FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES. Área de Estadística. Toledo. GRADO EN GESTIÓN Y ADMINISTRACIÓN PÚBLICA ANÁLISIS DE LA BRECHA SALARIAL EN ESPAÑA TRABAJO FIN DE GRADO Autora: Ana Isabel Martín-Ambrosio López Julio 2014 Página 1 ÍNDICE: 1.- INTRODUCCIÓN. ................................................................................................... 1 2.- METODOLOGÍA. .................................................................................................. 12 3.- DATOS: ENCUESTA DE ESTRUCTURA SALARIAL 2010. ........................... 17 3.1.- OBJETIVOS ....................................................................................................... 17 3.2.- ÁMBITO, COBERTURA Y PERIODO DE REFERENCIA. .......................................... 18 3.3.- CONCEPTOS Y DEFINICIONES. .......................................................................... 19 3.4.- CLASIFICACIÓN Y DEFINICIÓN DE LAS DIFERENTES VARIABLES. ...................... 21 3.4.1.- Características personales, propias del trabajador. ................................. 22 3.4.2.- Características laborales del trabajador. ................................................. 22 3.4.3.- Características de la empresa. ................................................................. 24 3.5.- DISEÑO DE LA ENCUESTA. ................................................................................ 25 4.- ANÁLISIS DE RESULTADOS POR VARIABLES. ........................................... 26 4.1.- CARACTERÍSTICAS PERSONALES DE LA PERSONA TRABAJADORA. .................... 27 4.1.1.- Género. ................................................................................................... 27 4.1.2.- Edad. ....................................................................................................... 31 4.1.3.- Nacionalidad. .......................................................................................... 37 4.1.4.- Nivel de Estudios. ................................................................................... 44 4.2.- CARACTERÍSTICAS LABORALES DE LA PERSONA TRABAJADORA. ..................... 67 4.2.1.- Años de Antigüedad. .............................................................................. 67 4.2.2.- Tipo de Jornada. ..................................................................................... 71 4.2.3.- Tipo de Contrato. .................................................................................... 79 4.2.4.- Ocupación del trabajador. ....................................................................... 86 4.2.5.- Responsabilidad del trabajador. ............................................................ 101 4.3.- CARACTERÍSTICAS DE LA EMPRESA DONDE PRESTA SUS SERVICIOS EL TRABAJADOR. ............................................................................................................ 107 4.3.1.- Rama de actividad de la empresa. ........................................................ 108 4.3.2.- Tamaño de la empresa. ......................................................................... 123 4.3.3.- Tipo de control. .................................................................................... 125 4.3.4.- Tipo de mercado. .................................................................................. 128 Página 1 4.3.5.- Convenio colectivo. .............................................................................. 130 5.- CONCLUSIONES ................................................................................................ 132 6.- ANEXO DE TABLAS ......................................................................................... 139 7.- BIBLIOGRAFÍA. ................................................................................................. 147 Página 2 1.- INTRODUCCIÓN. La mujer, aún siendo la productora de la propia vida, ha sido la gran ausente en la historia de la humanidad pese a su contribución al desarrollo de la sociedad desde las civilizaciones más remotas hasta nuestros días. En un rápido caminar por el tiempo, la mujer prehistórica ya asumió un papel determinado dentro del grupo social al que pertenecía, recolectando productos vegetales mientras el hombre cazaba. En la civilización egipcia, la mujer gozaba de cierta igualdad respecto al hombre, podía trabajar y participar en la vida pública de las ciudades (González, 2011). En la antigua Grecia, la mujer es alejada de la vida pública, sometida totalmente al varón. La única educación que recibía estaba orientada a su función de esposa y madre, cuidando de la casa y de los hijos. La mujer en Roma trabajaba en el campo igual que un hombre, e incluso en el comercio, pero siempre bajo la tutela del varón. En la Edad Media la mujer era mayoritariamente campesina, contribuyendo de manera fundamental al mantenimiento de la economía agrícola. También ejercía de sirvienta y criada de nobles, del mismo modo que lo hacía el varón, solo que sin descuidar al esposo, la casa y los hijos. Y siempre dependiente jurídicamente del hombre. Ya en la Edad Moderna, el Renacimiento facilitó la educación para los hombres, negándosele a la mujer el acceso a la Universidad, siendo el derecho a la educación patrimonio del varón. Durante los siglos XVIII y XIX, con la Revolución Industrial, la mujer se incorpora al mercado laboral de la industria en fábricas, sobre todo textiles. A finales del siglo XIX, España vive una situación de miseria, en la que el pueblo pasa hambre y el trabajo de la mujer fuera de casa responde a una imperiosa necesidad económica para no caer la familia en la miseria y poder satisfacer sus necesidades más básicas. Estas condiciones fueron aprovechadas por el empresario para conseguir una mano de obra barata, pues ya entre 1880 y 1884 el salario de la mujer trabajadora era aproximadamente un 50% del salario del varón (Palomeque, 1975-1976). Por tanto, desde los mismos orígenes del acceso de la mujer al trabajo asalariado podemos hablar de la existencia de brecha salarial. Ya entonces, un gran número de mujeres formaban parte del sistema productivo, la mayoría de ellas eran solteras, pues su matrimonio Página 1 precipitaba su salida del mundo laboral, dándose el caso incluso de algunas fábricas, como la Tabacalera de Sevilla, que no permitía trabajar a mujeres casadas. Estas mujeres asalariadas sufrían el rechazo de los propios obreros varones que consideraban reducida la oferta salarial para ellos. Ante la necesidad de la mano de obra femenina y ese rechazo masculino, las autoridades se vieron obligadas a regular la actividad de las trabajadoras pero de forma que estas no se convirtiesen en trabajadoras con las mismas características que los varones. Ellas ocuparían sectores tradicionales como las labores agrícolas, o relacionados con las tareas del hogar como el servicio doméstico, o la confección con talleres de modistas, o dentro del comercio que era un trabajo degradante para el hombre si el negocio no tenía mucha relevancia, o en la industria textil o alimentaria básicamente, pero siempre con sueldos muy bajos, ya que la labor principal de la mujer eran las tareas domésticas (Soto, 1996). La escritora inglesa Mary Wollstonecraft, considerada una de las iniciadoras del pensamiento feminista, escribió en 1792 “Vindiación de los derechos de la mujer”, donde defendía que a igual trabajo correspondía igual sueldo, y que solo una educación igual para hombres y mujeres daría lugar a la igualdad entre ambos sexos (Wollstonecraft, 1792). En el siglo XX, se produjo el lanzamiento masivo de las mujeres al trabajo asalariado, forzado por las dos guerras mundiales durante las cuales, la economía occidental se sostenía en gran medida gracias al trabajo productivo de las mujeres. En España, a principios del siglo pasado, la población activa femenina suponía un 18,30% del total de trabajadores, de las cuales el 57,80% trabajaban en el sector agrario; el 19,10% en el servicio doméstico; y el 12,40% en la industria, dentro de la cual el 28% correspondía a la industria textil. Treinta años después, la presencia de la mujer en el sector primario desciende hasta el 23,70%, mientras que en la industria la mujer ocupa ya el 31,60%, igualándose e incluso situándose por encima del porcentaje dedicado al servicio doméstico con un 31%. Pero si el textil seguía siendo la principal ocupación de la mujer dentro del sector secundario (32,70%), el servicio doméstico constituía el grueso de ocupación dentro del sector servicios, aunque también estaba presente en un alto porcentaje en la docencia, Página 2 particularmente en la educación primaria. Esta presencia de la mujer en el mundo laboral y en especial en la fábrica, le concede a la mujer una visibilidad social de la que carecía hasta entonces (Capel, 2003), pero también la sitúa ante el problema de reparto de su tiempo entre su actividad laboral y sus “incuestionables” obligaciones familiares. En esta década de los años 30, la tasa de actividad de la mujer se sitúa en el 44,48%, de los cuales solo el 2,82% lo hacía en el sector primario. En la industria manufacturera las mujeres ocupan el 25,86% de la tasa de actividad industrial (11,32%), pero si nos centramos en la industria textil, la mujer ocupa el 71,78%. El sector servicios seguía siendo el más feminizado, la rama del comercio, fundamentalmente el minorista, con un 63,07% de mujeres, la hostelería con el 55,24%, la educación con 65,78%, las actividades sanitarias y servicios sociales con el 77,36%, y la de actividades domésticas con un 91,18%, de participación de las mujeres dentro de cada una de estas ramas de actividad. Es curioso como 100 años después, en 2010, año de referencia de este trabajo, vemos cómo siguen manteniéndose estas ramas de actividad fuertemente feminizadas. Todo este proceso de visibilización social y laboral de la mujer, evidentemente ha sido acompañado de un avance jurídico que iba sosteniendo y afianzando cada uno de los nuevos logros conseguidos por las mujeres. Durante todo el siglo XIX la mujer luchó para conseguir el derecho al voto que alcanzó, ya entrado el siglo XX, como pilar de su derecho a la participación en la vida pública. En España, ese derecho al voto de la mujer fue incorporado en la Constitución de 1931 (Gaceta de Madrid. 1931). Las reivindicaciones más significativas de la mujer en el ámbito laboral han sido la equiparación de salarios, “a igual trabajo igual salario”, y su propia significación como mujer y trabajadora dentro de las fábricas. Pero para el reconocimiento de derechos de la mujer trabajadora han sido necesarias brutales huelgas como la de 1912, en la que veinte mil trabajadores de Barcelona, entre ellos trece mil mujeres y niños fueron a la huelga durante 2 meses y medio ininterrumpidos (Ramos, 1991). La mayor oposición a la regulación del trabajo de las mujeres, con salarios muy por debajo de los hombres, venía de la mano de los empresarios, que consideraban que disminuiría considerablemente la competitividad del mercado nacional con la puesta en práctica de leyes reguladoras de los derechos de estas. Solo la presión obrera hizo posible el comienzo de la regulación del trabajo, y más concretamente, de la relación Página 3 laboral de las mujeres, con la Ley de 13 de marzo de 1900 sobre el trabajo de las mujeres y de los niños (Gaceta de Madrid, 1900), ya que hasta este año, era el Código Civil el que regulaba escasos aspectos de toda relación laboral (Gaceta de Madrid, 1889). Esta Ley, además de imponer el descanso dominical y regular el trabajo de los niños en las fábricas, imponía el descanso de la mujer durante las 3 semanas posteriores al parto, fijándose 6 semanas de suspensión del contrato laboral por maternidad en el RD de 20 de agosto de 1923 (Gaceta de Madrid, 1923), en el que, además, se reconocía un permiso de una hora diaria para aquellas mujeres con hijos en periodo de lactancia. También supuso un claro avance el Decreto-Ley del 22 de marzo de 1929 (Gaceta de Madrid, 1929) que implanta el seguro de maternidad a todas las mutualistas. Durante la II República en España, la presencia de la mujer en la vida pública alcanzó una importancia inusitada hasta el momento, supuso un viento de esperanza para aquellas mujeres que luchaban por su igualdad con el varón. Pudieron acceder a un trabajo fuera de casa y optar por empleos y actividades hasta ese momento vetados para ellas. También se reformó el Código Civil para, entre otras muchas concesiones sociales, suprimir de los contratos de trabajos la cláusula que permitía despedir a la mujer que contraía matrimonio (Cabrera, 2005). Esto les permitió alcanzar cierta independencia económica y una libertad hasta entonces negada. La incipiente participación de la mujer en los sindicatos y en los partidos políticos hizo que estos incluyesen en sus programas la consigna: “A igual trabajo, igual salario”, a cambio de conseguir el apoyo femenino en la lucha de clases que dominó este periodo. La Constitución de 1931 ya establecía en su artículo 36 que “no podrán ser fundamento de privilegio jurídico: la naturaleza, la filiación, el sexo, la clase social, la riqueza, las ideas política ni las creencias religiosas” (Gaceta de Madrid, 1931). Sin embargo, la discriminación salarial que sufrían las mujeres aún seguía constituyendo uno de los principales problemas de la mujer trabajadora. En las bases de trabajo, lo que hoy serían los convenios sectoriales, se regulaban los tipos de trabajos y categorías laborales, así como las remuneraciones según el género. Excepcionalmente se encuentran bases en las que se estableciesen una cláusula de igualdad salarial para ambos sexos, como ocurría en la industria textil ocupada mayoritariamente por mujeres, lo normal era encontrarse con bases como las aprobadas por el Jurado Mixto de Ferrocarriles de la Robla (Gaceta de Madrid, 1933), que decían: “el personal femenino Página 4 al servicio de la compañía tendrá iguales derechos y prerrogativas que el masculino sin que por ello implique igualdad en la retribución” (Nuñez,1999). Así, durante los primeros años de la década de los 30, en la recogida de la aceituna, la mujer cobraba el 50% del salario de un hombre; en la metalúrgica era aún menos, el 41,30%; en el textil, un 47,60%; y en ninguno de los sectores, el salario máximo de una mujer alcanzaba el sueldo mínimo de un hombre por el mismo trabajo (Cobo 2001). La Guerra Civil abrió nuevos ámbitos de actividad a la mujer con trabajos remunerados o voluntarios, como la realización de servicios auxiliares de guerra, sin que eso supusiese un cambio sobre la concepción tradicional del papel de la mujer en la sociedad (Cabrera, 2005). La sociedad altamente patriarcal que defendió la Dictadura Franquista, volvió a retirar a la mujer del trabajo remunerado, de la política y en definitiva, de la vida pública, relegándola al ámbito privado y doméstico (Rubiales, 2003). Una de las Leyes Fundamentales del nuevo Régimen, el Fuero del Trabajo (BOE, 1938) anunciaba ya la prohibición del trabajo nocturno para las mujeres y niños, y la regulación del trabajo a domicilio. Una serie de leyes posteriores, protectoras de la familia, prohibieron el acceso a la mujer a determinados trabajos y establecieron la excedencia forzosa por matrimonio, todo esto enmascarado como la liberación para la mujer del taller y de la fábrica. En 1960, sólo el 15,20% de los trabajadores eran mujeres, que además ocupaban puestos poco remunerados y que respondían a la tradicional división sexual del trabajo (Van Den Sanden, 1998). Al año siguiente, se aprueba la Ley 56/1961, de 22 de julio, sobre los Derechos Políticos, Profesionales y de Trabajo de la Mujer (BOE, 1961). Esta ley reconocía los mismos derechos a hombres y mujeres para el desempeño de actividades políticas y profesionales, con la excepción del Ejército y los Cuerpos de Seguridad que quedaban restringidos a los hombres, al igual que aquellos trabajos penosos, peligrosos o insalubres (Folguera, 1997). Del mismo modo, se impedía acceder a las abogadas españolas a la carrera judicial hasta que se aprobó la Ley 96/1966 (BOE, 1966), del 28 de diciembre, que suprime algunas otras limitaciones impuestas en la Ley anterior, Página 5 como la obligación de la mujer de abandonar el trabajo asalariado tras casarse. Sin embargo, mantenía la necesidad del permiso del marido para poder trabajar, presumiéndose este si la mujer ya trabajaba antes de contraer matrimonio. Ya en mayo de 1975, se vuelve a reformar el Código Civil (BOE, 1975) eliminando la necesidad de la autorización del marido para la firma de un contrato laboral (Cabrera, 2005). Las décadas de los 60 y 70 se caracterizaron en España por un fenómeno emigratorio hacia el exterior de España, que fue seguido por miles de españoles que buscaban mejores oportunidades de progreso y que alivió los problemas de paro desencadenado por el gran éxodo rural hacia la ciudad en busca de mejores condiciones de vida. No hay que olvidar que según la Encuesta de Población Activa de 1969, el 73% de las mujeres que trabajaban en la agricultura lo hacían en explotaciones familiares, sin cobrar sueldo alguno, frente al 20% de los hombres. En 1971, el porcentaje de mujeres que ocupaban puestos no cualificados en la industria no difería mucho del porcentaje ocupados por los hombres, un 14,80% de mujeres frente a un 11% de hombres, pero la diferencia se acrecienta conforme aumentaba la responsabilidad de los puestos de trabajo, ocupando las mujeres tan solo el 9,60% de los cargos directivos en 1970 (Folguera, 1997). La discriminación salarial sigue presente en estas dos décadas, situándose el salario por hora de las mujeres en un 80% del salario de los hombres en 1963, y en un 75% en 1971 (Comisiones Obreras, 2004). La muerte de Franco en noviembre de 1975 y la aprobación el 31 de octubre de 1978 de nuestra actual Constitución (C.E.1978), ratificada el 6 de diciembre por el pueblo español, abre las puertas a la mujer a su equiparación social con el hombre, así como al reconocimiento de derechos negados (BOE, 1978). Reconoce en su Artículo 14, la igualdad formal y la no discriminación por razón de sexo. Así mismo, insta a los poderes públicos a “promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas, y a remover los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud” en su Artículo 9.2 (C.E.,1978). Igualmente en el Artículo 35 se reconoce a todos los españoles el deber y el derecho al trabajo, a la libre elección de profesión y oficio, a la promoción a través el trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia, sin que en ningún caso pueda hacerse discriminación por razón de sexo. Página 6 Durante estos últimos 30 años de democracia en España, los contenidos constitucionales de igualdad han ido desarrollándose con normativa antidiscriminatoria, apoyada al mismo tiempo en una regulación internacional y comunitaria reconocedora del derecho de igualdad y de protección contra toda discriminación. Estos preceptos normativos han ido ocupando espacio en instituciones y organizaciones, y creando estructuras que posibiliten la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres en todos los ámbitos, pero principalmente en el laboral, con disposiciones de contenido antidiscriminatorio en el Texto Refundido de la Ley del Estatuto de los Trabajadores (BOE, 1995), el Texto Refundido de la Ley General de la Seguridad Social (BOE, 1994), la Ley de Procedimiento Laboral (BOE, 1995), la Ley de Prevención de Riesgos Laborales (BOE, 1995) y la Ley de Infracciones y Sanciones en el Orden Social (BOE, 2000). Esta perspectiva de género se ha integrado en todos los ámbitos de la realidad social a través también de normas específicas que abordan problemas que se manifiestan tanto en un ámbito privado como público, como es la violencia de género, con la Ley 1/2004 de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género (BOE, 2004). Toda esta normativa ha facilitado la incorporación de la mujer al trabajo, aumentado la tasa de actividad femenina en 24,92 puntos porcentuales desde el cuarto trimestre de 1978 hasta el mismo trimestre de 2010, año de referencia de este estudio, pasando del 28,09% en 1978 al 53,01% en 2010. Todo esto, frente a una disminución de la tasa de actividad en los varones de 7,91puntos porcentuales, pasando del 75,67% al 67,76% en el mismo intervalo de tiempo. Respecto a la tasa de ocupación o empleo femenino, el incremento ha sido menor, pero también importante, ascendiendo en esta treintena, 16,56 puntos porcentuales, pasando del 25,58% en 1978 al 42,14% en 2010. Frente a este aumento de ocupación femenina, tenemos una disminución de la tasa de ocupación masculina de 15,96 puntos porcentuales, pasando del 70,31% en 1978 al 54,35% en 2010, según los datos que nos ofrece la Encuesta de Población Activa del Instituto Nacional de Estadística. En cuanto a la diferencia de retribuciones entre hombres y mujeres, sigue manteniéndose un balance negativo para ellas, alcanzando en 2010 el 22,55% de Página 7 diferencia salarial sobre el salario medio bruto anual, lo que implica que la mujer tiene que trabajar 79,71 días más que el varón para percibir la misma retribución media anual. Es evidente, por tanto, que la igualdad formal ante la ley no es suficiente para alcanzar una igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres. Todavía subsisten obstáculos que impiden alcanzarla y que directa o indirectamente suponen discriminación por razón de sexo, como es: la violencia de género; la discriminación salarial; el mayor desempleo femenino; o la escasa presencia de las mujeres en puestos de responsabilidad política, social, cultural y económica; así como el problema de conciliación entre la vida personal o familiar y laboral. Ante este contexto, se aprueba la Ley Orgánica 3/2007, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres (LOI en adelante) (BOE, 2007), que va más allá de la mera transposición de la Directiva europea 2002/73/CE (DOUE, 2002) que incorpora el principio de transversalidad en materia de igualdad, obligando a los Estados Miembros a aplicar activamente este principio en toda aprobación normativa, así como en sus políticas. Esta ley no sólo intenta combatir toda manifestación de discriminación por razón de sexo, sino que además intenta prevenirlas a través de la actuación de los poderes públicos y de la novedosa implicación, en algunos casos forzada, de las propias empresas privadas. Con la LOI, los poderes públicos intentan materializar el principio de igualdad efectiva entre hombres y mujeres a través de tres grandes estrategias: la igualdad de oportunidades para facilitar el acceso de la mujer a la vida pública, acabando con su ausencia en todos los ámbitos de la realidad social; la acción positiva, que busca el equilibrio entre hombres y mujeres; y la búsqueda de cambios estructurales en nuestra sociedad que permita la superación de la tradicional división sexual del trabajo, así como la corresponsabilidad del hombre dentro de la familia. Estas estrategias se proyectan en un marco de actuación que contempla una serie de medidas que abarcan diversas esferas, como son la educativa, sanitaria, cultural, en la sociedad de la información, la vivienda, en el ámbito rural, y por supuesto en el ámbito del trabajo, ya que este sigue siendo la clave para que la mujer alcance la autonomía económica necesaria para situarla en una posición de igualdad efectiva en el seno de la familia, que allane el camino hacia la igualdad laboral (CES, 20012). Página 8 Así en el plano del empleo, la LOI introduce medidas cuyos objetivos prioritarios son: la formación, el acceso de las mujeres al trabajo, y su permanencia en el mercado laboral; en el ámbito de la negociación colectiva, establece la obligatoriedad de establecer planes de igualdad en los convenios de grandes empresas, y el fomento de estos planes en las medianas y pequeñas empresas; respecto a la conciliación de la vida personal familiar y laboral, recoge medias tendentes a flexibilización de la jornada laboral de la mujer con hijos menores, así como para facilitar la corresponsabilidad familiar del hombre, con un permiso de paternidad autónomo del que disfruta la madre. Un primer balance de las actuaciones llevadas a cabo en aplicación de la LOI, nos reporta unos resultados marcados por los efectos de la actual crisis económica, que ha afectado en mayor medida a sectores ocupados mayoritariamente por hombres como ha sido el de la construcción, y que ha minimizado los esperados efectos favorables de su incipiente aplicación. De este modo, la tasa de actividad de las mujeres desde 2008 a 2010, en el cuarto trimestre, ha pasado de 51,38% a 52,60% respectivamente, aumentando 1,22 puntos porcentuales, mientras ha disminuido la tasa de actividad de los hombres en 1,49 puntos. Sin embargo, la diferencia de puntos porcentuales en la tasa de ocupación o empleo en ese mismo intervalo temporal, ha sido negativa tanto para hombres como para mujeres, siendo no obstante, la caída menor para las mujeres que han experimentado una disminución de 1,49 puntos en su tasa de ocupación, frente a los 6,03 puntos porcentuales que han sufrido los hombres. Un comportamiento del mercado laboral totalmente atípico en periodos de recesión, en los que las mujeres sufrían, en mayor proporción, sus efectos negativos, y a las que les costaba más la recuperación en los periodos de crecimiento (Ministerio de Igualdad, 2009). A pesar de las mejoras observadas respecto a la incorporación y ocupación laboral de las mujeres durante las últimas décadas, la desigualdad retributiva sigue siendo todavía un problema a erradicar. Una “Igual retribución para trabajos de igual valor o equivalentes” sigue siendo un reto para la mujer. Los trabajos de igual valor son aquellos que requieren las mismas capacidades, esfuerzo, responsabilidad y condiciones de trabajo, por lo tanto, deben ser remunerados igualmente tanto si están ocupados por hombres como si quienes los ocupan son mujeres. Esta diferencia salarial por razón de sexo es lo que se conoce como brecha salarial, y cuyo estudio y análisis constituye el objetivo de este trabajo, a partir de los datos que nos ofrece la Encuesta de Estructura Página 9 Salarial (EES en adelante). Estos datos son los ingresos brutos medios por hora trabajada y los brutos anuales en algunos casos, siendo más preciso el primero porque no se ve afectado por la temporalidad en el trabajo y más concretamente por la mayor presencia femenina en trabajos a tiempo parcial. Sobre ellos, se calcula el indicador de la brecha o diferencia salarial que va a cuantificar la desigualdad salarial entre hombres y mujeres. Los salarios brutos medios anuales y por hora trabajada van a reflejar unas diferencias salariales entre hombres y mujeres en función de determinados factores como son la jornada, la actividad económica, el nivel educativo, edad, antigüedad, tipo de contrato, entre otros, que darán lugar a diferentes valores de brecha salarial en función de los mismos, y que irán siendo estudiados a lo largo de este trabajo. Tras esta introducción, en el siguiente apartado, definiremos algunos conceptos relacionados con la desigualdad salarial entre hombres y mujeres, definiendo claramente lo que entendemos por diferencia o brecha salarial, conceptos empleados coloquialmente de forma indistinta, así como la forma de calcular este indicador a partir de los datos que nos ofrece la EES-2010. A continuación, en el tercer apartado, se ofrece una descripción de los datos que nos facilita el INE en la última Encuesta de Estructura Salarial realizada, correspondiente al año 2010. Respecto a la brecha salarial, veremos como la EES-2010 nos ofrece datos de las remuneraciones salariales de los hombres y mujeres encuestados que representan al resto de los trabajadores, en función de las diferentes variables que afectan a sus retribuciones. Dada la enorme repercusión que tienen las condiciones de trabajo en la vida de las personas, es importante analizar los diferentes aspectos en los que se manifiesta esa desigualdad de género, para contribuir a una mayor percepción social del problema, que derive en la búsqueda y puesta en marcha de instrumentos, que tanto desde el ámbito público como el privado, hagan posible llegar a una igualdad efectiva entre hombres y mujeres en el ámbito laboral. Por este motivo, tras el estudio de los datos, se analizarán los resultados obtenidos a partir de los mismos. Cómo la brecha salarial aumenta o disminuye al estudiar por separado cada una de las variables a tener en cuenta, veremos si en función del tipo de variable que podremos agrupar como perteneciente a las características personales como la edad o el nivel de estudios; laborales como la Página 10 antigüedad, la jornada o la ocupación; o de la empresa en la que se realiza el trabajo, si es pública o privada, o su tamaño; la brecha o diferencia salarial va a tener un comportamiento homogéneo, o por el contrario, totalmente anárquico e independiente en cada una de las variables analizadas. Evidentemente el análisis de los resultados obtenidos nos va a devolver unos valores de brecha salarial que van a poner de manifiesto una desigualdad salarial entre hombres y mujeres perfectamente cuantificable para cada una de las variables de la EES-2010 encuadradas en características personales, laborales o de la empresa donde el trabajador presta sus servicios. Sin embargo, esa desigualdad salarial va a tener un componente causal de discriminación tanto directa como indirecta imposible de cuantificar por separado. Existen numerosos estudios que cuantifican la brecha salarial en función de las diferentes características personales, laborales o de empresa, que determinan las retribuciones, tal y como analizaremos en este trabajo, pero no son tan numerosos los encaminados a delimitar la proporción de discriminación salarial directa e indirecta que encierra un determinado valor de brecha o diferencia salarial. Las investigaciones realizadas por De Cabo y Garzón en 2007 respecto de los datos de la EES-2002, estiman que la discriminación salarial directa se sitúa en torno al 17%, es decir, las trabajadoras españolas ganan en media por hora un 17% menos que sus compañeros varones únicamente por razón de sexo, una vez aislado el efecto del resto de variables sobre el salario. Respecto de la discriminación salarial indirecta que sufren las mujeres, varía de unas a otras, dependiendo de la interacción del sexo con su dotación de características personales, laborales y de empresa. Pero en los perfiles de trabajadores y trabajadoras más representativos, se sitúa entre el 10% y el 25%, sin exceder nunca del 30% ni bajar del 4%, es decir, estos porcentajes de salario por hora, cobran en menor cuantía las mujeres respecto de los hombres (De Cabo y Garzón, 2007). Concluiremos este estudio con la certeza de la existencia de una desigualdad salarial con balance negativo para la mujer, que se traduce en una desigualdad económico-social que continua siendo un reto para nuestra sociedad que es necesario superar. Por eso, resulta imprescindible seguir fomentando las políticas de igualdad de Página 11 género en el ámbito socio-laboral, que permitan llegar a la igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres. 2.- METODOLOGÍA. A lo largo de la anterior Introducción, nos encontramos con términos como tasa de actividad o tasa de ocupación, que nos permiten conocer la situación de la mujer respecto a su incorporación al mercado laboral y su continuidad en el mismo. Estos datos son ofrecidos por la Encuesta de Población Activa (EPA) elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) con carácter trimestral. La tasa de actividad es el cociente expresado en porcentaje entre el total de personas económicamente activas y la población de 16 o más años, entendiendo por población económicamente activa, al conjunto de personas de 16 o más años que durante la semana de referencia, inmediatamente anterior a la que corresponda realizar la entrevista según el calendario previamente establecido, suministran mano de obra para la producción de bienes y servicios o que están disponibles y hacen gestiones para incorporarse a dicha producción. Luego: Activos=ocupados+parados Tasa de actividad= 100 nºpersonas 16 o más años Respecto a la tasa de ocupación o tasa de empleo, es el cociente también expresado en porcentaje entre el total de ocupados y la población activa. La población ocupada es la población con empleo, bien sea por cuenta ajena o asalariada, o bien por cuenta propia. La EPA excluye de entre los asalariados: a los socios cooperativistas, los trabajadores familiares no remunerados, y aquellos trabajadores con licencia o suspensión de empleo muy débilmente vinculados al mismo. Igualmente esta encuesta no considera persona ocupada por cuenta propia a aquellas personas que realicen trabajos fuera del ámbito de las actividades económicas, servicios sociales o cuidado de hogar, sin recibir remuneración alguna. Los trabajadores estacionales o discontinuos que en la época de menor actividad no estén trabajando la semana de referencia, están excluidos como ocupados, tanto si se trata de asalariados como si trabajan por cuenta propia. Luego: nº total de ocupados Tasa de ocupación (o de empleo)= 100 nº total de activos Página 12 Naturalmente la EPA recoge todos estos datos distinguiendo entre hombres y mujeres, permitiéndonos tener una perspectiva de género de la población económicamente activa, ocupada y desempleada. Por otro lado y formando una de las partes centrales de este trabajo, nos encontraremos con los términos de brecha y diferencia salarial. Ambos conceptos: diferencia salarial y brecha salarial, se utilizan indistintamente para hablar de una misma realidad, la distancia entre las retribuciones o remuneraciones de hombres y mujeres por un trabajo de igual o equivalente valor. En primer lugar debemos matizar qué entendemos por “salario”. El Convenio 95 de la Organización Internacional de Trabajo (OIT en adelante) relativo a la protección del salario, en su Artículo 1 dice que: “el término salario significa la remuneración o ganancia, sea cual fuere su denominación o método de cálculo, siempre que pueda evaluarse en efectivo, fijada por acuerdo o por la legislación nacional, y debida por un empleador a un trabajador en virtud de un contrato de trabajo, escrito o verbal, por el trabajo que este último haya efectuado o deba efectuar o por servicios que haya prestado o deba prestar” (www.ilo.org/, 20/01/2014). Este concepto amplio de salario abarca todas aquellas retribuciones o remuneraciones brutas que recibe el trabajador por diferentes conceptos como ya veremos en el tercer apartado referido a los datos de este trabajo. Por otro lado, la Real Academia Española (RAE) define diferencia en su primera acepción, como “la cualidad o accidente por el cual algo se distingue de otra cosa”. Igualmente, en su uso cotidiano, este concepto seguido de las preposiciones “a” ó “de”, viene a “denotar la discrepancia que hay entre dos cosas semejantes, o comparadas entre sí”. Desde la óptica matemática, es “el resultado de la operación de restar”, cuando ese resultado es cero, significa que nos encontramos ante situaciones de igualdad. La definición que hace la RAE, de la palabra brecha, es la de “rotura o abertura irregular, especialmente en una pared o muralla”, pero también de “herida, especialmente en la cabeza”. En ambos casos, la palabra brecha viene a designar aquella zona que distancia dos extremos que deberían estar juntos, es decir, aquello que les separa o que les diferencia (DRAE, 20/01/2014). Página 13 Luego, trasladando estos conceptos al ámbito que nos ocupa en este trabajo, no es una incongruencia identificar diferencia salarial con brecha salarial, en el sentido de la distancia existente entre dos cantidades retributivas. La cuestión es que siempre que hablamos de estos dos conceptos, equiparamos dos retribuciones, la de los hombres por un lado y la de las mujeres por otro, y además, damos por hecho que el balance es negativo para la mujer. El leguaje, como instrumento de comunicación, no es algo arbitrario que evolucione de forma independiente a los propios hábitos y costumbres de una sociedad, sino al contrario, la lengua refleja el contexto social en que se practica. De esta forma, siempre que se alude a diferencia salarial o brecha salarial entendemos una diferencia entre las remuneraciones de hombres y mujeres, pero con balance negativo para estas, pese a que como ya veremos, excepcionalmente puede invertirse el signo de la balanza hacia el lado positivo para las mujeres. Llegados a este punto, habremos de hacer algunas matizaciones sobre a qué nos referimos en nuestro trabajo cuando hablamos brecha o diferencia salarial. La Oficina de Estadística de la Unión Europea (Eurostat), define la brecha salarial como la diferencia entre los ingresos brutos medios por hora de hombres y mujeres expresado como porcentaje del promedio de los ingresos brutos por hora de los hombres (EUROSTAT, 2013). El cálculo de este porcentaje va a ser el siguiente: considerando el salario medio bruto por hora trabajada de los hombres como el 100% del salario a percibir por las mujeres, la diferencia entre el salario medio bruto por hora trabajada del hombre y el salario medio bruto por hora trabajada de la mujer, supone un porcentaje respecto de ese 100% que cobran los varones. Una simple regla de 3 nos dará la respuesta: Salario bruto hombres por hora-Salario bruto mujeres por hora Brecha Salarial= 100 Salario bruto hombres por hora Así, ante un salario de 11,89€ por hora trabajada de los hombres que representaría el 100% del salario a percibir, las mujeres perciben 10,65€, la diferencia es de 1,24€ lo que representa el 10,43% del salario bruto medio por hora trabajada de los hombres. 11,89-10,65 Brecha Salarial= 100=10,43% 11,89 Brecha o Diferencia salarial, ambas cuantifican la desigualdad salarial que sufren las mujeres respecto a los hombres con una menor retribución en la realización de un Página 14 puesto de trabajo de igual o equivalente valor, y por supuesto, su cuantía va a variar en función de las diferentes características personales, laborales o de empresa en las que se encuadran las variables recogidas en el EES-2010. En la representación gráfica de la brecha salarial que encontraremos a lo largo de este trabajo, nos vamos a encontrar con dos formas diferentes de representarla. Cuando se esté cuantificando la brecha salarial en el estudio de cada variable de forma independiente, se representará la brecha salarial de modo que se haga más visible gráficamente la comparativa salarial, hombre-mujer, así como la distancia salarial que les separa a ambos. Así se hará visible el salario de los hombres como el 100% de lo que deberían percibir las mujeres, el porcentaje que realmente perciben las mujeres de ese 100%, y la distancia porcentual cuantificada hasta llegar al 100% de los varones, esto es, la brecha salarial. Cuando se estudie la comparativa de brechas salariales de dos variables cruzadas, se representará el porcentaje que cada una de ellas alcanza. Esta desigualdad salarial no responde únicamente a una discriminación por razón de sexo, sino también a las diferentes características personales, laborales o de empresa existentes entre hombres y mujeres. Solo cabe hablar de discriminación por razón de sexo cuando la diferencia o brecha salarial es fruto de un trato excluyente e injusto para la mujer al realizar un trabajo de igual o equivalente valor, y al que ambos sexos acceden con la misma dotación de características personales, laborales y de empresa. Dentro de una concepción amplia del término de discriminación salarial por razón de sexo, nos encontramos con una discriminación salarial a priori que es la que sufre la mujer en el acceso al empleo; y una discriminación salarial a posteriori que es la que sufre la mujer dentro ya del mercado laboral, ya en el puesto de trabajo, y que subyace en esa parte de la brecha o diferencia salarial que no se fundamenta en una diferente dotación de características de la persona ocupada, sino únicamente por razón de su sexo (De Cabo y Garzón,2007). La diferencia o brecha salarial puede responder aparentemente a “hechos objetivos”, los hombres ocupan puestos de más responsabilidad, dedican más tiempo al trabajo y sus carreras profesionales son más continuas, lo que redunda en una mayor productividad, asignándole cierta legitimidad y justicia a esa desigualdad salarial (ENRED Consultoría, S.L. 2009). Sin embargo, las causas que dan lugar a esos “hechos Página 15 objetivos”, son el resultado de prácticas sociales y laborales aparentemente neutrales y no discriminatorias que pueden producir un impacto adverso sobre el salario de la mujer, y que no constituyen una exigencia objetiva y justificada para el desempeño del trabajo. Por ejemplo, la valoración de factores laborales que beneficien al hombre, como puede ser la continuidad de la carrera profesional y que evidentemente beneficiarían por igual a la mujer de tener esa misma continuidad, pero que generalmente esta no llega a alcanzar por razones biológicas o bien por roles sociales asumidos. O la sobrevaloración del trabajo que requiere de una fuerza física de la que no dispone la mujer, y no valorar en el terreno laboral, por ejemplo, la capacidad organizativa, que beneficiaría a la mujer precisamente por ser una capacidad adquirida como consecuencia de asumir esos roles sociales. Esta discriminación salarial a posteriori que responde a factores que asociados al sexo de la persona trabajadora, aumentan o disminuyen el efecto directo del sexo sobre el salario, es una discriminación salarial indirecta, implícita, poco visible, fruto de una organización laboral y social segregada por sexos, en la que hombres y mujeres ocupan masivamente diferentes sectores de actividad o asumen diferentes responsabilidades en el trabajo y en la familia, y que responden a ideas preconcebidas sobre la disponibilidad para el empleo de mujeres y hombres, y que siempre subyace en toda diferencia o brecha salarial. Pero aún cuando se eliminan los efectos de esos aparentes “hechos objetivos”, y nos encontramos que para un trabajo de igual o de valor equivalente, la mujer recibe menor remuneración, única y exclusivamente por razón de su sexo, estamos entonces ante una discriminación salarial directa. Por ejemplo, el salario del personal de limpieza, mayoritariamente femenino, comparado con el de peones o mozos, profesiones altamente masculinizadas aunque de una misma categoría laboral, el salario de los primeros es inferior al de estos últimos. Y es que históricamente el trabajo de la mujer ha estado infravalorado, social y económicamente a pesar de ocupar estas, sectores y ocupaciones de un gran valor para el mantenimiento del bienestar social como sanidad, educación o servicios sociales. (ENRED Consultoría, S.L., 2009). Sexo y género son conceptos que utilizamos como sinónimos, aunque el sexo haga referencia únicamente a una condición biológica de la persona, y el género sea un concepto mucho más amplio que vincula el sexo con aspectos sociales, culturales y económicos. En este estudio, a pesar de considerar el sexo como una variable más que Página 16 influye en el salario, este interacciona con otras variables, como el tipo de jornada por ejemplo, que resultan estar influidas por roles sociales y culturales, como la mayor dedicación de la mujer a la familia restándole tiempo a su ámbito laboral, repercutiendo este menor tiempo trabajado en el salario percibido por las mujeres. 3.- DATOS: ENCUESTA DE ESTRUCTURA SALARIAL 2010. Este trabajo se ha llevado a cabo utilizando los datos que nos ofrece la última Encuesta de Estructura Salarial de 2010. La Encuesta de Estructura Salarial (EES en adelante) es el resultado de un proyecto abordado por el Instituto Nacional de Estadística en cumplimiento de un Reglamento comunitario de 1995 (DOCE, 1995). Su viabilidad, calidad y riqueza informativa originó la apertura de un proceso de estudio y discusión de los Países Miembros junto con Eurostat, (Oficina Estadística de la Unión Europea que ofrece datos estadísticos fiables que permitan la comparación entre países y regiones), que culminó con la aprobación de nuevos Reglamentos comunitarios que contemplan la elaboración de esta encuesta cada cuatro años a partir de la primera que se publicó en 2002. La EES se realiza con una metodología y contenido común, al objeto de poder comparar los resultados de nivel, estructura y distribución salarial entre los Estados Miembros. Por esto, se utiliza un mismo periodo de referencia, ámbito de cobertura, información demandada y características de la misma, método de recogida de datos, representatividad, procesamiento y transmisión de resultados, de acuerdo a los Reglamentos 530/1999 (DOCE, 1999) y 1738/2005 de la UE (DOUE, 2005). 3.1.- OBJETIVOS La Encuesta de Estructura Salarial recoge los salarios de forma individual junto con una gran cantidad de variables relacionadas con el trabajo que permiten establecer relaciones entre el salario y características personales o laborales del trabajador o de la empresa en la que éste presta sus servicios, y que pueden contribuir a determinar la cuantía de sus retribuciones. Página 17 La EES no sólo proporciona valores de ganancia media, sino también la distribución de los salarios y en consecuencia una medida de su desigualdad. Los objetivos de la Encuesta de Estructura Salarial son fundamentalmente dos: 1. El conocimiento de los niveles salariales medios y su distribución. 