (0.98, 4.28) y de PEG-T, OR=5.33 (2.08, 13.7), en comparación con las no usuarias. Las madres que usaban dosis moderadas de suplementos (≤1000 μg/d) mostraron una asociación más débil que no alcanzó significancia estadística PEG-P, OR =1.38 (0.76-2.51), PEG-T, OR =1.93 (0.84-4.44). Por contra, la ingesta dietética de F mostró un efecto preventivo significativo sobre el riesgo de PEG-P, pero no con el riesgo de PEG-T. Conclusiones: La dieta es insuficiente para alcanzar las IR de AF y el uso de suplementos no palía el problema ya que la suplementación se hace tarde y mal. La situación se agrava en mujeres jóvenes, de menor nivel educativo y embarazo no planificado. El uso de suplementos de AF superiores al límite superior tolerable (>1000 μg/d) en preconcepción y mes 1, duplicó el riesgo de tener recién nacido PEG-P y quintuplicó el riesgo de PEG-T, independientemente de la ingesta de AF dietética y otros factores controlados.