“ESTRATEGIAS Y MATERIALES PEDAGOGICOS PARA LA RETENCION ESCOLAR” Relato de una experiencia escolar La experiencia que describiremos pertenece al Equipo Docente de la EEM 1 DE 14 “Federico García Lorca”, de la Ciudad de Buenos Aires. La Escuela se encuentra en un barrio(Villa Ortúzar) de clase media, en el que se ha sentido con intensidad la crisis económica que afecta al país. Fue creada en el año 1991 integrando el Proyecto de Escuelas Históricas del Gobierno de la Ciudad de Bs. As. cuyo objetivo fundamental es brindar escolaridad a aquellos adolescentes que no eran aceptados en ninguna escuela fuera por su mal comportamiento o por ser repetidores en reiteradas oportunidades. Cuando ingresé a la Escuela como Asesora Pedagógica, concentré mis esfuerzos en el conocimiento y seguimiento de los alumnos de primer año debido a las dificultades que muchos de ellos manifestaban en el aprendizaje de las diferentes materias , que los llevaban a fracasar y hasta repetir el año. Los diagnósticos que hicieron los docentes de esos cursos complementados con entrevistas individuales y los resultados de los cuestionarios que respondieron demostraron que los alumnos de primer año presentaban las siguientes características: · carecían de vocabulario adecuado y manifestaban dificultades en la expresión oral y escrita. · no tenían pautas de organización de su tiempo. · no manifestaban una actitud escolar y desconocían los hábitos de estudio. · tenían inconvenientes para interpretar consignas. · no dedicaban más de 30 minutos por día al estudio. · revelaban aprendizajes previos insuficientes. · ante el primer fracaso desertaban. Se agregaba en muchos casos una situación familiar muy complicada, con problemas económicos serios o dificultades de convivencia entre los integrantes de una familia ampliada debido a la necesidad de ahorrar en los gastos de otra vivienda. Algunos de ellos con responsabilidades no apropiadas para un adolescente como atender a personas ancianas enfermas en su domicilio o en el hospital. 1 Nos dimos cuenta que esta tarea de seguimiento de algunos alumnos con dificultades no sería suficiente frente a esta necesidad generalizada de contar con un adulto que lo escuchara contar sus problemas y que, por sobre todas las cosas, lo guiara en su integración a la vida escolar, y le enseñara a estudiar y a convivir con sus compañeros y profesores. Alguien que tuviera un buen vínculo con ellos y que pudiera orientarlos en el quehacer escolar. Sin quererlo expresamente, en ese mismo momento se dibujaba en nuestra mente la figura del Profesor Tutor o Consejero de Curso tal como lo describen algunos textos de autores españoles que habíamos leído. Como no contábamos con recursos económicos para remunerar a un profesor que se desempeñara como Tutor de primer año, en el año 2000, la preceptora de primer año, Lic. en Psicopedagogía , y la Directora de la Escuela iniciaron voluntariamente un Proyecto de Tutorías en los primeros años de ambos turnos con excelentes logros. Teniendo en cuenta los resultados de esta experiencia, a partir del año 2001 y en el marco del Programa de Fortalecimiento Institucional de la Escuela Media de la Ciudad de Buenos Aires cuyo objetivo primordial es mejorar la retención y los aprendizajes de los alumnos, se puso en práctica el Proyecto de Tutorías en primero y segundo año de ambos turnos. A tal efecto se contó con el monitoreo de la asistente técnica de la Secretaría de Planeamiento y el apoyo de la Asesora Pedagógica de nuestra Institución. El Equipo de Conducción designó como coordinadora del Proyecto a la Profesora Patricia Pereira, capacitada en el curso del Instituto Joaquín V. González y con experiencia en el rol de tutora de curso . Con la colaboración de la Coordinadora y la Asesora Pedagógica, María Cristina Furlani, designamos a quienes se desempeñarían en el rol de tutor. Resultó una tarea difícil. Deseábamos que el tutor de cada curso fuera un docente del mismo pero no fue posible lograrlo en todos los casos debido a que para desempeñarse como tutor el docente tenía que reunir ciertas características indispensables como: 1- facilidad para crear vínculos afectivos con los alumnos. 