2. La determinación de la estructura del salario a partir de su composición y de las variables que influyen en él, y en la cuantía y forma en que lo hacen. 3.2.- ÁMBITO, COBERTURA Y PERIODO DE REFERENCIA. Geográficamente la EES abarca todo el territorio nacional. El ámbito poblacional está formado por todos los trabajadores por cuenta ajena que prestan sus servicios en centros de cotización, y hayan estado de alta en la Seguridad Social durante todo el mes de octubre del año de referencia de la encuesta. Se excluyen los presidentes y miembros de consejos de administración, así como en general, todo el personal cuya remuneración no sea principalmente en forma de salario, sino por comisiones o participación de beneficios. En cuanto a la cobertura sectorial, se investigan los centros de cotización cuya actividad económica esté encuadrada en los tres grandes sectores: la Industria, la Construcción y los Servicios. Actualmente, quedan excluidas de la encuesta: las actividades agrícolas, ganaderas y pesqueras; el personal doméstico; parcialmente la Administración Pública, Defensa y Seguridad Social Obligatoria (sí estando incluidos los empleados públicos sujetos al Régimen General de la Seguridad Social); y los organismos extraterritoriales. Respecto al periodo de referencia, la mayor parte de las preguntas de la encuesta se refieren al mes de octubre, por estar éste considerado en todos los países de la UE como un mes normal, por estar poco afectado por variaciones estacionales o por pagos de vencimiento superior al mes, como las pagas de Extraordinarias. Otras preguntas se refieren al año, de forma que se obtienen datos mensuales y anuales. Página 18 3.3.- CONCEPTOS Y DEFINICIONES. La ganancia salarial incluye el total de percepciones salariales en dinero efectivo y en especie. Se computan los devengos brutos, esto es, antes de practicarse las deducciones por las aportaciones del trabajador a la Seguridad Social y las retenciones a cuenta por el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). No se incluirán los atrasos, dietas, indemnizaciones o gastos de viaje. Dentro de las percepciones salariales destacan los siguientes conceptos: Salario base, que es la parte fija y fundamental del salario, y que se define como el mínimo de retribución acordado en los convenios colectivos, y calculado en euros/mes o euros/día. Cuando no existe convenio, ni acuerdo entre empleador y empleado, se entiende como salario base el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) establecido en la Ley anual de los Presupuestos Generales del Estado. Los pagos por horas extraordinarias, tanto estructurales como por fuerza mayor, remuneran el trabajo realizado fuera de la jornada habitual. La cuantía por hora extra trabajada está abierta a la negociación colectiva, pero generalmente es a un precio superior a la hora normal. Los complementos salariales son las retribuciones percibidas por encima de las básicas (salario base y pagas extraordinarias), de acuerdo con el convenio colectivo acordado. Pueden ser de varios tipos y no suelen tener una terminología uniforme, se pueden denominar pluses, primas, complementos o premios. Destacan: complementos personales por antigüedad, cualificación académica o profesional, conocimientos en idiomas o en informática, etc.; complementos relacionados con el puesto de trabajo como: el plus de nocturnidad, por días festivos, peligrosidad, penosidad o toxicidad; o complementos relacionados con la calidad o cantidad de trabajo realizado que remuneran la falta de absentismo y puntualidad, o los incentivos de productividad que premian el rendimiento laboral por encima de unos estándares. Pagos extraordinarios, que recogen todos los pagos de vencimiento superior al mes, que es el periodo general de devengo del salario. Pueden ser: - Pagos extraordinarios fijos como las pagas de extraordinarias de verano y Navidad, o las gratificaciones por beneficios. Se trata de pagos de cuantía fija que, en el caso de las pagas extraordinarias normalmente es de un mes de Página 19 salario. Las gratificaciones por beneficios remuneran la participación de los trabajadores en los beneficios de la empresa, y en el caso de establecerse en los convenios colectivos suelen ser también de un mes de salario. - Pagos extraordinarios variables, cuya cuantía no se conoce de antemano y que responden a incentivos por rendimiento de trabajo personal o de resultados de producción de la empresa. - Pagos en especie que consisten en toda entrega de bienes, derechos o servicios, que se le hace al trabajador en concepto de salario. La EES distingue tres tipos de ganancias salariales: La ganancia por hora, que permite estudiar los salarios en condiciones de igualdad cuando los trabajadores tienen diferentes tipos de jornada, especialmente cuando son trabajadores a tiempo parcial, eliminando el factor de tiempo efectivamente trabajado que influye directamente en el salario. La ganancia mensual, que corresponde al habitual periodo de devengo de salarios, y que nos va a servir de referencia porque dentro de esta vamos a distinguir entre: el salario base, los pagos por horas extraordinarias, las pagas extraordinarias y los complementos salariales de nocturnidad, turnicidad y de fin de semana. La ganancia anual que incluye todos los pagos tanto en dinero como en especie, así como las gratificaciones extraordinarias. Todas ellas recogen el bruto de los salarios, pero la encuesta también recoge las cantidades retenidas para el IRPF y las cotizaciones a la Seguridad Social al objeto de obtener la ganancia neta mensual. La encuesta se ha realizado en el mes de octubre, del año de referencia, porque refleja las ganancias normales de un trabajador, al ser este un periodo no afectado por pagos estacionales que tienen un vencimiento superior al mes. Hay que tener en cuenta también que solo se ha considerado el salario que recibía el trabajador en la empresa por la que había sido seleccionado, sin tener en cuenta un segundo o tercer trabajo de aquel. Respecto a la ganancia mensual y anual de aquellos trabajadores que no hubieran recibido su salario mensual no completo por ausencias no remuneradas, o no hubiesen Página 20 permanecido todo el año en ese centro de trabajo, se les ha ajustado un salario como si hubiesen permanecido todo el mes o el año en su mismo puesto de trabajo. La ganancia por hora es el resultado de dividir la ganancia mensual por las horas trabajadas. En cuanto al tiempo de trabajo, la unidad de tiempo más aceptada es la hora efectivamente trabajada, ya sea formando parte de la jornada normal o como hora extraordinaria, sin tener en cuenta aquellas horas no trabajadas por ausencias no remuneradas y que minoran el salario mensual del mes de referencia. 3.4.- CLASIFICACIÓN Y DEFINICIÓN DE LAS DIFERENTES VARIABLES. La siguiente tabla recoge cada una de las variables sobre las que la EES-2010 ofrece datos salariales, clasificadas por razón de su naturaleza en características personales y laborales. Dentro de las laborales, se encuentran las características propias del trabajador y características de la empresa donde éste trabaja, que también van a influir en la cuantía de su salario, así como en su distribución por razón de sexo, permitiéndonos analizar la brecha salarial en función de cada una de ellas y de cada uno de los grupos que se establecen dentro de estas variables. Tabla 1: Describe las variables clasificadas según se refieran a características personales, laborales y de empresa, y los grupos considerados dentro de cada variable, recogidos en la EES-2010. Variable Grupos Características personales del trabajador. Género Hombres; Mujeres. Edad < 25 años; entre 25 y 34; entre 35 y 44; entre 45 y 54; >= 55 años. Nacionalidad Española; resto del mundo. Sin estudios; Educación Primaria; Secundaria I; Secundaria II; FP I, FP II, Nivel de estudios Diplomados universitarios; Licenciados, ingenieros y doctores. Características laborales del trabajador. < 1 año; de 1 a 3 años; de 4 a 10 años; de 11 a 20 años; de 21 a 29 años; Años de antigüedad >30 años. Tipo de jornada Completa; parcial. Tipo de contrato Indefinido; temporal. Ocupación del trabajador Clasificación Nacional de Ocupaciones de 2011 (CNO-11). Responsabilidad del trabajador Responsible; No responsible. Características de la empresa. Actividad de la empresa Clasificación Nacional de Actividades Económicas de 2009 (CNAE 2009). Empresas con < 50 trabajadores, entre 50 y 199 trabajadores, con ≥ 200 Tamaño de la empresa trabajadores. Tipo de control Público; Privado. Tipo de mercado principal Local o regional; nacional; europeo; mundial. Convenio colectivo Superior a la empresa; de empresa o inferior. Fuente: Elaboración propia a partir de la información de datos de la EES-2010. Página 21 3.4.1.- Características personales, propias del trabajador. Algunas de estas variables como la nacionalidad o sexo no necesitan de explicación alguna relativa a los grupos que integran cada una de ellas. La EES recoge los datos de los trabajadores, relativo a la edad de los mismos, siendo esta una variable que por sí sola no afecta directamente a los salarios, si lo hace de forma indirecta, puesto que va unida, por lo general, a un concepto que es muy valorado como competencia profesional, y es la experiencia laboral. La variable más importante dentro de las características personales del trabajador es el nivel de estudios porque va a condicionar el acceso del trabajador a las diferentes ocupaciones y categoría profesionales. Esta variable es la más difícil de cuantificar, pues quien proporciona la información de la encuesta no es el propio trabajador y por lo tanto puede desconocer la titulación del mismo. Esta variable parte de la Clasificación Nacional de Educación vigente en la actualidad, en la que podemos distinguir los siguientes niveles: Sin estudios o estudios primarios incompletos, Educación Primaria completa, Educación Secundaria primer y segundo ciclo, Formación Profesional de Grado Medio (FP I), Formación Profesional de Grado Superior (FP II), Diplomados universitarios, y titulados superiores. 3.4.2.- Características laborales del trabajador. Estas variables son muy importantes por su influencia en el salario bruto. Entre ellas está la antigüedad, que constituye un complemento salarial que recibe un trabajador en función del tiempo que lleve prestando sus servicios en la empresa y siempre de acuerdo al convenio colectivo. La EES-2010 establece 6 grupos de antigüedad: < 1 año; de 1 a 3 años; de 4 a 10 años; de 11 a 20 años; de 21 a 29 años; >30 años. El tipo de jornada puede ser a tiempo completo, o a tiempo parcial, y figura en el contrato del trabajador. A tiempo completo trabaja aquel que realiza la jornada prevista en el convenio colectivo o en su defecto la jornada máxima legal. Un trabajador a tiempo parcial es aquel cuya jornada de trabajo es inferior a la de otro “trabajador a Página 22 tiempo completo comparable” (BOE, 1995), esto es, que realice un trabajo idéntico o similar dentro de la misma empresa y el mismo centro de trabajo. El tipo de contrato hace referencia a la duración del mismo, pudiendo distinguir entre contrato indefinido que es el general, y contrato temporal sólo en los casos previstos en el Estatuto de los Trabajadores (BOE, 1995). En la EES-2010 se han excluido los contratos de aprendizaje por no ser representativos del mercado laboral al estar adscritos a actividades educativas o servicios sociales. La variable ocupación de la ESS-2010 se ajusta a la Clasificación Nacional de Ocupación de 2011 (CNO-2011). Esta clasificación responde a la Clasificación Internacional Uniforme de las Ocupaciones aprobada por la OIT en 2008 (CIUO-2008), que fue adoptada en su integridad por la Unión Europea en 2009. Por ocupación se entiende “un conjunto de empleos cuyas principales tareas y cometidos se caracterizan por un alto grado de similitud” (INE, 2012). Los criterios para encuadrar las diferentes ocupaciones son el tipo de trabajo realizado y las competencias o capacidad necesaria para desempeñar las tareas inherentes a un puesto de trabajo determinado. La CNO-11 tiene una estructura desagregada en varios niveles, constituyendo el primer nivel, los 10 grandes grupos de ocupación: Tabla 2: Describe los grandes grupos de ocupación de la CNO-11. Grupo Ocupación 1 Directores y Gerentes, con tareas de planificación y coordinación de la actividad general de la empresa 2 Técnicos y profesionales científicos e intelectuales, con tareas de aplicación y desarrollo de los conocimientos científicos e intelectuales necesarios en los diferentes campos 3 Técnicos, profesionales de apoyo, con tareas de carácter administrativo 4 Empleados contables, administrativos y otros empleados de oficina, con tareas de ordenación, almacenamiento, procesar y encontrar información 5 Trabajadores de los servicios de restauración, personales, protección y vendedores, con tareas de prestación de servicios 6 Trabajadores cualificados en el sector agrícola, ganadero, forestal y pesquero, excluidas de la EES-2010 7 Artesanos y trabajadores cualificados de las industrias manufactureras y la construcción (excepto operadores de instalaciones y maquinaria), cuyas tareas requieren un conocimientos de las materias primas, las etapas de producción y la aplicación de los productos 8 Operados de instalaciones y maquinaria, y montadores, con tareas que requieren el conocimiento y manejo de las máquinas 9 Ocupaciones elementales, de tareas sencillas y rutinarias realizadas con herramientas manuales 10 Ocupaciones militares, no recogidas en el EES. Fuente: Instituto Nacional de Estadística. Otra variable es la responsabilidad del trabajador, cuyo objetivo es saber si el trabajador tiene personal a su cargo o no, ya que no todos los trabajadores del grupo ocupacional 1 (Dirección de las empresas y de las Administraciones Públicas), desempeñan labores de supervisión de personal, y sí lo hacen en algunos casos, Página 23 trabajadores de los grupos 2 y 3 (Técnicos y profesionales científicos e intelectuales; y Técnicos y profesionales de apoyo, respectivamente), incluso otros. 3.4.3.- Características de la empresa. Dentro de estas características se encuadran variables como la rama de actividad de la empresa, según la Clasificación Nacional de Actividades Económicas de 2009 (CNAE-2009) enmarcada dentro de un proceso internacional de revisión de las principales clasificaciones económicas de uso estadístico. Por actividad económica se entiende el conjunto de actuaciones o proceso por el cual se obtienen productos, bienes o servicios destinados a cubrir necesidades y deseos de una sociedad, por lo tanto, en este concepto se tiene en cuenta los inputs (materia prima), el proceso productivo y el output (producto terminado). La CNAE-2009 agrupa las diferentes actividades económicas homogéneas en una misma categoría, según un criterio definido. Se estructura en 4 niveles de desagregación, teniendo 21 “secciones” de primer nivel, y dentro de cada sección se encuadran las “divisiones”, dentro de estas están los “grupos” y por último dentro de estos, las “clases”. En la siguiente tabla se recogen todas las secciones de la CNAE-2009, pero la EES-2010 no recoge datos, como ya se ha señalado anteriormente al referirnos a la cobertura sectorial de la EES-2010, de las secciones A, T y U. Tabla 3: Describe las secciones de la CNAE-2009. Sección Actividad A Agricultura, ganadería, silvicultura y pesca. B Industrias extractivas C Industria manufacturera D Suministro de energía eléctrica, gas, vapor y aire acondicionado E Suministro de agua, actividades de saneamiento, gestión de residuos y descontaminación F Construcción G Comercio al por mayor y al por menor, reparación de vehículos de motor y motocicletas H Transporte y almacenamiento I Hostelería J Información y comunicaciones K Actividades financieras y de seguros L Actividades inmobiliarias M Actividades profesionales, científicas y técnicas N Actividades administrativas y servicios auxiliares O Administración Pública y defensa, Seguridad Social obligatoria P Educación Q Actividades sanitarias y de servicios sociales R Actividades artísticas, recreativas y de entretenimiento S Otros servicios Actividades de los hogares como empleadores de personal doméstico; actividades de los hogares como T productores de bienes y servicios para uso propio. U Actividades de organizaciones y organismos extraterritoriales. Fuente: Instituto Nacional de Estadística. Página 24 Respecto al tamaño de la empresa, la EES-2010 establece 3 grupos de empresas basándose únicamente en el número de trabajadores que prestan sus servicios remunerados en ellas. De esta manera distingue entre empresas con menos de 50 trabajadores, empresas entre 50 y 199 trabajadores, y aquellas que tienen 200 y más trabajadores. Estos grupos se acercan pero no coinciden con la definición de micro, pequeña y mediana empresa (PYME) que hace la Unión Europea en una Recomendación de la Comisión, 2003/361/CE de 6 de mayo de 2003, relativa a la definición de las PYMEs (DOUE 2003). El convenio colectivo constituye una fuente muy particular del derecho laboral. Nace por acuerdo libremente negociado entre los representantes de los trabajadores y de los empresarios, a través del cual se fijan las condiciones por las que han de regirse las relaciones singulares de trabajo entre trabajadores y empresarios dentro de un determinado ámbito de aplicación, obligando a las dos partes como norma jurídica. Esta variable de la EES-2010 hace referencia al tipo de convenio en función de su ámbito de aplicación: estatal; inferior al estatal, de empresa o inferior. El resto de variables encuadradas en las características de empresa: tipo de control, o tipo de mercado, no necesitan más descripción que la aportada en la Tabla 1. 3.5.- DISEÑO DE LA ENCUESTA. El marco de la encuesta es el Registro General de Cuentas de Cotización a la Seguridad Social actualizado a fecha 31 de octubre de cada año. El procedimiento de selección aleatoria de las unidades encuestadas responde a un muestreo bietápico estratificado, que consiste en que en la primera etapa, las cuentas de cotización se clasifican de acuerdo a la clasificación de actividades económicas vigente, y dentro de cada actividad se estratifica por Comunidades Autónomas y luego por 8 intervalos de tamaño: el 1º, de 1 a 4 trabajadores; el 2º, de 5 a 9; el 3º, de 10 a 19; el 4º, de 20 a 49; el 5º, de 50 a 99; el 6º, de 100 a 199; el 7º, de 200 a 499; y el último y 8º de más de 500 trabajadores. La lista de las unidades seleccionadas en la primera etapa se remite a la Tesorería General de la Seguridad Social que facilita la lista de los trabajadores dados de alta Página 25 durante todo el mes de octubre del año de referencia, y se hace la selección de las unidades de segunda etapa a encuestar. De esta forma, el tamaño muestral en 2010 fue de 27.482 cuentas de cotización de la Seguridad Social de las cuales fueron encuestables 26.912, con un total de 232.366 trabajadores, distribuidos por secciones de actividad, Comunidades Autónomas y centro de cotización. Los estimadores en estadística son reglas que nos permiten obtener un parámetro o valor para cada variable y que resume la enorme y diversa cantidad de datos obtenidos en una encuesta. Por otro lado cada una de las personas encuestadas representa a una parte de la población, por eso, a cada encuestado se le asigna un factor de elevación que indica el número de personas a las que representa. 4.- ANÁLISIS DE RESULTADOS POR VARIABLES. Antes de pasar directamente a analizar la brecha o diferencia salarial a partir de los datos de la EES-2010, es importante conocer el contexto en el que la mujer tiene que luchar no solo por incorporarse al mercado laboral en igualdad de condiciones que los hombres, sino por mantenerse en el mismo, y ser valorada de idéntica forma que sus compañeros varones para percibir un salario igual por el desempeño de trabajos de igual valor. Pero no solo analizaremos la situación de la mujer en el mercado laboral a partir de los datos de la EPA del 3er trimestre de 2010 coincidiendo con el momento en que se recogen los datos de la EES (octubre 2010), sino que también lo haremos en el 4º trimestre de 2013 que es el último dato del que disponemos al cierre de este trabajo, para conocer su evolución en esta etapa de profunda crisis económica que estamos atravesando. El análisis de este contexto laboral mostrará también la mayor dificultad que tienen las mujeres para acceder al mercado laboral, pudiéndose encontrar sus causas en las diferentes características personales y laborales que presentan mujeres y hombres. Una de esas características es el sexo de la persona, que va a ser el origen de una discriminación laboral a priori por razón de género imposible de cuantificar, porque no Página 26 hay datos sobre el número de ocasiones en las que ante idénticas características personales y laborales de la persona candidata a ser empleada, el empresario opta por contratar al varón en lugar de a la mujer. Una vez inmersa en el mercado laboral, la mujer sufre una discriminación laboral a posteriori, que puede ser directa o indirecta, y que resulta muy difícil de cuantificar el grado en que ambas se encuentran latentes en la brecha salarial. En el análisis cuantitativo y cualitativo de la brecha salarial sobre las características personales, laborales o de empresa que a continuación se realiza, se hace referencia al tipo de discriminación que puede presentarse en mayor o menor grado. 4.1.- CARACTERÍSTICAS PERSONALES DE LA PERSONA TRABAJADORA. El o la trabajadora va a aportar a su entorno laboral características propias de su persona e independientes o ajenas al ámbito laboral, unas inherentes a su naturaleza física y humana, otras relativas a las capacidades adquiridas tendentes a su preparación para acceder al mundo laboral. Algunas de esas características personales o capacidades innatas o adquiridas no van repercutir en su remuneración salarial, como la empatía, la versatilidad, la capacidad de un rápido aprendizaje, mientras que otras sin embargo, sí van a influir positiva o negativamente en las remuneraciones que obtengan las personas por su trabajo. Entre estas últimas se encuentran: el género, la edad, la nacionalidad o los estudios alcanzados. 4.1.1.- Género. Biológicamente el ser humano está diferenciado por sexos, cada uno de los cuales está caracterizado por unas diferencias físicas evidentes. Socialmente el ser humano se desarrolla como tal dentro de una sociedad, compartiendo comportamientos, experiencias, costumbres, incluso sentimientos, que van moldeando a las personas conforme a su distinta identidad sexual, conformando el género de las mismas. Distintas sí, pero no desiguales. Aunque se ha avanzado mucho en esa igualdad de género, aún queda por hacer, y el ámbito en el que ha de alcanzarse en primer lugar es en el laboral, sirviendo éste de proyecto para una sociedad “agénerotizada”. Página 27 Respecto al ámbito laboral que es el que nos atañe en este trabajo, en el 3er trimestre de 2010, la tasa general de actividad es del 60,08% para ambos sexos, la masculina asciende al 68,28% y la femenina se sitúa en el 52,22%, lo que supone una estimable diferencia porcentual (16,06 puntos porcentuales) entre ambas tasas de actividad. Tres años después, en el 4º trimestre de 2013, y tras sufrir uno de los peores periodos de recesión económica en nuestro país, y como ha venido sucediendo a lo largo de la historia durante los periodos de crisis, la tasa general de actividad ha descendido al 59,43%. En los hombres ha descendido 2,38 puntos porcentuales, situándose en el 65,90%, por encima de la femenina que a pesar de haberse incrementado en 1,09 puntos porcentuales, se sitúa en un 53,31%. Ambas tasas de actividad, femenina y masculina, se han acercado en este tiempo, pero aún existe entre ellas una diferencia porcentual de 12,59 puntos. La tasa de ocupación en el 3er trimestre de 2010 alcanza el 79,60% para las mujeres y un 80,71% en los hombres, lo que implica que las mujeres soportan una tasa de desempleo (20,40%) más alta que los hombres (19,29%). La evolución sufrida por esta tasa de ocupación difiere bastante de la sufrida por la tasa de actividad. En general, la tasa de desempleo ha ascendido hasta el 26,03% en el 4º trimestre de 2013, lo que supone un descenso de las tasas de ocupación tanto femenina como masculina. En las mujeres, la tasa de ocupación ha descendido más que en los hombres, en concreto 4,46 puntos porcentuales situándose en un 73,13%, frente a la masculina que se ha minorado en 6,01 puntos estableciéndose en el 74,69%. Estas cifras suponen unas tasas de desempleo del 26,87% entre las mujeres y un 25,31% entre los hombres. De nuevo la mujer sufre más intensamente esta difícil situación de recesión económica. la hora trabajada por una mujer es compensada con 10,15€ de media, los hombres reciben 11,78€, lo que supone una diferencia salarial a favor de los hombres de 1,63€ por hora trabajada. 12 € 10 € 8€ 6€ 4€ 2€ 0€ 11,78 € sigue soportando una desigualdad salarial. Mientras Gráfico 1: Ganancia media por hora y sexo. 10,15 € Ya dentro de ese mercado laboral, la mujer Total Mujeres Según podemos observar en el Gráfico 3, la Varones Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES-2010 brecha salarial general sobre la ganancia media por hora trabajada se sitúa en el 13,84%. Página 28 Esto significa que las mujeres cobran en general un 86,16% del salario medio por hora de los hombres. En cuanto al salario medio anual de hombres y mujeres, el de ellas es inferior al hombres, las mujeres reciben 19.735,22€. En total son 5.744,52€ de diferencia de salarios brutos anuales Gráfico 2: Ganancia media anual por trabajador y sexo. 30.000 € 25.000 € mujeres y hombres. Naturalmente estas 15.000 € ganancias se encuentran afectadas por la temporalidad 10.000 € en el trabajo, es decir, en general, el tiempo trabajado 0€ por mujeres y hombres es distinto, afectando en mayor medida la temporalidad a las mujeres que a los 19.735,22 € 20.000 € entre 25.479,74 € de los varones. Frente a los 25.479,74€ que cobran los 5.000 € Total Mujeres Varones Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES-2010 hombres. Sobre la ganancia media anual, la brecha salarial aumenta: las mujeres perciben Gráfico 3: Brecha salarial general sobre ganancia media anual y ganancia media por hora trabajada. de los hombres, lo que implica una 120% 100% 13,84% 22,55% brecha salarial, el 22,55%. Este aumento 80% 77,45% 20% de la brecha salarial sobre la ganancia 86,16% 60% 40% anualmente tan sólo el 77,45% del salario media anual respecto de la registrada sobre la ganancia media por hora 0% Ganancia media anual Mujeres Ganancia media por hora (13,84%) es debido al impacto sobre el Hombres Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES-2010 salario bruto anual del menor tiempo trabajado por parte de las mujeres, y que resulta anulado en la ganancia media por hora trabajada. El número medio de horas efectivamente trabajadas por los ocupados en 2010 fue de 40,40h. a la semana para los hombres, y 34,30h, para las mujeres, lo que supone que las mujeres trabajan un 15,10% menos de horas que los hombres. El salario bruto anual se compone del salario base u ordinario, los pagos extraordinarios y remuneraciones en especie de los que ya se habló a qué correspondían cada uno de ellos en la Sección de Datos. Ahora parece conveniente analizar la brecha salarial que registran cada uno de estos componentes salariales. Así, observamos que la mayor brecha salarial se alcanza en el concepto de remuneración en especie, que asciende a 32,34%, seguida del 27,56% en los pagos extraordinarios, mientras que Página 29 para el salario ordinario, la brecha salarial se sitúa en el 21,75%. Tanto el salario en Gráfico 4: Brecha salarial sobre componentes del salario medio anual. diferentes especie como algunos de los pagos extraordinarios, que recordemos recogen todos los pagos de vencimiento superior al mes que es el periodo general de 21,75% 32,34% 27,56% 35% 30% 25% 20% 15% 10% 5% 0% los devengo del Salario ordinario Valoración en especie Pagos extraordinarios gratificaciones salario, o tales como incentivos por rendimiento, tienen carácter variable, y en la mayoría de los casos responden a Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES-2010 valoraciones subjetivas por parte del empleador. La enorme brecha salarial que se da en estos dos conceptos salariales, nos indica la existencia de una discriminación salarial por razón de género más directa que indirecta amparada en la idea del hombre productivo, responsable de la aportación económica familiar, y la mujer reproductiva cuyo trabajo es considerado complementario al masculino y por tanto infravalorado económicamente. De igual forma, si observamos el presente Gráfico 5, la menor brecha salarial de 20% 10% pagos por horas 0% extraordinarias recogen la mayor brecha salarial de todos los componentes del salario mensual con el 56,25%. Esta diferencia salarial tan abismal Pagos por horas extraordinarias 30% impide una desigualdad salarial efectiva. Los 56,25% 40% 34,45% condiciones de igualdad formal, lo que no 50% Complementos salariales por razón de componente salarial totalmente regulado en 60% 32,29% 16,28%, evidentemente se trata de un Complementos salariales es la registrada por el salario base con Gráfico 5: Brecha salarial sobre los diferentes componentes del salario bruto mensual. Salario base 16,28% los componentes del salario bruto mensual Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES-2010 en este componente salarial mensual se debe en gran medida al menor número de horas extraordinarias que trabajan las mujeres, en concreto, ellas trabajan un 42,64% de horas extraordinarias menos que los hombres. Pero no la justifica totalmente porque además, la mujer en general percibe una inferior remuneración por hora extraordinaria trabajada que los hombres. La mayor dedicación de la mujer al cuidado de los hijos y de la Página 30 familia, respondiendo a una posible diferencia entre hombres y mujeres en la valoración de sus respectivas prioridades como consecuencia de roles sociales asumidos, o bien respondiendo a una simple valoración económica de las aportaciones por rendimientos de trabajo que ambos progenitores realizan a la economía familiar, restan a la mujer la capacidad temporal necesaria para llegar al mismo número de horas extraordinarias que los hombres, lo que supone la retroalimentación de la propia discriminación salarial indirecta, estableciendo un círculo que solo puede romperse con una igual implicación familiar por parte del hombre. Lo mismo sucede con el siguiente concepto salarial, los complementos por nocturnidad, turnicidad o trabajo fin de semana, con una brecha salarial del 34,45%. Si comparamos los porcentajes que supone este tipo de complementos sobre el salario bruto mensual de hombres y mujeres, observamos como en actividades muy masculinizadas como en la Metalurgia, fabricación de productos de hierro, acero y ferroaleaciones, estos porcentajes registran diferencias porcentuales importantes negativas para las mujeres, incluso de 3,92 puntos porcentuales, invirtiéndose la balanza aunque en menor proporción a favor de las mujeres en contadas actividades muy feminizadas como es la de Asistencia en establecimientos residenciales, en la que la diferencia de los porcentajes que representan estos complementos respecto del salario bruto mensual de cada sexo alcanza 1,67 puntos porcentuales. Otros complementos salariales, también recogen una brecha salarial muy alta, un 32,29%, remunerando conceptos como el rendimiento en el trabajo, la antigüedad, la disponibilidad horaria, productividad, entre otros muchos, que sin duda benefician más a los trabajadores que a las trabajadoras, pues ¿por qué se valora más la disponibilidad horaria, que la capacidad de organización que podría beneficiar más a la mujer?. Luego estos complementos soportan una gran carga de discriminación indirecta. 4.1.2.- Edad. El papel supuestamente productivo del hombre y reproductivo de la mujer en esta sociedad patriarcal regida por roles estereotipados por razón de género, vuelve a reflejarse perfectamente al analizar la situación laboral de la mujer en función de los diferentes grupos de edad. En el 3er trimestre de 2010, la tasa de actividad entre los Página 31 jóvenes de 16 a 24 años se encuentra en el 45,99% para las mujeres y el 51,02% para los hombres. El grupo de edad con mayor tasa de actividad femenina es el de 25 a 34 años con un 84,06% frente al 92,14% de los hombres. A partir de esta edad, la mujer va abandonando la actividad laboral para dedicarse al cuidado de la familia y los hijos, disminuyendo por tanto la tasa de actividad femenina en los siguientes grupos de edad, la mayor caída de esta tasa se da entre el grupo de 45 a 54 años con una tasa de 70,67%, y el de 55 y más años que registra el 15,22%. En el caso de los varones, la mayor tasa de actividad masculina se registra entre los 35 y 44 años con un 94,61%, lógicamente cuando en plena madurez el papel productivo que desempeña el hombre según los roles sociales le excusan del cuidado de hijos y familia para dedicarse plenamente a su desempeño laboral. Después, la tasa baja hasta el 90,39% entre los 45 y 54 años, para caer hasta el 28,93% para aquellos de 55 y más años. En todos los grupos de edad la tasa de actividad masculina supera a la registrada por las mujeres, llegando casi a doblarla en el grupo de 55 y más años. Hasta el último trimestre de 2013 la tasa de actividad femenina ha aumentado en general 1,09 puntos porcentuales, y ese aumento se ha dejado notar en todos los grupos excepto en el de 16 a 24 años que ha disminuido 7,78 puntos porcentuales. El mayor aumento en la tasa de actividad femenina se ha registrado entre los 35 y 44 años, con 5,63 puntos, seguido del grupo de entre 45 y 54 años, con un aumento de 4,51 puntos porcentuales. La tasa de actividad masculina sin embargo, ha descendido en general 2,38 puntos porcentuales, descendiendo en todos los grupos de edad excepto entre los 45 a 54 años que ha aumentado tan solo 0,24 puntos. El mayor descenso registrado por la tasa de actividad masculina se observa en el grupo de 16 a 24 años con 8,86 puntos. Lógicamente, pues el alto nivel de desempleo joven retrasa la incorporación de estos al mercado laboral, permaneciendo más tiempo en el sistema educativo. La tasa de ocupación según los grupos de edad no sigue la misma dinámica que la tasa de actividad: tanto para mujeres como para hombres, esta tasa va aumentando conforme avanza la edad. En el 3er trimestre de 2010, la tasa de ocupación femenina es inferior a la masculina en los grupos centrales de edad, desde los 25 a los 54 años, llegando hasta el 84,58% en mujeres y 86,14% en hombres en el grupo de 45 a 54 años. Sin embargo, entre los más jóvenes, de 16 a 24 años, la tasa de ocupación femenina es superior a la masculina con porcentajes de 60,17% y 58,50% respectivamente. Lo Página 32 mismo sucede en el grupo de 55 y más años, en el que se observan tasas de ocupación de 87,12% para ellas y 86,18% para ellos. La evolución sufrida por esta tasa de ocupación a lo largo de estos dos últimos años ha sido similar para hombres y mujeres, disminuyendo en el 4º trimestre de 2013 en todos los grupos de edad, si bien el mayor descenso ha sido en el grupo de 16 a 24 años, 14,60 puntos porcentuales ha descendido en ellas y 14,12 en ellos, pasando a registrar tasas de ocupación de 45,57% las mujeres y 44,37% los hombres de esta edad. En el resto de grupos de edad no se observan grandes diferencias en puntos porcentuales en cuanto al descenso de la tasa de ocupación, destacando el grupo de entre 35 y 44 años en el que las mujeres han experimentado un descenso en la tasa de ocupación de 5,71 puntos frente a los 3,66 puntos que ha descendido en los hombres. Respecto a las diferencias de género observadas en la tasa de ocupación, en este último trimestre de 2013, decir que las mujeres presentan tasas de ocupación superiores a las que se observan en los hombres excepto entre los 35 y 54 años en los que la balanza se inclina positivamente hacia el lado de los hombres, coincidiendo con la edad en la que la mujer, más que el hombre, se dedica al cuidado de hijos y familia. La ganancia o salario bruto anual, y por tanto sometido a los efectos del menor tiempo trabajado por las mujeres, es inferior para ellas Gráfico 6: Ganancia media anual por trabajador, sexo y edad. 35.000 € aumenta la edad tanto en las mujeres como en los varones. Evidentemente las menores 5.000 € 0€ Menos de 25 años De 25 a 34 años Mujeres De 35 a 44 años 29.018,26 € 29.352,84 € De 45 a 54 años 21.912,33 € 10.000 € 21.675,05 € 15.000 € 20.828,12 € conforme 20.000 € 21.542,06 € edad, 17.975,69 € incrementándose de 14.596,44 € grupo 25.000 € 11.715,82 € cualquier hombres en 26.278,00 € 30.000 € que para los 55 y más años Varones Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES-2010. ganancias medias anuales se registran en el grupo de los menores de 25 años, ya que se encuentran al comienzo de su vida laboral y por tanto iniciando su carrera profesional. Pero mientras ellos perciben 14.596,44€ al año, las mujeres solo alcanzan los 11.715,82€. El mayor salario bruto anual para los hombres se registra en el grupo de los 45 a 54 años con 29.352,84€ para luego caer un poco, según el Gráfico 6, en el grupo de 55 y más años. En las mujeres, el mayor salario bruto anual se sitúa en 21.912,33€ en el grupo de 55 y más años, el incremento salarial experimentado por las mujeres en la Página 33 ganancia media anual es del 87,03%, mientras que en los hombres alcanza el 98,80%, de forma que los de 55 y más años prácticamente doblan el salario bruto anual de los menores de 25. Teniendo en cuenta que la ganancia media anual por trabajador para ambos sexos y todas las edades se sitúa según la Tabla 5 del Anexo en 22.790,20€, las mujeres no llegan a alcanzar ese salario bruto anual en toda su vida laboral, mientras que los hombres ya lo superan con creces al alcanzar los 35 años de edad. Pero si la ganancia media anual aumenta progresivamente con la edad, la brecha salarial sobre ella, tiene un menos 120% 40% distancia o diferencia salarial 20% entre hombres y mujeres, se 26,16% 24,49% 75,51% 60% 20,74% 73,84% salarial, y por tanto, la menor 16,56% 19,74% 83,44% 80% 79,26% 100% uniforme. La menor brecha 80,26% comportamiento Gráfico 7: Brecha Salarial sobre ganancia media anual por edad 0% Menos de 25 años registra en el grupo de edad de 25 a 34 años con 16,56%, De 25 a De 35 a De 45 a 34 años 44 años 54 años Mujeres Hombres 55 y más años Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES-2010. por debajo de la observada entre los menores de 25 años (19,74%). A partir de los 34 años, la brecha salarial va ascendiendo conforme aumenta la edad hasta el grupo de 45 a 54 años donde se presenta la mayor brecha salarial sobre la ganancia media anual en función de la edad con 26,16%, para minorarse de nuevo entre los de 55 y más años, con una brecha del 24,49%. La ganancia media por hora trabajada y por tanto no afectada por la temporalidad en el trabajo, va aumentando con la edad tanto para mujeres como para hombres, aunque a un mayor ritmo en Gráfico 8: Ganancia media por hora, sexo y edad. 14,41 € 11,64 € 13,19 € 11,08 € 11,87 € 10,55 € 10,03 € 9,14 € 7,62 € ellos. La ganancia media de 6,94 € 16 € 14 € 12 € 10 € 8€ 6€ 4€ 2€ 0€ las mujeres jóvenes de entre 16 y 24 años está en 6,94€ por hora trabajada, y para el grupo Menos de 25 De 25 a 34 años años Mujeres De 35 a 44 años De 45 a 54 años 55 y más años de 55 y más años, es de 11,64€, lo que supone un Hombres Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES-2010. Página 34 incremento porcentual a lo largo de la vida laboral de la mujer del 67,72% en la ganancia media por hora. Los hombres comienzan su vida laboral ganando 7,62€ por hora trabajada, y al final de ella cobran 14,41€, luego el salario por hora se incrementa en los varones un 89,11% en su recorrido laboral. Esto supone una diferencia entre hombres y mujeres en el incremento salarial a lo largo de su vida laboral de 21,39 puntos porcentuales. Esta diferencia de salario entre el primer y último grupo de edad dentro de cada sexo, no solo se debe a los efectos que producen en él los complementos salariales como el de antigüedad, también es debido a que los jóvenes, en su mayoría, inician su vida laboral con trabajos poco cualificados, y poco o nada relacionados con su formación o estudios cursados, dándose en las mujeres una mayor adecuación debido a su más tardía incorporación al mundo laboral al permanecer más tiempo en el sistema educativo, lo que por otro lado, no se traduce en una superior ganancia por hora en la mujer joven respecto al hombre de su misma edad, aunque sí contribuye a disminuir la brecha salarial. La brecha salarial sobre la ganancia media por hora va aumentando también con la edad, de forma que en el grupo de menos de 25 años, las mujeres ganan de media un 91,08% del salario de los hombres de su misma edad, lo que supone una brecha salarial 120% 100% la brecha 60% 40% comienza a aumentar situándose en 11,12% entre los 35 y 44 años, en 16,00% 11,12% 19,22% 20% 0% Menos de 25 años De 25 a 34 años Mujeres en el siguiente grupo de edad 16,00% 80% 80,78% grupo, 8,87% 84,00% este 8,92% 88,88% con 8,87%, pero a partir de 91,13% observa entre los 25 y 34 años Gráfico 9: Brecha Salarial sobre la ganancia media por hora y edad. 91,08% del 8,92%. Similar brecha se De 35 a 44 años De 45 a 54 años 55 y más años Hombres Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES-2010. de 45 a 54 años, hasta que en los 55 y más años la brecha salarial se encuentra en el 19,22%, la mayor brecha registrada sobre la ganancia media por hora en función de la edad. En este grupo las mujeres tan solo cobran el 80,78% del salario que reciben los varones. Como ya hemos visto, la brecha salarial en función de la edad no tiene el mismo comportamiento cuando se analiza sobre la ganancia media por hora trabajada que cuando se analiza sobre la ganancia media anual por trabajador. En este último caso el diferente tiempo trabajado por parte de mujeres y hombres, intensifica la diferencia Página 35 salarial en todos los grupos de edad. A continuación analizaremos la diferencia salarial sobre ambos tipos de ganancias y veremos su distinto comportamiento. Para empezar, ya se observa una mayor brecha salarial en el grupo de menos de 25 años con 19,74% Gráfico 10: Diferencia Salarial sobre ganancia media anual y por hora, en función de la edad. 30% 0% Menos de 25 años De 25 a 34 años De 35 a 44 años la ganancia media anual, frente al 8,92% en 24,49% ganancia media por hora, 19,22% 16,00% 20,74% 11,12% 5% 8,92% 10% 16,56% 15% 8,87% 19,74% 20% 26,16% 25% sobre separando a ambas una distancia porcentual de 10,82 puntos, atribuibles a la mayor De 45 a 54 años 55 y más años Diferencia Salarial en ganancia media por hora Diferencia Salarial en ganancia media anual temporalidad de la mujer en el trabajo, ya que entre las personas jóvenes que acceden Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES-2010. a su primer empleo, un mayor número de chicas que chicos trabajan a tiempo parcial mientras continúan con sus estudios reglados. En el siguiente grupo de edad, de 25 a 34 años, la brecha salarial sobre la ganancia media anual baja hasta 16,56%, mientras que sobre la ganancia media por hora prácticamente se mantiene. En este grupo de edad, la mujer ya se ha incorporado al trabajo una vez terminada su formación reglada que como ya veremos al analizar los estudios alcanzados, es de mayor nivel que en el caso de los hombres; aún su maternidad espera un momento laboral y económico más adecuado, y en general, comparte con el hombre unos complementos salariales reglados muy similares, por lo que la diferencia salarial sobre la ganancia media anual baja respecto al grupo de edad anterior. Sin embargo la mujer sigue manteniendo una segregación horizontal o sectorial y vertical u ocupacional por razón de género, ocupando actividades u grupos de ocupación claramente feminizadas que se remuneran con salarios más bajos, por lo que gran parte de esa brecha salarial conlleva una discriminación salarial directa por razón de género al infravalorar el trabajo realizado por las mujeres en aquellas ramas de actividad en las que predominan. A partir de los 34 años, ambas brechas salariales van aumentando conforme aumenta la edad hasta el grupo de 45 a 54 años en el que se registra la mayor diferencia salarial en la ganancia media anual, con un 26,16% frente al 16,00% en la ganancia media por hora. Con esta edad, la familia ha pasado a ser una labor prioritaria para una gran parte de mujeres, que minoran su tiempo de trabajo, cuando siguen en el mercado laboral y no lo abandonan, mientras que el hombre Página 36 continua dedicado plenamente a su desempeño laboral, hecho que a pesar de ser el resultado de una decisión personal, responde a roles sociales históricamente admitidos. Por eso mismo, la distancia entre ambas diferencia salariales es la segunda más alta de todos los grupos de edad, 10,16 puntos porcentuales, subyaciendo en ella una discriminación salarial indirecta por razón de género originada por una organización laboral que castiga laboralmente la dedicación de tiempo al cuidado doméstico y de los hijos siendo esta la mejor inversión de futuro en todos los sentidos. Finalmente, la brecha salarial sobre la ganancia media anual vuelve a bajar de nuevo en el grupo de 55 y más años hasta 24,49%, cuando la mujer ya con los hijos jóvenes, tiene menos obligaciones familiares y vuelve a reincorporarse o a dedicar más tiempo a su desempeño laboral. Pero las consecuencias de ese menor tiempo trabajado y mayor dedicación a la familia le pasa factura con un menor salario bruto anual y una mayor brecha salarial sobre la ganancia media por hora, la más alta de todos los grupos de edad con un 19,22%. La brecha salarial en estos últimos grupos de edad se debe en su mayor parte a una discriminación indirecta, como consecuencia de una sobrevaloración de características que benefician al varón por su dedicación casi en exclusiva al trabajo, y no se tiene en cuenta, menospreciándose por tanto, la dedicación de la mujer al cuidado de los hijos, porque no resulta ser una inversión económica, pero sí lo es de vida. 4.1.3.