La violencia a la mujer no se ve en Guatemala como un problema.

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Tribuna de Albacete Digital
Viernes, 1 de Octubre de 2010
Castilla La Mancha 2 7 / 0 9 / 2 0 1 0 cooperación
«La violencia a la mujer no se ve en Guatemala como un problema»
La voluntaria albaceteña Carmen Sánchez Galisteo relata a La Tribuna su viaje al país con el índice
más alto de ‘femicidios’ de América de la mano de Médicos del Mundo y la UCLM
Luis J. Gómez / Toledo
Guatemala es el segundo país del mundo, después
de Rusia, con mayor índice de ‘femicidios’. Con un
dato aproximado de 600 muertes de mujeres al año
supera incluso la terrible cifra de Ciudad Juárez
(México). Con estas estadísticas bajo el brazo, la
voluntaria albaceteña Carmen Sánchez Galisteo viajó
este verano al país centroamericano de la mano de
las becas de la Universidad de Castilla-La Mancha y
de la delegación regional de Médicos del Mundo.
Después de 40 días en Jocotán, estudiando el caso
concreto de la región Ch´orti, Carmen admite que la
violencia contra las mujeres «no llega a considerarse
como problema». Incluso reconoce que durante las
entrevistas que hizo a operadores de las
administraciones públicas, éstos no se mostraban
concienciados con este drama. «A lo mejor a la hora
de tener que ir a buscar al agresor, una de las
medidas de protección que podía imponer el juez o la
policía era como una regañina», apunta.
Antes de coger el avión a Guatemala, Carmen
reconoce que no manejaba ni conocía el término de
femicidio. A la vuelta, cita a la diputada mexicana
Marcela Lagarde para definirlo como «el conjunto de
hechos violentos contra las mujeres». Comprende el
ámbito privado de la violencia intrafamiliar, y también
el público de la violencia social o institucional, «que es
cuando no se da respuesta adecuada a las víctimas
desde las instituciones, tanto en el acompañamiento
psicológico, el apoyo legal o las políticas públicas».
Aunque reconoce que estuvo muy ‘encerrada’ en la investigación y que no estuvo pisando la calle como algunos
de sus compañeros que trabajaban en la atención directa, Carmen pudo conocer algunos casos concretos que
son un buen ejemplo de lo difícil que ser mujer en algunas zonas del planeta. «Una mujer que denunciaba y le
ponían medidas de protección, cuando volvía a su comunidad nunca podía tener la certeza de que el agresor
no se iba a acercar porque la policía no tenía más que un vehículo normalmente para cada distrito», expone.
Carmen también recuerda el caso de una mujer «que había sido violada repetidamente, mientras que en el
entorno familiar decían que tampoco pasaba tanto porque se trataba de su marido».
Contrasta el alto índice de femicidio de Guatemala con el conjunto de leyes que dispone en esta materia. «Los
Gobiernos están haciendo esfuerzos intensos», comenta Carmen, «y ya cuentan con un marco normativo de
protección a las mujeres que ya quisiéramos bastantes países». Por ejemplo, tienen una Ley para prevenir,
sancionar y erradicar la violencia intrafamiliar, otra para el femicidio, una exclusiva contra la violencia sexual,
explotación y trata de personas. «Es un logro haber conseguido este marco normativo, pero aun así hay que
hacer operativas estas leyes», matiza.
soluciones
No es fácil dar soluciones concretas a un problema de esta magnitud. Carmen insiste en que hay que aumentar
las acciones de sensibilización y formación en materia de violación de derechos humanos. «También se
necesitaría una campaña sobre los derechos que tienen las mujeres víctimas de la violencia, o los derechos
reproductivos y sexuales, porque se desconocen», alerta.
Lo que tiene claro Carmen es que «las mujeres en el mundo se siguen llevando la peor parte de la tarta, si es
que en el reparto le sigue quedando tarta que tomar». También tiene claro que va a continuar dentro del
mundo de la cooperación: «En 2000 tuve mi primera experiencia en Nicaragua y entonces supe que quería
seguir trabajando en este campo».
01/10/2010 13:01
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Tribuna de Toledo Digital
Viernes, 1 de Octubre de 2010
Opinión 2 2 / 0 8 / 2 0 1 0
Violencia contra las mujeres en Guatemala
Carmen Sánchez Galisteo
Guatemala es el segundo país del mundo, después de Rusia, con mayor índice de femicidios. El país vive la
"vergüenza" de haber superado ya las muertes violentas de mujeres de Ciudad Juárez con un aproximado de
600 muertes por año, 100 más que en esa urbe mexicana, según datos de la Secretaria Presidencial de la
Mujer guatemalteca.
Con estos datos he llegado a Guatemala, gracias a la Fundación General de la Universidad de Castilla - La
Mancha, concretamente a su V Programa de Prácticas y Proyectos de Cooperación al Desarrollo, para
integrarme al proyecto “Fortalecimiento de la atención integral en salud de las mujeres en los municipios de
Jocotán, Camotán, Olopa y San Juan la Ermita del Departamento de Chiquimula (Guatemala)”, financiado por
la Junta de Comunidades de Castilla – La Mancha y el Excmo. Ayuntamiento de Puertollano, y ejecutado por
Médicos del Mundo España en Guatemala.
Mis actividades han estado relacionadas con la problemática de la violencia contra las mujeres sufrida en la
Región Ch’orti’. Dichas mujeres, como en la mayor parte del planeta y como en casi todos los ámbitos, sufren
el abandono de los poderes públicos y de la sociedad en general. Sus intereses están relegados al último
puesto de la cadena social, y en la temática donde he estado trabajando, los informes y estadísticas del
problema arrojan que las muertes intencionales y violentas de mujeres por el hecho de ser mujeres y como una
demostración de poder y dominio, conocidas como femicidios, han venido aumentando en los últimos años,
caracterizándose en muchos casos por una brutalidad y ensañamiento excepcionales.
A pesar de existir protocolos de manejo de casos de violencia basada en género, y manejo de violencia sexual,
como normas dentro del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, en la práctica los servicios de salud
de las comunidades no los conocen, ni aplican. Además, las mujeres de la Región Ch’orti’ carecen de suficiente
acompañamiento en el proceso de denuncia y recuperación de las consecuencias de esta, por lo que se
aconsejaba incluir en el proyecto un instrumento, (la investigación en la que he estado desarrollando mi labor),
que pudiera reflejar el conocimiento del tema, así como su visibilización y sensibilización como problema de
salud pública.
Las conclusiones de dicha investigación no dejan indiferentes, y mueven las entrañas a las personas que las
hemos trabajado, por lo que la experiencia aun siendo gratificante, ha sido bastante dura, al comprobar esta
realidad tan difícil que viven las mujeres de la Región Ch’orti’. Aun así, hay que seguir trabajando en este tema
(y muchos otros) para que este fenómeno deje de estar presente en todos los países del mundo,
independientemente de su grado de desarrollo, razas, clases sociales,>y se visibilice, se sensibilice, se
denuncie para poder erradicarse lo antes posible.
Carmen Sánchez Galisteo, Voluntaria de Médicos del Mundo Castilla-la Mancha <(b>
01/10/2010 12:58
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