2- estabilidad emocional 3- capacidad para mediar en situaciones conflictivas. La carga horaria asignada a cada tutor fue de 4 horas-cátedra distribuídas de la siguiente manera: - una hora de actividad frente al grupo de alumnos. una hora de reunión de equipo. una hora para entrevistas con alumnos, padres y docentes. una hora para organizar el trabajo y evaluar lo realizado en el curso. Los dos grandes propósitos que guiaron la actividad fueron: 2 - la atención de situaciones problemáticas vinculadas con la convivencia, con el rendimiento académico o con situaciones extraescolares acuciantes. - el trabajo en torno a la experiencia escolar cotidiana que permite analizar y consolidar logros, experiencias positivas, anticipar problemas o desarrollar propuestas. Estos objetivos coinciden con los sugeridos en el documento de apoyo sobre “ Orientaciones para la formulación y el desarrollo de proyectos”, publicado por la Secretaría de Educación de la Ciudad de Buenos Aires. El Proyecto de Tutorías se dio a conocer a la Comunidad Educativa en la primera reunión de personal y a los padres de los alumnos ingresantes a primer año en una reunión especial para ellos. Las actividades que realizamos con los alumnos en el primer trimestre fueron destinadas a procurar lograr la integración de los alumnos que habían ingresado; ir creando un sentido de pertenencia a la escuela y buscar sugerirles pautas de organización para sus aprendizajes. Los ejercicios planteados en los cursos comienzan siempre con lectura de cuentos, videos, poesías, frases; se hacen representaciones o se confeccionan láminas buscando lograr el máximo de atención y compromiso de los chicos. Así confeccionamos: - una ficha individual con datos personales y de antecedentes escolares. - una agenda mural donde se detallan las evaluaciones y entregas de trabajos prácticos del mes. - hicimos un relevamiento de la forma en que cada alumno distribuía su tiempo de estudio y se les dieron pautas para modificarlo, según las materias de cada día. Resultó muy interesante ver la descripción que hizo Gonzalo acerca de qué tiempo dedicaba a cada actividad durante un día completo: las fundamentales eran ir a la Escuela, bañarse, desayunar, ver TV, salir con los amigos y rellenaba con “estudio” los 10 o 15 minutos que le quedaban libres entre una y otra actividad. - Seleccionamos un Test de Hábitos de Estudio que ellos mismos evaluaron para saber qué aspecto de su organización debían mejorar. - Ennumerarmos los materiales que pidió cada docente para su materia (libros, fotocopias) y se verificó de cuáles disponía cada alumno; la Escuela y la Asociación Cooperadora. arbitraron los medios para que la mayoría contara con los elementos de estudio. - Desarrollamos dinámicas para lograr una mayor integración del curso ( el rumor, escribir sin preguntar, armado de oraciones, sinónimos) Siempre tratamos que los ejercicios se finalizaran analizando la realidad del aula y proponiendo acciones para mejorar la convivencia. 3 Como en la Escuela está establecida como norma la entrega de un informe numérico de cada materia a mediados del trimestre, se aprovechó esa información para realizar entrevistas individuales con los alumnos que presentaban mayor dificultad tratando de visualizar cuál era la causa de su fracaso. En muchos casos fue necesario citar a los padres para que, en conjunto, pensáramos alternativas de solución. A todos los alumnos, al finalizar el trimestre, les sugerimos el diseño de una grilla con las materias y sus calificaciones para que ellos mismos pudieran hacer el seguimiento. Ya en el segundo trimestre, una vez afianzado el espacio, los ejercicios tendieron a realizar técnicas de estudio que previamente eran consensuadas entre tutores y docentes para poder trabajar con material específico de las materias. Profundizamos el conocimiento individual mediante ejercicios como “la lista de problemas o la autobiografía”. Planteamos actividades que promueven el desarrollo de la autoestima ya que consideramos que ella es una actitud básica, de gran trascendencia para lograr la identidad y que mejora muchas veces el rendimiento escolar. Paralelamente realizamos el seguimiento de las inasistencias y de la evolución de las calificaciones en las diferentes materias. Los alumnos registraron los avances y dificultades a lo largo