- Nacionalidad. La Globalización no solo nos acerca culturas diferentes, también consigue que ciudadanos del mundo compartamos una economía mundial aunque seccionada en pequeñas y medianas parcelas como es la nacional y/o la europea en nuestro caso. Los movimientos migratorios han existido desde el principio de los tiempos, y al igual que los nómadas de la prehistoria, responden a una búsqueda de una mejor calidad de vida de las personas que abandonan sus raíces para trabajar. No es difícil comprobar el nivel de inmigración existente en España, no solo mediante las lamentablemente conocidas pateras que pretenden y a veces consiguen alcanzar nuestras costas, sino a través de nuestros aeropuertos, España se ha convertido en una puerta sur hacia Europa por la que miles de personas ansían entrar dejando atrás la desesperación de la miseria para buscar la oportunidad de un vida mejor. Página 37 El perfil del inmigrante en 2010 es el de una persona joven, entre 20 y 34 años, siendo similar el porcentaje general de mujeres (49,59%) y hombres (50,41%) sobre el total de inmigrantes. Sorprendentemente pese a la imagen que tenemos gracias a los medios de comunicación, las mujeres superan en porcentaje a los varones hasta la edad de 27 años en la que prácticamente se igualan, a partir de esa edad, coincidiendo con una posible maternidad, el número de hombres inmigrantes supera al de mujeres. Pero en este año 2010, también se marchaban trabajadores españoles fundamentalmente a Europa y América. El perfil de edad sigue siendo el de jóvenes entre 24 y 32 años, entre los cuales los varones superan en número a las mujeres. Del total de personas que salen de España, el 42,04% son mujeres frente al 57,96% de hombres. De los 259.227 movimientos migratorios de salida que tuvieron lugar en 2010, no sabemos los que corresponden a jóvenes españoles que buscan mejores oportunidades en el extranjero, o a jóvenes extranjeros que con una tasa general de desempleo del 29,35% sobre la población extranjera, deciden retornar a su país de origen. Según los datos ofrecidos por el INE sobre el Padrón de Españoles Resientes en el Extranjero, en 2010 el número de españoles residiendo fuera de España aumentó en 128.655 personas, con lo cual, del total de movimientos emigratorios de 2010 que ascienden a 403.013, solo el 31,92% corresponde a españoles emigrantes. Se trata de jóvenes cualificados que en su mayoría han acabado sus estudios, y que ante la tasa de desempleo que sufren, el 21,78%, deciden buscar mejores oportunidades para comenzar su carrera laboral en otros países. El balance de estos movimientos migratorios en 2010 resulta positivo para España, continua siendo un país receptor de inmigrantes, si hasta nuestro país llegaron 230.699 mujeres inmigrantes, de él salieron 169.442 hacia diferentes destinos, el saldo por tanto fue de 61.257 mujeres. Respecto a los varones, fueron 234.471 los inmigrantes y 233.571 los emigrantes, lo que supone un saldo de 900 movimientos de inmigrantes varones. Bajo los mismos perfiles de juventud, y a partir de los últimos datos que ofrece el INE del primer semestre de 2013, sucede lo mismo que en 2010, el porcentaje de mujeres inmigrantes supera al de varones hasta la edad de 30 años en la que prácticamente se igualan ambos porcentajes, superando a partir de los 31 años el Página 38 número de hombres al de mujeres. En general, recibimos un 49,61% de mujeres y un 50,39% de hombres respecto del total de inmigrantes. En cuanto a los movimientos emigratorios, en el primer semestre de 2013, el porcentaje de varones (57,34%) supera al de mujeres (42,66%), y se encuentran concentrados dentro del mismo perfil de edad que en 2010 (entre 24 y 30 años). El saldo migratorio en este primer semestre de 2013 es negativo para nuestro país, saliendo de él un total de 110.574 mujeres y 148.653 hombres, mientras que han entrado 66.634 mujeres y 67.678 hombres, esto hace un total de 124.915 personas que han salido de nuestro país hacia diferentes destinos, de las cuales, el número de varones (80.975) dobla prácticamente al de mujeres (43.940). Al no disponer aún al cierre de este trabajo, del total de movimientos migratorios durante todo el 2013, solo podemos comparar los datos de 2012 con los de 2010, y en esta comparativa observamos que la crisis económica actual ha hecho que la inmigración de ambos sexos disminuya en un 34,64%, siendo la disminución superior en los hombres (36,13%) que en las mujeres (33,11%). Y por el contrario, ha aumentado el flujo emigratorio en un 10,82%, e igualmente el número de hombres que salen ha aumentado más (11,33%) que el número de mujeres (10,11%). Naturalmente si una persona decide abandonar su entorno geográfico y familiar para mejorar su vida, es para trabajar, lo que explica que la tasa de actividad de las personas extranjeras sea siempre superior a la de nacionalidad española. De este modo, en el 3er trimestre de 2010, la tasa de actividad de la población extranjera es del 77,24% frente al 57,39% de la población española. Igualmente si comparamos tasas de actividad de hombres extranjeros y nacionales nos encontramos con porcentajes siempre superiores para los primeros, 84,54% y 65,79% respectivamente. Con las mujeres ocurre lo mismo, la tasa de actividad es del 70,29% para las extranjeras y 49,31% para las nacionales. Como vemos, la tasa de actividad masculina es superior a la femenina tanto para nacionales como para extranjeros, la diferencia porcentual entre hombres y mujeres españoles se sitúa en 16,48 puntos porcentuales, mientras que para extranjeros se encuentra en 14,23 puntos. El 4º trimestre de 2013, la tasa de actividad para ambos sexos, ha descendido hasta el 73,71% para foráneos y se ha mantenido (57,27%) para los nacionales. Desde una perspectiva de género, la tasa de actividad en los varones ha descendido tanto para extranjeros (80,37%) como nacionales (63,85%). Pero mientras Página 39 que la tasa de actividad ha disminuido en las mujeres extranjeras (67,72%), ha aumentando en las españolas (50,99%). Con la tasa de ocupación ocurre justamente lo contrario, es más elevada en los nacionales que en los extranjeros, lo que indica la mayor incidencia del desempleo entre los inmigrantes. En el 3er trimestre de 2010, esta tasa se sitúa para las mujeres españolas en el 81,15% y el 72,45% para extranjeras. En los hombres, la distancia de tasa de ocupación entre extranjeros y nacionales es mayor, encontrándose en 82,95% para españoles y 69,08% para extranjeros. Por tanto, la tasa de ocupación entre la población extranjera, es superior en las mujeres que en los hombres, con una distancia de 2,37 puntos porcentuales entre ambos, pero entre la población nativa ocurre lo contrario, la tasa de ocupación masculina sigue siendo superior a la femenina en 1,80 puntos porcentuales. Estas tasas de ocupación han disminuido de forma generalizada hasta el 4º trimestre de 2013, pero no lo han hecho en la misma proporción nacionales y extranjeros, mientras que la tasa de ocupación en nacionales ha disminuido 6,29 puntos porcentuales para mujeres y 6,07 puntos para hombres, la disminución en la tasa de ocupación de inmigrantes ha sido de 8,08 puntos en mujeres y 6,58 puntos porcentuales en hombres. A finales de 2013, la tasa de ocupación se sitúa en 74,86% y 64,37 en las mujeres nacionales y extranjeras respectivamente, y 76,88% en hombres españoles y 62,50% en foráneos. De nuevo, la tasa de ocupación de las mujeres extranjeras es superior a la de los hombres aunque disminuyendo la distancia en puntos porcentuales entre hombres y mujeres foráneas pasando de 3,37 puntos en el 3er trimestre de 2010 a 1,87 puntos en el 4º trimestre de 2013. El desempleo por tanto, se acentúa entre las y los inmigrantes, especialmente en ellos que sufren tasas de desempleo del 37,50% frente al 23,12% de desempleados españoles, mientras que la tasa de desempleo en las mujeres extranjeras alcanza el 32,98% y en las españolas el 25,14%. Y es que en este periodo de recesión, gran cantidad de varones inmigrantes que trabajaban en el sector de la construcción han perdido su empleo, mientras las mujeres inmigrantes se han ido introduciendo en el sector servicios y más concretamente en el cuidado de nuestros mayores, con la obligatoriedad de su inclusión en el Sistema de la Seguridad Social a partir del Real Decreto 615/2007 sobre cuidadores no profesionales de personas dependientes. (BOE, 2007). Página 40 Entrando en el análisis de los salarios, la ganancia media por hora trabajada en Gráfico 11: Ganancia media por hora, sexo y nacionalidad. 14 € de 8,77 € menor 8,04 € 10,30 € 12,06 € trabajador 12 € 10 € 8€ 6€ 4€ función la es en nacionalidad del considerablemente los trabajadores inmigrantes que en los nacionales. En general, sin tener en cuenta el sexo, 2€ 0€ los trabajadores extranjeros cobran España Mujeres Resto mundo Varones un 75,24% de la ganancia media por Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES-2010. hora que perciben los trabajadores españoles. Las mujeres extranjeras cobran 8,04€ por hora, frente a los 10,30€ que cobran las españolas, esto es, las mujeres foráneas cobran en general, el 78,06% de lo que perciben las españolas. Ocurre lo mismo en los hombres, los varones extranjeros cobran el 72,72% de lo que perciben los nacionales, mientras los extranjeros reciben 8,77€ por hora trabajada, los nacionales cobran 12,06€. nacionales situándose en el 14,59%, 100% 8,32% 14,59% 80% 60% que entre las y los trabajadores 40% extranjeros que se sitúa en el 8,32%. 20% 91,68% es mayor entre mujeres y varones 120% 85,41% Sin embargo, la brecha salarial Gráfico 12: Brecha salarial sobre ganancia media por hora, por nacionalidad. 0% España En la ganancia media por hora trabajada se eliminan los efectos de la Mujeres Resto mundo Varones Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES-2010. temporalidad en el trabajo, presente en la ganancia media anual, por tanto la explicación a una inferior ganancia media por hora trabajada en las personas inmigrantes, se encuentra en gran medida, en que éstas ocupan empleos de baja cualificación. Los datos nos confirman lo que habitualmente vemos a nuestro alrededor: mujeres y hombres inmigrantes cuidando de nuestros mayores, o en empleos relacionados con hostelería, o ellos en la construcción. Efectivamente, según los datos facilitados por la Encuesta de Población Activa en el 4º trimestre de 2013, la tasa de ocupación de los hombres extranjeros respecto del total de activos inmigrantes de cada sexo, se concentran en ocupaciones del grupo 5 de la CNO-11 (Trabajadores de servicios de restauración, personales, protección y vendedores, con 14,78%), grupo 7 (Artesanos y trabajadores Página 41 cualificados de las industrias manufactureras y la construcción, con 13,79%) y grupo 9 (ocupaciones elementales, con 15,88%). Las mujeres extranjeras se concentran en los grupos 5 (20,46%) y 9 (30,41%). Como veremos cuando se estudie la brecha salarial en función de los grupos de ocupación, el grupo 9 de ocupaciones elementales, es el que menor ganancia por hora registra de todos, con 7,55€ por hora de media para ambos sexos, seguido el grupo 5 de Artesanos y trabajadores cualificados de las industrias manufactureras y la construcción, que perciben 8,44€. Respecto a la ganancia media anual, ocurre lo mismo que con la ganancia media por hora, es superior para las personas trabajadoras nacionales que para las extranjeras. Gráfico 13: Ganancia media anual por trabajador, sexo y nacionalidad. Si las mujeres españolas perciben al año 25.000 € reciben 14.363,75€, esto es, un 10.000 € 5.000 € 0€ España Sin las extranjeras embargo, los trabajadores extranjeros reciben un salario bruto anual que representa un porcentaje Resto mundo Mujeres 20.141,15€, 71,32% del salario de las nacionales. 17.878,29 € 15.000 € 14.363,75 € 20.141,15 € 20.000 € 26.196,46 € 30.000 € Varones respecto de los salarios de los Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES-2010. nacionales menor que en el caso de las mujeres. Los hombres nacionales cobran 26.196,46€ y los extranjeros un 68,25% de esta cantidad, que según podemos comprobar en el gráfico asciende a 17.878,29€. La brecha salarial sobre la ganancia media anual, por tanto afectada por la temporalidad en el trabajo, es también más baja entre los extranjeros que entre los nacionales, de la misma forma que sucedía en la brecha salarial sobre la Gráfico 14: Brecha Salarial sobre ganancia media anual por nacionalidad. 120% por hora. Sin 100% embargo, los valores alcanzados por 80% la brecha salarial sobre la ganancia 60% 40% media anual son mucho más altos que 20% sobre la ganancia media por hora. 0% Entre los y las España trabajadoras extranjeras se establece una brecha 23,11% 19,66% 80,34% media 76,89% ganancia Mujeres Resto mundo Varones Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES-2010. Página 42 salarial del 19,66%, según podemos observar en el Gráfico 14, mientras que sobre la ganancia media por hora se sitúa en el 8,32%. Entre los nacionales la brecha salarial sobre la ganancia media anual es mayor que la registrada entre los extranjeros y por supuesto, que el valor que alcanza sobre la ganancia media por hora, situándose en el 23,11%. Así, la brecha salarial sobre la ganancia media anual entre extranjeros se acerca a la existente entre nacionales con una distancia entre ellas de 3,45 puntos porcentuales, frente a los 6,27 que separan las brechas salariales de españoles y extranjeros sobre la ganancia media por hora. Este mayor aumento de la brecha salarial sobre la ganancia media anual en relación a la brecha registrada sobre la ganancia media por hora, entre extranjeros (11,34 puntos) respecto a nacionales (8,52 puntos), implica que el trabajo a tiempo parcial afecta a las mujeres extranjeras de forma más negativa e intensa que a las trabajadoras españolas. Ya hemos hablado de la explicación a unos menores salarios por hora trabajada para los extranjeros respecto de nacionales, basada fundamentalmente en su concentración sobre todo en el caso de las mujeres, en grupos de ocupación 5 (Artesanos y trabajadores cualificados de las industrias manufactureras y la construcción) y 9 (trabajos elementales). Igualmente el desempeño mayoritario de estas ocupaciones elementales, unido a que las ¾ partes de los inmigrantes que llegan a nuestro país tienen niveles de estudios igual o menores de la Segunda etapa de Educación Secundaria, explica en gran medida los menores salarios para los trabajadores extranjeros. Pero esta no sea la única causa, ya que estos inmigrantes tienen que enfrentarse también a la existencia de otro tipo de discriminación, una discriminación por razón de origen que predomina incluso sobre la discriminación de género que soportan las mujeres, de manera que un hombre extranjero que desempeña un empleo elemental según la CNO-11 (grupo 9), percibe un 84,27% del salario que cobra un español que desempeña un trabajo también poco cualificado del mismo grupo 9. Del mismo modo, las mujeres extranjeras con empleos poco cualificados cobran un 90,21% del salario que perciben las españolas en puestos similares. La brecha salarial sobre la ganancia media anual más baja entre extranjeros que entre españoles responde a una mayor temporalidad de los extranjeros en general, y a su concentración en los grupos de ocupación antes indicados. Como veremos más adelante cuando se analice la brecha salarial en función del tipo de jornada (completa o parcial) y Página 43 el tipo de contrato (indefinido y de duración determinada), la brecha salarial sobre la ganancia media anual baja con la temporalidad en el trabajo según podemos observan en los Gráficos 37 y 43. Por otro lado, la brecha salarial sobre la ganancia media anual entre los y las trabajadoras extranjeras responde de igual forma a como lo hace la brecha salarial sobre la ganancia media anual en el grupo de ocupación 9 de trabajos elementales y 5 de Artesanos y trabajadores cualificados de las industrias manufactureras y la construcción. Según los datos ofrecidos por la EES-2010, al cruzar las variables de nacionalidad y ocupación respecto de la ganancia media anual, la brecha salarial es mucho más baja entre extranjeros que entre nacionales. Así en el grupo 5 de Artesanos y trabajadores cualificados de las industrias manufactureras y la construcción la brecha salarial es de 8,21% para los extranjeros y de 30,95% entre los nacionales. En el grupo 9 de ocupaciones elementales, la brecha sobre la ganancia media anual es de 26,22% entre extranjeros y de 31,45% entre los nacionales. En resumen, la brecha salarial es más baja entre los extranjeros que entre los trabajadores nacionales. Los inmigrantes se encuentran con una discriminación por razón de origen más intensa que la existente por razón de género, con salarios muy por debajo de los españoles. La baja brecha salarial entre los extranjeros tiene un mayor componente directo que indirecto, ya que como se dijo al principio del análisis de esta variable, cuando una mujer decide abandonar su entorno familiar para trabajar en otro lugar al objeto de conseguir una mejor calidad de vida para su familia, dejando atrás en ocasiones a sus propios hijos, su prioridad es el desempeño laboral aunque indirectamente también sufra las consecuencias de una organización laboral remunerativa que beneficie al hombre. 4.1.4.- Nivel de Estudios. La formación es el pilar fundamental para lograr una igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres en todos los ámbitos de la vida. El sistema educativo en todos sus niveles debe ser el propulsor del fin de todos aquellos roles sociales y culturales que dificultan esa igualdad de oportunidades, y el motor para la construcción de unas relaciones de género basadas en el respeto y la corresponsabilidad que permitan una igualdad real y efectiva entre ambos sexos. El componente edad es muy importante al estudiar la situación laboral de la mujer en función de los diferentes niveles educativos, Página 44 ya que puede observarse como afecta el fenómeno generacional en el grado de formación de los recursos humanos de nuestro mercado laboral. De esta forma, veremos cómo los porcentajes de activos respecto del total de cada sexo con niveles formativos bajos se acrecientan en corchetes de edad a partir de los 50 años. Igualmente, las diferencias de género en los diferentes niveles de formación son mucho más marcadas en los últimos grupos de edad, que las existentes en franjas de edad joven entre 25 y 29 años, pertenecientes ya a otra generación, y entre los cuales, los porcentajes de activos disminuyen en los niveles formativos bajos para aumentar en los niveles de estudios medios y superiores. Según los datos facilitados por la EPA en el 3er trimestre de 2010, y tal como Gráfico 15: Porcentaje de activos respecto de cada sexo en función de su nivel educativo. vemos en el 35% Ambos sexos Mujeres 21,49% 26,61% 17,40% Hombres Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EPA- TIII 2010. Gráfico 15, el 0,61% 0,54% 0,67% nivel Enseñanza universitaria de tercer ciclo (Doctorado) 10,08% 9,66% 10,43% 8,58% 8,94% 8,30% Enseñanzas técnicoprofesionales de grado medio Enseñanzas técnicoprofesionales de grado superior Enseñanza universitaria de primer y segundo ciclo 15,19% 15,52% 14,93% Enseñanzas de bachillerato Analfabetos 0% Primera etapa de educación secundaria 5% 0,45% 0,44% 0,45% 10% Educación primaria 15% 14,16% 12,21% 15,71% 20% presente 23,81% 24,51% 23,25% 25% Segunda etapa de educación secundaria 27,98% 24,59% 30,68% 30% de estudios más frecuente entre los activos de ambos sexos es el de la Primera Etapa de Educación Secundaria (Obligatoria) con un 27,98%, seguido del nivel de la Segunda Etapa de Educación Secundaria con un 23,81%, y en tercer lugar se encuentra el nivel universitario de primer y segundo ciclo con un porcentaje de 21,49% del total de activos. Respecto a las diferencias entre hombres y mujeres, el porcentaje de mujeres activas es inferior al de los hombres en los niveles educativos más bajos, para superarles en niveles de educación media de Segunda Etapa de Educación Secundaria (Bachillerato y Formación Profesional de Grado Medio) y Educación Universitaria. Es precisamente en este último nivel, el universitario, donde se produce la mayor diferencia de género en los porcentajes de activos, las mujeres alcanzan el 26,61% frente al 17,40% de hombres en este nivel formativo superior. Otra importante diferencia de género, pero en este caso con balance inverso al anterior, se da entre hombres y mujeres con un nivel formativo de la Primera Etapa de Educación Secundaria, con un porcentaje de hombres activos del 30,68% y de mujeres del 24,59%. Página 45 Una diferencia un poco más pequeña, pero en este mismo sentido, con un porcentaje de hombres (15,71%) superior al de mujeres (12,21%), nos encontramos en el nivel de estudios de Primaria. De este análisis se deduce que entre el total de activos de nuestro país, las mujeres tienen un nivel de estudios superior al de los hombres. El más poderoso potencial que tiene un país es su capital humano, la mejor inversión es la formación del mismo y el mejor combustible para el cambio es la juventud capaz de hacer funcionar el motor propulsor de la igualdad. Por esto, para comprobar si efectivamente se atisba en la juventud un cambio hacia la igualdad, veremos las diferencias de género existentes en nuestro mercado laboral en función de los diferentes niveles educativos y de la edad de los trabajadores. De este modo, en base a los datos del 3er trimestre de 2010 de la EPA, y según se observa en el Gráfico 15, el porcentaje de Analfabetos de ambos sexos respeto del total de activos es mínimo 0,45%, y muy similar entre hombres (0,45%) y mujeres (0,44%). Dentro de este nivel formativo, el porcentaje de activos sin estudios va aumentando con la edad hasta el tramo de 40 Gráfico 16: Porcentaje de activos respecto de cada sexo con nivel de estudios de Analfabetos y por edad. analfabetos, De 16 a 19 años De 20 a 24 años De 25 a 29 años De 30 a 34 años De 35 a 39 años Ambos sexos el 15,59% De 40 a 44 años Mujeres De 45 a 49 años De 50 a 54 años De 55 a 59 años 9,97% 12,49% 15,74% 13,06% 14,04% 15,08% 12,03% 10,84% 9,31% 14,26% 11,13% 7,10% 0% 12,03% activos 11,00% 5% 11,62% 12,20% porcentaje de 13,23% 10% 9,58% 4,88% mayor 4,98% 15% 7,55% 10,86% donde se da el 8,08% 20% 5,03% 1,11% años 0,00% 44 0,19% 0,44% a 15,59% 20,18% 25% De 60 a 64 años Hombres Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EPA- TIII 2010. para ambos sexos, para descender en los siguientes grupos de edad y volver a subir de nuevo en los últimos corchetes de edad. No se puede distinguir un comportamiento general respecto si el número de mujeres activas analfabetas supera al de hombres activos o al contrario conforme aumenta la edad, pues pareciese que se alternasen los mayores niveles de analfabetos entre hombres y mujeres en los diferentes grupos de edad. Sí se puede afirmar que el porcentaje de mujeres activas analfabetas, pese a ser en general superior al de los hombres, en 4 de los 10 grupos de edad estudiados resulta inferior al de los varones. El mayor porcentaje de hombres activos analfabetos lo encontramos entre los 45 y 49 años con un 14,26% respecto del total de su sexo. En el Página 46 caso de las mujeres, el mayor porcentaje es de 20,18% y se encuentra entre los 40 y 44 años. Según el gráfico anterior, se observan grandes diferencias de género en este nivel educativo, no solo en activos de mayor edad, sino también entre los jóvenes de 20 a 34 años, algo sorprendente con un sistema educativo de carácter obligatorio, lo que nos indica que realmente estos porcentajes de activos sin estudios corresponden en su mayor parte a trabajadores inmigrantes. Al igual que se ha hecho en las anteriores variables estudiadas, analizaremos el nivel de estudios de los activos en el 4º trimestre de 2013, para comprobar si efectivamente el retorno de sobre todo jóvenes al sistema educativo como consecuencia de las elevadas tasas de desempleo, ha tenido una repercusión más o menos inmediata en la adquisición de un mayor nivel formativo entre los activos. A finales de 2013 por tanto, el porcentaje de hombres analfabetos respecto del total de activos de su sexo ha disminuido en 0,05 puntos porcentuales, situándose en el 0,40%. Un poco más ha disminuido el porcentaje de mujeres activas analfabetas, 0,06 puntos, situándose el porcentaje en un 0,38%, de nuevo por debajo de los hombres. Este quizás sea el único aspecto gratificante de la actual crisis económica, el aumento del nivel educativo de las personas activas. El siguiente nivel educativo es la Educación Primaria, de nuevo, el porcentaje de hombres activos que ha alcanzado este nivel formativo en el 3er trimestre de 2010 es superior al de las mujeres. Según podemos comprobar en el Gráfico 15, el porcentaje de personas activas con estudios de Educación Primaria se sitúa para ambos sexos en el 14,16% respecto del total de activos, siendo de un 15,71% en hombres y un 12,21% en mujeres Gráfico 17: Porcentaje de activos respecto de cada sexo con nivel de estudios de Primaria por edad. respecto del total de 20% activos de 15% cada sexo. Si 10% dentro de este Ambos sexos Mujeres De 45 a 49 años De 50 a 54 años De 55 a 59 años 11,77% 11,50% 11,94% De 40 a 44 años 16,64% 16,41% 16,79% De 35 a 39 años 16,10% 16,81% 15,66% De 30 a 34 años 11,64% 13,30% 10,62% De 25 a 29 años 9,44% 8,75% 9,86% 17, De 20 a 24 años 8,65% 8,23% 8,90% Gráfico De 16 a 19 años 7,70% 7,09% 8,08% 0% siguiente 6,84% 6,00% 7,36% el 6,70% 6,73% 6,68% 5% 2,72% 2,82% observamos 2,78% 25% De 60 a 64 años Hombres Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EPA- TIII 2010. nivel educativo, el porcentaje de activos va aumentando con la edad hasta alcanzar el Página 47 16,64% para ambos sexos respecto del total de activos con estudios de Primaria en el tramo de 55 a 59 años. En este mismo grupo de edad, se encuentra el mayor porcentaje de varones activos con este nivel formativo 16,79%, mientras que el mayor porcentaje de mujeres activas con estos estudios respecto a su sexo se encuentra en el grupo de edad anterior, el de 50 a 54 años con un 16,81%. Los porcentajes de activos varones con estudios de Primaria superan al de las mujeres en los primeros grupos de edad hasta los 44 años, a partir de los cuales, se invierte la tendencia y las mujeres superan a los hombres en porcentaje, para volver a situarse por debajo de ellos en los dos últimos grupos de más de 55 años. No se aprecian grandes diferencias entre los porcentajes de hombres y mujeres, la mayor es de 2,68 puntos porcentuales en el grupo de 45 a 49 años. Comparando estos datos con los del 4º trimestre de 2013, observamos que el porcentaje de activos de ambos sexos con estudios de primaria respecto del total, ha descendido 3,29 puntos porcentuales, hasta situarse en el 10,86%. La disminución experimentada en los hombres es de 3,79 puntos, situándose en un porcentaje del 11,92% respecto del total de activos de su sexo, frente al 9,63% en las mujeres, que ha experimentado también un descenso de 2,58 puntos. El descenso en el porcentaje de mujeres con este nivel educativo se ha volcado en la Educación Secundaria en su Primera Etapa, y fundamentalmente en la Formación Profesional de Grado Medio y en menor proporción de Grado Superior. El importante descenso de hombres activos con este nivel educativo ha sido asumido por los niveles educativos de Formación Profesional y en mayor medida de Grado Superior que de Grado Medio, y en los estudios Universitarios de primer y segundo ciclo. La Educación Secundaria se divide en una Primera Etapa que denominaremos Obligatoria hasta los 16 años, y una Segunda Etapa Postobligatoria dentro de la cual, se encuentran los estudios de Bachillerato y una Formación Profesional de Grado Medio. La Primera Etapa de la Educación Secundaria es el nivel de estudios más frecuente entre las personas activas. Si volvemos al Grafico 15, un 27,98% del total de activos de ambos sexos se lanzan al mercado laboral con esta titulación. Sin embargo, este nivel formativo no resulta ser el más frecuente entre las mujeres cediendo ese primer puesto a favor de los estudios universitarios (26,61%), mientras la Educación Página 48 Secundaria Obligatoria es la segunda en frecuencia dentro de las personas activas del sexo femenino con un 24,59%. Por el contrario, para los varones, este es el nivel formativo por excelencia, alcanzando un porcentaje del 30,68%, muy distante del segundo en frecuencia que es el de estudios universitarios (17,40%). El porcentaje de mujeres con estudios de Educación Secundaria Obligatoria respecto del total de activos de su sexo es más bajo que el de los hombres, pero esto no significa que este menor porcentaje de mujeres activas en este nivel formativo sea asumido por niveles de estudios inferiores, ya que estos también presentan porcentajes inferiores a los hombres, sino todo lo contrario, es absorbido por niveles superiores como es el Bachillerato de la Segunda Etapa de Educación Secundaria o la formación Universitaria. Entre las personas activas con este nivel educativo de Primera Etapa de Educación Secundaria, el porcentaje de activos asciende conforme lo hace la edad, alcanzando su mayor valor en el grupo Gráfico 18: Porcentaje de activos respecto de cada sexo con estudios de Primera Etapa de Educación Secundaria y por edad. 25% A partir de esta 0% De 16 a 19 años De 20 a 24 años De 25 a 29 años De 40 a 44 años De 45 a 49 años Ambos sexos edad, Mujeres De 50 a 54 años De 55 a 59 años 2,51% 2,35% 2,61% De 35 a 39 años 9,99% 10,97% 9,36% De 30 a 34 años 6,07% 5,81% 6,24% sexos. 5% 14,08% 15,49% 13,18% ambos 14,94% 15,30% 14,71% 10% 14,37% 13,48% 14,94% 14,94% para 13,70% 12,78% 14,29% 15% 12,31% 11,81% 12,64% con 8,63% 8,49% 8,71% años 20% 3,10% 3,15% 3,07% de 40 a 44 De 60 a 64 años Hombres Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EPA- TIII 2010. comienza de nuevo a descender a similar ritmo que ascendía. Respecto de los porcentajes de hombres y mujeres activos con este nivel de estudios, decir que el porcentaje de los hombres supera en la mayoría de los grupos de edad al de las mujeres, excepto entre los 40 y 54 años en los que sucede lo contrario. El mayor porcentaje de hombres activos dentro de este nivel educativo se encuentra en el grupo de los 35 a 39 años con un 14,94%, mientras que en las mujeres se sitúa en el corchete de edad de los 45 a 49, con un 15,49%, grupo en el que se da la mayor diferencia de género, superando el porcentaje de mujeres activas al de hombres por 2,68 puntos porcentuales. Esto significa que la mayor frecuencia masculina en este nivel educativo se da entre varones 10 años más jóvenes que las mujeres con una frecuencia similar. Tras estos tres años de recesión económica, el porcentaje de activos de ambos Página 49 sexos con este nivel educativo respecto del total, ha ascendido 1,29 puntos porcentuales, pasando de 27,98% en el 3er trimestre de 2010 a 29,26% en el 4º trimestre de 2013. El aumento ha sido menor en las mujeres, 0,93 puntos, mientras que el aumento en los hombres ha sido de 1,80 puntos porcentuales. En total, el porcentaje de mujeres activas respecto a su sexo con este nivel de formación es de 25,51% y el de los hombres es de 32,48%. La diferencia entre el porcentaje de hombres y mujeres activos con estos estudios respecto de cada sexo, no solo no se minora en estos 3 años, sino que se incrementa, pasando de los 6,09 puntos porcentuales que les distanciaba en el 3er trimestre de 2010 a los 6,97 en el 4º trimestre de 2013. Éste es el primer nivel educativo que experimenta un aumento en el porcentaje de activos respecto del 3er trimestre de 2010, habiendo disminuido en los niveles anteriores más bajos, por lo que de nuevo, las altas tasas de desempleo juegan un papel a favor de la subida del nivel educativo de las personas activas. La Segunda Etapa de la Educación Secundaria o postobligatoria, es el segundo nivel educativo más frecuente entre los activos de ambos sexos, con un 23,81% del total de ellos según los datos de la EPA en el 3er trimestre de 2010. El porcentaje de mujeres y hombres activos con este nivel formativo respecto de cada sexo es muy similar, pero algo mayor en el caso de las mujeres, con un 24,51% y un 23,25% en los varones según comprobamos en el Gráfico 15. Dentro de este nivel educativo nos encontramos con dos tipos de formación como ya se ha adelantado, una es Bachillerato como preludio de una educación universitaria, y la otra es Formación Profesional de Grado Medio (FPGM en adelante), que analizaremos por separado a continuación por tener ambos un comportamiento diferente en función de la edad. No obstante, y al objeto de tener una visión en conjunto de este nivel formativo postobligatorio, previo a una formación superior, analizaremos los porcentajes de personas activas con los estudios de Educación Secundaria de Segunda Etapa en función de la edad. Como puede observarse en el Gráfico 19, el porcentaje de activos con este nivel formativo va aumentando con la edad hasta alcanzar su máximo valor de 16,19% para ambos sexos, así como para hombres con 16,25%, y para mujeres 16,12%, en el grupo de edad de 30 a 34 años, para después descender progresivamente. Las mujeres activas con estudios medios superan a los hombres en los primeros grupos de edad, hasta los 29 años, y en el grupo de 50 a 54 años, pero en el resto, son los hombres los que superan a las mujeres. Las diferencias de Página 50 Gráfico 19: Porcentaje de activos respecto de cada sexo con nivel de estudios de Segunda Etapa de Educación Secundaria (Postobligatoria) y por edad. 25% género no son relevantes, la De 20 a 24 años De 25 a 29 años De 30 a 34 años De 35 a 39 años Ambos sexos De 40 a 44 años Mujeres De 45 a 49 años De 50 a 54 años De 55 a 59 años 2,28% 2,03% 2,50% 5,81% 5,27% 6,26% 0% De 16 a 19 años puntos porcentuales 9,39% 9,63% 9,19% 12,15% 11,69% 12,54% 1,77% 2,05% 1,54% 5% 9,66% 10,64% 8,83% 10% 14,17% 13,90% 14,41% 1,81 15,19% 14,55% 15,72% 15% 16,19% 16,12% 16,25% mayor es de 12,99% 13,78% 12,33% 20% en el grupo de 20 a 24 De 60 a 64 años años en el Hombres que Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EPA- TIII 2010. las mujeres superan a los hombres. Con estudios de Bachillerato, y por tanto dentro de ese nivel formativo medio que es la Segunda Etapa de Educación Secundaria, tenemos un 15,19% de activos de ambos sexos, las mujeres alcanzan el 15,52% y los hombres el 14,93% respecto del total de activos de su sexo, conforme podemos observar en el Gráfico 15. En cuanto al análisis del porcentaje de activos con este nivel de formación en función de los grupos de edad, las mujeres superan en porcentaje a los hombres en los grupos de edad joven de los 16 a los 29 años, a partir de esta edad el porcentaje de mujeres se sitúa por debajo del que registran los varones, con la excepción en el grupo de 40 a 44 años en el que los porcentajes de hombres y mujeres registran valores prácticamente iguales. En el 10% mayores porcentajes tanto mujeres 5% de con 16,68%, como 2,29% 1,66% 2,81% los 6,40% 5,29% 7,32% 15% 10,32% 9,88% 10,69% años, se dan 12,01% 11,33% 12,57% 20% 14,00% 14,10% 13,91% los 30 y 34 15,42% 15,43% 15,42% 25% 12,26% 13,57% 11,17% edad de entre 16,81% 16,68% 16,93% Gráfico 20: Porcentaje de activos respecto de cada sexo con nivel de estudios Bachillerato de la Segunda Etapa de Educación Secundaria y por edad. 8,39% 9,71% 7,30% de 1,65% 2,07% 1,30% corchete De 55 a 59 años De 60 a 64 años 0% De 16 a 19 años De 20 a 24 años De 25 a 29 años De 30 a 34 años Ambos sexos De 35 a 39 años De 40 a 44 años Mujeres De 45 a 49 años De 50 a 54 años Hombres Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EPA- TIII 2010. de hombres con 16,93% respecto del total de activos con este nivel educativo de cada sexo. Las diferencias de género son más evidentes entre los 20 y 29 años, con más mujeres que hombres, siendo la mayor de 2,41 puntos entre los 20 y 24 años. Entre los 30 y 54 años, las diferencias porcentuales son mínimas, volviendo a ser de 2,02 puntos Página 51 en el grupo de 55 a 59 años, pero esta vez los hombres superan en porcentaje a las mujeres. Con estudios de FPGM, el porcentaje de activos respecto del total de ellos es de 8,58% para ambos sexos, con el 8,94% de mujeres y el 8,30% de hombres respecto de cada sexo (Gráfico 15). En el análisis de activos con FPGM en función de la edad, los porcentajes de activos saltan directamente de valores pequeños en torno al 2% en el grupo de edad más joven de 16 a 19 años, a valores del orden del 11% entre los 20 a 24 años. El mayor porcentaje de activos con este nivel formativo se da en el grupo de edad de 30 a 34 años con el 15,11% para ambos sexos. Este grupo de edad es también el que Gráfico 21: Porcentaje de activos respecto de cada sexo con nivel de estudios de Formación Profesional de Grado Medio de la Segunda Etapa de Educación Secundaria y por edad. acapara mayor porcentaje de 25% De 20 a 24 años De 35 a 39 años De 40 a 44 años Ambos sexos Pero en los Mujeres De 45 a 49 años De 50 a 54 años De 55 a 59 años 1,90% De 30 a 34 años 2,27% 2,69% De 25 a 29 años 4,77% 5,22% 4,38% De 16 a 19 años 7,76% 9,22% 6,51% 15,17%. 14,51% 13,56% 15,34% 0% 14,78% 13,07% 16,24% estudios, con 15,11% 15,17% 15,06% 5% 14,32% 14,19% 14,43% 10% estos el 11,90% 12,28% 11,58% 15% con 2,00% 2,03% 1,97% activas 12,31% 12,17% 12,44% 20% mujeres De 60 a 64 años Hombres Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EPA- TIII 2010. hombres, el mayor porcentaje de activos se encuentra entre los 35 y 39 con el 16,24%. Entre los 16 y 24 años, las mujeres activas superan en porcentaje a los hombres, pero con distancias porcentuales muy pequeñas, apenas de 0,70 puntos. Lo mismo sucede a partir de los 50 años, los porcentajes de mujeres activas son superiores a los que presentan los hombres, pero con diferencias de género más acentuadas, alcanzando 2,71 puntos entre los 50 y 54 años. En general, en casi todos los grupos de edad, el porcentaje de mujeres es superior al de los hombres excepto: entre los 25 y 29 años que ocurre lo contrario, los hombres activos superan en porcentaje a las mujeres pero con diferencias porcentuales muy pequeñas, ocurriendo lo mismo entre 35 y 49 años pero con diferencias porcentuales mayores, de hasta 3,17 puntos entre los 35 y 39 años. En general, en esta Segunda Etapa de Educación Secundaria las jóvenes mujeres superan en porcentaje a los hombres con diferencias más acusadas en los estudios de Bachillerato, preparatorios a una formación universitaria en la que como veremos más adelante las mujeres activas superan a los hombres en porcentaje, mientras que en los Página 52 estudios de FPGM, las mujeres activas más jóvenes superan a los hombres pero con diferencias porcentuales mucho más pequeñas que en Bachillerato. Además del efecto edad a la hora de conocer la situación a nivel formativo de las personas activas, existe otro factor que va a influir en la brecha salarial, y es la elección de diferentes itinerarios formativos en chicos y chicas que va a desembocar en una segregación horizontal u ocupacional de género, repitiendo así roles sociales y culturales muy perjudiciales para la igualdad salarial entre hombres y mujeres. En los estudios de Bachillerato, ellas eligen masivamente Humanidades y Ciencias Sociales mientras que ellos optan por la modalidad de Tecnología. En la FPGM, 3 de cada 4 chicas eligen las ramas de administración, imagen personal y salud; mientras que los chicos, se concentran en edificación y obra civil; madera, mueble y química. (Consejo Económico y Social, 2011). En el 4º trimestre de 2013, el porcentaje de personas activas con el nivel de estudios de Segunda Etapa de Educación Secundaria ha descendido, situándose en general para ambos sexos en un 23,06%. Esta disminución ha sido más importante en los hombres que lo han hecho en 0,94 puntos porcentuales, estableciéndose el porcentaje en un 22,31% respecto de su sexo, mientras que el porcentaje de mujeres ha descendido menos, 0,58 puntos, quedándose en un porcentaje de 23,92%, con lo que la distancia de género se han minorado. Los porcentajes de activos con estudios de bachillerato han sufrido importantes descensos, para ambos sexos concretamente ha sido de 1,46 puntos porcentuales, situándose en un porcentaje de 13,73% del total de activos. En el caso de las mujeres el descenso ha sido algo mayor, 1,54 puntos, frente a 1,40 puntos que ha descendido el porcentaje de hombres, que a pesar de este menor descenso, el porcentaje de hombres activos (13,52%) se sitúa por debajo del de las mujeres activas (13,97%) con este nivel formativo. Este descenso ha sido absorbido por la FPGM en el caso de las mujeres que han aumentado 1,01 puntos porcentuales, situándose en un porcentaje de 9,95% respecto del total de activos de su sexo. En el caso de los hombres el incremento ha sido de 0,49 puntos, colocándose en un 8,79% de activos respecto de su sexo. Este menor incremento del porcentaje de hombres con formación de FPGM va a repercutir en un mayor aumento de los porcentajes de activos con estudios profesionales de nivel superior, Formación Profesional de Grado Superior. Página 53 De nuevo aumenta en estos años de recesión económica, el nivel de estudios de las personas activas. Los estudios de Formación Profesional de Grado Superior (FPGS en adelante) ocupan el 5º lugar en frecuencia entre los activos de ambos sexos según los datos facilitados por la EPA en el 3er trimestre de 2010, alcanzando según podemos comprobar en el Gráfico 15, el 10,08% respecto del total de activos para ambos sexos. El porcentaje de mujeres activas con estos estudios de FPGS es de 9,66%, inferior al de los hombres con 10,43%. Este nivel formativo pone fin a una formación orientada al empleo, a diferencia del nivel de FPGM que constituye un nivel previo a alcanzar esa formación profesional superior. De hecho, los porcentajes de activos, tanto en ambos sexos, como en hombres y mujeres son superiores los de FPGS a los de FPGM. Respecto a la diferencia de género en estos porcentajes, se observa que mientras que en la FPGM el porcentaje de mujeres activas respecto de su sexo es superior al de los hombres, en los estudios de FPGS ocurre justo lo contrario, son ellos los que predominan sobre las mujeres. Esto nos indica que dentro de este tipo de formación de carácter profesional, la mujer se incorpora al mercado laboral en mayor medida una vez terminados sus estudios de FPGM, quizás porque son los exigidos para el desempeño de las ocupaciones en las que las mujeres tienen mayor presencia, mientras que una mayor parte de hombres continúan su formación hasta alcanzar los estudios de FPGS, quizás también más adecuados a las ocupaciones masculinizadas. En este nivel de estudios se vuelve a repetir esa segmentación horizontal por género en la elección de ramas profesionales de la que hablábamos en la FPGM aunque en menor medida. Las chicas eligen Administración, Sanidad, y Servicios socioculturales y a la comunidad, mientras los chicos optan por Informática, Electricidad y electrónica, y Administración en tercer lugar (Consejo Económico y Social, 2011). En el análisis por grupos de edad de los activos que poseen este nivel de estudios de FPGS, comprobamos en el siguiente Gráfico 22, que el corchete de edad con mayor porcentaje de activos de ambos sexos es el de 30 a 34 años con 19,88%, al igual que para las mujeres que ascienden al 21,16%, mientras que los hombres son más numerosos en el siguiente grupo de 35 a 39 años con el 19,38% respecto de los activos Página 54 es superior al De 16 a 19 años De 20 a 24 años De 25 a 29 años los De 40 a 44 años Mujeres De 45 a 49 años De 50 a 54 años De 55 a 59 años 1,84% 1,22% 1,57% 4,65% 3,77% 2,58% 7,40% 15,90% 14,77% 19,38% 15,42% 19,27% De 35 a 39 años Ambos sexos de 19,11% 21,16% 18,93% De 30 a 34 años 6,24% 0% 4,66% estos estudios 12,24% 5% 10,79% con 11,63% activas 19,88% 10% mujeres 16,74% de 13,03% 15% 8,48% El porcentaje 14,61% 20% 6,10% de formación. 25% 7,11% con este nivel Gráfico 22: Porcentaje de activos respecto de cada sexo con nivel de estudios de Formación Profesional de Grado Superior por edad. 0,25% sexo 0,35% su 0,29% de De 60 a 64 años Hombres Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EPA- TIII 2010. hombres en los primeros grupos de edad hasta los 34 años, con diferencias de género de hasta 3,71 puntos porcentuales entre los 25 y 29 años. A partir de los 35 años, los porcentajes de mujeres activas con FPGS son menores que los que registran los hombres, con unas diferencias porcentuales entre ambos sexos de hasta 2,74 puntos entre los 50 y 54 años. En resumen, el mercado laboral español cuenta con más mujeres que hombres en edad joven, con estudios de carácter profesional de nivel superior. Si observamos la evolución de este nivel formativo entre las personas activas hasta el 4º trimestre de 2013, comprobamos que ha aumentado el porcentaje de activos de ambos sexos en 1,07 puntos porcentuales, situándose en un 11,16% respecto del total de activos. La cantidad de mujeres activas que han adquirido este nivel formativo también ha experimentado un aumento de 0,80 puntos, alcanzando un porcentaje del 10,46% del total de su sexo. El porcentaje de hombres ha aumentado en mayor medida que en las mujeres, en total 1,33 puntos porcentuales, situándose en un 11,75% respecto del total de su sexo. Por tanto el porcentaje de hombres con estudios de FPGS sigue siendo mayor que el de mujeres a finales de 2013. Los más altos niveles de estudios son los universitarios. Tanto la EPA como la EES-2010, recogen los datos relativos a estos niveles formativos conforme se estructuraban antes de la progresiva implantación en España del Plan Bolonia conducente a la creación de un Espacio Europeo de Educación Superior, de forma que se encuentran distribuidos en estudios universitarios de primer, segundo y tercer ciclo. El primer ciclo correspondía a las antiguas Diplomaturas e Ingenierías Técnicas, el segundo ciclo lo constituían las anteriores Licenciaturas e Ingenierías, y el tercer ciclo Página 55 que son los Doctorados. Con el Plan Bolonia, los estudios universitarios se han reestructurado en dos niveles, Grados y Postgrados, estableciéndose dentro de estos últimos, los Másters para la especialización y los Doctorados como el culmen de la formación, más encaminados a la docencia e investigación. El nivel de estudios universitarios de primer y segundo ciclo en el 3er trimestre de 2010 es el tercero en frecuencia dentro del total de activos en nuestro país, un 21,49% del total de activos de ambos sexos han alcanzado este nivel formativo, según podemos observar en el Gráfico 15. El número de mujeres activas con estos estudios es muy superior al de hombres, separándoles 9,21 puntos porcentuales, mientras las mujeres se encuentran en un porcentaje de 26,61% respecto a su sexo, los hombres solo se encuentran en un 17,40%. Desde la perspectiva de la edad, el porcentaje de activos con este nivel de estudios aumenta rápidamente conforme aumenta la edad de las personas activas hasta alcanzar el mayor porcentaje en Gráfico 23: Porcentaje de activos respecto de cada sexo con nivel de estudios Universitarios de primer y segundo ciclo, por edad. del total de activos con 0% De 16 a 19 años De 20 a 24 años De 25 a 29 años De 30 a 34 años Ambos sexos De 35 a 39 años De 40 a 44 años Mujeres De 45 a 49 años De 50 a 54 años De 55 a 59 años 2,86% 2,20% 3,67% 5,82% 4,76% 7,11% respecto 5% 9,60% 8,57% 10,85% 19,44% 11,67% 10,84% 12,68% un 13,67% 13,33% 14,08% 10% 17,84% 18,45% 17,09% 34 años, con 13,98% 15,89% 11,65% 15% 4,25% 5,51% 2,72% entre los 30 y 0,00% 0,00% 0,01% 20% 19,44% 20,01% 18,73% 25% ambos sexos De 60 a 64 años Hombres Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EPA- TIII 2010. este nivel formativo. En este grupo de edad se dan también los mayores porcentajes de mujeres con un 20,01%, y de hombres con 18,73% respecto de cada sexo. Las jóvenes mujeres activas con estos estudios universitarios superan en porcentaje a los hombres en los primeros grupos de edad hasta los 39 años, a partir de los cuales, son los hombres universitarios los que predominan entre las personas activas. Las diferencias entre los porcentajes de hombres y mujeres con este nivel de estudios se intensifican en los primeros grupos de edad, siendo entre los 25 y 29 años cuando más diferencia encontramos, situándose las mujeres activas 4,24 puntos porcentuales por encima de los hombres. A partir de los 40 años los hombres superan en porcentaje a las mujeres y las Página 56 diferencias de género apreciadas alcanzan los 2,35 puntos porcentuales entre los 55 y 59 años. Del mismo modo que entre los jóvenes activos, las mujeres con estudios universitarios predominan sobre los hombres, en 2010 la presencia femenina en la Universidad sigue siendo mayoritaria, y además en todas las áreas de estudio con la excepción de la Científico-Técnica. Ya hablamos de la segmentación de género por tipo de estudios que se daba ya antes de llegar a la Universidad, en la Educación Secundaria postobligatoria donde el alumnado ya elige un área de conocimiento, pues bien, esa misma segmentación vuelve a repetirse en los estudios universitarios. Las mujeres universitarias se concentran en las áreas de Ciencias Sociales y Jurídicas (60,5%), Ciencias de la Salud (16,0%) y Humanidades (7,2%), mientras los hombres son mayoría en Matemáticas y Ciencia y Tecnología, a pesar de que las mujeres en 2010, el 5,9% de ellas ya eligen esta opción de las Ciencias Experimentales. (Consejo Económico y Social, 2011). En el 4º trimestre de 2013, el porcentaje de activos con este nivel de estudios prácticamente se mantiene respecto del 3er trimestre de 2010, situándose en el 21,94% para ambos sexos, habiendo aumentado este porcentaje tan solo en 0,45 puntos porcentuales. El porcentaje de mujeres activas con estos estudios ha sufrido un descenso de 0,15 puntos, estableciéndose en el 26,45% respecto a su sexo. Por el contrario, el porcentaje de hombres activos con estos estudios ha aumentado en 0,67 puntos, siendo ahora un 18,07%. Por tanto, la diferencia porcentual entre ambos sexos disminuye hasta los 8,39 puntos porcentuales, de los 9,21 que les separaba en 2010. Con los estudios universitarios de tercer ciclo, los porcentajes de activos que recoge la EPA en el 3er trimestre de 2010, son muy bajos, por debajo del 1%, no obstante por contraposición, se encuentran por encima de los que registran los activos sin estudios. Así tenemos que, para ambos sexos el 0,61% del total de activos han adquirido este nivel formativo, los hombres constituyen el 0,67% de los activos de su sexo, mientras que las mujeres se encuentran en un porcentaje menor, un 0,54%, según observamos en el Gráfico 15. A pesar de este menor porcentaje de mujeres que de hombres, en el análisis por Página 57 grupos de edad de los activos con este nivel de estudios, vemos cómo las mujeres superan en porcentaje a los hombres en los primeros grupos de edad en los que se registran activos con esta titulación, ya que evidentemente entre los 16 a 24 años no existen activos con este nivel porque aún se encuentran en periodo de formación. A Gráfico 24: Porcentaje de activos respecto de cada sexo con nivel de estudios Universitarios de tercer ciclo, por edad. partir de los 20% tendencia se 8,00% 6,34% 9,06% 5% 11,11% 5,98% 14,40% 2,12% 3,26% 1,39% 10% De 50 a 54 años De 55 a 59 años De 60 a 64 años 0% De 16 a 19 años De 20 a 24 años De 25 a 29 años De 30 a 34 años De 35 a 39 años Ambos sexos De 40 a 44 años Mujeres De 45 a 49 años invierte, 11,04% 7,25% 13,47% 15% 14,44% 18,30% 11,96% la 16,07% 19,20% 13,94% años 18,68% 19,75% 18,00% 49 14,93% 18,48% 12,66% 25% Hombres Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EPA- TIII 2010. siendo el porcentaje de hombres superior al de mujeres. Tal y como podemos comprobar en el presente Gráfico 24, el grupo de edad con mayores porcentajes de activos doctorados es el de 35 a 39 años, tanto para ambos sexos con un 18,68%, como para los hombres con un 18,00%, y para las mujeres con 19,75%, siendo además el grupo de edad en el que se da la menor diferencia porcentual entre sexos, tan solo 1,75 puntos porcentuales. A partir de los 50 años, las mujeres con estos estudios se encuentran en minoría respecto a los hombres, encontrándose en estos grupos de edad las mayores diferencias entre sexos, alcanzando incluso los 8,42 puntos porcentuales entre 55 y 59 años. Los porcentajes de activos con estos estudios se han incrementado en el 4º trimestre de 2013 respecto de 2010 en 0,06 puntos porcentuales para ambos sexos, situándose en un 0,67% respecto del total de activos. Las mujeres han sido las que han experimentado un mayor aumento porcentual, 0,11 puntos, subiendo hasta el 0,65% respecto de su sexo, pero continúan estando aún por debajo del 0,68% de hombres, que también han experimentado un ascenso aunque menor, de 0,01 puntos porcentuales. En resumen, todo este análisis nos sirve para corroborar que nuestros jóvenes activos están mucho mejor preparados que su generación precedente, comparando los porcentajes respecto del total de su sexo de los jóvenes activos entre 25 y 34 años con el mismo nivel educativo, con los que presentan los activos entre 50 y 59 años del mismo Página 58 nivel formativo, los porcentajes de jóvenes sin estudios registran valores que en algunos casos son menores de la mitad de los que presentan los activos mayores de 50 años. Los porcentajes los jóvenes con estudios básicos (Primera Etapa de Educación Secundaria) también se encuentran en torno a un tercio de los que presentan los mayores. Por el contrario, los porcentajes de los activos jóvenes entre 25 y 29 años con los estudios de la Segunda Etapa de Educación Secundaria ya superan los que registran los mayores. Del mismo modo, los porcentajes de activos jóvenes con estudios profesionales de FPGS duplican, incluso casi triplican los porcentajes de los activos mayores, igualmente ha ocurrido con los estudios universitarios en los que los porcentajes han aumentado más del doble. En cuanto a las diferencias de género, las mujeres están mejor preparadas que los hombres, puesto que los porcentajes de mujeres respecto al total de activos de su sexo son superiores a los que presentan los hombres en niveles educativos medios y superiores, mientras que se mantienen por debajo del porcentaje de hombres en los niveles formativos más bajos, tal y como se puede apreciar en el siguiente Gráfico 25. Gráfico 25: Porcentaje de activos de cada sexo respecto al nivel de estudios. Mujeres Hombres 27,01% 10,58% 17,65% 0,55% 9,81% 8,42% 0,68% 0,45% 0,46% 9,08% 12,40% 15,14% 15,94% 15,75% 24,96% 31,13% Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EPA- TIII 2010. Esta mejor preparación formativa de la mujer debería conllevar unas tasas de ocupación femenina por encima de las masculinas, lo que ocurre entre los 16 y 24 años como ya hemos visto al estudiar la variable edad, sin embargo, a partir de los 25 años, las diferencias se invierten y son los varones los que presentan mayores tasas de ocupación. Pero al estudiar la tasa de ocupación en función de los diferentes niveles educativos, se comprueba que estas tasas en el 3er trimestre de 2010 van creciendo Página 59 conforme va aumentando el nivel de estudios, llegando a tasas de ocupación del 96,96% para ambos sexos en los estudios de Doctorado, lo que significa que a menor nivel formativo, mayores tasas de desempleo. Desde una perspectiva de género solo las mujeres con los niveles formativos más bajos (Sin estudios y con Educación Primaria) presentan tasas de ocupación por encima de las que presentan los varones (64,30% en mujeres sobre 55,50% en varones, sin estudios), pero resulta realmente sorprendente que precisamente estando las mujeres mejor preparadas que los hombres, presenten tasas de ocupación por debajo de estos en el resto de niveles educativos. Para ejemplo, los estudios universitarios de primer y segundo ciclo, en los que las mujeres activas se encuentran en mayor porcentaje que los hombres y sin embargo, la tasa de ocupación en ellas es del 88,43% frente al 91,25% de los varones. Hasta el 4º trimestre de 2013, las tasas de ocupación han experimentado un descenso generalizado en todos los niveles educativos, siendo el grupo de sin estudios los que han acusado este descenso en mayor proporción, y en mayor medida han sido las mujeres que experimentan un descenso de 14,68 puntos porcentuales situándose la tasa de ocupación femenina en el 49,62%, frente al descenso de 13,73 puntos experimentado por los hombres que se sitúan en el 41,77%. Este mayor descenso de la tasa de ocupación femenina respecto de la masculina se ha producido en todos los niveles educativos excepto en la Primera Etapa de Educación Secundaria y en estudios Universitarios de primer y segundo ciclo. En los estudios Universitarios de Doctorado, las mujeres han aumentado 0,35 puntos porcentuales mientras que los hombres descienden su ocupación en 1,97 puntos. De esta forma las mujeres solo registran mayores tasas de ocupación que los hombres en el nivel de Analfabetos. Una vez estudiada la situación laboral de la mujer respecto al nivel formativo adquirido, se analizarán los salarios y la brecha salarial en función de estos diferentes grados o niveles de formación. A medida que aumenta el nivel educativo de los y las trabajadoras, los salarios anuales van creciendo, y además en proporciones muy similares para ambos sexos, aunque en todos los niveles formativos las ganancias anuales de las mujeres son inferiores a las de los hombres, como puede observarse en el Gráfico 26. Así, un trabajador sin estudios cobra de media 1.096,14€ más al año que una trabajadora con un nivel educativo de FPGM, o bien, el salario de un trabajador con Página 60 estudios de Primaria, solo es superado por el salario de una trabajadora con estudios universitarios. Tomando como referencia el salario medio anual para ambos sexos (22.790,20€ según la Tabla 1 Gráfico 26: Ganancia media anual por sexo y estudios. niveles educativos a 31.555,71 € Licenciados, ingenieros superiores y doctores 34.122,12 € 25.917,31 € Diplomados universitarios o equivalente 27.366,93 € Formación profesional de grado superior 19.001,54 € 24.172,58 € 17.013,92 € 26.272,38 € 18.942,82 € 20.367,58 € 14.164,75 € 19.293,66 € 13.196,75 € Mujeres Formación profesional de grado medio con Educación secundaria II hombres 0€ Educación secundaria I los Sin estudios perciben 10.000 € Educación primaria 20.000 € los salarios que 18.110,06 € 30.000 € 11.745,91 € es superado por 40.000 € 40.496,47 € 50.000 € del Anexo), éste Varones Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES- 2010. partir de la Segunda Etapa de Educación Secundaria, mientras que en las mujeres, este salario medio anual solo es superado por el que reciben las trabajadoras con estudios Universitarios. Por otro lado, el salario anual medio de una trabajadora sin estudios representa el 51,54% del salario medio anual para ambos sexos, mientras que el salario de los hombres también sin estudios supone el 79,46% de ese salario medio. En el otro extremo salarial, se encuentran los Licenciados y Doctores. En este nivel, las mujeres reciben un 38,46% más que el salario medio anual para ambos sexos, mientras que los hombres cobran un 77,70% más. Entre estos dos extremos, se observa que los salarios medios anuales tanto en hombres como en mujeres para los niveles educativos de Segunda Etapa de Educación Secundaria y Formación Profesional de Grado Superior, se encuentran muy igualados, aunque las mujeres con FPGS no alcanzan el salario medio anual para ambos sexos, concretamente cobran el 83,38% del mismo, y los hombres cobran un 20,08% más de este salario medio total anual. La brecha salarial en la ganancia media anual, y por tanto sometida a los efectos de la temporalidad, va disminuyendo conforme aumenta el nivel de estudios. La mayor brecha salarial se da entre los trabajadores sin estudios, y se sitúa en el 35,14%. La brecha salarial, tal y como podemos observar en el siguiente Gráfico 27, va disminuyendo conforme sube el nivel formativo hasta alcanzar su mínimo valor en el más alto nivel de estudios, Licenciados, Ingenieros y Doctores, con un brecha salarial de 22,08%, la única por debajo de la general sobre la ganancia media anual establecida en 22,55% (Tabla 1 del Anexo). Los niveles educativos de Formación Profesional rompen Página 61 esta Gráfico 27: Brecha salarial sobre ganancia media anual por nivel de estudios. 120% descendente, de 22,08% 24,05% manera que en el 77,92% 30,57% 70,39% 69,55% 72,10% 29,61% 75,95% 27,90% 30,45% 68,40% 40% 31,60% 64,86% 60% 35,14% 69,43% 100% 80% dinámica nivel de Grado 20% Medio la brecha Mujeres VIII. Licenciados, ingenieros superiores y doctores VII. Diplomados universitarios o equivalente VI. Formación profesional de grado superior V. Formación profesional de grado medio IV. Educación secundaria II III. Educación secundaria I II. Educación primaria I. Sin estudios 0% salarial es de 29,61%, superior Hombres a Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES- 2010. la registrada por la Segunda Etapa de Educación Secundaria (27,90%), pero inferior a la que se observa en el nivel de Formación Profesional de Grado Superior que vuelve a ascender a 30,57%. Ya hemos hablado de cómo la variable edad combinada con la de estudios alcanzados nos permite conocer el grado de formación de los jóvenes activos en relación con aquellos que se sitúan ya una media y avanzada Etapa laboral. Pues de igual forma, la brecha salarial sobre la ganancia media anual en función del nivel de estudios, también varía mucho con la edad. El comportamiento de la brecha salarial en función de los distintos grupos de edad, es muy similar en casi todos los niveles educativos, dibujando en estos una especie de pirámide, aumentando los valores de la Gráfico 28: Brecha Salarial sobre ganancia media anual por estudios y edad. Menos de 25 años De 25 a 34 años De 35 a 44 años De 45 a 54 años 14,16% 26,53% 21,06% 21,16% 14,22% 19,82% 21,61% 18,65% VIII. Licenciados, ingenieros superiores y doctores VI. Formación profesional de grado superior V. Formación profesional de grado medio IV. Educación secundaria II III. Educación secundaria I II. Educación primaria I. Sin estudios 0% 15,74% 5% VII. Diplomados universitarios o equivalente 3,56% 29,74% 27,40% 27,70% 27,83% 31,88% 29,01% 30,81% 32,32% 19,00% 21,10% 10% 24,07% 28,84% 26,36% 22,36% 15% 22,60% 20% 26,05% 30,13% 35,17% 31,50% 25% 22,57% 30% 26,34% 30,23% 37,95% 30,28% 35% 22,09% 40% 31,01% 32,20% 41,64% 35,31% 45% 55 y más años Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES- 2010. brecha salarial con la edad hasta llegar a su cúspide, que se encuentra entre los 35 a 44 años en algunos niveles educativos, y entre los 45 a 54 años en la mayoría de los niveles, para de nuevo bajar un poco entre los mayores de 55 años. La excepción se encuentra en el nivel de Formación Profesional de Grado Superior en el que los valores de la brecha salarial, lejos de dibujar una pirámide, adquiere más bien la forma de una Página 62 pequeña hondonada en la que los jóvenes por un lado y los mayores de 55 años por otro, registran valores de la brecha salarial superiores a la que registran los grupos de edad intermedia, siendo el grupo de entre los 45 y 54 años, donde se registra la menor brecha salarial de este nivel formativo. Si observamos el anterior Gráfico 28, las brechas salariales más bajas en casi todos los niveles de estudios corresponden a los menores de 25 años, excepto en los estudios profesionales de Grado Medio que es la segunda más baja, y en los de Grado Superior que alcanza el máximo valor de este grupo de edad y dentro de este nivel de estudios. En este grupo de menores de 25 años, la brecha salarial oscila entre el 3,56% entre los diplomados universitarios y el 31,88% en el nivel de FPGS. El grupo de los 35 a 44 años registra las mayores brechas salariales en los niveles educativos de Segunda etapa de Educación Secundaria (28,84%) y los diplomados universitarios (26,53%), y la menor en el nivel de FPGS (27,40%). En este grupo de edad los valores de la brecha salarial oscilan entre 19,82% entre los licenciados, ingenieros y doctores universitarios y el 32,20% entre los que no tienen estudios. El grupo de edad de los 45 a 55 años, registra la mayor brecha salarial en los niveles de: sin estudios, Primaria, Primera Etapa de Educación Secundaria, FPGM, y Licenciados universitarios, oscilando sus valores entre el 21,06% en el nivel de Diplomados universitarios, y el 41,64% en el nivel de sin estudios. Generalizando, podemos afirmar que la brecha salarial analizada en función de la edad y del nivel de estudios es directamente proporcional al aumento de edad hasta los 55 años luego cae un poco, e inversamente proporcional al aumento del nivel educativo. No olvidemos que en la ganancia media anual están presentes los efectos de la temporalidad que afecta en mayor medida a la mujer trabajadora que al hombre, ya que gracias a los estereotipos sociales en función del sexo, es la que mayoritariamente asume la tarea del cuidado doméstico y de la familia reduciendo e incluso renunciando a su vida laboral. De hecho, como podemos apreciar en el Gráfico 28, las mayores diferencias salariales sobre la ganancia media anual se observan en tramos de edad en el que mujer en general ya ha sido madre y los niños, aún pequeños, necesitan los cuidados de sus progenitores. Respecto a la ganancia media por hora trabajada, también aumenta conforme sube Página 63 el nivel formativo de los y las trabajadoras, percibiendo las mujeres un menor salario por hora que los Gráfico 29: Ganancia media por hora y nivel de estudios. 15,34 € 15,58 € 12,94 € 12,29 € 9,29 € 11,22 € 8,67 € 9,56 € 9,47 € 7,66 € 9,12 € 7,37 € 4€ 7,08 € 8€ 8,55 € 12 € 12,15 € 16 € 18,94 € 20 € Mujeres Varones VIII. Licenciados, ingenieros superiores y VII. Diplomados universitarios o equivalente VI. Formación profesional de grado V. Formación profesional de grado IV. Educación secundaria II III. Educación secundaria I II. Educación primaria los niveles formativos, según el 0€ I. Sin estudios hombres en todos siguiente Grafico 29. Evidentemente los que menos Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES- 2010. cobran por hora son las personas trabajadoras sin estudios, 7,08€ las mujeres y 8,55€ los hombres. En el extremo opuesto están los Licenciados, Ingenieros y Doctores con los mayores salarios por hora, 15,34€ las mujeres y 18,94€ los hombres. El incremento salarial experimentado en los hombres con el nivel de estudios es del 121,52%, esto es, la ganancia por hora percibida por los Licenciados, Ingenieros y Doctores supone más del doble de los que perciben los trabajadores sin estudios. Lo mismo sucede en las mujeres, pero en este caso el incremento es algo inferior, del 116,67%. En los nivel educativos más bajos: Analfabetos, Primaria y Primera Etapa de Educación Secundaria, los salarios aumentan mínimamente, manteniendo valores muy similares. En el nivel educativo medio de la Segunda Etapa de Educación Secundaria la ganancia por hora asciende respecto de la percibida por el nivel formativo anterior, 1,90€ las mujeres y 2,68€ los hombres, situándose su salario en 9,56€ y 12,15€. Sin embargo, los salarios por hora que perciben quienes tienen estudios de FPGM aún perteneciendo estos estudios a ese nivel educativo medio de la Segunda Etapa de Educación Secundaria, son menores, 8,67€ y 11,22€ para mujeres y hombres respectivamente. Los salarios por hora de quienes han alcanzado los estudios de FPGS registran valores muy similares a los que perciben los trabajadores que han alcanzado estudios de la Segunda Etapa de Educación Secundaria. Los salarios por hora trabajada de aquellos que tienen estudios de Formación Profesional tanto de Grado Medio como de Grado Superior, parecen responder de una forma aislada, independiente del resto de niveles formativos. El mayor aumento salarial que se registra al pasar de un nivel de estudios al otro inmediato superior es de 3,65€ en las mujeres y de 3,29€ al pasar de los estudios de FPGS a los estudios Universitarios de primer y segundo ciclo. Página 64 En la ganancia media por hora trabajada se eliminan los efectos del diferente tiempo trabajado entre hombres y mujeres, y la brecha salarial cambia radicalmente su comportamiento, si disminuía conforme aumentaba el nivel formativo cuando se analizaba sobre la ganancia media anual, ahora la brecha salarial sobre la ganancia media por hora, en general, aumenta conforme aumenta el nivel educativo con 120% 100% 21,32% 19,11% 24,41% 16,94% 19,01% 80,99% 83,06% 75,59% 77,27% 40% Mujeres del VIII. Licenciados, ingenieros superiores y doctores VII. Diplomados universitarios o equivalente V. Formación profesional de grado medio VI. Formación profesional de grado superior IV. Educación secundaria II III. Educación secundaria I 16,94%, I. Sin estudios 0% universitarios seguida 22,73% 20% Diplomados con 19,19% 78,68% 60% se da en los 17,19% 80% 80,89% brecha salarial 80,81% menor II. Educación primaria La Gráfico 30: Brecha salarial sobre ganancia media por hora y nivel de estudios. 82,81% excepciones. Hombres Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES- 2010. grupo de sin estudios con 17,19% y de los Licenciados y Doctores universitarios con un 19,01%. Si partimos del nivel formativo más bajo (sin estudios) donde se registra una brecha salarial como ya hemos dicho de 17,19%, se observa (Gráfico 30) que la brecha salarial va aumentando su valor conforme sube el nivel de estudios hasta llegar al 24,41% en el nivel de Formación Profesional de Grado Superior. Sin embargo, entre los que tienen el nivel de Primaria y aquellos con el nivel de Primera Etapa de Educación Secundaria, la brecha salarial se mantiene con porcentajes muy similares, 19,19% y 19,11% respectivamente. Destaca en este análisis de la brecha salarial sobre la ganancia media por hora trabajada en función del nivel de estudios, su comportamiento en los estudios Universitarios, si la brecha salarial asciende conforme aumenta el nivel formativo, al llegar a los estudios Universitarios de primer y segundo ciclo se produce una considerable bajada de 7,47 puntos porcentuales, situándose en el 16,94%, para volver a subir entre los Doctores universitarios con el 19,01% de brecha salarial. Es lógico que aumenten las ganancias por hora trabajada conforme las personas invierten más tiempo, dinero y sobre todo esfuerzo, en alcanzar unos niveles de formación que les permitirán ocupar puestos de trabajo de mayor nivel y responsabilidad. Lo que no es tan lógico es que aumente la brecha salarial conforme aumenta el nivel de estudios. La explicación a este aumento de la brecha salarial junto al aumento también del nivel formativo se encuentra en que cuanto más se va abriendo el Página 65 abanico de posibilidades para ocupar puestos de mayor responsabilidad y nivel, más discriminación directa e indirecta por razón de género sufre la mujer, ya que se encuentra con más dificultades para alcanzar esos puestos importantes dentro de la organización laboral que proporcionan una mayor recompensa económica, a pesar de que, según hemos estudiado, su posición a nivel formativo se encuentra por encima de la que presentan sus compañeros varones. Así, con la misma formación hombre y mujer, el hombre consigue más rápidamente y con mayor facilidad salvar la distancia que separa los puestos básicos de los de mayor nivel o responsabilidad, mientras que la mujer tiene que demostrar mucho más que un hombre, su valía para desempeñar un mismo puesto de trabajo, y todo ello, sin llegar a percibir la misma compensación económica que sus compañeros. Ahí se encuentra la discriminación directa por razón de género. Por otro lado, o la mujer renuncia a una vida personal o familiar, o le va a ser más difícil que a ellos conciliar ésta con una promoción en su vida laboral que le permita alcanzar mayor nivel y responsabilidad, y por tanto mayor nivel económico, porque ellos en general, no se corresponsabilizan en el cuidado de hijos y familia y esto recae básicamente sobre la mujer, siendo laboralmente castigada por ello, por una organización laboral que premia esa continuidad y dedicación absoluta al trabajo. Así nos encontramos la discriminación indirecta por razón de género. La explicación de una baja brecha salarial sobre la ganancia media por hora entre aquellos que no tienen unos estudios básicos, es porque evidentemente, el abanico de ocupaciones que pueden alcanzar estos trabajadores se cierra considerablemente, y tanto hombres como mujeres no tienen margen para la promoción laboral al no contar con el apoyo de un nivel formativo mínimo. Pero que los trabajadores sin estudios registren una baja brecha salarial no quiere decir que ésta no recoja un cierto componente de discriminación por razón de género, porque como ya veremos más adelante al analizar la brecha salarial en función de los grupos de ocupación de la CNO-11, en las ocupaciones elementales, las mujeres siguen ocupando ramas o puestos con salario inferiores. En resumen, una vez estudiadas las variables encuadradas dentro de las características personales, vemos que los salarios aumentan con la edad, con el nivel de estudios y en las personas de nacionalidad española. La brecha salarial sobre la ganancia Página 66 media por hora, aumenta también con la edad, entre los nacionales, y conforme sube el nivel de estudios alcanzados, aunque baja considerablemente entre los universitarios. 4.2.- CARACTERÍSTICAS LABORALES DE LA PERSONA TRABAJADORA. Estas características de la persona trabajadora, pero propias ya de su contexto de trabajo, van a conformar una trayectoria laboral que en algunos casos va a depender de decisiones personales y otras, va a ser fruto de la organización y cultura empresarial, influenciada en gran medida por roles sociales y culturales asociados al género, que van a tener su repercusión en la cuantía de las remuneraciones de los y las trabajadoras. Dentro de estas características que actúan como variables que influyen en las remuneraciones salariales, y por tanto, en la cuantificación de la brecha salarial, están: la antigüedad, el tipo de jornada o de contrato, la ocupación y responsabilidad del trabajador sobre el personal de la empresa. 4.2.1.- Años de Antigüedad. Esta variable hace referencia al tiempo que una persona permanece trabajando en una misma empresa. Con este mismo nombre, existe un complemento salarial que premia esa continuidad en la prestación de servicios por parte de un trabajador en una misma empresa o entidad. Este complemento queda fijado en los convenios colectivos, y supone un porcentaje del salario base, incrementándose conforme se van acumulando periodos de 3 años “trienios” o 5 años “quinquenios”, o sencillamente con incrementos salariales pactados bien en el convenio colectivo al que se ajusta o entre empresario y trabajador. Por tanto, es lógico que el salario medio aumente en función de la antigüedad de los trabajadores. Efectivamente, según el siguiente Gráfico 31, la ganancia media anual de hombres y mujeres va incrementándose a medida que aumentan los años de antigüedad, hasta llegar a los 30 años, a partir de los cuales, la ganancia media anual se mantiene, incluso baja en los hombres. Pero en todo momento, el salario medio anual de las mujeres sigue manteniéndose por debajo del salario de los hombres. A pesar de esto, los efectos de la antigüedad son más positivos para las mujeres que para los varones, de forma que el ascenso de cada uno de los escalones establecidos por la EES-2010 en función de la antigüedad, supone un incremento porcentual mayor para las mujeres que para los Página 67 20.000 € experimentan un incremento 10.000 € del 26,18% en su ganancia 0€ media anual, frente 15.000 € 5.000 € Menos de 1 año al De 1 a 3 años De 4 a De 11 De 21 30 y 10 años a 20 años a 29 años más años Mujeres 24,62% que incrementan los 34.840,30 € mujeres las 31.021,29 € años, 25.000 € 30.977,66 € 30.000 € 25.306,24 € 31.109,96 € antigüedad a tener de 1 a 3 25.173,41 € 35.000 € 36.180,76 € 40.000 € de 19.914,07 € año Gráfico 31: Ganancia media anual por trabajador, sexo y antigüedad. 16.565,58 € un tener 21.637,91 € de de 17.362,77 € menos Así, 13.128,26 € hombres. Varones Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES- 2010. hombres. De este modo, los 36.180,78€ de ganancia media anual máxima en los hombres con 21 a 29 años de antigüedad, se han incrementado respecto de los 17.362,77€ del grupo con menos de 1 año, en un 108,38%, mientras que en las mujeres el incremento que ha experimentado la ganancia media anual máxima del grupo con 30 y más años de antigüedad respecto de los que tienen menos de un año, ha sido del 136,29%. Sin embargo, si comparamos los salarios medios anuales de hombres y mujeres en términos absolutos, con una antigüedad de entre los 11 y 20 años, los hombres llegan percibir 31.109,96€, mientras las mujeres necesitan 30 ó más años de antigüedad para llegan a un salario anual similar de 30.977,66€, aún por debajo del que perciben ellos. Lógicamente, y dado que el incremento salarial sobre la ganancia media anual es mayor en la mujer que en el hombres conforme aumentan los años de antigüedad en la empresa, se deduce que la brecha salarial sobre esta ganancia media anual, y por tanto afectada por la temporalidad en el trabajo que afecta más a las mujeres, se va reduciendo conforme aumenta la antigüedad de los trabajadores, pasando de un 24,39% cuando se tiene menos de 1 año, al 10,96% con más de 30 años de antigüedad, lo que Gráfico 32: Brecha Salarial sobre ganancia media anual por antigüedad. supone un descenso en la 120% brecha salarial de 13,43 100% 24,39% 23,44% 20,89% 18,66% 14,38% 10,96% puntos porcentuales. Las 20% 89,04% 85,62% 79,11% 76,56% 40% 75,61% 60% 81,34% 80% 0% Menos de 1 año De 1 a 3 años De 4 a 10 años Mujeres De 11 a 20 años De 21 a 30 y 29 años más años Hombres Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES- 2010. Página 68 mayores bajadas de brecha salarial se producen entre los grupos de mayor antigüedad, así entre el grupo de 11 a 20 años de antigüedad y el siguiente de 21 a 29 años, el descenso de la brecha es de 4,27 puntos, y entre este y el siguiente de más de 30 años de antigüedad es del 3,4 puntos porcentuales. El comportamiento de la ganancia media por hora en función de los años de antigüedad es el mismo que en la ganancia media anual, el salario por hora se acrecienta conforme aumenta la antigüedad del trabajador en la empresa. El salario por hora crece tanto en hombres como en mujeres a un ritmo muy similar hasta el grupo de 21 a 29 años de antigüedad, después, con 30 y más años de antigüedad, los hombres continúan aumentando su salario mientras las mujeres mantienen el suyo. El mayor crecimiento experimentado tanto en hombres como en mujeres al saltar de un grupo a otro de antigüedad se produce entre los que llevan trabajando de 4 a 10 años y los que llevan de 11 a 20 años en la misma empresa, con un incremento del 23,26% y 21,30% para las mujeres y hombres respectivamente. Así, las mujeres pasan de ganar 7,92€ por hora con menos de 1 año de antigüedad, a ganar 14,89€ con más de 30 años de antigüedad, lo que supone un incremento del 88,01%, frente al 95,55% que Gráfico 33: Ganancia media por hora, sexo y antigüedad. 3€ 17,13 € 14,89 € 14,58 € 13,78 € 11,36 € 9,89 € 10,21 € 8,81 € 6€ 7,92 € 9€ 8,76 € 12 € 12,19 € 15 € 16,20 € 18 € aumenta el salario por hora de los hombres, que parte de 8,76€ con menos de 1 año de antigüedad hasta los 17,13€ 0€ con más de 30 años en la Menos de 1 año De 1 a 3 años De 4 a 10 años Mujeres De 11 a 20 años De 21 a 30 y 29 años más años misma empresa. Si Hombres Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES- 2010. comparamos estos incrementos con los experimentados sobre la ganancia media anual, vemos que además de ser inferiores, el observado en las mujeres es inferior al de los hombres, justo lo contrario de lo que sucedía con los salarios medios anuales. La brecha salarial en la ganancia media por hora en función de la antigüedad registra su mínimo valor entre aquellos trabajadores que llevan menos de un año trabajando en la misma empresa, situándose en un 9,59%, para ascender de golpe has alcanzar su máximo valor de 13,71% en el siguiente grupo de 1 a 3 años de antigüedad. Esta subida de la brecha salarial al pasar de un grupo de antigüedad al inmediato siguiente, puede explicarse en que el grupo de antigüedad de menos de un año puede Página 69 duración 12,94% 11,54% 10,00% 13,08% 86,92% de 13,71% 90,00% contratos 9,59% 80% 60% 40% 88,46% un año en la empresa, o 100% 87,06% trabajadores lleven menos de 120% 86,29% indefinida en los que los Gráfico 34: Brecha Salarial sobre ganancia media por hora y antigüedad. 90,41% recoger contratos de duración 20% determinada que suelen tener una duración menor al año, que hacen 0% Menos de 1 año De 1 a 3 años Mujeres bajar considerablemente la brecha De 4 a 10 años De 11 a 20 años De 21 a 30 y 29 años más años Hombres Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES- 2010. salarial sobre la ganancia media por hora, tal como podemos observar más adelante al estudiar la brecha salarial sobre la ganancia media por hora en función del tipo de contrato. (Gráfico 46) Pese a los efectos positivos sobre la ganancia media por hora que produce la antigüedad, esta va unida a un sistema de promoción de la carrera profesional del trabajador, según el cual, este puede ir ascendiendo conforme lleva más tiempo en la misma empresa y va conociendo más en profundidad la dinámica de la misma. Pues bien, la mujer necesita más tiempo y más esfuerzo que el hombre para ir ascendiendo escalafones de esa carrera como consecuencia de la discriminación directa por razón de género que soporta. En los siguientes grupos de antigüedad que establece la EES-2010 a partir de los tres años, la brecha salarial va descendiendo hasta alcanzar de nuevo un porcentaje del 10,00% entre los que llevan de 21 a 29 años en la misma empresa, para luego volver a subir bruscamente entre los que llevan 30 o más años hasta el 13,08%. Los efectos positivos de la antigüedad sobre los salarios, y sobre la brecha salarial no hacen sino confirmar que efectivamente cuando la mujer sigue una trayectoria profesional similar al hombre, sin interrupciones y con dedicación plena al desempeño laboral, llegan a alcanzar, no sin un sobresfuerzo respecto a los varones, una cierta aproximación al salario de los hombres, pero sin llegar a alcanzar nunca un status de igualdad salarial con ellos, porque tras los 30 años de antigüedad, cuando esta puede acompañar a una posible promoción laboral con repercusiones salariales positivas, en la mujer no se hace efectivo tal incremento salarial, sí advertido en los hombres, sencillamente porque ellas encuentran muchos más obstáculos que ellos para promocionar, como consecuencia de una discriminación directa por razón de género. Página 70 Por otro lado, algo menos de un cuarto de las mujeres ocupadas entre los 30 y 50 años, trabajan a tiempo parcial, puede que no se desvinculen de la empresa, pero con un trabajo a tiempo parcial los efectos positivos de la antigüedad se ralentizan. Y es que, cuando la mujer introduce en el escenario de su vida una trayectoria personal, y con ella familiar, y decide voluntariamente, pero sin duda, influida por esos roles sociales estereotipados para hombres y mujeres, renunciar a una dedicación laboral absoluta, reduciendo o incluso aparcando esa faceta laboral, se anulan los efectos positivos de la antigüedad sobre la brecha salarial, para volverse en su contra en el momento de retomar de nuevo una más activa vida laboral. Evidentemente la renuncia a un proyecto de vida personal y familiar no es la mejor opción ante esta discriminación indirecta presente también en la brecha salarial derivada de la variable de antigüedad. La solución pasa por una corresponsabilidad de hombres y mujeres en invertir en un proyecto vital que haga posible que ambos sexos puedan compatibilizar la vida familiar con la laboral, sin que ninguno tenga que renunciar a ninguna de estas facetas. 4.2.2.- Tipo de Jornada. Se entiende por jornada laboral el tiempo de trabajo remunerado diario. Según el Estatuto de los Trabajadores (BOE, 1995), la duración de esta jornada de trabajo será pactada en los convenios colectivos o en los contratos de trabajo, estableciendo la duración máxima ordinaria de la misma en: 40 horas semanales de promedio en cómputo anual, y de 9 horas diarias, pero dejando su distribución irregular a los convenios o pactos entre trabajadores y empresarios, respetando en todo caso, el descanso mínimo diario y semanal. Igualmente, esta misma norma establece que un contrato de trabajo se entenderá celebrado a tipo parcial cuando el número de horas al día, mes o año, sea inferior a la jornada de un trabajador a tiempo completo comparable, y si este no existiese en la misma empresa o centro de trabajo, se considerará la jornada a tiempo completo la establecida en el convenio colectivo, o en su defecto, la jornada máxima legal. El tiempo de trabajo así como su distribución y remuneración constituyen el núcleo central de las condiciones de trabajo que van a determinar no solo la calidad en el empleo, sino también la calidad de vida de las personas. Hoy por hoy, la mujer que se mantiene activa dentro del mundo laboral, no solo soporta, en general, peores Página 71 condiciones laborales (menos salarios), sino que además soporta una carga adicional de trabajo doméstico y responsabilidad familiar superior a la asumida por los hombres en su ámbito privado, que evidencia una clara desigualdad de género minorando la calidad de vida de las mujeres. La necesidad de la mujer de repartir su tiempo entre su ámbito laboral y privado, bien por decisión propia o forzada por unas peores condiciones salariales, pero sin duda influida por esos roles sociales que la responsabilizan del cuidado de hijos y familia, además de la consideración del trabajo femenino como secundario para el mantenimiento de la economía familiar, mantiene porcentajes de ocupación femenina a tiempo parcial muy superiores a los registrados por los hombres. De esta forma, en el 3er trimestre de 2010, del total de hombres ocupados, el 94,75% lo están a tiempo completo, mientras que del total de mujeres ocupadas sólo el 77,63% lo hace a tiempo completo, lo que implica una ocupación femenina del 22,37% a tiempo parcial mientras que los hombres solo llegan al 5,24% respecto de su sexo. Esto significa que de todos los ocupados a tiempo parcial, el 77,06% son mujeres y el resto (22,94%) hombres. Si analizamos el porcentaje de ocupados respecto de cada sexo, grupo de edad y tipo de jornada, vemos cómo en todos ellos, el porcentaje de mujeres ocupadas a tiempo comprobamos que en el grupo de edad de entre los 76,19% 93,92% 81,25% 79,22% 76,97% 75,79% 79,75% 80,91% 97,31% 0% 97,48% 35, 97,56% 50% 96,61% Gráfico 100% 96,10% presente 95,39% Al observar el 150% 80,79% los hombres. 200% 91,05% que presentan 250% 64,01% al 83,33% superior Gráfico 35: Porcentaje de ocupados respecto a cada sexo, grupo de edad y tipo de jornada. 55,15% es 68,26% parcial De 16 a De 20 a De 25 a De 30 a De 35 a De 40 a De 45 a De 50 a De 55 a De 60 a 19 años 24 años 29 años 34 años 39 años 44 años 49 años 54 años 59 años 64 años Mujeres T.P. 44,85% 35,99% 19,21% 20,25% 24,20% 23,03% 20,78% 18,76% 19,09% 23,78% Mujeres T.C. 55,15% 64,01% 80,79% 79,75% 75,79% 76,97% 79,22% 81,25% 80,91% 76,19% Hombres T.P. 31,74% 16,67% 8,95% 4,61% 3,90% 3,38% 2,44% 2,52% 2,69% 6,08% Hombres T.C. 68,26% 83,33% 91,05% 95,39% 96,10% 96,61% 97,56% 97,48% 97,31% 93,92% Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EPA-TIII-2010. 