de la cursada, su rendimiento y el compromiso con la tarea. Para el tercer Trimestre, dispusimos cambios en la distribución del aula, permitiendo que alumnos más hábiles en ciertas materias como matemática o inglés pudieran colaborar en la explicación a sus pares. Durante el año realizamos salidas didácticas con cada grupo que estuvieron a cargo de un docente del curso y el tutor los acompañaba. El objetivo no sólo era de índole intelectual sino que se realizaron además ejercicios para profundizar la integración de los grupos. En la última salida, todos reunidos en torno a un fogón se sintieron impulsados a expresar sus sentimientos respecto al trabajo en tutoría: dice Vanina:”al principio me pareció todo muy difícil pero con lo que nos enseñó la tutora pude estudiar mejor”. Dice Lucho:” no conocía a nadie pero ahora me siento bien con todos”.Comenta Tatiana:” mi mamá no me podía ayudar con la tarea y no sabía cómo estudiar pero por suerte con lo que aprendí en tutoría mejoré algunas materias.” Agrega Damián:” me gusta el espacio de tutoría porque podemos hablar de nuestras cosas y de los problemas que tenemos en el cole”. Y como éstas podríamos seguir con muchas más expresiones espontáneas de los chicos de primer año. Ya finalizado el año y en pleno período de orientación y evaluación se concentraron las cuatro horas disponibles de cada tutor para trabajar con los alumnos que asistieron a dicha etapa. 4 Se formaron grupos de trabajo para que los alumnos que tenían su carpeta incompleta pudieran prepararla dado que ella es un elemento fundamental para el estudio de la materia. En segundo año hubo acciones en común respecto a la organización del estudio e integración del grupo pero acentuamos el trabajo con los alumnos que adeudaban materias; los reunimos en grupos, fuera de clase, procuramos que consiguieran los programas y carpetas de la materia que debían rendir y les hicimos un seguimiento individualizado de sus tiempos y de la evolución de su estudio. Hay que destacar que, desde la Conducción, al comenzar el año se seleccionaron los preceptores de cada curso teniendo en cuenta que pudieran colaborar estrechamente con el tutor. Es por esta razón que semanalmente había comunicación entre tutor y preceptor dado que el mismo está en contacto constante con los alumnos y puede brindar información valiosa sobre inasistencias, convivencia o problemas de los alumnos. Con respecto a los docentes de cada curso, realizamos dos reuniones con los profesores de primer año para: 1- analizar en conjunto los avances y dificultades de los alumnos y los grupos. 2- Intercambiar inquietudes, estrategias y definir criterios comunes. Los acuerdos logrados fueron controlados por la Asesora Pedagógica y el Equipo de Conducción. Como en primer año existe actualización de contenidos de los programas de todas las materias analizamos, junto con los Coordinadores de Area, la relación que existe entre los nuevos enfoques y los rendimientos. Además durante el Ciclo Lectivo confeccionamos dos informes detallando las actividades realizadas por el Tutor en cada curso. Nuestro Proyecto se vinculó con otro que se realizó en la Escuela y que denominamos “Repensamos la Práctica Docente” que propone una permanente reflexión sobre la práctica docente con el objeto de adecuarla a las características del adolescente actual y enriquecer su experiencia de aprendizaje escolar con una oferta variada y de mayor calidad. Este Proyecto trabajó en varias propuestas realizadas por docentes de diferentes materias de cuyo intercambio se logró la redacción de un cuadernillo con actividades de Lengua y Matemática para los alumnos que ingresan a primer año, para que sea utilizado en la etapa de diagnóstico. Este fue un aporte valioso para la nivelación de los cursos. Otra Propuesta de este Proyecto fueron las clases de apoyo en computación para aquellos alumnos que, por no tener posibilidades de práctica diaria, no 5 realizaron los progresos esperados. De esta manera pudieron alcanzar las expectativas propuestas. Como la Escuela, desde su creación, tuvo Consejo de Convivencia, desde el Proyecto de Tutoría se diseñaron las Asambleas de Aula donde los alumnos, preceptor y tutor debaten los problemas de Convivencia y elevan un informe