16 y 24 años, se encuentran los mayores porcentajes de ocupados a tiempo parcial tanto en hombres como en mujeres, lo que parece explicarse porque muchos de estos jóvenes compatibilizan sus estudios con la jornada de trabajo a tiempo parcial, sobre todo las mujeres que continúan su formación reglada hasta niveles superiores. No obstante, de Página 72 todos los grupos de edad, este primero, de los 16 a 24 años, es donde se da la menor diferencia porcentual entre hombres y mujeres ocupadas a tiempo parcial, frente al 44,85% de mujeres se encuentra el 31,74% de hombres. Así, si observamos la Tabla anexa al Gráfico 35, entre los 20 y 24 años, el porcentaje de mujeres ocupadas a tiempo parcial dobla al de hombres. La misma diferencia se observa en el siguiente grupo de edad de los 25 a 29 años, cuando los jóvenes han terminado sus estudios y se incorporan de pleno al mercado laboral, a pesar de disminuir en general casi a la mitad, el porcentaje de ocupados a tiempo parcial en ambos sexos. A partir de los 30 años, coincidiendo con el momento en que las parejas jóvenes comienzan un proyecto de vida familiar, los porcentajes de mujeres ocupadas a tiempo parcial comienzan a cuadruplicar, sextuplicar, incluso octuplicar al porcentaje de hombres, lo que demuestra que son ellas mayoritariamente las que acaban reduciendo su tiempo de trabajo para poder compatibilizar este con su función estereotipada del cuidado doméstico, de hijos y familia. Trasladando estos porcentajes a cifras más simples pero también más tangibles, supone que hasta los 30 años, de cada 10 personas ocupadas a tiempo parcial 6 son mujeres, y a partir de los 30 años, son 8 de cada 10, las mujeres ocupadas a tiempo parcial. En el 4º trimestre de 2013, el número de ocupados en general, ha descendido un 12,18% en los hombres, el doble que en las mujeres (6,42%). Sin embargo, el porcentaje de mujeres ocupadas a tiempo completo ha descendido 3,90 puntos porcentuales, frente a los 2,76 puntos que descienden los hombres. Así, el porcentaje de mujeres respecto de su sexo que trabajan a tiempo completo se establece en 73,73% y el de los hombres en 91,99%. Por consiguiente, frente a estos descensos, nos encontramos con los incrementos sufridos en los porcentajes de ocupados a tiempo parcial, en el caso de las mujeres asciende al 26,28%, lo que significa que más de una de cada cuatro mujeres trabaja a tiempo parcial, frente al 8,01% de hombres que no supone ni siquiera uno de cada 10. Evidentemente estas diferencias en porcentajes de ocupación a tiempo parcial entre hombres y mujeres, van a ser una de las causas de una mayor brecha salarial sobre la ganancia media anual, que va a estar presente en el análisis de cada una de las diferentes variables, y a la que ya hemos ido haciendo referencia en términos de temporalidad o diferente tiempo trabajado. Del mismo modo, esta mayor ocupación de Página 73 la mujer a tiempo parcial va a ser uno de los factores que van a propiciar una discriminación indirecta por razón de género subyacente en la brecha salarial, al dificultarle a la mujer competir con el hombre en igualdad de condiciones. Lógicamente, los y las trabajadoras a tiempo completo perciben mayores salarios embargo, 30.000 € curiosamente, las mujeres ocupadas a 25.000 € tiempo parcial perciben 10.133,18€, 20.000 € 15.000 € que suponen un 42,34% del salario 10.000 € medio anual que reciben las ocupadas a 5.000 € 0€ tiempo completo. En el caso de los Tiempo completo hombres, el salario medio anual de los ocupados a tiempo parcial no se Mujeres 10.960,91 € Sin 10.133,18 € parcial. 27.335,23 € tiempo Gráfico 36: Ganancia media anual por trabajador sexo y tipo de jornada. 23.932,01 € anuales que las personas que trabajan a Tiempo parcial Varones Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES- 2010. encuentra muy por encima de lo que perciben las mujeres, en concreto cobran 10.960,91€, que supone un 40,10% de lo que perciben los ocupados a tiempo completo. Esto se debe a que el salario medio anual de los hombres ocupados a tiempo completo sí se encuentra muy por encima del que perciben las mujeres, 27.335,23€ ellos frente a 23.932,01€ ellas. Luego las mujeres ocupadas a tiempo completo cobran el 87,55% del salario anual de los hombres, mientras que a tiempo parcial, ellas cobran el 92,45% del salario de los hombres. Al analizar la brecha salarial sobre la ganancia media anual, vemos como esta es más elevada entre trabajadores a tiempo completo con un 12,45%, que a tiempo parcial que baja hasta el 7,55%. Esta última brecha salarial choca radicalmente con la observada sobre la ganancia media por Gráfico 37: Brecha Salarial sobre ganancia media anual por tipo de jornada. hora a tiempo parcial que es del 18,25% 120% 100% 12,45% 7,55% cómo veremos a continuación en el 80% 92,45% 40% Gráfico 39. Esto significa que dentro de la 87,55% 60% modalidad de contrato con jornada a 20% tiempo parcial, la mujer tiene que trabajar 0% Tiempo completo Mujeres un número de horas superior a las que Tiempo parcial Hombres debe trabajar un hombre para llegar a sus Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES- 2010. Página 74 respectivos salarios medios anuales. De acuerdo con la ganancia media por hora trabajada para hombres (9,97€) y mujeres (8,15€) con jornada a tiempo parcial de la Tabla 15 del Anexo, la mujer tiene que trabajar 1.243,33 horas para llegar al salario medio anual de 10.133,18€, mientras que los hombres deben trabajar 1.099,39 horas para alcanzar los 10.960,91€ de ganancia media anual a tiempo parcial. Esto significa que una mujer con jornada a tiempo parcial debe trabajar un 11,58% más de horas que un hombre para que solo les separe una diferencia salarial sobre la ganancia media anual del 7,55%. Por tanto, para igualar su salario bruto anual al de los varones, la mujer deberá trabajar un 18,25% más de horas. Simplificando estas cifras podemos afirmar que de cada 10 horas que trabaja un hombre con un contrato a tiempo parcial, la mujer tiene que trabajar un poco más de 18 horas y cuarto para situarse ambos ante una igualdad salarial. El trabajo realizado a tiempo completo está mejor remunerado que el realizado dentro de un contrato a tiempo parcial, ya que la ganancia media por hora de los hombres dentro de un contrato a tiempo completo es de 11,89€ frente a los 9,97€ en un Gráfico 38: Ganancia media por hora, sexo y tipo de jornada. 14 € 4€ 9,97 € 6€ 8,15 € 8€ absolutos, la diferencia por hora en el salario masculino es de 1,92€ entre ambas 11,89 € 10 € 10,65 € 12 € contrato a tiempo parcial. En términos modalidades de contratación en función del tiempo. Exactamente sucede lo mismo 2€ en el caso de las mujeres: la hora 0€ Tiempo completo Mujeres trabajada en el seno de un contrato a Tiempo parcial Varones tiempo completo es remunerada con Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES- 2010. 10,65€ frente a los 8,15€ a que perciben dentro de un contrato a tiempo parcial, existiendo pero ambas cantidades una diferencia por hora trabajada de 2,5€, mayor que la existente entre los varones. Pero la diferencia en la ganancia por hora entre hombres y mujeres dentro de cada una de las dos modalidades de contratación en función del tiempo va a ser muy similar, 1,24€ por hora cobran menos las mujeres que los hombres dentro de un contrato a tiempo completo, y 1,28€ dentro de un contrato a tiempo parcial. Esto significa que el salario por hora de las mujeres se acerca más al de los hombres en jornadas a tiempo completo que a tiempo parcial. Con jornadas a tiempo completo las mujeres perciben el Página 75 89,57% del salario de los hombres, a tiempo parcial ellas perciben solo el 81,75% del trabajadoras a tiempo completo va a ser de 10,43%, menor que con jornadas a 120% 100% 10,43% 18,25% 80% 60% tiempo parcial que alcanza el 18,25%. 40% Justo lo contrario de lo que sucedía al 20% 0% analizar la brecha salarial sobre la Tiempo completo Tiempo parcial Mujeres ganancia media anual, la brecha era mayor a tiempo completo que a tiempo 81,75% tanto, la brecha salarial entre los y las Gráfico 39: Brecha Salarial sobre ganancia media por hora y tipo de jornada. 89,57% salario por hora de los hombres. Por Hombres Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES- 2010. parcial. La explicación a una mayor brecha salarial con jornadas a tiempo parcial que a tiempo completo es sencilla: del total de ocupados a tiempo parcial, las mujeres suponen el 77,06% frente al 22,94%% de hombres. Además, del total de ocupados a tiempo parcial, las mujeres se concentran en ocupaciones con salarios muy bajos, el 26,36% de mujeres trabajan en ocupaciones elementales percibiendo los menores salarios, y el 23,17% son mujeres que trabajan en la prestación de Servicios de restauración, personales, protección y vendedores, ocupando a su vez los puestos de inferior categoría. Mientras, los hombres se encuentran en un 4,85% y 5,16% respectivamente en las ocupaciones referidas, repartiéndose porcentualmente en otras ocupaciones mejor remuneradas. Estas brechas salariales sobre la ganancia media por hora trabajada (a tiempo parcial y a tiempo completo) 25 y 44 años para luego subir de nuevo a partir de esta edad, la brecha salarial a tiempo parcial 0% Menos de 25 años De 25 a 34 años 7,18% 7,24% De 35 a 44 años Tiempo Completo De 45 a 54 años 43,58% 10% 7,32% menores de 25 años, baja entre los 11,17% 20% 1,66% 30% completo más alta entre los jóvenes 13,93% 40% 11,43% mientras que la brecha a tiempo 50% 23,81% cruzarlas con la variable edad: Gráfico 40: Brecha Salarial sobre ganancia media por hora, tipo de jornada y edad. 14,56% reaccionan de diferente forma al 55 y más años Tiempo Parcial Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES- 2010. Página 76 aumenta progresivamente conforme aumenta la edad experimentando un importante incremento total. Entre los menores de 25 años, la brecha salarial en jornada a tiempo completo es muy superior (11,17%) a la que se observa a tiempo parcial (1,66%), sin embargo, luego baja hasta el los 7,32% en el grupo de los 25 a 34 años, frente al 7,24% de brecha salarial a tiempo parcial, quedándose ambas con valores muy similares. En el siguiente grupo de edad, entre los 35 a 44 años, existe más distancia entre la brecha salarial a tiempo completo 7,18% y la existente a tiempo parcial que dobla a la primera con 14,56%. De los 45 a los 54 años ocurre lo mismo, la brecha salarial a tiempo parcial (23,81%) dobla la registrada a tiempo completo (11,43%), mientras que para mayores de 55 años la distancia entre ambas es abismal, triplicando la brecha salarial a tiempo parcial (43,58%) a la existente a tiempo completo (13,93%). Si observamos por tanto, cómo reacciona la brecha salarial a tiempo completo conforme aumenta la edad, vemos cómo primero baja, después se mantiene entre los 25 y 44 años, para ir subiendo hasta situarse con 55 y más años tan solo con 2,76 puntos porcentuales por encima del valor que registraba en el grupo de menos de 25 años de edad. La brecha salarial en la jornada a tiempo parcial sin embargo, reacciona progresivamente con la edad, pasando de 1,66% entre los y las trabajadoras con menos de 25 años, a una diferencia salarial del 43,58% con más de 55 años, lo que supone una distancia de 41,93 puntos porcentuales. Llama la atención el hecho de que entre los 25 y 44 años de edad, la brecha salarial entre trabajadores a tiempo completo se mantenga en niveles muy similares junto con la brecha salarial que presenta el grupo de edad entre los 25 y 34 años entre trabajadores con jornadas a tiempo parcial. Si retrocedemos al Gráfico 34, veremos como la brecha salarial sobre la ganancia media por hora trabajada disminuye conforme va aumentando la antigüedad, variable esta que repercute en un aumento salarial conforme se cumplen años en la misma empresa, no solo por los efectos directos de este complemento salarial son su mismo nombre, sino por mejorar las posibilidades de promoción en las carreras profesionales. Pues bien, al cruzar esta variable con el tipo de jornada, podemos observar según el Gráfico 41, que la brecha salarial sobre la ganancia media por hora, en la jornada a tiempo completo reacciona de la misma forma que lo hace de forma independiente la brecha salarial sobre esta ganancia en función de solo la antigüedad, lógicamente puesto que del total de trabajadores ocupados, el 87,21% lo hace a tiempo completo. Sin Página 77 Menos de 1 año la misma empresa, a partir de una antigüedad de 30 y más años vuele De 1 a 3 años Tiempo completo De 11 a 20 años 12,53% 10,08% De 4 a 10 años 8,20% 0% llegar a los 29 años de trabajos en 17,73% 10% 10,86% aumento con la antigüedad hasta 20% 16,26% considerable 8,80% un 5,63% 30% experimentar 24,45% 40% 39,11% jornada a tiempo parcial va a 50% 8,42% la ganancia media por hora en Gráfico 41: Brecha Salarial sobre ganancia media por hora, tipo de jornada y antigüedad. 32,95% embargo, la brecha salarial sobre De 21 a 30 y 29 años más años Tiempo parcial Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES- 2010. a descender aunque manteniéndose en valores altos. Sólo entre aquellos que llevan trabajando menos de un año en la misma empresa registran una brecha salarial a tiempo completo (8,08%) superior a la existente a tiempo parcial (5,63%). En el resto de grupos de antigüedad, la brecha salarial a tiempo parcial supera con creces a la registrada a tiempo completo. Ambas brechas salariales reaccionan con la antigüedad de forma distinta, mientras la brecha salarial a tiempo completo va disminuyendo desde el grupo de 1 a 3 años de antigüedad con 10,86% (más alta que con menos de un año) hasta llegar al grupo de 11 a 20 años que registra la más baja con el 8,20%, para después volver a subir hasta llegar al 12,58% en el grupo de más de 30 años de antigüedad, la brecha salarial a tiempo parcial va aumentando desde el primer grupo de menos de un año de antigüedad con 5,63% hasta llegar al 39,11% entre los 21 y 29 años de antigüedad, para volver a descender hasta los 24,45% con más de 30 años. Existe un periodo temporal, que abarca el grupo de 1 a 3 años y el grupo de 4 a 10 años de antigüedad, en el que las brechas salariales, tanto a tiempo completo como a tiempo parcial, permanecen estables con valores muy similares. De los resultados de la combinación de estas dos variables: edad y antigüedad, con el tipo de jornada, se observa que el trabajo a tiempo parcial hace incrementarse la brecha salarial de forma considerable, tanto con la edad como con la antigüedad. También se observa una reducción de la brecha salarial así como una estabilización de la misma en un marco temporal de una joven madurez (hasta 34 años), y un periodo de antigüedad que puede corresponder a la primera cuarta parte de la vida laboral de la persona trabajadora. Este marco temporal corresponde con los comienzos de una carrera profesional en ambos sexos, caracterizados por una lucha por mantenerse en el mundo laboral, previo quizás, al planteamiento de una responsabilidad familiar. Sin embargo, a Página 78 partir de este marco temporal, cuando es tiempo de que la mujer además de cubrir esa función productora de bienes pase a ser también productora de la misma vida, evidentemente distribuyendo su tiempo entre ambas funciones, es castigada por una organización laboral con una brecha salarial que encierra un gran componente de discriminación indirecta por razón de género, precisamente por desempeñar las funciones estereotipadas asignadas por la sociedad a lo largo de la historia y que resultan menospreciadas por esa misma sociedad a pesar de inyectar en ella un grado de calidad de vida y bienestar familiar. La pregunta que surge es la siguiente: con una corresponsabilidad familiar entre hombres y mujeres, ¿cómo reaccionaría la diferencia salarial a partir de este marco temporal inicial? 4.2.3.- Tipo de Contrato. En función de su duración, un contrato de trabajo puede ser indefinido, siendo este su carácter general, o de duración determinada solo en los casos y con la duración máxima previstos en el Estatuto de Trabajadores: para la realización de una obra o la prestación de un servicio con autonomía y sustantividad propia dentro de la actividad de la empresa, por la acumulación de tareas o exceso de pedidos aunque estos pertenezcan a la actividad normal de la empresa, o al objeto de sustituir a un trabajador que tenga derecho a reserva de su puesto de trabajo (BOE, 1995). Según los datos de la EPA del 3er trimestre de 2010, teniendo en cuenta al conjunto total de trabajadores ocupados de cada sexo, comprobamos que el porcentaje de hombres no asalariados (20,18%) y por tanto autónomos es mayor que el de mujeres (12,19%), y por el contrario, el porcentaje de asalariados varones (79,82%) es menor que el de mujeres (87,81%). Pero dentro del conjunto de asalariados que es el ámbito poblacional de la EES-2010, el porcentaje de varones con contrato indefinido es de 75,48%, superior al de las mujeres que es del 73,25%. Luego las mujeres más frecuentemente tienen contratos de duración determinada o temporales, concretamente un 26,75% de mujeres frente al 24,52% de hombres. La crisis que estamos sufriendo ha supuesto una brutal destrucción del empleo, registrándose en el 4º trimestre de 2013 tasas de desempleo del 26,87% en mujeres y del 25,31% en hombres, lo que ha hecho que muchas personas se aventuren a iniciar una Página 79 nueva etapa laboral como trabajadores autónomos, incrementándose los porcentajes de estos respecto del total de trabajadores ocupados de cada sexo, alcanzando un 13,56% en mujeres y un 21,78% en hombres, lo que significa menos asalariados, tanto hombres (78,22%) como mujeres (86,44%). Pero contrariamente a lo que pudiera parecer sobre un aumento de la temporalidad en el trabajo como consecuencia de esta crisis económica, dentro del grupo de asalariados de cada sexo ha aumentado el porcentaje de trabajadores con contrato indefinido, más en las mujeres (1,99 puntos porcentuales) que alcanzan un 75,24%, que en los hombres (1,37 puntos) que suponen el 76,85%, aunque de nuevo el porcentaje de hombres con contrato indefinido es superior al de mujeres. Y a la inversa, ha disminuido el porcentaje de ocupados con contratos de duración determinada, situándose en el 24,76% de mujeres y 23,15% de hombres. Esta disminución de la temporalidad en el empleo no implica estabilidad en el mismo, ya que se han modificado las normas que regulan las relaciones laborales, flexibilizando las causas de despido de tal forma, que se ha hecho que se pierda ese carácter de seguridad que imprimía una relación laboral contractual indefinida. También ha disminuido la diferencia en puntos porcentuales entre hombres y mujeres con contrato de duración determinada, mientras que en el 3er trimestre de 2010 estaba en 2,23 puntos, en el último trimestre de 2013 se encuentra en 1,61 puntos. Lógicamente, como podemos comprobar en el Gráfico 42, los salarios o ganancia Gráfico 42: Ganancia media anual por trabajador, sexo y tipo de contrato. 10.000 € 5.000 € 0€ Duración indefinida Mujeres indefinido con son con un superiores un contrato a los contrato de duración determinada, porque aunque 17.739,80 € 15.000 € anual registrados 15.553,37 € 20.000 € 20.987,07 € 25.000 € 27.676,84 € 30.000 € media existen indefinido Duración determinada Varones Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES- 2010. contratos a por tiempo tiempo parcial estableciendo el número de horas o jornadas al año, en determinadas fechas siempre las mismas; y contratos de fijos discontinuos que también establecen un número de horas o jornadas al año pero no en fechas ciertas; lo general es que un contrato indefinido lo sea también a tiempo completo. Por otro lado, los contratos de duración determinada si bien pueden durar 3 años (los de obra y servicios), ampliable otro más, lo normal es que los contratos Página 80 temporales duren tan solo unos meses. Así los hombres con un contrato de duración indefinida cobran anualmente de media 27.676,84€ frente a los 20.987,07€ que perciben las mujeres. Una considerable diferencia que en valores absolutos asciende a 6.689,77€ anuales. La diferencia entre la ganancia media anual de hombres y mujeres con contratos a tiempo parcial es mucho menor, mientras ellos cobran 17.739,80€, ellas alcanzan los 15.553,37€, lo que implica una diferencia anual de 2.186,43€. Dicho esto, y puesto que se trata de ganancias afectadas por el tiempo trabajado al año, no pueden extraerse conclusiones relativas a la mejor o peor remuneración con contratos indefinidos o de duración determinada. Sí podemos afirmar que mientras que las mujeres con un contrato de duración determinada perciben anualmente de media el 74,11% del salario anual que perciben las mujeres con un contrato indefinido, los hombres con contratos de duración determinada sólo perciben el 64,10% de los perciben aquellos que tienen un contrato indefinido. más altos que la observada sobre la 120% 100% 80% ganancia media por hora. De acuerdo 60% con el presente Gráfico 43, la brecha 40% 20% salarial observada sobre la ganancia 0% Duración indefinida media anual en función del tipo de contrato, es inferior entre los y las trabajadoras con un contrato de 12,32% 24,17% 87,68% ganancia media anual alcanza valores Gráfico 43: Brecha Salarial sobre ganancia media anual por tipo de contrato 75,83% La brecha salarial sobre la Duración determinada Mujeres Hombres Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES- 2010. duración determinada, alcanzando el 12,32%, que entre quienes tienen un contrato indefinido, que registran una brecha salarial de 24,17%. La distancia entre ambas brechas es de 11,85 puntos porcentuales, de manera que con contrato indefinido, la brecha salarial casi dobla la registrada con contratos a tiempo parcial. El nivel de estudios no modifica este comportamiento de la brecha salarial sobre la ganancia media anual. Como podemos observar en el Gráfico 44, la brecha salarial es menor con un contrato de duración determinada que en la modalidad de contratación indefinida en todos los niveles educativos. En los 3 primeros niveles educativos más bajos, las distancias entre las brechas salariales que presentan las 2 modalidades de Página 81 contratación en función de su duración, son pequeñas ≤4,57 puntos porcentuales. En los niveles formativos medios de educación postobligatoria y Formación Profesional, las Gráfico 44: Brecha Salarial sobre ganancia media anual por tipo de contrato y nivel de estudios. ambas Contrato Indefinido 22,64% 5,67% 25,38% Contrato Temporal Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES- 2010. están entre 8,45 puntos V. Formación profesional de grado medio VI. Formación profesional de grado superior VII. Diplomados universitarios o equivalente VIII. Licenciados, ingenieros superiores y doctores IV. Educación secundaria II III. Educación secundaria I II. Educación primaria I. Sin estudios 5% 0% entre brechas salariales 5,71% 30,53% 21,91% 30,59% 19,98% 28,45% 15% 10% 19,99% 30,66% 29,94% 32,35% 31,09% 37,71% 25% 20% 33,14% 40% 35% 30% distancias en la Educación Secundaria Postobligatoria y 10,61 puntos en la Formación Profesional de Grado Medio. Ya en los niveles de estudios universitarios las diferencias se acentúan hasta el punto de quintuplicar la brecha salarial en contratación indefinida, la registrada en la contratación temporal entre los Diplomados universitarios. Teniendo en cuenta que la brecha salarial general entre aquellos que están contratados por duración determinada se sitúa en 12,32%, solo aquellos que tienen un nivel formativo universitario se sitúan por debajo de ella con valores menores de la mitad (5,67%) de esta. Lo mismo sucede con la brecha salarial entre los y las contratadas de forma indefinida, solo en Licenciados y Doctores ésta brecha salarial baja hasta el 22,64%, por debajo de la general de 24,17%. En general, la brecha salarial sobre la ganancia media anual en función del tipo de contrato y los estudios realizados, va descendiendo progresivamente entre quienes tienen un contrato indefinido según aumenta el nivel de estudios realizados, destacando los estudios de Formación Profesional que alteran esta tendencia con una subida respecto a la formación Postobligatoria general de Segunda Etapa de Educación Secundaria. Con contratos a tiempo parcial, la brecha salarial desciende también a medida que aumenta el nivel formativo pero lo hace en escalones distinguiendo 3 grupos: una formación básica hasta la Primera Etapa de Educación Secundaria con brechas más altas, una formación postobligatoria y de Formación Profesional que observa una bajada importante, para de nuevo volver a saltar a la baja en los niveles de estudios universitarios. Tal y como se ha dicho antes, tanto un contrato indefinido como el de duración Página 82 determinada pueden ser a tiempo completo y a tiempo parcial. Pero ya en la ganancia media por hora trabajada eliminamos los efectos de la temporalidad, así podemos afirmar que el trabajo realizado bajo la “estabilidad” de un contrato indefinido está mucho mejor pagado que bajo un contrato temporal. Según el presente Gráfico 45, con Gráfico 45: Ganancia media por hora, sexo, y tipo de contrato. un contrato indefinido la ganancia 12 € 3,17€ más que con uno temporal. En 6€ 9,16 € 10,41 € 9€ 9,25 € media por hora de los hombres es de 12,42 € 15 € las mujeres ocurre exactamente lo mismo, solo que la diferencia es 3€ 0€ menor: con un contrato temporal las Duración indefinida Duración determinada Mujeres Varones Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES- 2010. mujeres cobran por hora 1,25€ menos que con el indefinido. Sin embargo, ese efecto de cierta estabilidad en el empleo que imprime un contrato indefinido perjudica a las mujeres, ya que de los 12,42€ por hora trabajada que perciben los hombres, las mujeres solo cobran el 83,82% de esta cantidad, esto es, 2,01€ menos. Mientras, con un contrato de duración determinada, los hombres cobran 9,25€ por hora trabajada y las mujeres 9,16€, lo que supone el 99,03% de lo que perciben los hombres con este mismo Gráfico 46: Brecha Salarial sobre ganancia media por hora y tipo de contrato. 120% 100% 0,97% 16,18% contratación indefinida la brecha 40% 20% 0% Duración indefinida salarial es de 16,18%, mientras que en la contratación temporal, la brecha es 83,82% brecha salarial, tenemos que en la 60% 99,03% 80% tipo de contrato. En términos de Mujeres Duración determinada Hombres Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES- 2010. la más baja hasta ahora registrada, de tan sólo el 0,97%. Ya vimos cuando analizamos la brecha salarial sobre la ganancia media por hora en función del tipo de jornada que existe una mayor brecha salarial entre los y las trabajadoras con contratos a tiempo parcial que con contratos a tiempo completo, al contrario de lo que ocurre con el tipo de contrato, la brecha salarial sobre la ganancia media por hora es menor entre los contratados temporalmente que entre los que tienen contrato indefinido. No obstante, cruzando ambas variables se observa según el Gráfico Página 83 47, que con el máximo de la temporalidad, es decir, con un contrato de duración determinada y a tiempo parcial, la brecha salarial sobre la ganancia media por hora se dispara hasta el 21,04%, frente a la que se registraba de forma independiente con un reaccionando más sensiblemente al 20% 15% tiempo trabajado que a la duración del 10% 5% propio contrato, convirtiéndose en la 0% -5% mayor diferencia salarial sobre la -10% Duración indefinida ganancia media por hora trabajada observada en la combinación de estas -4,92% 25% 16,75% con un contrato temporal (0,97%), 21,04% Gráfico 47: Brecha Salarial sobre ganancia media por hora, tipo de jornada y tipo de contrato. 13,15% contrato a tiempo parcial (18,25%) y Tiempo completo Duración determinada Tiempo parcial Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES- 2010. dos variables referidas al tiempo. La siguiente brecha salarial en magnitud es la que se registra entre contratos a tiempo parcial dentro de la contratación indefinida con un 16,75%. Analizando de nuevo la brecha salarial en contratos a tiempo parcial de forma independiente, ésta registraba un valor de 18,25%, que hace elevarse mínimamente la brecha salarial observada entre quienes tienen contrato indefinido (16,18%). En este caso parece que la modalidad de contratación indefinida tiene más peso sobre la brecha salarial en el este cruce de variables, que la modalidad de contrato con jornada parcial. La brecha salarial sobre la ganancia media por hora, según el tipo de jornada y entre contratos a tiempo completo era del 10,43%. Pues bien, al combinar esta variable con la del tipo de contrato en función de su duración, la brecha salarial observada con un contrato indefinido y a tiempo parcial es del 13,15%, acercándose a la media entre el valor que alcanza dicha brecha salarial a tiempo completo (10,43%) y en contratos indefinidos (16,18%), como si ambas variables ejerciesen una similar influencia sobre la brecha salarial. La sorpresa es la reacción que experimenta la brecha salarial en contratos a tiempo completo y de duración determinada. Analizados de forma independiente, la brecha salarial que se registra en contratos a tiempo completo es menor que a tiempo parcial, de la misma forma, la brecha salarial es menor en contratos de duración determinada que indefinidos, registrando unas diferencias salariales de 10,43% a tiempo completo y 0,97% con duración determinada. Por tanto, cuando se unen estas dos variables que Página 84 influyen en la diferencia salarial a la baja, obtenemos una brecha salarial negativa para el hombre, lo que significa que las mujeres reciben por hora trabajada un 4,92% más que los hombres, algo que no había ocurrido aún a lo largo de nuestro estudio. Respecto al tipo de discriminación subyacente en la brecha salarial en función de la duración del contrato, tiene mucho más de discriminación directa que indirecta, ya que ante la cierta estabilidad o seguridad que ofrece una relación laboral contractual indefinida, nos encontramos con más brecha salarial que ante una relación temporal, en la que la mujer, si supera esa primera discriminación a priori que consiste en la preferencia por parte de un empresario de contratar a un hombre antes que a una mujer cuando ambos se encuentran en igualdad de condiciones, y es contratada por un determinado tiempo, se sitúan en un nivel salarial más cercano al hombre. El problema está en la consideración del trabajo de la mujer como secundario en relación al sustento familiar, ahí está esa discriminación salarial directa por razón de género, la consideración de trabajo masculino como vital para el mantenimiento del bienestar familiar, y por tanto lógicamente debe estar amparado bajo la “estabilidad” de un contrato indefinido, mientras la mujer, si trabaja, no importa que lo haga temporalmente o a tiempo parcial, para seguir ocupándose además del trabajo doméstico y cuidados de hijos y mayores, su salario es complementario al del varón, pero cuando la mujer se agarra fuertemente a esa función de productora laboral dentro de un contrato indefinido, gana menos que un hombre porque trabaja menos tiempo ya que además sigue recayendo mayoritariamente en ella la responsabilidad familiar, y todo el entramado laboral se encarga de premiar la dedicación laboral exclusiva, ahí radica la discriminación salarial indirecta por razón de género. Sirva de ejemplo a lo expuesto, una situación real vivida hace muy poco en el seno de una pareja, ambos trabajando, él a tiempo completo y de forma indefinida y ella a tiempo completo con duración determinada, ambos exponían la situación futura del inmediato fin del contrato temporal de ella, pero no lo vivían como un problema, sino como un alivio, ella se ocuparía del ritmo doméstico y el bienestar familiar aumentaría. Si en lugar de la mujer hubiese sido el hombre quien finalizase su contrato, la sensación no sería de alivio, sino de incertidumbre. No habrá igualdad hasta que el trabajo se considere tan importante para la mujer como para el hombre, y el bienestar familiar sea cosa de ambos. Página 85 4.2.4.- Ocupación del trabajador. En la Sección tercera de este trabajo se hizo mención al significado de “ocupación” desde la perspectiva de la función que cada trabajador desempeña en la organización laboral, definiéndose como el conjunto de empleos cuyas principales tareas y cometidos se caracterizan por un alto grado de similitud. Las diferentes ocupaciones se clasifican en 10 grandes grupos establecidos en la Clasificación Nacional de Ocupaciones (CNO, 2011). De estos, no se estudiarán el grupo de los trabajadores en Agricultura y Pesca, ni el grupo de las Fuerzas Armadas, ya que quedan excluidos del ámbito sectorial de la EES-2010. El desempeño de los distintos grupos de ocupación requieren una formación determinada, y desde una perspectiva de género, ya se ha hablado al analizar la situación de la mujer en el mercado laboral en función del nivel de estudios alcanzado, de cómo mayoritariamente chicos y chicas eligen diferentes itinerarios formativos, que va a desembocar en una segregación horizontal o sectorial y vertical u ocupacional de género, repitiendo así roles sociales y culturales muy perjudiciales para la igualdad salarial entre hombres y mujeres. Antes de pasar a comentar los niveles de ocupación de cada grupo de la CNO-11 en función del sexo, es necesario recordar que el porcentaje de ocupación total de mujeres es del 44,10% frente al 55,90% de hombres. El presente Gráfico 48 nos muestra el porcentaje de empleados hombres y mujeres respecto de cada sexo en cada uno de los diferentes grupos de ocupación, y a su vez, nos informa gráficamente del peso que esos Gráfico 48: Porcentaje de Ocupados respecto de cada sexo y grupo de ocupación. 0% 10% 1 Dirección de las empresas y de la administración pública 20% 30% 40% 60% 6,27% 3 Técnicos y profesionales de apoyo 4 Empleados de tipo administrativo 11,80% 13,93% 5 Trabajadores de los servicios de restauración, personales, protección y vendedores de los comercios 5,92% 25,49% 7 Artesanos y trabajadores cualificados de industrias manufactureras, 1,77% construcción y minería, excepto operadores 13,50% 18,48% Hombres Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EPA-TIII-2010. Página 86 11,59% 21,30% 2,51% Mujeres 80% 11,73% 13,40% 9 Trabajadores no cualificados 70% 9,31% 17,01% 2 Técnicos y profesionales científicos e intelectuales 8 Operadores de instalaciones y maquinaria; montadores 50% 10,44% 90% 100% valores porcentuales de hombres y mujeres representan, considerando cada grupo de ocupación de forma independiente. Los hombres sobrepasan en porcentaje a las mujeres en 4 de los grupos de ocupación, pero 2 de ellos se encuentran muy masculinizados. El mayor porcentaje de hombres se encuentra en el grupo de los Artesanos y trabajadores cualificados de industrias manufactureras y construcción, concentrándose en un 93,85% frente al 6,15% de mujeres. El segundo grupo masculinizado corresponde al de los Operadores de instalaciones y maquinaria, y montadores, con un 87,22% de hombres sobre el 12,78% de mujeres. Un tercer grupo en el que los hombres superan claramente en porcentaje a las mujeres, es el de Dirección de empresas y de la Administración Pública, grupo en el que mayor nivel de cualificación se requiere, encontrándose en un 65,36% los hombres frente al 34,64% de mujeres, pese a alcanzar éstas, niveles educativos superiores en mayor proporción que los hombres, en términos generales. El último grupo ocupacional en el que los hombres superan a las mujeres pero ya con porcentajes muy igualados, es el de Técnicos y profesionales de apoyo, en el que los hombres se encuentran en un 52,78% y las mujeres en un 47,22%. Las mujeres superan en porcentaje a los hombres en los 4 grupos restantes de ocupación que estudiamos, por lo que podemos considerarlos feminizados. Así el grupo más feminizado es el de Empleados de tipo administrativo, con un porcentaje de mujeres del 64,95% frente al 35,05% de hombres. El siguiente grupo de ocupación con porcentajes de mujeres muy cercanos al anterior es el de Trabajadores de los servicios de restauración, personales, protección y vendedores de comercio, con un 63,40% de mujeres frente al 36,60% de hombres. En tercer lugar se encuentra el grupo de los Trabajadores no cualificados, en el que las mujeres suponen el 58,24% frente al 41,76% de hombres, a pesar del mayor nivel formativo, en general, de las mujeres. Mientras los hombres activos presentan porcentajes más elevados en los niveles formativos más bajos, las mujeres predominaban en niveles educativos medios y universitarios, por lo que solo una discriminación directa por razón de género explica que las mujeres superen en porcentaje a los hombres en puestos elementales o no cualificados. El último grupo de ocupación en el que predominan las mujeres pero ya con un porcentaje muy igualado al de los hombres es el de Técnicos y profesionales científicos e intelectuales, con un 53,31% de mujeres y un 46,69% de hombres. Página 87 Tres años después, en el 4º trimestre de 2013, el peso de las mujeres en los diferentes grupos de ocupación no ha cambiado mucho. Están los dos grupos de ocupación claramente masculinizados: Artesanos, y trabajadores cualificados de industrias manufactureras y construcción, que ha cedido 1,49 puntos porcentuales a la ocupación femenina bajando hasta el 92,36%; y Operadores de instalaciones y maquinaria, y montadores, con porcentajes muy similares a los registrados en el 3er trimestre de 2010, con 87,38%. Después, ganando aún más peso los hombres respecto a 2010 y por tanto aumentando las distancias en ocupación entre hombres y mujeres, se encuentra el grupo de Directores de empresas y de la Administración Pública, con porcentajes de 69,61% y 30,39% para hombres y mujeres respectivamente. El cambio más significativo es el observado por el grupo de los Técnicos y profesionales de apoyo, que si bien los hombres superaban en ocupación a las mujeres en 2010 con porcentajes muy igualados, en este último trimestre de 2013, la ocupación femenina ha disminuido 9,31 puntos a favor de la masculina, registrando porcentajes de 37,90% para las mujeres y 62,10% para los hombres. El resto de ocupaciones siguen estando feminizadas, el primero de los grupos más feminizado sigue siendo el de Empleados de tipo administrativo, con 65,85% de mujeres frente al 34,15% de hombres. El segundo más feminizado, ahora es el grupo de Ocupados no cualificados, que ha aumentado la proporción de mujeres en 3,65 puntos porcentuales hasta el 61,89% de ocupación femenina. A continuación, en tercer lugar, habiendo disminuido la ocupación femenina en 4,27 puntos a favor de la masculina, y cedido ese segundo puesto que tenía en 2010 como ocupación feminizada a favor de Ocupaciones elementales, está el grupo de Trabajadores de los servicios de restauración, personales, protección y vendedores de comercio, con un 59,13% de mujeres frente al 40,87% de hombres. Y finalmente están los Técnicos y profesionales científicos e intelectuales, en el que las mujeres han ganado respecto del 3er trimestre de 2010, 1,83 puntos porcentuales, registrando en el 4º trimestre de 2013 una ocupación femenina de 55,13% sobre el 44,87% de hombres. Las mujeres han cedido puntos porcentuales a los hombres en los grupos de ocupación de Operadores de instalaciones y maquinaria, Directores de empresas y de la Administración Pública, Trabajadores de los servicios de restauración, personales, Página 88 protección y vendedores de comercio, y en mayor medida en Técnicos y profesionales de apoyo, para aumentar su presencia en el resto de grupos ocupacionales y principalmente en las Ocupaciones elementales, todo esto a pesar de haberse incrementado en un 3,57% el porcentaje de mujeres ocupadas respecto del 3er trimestre de 2010, como generalmente ocurre en periodos de crisis. Estos datos avalan esa idea de la existencia de una discriminación directa por razón de género, al considerar el trabajo de las mujeres como complementario al del hombre, con un carácter secundario, por lo que ante la necesidad de empleo, las mujeres pueden ocupar puestos elementales, pese a registrar mayores niveles de formación que los hombres. Luego este periodo de recesión económica ha afectado en mayor medida a las mujeres aumentando la discriminación directa por razón de género. El tipo de ocupación que desempeñan las personas en su trabajo es el factor fundamental que determina su remuneración. Del mismo modo, cada ocupación va a Gráfico 49: Ganancia media anual por trabajador, sexo y ocupación. exigir 70.000 € Mujeres Varones Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES- 2010. 16.618,43 € 11.620,67 € 9. Ocupaciones elementales 20.917,51 € 16.431,86 € 21.424,44 € 16.642,28 € 7. Artesanos y trabajadores cualificados de 8. Operadores de instalaciones y maquinaria, y 19.930,43 € 14.171,54 € 23.837,41 € 18.403,45 € 4. Empleados contables, administrativos 5. Trabajadores de los servicios de restauración, 30.564,05 € 24.353,73 € 3. Técnicos, profesionales de apoyo 1. Directores y gerentes 0€ 37.191,79 € 10.000 € 30.221,55 € 20.000 € nivel 2. Técnicos y profesionales científicos e intelectuales 30.000 € 48.552,77 € 50.000 € 60.352,41 € determinado 60.000 € 40.000 € un de cualificación del trabajador en función de la distinta responsabilidad que asume en la organización laboral. En general, conforme va aumentando la responsabilidad, aumenta el nivel educativo exigido para la ocupación y por tanto las remuneraciones salariales se van incrementando. Incluso dentro de cada uno de los grandes grupos ocupacionales de la CNO-11, nos encontramos con diferentes ocupaciones que a su vez van a exigir diferentes cualificaciones profesionales y por tanto van a percibir diferentes salarios. Evidentemente los Directores y gerentes, máximos responsables, han de tener un alto nivel educativo y perciben salarios muy superiores a los que reciben quienes ocupan puestos elementales. Según los datos aportados por la EES-2010 referidos a la ganancia media anual, y como ya hemos dicho al estudiar cada una de las distintas Página 89 variables, sometida a los efectos de la temporalidad en el trabajo, que afecta en mayor medida a las mujeres que a los hombres, los salarios anuales de las mujeres son en todos y cada uno de los diferentes grupos de ocupación, menores que los percibidos por los hombres. Lógicamente los que menos ganan son quienes ocupan puestos elementales, no cualificados, y los que más perciben por su trabajo son los Directores y gerentes que llegan a cuadruplicar el salario de los no cualificados. Los grupos de ocupación muy masculinizados, Artesanos, y trabajadores cualificados de industrias manufactureras y construcción, y el de Operadores de instalaciones y maquinaria, y montadores, comparten un similar grado de remuneración, por supuesto superior al percibido por quienes ocupan puestos elementales, pero también más elevado que el grupo de Trabajadores de los servicios de restauración, personales, protección y vendedores de comercio, altamente feminizado, a pesar de exigir estos tres grupos de ocupación un similar nivel formativo. Los siguientes grupos por orden, Empleados de tipo administrativo, Técnicos y profesionales de apoyo, y Técnicos y profesionales científicos e intelectuales, van incrementando progresivamente su salario anual hasta llegar al máximo percibido por los Directores y gerentes. De todos los grupos de ocupación, solo técnicos y directores y los hombres empleados contables superan los 22.790,20€ de ganancia media general anual para ambos sexos. Es humano el deseo de toda persona de ocupar un puesto de trabajo de mayor nivel posible, para obtener la mayor remuneración posible, y por tanto tener el mayor grado de bienestar posible. Este deseo junto a la satisfacción personal, nos induce a todos a promocionar en nuestra carrera profesional, carrera en la que la mujer se encuentra con Gráfico 50: Brecha Salarial sobre ganancia media anual por ocupación del trabajador. 120% elevada 40% 20% económica 4. Empleados contables, administrativos 5. Trabajadores de los servicios de restauración, 7. Artesanos y trabajadores cualificados de 8. Operadores de instalaciones y maquinaria, y desventaja 3. Técnicos, profesionales de apoyo una posición de 2. Técnicos y profesionales científicos e intelectuales que la sitúa en 30,07% 0% 1. Directores y gerentes brecha salarial 21,44% Mujeres Hombres Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES- 2010. Página 90 9. Ocupaciones elementales una 22,32% 69,93% 60% 28,89% 78,56% de 22,80% 77,68% existencia 20,32% 71,11% 80% 77,20% 19,55% 18,74% la 79,68% 100% añadido, 81,26% obstáculo 80,45% un respecto al hombre. En la ganancia media anual, la mayor brecha salarial se observa entre los y las trabajadoras que ocupan puestos elementales, no cualificados, con un 30,07%. La menor brecha salarial es la existente entre Técnicos y profesionales científicos e intelectuales con 18,74%. Aumenta un poco entre los Directores y gerentes con un 19,55%, Técnicos y profesionales de apoyo con 20,32%, Empleados contables, administrativos y de oficina con 22,80%, hasta Trabajadores de servicios con 28,89%, siendo esta brecha la segunda más alta en función de la ocupación, volviendo a bajar entre Artesanos y trabajadores cualificados de industria manufacturera y construcción con 22,32%, y entre Instaladores y montadores de maquinaria e instalaciones con 21,44%. En general, se observa que la brecha salarial va disminuyendo conforme aumenta el nivel de cualificación necesario para el desempeño de cada grupo de ocupación, con las excepciones de los grupos muy masculinizados que a pesar de exigir un similar grado de cualificación que el grupo más feminizado, registran brechas salariales más bajas. Con el ánimo de desempeñar un puesto de trabajo de mayor nivel posible, que nos proporcione además de una satisfacción personal un cierto grado de bienestar, las personas se esfuerzan en adquirir los conocimientos y la cualificación necesaria para su desempeño, pero una cosa son los estudios que un trabajador haya logrado alcanzar, y otra muy distinta es que dicho trabajador consiga ocupar un puesto de trabajo acorde con el grado de formación adquirido, de forma que en ocupaciones elementales para las que no se necesita un nivel de cualificación alto, tenemos a trabajadores sin estudios, o con niveles formativos muy bajos, pero también, con formación incluso de Formación Profesional de Grado Superior (FPGS). Pues bien, resulta interesante ver cómo el nivel de estudios alcanzado, por ser determinante en la ocupación a desempeñar por un trabajador, puede influir en la brecha salarial en función del grupo de ocupación. Al analizar la brecha salarial sobre la ganancia media anual en función del nivel de estudios alcanzados, vimos cómo ésta disminuía conforme subía el nivel de estudios alcanzados. Ahora veremos cómo influye el nivel formativo en la brecha salarial sobre la ganancia media anual en cada grupo de ocupación. Como puede apreciarse en el Gráfico 51, los trabajadores sin estudios solo desempeñan ocupaciones elementales y Página 91 registran la mayor de las brechas salariales de todos los niveles educativos (excepto universitarios) que encontramos en esta ocupación, un 32,49%. En este grupo ocupacional, los trabajadores con mayor nivel formativo han alcanzado estudios de FPGS y registran la menor brecha salarial con el 26,02%. Los niveles de estudios intermedios desde Primaria a FPGM, oscilan entre el 26,99% de Educación Secundaria II y el 28,92% de Educación Primaria, por lo que se observa que la brecha salarial disminuye conforme aumenta el nivel educativo de los trabajadores, pero no lo hace de forma directa al aumento de nivel educativo, sino con subidas y bajadas alternativas conforme aumenta el nivel de estudios. Gráfico 51: Brecha Salarial sobre ganancia media anual por ocupación y estudios. 45% 5% 26,99% 27,81% 26,02% 32,49% 28,92% 29,85% 25,90% 24,65% 29,36% 20,55% 18,65% 20,44% 18,11% 23,88% 21,56% 20,21% 38,12% 25,59% 33,36% 29,75% 24,11% 23,27% 31,72% 10% 23,80% 18,53% 15% 16,44% 16,67% 18,11% 20% 23,94% 25% 19,55% 25,08% 24,36% 23,31% 17,33% 30,61% 30% 36,80% 36,16% 35% 25,13% 23,21% 22,27% 27,49% 25,05% 40% Sin estudios Educación Secundaria II Diplomados Universitarios Educación Primaria Formación Profesional de Grado Medio Licenciados y Doctores 9. Ocupaciones elementales 8. Operadores de instalaciones y maquinaria, y montadores 5. Trabajadores de los servicios de restauración, personales, protección y vendedores 7. Artesanos y trabajadores cualificados de las industrias manufactureras y la construcción (excepto 4. Empleados contables, administrativos y otros empleados de oficina 3. Técnicos, profesionales de apoyo 2. Técnicos y profesionales científicos e intelectuales 1. Directores y gerentes 0% Educación Secundaria I Formación Profesional de Grado Superior Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES- 2010. En uno de los grupos de ocupación más masculinizados, Operadores y montadores de maquinaria e instalaciones, la cualificación necesaria es generalmente una Formación Profesional de Grado Superior. En este grupo ocupacional ya no encontramos trabajadores sin estudios, pero sí desde Primaria hasta FPGS. La brecha salarial responde de forma inversa a como lo hacía en el grupo ocupacional anterior de puestos elementales, aumentando conforme sube el nivel educativo aunque alternando también subidas con bajadas. Los valores alcanzados por la brecha salarial en este grupo ocupacional, oscila entre el 18,65% que se registra en el nivel de Educación Secundaria I (ESO), y el 29,36% con FPGS. Precisamente el nivel educativo más adecuado al desempeño de esta ocupación es el que mayor brecha salarial registra. En el grupo de Artesanos y trabajadores de la industria manufacturera y la construcción, el más masculinizado de todos, también encontramos trabajadores con estudios desde Primaria hasta FPGS. Para su desempeño, la formación requerida en Página 92 general es de FPGM, y es la que registra la menor brecha salarial del grupo de ocupación, con un 18,11%. La mayor brecha observada en este grupo ocupacional es el 23,88% que se registra en FPGS. En el resto de niveles formativos de este grupo de la CNO-11, la brecha salarial disminuye conforme aumenta el nivel educativo con la excepción de la FPGS. El siguiente grupo ocupacional de Trabajadores de servicios de restauración, personales, protección y comerciales se encuentra claramente feminizado, en él ya nos encontramos con trabajadores de todos los niveles educativos, desde Primaria hasta Licenciados universitarios, con la excepción de sin estudios. Este grupo ocupacional aunque puede estar más abierto a diferentes grados de titulación de nivel medio, incluso alto, en general exige una FPGM o una Educación Secundaria de Segunda Etapa general (Bachillerato). La brecha salarial más baja se da entre los que tienen estudios de Primaria con el 23,27%, después aumenta conforme sube el nivel educativo hasta la Educación Secundaria II, que siendo un nivel adecuado para el desempeño de determinadas ocupaciones dentro de este grupo de la CNO-11, registra la mayor brecha salarial con el 38,12%, baja bruscamente en FPGM al 25,59% que quizás sea el nivel formativo más adecuado a este grupo ocupacional, vuelve a subir para FPGS al 33,36%, al elevarse el nivel de Formación Profesional alejándose del quizás más adecuado, para ir bajando de nuevo entre los titulados universitarios hasta llegar al 24,11% entre Licenciados y Doctores, muy poco por debajo de la que registra FPGM que hemos considerado como la más generalizada dentro de este grupo de ocupación. Destaca en este grupo ocupacional, la gran amplitud que registra la brecha salarial en función de los diferentes niveles educativos, existiendo entre la más baja y la más alta una distancia de 14,85 puntos porcentuales. El grupo de Empleados contables, administrativos y de oficina es el más feminizado de todos, y en él también nos encontramos con trabajadores con estudios desde Primaria hasta Licenciados. Este grupo ocupacional también está abierto a niveles educativos medios, altos y de tipo profesional. Curiosamente, la brecha salarial más baja corresponde a los estudios de Educación Secundaria I (ESO) con 18,53%, y la más alta con 27,49% se da entre los Diplomados universitarios. Luego, la brecha salarial aumenta conforme sube el nivel educativo, aunque en los estudios de tipo profesional, la brecha salarial responde con valores más bajos, sobre todo en FPGS con 22,27%, que Página 93 quizás sea el más frecuente en este grupo de ocupación. A diferencia de lo que ocurría en el grupo de ocupación anterior, la amplitud entre la brecha salarial más baja y la más alta es menor, tan sólo 8,96 puntos porcentuales. Entre los Técnicos y profesionales de apoyo, ya no nos encontramos con trabajadores con el nivel de estudios primarios, el nivel más bajo es el de Educación Secundaria I (ESO), y el más alto el de Licenciados. La formación exigida en general, para este grupo de ocupación es la universitaria. La brecha salarial más baja la registra el nivel formativo más alto, los Licenciados con el 17,30%, y la más alta se da en FPGM con el 25,08%. Dentro de este grupo de ocupación la brecha salarial reacciona de forma muy similar en cada uno de los distintos tipos de formación: universitaria, formación profesional, Educación Secundaria en general, disminuyendo con el aumento de nivel educativo dentro de cada tipo de formación. Así, en la Educación Secundaria, la brecha salarial baja en el nivel postobligatorio (Educación Secundaria II), entre los estudios de tipo profesional baja en FPGS, y entre los estudios universitarios baja entre los Licenciados, luego podemos afirmar que la diferencia salarial disminuye conforme aumenta el nivel educativo adecuado para su desempeño. El grupo de ocupación de Técnicos y profesionales científicos e intelectuales, solo recoge trabajadores con estudios profesionales, FPGM y FPGS, y Diplomados y Licenciados universitarios, aunque la formación más adecuada sería esta última. La menor brecha salarial corresponde al grupo de Diplomados con 16,44% muy seguida de Licenciados con 16,67%, disparándose a 36,16% y 36,80% para FPGS y FPGM. Luego la brecha salarial disminuye conforme aumenta el nivel educativo adecuado para su desempeño. Para el grupo de Directores y gerentes solo encontramos trabajadores con nivel de estudios universitarios. La brecha salarial es mayor entre los Diplomados con 30,61% que en los Licenciados con 18,11%, una gran distancia porcentual, 12,5 puntos entre niveles formativos del mismo grado (universitario). Luego la brecha salarial disminuye conforme aumenta el nivel educativo. Por tanto, si tuviésemos que hablar de un comportamiento general de la brecha salarial sobre la ganancia media anual en función de los estudios y grupos de ocupación, Página 94 parece que cuanto mayor es la adecuación del tipo de formación y el nivel educativo de los trabajadores a los puestos de trabajo que ocupan, menor es la brecha salarial que se registra. En aquellas ocupaciones en las que la cualificación adecuada para su desempeño es de tipo profesional, la brecha salarial responde al contrario, aumentando conforme sube el nivel educativo. La ganancia media por hora trabajada y por tanto ajena a los efectos de la temporalidad en Gráfico 52: Ganancia media por hora, sexo y ocupación 30 € Varones Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES- 2010. 8,04 € 7,06 € 9. Ocupaciones elementales 9,76 € 7,81 € 8. Operadores de instalaciones y maquinaria, y 9,69 € 7,86 € 7. Artesanos y trabajadores cualificados de 9,58 € 7,69 € 11,01 € 8,95 € Mujeres 5. Trabajadores de los servicios de restauración, 3. Técnicos, profesionales de apoyo 2. Técnicos y profesionales científicos e intelectuales 1. Directores y gerentes 0€ comportamiento 4. Empleados contables, administrativos 13,75 € 5€ 11,40 € 15,39 € 10 € un 17,92 € 15 € 21,49 € 20 € 26,31 € el trabajo sigue 25 € idéntico que la ganancia media anual en cuanto a su progresión desde las ocupaciones elementales con menor salario por hora, hasta los Directores y gerentes con la mayor ganancia por hora, destacando precisamente por alterar esa tendencia progresiva al alza, el grupo de los Trabajadores de servicios de restauración, personales, protección y vendedores en el que baja esa ganancia por hora respecto de su inmediato grupo anterior: Artesanos y trabajadores cualificados de la industria manufacturera y la construcción. La amplitud existente entre los que más ganan y los que menos perciben es menor que en la ganancia media anual, las mujeres del grupo de Directores y gerentes que cuadruplicaban en la ganancia anual, en la ganancia por hora, sólo triplican el salario de las mujeres que ocupan puestos elementales que es el más bajo de todos. Lo mismo sucede en el caso de los hombres. Por otro lado, si la ganancia media por hora para ambos sexos está en 11,06€ por hora según la Tabla 2 del Anexo, los hombres del grupo de Empleados contables, administrativos y de oficina se acercan mucho a él aunque están por debajo con 11,01€, superando los 11,06€ de ganancia media general por hora, el resto de grupos de ocupación de niveles más altos, según puede apreciarse en el anterior Gráfico 52. Las mujeres sin embargo, sólo superan ese salario medio general por hora para ambos sexos, a partir del grupo de Técnicos y profesionales de Página 95 apoyo con 11,40€. De este modo, comparando la ganancia media anual de hombres y mujeres en los diferentes grupos de ocupación, sólo las mujeres con ocupaciones de igual o superior responsabilidad al grupo de ocupación de Empleados contables, administrativos y de oficina, superan el salario medio por hora de los hombres en ocupaciones elementales de 8,04€. Pero si la ganancia media por hora responde de forma idéntica a la ganancia media anual, la brecha salarial no responde de igual forma. Así, contrariamente a como ocurría sobre la ganancia media anual, la menor brecha salarial sobre la ganancia media por hora se registra entre los y las trabajadoras ocupadas en puestos elementales con un 12,19%, y la mayor brecha salarial se observa en el grupo de ocupación de Operadores y montadores de maquinaria e instalaciones con el 19,98%. El grupo de ocupaciones elementales es el tercero más feminizado, seguido de Técnicos y profesionales científicos, que observan la segunda brecha salarial más baja, con 14,12%. El grupo de Empleados contables, administrativos y de oficina, junto con el de Trabajadores de servicios de restauración, personales, protección y vendedores de comercio, registran brechas salariales un poco más altas que las anteriores, 18,71% y 19,73% 120% 40% 19,73% 18,89% 19,98% 12,19% 87,81% resto de grupos 18,71% 80,02% 60% 17,09% 81,11% feminizados. El 18,32% 14,12% 80,27% 80% 81,29% 100% grupos los más 82,91% ambos 85,88% siendo Gráfico 53: Brecha Salarial sobre ganancia media por hora y ocupación 81,68% respectivamente, 20% su por mayor Mujeres 9. Ocupaciones elementales 4. Empleados contables, administrativos 5. Trabajadores de los servicios de restauración, 7. Artesanos y trabajadores cualificados de 8. Operadores de instalaciones y maquinaria, y destacando 3. Técnicos, profesionales de apoyo masculinizados, 2. Técnicos y profesionales científicos e intelectuales encuentran 0% 1. Directores y gerentes de ocupación se Hombres Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES- 2010. concentración masculina, Artesanos y trabajadores cualificados de industrias manufactureras y construcción, y Operadores y montadores de instalaciones y maquinaria, que registran brechas salariales de 18,89% y 19,98% respectivamente, muy similares a las que registran los dos anteriores grupos más feminizados. Para el tercer grupo masculinizado de Directores y gerentes, la brecha salarial baja hasta el 18,32% y vuelve a bajar entre los Técnicos y profesionales de apoyo hasta el 17,09%, también Página 96 masculinizado. Por tanto, tal y como puede observarse en el anterior Gráfico 53, no puede observarse una clara tendencia de la brecha salarial conforme aumenta o disminuye la responsabilidad del grupo ocupacional dentro de la organización laboral. Por otra parte, tampoco puede establecer una relación directa entre la mayor presencia de la mujer en los diferentes grupos ocupacionales y una mayor brecha salarial, lo que no implica que la presencia de la mujer en determinados grupos de ocupación no vaya a influir en la brecha salarial que registra dicho grupo. Observando el Gráfico 53, se nos ocurre que la brecha salarial sobre la ganancia media por hora puede responder de forma distinta en función del nivel de cualificación formativa que se requiere para acceder a los distintos grupos ocupacionales, influyendo por supuesto en algunos casos, la mayor presencia de la mujer en estos grupos. De esta forma se pueden establecer 4 grupos de ocupaciones: el primero será el de las ocupaciones elementales que registra la menor brecha salarial (12,19%), como ya hemos dicho. Estos puestos están ocupados en general, por personas sin estudios o con niveles formativos muy bajos, aunque también según el Gráfico 51 nos encontramos con personas que tienen una Formación Profesional incluso de Grado Superior. Y si recordamos, al estudiar la brecha salarial sobre la ganancia media por hora en función de los estudios alcanzados, estos niveles formativos básicos registraban brechas salariales bajas respecto de las observadas en niveles de estudios superiores. Por otro lado, este grupo ocupacional de trabajos no cualificados se encuentra altamente feminizado, sin embargo no presenta un amplio abanico de categorías profesionales dentro del mismo, por eso la brecha salarial es la más baja de todas. Al encontrarse este grupo de ocupación muy feminizado, si estuviese abierto a muchas categorías profesionales, las mujeres ocuparían las más bajas, lo que haría elevar la brecha como veremos en otros grupos de ocupación. De hecho, tratándose de ocupaciones elementales, hombres y mujeres deberían cobrar los mismos salarios por hora, sin embargo, incluso dentro de idénticas categorías las mujeres realizan distintas actividades que los hombres que resultan estar peor pagadas. Esto implica que en esta brecha salarial subyace una discriminación directa por razón de género, por la cual las mujeres ocupan los puestos más elementales dentro de los elementales, y en actividades que están peor pagadas precisamente porque están ocupadas mayoritariamente por mujeres. Página 97 El segundo grupo de ocupaciones lo conformarán los Operadores e instaladores de maquinaria e instalaciones y los Artesanos y trabajadores cualificados de la industria manufacturera y la construcción, con brechas salariales de 18,89% y 19,98% respectivamente. Nos encontramos ante dos grupos de ocupación muy masculinizados que requieren un nivel formativo de tipo profesional, bien de Grado Medio (FPGM), o superior (FPGS). Si volvemos hacia atrás en este estudio, cuando analizábamos la brecha salarial sobre la ganancia media por hora y por estudios realizados (Gráfico 30), veíamos cómo los estudios de tipo profesional registraban las mayores brechas salariales, más incluso los de FPGS que FPGM. Pues eso mismo sucede con estos dos grupos de ocupación, los Operadores y montadores de instalaciones y maquinaria, que requieren un grado de formación profesional superior (FPGS), registra una brecha más elevada (19,98%) que el grupo de Artesanos y trabajadores cualificados de industrias manufactureras y construcción, que en general requieren un menor grado formativo (FPGM). Por otro lado, aunque se trata de dos grupos de ocupación que requieren una destreza manual y en algunas ocasiones cierta fuerza física, el grupo de Artesanos, trabajadores de la industria manufacturera y la construcción, engloba a su vez un amplio abanico de ocupaciones, para algunas de las cuales no es tan necesaria una capacidad física y sí requieren mayores niveles de formación. Para el grupo de Operadores y montadores de instalaciones y maquinaria, ese abanico de diferentes ocupaciones se cierra más que en el grupo anterior y en conjunto requieran de un nivel formativo muy similar (FPGS). Lógicamente para la mujer es muy difícil incorporarse a un trabajo considerado masculino por diversas razones: porque requieran de más fuerza física, o simplemente porque siempre ha sido así. Cuando lo hacen, y el grupo está abierto a puestos para los que se requieren mayor nivel formativo, las mujeres suelen ocupar una pequeñísima porción de esos puestos, por lo que sus sueldos son más elevados que los de base, y la brecha salarial disminuye. Cuando no existen esas posibilidades de ocupar puestos que requieran mayor nivel formativo dentro de un mundo de hombres, las mujeres que ingresan en él lo hacen en puestos muy básicos, cobrando menores salarios, por eso entre los Operadores y montadores de instalaciones y maquinaria se registra una mayor brecha salarial. Otra vez nos encontramos con una discriminación directa por razón de género oculta en la brecha salarial. Página 98 En el tercer grupo encuadraríamos a Trabajadores de servicios de restauración, personales, protección y vendedores y Empleados contables, administrativos y de oficina, con brechas salariales de 18,71% y 19,73% respectivamente. Dos grupos de ocupación muy feminizados. El primero de ellos, requiere en general, una Formación Profesional, más de Grado Medio que de Grado Superior, que registraba cuando se analizaba de forma independiente sobre la ganancia media por hora, menor brecha salarial que la FPGS. Este grupo está abierto a un amplísimo abanico de diferentes ocupaciones y diferentes categorías, pero al ser una ocupación feminizada en la que se incluyen ramas de actividad que ha ocupado la mujer desde su incorporación al mundo laboral, pensemos en: hostelería, en el comercio menor, en imagen personal, en servicios sociales, la mujer tiene menos dificultades para incorporarse a las diferentes ocupaciones que requieren mayor responsabilidad y por tanto perciben mayores salarios, lo que explica una menor brecha salarial que en el grupo de Empleados contables, administrativos y de oficina. Un grupo éste que engloba un abanico más cerrado de ocupaciones, para las que básicamente se requiere una formación universitaria para los puestos de mayor nivel y una FPGS para los puestos base. Además, se trata de un grupo de ocupación de acceso reciente para las mujeres, porque históricamente ha sido una ocupación claramente masculina. La más alta brecha salarial en este grupo ocupacional puede responder a que las mujeres se han ido incorporando a esta ocupación desde los puestos más elementales. En nuestro cuarto grupo de ocupaciones tenemos a los Directores y gerentes, Técnicos y profesionales científicos e intelectuales y Técnicos y profesionales de apoyo. Estos grupos de ocupación registran menores brechas salariales que los grupos anteriores, concretamente 18,32%, 14,12% y 17,09% respectivamente, pero aun por encima de la registrada por las ocupaciones elementales (12,19%). De estos tres grupos de ocupación sólo el de Técnicos y profesionales científicos e intelectuales se encuentra feminizado, en los otros dos grupos predominan los hombres, estando el de Directores y gerentes masculinizado en mayor medida que los Técnicos y profesionales de apoyo. Los tres grupos requieren una formación universitaria que registraban en su estudio independiente, brechas salariales sobre la ganancia media por hora de 16,94% para Diplomados y 19,01% para Licenciados y Doctores. Los Técnicos y profesionales de apoyo se encuentran abiertos a ambos tipos de estudios universitarios, situándose la Página 99 brecha salarial en este grupo de ocupación en una media entre la que registran de forma independiente Diplomados y Licenciados y Doctores. Además este es un grupo que a pesar registrar mayor proporción de hombres que mujeres ocupadas, los porcentajes de ocupación de ambos sexos se encuentran muy igualados, y no presenta especiales dificultades de acceso para la mujer. Por esto registra menor brecha salarial que los Directores y gerentes, más masculinizado y cerrado a la mujer a pesar de contar el mercado laboral español de unos recursos humanos femeninos mejor preparados a nivel formativo. La menor brecha salarial de Técnicos y profesionales científicos e intelectuales puede deberse a que la mujer no encuentre dificultades para acceder a las diferentes ocupaciones de este grupo ocupacional, de hecho se trata de una ocupación feminizada. Este grupo de ocupación requiere un nivel educativo de Licenciados y Doctores que en el análisis de la variable de estudios alcanzados registraba mayor brecha salarial que los Diplomados. En resumen, las ocupaciones que requieren una formación de tipo profesional para su desempeño registran mayor brecha salarial sobre la ganancia media por hora que las que requieren una formación universitaria, y si además esa ocupación está feminizada y engloba ramas de actividad que ha ocupado históricamente la mujer, se acentúa la bajada de la brecha salarial. La menor brecha salarial de las ocupaciones elementales responde precisamente a ser una ocupación muy feminizada y a no disponer de posibilidades de ocupar puestos dentro de esta ocupación de niveles muy dispares, ya que se trata de puestos elementales, no cualificados. El tipo de discriminación por razón de género que subyace en estas brechas salariales tiene un componente mayoritariamente directo. Cuando dentro de un grupo de ocupación existen más amplitud de puestos de diferentes niveles y más aún, si ese grupo es ocupado mayoritariamente por hombres, le es muy difícil a la mujer alcanzar esos puesto de niveles superiores que harían subir esos salarios medios femeninos, y por tanto disminuir la brecha salarial. Esta situación tendría una razonable explicación si los niveles formativos de las mujeres fuesen inferiores a los de los hombres, pero ocurre justamente lo contrario, por lo que solo puede explicarlo una discriminación directa por razón de género que subyace en la brecha salarial. Página 100 4.2.5.- Responsabilidad del trabajador. Esta variable hace referencia a la responsabilidad que implica tener el personal de una empresa o Administración Pública a su cargo, si bien los Directores y gerentes, como máximos responsables de la organización de una empresa, lo son, no solo en cuanto a decisiones económicas de producción y comercialización, sino también en relación al personal que presta sus servicios en ella. Pero además de los Directores y gerentes, también asumen la responsabilidad de supervisar las tareas del personal de la empresa otros trabajadores, organizándose dentro de una misma entidad o empresa, en una estructura piramidal en la que en la cúspide se encuentra el Director o gerente. Por eso resulta interesante ver de qué forma repercute la responsabilidad de tener personal a su cargo sobre la brecha salarial, no solo desde una perspectiva general, sino también, cómo afecta dicha responsabilidad a la brecha salarial en cada uno de los grupos de ocupación que la asumen. En esta variable nos vamos a encontrar con el problema de no poder extrapolar los efectos del diferente tiempo trabajado por hombres y mujeres, estudiando la brecha salarial sobre la ganancia media por hora trabajada, ya que la EES-2010 no nos ofrece datos sobre este tipo de ganancia en esta variable. Con lo cual estudiaremos la brecha salarial sobre la ganancia media anual. La gestión del capital humano en una organización empresarial es fundamental para su éxito, por lo tanto la responsabilidad que supone su gestión ha de repercutir en una mayor compensación económica. Como vemos en el presente Gráfico 54, los quienes la asumen. Para aquellos hombres que no tienen dicha responsabilidad, el salario medio anual es de 22.689,68€, lo Con tareas de supervisión que supone el 62,18% del salario que perciben cuando sí asumen las tareas de supervisión de personal, que asciende a Mujeres 22.689,68 € elevados aún, cuando son los hombres 18.237,14 € gestión del personal y mucho más 40.000 € 35.000 € 30.000 € 25.000 € 20.000 € 15.000 € 10.000 € 5.000 € 0€ 36.490,33 € cuando se asume la responsabilidad de la Gráfico 54: Ganancia media anual por trabajador, sexo y responsabilidad. 28.388,15 € salarios anuales son mucho más elevados Sin tareas de supervisión Varones Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES- 2010. Página 101 36.490,33€ anuales. En el caso de las mujeres, quienes no asumen las tareas de supervisión de personal perciben anualmente 18.237,14€, que suponen el 64,24% de los 28.388,15€ que cobran ellas cuando sí asumen dichas tareas de supervisión. En términos absolutos, la diferencia de salario anual entre ejercer o no, funciones de supervisión de los recursos humanos es de 13.800,65€ para los hombres y 10.151,01€ para las mujeres. Evidentemente estas diferencias están afectadas por la temporalidad en el trabajo, por tanto es necesario relativizar los resultados, ya que si tenemos en cuenta que quienes ejercen tareas de supervisión de personal es lógico que trabajen a tiempo completo, quienes no asumen esa responsabilidad están más afectados por la temporalidad, luego las diferencias se acrecientan respecto de las que resultarían en un estudio con la ganancia media por hora trabajada. La brecha salarial sobre la ganancia media anual en función de esta variable de responsabilidad aumenta entre quienes asumen las tareas de supervisión de personal. por debajo de la que se registra entre quienes sí desempeñan estas funciones, que es del 22,20%. Igualmente hay que 120% 100% 80% 60% 40% 20% resaltar, que esta brecha salarial sobre la ganancia media anual 19,62% 0% Con tareas de supervisión se encuentra también afectada por la temporalidad en el trabajo, que afecta en mayor medida a 22,20% 80,38% registran una brecha salarial del 19,62%, Gráfico 55: Brecha Salarial sobre ganancia media anual por responsabilidad. 77,80% Así, quienes no ejercen esas tareas Mujeres Sin tareas de supervisión Hombres Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES- 2010. las mujeres, y que por tanto va a influir al alza sobre la que se registraría sobre la ganancia media por hora trabajada. Evidentemente el volumen de remuneración anual de quienes trabajan con contratos de duración determinada y/o con jornada a tiempo parcial es menor, simplemente porque el número de horas anuales es menor, y el salario por hora en ambos casos también es menor. Y son las mujeres las que desempeñan en mayor medida que los hombres trabajos a tiempo parcial, concretamente el 22,73% respecto de total de ocupados de su sexo frente el 5,24% de hombres; y tienen contratos con duración determinada, el 23,49% de mujeres respecto del total de ocupados de su sexo frente al 19,57% de hombres. Por otro lado, quienes no ejercen esas tareas de Página 102 supervisión de personal es más probable que se encuentren afectados en mayor medida por esta temporalidad en el trabajo, por esto resulta lógico pensar, que la brecha salarial sobre la ganancia media anual entre quienes no asumen esta responsabilidad se encuentre más afectada por la temporalidad que la brecha que se observa entre quienes sí la asumen, que en general, suelen ser trabajadores con un contrato indefinido y a tiempo completo, que conocen perfectamente la organización de la empresa y su modo de hacer respecto al personal que en ella trabaja. Por esta razón, la elevada brecha salarial que se observa entre quienes asumen las tareas de supervisión del personal responde en mayor medida a una discriminación por razón de género que la registrada entre quienes no asumen dicha responsabilidad. Es curioso como históricamente la mujer se ha ocupado de la organización doméstica y la educación de sus hijos ha estado casi exclusivamente a su cargo, y es infravalorada salarialmente a la hora de trasladar esa capacidad de organización adquirida al ámbito laboral. De modo que la mujer ocupa puestos que implican tareas de supervisión de personal, pero lo hace en la base de esa estructura piramidal, con salarios claramente más bajos, y difícilmente accede a escalones cercanos a la cúspide, lo que explica una elevada brecha salarial entre los y las trabajadoras que asumen la responsabilidad sobre el personal, cargada además de una discriminación directa simplemente por razón de género. Como ya hemos dicho, las funciones de control y supervisión del personal de una organización empresarial, suele estructurarse en un sistema piramidal, y por tanto ejercerse esa responsabilidad desde los diferentes grupos ocupacionales de una empresa. Así nos podemos encontrar con el jefe de producción, comercialización, contable, el personal técnico de apoyo y finalmente con el director y gerente, y todos ellos pueden asumir tareas de supervisión de personal. En el siguiente Gráfico 56, vemos cómo repercute en la brecha salarial el asumir la responsabilidad de dirigir a los trabajadores de una empresa. Entre quienes no asumen las tareas de supervisión, la brecha salarial sobre la ganancia media anual responde de forma muy similar a como lo hace la brecha salarial sobre esta misma ganancia en función de la ocupación del trabajador, la brecha salarial más elevada se observa entre quienes desempeñan ocupaciones elementales con 30,11%, baja hasta el 21,40% y 22,14% entre Operadores y montadores de instalaciones y maquinaria y Artesanos y trabajadores de la industria manufacturera y Página 103 construcción, Gráfico 56: Brecha Salarial sobre ganancia media anual por ocupación y responsabilidad del trabajador. respectivamente Con tareas de supervisión Sin tareas de supervisión Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES- 2010. , se dispara de nuevo entre los Trabajadores 9. Ocupaciones elementales 8. Operadores de instalaciones y maquinaria, y montadores 21,40% 22,14% 17,13% 28,97% 27,15% 18,98% 18,29% 26,02% 4. Empleados contables, administrativos y otros empleados de 5. Trabajadores de los servicios de restauración, personales, 7. Artesanos y trabajadores cualificados de las industrias manufactureras 0% 3. Técnicos, profesionales de apoyo 5% 21,55% 10% 15,33% 15% 2. Técnicos y profesionales científicos e intelectuales 20% 20,11% 1. Directores y gerentes 10,70% 25% 20,53% 30% 30,11% 35% de servicios de restauración, personal, protección y vendedores de comercio, con 27,15%, para ir bajando progresivamente en cada uno de los siguientes grupos ocupacionales hasta llegar a Directores y gerentes con una diferencia salarial del 10,70%. Entre quienes sí tienen la responsabilidad de dirección del personal, no se encuentran trabajadores de ocupaciones elementales, ni tampoco Operadores y montadores de instalaciones y maquinaria, pero sí lo hacen en el resto de ocupaciones. Las brechas salariales son superiores a las que se registran entre los trabajadores que no asumen esa responsabilidad de cada una de las ocupaciones, excepto en el caso de la ocupación de Artesanos y trabajadores de la industria manufacturera y construcción, en el que la brecha salarial entre quienes tienen responsabilidad sobre el personal es del 17,13%, bastante menor que la brecha salarial que se observa entre los que no tienen esa responsabilidad, con 22,14%. Se trata de un grupo ocupacional muy masculinizado, en el que la mujer tiene muy poco espacio, pero como ya vimos, cuando accede a él, suele ocupar puestos para los que se requieren mayor nivel formativo, y que implican por tanto mayor responsabilidad, que puede incluir la de supervisión de personal, y por supuesto, mayores salarios, lo que podría explicar esa menor brecha entre quienes asumen tareas de supervisión de personal respecto de quienes no las asumen. Es importante decir que la brecha salarial en este grupo se ha calculado sobre la ganancia media anual de las mujeres con tareas de supervisión de personal que ofrece la EES2010 para este grupo ocupacional, advirtiendo de su escasa fiabilidad por las reducidas muestras recogidas. La brecha salarial que registra los trabajadores con tareas de supervisión de Página 104 personal del grupo de Trabajadores de servicio de restauración, personales, protección y vendedores de comercio, es del 28,97%, muy similar a la observada entre quienes no asumen esa responsabilidad que es del 27,15%, a ambas brechas salariales tan solo les separan 1,82 puntos porcentuales. La explicación a esta escasa distancia entre las brechas es que se trata de un grupo de ocupación muy feminizado, perteneciente a ramas de actividad que históricamente ha ocupado y dirigido la mujer, no olvidemos que los servicios de hostelería nacieron con las casas de comidas y las pensiones done el ama de casa abría las puestas de su hogar a transeúntes para ayudar a la economía doméstica, o los mercados de abastos llenos de mujeres con sus puestos de telas y verduras. Un mundo de mujeres que se refleja en una menor brecha salarial. En el grupo de Empleados contables, administrativos y de oficina, la distancia entre la brecha salarial de quienes asumen tareas de supervisión (26,02%) y quienes no las asumen (20,53%), es de 5,49 puntos porcentuales. El motivo de que la brecha salarial aumente considerablemente entre quienes asumen la responsabilidad sobre el personal en este grupo, es porque en un ámbito laboral dirigido históricamente por hombres, el acceso de la mujer a puestos que impliquen responsabilidad presenta muchas dificultades y cuando lo hace, es en puestos de niveles básicos. En el grupo de Técnicos y profesionales de apoyo, apenas hay distancia entre la diferencia salarial observada entre quienes asumen tareas de supervisión con 18,98%, y quienes no las asumen, con el 18,29%. Parece lógico si pensamos que los porcentajes de hombres y mujeres ocupados son muy similares, y ambos sexos luchan por posicionarse en él sin que exista una idea preconcebida respecto a su masculinización o feminización. En el grupo de ocupación de Técnicos y profesionales científicos, ya de alto nivel, se registra una diferencia salarial entre quienes asumen tareas de supervisión de personal de 21,55%, y de 15,33% entre quienes no las asumen, la distancia entre ambas se acrecienta, ascendiendo a 6,22 puntos. Este grupo ocupacional se encuentra feminizado aunque no por gran diferencia en los porcentajes de ocupación por sexos, sin embargo parece que la brecha salarial más alta entre quienes asumen responsabilidad sobre el personal, tiene una mayor carga de discriminación directa por razón de género, porque este mismo grupo cuando no se tiene en cuenta si se ejercen o no en él las tareas de supervisión de personal, registra una brecha salarial del 14,12% (Gráfico 53), muy cercana a la registrada entre quienes no asumen esa responsabilidad (15,33%). Página 105 La mayor distancia entre las diferencias salariales registradas entre quienes ejercen esas tareas de supervisión (20,11%) y quienes no las ejercen (10,70%) es de 9,41 puntos porcentuales, y se da en el grupo de ocupación de Directores y gerentes. Luego, en los altos niveles de ocupación, la brecha salarial entre mujeres y hombres que toman decisiones sobre el personal de una empresa aumenta mucho más respecto de quienes no las toman que en ocupaciones medias. El motivo es el mismo que para el grupo anterior, a la mujer le es muy difícil acceder a estos puestos de alta dirección, primero por unas ideas preconcebidas sobre la imposibilidad de que la mujer pueda ofrecer la disponibilidad y dedicación que requiere ese tipo de puestos, y por otro lado una discriminación directa por razón de género, por cuanto las decisiones tomadas por una mujer sobre el personal cuando asume esas tareas de supervisión en puestos de alto nivel, parecen tener un menor valor que si las toma un hombre, y son recompensadas económicamente con un menor salario. En resumen, una vez estudiadas las variables encuadradas dentro de las características laborales de las personas trabajadoras, vemos cómo la brecha salarial sobre la ganancia media por hora trabajada en función del tipo de contrato desciende en contratos de duración determinada respecto de la registrada en contratos indefinidos. Con la antigüedad, la brecha salarial es menor entre los que tienen menos de un año de antigüedad influenciada por los contratos de duración determinada que suelen tener una duración inferior al año, para aumentar mucho entre los que tienen entre 1 y 3 años e ir descendiendo hasta los 21 años de antigüedad. Respecto al tipo de jornada, la brecha salarial sobre la ganancia media por hora aumenta a tiempo parcial y disminuye a tiempo competo. En cuanto a la ocupación, las ocupaciones elementales registran la menor brecha salarial sobre la ganancia media por hora, y en el resto de ocupaciones la brecha salarial responde en función del tipo de formación exigido para su desempeño y la apertura de estos grupos ocupacionales a ocupaciones a su vez, pertenecientes a ramas de actividad más o menos feminizadas, de forma que las ocupaciones que requieren de una formación de tipo profesional registran mayor brecha salarial sobre la ganancia media por hora que las que requieren una formación universitaria. Respecto a la responsabilidad de asumir las tareas de supervisión sobre el personal de una empresa, la brecha salarial aumenta entre quienes las asumen. Página 106 4.3.- CARACTERÍSTICAS DE LA EMPRESA DONDE PRESTA SUS SERVICIOS EL TRABAJADOR. Una empresa podría definirse como una unidad productiva y organizada, constituida por un conjunto de personas, bienes materiales y financieros, cuyo objetivo es el producir un bien o prestar un servicio que cubra una necesidad y por lo que se obtengan beneficios (e-conomic, 2014). Dentro del conjunto de personan que integran una empresa, se encuentran los trabajadores asalariados que son aquellos que prestan su servicios retribuidos por cuenta ajena y dentro del ámbito de organización y dirección de otra persona, física o jurídica, que es el empresario (BOE, 1995). Naturalmente esta relación laboral se ajusta a una determinada normativa de carácter laboral que marca los mínimos a los que han de ajustarse los contratos de trabajo que manifiestan la voluntad de las partes. Dentro de esa normativa se encuentran los convenios colectivos, que rigen las relaciones laborales individuales en un ámbito de aplicación más o menos amplio. Dentro de las características de las empresas en las que los trabajadores prestan sus servicios remunerados, se encuentran las variables relacionadas con la actividad y naturaleza de la misma: sector y rama de actividad, tamaño, titularidad, tipo de convenio y tipo de mercado. Algunos van a ser determinantes en su influencia sobre los salarios, pero todos ellos van a influir en la brecha salarial. A lo largo de este estudio hemos ido analizando la situación de las personas activas y ocupadas, inmersas en el mercado laboral español, respecto de cada una de las variables que así lo permitían. Ahora, al estudiar estas variables encuadradas en las características de la empresa, parece lógico detenerse un poco en conocer brevemente la situación del tejido empresarial español. El Directorio Central de Empresas (DIRCE) nos ofrece los datos relativos al número de empresas, su clasificación en función de su actividad económica principal, intervalos de asalariados, condición jurídica, así como su situación geográfica. Según los datos ofrecidos por este directorio del INE, a 1 de enero de 2011, siendo ésta la fecha más cercana a octubre de 2010, fecha en la que se recogen los datos de la EES2010, el tejido empresarial español está conformado por 3.250.576 empresas. En cuanto Página 107 a su distribución por sectores de actividad económica, las clasifica en los sectores de Industria, Construcción, Comercio y Resto de servicios. El 54,20% del total de empresas españolas realizan una actividad enclavada en este último grupo de Resto de servicios, circunscribiéndose en él actividades de: hostelería, transporte y almacenamiento, información y comunicaciones, actividades financieras y de seguros, actividades inmobiliarias, profesionales, científicas y técnicas, actividades administrativas y de servicios auxiliares educativas, sanitarias y de asistencia social y otro tipo de actividades sociales, incluidos los servicios personales. Las actividades comerciales representan el 24,10%, la construcción constituye el 14,90% y la industria el 6,80% del total del tejido empresarial español. A fecha de 1 de enero de 2013, el número de unidades empresariales ha disminuido hasta los 3.146.570, lo que supone un 3,20% menos, y los porcentajes respecto a su distribución por actividad son muy similares, la construcción ha bajado 1,40 puntos porcentuales que han sido absorbidos básicamente por el concepto de otros servicios. Respecto al tipo de empresas en función del número de asalariados que tienen, nos encontramos que del total de ellas, el 55,23% no tienen ningún asalariado, se trata pues de trabajadores autónomos, el 39,97% tienen de 1 a 9 empleados, tan sólo el 4,03% tienen entre 10 y 50 empleados y el 0,61% tienen entre 50 y 200, y el 0,15% tienen más de 200 empleados. Esto significa que prácticamente la totalidad del conjunto empresarial español está constituido por pequeñas y medianas empresas. En resumen, nuestro parque empresarial está dedicado mayoritariamente al sector servicios, y está conformado por pequeñas y medianas empresas. 4.3.1.- Rama de actividad de la empresa. Las condiciones de los empleos que ocupan las personas trabajadoras varían sustancialmente en función de la actividad de la empresa. Mujeres y hombres no comparten una distribución homogénea del empleo por sectores y ramas de actividad. Ya vimos en nuestro apartado de Introducción, como la mujer se lanza al mercado laboral en actividades muy relacionadas con las labores domésticas y de educación y cuidados de hijos y mayores: agricultura, servicio doméstico, industria textil, comercio minorista, educación, sanidad, servicios sociales. Pues bien, a pesar de haberse abierto Página 108 muchísimo más el campo laboral para la mujer, sigue habiendo una concentración de mujeres empleadas en estas mismas ramas de actividad que hace 100 años acogían a la incipiente mujer trabajadora en España. Analizando el empleo por sectores de actividad, en el 3er trimestre de 2010, puede observarse de acuerdo con el siguiente Gráfico 57, que los porcentajes de ocupados respecto de su sexo en el sector de la industria, agricultura, construcción, y servicios, son muy dispares entre hombres y mujeres. Un 88,88% del total de mujeres ocupadas, lo están en el sector servicios, frente al 62,19% de los hombres, que diversifican más sus empleos en otros sectores de actividad. Siendo el sector servicios el que recoge mayoritariamente el empleo femenino, también se trata de un sector feminizado, ya que el 52,95% de las personas ocupadas en él, son mujeres frente al 47,05% de hombres. Frente a un 7,33% de mujeres ocupadas en la industria, los hombres alcanzan el 17,45% respecto del total de ocupados de su sexo, siendo éste un sector altamente masculinizado con un 24,87% de mujeres y un 75,13% de hombres. Lo mismo sucede con el sector agrario, aunque no sea objeto de nuestro estudio, tan solo el 2,18% de mujeres se Gráfico 57: Distribución de las personas ocupadas por sexo en los distintos sectores de actividad. 