al Consejo. En relación con los padres , desde el Proyecto procuramos su participación en la Escuela; no siempre fue posible por lo difícil de la situación económica que les impide a los papás acercarse en distintos horarios. Sí logramos su asistencia a las reuniones de entrega de boletines que fueron siempre acompañadas de charlas a cargo de los tutores o de especialistas en adolescencia. En uno de los cursos realizamos una “clase abierta” de tutoría en la semana del Día del Amigo, para que los padres hicieran los mismos ejercicios que sus hijos y conocieran así la manera de trabajar en el espacio. Se sintieron muy bien y reconocieron aún más el valor del espacio de tutoría en expresiones de algunas mamás como las siguientes:” algo me contaba Mariana de lo que hacían en esta hora pero no me imaginé que fuera tan bien aprovechada por los chicos”.“me sentí muy cómoda con la actividad propuesta, y qué bien respondieron todos ” . –“ es bueno hablar sobre las relaciones de convivencia para mejorarlas”.- “ es un espacio valioso para nuestros hijos, vienen con entusiasmo, no quieren perdérselo”. En su vínculo con la comunidad el Proyecto pudo disponer de la colaboración del Hospital Tornú cuya Area Programática aporta: - una psicóloga que está en la Escuela una vez por semana y que se encarga de hacer las entrevistas y derivaciones,si resulta necesario, a los consultorios del Hospital. - organización de talleres con los cursos del turno mañana tratando temas de Educación para la Salud. También se integró al Programa de Asistentes Socioeducativos que organizó encuentros con docentes y alumnos de segundo año en razón de que uno de los chicos del curso se había suicidado. Asimismo la Defensoría de los Derechos del Adolescente colaboró con el Proyecto cuando se plantearon casos de abandono del hogar. Las reuniones del Equipo de Tutores con su Coordinadora se dieron siempre con una agenda de trabajo. En ellas se procuró el intercambio de actividades; el debate de secuencias de trabajo y la elaboración de propuestas para el trabajo compartido con los colegas profesores del curso. Con el propósito de evaluar lo trabajado se elaboró un instrumento de monitoreo y evaluación del Proyecto a mediados y a fin de año.Los resultados fueron: 6 - el Proyecto está institucionalizado en la Escuela. Los alumnos reconocen el espacio y al tutor como referente. Poco a poco han mejorado los resultados de aprendizaje en los primeros años y en aquellos casos que fracasan por sus características personales ésto no provoca el abandono de la escolaridad. - los tutores han actuado responsablemente teniendo en cuenta que el dar respuestas no implica actuar personalmente, sino muchas veces vinculando dispositivos escolares o extraescolares. - Se han logrado acuerdos mínimos con docentes y Coordinadores de Area. Es sabido que, el seguimiento de los aprendizajes que hacen los tutores pueden llevar a la revisión de la enseñanza de algunas materias. - Resulta evidente un trabajo en Equipo entre los tutores, la Asesora Pedagógica y el Equipo de Conducción. Todo lo trabajado por el Equipo de Tutores está registrado en los informes que semanalmente escriben para evaluar la dinámica realizada y que se lee al volver al aula a la clase siguiente. La ficha individual de cada alumnos confeccionada a principios de año se va completando con las entrevistas individuales, citaciones a los padres sanciones, seguimiento de notas e inasistencias y la misma se entrega , al finalizar el año al próximo tutor. Enfrentamos muchas dificultades en el desarrollo de esta experiencia que tuvieron que ver con: - la falta de acompañamiento de muchos padres a la actividad del tutor. - el inicio del Programa de Fortalecimiento que no coincide con el comienzo del año lectivo y por esa razón recién se comienza a trabajar en el mes de mayo. - El desinterés de algunos docentes por integrarse al equipo de trabajo. Sin embargo, a lo largo de este tiempo trabajado, consideramos que las tutorías tienen un lugar protagónico en la Escuela, que su función es altamente significativa y que estamos decididos a continuar con este hermoso desafío. Profesora Patricia Pereira Coordinadora del Proyecto de Tutorías Profesora María Cristina Furlani Asesora Pedagógica 7 8