5,55% de hombres, lo Hom bres Mujeres ocupan en él, frente al que 2,18% que dentro de este sector, 62,19% 88,88% implica 5,55% 7,33% el 23,66% de 17,45% ocupados son mujeres 1,60% 14,81% Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EPA- TIII 2010. y el 76,34% hombres. son La construcción es un sector mayoritariamente masculino, sólo un 1,60% de mujeres se ocupan en él frente al 14,81% de hombres. Esto supone que el 92,15% de los ocupados en este sector son hombres frente al 7,85% de mujeres. Dentro de estos sectores, nos encontramos con muchas diferentes ramas de actividad. En el siguiente Gráfico 58, se analizan las 21 secciones en que la CNAE-2009 organiza las diferentes ramas de actividad. En él aparecen las diferentes secciones organizadas en orden descendente de acuerdo con los porcentajes de mujeres ocupadas en cada una de ellas respecto del total de ocupados de su sexo. Al mismo tiempo también puede observarse el porcentaje de hombres ocupados respecto de su sexo en Página 109 cada una de las secciones, de modo que puedan compararse claramente las diferencias de ocupación entre ambos sexos. Así podemos comprobar cómo la sección o rama de actividad más frecuente entre las mujeres ocupadas es la G Comercio y reparación de vehículos con un 17,62%, mientras que en los hombres ocupados la C Industria manufacturera es la que se da con mayor frecuencia con un 17,06% de los ocupados. La segunda sección de actividad más frecuente entre las mujeres es la Q Actividades sanitarias y servicios sociales con el 13,42% de las ocupadas, mientras que para el hombre es la construcción con el 14,81% de los ocupados. La tercera entre las mujeres es I Hostelería con el 9,55% de mujeres, mientras que para los hombres es la G Comercio y reparación de vehículos con el 14,10% de los ocupados. La cuarta sección en frecuencia entre las mujeres es la P Educación con el 8,90% de las ocupadas, mientras que para los varones es la O Administración Pública y defensa; Seguridad Social Obligatoria con 7,97% de los ocupados. La quinta sección en frecuencia entre las mujeres es la T Personal doméstico y productores de bienes y servicios para uso propio Gráfico 58: Ocupados por sexo y secciones de actividad ordenadas descendentemente en función de los porcentajes de mujeres ocupadas respecto de su sexo en cada una de las diferentes secciones de la CNAE-2009. 0% 2% 4% 6% 8% 10% G Comercio al por mayor y al por menor; reparación de vehículos de motor y motocicletas Q Actividades sanitarias y de servicios sociales P Educación T Actividades de los hogares como empleadores de personal doméstico y como productores de bienes y servicios para uso propio 3,79% 7,30% 3,97% 5,08% 4,22% 3,14% 1,14% 2,53% 2,40% 2,18% F Construcción L Actividades inmobiliarias E Suministro de agua, actividades de saneamiento, gestión de residuos y descontaminación D Suministro de energía eléctrica, gas, vapor y aire acondicionado B Industrias extractivas U Actividades de organizaciones y organismos extraterritoriales Mujeres 5,55% 2,11% H Transporte y almacenamiento R Actividades artísticas, recreativas y de entretenimiento 17,06% 7,25% 7,97% 6,26% M Actividades profesionales, científicas y técnicas J Información y comunicaciones 20% 17,62% 8,39% 0,63% N Actividades administrativas y servicios auxiliares A Agricultura, ganadería, silvicultura y pesca 18% 8,90% C Industria manufacturera S Otros servicios 16% 9,55% 6,28% O Administración Pública y defensa; Seguridad Social obligatoria K Actividades financieras y de seguros 14% 14,10% 13,42% 3,08% I Hostelería 12% 1,99% 3,50% 1,74% 1,94% 1,60% 7,21% 14,81% 0,51% 0,43% 0,21% 1,00% 0,17% 0,54% 0,03% 0,39% 0,02% 0,01% Hombres Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EPA- TIII 2010. con el 8,39% de las ocupadas, mientras que para los hombres es la H Transporte y almacenamiento con el 7,21% de los ocupados. A estas secciones les siguen la C Página 110 Industria manufacturera con el 7,30% de mujeres ocupadas y la N Actividades administrativas y servicios auxiliares con el 7,25% de mujeres. En resumen, las mujeres ocupan con mayor frecuencia las mismas ramas que hace 100 años, en los comienzos de su lanzamiento al mercado laboral. El que estas secciones sean las más frecuentes entre la ocupación femenina no quiere decir que dichas secciones se encuentren feminizadas, ya que hay que tener en cuenta, que en general, las mujeres suponen un 44,05% del total de trabajadores ocupados, frente al 55,95% de hombres. En el siguiente Gráfico 59, se muestra por orden descendente las ramas de actividad, desde la más feminizada (T Personal doméstico y productores de bienes y servicios para uso propio) hasta la más masculinizada (B Industrias extractivas). Algunas de estas secciones no constituyen objeto de estudio de la brecha salarial por no estar dentro del ámbito de cobertura sectorial de la EES-2010, como son las secciones A, T y U, sin embargo nos parece interesante conocer los porcentajes de ocupación femenina que estas secciones presentan. Gráfico 59: Porcentaje de ocupados por sexo y secciones de actividad ordenadas descendentemente por su grado de feminización. 0% 10% 20% 30% 40% T Actividades de los hogares como empleadores de personal doméstico y como productores de bienes y servicios para uso propio 50% 60% 70% 80% 90% 91,31% 8,69% 77,44% Q Actividades sanitarias y de servicios sociales 22,56% S Otros servicios 68,48% 31,52% U Actividades de organizaciones y organismos extraterritoriales 68,42% 31,58% 64,91% P Educación 35,10% N Actividades administrativas y servicios auxiliares 55,43% 44,58% I Hostelería 54,50% 45,49% G Comercio al por mayor y al por menor; reparación de vehículos de motor y motocicletas 49,58% 50,42% M Actividades profesionales, científicas y técnicas 48,67% 51,33% L Actividades inmobiliarias 48,66% 51,34% 45,37% K Actividades financieras y de seguros 54,63% O Administración Pública y defensa; Seguridad Social obligatoria 41,74% 58,26% R Actividades artísticas, recreativas y de entretenimiento 41,36% 58,64% 30,94% J Información y comunicaciones 69,06% C Industria manufacturera 25,21% 74,79% A Agricultura, ganadería, silvicultura y pesca 23,66% 76,34% D Suministro de energía eléctrica, gas, vapor y aire acondicionado 19,77% 80,09% H Transporte y almacenamiento 18,71% 81,30% E Suministro de agua, actividades de saneamiento, gestión de residuos y descontaminación 14,30% F Construcción 7,85% Mujeres Hombres B Industrias extractivas 5,84% Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EPA- TIII 2010. Página 111 100% 85,70% 92,15% 94,39% Del total de las personas ocupadas en cada sección de actividad, en 7 de ellas, las mujeres suponen un porcentaje superior al 50%, luego podemos considerarlas feminizadas. Así tenemos por orden descendente; T Personal doméstico y productores de bienes y servicios de uso propio, con el 91,31% de ocupación femenina; Q Actividades sanitarias y servicios sociales, con el 77,44%; S Otros servicios, con el 68,48%; U Actividades de organizaciones y organismos extraterritoriales, con el 68,42%; P Educación, con el 64,91%. Las siguientes secciones de actividad, N Actividades administrativas y servicios auxiliares e I Hostelería, pese a encontrarse también feminizadas puesto que albergan más mujeres que hombres ocupados, lo hacen con una menor diferencia de porcentajes, de hecho las mujeres suponen el 55,43% y el 54,50% respectivamente, del total de ocupados de dichas ramas. Ya no feminizadas, las ramas de G Comercio y reparación de vehículo; M Actividades profesionales, científicas y técnicas; y L Actividades inmobiliarias; mantienen unos porcentajes de mujeres y hombres muy igualados, concretamente las mujeres se encuentran en porcentajes de 49,58%, 48,67% y 48,66% respectivamente. En el resto de ramas de actividad, como puede apreciarse en el gráfico 59, los porcentajes de mujeres van disminuyendo y van cediendo espacio a los hombres que las ocupan mayoritariamente, hasta que la mínima presencia femenina se da en la rama de B Industrias extractivas con un 5,84%, por debajo incluso de la F Construcción que registra un porcentaje del 7,85% de mujeres. Tal y como hemos hecho en las anteriores variables estudiadas, pasamos a comparar los datos anteriores correspondientes al 3er trimestre de 2010, con los del 4º trimestre de 2013, fecha del cierre de este trabajo. La distribución del total de la ocupación femenina en los distintos sectores de actividad ha variado mínimamente, evidentemente tras estos años de recesión económica, el sector que más peso femenino en ocupación ha perdido, ha sido la Industria que ha disminuido 0,64 puntos porcentuales, la Construcción ha bajado 0,59 puntos, y han subido en ocupación femenina la Agricultura 0,35 puntos y Servicios 0,88 puntos porcentuales. Del total de ocupación masculina, el sector Servicios ha absorbido mayoritariamente la disminución de la Construcción de 4,93 puntos porcentuales, al explotar toda la burbuja inmobiliaria en la que estábamos inmersos. También ha aumentado en ocupación masculina el sector Página 112 de Agricultura en 1,01 puntos, y disminuido, pero menos que las mujeres, 0,26 puntos la ocupación masculina en la Industria. Por otro lado, la distribución de género de cada sector de actividad tampoco ha sufrido importantes diferencias: las mujeres han aumentado su presencia en Agricultura pasando del 23,66% al 24,45% frente al 75,55% de hombres, y en el sector Servicios, del 52,95% de mujeres ocupadas ha pasado al 53,16%, con el consiguiente descenso de ocupación masculina que se sitúa en el 46,84%. En Industria y Construcción el número de mujeres y hombres ocupados se han mantenido prácticamente en la misma proporción que en el 3er trimestre de 2010. En cuanto a la distribución de ocupación femenina y masculina en cada una de las ramas de actividad, hay que resaltar el aumento de la presencia de la mujer en B Industrias extractivas que ha aumentado 8 puntos porcentuales, pasando del 5,84% al 13,84% con el consiguiente descenso de la presencia masculina. Así como el aumento en 11,46 puntos, de la presencia de la mujer en la rama de L Actividades inmobiliarias, que ha pasado del 48,66% al 60,13% convirtiéndose en una sección más, considerada como feminizada. La variación que ha experimentado la ocupación femenina en cada una de las secciones de actividad oscilan entre una disminución de 2,96 puntos en T Personal doméstico, hasta un aumento de 3,84 puntos en K Actividades financieras y de seguros. Para analizar la ganancia media por hora trabajada, nos encontramos con el problema de que la EES-2010 no nos facilita esta ganancia por secciones de actividad sino por sectores. Por este motivo, hemos creído conveniente analizar en primer lugar los salarios brutos anuales y por hora, así como la brecha salarial sobre ambas ganancias, respecto de los grandes sectores de actividad, para luego estudiar la ganancia anual y las brechas salariales registradas en las distintas secciones o ramas de actividad. En el siguiente Gráfico 60, observamos cómo la ganancia media anual en las mujeres no presenta grandes diferencias entre los tres sectores de actividad estudiados por la EES-2010, que recordemos deja fuera el sector Agrario. El menor salario anual de las mujeres corresponde al sector Servicios con 19.607,32€ y el mayor, es el de la Industria con 20.926,07€, tan solo les separan 1.318,75€. En los hombres, las Página 113 22.239,83€ el menor registrado Construcción y el de en la mayor de 26.871,48€ de la Industria, tenemos una diferencia de 20.000 € 15.000 € 10.000 € 5.000 € 0€ Industria 4.631,65€ anuales. 25.676,99 € 25.000 € entre 19.607,32 € mayores: 22.239,83 € 30.000 € 20.189,84 € anuales de los 3 sectores son 26.871,48 € Gráfico 60: Ganancia media anual por sexo y sector de actividad. 20.926,07 € diferencias entre los salarios brutos Construcción Mujeres Servicios Varones Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES- 2010. Naturalmente esta ganancia media anual se encuentra afectada por la temporalidad en el trabajo que afecta en mayor medida a las mujeres que a los hombres. Por tanto, la brecha salarial entre hombres y mujeres en cada sector de actividad, se ven afectadas por dicha temporalidad en mayor o menor medida en función de la proporción de trabajo con jornada a tiempo parcial que registran cada uno de estos sectores. Así tenemos que la mayor brecha salarial se da en el sector Servicios con un 23,64%, en el que las mujeres cobran un 76,36% del salario bruto anual del hombre. Esta brecha se encuentra muy afectada por la temporalidad en el trabajo, ya que este sector además de estar feminizado, es el que mayor proporción de trabajo a tiempo parcial asume, con el 15,43% del total de trabajo a tiempo parcial. Por otro lado, el 23,23% (casi un ¼) de las mujeres ocupadas en este sector trabajan a tiempo parcial frente a tan solo el 6,66% de hombres. Un poco más baja es la brecha salarial que registra el sector de la Industria con un 22,13%. Ésta resulta menos afectada por la temporalidad, ya que tan solo el 4,41% de las personas ocupadas lo hace en 120% el 12,30% lo hace en jornada a 80% tiempo parcial frente al 1,80% de 60% hombres. la 20% Construcción es el que menor brecha 0% El sector de 9,22% 22,13% 40% Industria salarial registra con el 9,22%. El trabajo a tiempo parcial en este 23,64% 76,36% 100% 90,78% de mujeres ocupadas en este sector, Gráfico 61: Brecha Salarial sobre ganancia media anual por sector de actividad. 77,87% jornada a tiempo parcial. Del total Construcción Servicios Mujeres Hombres Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES- 2010. sector alcanza sólo el 4,56%. Sin embargo de las pocas mujeres (7,85%) que trabajan en Página 114 él, el 25,06% lo hacen en jornadas a tiempo parcial, frente al 2,81% de hombres. Las mujeres del sector Servicios, pese a percibir el menor de los salarios brutos anuales de los tres sectores estudiados, resulta ser la mejor pagada según podemos trabajada, frente a los 9,80€ que 6€ recibe 2€ en el Construcción sector y los de 9,74€ la que 4€ 0€ Industria Construcción Mujeres Varones percibe en el sector de la Industria. En los hombres, la menor ganancia 12,11 € 8€ 10,20 € 10 € 9,84 € 10,20€ de ganancia media por hora 12 € 9,80 € del trabajo a tiempo parcial, percibe 14 € 12,09 € 62, ya que extrapolados los efectos Gráfico 62: Ganancia media por hora por sexo y sector de actividad. 9,74 € comprobar en el presente Gráfico Servicios Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES- 2010. por hora trabajada se registra en el sector de la Construcción con 9,84€ por hora, al igual que ocurría en la ganancia media anual. Por orden ascendente le sigue los 12,09€ de ganancia media por hora que cobran los hombres en la Industria, seguidos de los 12,11€ que cobran en el sector Servicios, que resultar ser el sector mejor pagado tanto para hombres como para mujeres. La brecha salarial sobre la ganancia media por hora trabajada arroja unos valores todo Construcción. en Servicios Lógicamente 120% y 100% al 80% 0,41% 19,44% 60% tratarse de sectores más afectados 40% por el trabajo a tiempo parcial, 20% 15,77% 84,23% sobre 99,59% sobre la ganancia media anual, Gráfico 63: Brecha Salarial sobre ganancia media por hora y sector de actividad. 80,56% muy por debajo de los registrados 0% realizado mayoritariamente por mujeres, y sobre esta ganancia por hora la brecha queda al margen de Industria Construcción Mujeres Hombres Servicios Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES- 2010. los efectos de esta temporalidad. La menor brecha salarial se observa en el sector de la Construcción, con 0,41%, lo que significa que las mujeres cobran el 99,59% del salario de los hombres. Bastante alejada de esta, le sigue una brecha salarial del 15,77% en el sector Servicios, para finalmente la Industria registrar la mayor de las tres, el 19,44%. Página 115 No puede establecerse una relación entre una mayor participación femenina entre los ocupados de un sector y una menor o mayor brecha salarial en él. El sector de la Construcción registra la menor brecha salarial sobre la ganancia media por hora (0,41%), teniendo el menor porcentaje de ocupación femenina (7,85%). Sin embargo, la escasa participación femenina en este sector tiene un alto nivel de cualificación, frente a una ocupación masculina mayoritaria en puestos base. No nos encontramos a peones de sexo femenino trabajando en la construcción manual de edificios, pero si encontramos a muchas mujeres técnicos, encargadas de los proyectos, por ejemplo. La mínima brecha salarial en el sector de la Construcción no implica que no exista una discriminación salarial por razón de género, ya que aún ocupando la mujer dentro de este sector, puestos muy cualificados frente a los base ocupados mayoritariamente por hombres, el salario medio por hora trabajada de ellas no llega a alcanzar la media de los percibidos por los hombres. El sector de Industria registra la mayor brecha salarial sobre la ganancia media por hora trabajada (19,44%), pese a baja ocupación femenina (24,87%) en este sector. Esto nos indica que las mujeres ocupan mayoritariamente puestos de escasa cualificación dentro de este sector. De hecho, en el análisis de la formación alcanzada por las personas activas, se habló de la segmentación de género latente en los niveles postobligatorios y universitarios, según la cual, los hombres dominan en las áreas de Ingeniería, Tecnología y Ciencias Experimentales mientras las mujeres se dirigen a Humanidades, Ciencias Sociales y Jurídicas y Ciencias de la Salud, muy alejadas por tanto de la cualificación adecuada a este sector de la Industria, lo que significa que en él, las mujeres ocupan generalmente puestos de menor cualificación que los hombres. El sector Servicios es el de mayor ocupación femenina (52,95%), y registra una brecha salarial sobre la ganancia media por hora trabajada de 15,77%, intermedia entre la registrada por el sector de la Construcción y de la Industria. En este sector Servicios hay que tener en cuenta que alberga una gran variedad de ramas o secciones de actividad, como puede ser Hostelería, Comercio u Otros servicios, en los que la mujer tiene una presencia mayoritaria y para las que en general no se requiere una alta cualificación, con salarios muy bajos y brechas salariales sobre la ganancia media anual altas como podemos ver en el Gráfico 66. También nos encontramos en el sector Servicios con ramas de actividad como Educación, con una ocupación femenina Página 116 también mayoritaria, que sí requiere una formación más cualificada, con sueldos más altos y brechas salariales más bajas por ser un sector, como ya veremos, de control público en general, lo que hace disminuir la brecha salarial. Pero la sección de actividad feminizada que refleja claramente lo que sucede en este sector ocupado mayoritariamente también por mujeres es la rama Sanitaria, en la que hasta ahora ellos se concentraban en las ocupaciones de doctores, mientras ellas se dirigían mayoritariamente a ocupaciones de nivel inferior como enfermería, percibiendo menores salarios, y disparándose la brecha salarial. Afortunadamente esta situación está cambiando y numerosas mujeres acceden ya a esos puestos de medicina. Sin embargo, no podemos hablar de una proporción importante de discriminación directa por razón de género dentro de la brecha salarial que presenta este sector, aunque sea ésta en su origen la causante de una infravaloración de los trabajos realizados por la mujer con salarios más bajos. La propia organización laboral ha asumido esos menores salarios en las ramas ocupada mayoritariamente por mujeres, facilitando a los hombres que comparten ocupación en estos mismos sectores o ramas de actividad, sobre los que “recae la responsabilidad de la economía familiar”, la posibilidad de una más fácil promoción profesional, y unos complementos salariales que hacen aumentar sus salarios, con lo que la brecha salarial en este sector Servicios tienen mayor componente indirecto que directo. Cuando hablamos de la brecha salarial registrada sobre la ganancia media anual, veíamos como una mayor ocupación en estos sectores a tiempo parcial, y en mayor proporción femenina que masculina, hacia subir lógicamente la brecha salarial sobre esta ganancia como consecuencia del menor tiempo trabajado por las mujeres. Pues bien, eliminado los efectos de ese menor tiempo trabajado por las mujeres en la ganancia media por hora, la brecha salarial sube considerablemente en todos los sectores con jornadas a tiempo parcial respecto de la observada con jornadas a tiempo completo. En el siguiente Gráfico 64, podemos observar los valores alcanzados por la brecha salarial sobre la ganancia media por hora trabajada en el cruce de estas dos variables: tipo de jornada y sector de actividad. En el sector de la Industria la brecha salarial a tiempo parcial es muy alta, ascendiendo a 35,85%, mientras a tiempo completo registra 17,29%, separando a ambas una distancia de 18,56 puntos porcentuales. Sólo una ocupación femenina en puestos poco cualificados de este sector, Página 117 explica esta elevada brecha salarial a tiempo parcial. En el sector Gráfico 64: Brecha Salarial sobre ganancia media por hora, por sector económico y tipo de jornada. y a tiempo completo de 12,74%, tan solo les separa 2,58 puntos porcentuales. El valor de la brecha salarial del sector Servicios con 0% 15,32% 10% 12,74% 20% 22,37% salarial a tiempo parcial de 15,32% 30% 17,29% distancia porcentual entre la brecha 35,85% 40% Servicios se registra la menor -2,85% -10% Industria Construcción Tiempo completo Servicios Tiempo parcial Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES- 2010. jornadas a tiempo parcial es muy similar al que presenta la brecha salarial sobre la ganancia media por hora al estudiarla de forma independiente sobre los sectores de actividad, acorde con la mayor ocupación a tiempo parcial en este sector. Es destacable al estudiar este cruce de variables sobre la ganancia media por hora, la brecha salarial negativa en el trabajo a tiempo completo que registra el sector de la Construcción con 2,85%, esto significa que las mujeres con jornadas a tiempo completo cobran por hora trabajada un 2,85% más que los hombres, lo que confirma la explicación de una ocupación femenina cualificada aunque muy escasa, mientras que a tiempo parcial la brecha salarial alcanza el 22,37%. Luego la brecha salarial sobre la ganancia media por hora trabajada se dispara en los sectores de actividad de la Industria y la Construcción con jornadas a tiempo parcial respecto de la registrada a tiempo completo. En el caso del sector Servicios, ambas brechas (a tiempo parcial, y a tiempo completo) presentan valores cercanos. Una vez estudiados los salarios brutos anuales y por hora trabajada, así como las brechas salariales sobre cada una de estas ganancias en los tres grandes sectores de actividad, analizaremos los salarios brutos anuales y brechas salariales sobre ellos, en función de las diferentes ramas de actividad de la CNAE-2009. Ya hablamos de la imposibilidad de estudiar esta variable sobre la ganancia media por hora, puesto que la EES-2010 no facilita datos respecto de esta ganancia en función de las diferentes secciones de la CNAE-2009. No obstante, los salarios medios anuales constituyen la riqueza económica de los trabajadores, hombres y mujeres, y del país puesto que va a marcar la renta per cápita del mismo. Por otro lado, aunque los resultados de la brecha salarial sobre la ganancia media anual es necesario considerarlos con cierta relatividad, Página 118 precisamente por esa mayor temporalidad en el trabajo de las mujeres, es importante conocer el grado de desigualdad entre las rentas de hombres y mujeres, que redunda en una peor calidad de vida de las mujeres y merman sus posibilidades de una igualdad de oportunidades. En el siguiente Gráfico 65, se pueden observar los salarios medios anuales de hombres y mujeres de las diferentes ramas de actividad de la CNAE-2009, ordenados ascendentemente de izquierda a derecha por los salarios medios anuales de las mujeres, excepto de Trabajos domésticos, Agricultura y Actividades de organizaciones, que se Gráfico 65: Ganancia media anual por sexo y rama de actividad ordenada ascendentemente por el valor de la ganancia anual de las mujeres. 60.000 € Mujeres 50.426,25 € 41.782,57 € D0. Suministro de energía eléctrica, gas, vapor y aire 34.726,99 € 35.922,39 € K0. Actividades financieras y de seguros 28.610,13 € J0. Información y comunicaciones 29.872,45 € 28.713,18 € 26.224,16 € O0. Administración Pública y defensa, Seguridad Social 24.728,07 € B0. Industrias extractivas 30.649,18 € 33.556,49 € Q0. Actividades sanitarias y de servicios sociales 26.020,40 € 21.309,65 € M0. Actividades profesionales, científicas y 23.453,74 € 20.981,76 € E0. Suministro de agua, actividades de saneamiento, 20.872,37 € P0. Educación 23.616,48 € 20.835,77 € H0. Transporte y almacenamiento 26.355,18 € 20.584,23 € C0. Industria manufacturera 22.239,83 € 20.189,84 € F0. Construcción 23.993,28 € 17.089,82 € L0. Actividades inmobiliarias 22.386,69 € 20.345,08 € 15.964,03 € G0. Comercio al por mayor y al por menor, reparación 21.759,21 € 15.131,16 € R0. Actividades artísticas, recreativas y de 19.705,22 € 12.864,94 € 14.040,56 € S0. Otros servicios I0. Hostelería 0€ 16.891,74 € 10.000 € N0. Actividades administrativas y servicios auxiliares 20.000 € 12.825,48 € 30.000 € 24.173,67 € 40.000 € 47.081,23 € ramas feminizadas 50.000 € Varones Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES- 2010. quedan fuera del ámbito sectorial de cobertura de la EES-2010. Así, la rama de Hostelería, feminizada con el 54,50% de ocupación femenina, es la rama con los salarios medios anuales más bajos, tanto para hombres como para mujeres, le sigue la rama de Actividades administrativas, también feminizada con el 55,43% de ocupación femenina, y a continuación está la sección de Otros servicios, muy feminizada también con el 68,48% de ocupación femenina. En una posición salarial intermedia respecto del total de secciones de la CNAE-2009 estudiadas, tenemos la rama de Educación, también bastante feminizada con el 64,91% de ocupación femenina, después con salarios más elevados tenemos la rama de Actividades Sanitarias y servicios sociales, la más feminizada de todas con el 77,44% de ocupación femenina. Con los salarios más elevados tanto para hombres como para mujeres, se sitúan la rama de Suministro de energía y gas, muy masculinizada con el 80,09% de ocupación masculina, seguida Actividades financieras con menores salarios anuales, también masculinizada pero con porcentajes menores que la anterior, 54,63% de ocupación Página 119 masculina, a continuación tenemos la rama de Información y comunicaciones con salarios más bajos, y también muy masculinizada con el 69,06% de ocupación masculina. Después, siguiendo un orden salarial descendente para las mujeres tenemos Administración pública, y una ocupación masculina del 58,26%, seguida de Industrias extractivas, la más masculinizada de todas con el 94,39% de ocupación masculina, para llegar a la rama de Actividades Sanitarias (feminizada). Pero no ocurre lo mismo con los salarios de los hombres de las diferentes ramas de actividad, que siguen el mismo orden descendente que los salarios femeninos hasta la rama de Información y comunicaciones, para luego situarse las ramas de Actividades Sanitarias y servicios sociales y Actividades profesionales y científicas, siguiendo el orden descendente de los salarios anuales. Es curioso cómo de 5 ramas feminizadas, 3 de ellas registran los salarios anuales más bajos, mientras que en el extremo opuesto, con los salarios más elevados se encuentran ramas de actividad ocupadas mayoritariamente por hombres. Evidentemente el grado o nivel formativo requerido para el ejercicio de las diferentes ramas, determina en gran medida el nivel salarial de cada una de ellas. Así, de las ramas feminizadas: Educación y Actividades sanitarias que requieren de una formación universitaria observan salarios más elevados que Hostelería, Otros Servicios y Actividades administrativas que requieran de una formación de tipo profesional. Por el contrario, de las ramas masculinizadas estudiadas, es precisamente Suministro de energía y gas, que requiere de una formación más de tipo profesional, la que registra los salarios medios anuales más elevados, por encima de Actividades financieras, a pesar de requerir ésta un nivel formativo superior. De modo que, ramas feminizadas como Educación que requieren de una formación superior a la requerida para algunas de las ramas masculinizadas como Industrias extractivas, presentan salarios medios anuales muy por debajo de estas últimas, quizás porque requieran de más resistencia física, aunque menor formación. En estos bajos salarios de las ramas feminizadas subyace una discriminación salarial directa por razón de género, al infravalorar históricamente el trabajo de las mujeres. Pero no menos importante es la discriminación salarial indirecta subyacente en esa segregación horizontal o sectorial por razón de género que la mujer sigue alimentando, quizás porque sean actividades que por su temporalidad en algunos casos, Página 120 o su distribución horaria de la jornada de trabajo en otros, le permitan compatibilizar su vida profesional y familiar. Algunas ramas de actividad albergan esa preferencia ocupacional femenina como es Educación o la rama Sanitaria o la Administrativa, a la que la mujer accede a través de una formación elegida libremente aunque influenciada evidentemente por su entorno cultural, pero en otros casos, la mujer se dirige a las mismas ramas que lo hacía cuando su escasa formación no les permitía otra salida que la de ocupar actividades relacionadas con el entorno doméstico. Ahora la mujer está muy preparada a nivel formativo y aún se dirige hacia esas mismas ramas como puede ser Hostelería u Otros servicios, que le son más fáciles de acceder por haber sido ocupadas históricamente por las mujeres. Respecto a la brecha salarial, el siguiente Grafico 66, nos presenta las brechas salariales que registran cada una de las ramas de actividad de las que ofrece datos la EES-2010, ordenadas de izquierda a derecha por el valor que alcanza la brecha salarial en cada rama de actividad y por orden ascendente. Por un lado vamos a estudiar la brecha que registran las 5 ramas feminizadas, y en contraposición estudiaremos 5 ramas masculinizadas. Gráfico 66: Brecha Salarial por rama de actividad. 120% ramas feminizadas 34,71% 30,47% 28,77% 28,69% 27,96% 25,63% 24,07% 23,7% 21,9% 78,10% 35,47% 76,30% 100% 19,36% 17,61% 17,14% 13,88% 12,21% 11,77% 11,01% 9,22% 80% 20% 90,78% 88,99% 88,23% 87,79% 86,12% 82,86% 82,39% 80,64% 75,93% 74,37% 72,04% 71,31% 71,23% 69,53% 65,29% 40% 64,53% 60% Mujeres F0. Construcción P0. Educación H0. Transporte y almacenamiento O0. Administración Pública y defensa, Seguridad Social B0. Industrias extractivas D0. Suministro de energía eléctrica, gas, vapor y aire J0. Información y comunicaciones E0. Suministro de agua, actividades de saneamiento, C0. Industria manufacturera K0. Actividades financieras y de seguros I0. Hostelería R0. Actividades artísticas, recreativas y de Q0. Actividades sanitarias y de servicios sociales G0. Comercio al por mayor y al por menor, reparación L0. Actividades inmobiliarias M0. Actividades profesionales, científicas y N0. Actividades administrativas y servicios auxiliares S0. Otros servicios 0% Hombres Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES- 2010. De las ramas feminizadas, Otros servicios registra la mayor brecha salarial de todas las secciones de actividad, con 35,47%, en orden ascendente nos encontramos con Actividades administrativas con una brecha de 34,71%, más alejadas de estos valores están las brechas salariales registradas por Actividades sanitarias y Hostelería con 27,96% y 24,07% respectivamente. Feminizada también pero en el lado opuesto, con la segunda menor brecha salarial de todas las ramas de actividad se encuentra Educación que registra un 11,01%. La explicación a esta baja brecha salarial de Educación se encuentra en la escasa amplitud de diferentes categorías dentro de esta rama, y a un Página 121 control público de esta actividad en su mayoría. Con escaso abanico de categorías dentro de la misma rama, y con un control público también en su mayoría, está Actividades sanitarias, cuya elevada brecha salarial responde a una ocupación por parte de las mujeres de categorías inferiores. Esta misma razón, pero sin el atenuante del control público que haría bajar la brecha salarial. Las brechas registradas por la rama de Otros servicios y Hostelería se deben además de una mayor temporalidad de la mujer en el trabajo, a que estas ocupan puestos de inferiores categorías. Con elevadas brechas salariales, se encuentran también ramas de actividad que aún estando masculinizadas, los porcentajes de ocupación de hombres y mujeres están muy igualados, como: Actividades profesionales y científicas, Actividades inmobiliarias y Comercio con brechas de 30,47%, 28,77% y 28,69% respectivamente. En el lado opuesto, con menores valores de la brecha salarial, nos encontramos ramas de actividad como la Construcción, muy masculinizada (92,15% de ocupación masculina) y con la menor brecha salarial de todas las secciones de actividad, 9,22%, debido como ya hemos dicho anteriormente a que las mujeres ocupan puestos muy cualificados en este sector de actividad, frente a los puestos base ocupados mayoritariamente por los hombres. La siguiente rama masculinizada (81,30% de ocupación masculina) y con mayor brecha salarial que la anterior, está Transporte y almacenamiento con una brecha salarial de 11,77%. Por orden ascendente del valor que alcanza la brecha salarial, tenemos la Administración Pública dependiente de la Seguridad Social, Industrias extractivas, Suministros de energía eléctrica y gas e Información y comunicaciones, con brechas de 12,21%, 13,88%, 17,14% y 17,61% respectivamente. La explicación a estas bajas brechas salariales de estas ramas de actividad muy masculinizadas está orientada a la mayor cualificación de la mujer. En un mundo laboral muy masculinizado, la mujer entra en él ocupando, o puestos muy cualificados, con lo que la brecha salarial disminuye porque hablamos de medias salariales por sexo, o en puestos muy elementales y entonces la brecha salarial se dispara. La excepción a este razonamiento es la rama de Administración Pública, que aunque masculinizada, lo es en un porcentaje no muy alto, 58,26% de ocupación masculina, sin embargo presenta una brecha salarial muy baja, de tan solo el 12,21% aunque determinada por la ocupación de puestos de inferior nivel por parte de las mujeres, ya que pese al empeño de Gobiernos en poner al frente de la Administración Página 122 como altos cargos de la misma, a hombres y mujeres en proporción paritaria, los hombres siguen ocupando mayoritariamente niveles superiores, porque históricamente ha sido un ámbito masculino y la mujer se ha incorporado recientemente a él. Por otro lado, la brecha salarial en este sector sería mucho mayor de no encontrarse como está atenuada por su evidente control público, que como veremos más adelante, influye a la baja en esa brecha salarial. 4.3.2.- Tamaño de la empresa. En relación al tamaño de la empresa, la Recomendación de la Comisión de la Unión Europea, 2003/361/CE de 6 de mayo de 2003 relativa a la definición de microempresas, pequeñas y medianas empresas (PYME), (DOUE, 2003), distingue entre micro, pequeña, mediana y gran empresa, en función del número de asalariados y el volumen de negocios. De acuerdo con la siguiente Tabla: PYME Categoría Empresa Micro Pequeña Mediana Gran empresa Nº trabajadores < 10 < 50 < 250 >= 250 Volumen negocios <= 2 millones € <= 10 millones € <= 50 millones € > 50 millones € Balance general anual <= 2 millones € <= 10 millones € <= 50 millones € > 50 millones € Sin embargo, ya en nuestra sección de Datos, hicimos referencia a la clasificación de las empresas que realiza la EES-2010, sobre la que nos ofrece los datos que a continuación se van a analizar. La EES-2010 establece 3 grupos de empresas basándose únicamente en el número de trabajadores que prestan sus servicios remunerados en ellas, distinguiendo entre empresas con menos de 50 trabajadores que según la Directiva comunitaria reciben el nombre de pequeña empresa, empresas entre 50 y 199 trabajadores se aunque no exactamente se acercaría a la descripción de mediana empresa, y aquellas que tienen 200 y más trabajadores que se correspondería con la gran empresa. Por otro lado, en el estudio de esta variable nos volvemos a encontrar con el problema de no poder trabajar con los datos de la ganancia media por hora trabajada, pues la EES-2010 no facilita estos datos a través del web pública del INE, por lo que analizaremos la ganancia media anual y la brecha salarial sobre ella. Habrá de tener en cuenta que estos salarios anuales se encuentran afectados por la temporalidad en el trabajo que afecta en mayor medida a las mujeres. Página 123 En cuanto a los salarios brutos anuales, vemos cómo tanto en el caso de las mujeres como en los hombres, estos salarios aumentan lógicamente conforme aumenta el tamaño de la empresa. El motivo es porque cuanto mayor número de trabajadores, mayor volumen de negoción, mayor amplitud de categorías y mayor número de personas con responsabilidad sobre diferentes secciones de la misma que hacen elevarse la media salarial, mientras que en empresas pequeñas, los cargos de mayor nivel suelen concentrarse en muy pocas personas, cuando no se trata de una única persona, lo que evidentemente hace bajar la media anual. Así, los y las trabajadoras en empresas de 1 a 49 trabajadores son los que menos cobran anualmente, mientras los hombres perciben 21.267,27€ anuales, las mujeres solo cobran menos las mujeres. En las empresas de entre 50 y 199 trabajadores, los salarios suben 30.000 € 25.000 € 20.000 € 15.000 € 10.000 € 5.000 € 0€ De 1 a 49 Mujeres respecto de los registrados en las empresas inmediatamente más pequeñas, y el incremento se 32.447,63 € absolutos de 5.491,43€ anuales que 35.000 € 24.814,77 € términos 27.131,89 € en 20.105,17 € diferencia 21.267,27 € una Gráfico 67: Ganancia media anual por trabajador, sexo y tamaño de la empresa. 15.775,84 € llegan a percibir los 15.775,84€, De 50 a 199 De 200 y más Varones Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES- 2010. produce en proporción muy similar en hombres y mujeres, sin embargo la diferencia entre ambos sexos se acrecienta, de manera que en estas empresas las mujeres cobran 7.026,72€ menos que los hombres. En las empresas de 200 y más trabajadores, los salarios anuales vuelven a experimentar un aumento, los hombres cobran 32.447,63€, y las mujeres 24.814,77€, esto es, 7.632,86€ menos que los hombres. No obstante el incremento salarial que supone para una mujer trabajar en una empresa de 200 o más trabajadores respecto de trabajar en una pequeña de hasta 49 trabajadores es del 57,30%, mientras que para los hombres este incremento es menor, concretamente del 52,57%. En cuanto a la brecha salarial sobre la ganancia media anual, se observa según el Gráfico 68, que no existen grandes diferencias entre los valores alcanzados por la brecha salarial sobre la ganancia media anual en función del tamaño de la empresa. Entre los y las trabajadoras de empresas con menos de 50 trabajadores, la brecha salarial Página 124 es de 25,82%, en empresas de entre 50 y 199 trabajadores la brecha es muy similar, el 23,52%. La explicación a una menor brecha salarial en empresas grandes, puede ser luna mayor 100% 80% 25,82% 60% 40% 20% de las personas trabajadoras y una mayor regulación 23,52% 0% De 1 a 49 objetividad a la hora de valorar la capacidad 25,90% 76,48% resulta un poco más baja, con 120% 74,10% empresas de 200 y más trabajadores, Gráfico 68: Brecha Salarial sobre ganancia media anual por tamaño de la empresa. 74,18% 25,90%, pero la registrada en De 50 a 199 De 200 y más Mujeres Hombres Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES- 2010. de los salarios. Aunque el hecho de que se trate también de una brecha elevada, por encima incluso de la general establecida en 22,55%, nos indica la existencia también en estas grandes empresas de una mayor ocupación por parte de las mujeres de puestos de niveles más inferiores. Una vez analizados estos datos, procede decir que según los datos ofrecidos por el Directorio Central de Empresas (DIRCE) del INE, del total de empresas que conforman nuestro parque empresarial español, un 55,23% no tienen ningún asalariado, se trata pues de trabajadores autónomos, el 44,01% tienen de 1 a 49 empleados, el 0,61% tienen entre 50 y 199, y el 0,15% tienen 200 o más empleados. Esto significa que prácticamente la totalidad del conjunto empresarial español está constituido por pequeñas empresas. Por tanto si no tenemos en cuenta el porcentaje de empresas formadas por trabajadores autónomos sin ningún empleado, el 98,30% de las empresas españolas con asalariados tienen entre 1 y 49 trabajadores. Luego una buena parte de los trabajadores españoles se acercan más a los salarios anuales más bajos que a los altos, y las mujeres soportan brechas salariales muy superiores a la general de 22,55%. 4.3.3.- Tipo de control. El tipo de control de una empresa puede ser público o privado. La EES-2010 no recoge los datos salariales de los trabajadores de la Administración salvo que estos se encuadren dentro del Régimen General de la Seguridad Social. Si bien las relaciones laborales entre trabajador y empresario se caracterizan por Página 125 sujetarse a la voluntad de las partes, los mínimos a los que ha de ajustarse esa relación contractual, se recogen en las normas laborales, y entre ellas se encuentran los convenios laborales. En la empresa privada existe un margen mucho más amplio para la subjetividad, de modo que el empresario puede determinar de acuerdo con el trabajador, el importe salarial que va a complementar esos mínimos establecidos por la norma. En el sector público, el margen para la discrecionalidad es muy reducido, y en el ámbito salarial no está previsto, por lo que los salarios de todos sus empleados deben ajustarse íntegramente a la norma reguladora. Dicho esto, según se puede observar en el siguiente Gráfico 69, los salarios anuales de los trabajadores de empresas del sector público son superiores a los Gráfico 69: Ganancia media anual por trabajador, sexo y tipo e control de la empresa. 10.000 € 5.000 € 0€ control de la empresa pública Mujeres 24.309,91 € 20.000 € 15.000 € por los trabajadores en empresas privadas, contrariamente a la percepción que se tiene de los bajos 17.429,49 € 25.000 € 28.062,42 € 30.000 € 31.993,60 € 35.000 € percibidos salarios del empleado público. La diferencia salarial que supone para una mujer trabajar en una empresa pública o control de la empresa privada Varones privada alcanza el 37,89%. Una mujer empleada en la empresa privada cobra Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES- 2010. 17.429,49€, el 62,11% de los 28.062,42€ que cobra como trabajadora en el sector público. Mayor diferencia salarial se registra entre los hombres, mientras aquellos que trabajan en el sector público cobran 31.993,60€, los que trabajan en la empresa privada cobran 24.309,91€, que supone el 75,98% del salario de los hombres empleados públicos. público alcanza un valor inferior a la 120% 100% mitad del alcanzado en el sector privado. 60% Mientas que en una empresa privada la 20% brecha salarial se encuentra en el 28,30%, 40% 28,30% 0% control de la empresa pública en la empresa pública se sitúa en el 12,29%. La gran distancia existente entre 12,29% 80% 71,70% la ganancia media anual, en el sector Gráfico 70: Brecha Salarial sobre ganancia media anual por tipo de control de la empresa. 87,71% Respecto a la brecha salarial sobre Mujeres control de la empresa privada Hombres Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES- 2010. Página 126 ambas brechas salariales se explica por una mayor temporalidad en el trabajo que afecta en mayor medida a las mujeres que a los hombres, en la empresa privada que en el sector público, puesto que la distribución de la jornada de trabajo en el sector público, normalmente de jornada continua, facilita el trabajo a tiempo completo de la mujer. Aparentemente, esta diferencia salarial en la empresa pública está totalmente justificada, puesto que si todos los salarios de sus empleados están regulados por norma, ésta no puede contener ninguna cláusula que suponga el más mínimo rasgo de discriminación por razón de sexo porque sería contraria al artículo 14 de la Constitución española de 1978. Luego la justificación de esa brecha salarial se encuentra en que las mujeres ocupan puestos de inferiores niveles, lo cual ya supone cierto grado de discriminación por razón de género puesto que hoy, la mujer ocupa mejor posición educativa que el hombre. Es verdad que el acceso al empleo público en la Administración, así como la promoción en la carrera profesional, está regido por los principios de igualdad, capacidad, mérito y publicidad, por lo que la ocupación por parte de las mujeres de puestos de inferior nivel podría justificarse porque ellas no hubiesen demostrado la misma capacidad y méritos que sus compañeros varones para acceder a puestos de niveles superiores, algo difícil de entender cuando al estudiar el contexto formativo de nuestros recursos humanos, vemos cómo las mujeres adquieren en mayor proporción, niveles formativos superiores a los hombres. Sin embargo, en primer lugar no todo el sector público es Administración, y por tanto no se accede y se promociona bajo esos principios constitucionales, y en segundo lugar los altos cargos de la propia Administración están ocupados en mayor medida por hombres que por mujeres, no porque ellas no sean válidas para ocuparlos, sino porque la mujer se encuentra con una existe una discriminación indirecta por razón de género, muy poco visible, originada por una diferente concepción de prioridades laborales entre hombres y mujeres, mientras el hombres desempeñan el papel de productor de riqueza económica con dedicación casi en exclusiva a su carrera profesional, la mujer desempeña su papel de productora económica, de vida y bienestar familiar, intentando conciliar sus aspiraciones laborales con el cuidado doméstico y familiar, renunciando a una dedicación exclusiva a la producción económica que le exige nuestra organización laboral para la ocupación de puestos de niveles superiores. Página 127 4.3.4.- Tipo de mercado. La EES-2010 recoge los salarios anuales de los trabajadores en función de la amplitud del ámbito geográfico del mercado al que van dirigidos los bienes y servicios producidos por las empresas en las que trabajan. Evidentemente, el tipo de mercado al que las empresas dirigen sus productos está muy relacionado con el tamaño de la empresa. En general, las microempresas y pequeñas empresas van a dirigir sus productos a un mercado local o regional, y según vimos al estudiar la variable tamaño de la empresa, sus trabajadores percibían los salarios anuales más bajos. Ahora esas empresas que cuentan con un mercado local o regional también perciben los salario más bajos como podemos comprobar en el Gráfico 71, las mujeres cobran 18.557,21€ y los hombres 22.350,33€. salarios anuales de sus trabajadores son superiores a los percibidos en el Mercado local o regional grupo anterior, sobre todo para los hombres que asciende hasta los 27.805,39€ cuando su mercado es Mercado nacional Mujeres Unión Europea 33.518,86 € 26.379,80 € nacional incluso europeo, y los 28.651,45 € mercados más amplios, un mercado 40.000 € 35.000 € 30.000 € 25.000 € 20.000 € 15.000 € 10.000 € 5.000 € 0€ 21.153,49 € hacia 27.805,39 € productos Gráfico 71: Ganancia media anual por trabajador, sexo y tipo de mercado de la empresa. 20.717,91 € sus empresas 22.350,33 € dirigen medianas 18.557,21 € Las Mercado mundial Varones Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES- 2010. de ámbito nacional y un poco más (28.651,45€) cuando su mercado es europeo. Sin embargo, las mujeres no experimentan en sus salarios anuales estas importantes subidas al pasar de un mercado local o regional al nacional, o al europeo, registrando estos dos últimos grupos, salarios anuales muy igualados en el caso de las mujeres. Así la empresa que dirige sus productos o servicios a un mercado europeo, paga a sus empleadas una media anual de 21.153.49€, lo que supone un aumento de 2.596,28€ respecto de lo que cobran las mujeres en empresas con productos dirigidos a un mercado local o regional, mientras que el aumento en los hombres es de 6.301,12€. Aquellas empresas que tienen capacidad para dirigir sus productos a un mercado mundial suelen ser grandes empresas, aunque en la actualidad no necesariamente ha de contar la empresa con un número determinado número de trabajadores ni tener una Página 128 capacidad económica elevada para poder dirigir sus productos a un mercado mundial. Los trabajadores de las empresas con una amplitud mundial de mercado para sus productos son los que perciben los mayores salarios anuales, tanto en el caso de los hombres como en las mujeres, de igual forma que sucedía cuando analizábamos la ganancia anual en función del tamaño de la empresa, los trabajadores de las grandes empresas eran los que mayores ganancias anuales percibían. Los hombres que trabajan en empresas con esta amplitud de mercado perciben 33.518,86€ anuales y las mujeres 26.379,80€. El incremento salarial anual que experimentan los hombres en función del tipo de mercado al que la empresa donde trabajan dirige los bienes o servicios producidos es del 49,97% mientras que en las mujeres es del 42,15%. Por tanto las mujeres perciben menores salarios anuales y experimentan un menor incremento salarial. Siempre que estudiamos salarios medios anuales y brecha salarial sobre ellos, nos referimos a que se encuentran afectados por una mayor temporalidad en el trabajo que afecta más a las mujeres que a los hombres, dando lugar en general a valores más altos de brechas salariales. Pero si los salarios medios anuales aumentan conforme se amplía el ámbito geográfico al que las empresas dirigen sus productos, la brecha salarial sobre ellos no responde exactamente de la misma forma. Sí registra el menor valor cuando la empresa 60% 40% 25,49%, o europeo con 26,17%. Sin embargo, lejos de aumentar cuando se amplia de nuevo el mercado, la brecha salarial disminuye hasta el 21,30% en aquellas empresas que 16,97% 80% 20% 25,49% 26,17% 21,30% 78,70% trata de un mercado nacional con el 100% 73,83% brecha salarial registrada cuando se 120% 74,51% el 16,97%, muy por debajo de la Gráfico 72: Brecha Salarial sobre ganancia media anual por tipo de mercado de la empresa. 83,03% tiene un mercado local o regional, 0% Mercado local o regional Mercado nacional Mujeres Unión Europea Hombres Mercado mundial Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES- 2010. se encuentran abiertas a un mercado mundial, de la misma forma que sucede con el tamaño de las empresas donde la brecha salarial baja en las grandes empresas. Ya hemos explicado el motivo por el que puede descender la brecha salarial entre Página 129 trabajadores de grandes empresas, que pensamos se encuentra interrelacionada con una amplitud mundial de mercado para sus productos, una mayor objetividad a la hora de valorar la capacidad de las personas trabajadoras, junto con una mayor regulación de los salarios de los trabajadores. Pero la explicación a una brecha salarial entre trabajadores de pequeñas empresas con un mercado local o regional, con unos valores muy por debajo de los registrados en general por brechas salariales sobre la ganancia media anual, puede ser la relación directa que se establece entre trabajadores y empresarios, por la que se establecen menores salarios anules tanto para mujeres como para hombres, dada la escasa capacidad económica de las mismas, y la escasa o nula amplitud de categorías profesionales que pudieran ocupar los hombres o mujeres en sus niveles superiores. 4.3.5.- Convenio colectivo. Los convenios colectivos constituyen una fuente muy particular del derecho laboral, nacen del acuerdo libremente negociado entre representantes de los trabajadores y representantes de la patronal, y a través de ellos se fijan las condiciones que regirán las relaciones laborales contractuales, y obligan a ambas partes con la misma fuerza que una norma dictada por el poder público. En los convenios se concretan las horas anuales que se han de trabajar, los permisos, vacaciones, y entre otros, los salarios, que es la parte que nos interesa a efectos de este trabajo. Estos convenios tienen un ámbito de aplicación sectorial, regulan las relaciones laborales contractuales de un sector de la actividad económica, pero a su vez pueden ser de ámbito estatal, regional, provincial, o de empresa, o grupo de empresas. Cuanto más reducido sea su ámbito geográfico de aplicación, más especificaciones de esta relación laboral contendrá. El orden prioritario de aplicación es el más cercano al ámbito de la empresa en cuestión que tiene que aplicarlo, si hubiese un convenio de empresa, sería esté el aplicado, pero en muchos casos no existe, ni tampoco a nivel provincial, sí es más frecuente la existencia de convenios regionales y por supuesto estatales. La EES-2010, solo recoge datos salariales de los trabajadores en función del ámbito geográfico de aplicación de los convenios colectivos, independientemente del ámbito sectorial al que pertenezcan. De nuevo la EES-2010 no ofrece la ganancia media por hora trabajada en función del tipo de convenio, por lo que se analizarán los salarios Página 130 Ámbito Estatal mujeres. Como puede apreciarse en Mujeres el Gráfico 73, los menores salarios anuales se registran con los Ámbito Inferior Estatal Varones 31.454,76 € 24.047,76 € 5.000 € 0€ temporalidad en el trabajo de las 21.940,91 € encuentran afectados por una mayor € € € € € € 16.300,06 € dicho en numerosas ocasiones, se 35.000 30.000 25.000 20.000 15.000 10.000 25.955,21 € sobre ellos, que como ya hemos Gráfico 73: Ganancia media anual por trabajador, sexo y convenio colectivo. 19.153,62 € medios anuales y la brecha salarial Ámbito Empresa o centro de trabajo Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES- 2010. convenios de ámbito inferior al estatal. En orden ascendente se sitúan los salarios de los trabajadores cuya relación laboral se rige por un convenio de ámbito estatal, para finalmente registrar los mayores salarios anuales con convenio de empresa o centros de trabajos, que son los más cercanos al trabajador. Este orden salarial ascendente en función del tipo de convenio se presenta tanto para el caso de las mujeres como para los hombres, sin que exista ninguna discrepancia de género en dicho orden salarial. Sin embargo, las mujeres perciben menores ganancias anuales, para cualquiera de los diferentes ámbitos de aplicación de los convenios estudiados. El incremento que experimentan los trabajadores varones de ser regulada su relación laboral mediante un convenio de ámbito inferior al estatal, al ser regulada por un convenio de empresa es del 43,36%, mientras que en el caso de las mujeres, el incremento es mayor, del 47,53%. Sin embargo, la brecha salarial más alta corresponde a la registrada entre trabajadores sujetos a un convenio de ámbito estatal, con el 26,21%. A continuación, con una brecha algo inferior están Gráfico 74: Brecha Salarial sobre ganancia media anual por convenio colectivo. 120% 40% 20% 25,71% con el 25,71%. Y 23,55% finalmente, con la menor brecha 76,45% 60% 26,21% 74,29% 80% estatal 73,79% 100% los convenios de ámbito inferior al salarial registrada en función de esta variable se encuentran los 0% Ámbito Estatal Brecha Salarial Ámbito Inferior Estatal Ámbito Empresa o centro de trabajo convenios de empresa, con el 23,55%. Luego cuanto mayor es la Hombres cercanía del ámbito geográfico de Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES- 2010. aplicación del convenio empresa en cuestión que ha de aplicarlo, menor brecha salarial se registra. Página 131 a la 5.- CONCLUSIONES La igualdad de derechos entre hombres y mujeres ya es un valor incuestionable para la sociedad. Sin embargo existe una falta de coherencia entre estos principios y las actitudes concretas que derivan de una convivencia de antiguos esquemas culturales con posiciones más progresistas de la sociedad ante la igualdad de género, que dan origen a una desigualdad entre hombres y mujeres que apenas es percibida por la sociedad. Una de las manifestaciones de esa desigualdad es la observada en el terreno laboral con la brecha salarial, en la que subyace una discriminación por razón de género, inadvertida y escondida, al justificar dicha brecha salarial en distintas trayectorias vitales de hombres y mujeres que determinan diferentes trayectorias laborales, o en diferentes preferencias o elecciones individuales por parte de mujeres y hombres relativas a su carrera profesional. Del análisis cuantitativo de la desigualdad salarial entre hombres y mujeres en España realizado a lo largo de este estudio se desprende que existe una brecha salarial general del 22,55% en las remuneraciones anuales, y del 13,84% en la ganancia por hora trabajada. La brecha salarial sobre las remuneraciones por hora trabajada tiene en cuenta los efectos de la temporalidad en el trabajo que afecta en mayor medida a las mujeres que a los hombres, y resulta más exacta para determinar el alcance de una discriminación salarial por razón de género subyacente en ella. Pero la brecha salarial sobre la ganancia media anual nos indica el grado de las desiguales rentas de las que disponen hombres y mujeres, que determina la capacidad económica de cada sexo. Las características personales, laborales y empresariales de hombres y mujeres condicionan y alteran los valores de estas brechas salariales generales. Del estudio realizado a lo largo de este trabajo se concluye que respecto a las características personales de los trabajadores, los salarios anuales y por hora aumentan con la edad, son mayores en las personas de nacionalidad española, y aumentan conforme aumenta el nivel de estudios, aunque la Formación Profesional rompe esa tendencia salarial ascendente bajando el nivel de las remuneraciones. Página 132 Respecto a la brecha salarial, medida tanto sobre la ganancia media por hora como en la anual: aumenta con la edad, sobre todo a partir de los 35 años; es más elevada entre los nacionales respecto de los trabajadores extranjeros; y en relación al nivel de estudios alcanzados, la brecha salarial sobre la ganancia media por hora trabajada aumenta conforme sube el nivel de estudios alcanzados, incluidos los estudios de tipo profesional, para bajar entre los trabajadores con estudios universitarios, situándose en ellos con valores muy similares a los que presenta la brecha salarial entre los trabajadores sin estudios y con estudios de primaria. Pero sobre la ganancia media anual, la brecha salarial desciende conforme aumenta el nivel educativo, destacando con unos valores superiores de brecha salarial la Formación Profesional y en mayor medida la de Grado Superior, rompiendo una dinámica descendente de la misma. Se observa un incremento de la brecha salarial sobre la ganancia media anual en un tramo de edad de entre los 34 a 54 años, así como una notable bajada de la brecha salarial entre los jóvenes trabajadores con estudios universitarios, cuando las variables estudios y edad se cruzan. En lo que respecta a las características laborales de los trabajadores, las remuneraciones anuales y la ganancia por hora ascienden conforme aumenta la antigüedad de los trabajadores en la misma empresa hasta llegar a los 29 años de antigüedad a partir de la cual se mantienen en valores muy similares. Igualmente ambos salarios son superiores con jornadas a tiempo completo que a tiempo parcial, y con contratos de duración indefinida que con contratos de duración determinada. En los grupos de ocupación la ganancia media anual y por hora aumentan conforme aumenta el nivel educativo requerido para su ocupación, siendo los menores en las ocupaciones elementales y los mayores entre Directores y gerentes, con la excepción de aquellas ocupaciones feminizadas que influyen a la baja sobre los salarios a pesar de requerir similar nivel formativo que otros grupos ocupacionales. Del mismo modo, los salarios medios anuales se incrementan cuando los trabajadores adquieren la responsabilidad que conlleva las tareas de supervisión del personal laboral. La brecha salarial sobre los salarios brutos medios anuales y por hora trabajada disminuye conforme aumentan los años de antigüedad del trabajador en la misma empresa, advirtiéndose un incremento de la brecha salarial sobre la ganancia media por hora entre quienes alcanzan más de 30 años de antigüedad, y un valor de la brecha Página 133 salarial bastante bajo respecto al resto de grupos de antigüedad entre quienes llevan menos de un año trabajado en la misma empresa, ajustándose la brecha salarial a la registrada entre aquellos que tienen una contratación temporal cuya duración suele ser menor de un año. En relación al tipo de jornada, la brecha salarial sobre la ganancia media anual aumenta con jornadas a tiempo completo respeto de las jornadas a tiempo parcial, mientras que sobre la ganancia media por hora aumenta entre los y las trabajadoras a tiempo parcial. Con los contratos de duración indefinida, la brecha salarial sobre la ganancia media anual y por hora aumenta respecto de la registrada con contratos de duración determinada, destacando que con el máximo de temporalidad en el trabajo, con contratos a tiempo parcial y duración determinada, la brecha salarial adquiere valores negativos, superando el salario de las mujeres al de los hombres. En cuanto a la ocupación, la brecha salarial responde en función del tipo de formación exigido para su desempeño y la apertura de estos grupos ocupacionales a diferentes ocupaciones a su vez, y al grado de feminización de las ramas que se integran dentro de esos grupos de ocupación. En general, la brecha salarial sobre los salarios anuales y por hora, va disminuyendo conforme aumenta el nivel de cualificación necesario para el desempeño de cada grupo de ocupación, pero aquellas ocupaciones que requieren de una formación de tipo profesional registran mayor brecha salarial que las que requieren una formación universitaria. También se observa que influyen sobre la brecha salarial al alza cuando los grupos de ocupación se encuentran feminizados y más abiertos a diferentes categorías profesionales dentro del mismo grupo ocupacional. Es destacable por otro lado, que sobre la ganancia media anual, las ocupaciones elementales registran la mayor brecha salarial de todas las ocupaciones, sin embargo registran el menor valor de brecha salarial sobre la ganancia media por hora trabajada. Por último, dentro de estas características laborales muy determinantes de la brecha salarial, se encuentra la responsabilidad del trabajador que desempeña tareas de supervisión del resto del personal de la empresa, influyendo dicha responsabilizad al alza sobre la brecha salarial. En relación a las características de la empresa donde presta sus servicios el trabajador, la remuneración anual más baja para las mujeres se da en el sector Servicios, y en la Construcción para los hombres, siendo el sector de la Industria el que mayores Página 134 salarios medios anuales presenta tanto para hombres como para mujeres. Sin embargo, el sector con la mayor ganancia por hora trabajada es Servicios. En lo que respecta a las diferentes ramas de actividad, las ganancias medias anuales más bajas corresponden a ramas muy feminizadas, mientras que las más altas se registran en ramas o secciones muy masculinizadas. Se observa igualmente que los salarios anuales ascienden cuanto mayor es el nivel formativo requerido para el ejercicio de cada rama o sección. En cuanto al resto de características de la empresa, los salarios anuales de los trabajadores aumentan con el mayor tamaño de la empresa y conforme se amplía el ámbito de mercado para sus productos. Del mismo modo, se aprecia una ganancia media anual superior con un control público de la empresa que con un control privado. Por otro lado, se advierte que cuanto más cercano y reducido es el ámbito de aplicación de un convenio colectivo mayor son los salarios anuales, no obstante los de ámbito estatal registran salarios superiores a los de ámbito inferior a éste. En función de los distintos sectores de actividad, la brecha salarial sobre la ganancia media anual y por hora trabajada es menor en la Construcción, observándose incluso en este mismo sector, una brecha salarial negativa en jornadas a tiempo completo, al cruzar las variables de sector de actividad con tipo de jornada. Pero la mayor brecha salarial sobre la ganancia media anual se da en el sector Servicios, y en la Industria respecto a la ganancia media por hora. Respecto a las ramas de actividad, las secciones feminizadas registran brechas salariales sobre la ganancia anual muy por encima de las que registran la mayoría de las ramas masculinizadas, con la excepción de Educación que aún estando feminizada registra una de las brechas salariales más bajas. Por otro lado, la brecha salarial sobre la ganancia media anual desciende entre los trabajadores de las grandes empresas, y para aquellas que tienen un mercado local o regional para sus productos. Sin embargo, aumenta conforme se amplía el ámbito geográfico de aplicación del convenio regulador, y se dispara con un control privado de la empresa. La brecha salarial entre hombres y mujeres responde a múltiples factores interrelacionados entre sí, no pudiéndose afirmar que es en exclusiva el resultado de prácticas discriminatorias por razón de género, porque hombres y mujeres mantienen pautas laborales diferentes como consecuencia de procesos culturales y de socialización, Página 135 lo que no implica que en la base de esas pautas laborales femeninas no exista una discriminación por razón de género. En mi opinión, las principales causas de la brecha salarial podrían ser, por un lado, las tradiciones y roles de género que establecen los papeles estereotipados de hombres y mujeres en la sociedad, y que se alimentan desde muy pequeños. El hombre tenía el papel de productor económico que sostiene la economía familiar, la mujer el papel prioritario de productora de vida y de bienestar familiar ocupándose del cuidado doméstico y familiar, pese a su aportación económica a la economía familiar al incorporarse al mercado laboral. Estos estereotipos de género son todavía la causa de una menor tasa de actividad en el caso de las mujeres. Estos valores tradicionales influyen en la toma de decisiones de hombres y mujeres, como por ejemplo en la elección de estudios educativos postobligatorios que va a condicionar la futura trayectoria profesional de hombres y mujeres. Por otro lado está el problema de la conciliación de la vida laboral y familiar que surge ante la necesidad de compatibilizar dos esferas tradicionalmente separadas según los papeles estereotipados de hombres y mujeres, la laboral y la familiar. Las mujeres ocupan más tiempo que los hombres a las tareas domésticas y el cuidado de hijos y mayores, luego pueden trabajar menos horas extraordinarias y muy a menudo trabajan a tiempo parcial para poder compaginar ambas responsabilidades, lo que origina una desigualdad salarial. La mayor integración de la mujer en el empleo no se ha traducido automáticamente en un reparto de tareas y responsabilidades familiares entre hombres y mujeres, los hombres no terminan de corresponsabilizarse del ámbito familiar y esto supone una sobrecarga para la mujer trabajadora que evidencia una desigualdad de género en términos de calidad de vida. Así mismo, nos encontramos con una segregación laboral vertical u ocupacional y horizontal o sectorial. Los hombres y mujeres se concentran en ocupaciones y sectores diferentes. Aquellos sectores y ramas de actividad en las que se concentran las mujeres suelen registrar salarios más bajos para ellas, incluso con niveles educativos similares. Del mismo modo que una mayor ocupación femenina implica unos salarios menores para las mujeres, la brecha salarial, también asciende cuando se unen factores como la amplitud de categorías de ocupación, o el tipo de formación. El motivo en general suele ser que las mujeres ocupan puestos más básicos, y a tiempo parcial, en mayor medida Página 136 que los hombres. Esas diferentes preferencias laborales de hombres y mujeres ya se encuentran en la etapa formativa de las personas, en la que chicos y chicas eligen diferentes itinerarios formativos, y si bien responden a decisiones libremente tomadas, se encuentran condicionadas a los estereotipos de género asumidos incluso por ellas mismas. Por otro lado, la mayor dedicación de las mujeres al cuidado doméstico y familiar en el momento de mayor afianzamiento laboral, hace que ellas se dirijan a sectores u ocupaciones que les permitan conciliar esa vida familiar y laboral. Otro posible motivo de la existencia de la brecha salarial podría estar en una infravaloración del trabajo y las capacidades de las mujeres, sobre todo en aquellas ocupaciones y sectores de actividad en que éstas se concentran, lo que se traduce en uno inferiores salarios para ellas. En general, los trabajados que requieren de un esfuerzo físico, que por su capacidad física suelen desempeñar los hombres, son mejor valorados que los realizados mayoritariamente por las mujeres. El motivo de esta infravaloración puede buscarse en la asociación de los trabajos en los que se concentran las mujeres con las tareas desarrolladas en el ámbito doméstico y la concepción de un trabajo femenino complementario al masculino, que era el principal sostén de la economía familiar. En estos motivos de la infravaloración del trabajo femenino subyace como una raíz incrustada en la sociedad una discriminación directa por razón de género que aún sufren las mujeres. Según mi opinión, las prácticas laborales y un sistema salarial que beneficia a los hombres es una de las causas de la brecha salarial. Nuestra organización laboral reclama una dedicación casi absoluta al trabajo para alcanzar el éxito profesional, no siendo esta opción enteramente compatible con la creación y cuidado de una familia. Esto hace que la mujer que decida emprender una exitosa carrera profesional postergue el momento de tener hijos, y la que priorice su vida personal sobre la laboral, le llevará a minorar su tiempo de trabajo para poder compatibilizar ambas parcelas de su vida. Por otro lado, el sistema retributivo de nuestra organización laboral que premia con una mayor retribución las horas extraordinarias, que son trabajadas mayoritariamente por hombres que mantienen una dedicación laboral más en exclusiva; unos pagos extraordinarios como incentivos por rendimiento o complementos salariales como pagos en especie que premian esa dedicación continua y casi exclusiva al trabajo, y que además no están regulados y por tanto están sometidos a valoraciones subjetivas. Estas prácticas Página 137 laborales encierran una discriminación salarial indirecta por razón de género, que no es visible, permaneciendo oculta pero latente en la brecha salarial entre hombres y mujeres. Así mismo, la escasa presencia de las mujeres en puestos de alto nivel, tanto en la dirección de empresas privadas, como en la Administración Pública puede ser otra de las causas de la brecha salarial. Las dificultades que tiene que sortear una mujer para alcanzar estos puestos de alto nivel son superiores a las que se encuentran los hombres, pese al alto nivel educativo que estas adquieren. Los diferentes ciclos vitales de hombres y mujeres, la escasa corresponsabilidad de los hombres en el cuidado familiar y las barreras de roles tradicionales de género, junto con cierto grado de discriminación directa, son factores que dificultan este acceso a puestos directivos incluso en aquellos sectores en las que ellas predominan. En resumen, la brecha salarial es el indicador de una desigualdad entre hombres y mujeres en el terreno laboral, y cuyas múltiples causas le confieren una gran complejidad precisamente por tratarse de un fenómeno multidimensional. Página 138 6.- ANEXO DE TABLAS Tabla 1: Resultados Nacionales de ganancia media anual por trabajador y sexo. Unidades: euros Ambos sexos 22.790,20 Total porcentaje Mujeres 19.735,22 Hombres 25.479,74 Brecha Salarial 22,55% Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES-2010. Tabla 2: Resultados Nacionales de ganancia media por hora, por trabajador y sexo Unidades: euros Ambos sexos 11,06 Total porcentaje Mujeres 10,15 Hombres 11,78 Brecha Salarial 13,84% Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES-2010. Tabla 3: Composición del salario bruto anual. Unidades: euros Ambos sexos Salario bruto 22.790,2 Pagos extraordinarios 2.873,78 Valoración en especie 82,14 Salario ordinario 19.834,28 porcentaje Mujeres 19.735,22 2.390,11 65,49 17.279,62 Hombres Brecha Salarial 25.479,74 22,55% 3.299,58 27,56% 96,79 32,34% 22.083,37 21,75% Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES-2010. Tabla 4: Composición del salario bruto mensual. Unidades: Salario base Complementos salariales Complementos salariales por razón de nocturnidad, turnicidad o trabajo durante el fin de semana Pagos por horas extraordinarias euros porcentaje Ambos sexos 1.131,8 526,32 Mujeres 1.025,72 419,84 Hombres 1.225,2 620,05 Brecha Salarial 16,28% 32,29% 25,47 19,9 30,36 34,45% 10,73 6,37 14,56 56,25% Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el INE. EES-2010. Tabla 5: Resultados Nacionales de ganancia media anual por trabajador, sexo y edad. Unidades: Menos de 25 años De 25 a 34 años De 35 a 44 años De 45 a 54 años 55 y más años Todas las edades euros Ambos sexos 13.154,92 19.772,21 23.732,38 25.818,68 26.162,43 22.790,20 porcentaje Mujeres 11.715,82 17.975,69 20.828,12 21.675,05 21.912,33 19.735,22 Hombres 14.596,44 21.542,06 26.278,00 29.352,84 29.018,26 25.479,74 Brecha Salarial 19,74% 16,56% 20,74% 26,16% 24,49% 22,55% Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística. Tabla 6: Resultados Nacionales de ganancia media por hora, por trabajador, sexo y edad. Unidades: Menos de 25 años De 25 a 34 años De 35 a 44 años De 45 a 54 años 55 y más años Todas las edades euros Ambos sexos 7,3 9,61 11,29 12,28 13,34 11,06 Mujeres 6,94 9,14 10,55 11,08 11,64 10,15 porcentaje Hombres 7,62 10,03 11,87 13,19 14,41 11,78 Brecha Salarial 8,92% 8,87% 11,12% 16,00% 19,22% 13,84% Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística. Página 139 Tabla 7: Resultados Nacionales de ganancia media anual, por trabajador, sexo y nacionalidad Unidades: España Resto mundo Total euros Ambos sexos 23.335,39 16.409,57 22.790,20 porcentaje Mujeres 20.141,15 14.363,75 19.735,22 Varones 26.196,46 17.878,29 25.479,74 Brecha Salarial 23,11% 19,66% 22,55% Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística. Tabla 8: Resultados Nacionales de ganancia media por hora, por trabajador, sexo y nacionalidad Unidades: España Resto mundo Total euros Ambos sexos 11,27 8,48 11,06 porcentaje Mujeres 10,3 8,04 10,15 Varones 12,06 8,77 11,78 Brecha Salarial 14,59% 8,32% 13,84% Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística. Tabla 9: Resultados Nacionales de ganancia media anual, por trabajador, sexo y nivel de estudios. Unidades: euros Ambos sexos 15.479,21 17.064,08 17.727,22 22.691,68 20.385,50 23676,49 29.104,17 35.864,81 22.790,20 Sin estudios Educación primaria Educación secundaria I Educación secundaria II Formación profesional de grado medio Formación profesional de grado superior Diplomados universitarios o equivalente Licenciados, ingenieros superiores y doctores Todos los estudios Mujeres 11.745,91 13.196,75 14.164,75 18.942,82 17.013,92 19.001,54 25.917,31 31.555,71 19.735,22 porcentaje Varones 18.110,06 19.293,66 20.367,58 26.272,38 24.172,58 27.366,93 34.122,12 40.496,47 25.479,74 Brecha Salarial 35,14% 31,60% 30,45% 27,90% 29,61% 30,57% 24,05% 22,08% 22,55% Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística. Tabla 10: Ganancia media por hora, por trabajador, sexo y nivel de estudios. Unidades: I. Sin estudios II. Educación primaria III. Educación secundaria I IV. Educación secundaria II V. Formación profesional de grado medio VI. Formación profesional de grado superior VII. Diplomados universitarios o equivalente VIII. Licenciados, ingenieros superiores y doctores Todos los estudios euros porcentaje Ambos sexos Mujeres Varones 8,02 7,08 8,55 8,55 7,37 9,12 8,77 7,66 9,47 10,93 9,56 12,15 9,92 8,67 11,22 11,03 9,29 12,29 14,01 12,94 15,58 17,1 15,34 18,94 11,06 10,15 11,78 Brecha Salarial 17,19% 19,19% 19,11% 21,32% 22,73% 24,41% 16,94% 19,01% 13,84% Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística. Tabla 11: Brecha Salarial sobre ganancia media anual en función del nivel de estudios y la edad Unidades: porcentaje Menos de 25 años I. Sin estudios II. Educación primaria III. Educación secundaria I IV. Educación secundaria II V. Formación profesional de grado medio VI. Formación profesional de grado superior VII. Diplomados universitarios o equivalente VIII. Licenciados, ingenieros superiores y doctores 22,09% 22,57% 22,60% 21,10% 31,88% 3,56% De 25 a 34 años 31,01% 26,34% 26,05% 24,07% 29,01% 29,74% 15,74% 14,16% 14,22% De 35 a 44 De 45 a 54 años años 32,20% 41,64% 30,23% 37,95% 30,13% 35,17% 28,84% 26,36% 30,81% 32,32% 27,40% 27,70% 26,53% 21,06% 19,82% Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística. Página 140 21,61% 55 y más años 35,31% 30,28% 31,50% 22,36% 19,00% 27,83% 21,16% 18,65% Tabla 12: Resultados Nacionales de ganancia media anual por trabajador, sexo y antigüedad Unidades: euros Ambos sexos 15.373,41 19.043,67 22.663,86 28.576,22 34.127,38 33.393,12 22.790,20 Menos de 1 año De 1 a 3 años De 4 a 10 años De 11 a 20 años De 21 a 29 años 30 y más años Todas porcentaje Mujeres 13.128,26 16.565,58 19.914,07 25.306,24 30.977,66 31.021,29 19.735,22 Hombres 17.362,77 21.637,91 25.173,41 31.109,96 36.180,76 34.840,30 25.479,74 Brecha Salarial 24,39% 23,44% 20,89% 18,66% 14,38% 10,96% 22,55% Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística. Tabla 13: Resultados Nacionales de ganancia media por hora por trabajador, sexo y antigüedad. Unidades: euros Ambos sexos Menos de 1 año De 1 a 3 años De 4 a 10 años De 11 a 20 años De 21 a 29 años 30 y más años Todas 8,4 9,53 10,69 13,12 15,58 16,26 11,06 porcentaje Mujeres 7,92 8,81 9,89 12,19 14,58 14,89 10,15 Hombres 8,76 10,21 11,36 13,78 16,2 17,13 11,78 Brecha Salarial 9,59% 13,71% 12,94% 11,54% 10,00% 13,08% 13,84% Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística. Tabla 14: Resultados Nacionales de ganancia media anual por trabajador, sexo y tipo de jornada. Unidades: euros Ambos sexos 25.944,66 10.379,31 22.790,20 Tiempo completo Tiempo parcial Total porcentaje Mujeres 23.932,01 10.133,18 19.735,22 Varones 27.335,23 10.960,91 25.479,74 Brecha Salarial 12,45% 7,55% 22,55% Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística. Tabla 15: Resultados Nacionales de ganancia media por hora por trabajador, sexo y tipo de jornada. Unidades: Tiempo completo Tiempo parcial Total euros Ambos sexos 11,39 8,64 11,06 porcentaje Mujeres 10,65 8,15 10,15 Varones 11,89 9,97 11,78 Brecha Salarial 10,43% 18,25% 13,84% Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística. Tabla 16: Brecha Salarial sobre ganancia media por hora, por tipo de jornada y edad. Unidades: porcentaje Tiempo completo 11,17% 7,32% 7,18% 11,43% 13,93% 10,43% Menos de 25 años De 25 a 34 años De 35 a 44 años De 45 a 54 años 55 y más años Todas las edades Tiempo parcial 1,66% 7,24% 14,56% 23,81% 43,58% 18,25% Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística. Tabla 17: Brecha Salarial sobre ganancia media por hora, por tipo de jornada y antigüedad. Unidades: porcentaje Tiempo completo Menos de 1 año De 1 a 3 años De 4 a 10 años De 11 a 20 años De 21 a 29 años 30 y más años Todas Tiempo parcial 8,80% 10,86% 10,08% 8,20% 8,42% 12,53% 10,43% Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística. Página 141 5,63% 16,26% 17,73% 32,95% 39,11% 24,45% 18,25% Tabla 18: Resultados Nacionales de ganania media anual por trabajador, sexo y tipo de contrato Unidades: euros Ambos sexos 24.564,70 16.693,71 22.790,20 Duración indefinida Duración determinada Total porcentaje Mujeres 20.987,07 15.553,37 19.735,22 Varones 27.676,84 17.739,80 25.479,74 Brecha Salarial 24,17% 12,32% 22,55% Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística. Tabla 19: Resultados Nacionales de ganancia media por hora por trabajador, sexo y tipo de contrato. Unidades: Duración indefinida Duración determinada Total euros Ambos sexos 11,53 9,21 11,06 porcentaje Mujeres 10,41 9,16 10,15 Varones 12,42 9,25 11,78 Brecha Salarial 16,18% 0,97% 13,84% Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística. Tabla 20: Brecha Salarial sobre ganancia media anual, por tipo de jornada y antigüedad. Unidades: I. Sin estudios II. Educación primaria III. Educación secundaria I IV. Educación secundaria II V. Formación profesional de grado medio VI. Formación profesional de grado superior VII. Diplomados universitarios o equivalente VIII. Licenciados, ingenieros superiores y doctores Todos los estudios porcentaje Contrato Indefinido 37,71% 32,35% 30,66% 28,45% 30,59% 30,53% 25,38% 22,64% 24,17% Contrato Temporal 33,14% 31,09% 29,94% 19,99% 19,98% 21,91% 5,71% 5,67% 12,32% Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística. Tabla 21: Brecha Salarial sobre ganancia media por hora, tipo de contrato y tipo de jornada. Unidades: Tiempo completo Tiempo parcial porcentaje Duración indefinida 13,15% 16,75% Duración determinada -4,92% 21,04% Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística. Tabla 22: Resultados Nacionales de ganancia media anual por trabajador, sexo y ocupación. Unidades: 1. Directores y gerentes 2. Técnicos y profesionales científicos e intelectuales 3. Técnicos, profesionales de apoyo 4. Empleados contables, administrativos y otros empleados de oficina 5. Trabajadores de los servicios de restauración, personales, protección y vendedores 7. Artesanos y trabajadores cualificados de las industrias manufactureras y la construcción (excepto operadores de instalaciones y maquinaria) 8. Operadores de instalaciones y maquinaria, y montadores 9. Ocupaciones elementales Todas las ocupaciones euros porcentaje Ambos sexos 56.602,81 Mujeres 48.552,77 Varones 60.352,41 Brecha Salarial 19,55% 33.171,92 27.914,00 30.221,55 24.353,73 37.191,79 30.564,05 18,74% 20,32% 20.266,87 18.403,45 23.837,41 22,80% 16.305,50 14.171,54 19.930,43 28,89% 21.045,52 16.642,28 21.424,44 22,32% 20.316,76 13.839,75 22.790,20 16.431,86 11.620,67 19.735,22 20.917,51 16.618,43 25.479,74 21,44% 30,07% 22,55% Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística. Página 142 Tabla 23: Resultados Nacionales de ganancia media por hora por trabajador, sexo y ocupación. Unidades: 1. Directores y gerentes 2. Técnicos y profesionales científicos e intelectuales 3. Técnicos, profesionales de apoyo 4. Empleados contables, administrativos y otros empleados de oficina 5. Trabajadores de los servicios de restauración, personales, protección y vendedores 7. Artesanos y trabajadores cualificados de las industrias manufactureras y la construcción (excepto operadores de instalaciones y maquinaria) 8. Operadores de instalaciones y maquinaria, y montadores 9. Ocupaciones elementales Todas las ocupaciones euros Ambos sexos 24,8 porcentaje Mujeres Varones Brecha Salarial 21,49 26,31 18,32% 16,49 12,77 15,39 11,4 17,92 13,75 14,12% 17,09% 9,67 8,95 11,01 18,71% 8,44 7,69 9,58 19,73% 9,55 7,86 9,69 18,89% 9,5 7,55 11,06 7,81 7,06 10,15 9,76 8,04 11,78 19,98% 12,19% 13,84% Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística. Tabla 24: Brecha Salarial sobre ganancia media anual, por nivel de estudios y ocupación. Unidades: Educación Sin Educ. Secundaria estudios Primaria I 1. Directores y gerentes 2. Técnicos y profesionales científicos e intelectuales 3. Técnicos, profesionales de apoyo 4. Empleados contables, administrativos y otros empleados de oficina 5. Trabajadores de los servicios de restauración, personales, protección y vendedores 7. Artesanos y trabajadores cualificados de las industrias manufactureras y la construcción (excepto operadores de instalaciones y maquinaria) 8. Operadores de instalaciones y maquinaria, y montadores 9. Ocupaciones elementales Todas las ocupaciones 32,49% 35,14% porcentaje Educación Secundaria FPGM II Diplomados Universitari os Licenciados y Doctores 30,61% 18,11% 36,80% 36,16% 16,44% 16,67% FPGS 23,94% 19,55% 25,08% 24,36% 23,31% 17,33% 23,80% 18,53% 25,13% 23,21% 22,27% 27,49% 25,05% 23,27% 31,72% 38,12% 25,59% 33,36% 29,75% 24,11% 21,56% 20,21% 20,44% 18,11% 23,88% 20,55% 28,92% 31,60% 18,65% 29,85% 30,45% 25,90% 26,99% 27,90% 24,65% 29,36% 27,81% 26,02% 29,61% 30,57% 24,05% 22,08% Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística. Tabla 25: Resultados Nacionales de ganancia media anual por trabajador, sexo y responsabilidad respecto a las tareas de supervisión de personal. Unidades: Con tareas de supervisión Sin tareas de supervisión Total euros Ambos sexos 33.320,50 20.531,53 22.790,20 Mujeres 28.388,15 18.237,14 19.735,22 porcentaje Varones 36.490,33 22.689,68 25.479,74 Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística. Página 143 Brecha Salarial 22,20% 19,62% 22,55% Tabla 26: Brecha Salarial sobre ganancia media anual, por ocupación y responsabilidad respecto a las tareas de supervisión de personal. Unidades: 1. Directores y gerentes 2. Técnicos y profesionales científicos e intelectuales 3. Técnicos, profesionales de apoyo 4. Empleados contables, administrativos y otros empleados de oficina 5. Trabajadores de los servicios de restauración, personales, protección y vendedores 7. Artesanos y trabajadores cualificados de las industrias manufactureras y la construcción (excepto operadores de instalaciones y maquinaria) 8. Operadores de instalaciones y maquinaria, y montadores 9. Ocupaciones elementales Todas las ocupaciones porcentaje Con tareas de supervisión 20,11% 21,55% 18,98% Sin tareas de supervisión 10,70% 15,33% 18,29% 26,02% 20,53% 28,97% 27,15% 17,13% 22,14% 21,40% 30,11% 19,62% 22,20% Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística. Tabla 27: Resultados Nacionales de ganancia media anual por trabajador, sexo y sectores de actividad. Unidades: Industria Construcción Servicios Todos los sectores de actividad euros Ambos sexos 25.376,58 21.962,13 22.331,91 22.790,20 Mujeres 20.926,07 20.189,84 19.607,32 19.735,22 porcentaje Varones 26.871,48 22.239,83 25.676,99 25.479,74 Brecha Salarial 22,13% 9,22% 23,64% 22,55% Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística. Tabla 28: Resultados Nacionales de ganancia media por hora por trabajador, sexo y sectores de actividad. Unidades: Industria Construcción Servicios Todos los sectores de actividad euros Ambos sexos 11,52 9,83 11,1 11,06 Mujeres 9,74 9,8 10,2 10,15 porcentaje Varones 12,09 9,84 12,11 11,78 Brecha Salarial 19,44% 0,41% 15,77% 13,84% Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística. Tabla 29: Brecha Salarial sobre ganancia media por hora, sector de actividad y tipo de jornada. Unidades: Industria Construcción Servicios Todos los sectores de actividad porcentaje Tiempo completo 17,29% -2,85% 12,74% 10,43% Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística. Página 144 Tiempo parcial 35,85% 22,37% 15,32% 18,25% Tabla 30: Resultados Nacionales de ganancia media anual por trabajador, sexo y rama de actividad. Unidades: I0. Hostelería N0. Actividades administrativas y servicios auxiliares S0. Otros servicios R0. Actividades artísticas, recreativas y de entretenimiento G0. Comercio al por mayor y al por menor, reparación de vehículos de motor y motocicletas L0. Actividades inmobiliarias F0. Construcción C0. Industria manufacturera H0. Transporte y almacenamiento P0. Educación E0. Suministro de agua, actividades de saneamiento, gestión de residuos y descontaminación M0. Actividades profesionales, científicas y técnicas Q0. Actividades sanitarias y de servicios sociales B0. Industrias extractivas O0. Administración Pública y defensa, Seguridad Social obligatoria J0. Información y comunicaciones K0. Actividades financieras y de seguros D0. Suministro de energía eléctrica, gas, vapor y aire acondicionado Todas las actividades euros porcentaje Ambos sexos 14.629,55 Mujeres 12.825,48 Varones 16.891,74 Brecha Salarial 24,07% 15.682,32 16.544,57 12.864,94 14.040,56 19.705,22 21.759,21 34,71% 35,47% 18.044,67 15.131,16 20.345,08 25,63% 19.008,19 19.879,30 21.962,13 24.863,70 22.990,76 21.751,87 15.964,03 17.089,82 20.189,84 20.584,23 20.835,77 20.872,37 22.386,69 23.993,28 22.239,83 26.355,18 23.616,48 23.453,74 28,69% 28,77% 9,22% 21,90% 11,77% 11,01% 24.972,27 25.531,08 26.331,24 28.373,35 20.981,76 21.309,65 24.173,67 24.728,07 26.020,40 30.649,18 33.556,49 28.713,18 19,36% 30,47% 27,96% 13,88% 28.001,68 32.425,68 41.638,70 26.224,16 28.610,13 35.922,39 29.872,45 34.726,99 47.081,23 12,21% 17,61% 23,70% 48.803,35 22.790,20 41.782,57 19.735,22 50.426,25 25.479,74 17,14% 22,55% Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística. Tabla 31: Resultados Nacionales de ganancia media anual por trabajador, sexo y tamaño de la empresa. Unidades: De 1 a 49 De 50 a 199 De 200 y más Total euros Ambos sexos 18.876,95 23.916,98 28.416,55 22.790,20 porcentaje Mujeres 15.775,84 20.105,17 24.814,77 19.735,22 Varones 21.267,27 27.131,89 32.447,63 25.479,74 Brecha Salarial 25,82% 25,90% 23,52% 22,55% Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística. Tabla 32: Resultados Nacionales de ganancia media anual por trabajador, sexo y tipo de control de la empresa. Unidades: Control público de la empresa Control privado de la empresa Total euros Ambos sexos 29.806,57 21.223,92 22.790,20 Mujeres 28.062,42 17.429,49 19.735,22 porcentaje Varones 31.993,60 24.309,91 25.479,74 Brecha Salarial 12,29% 28,30% 22,55% Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística. Tabla 33: Resultados Nacionales de ganancia media anual por trabajador, sexo y tipo de mercado de destino de la producción. Unidades: Mercado local o regional Mercado nacional Unión Europea Mercado mundial Todos los mercados euros Ambos sexos 20.450,00 24.621,61 25.902,12 30.998,62 22.790,20 Mujeres 18.557,21 20.717,91 21.153,49 26.379,80 19.735,22 porcentaje Varones 22.350,33 27.805,39 28.651,45 33.518,86 25.479,74 Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística. Página 145 Brecha Salarial 16,97% 25,49% 26,17% 21,30% 22,55% Tabla 34: Resultados Nacionales de ganancia media anual por trabajador, sexo y forma de regulación de las relaciones laborales. Unidades: euros porcentaje Ambos sexos Mujeres Varones Brecha Salarial Ámbito Estatal 22585,5 19153,62 25955,21 26,21% Ámbito Inferior Estatal 19433,05 16300,06 21940,91 25,71% Ámbito Empresa o centro de trabajo 28320,51 24047,76 31454,76 23,55% Todas 22790,2 19735,22 25479,74 22,55% Fuente: Elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística. Página 146 7.- BIBLIOGRAFÍA. Cabrera Pérez, Luis Alberto. “Mujer, Trabajo y sociedad (1839-1983)”. Ediciones Sinsentido. Madrid, 2005. Calvo Moreno, María; De Cabo Serrano, Gema; Ongil López, Marta y Rodríguez del Barrio, Aurora. Coordinadoras: Sallé Alonso, M. Ángeles y Molpeceres Álvarez, Laura. ENRED Consultoría, S.L. “La brecha salarial: Realidades y desafíos 2009”. Edit. Ministerio de Igualdad. Colección “eme” (economía, mujer, empresa). Capel Martínez, Rosa María. “Mujer obrera y vida cotidiana en España a inicios del siglo XX” en “El Instituto de Reformas Sociales (1903-1924). 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