ELEMENTOS PARA UNA ESTRATEGIA DE ARTICULACION PARA

Anuncio
ALFABETIZANDO EN LA NICARAGUA DEL SIGLO XX1
Yadira Rocha Gutiérrez1
IPADE
Desde que en Nicaragua, desarrollamos la Campaña Nacional de Alfabetización
“Héroes y Mártires de la Revolución” , en la década del 80, nos convencimos que no
basta con hablar de “Alfabetización” a secas, o como comúnmente se ha entendido de
solamente acceso a las “primeras letras”, según la cual, en la concepción tradicional,
estar alfabetizado es “estar en capacidad de leer y escribir enunciados cortos y simples
de la vida cotidiana”; Paulo Freire, entonces asesor de la CNA en Nicaragua, decía muy
claramente: “Mi visión de la alfabetización va más allá del ba, be, bi, bo, bu porque
implica una comprensión crítica de la realidad social, política y económica en la que
está el alfabetizado; la lectura del mundo precede a la lectura de la palabra”.
Hoy la vida cotidiana es más compleja, y con ella los mensajes que las personas deben
interpretar en la ciudad y en el campo requieren codificarse y descodificarse para
resolver problemas elementales de la supervivencia, de la familia, del trabajo, de la
salud, de la participación, de la convivencia social, del ejercicio de la ciudadanía, y los
aprendizajes permanentes involucrados en todos ellos, por tanto la Alfabetización va
más allá de descifrar códigos escritos, va màs allá de un periodo corto o intensivo de
movilización (una campaña o un programa de corto tiempo, unos cuantos días y horas,
una cartilla o un manual), con mínima inversión económica, con ayuda de personal
voluntario y no especializado, y que puede dejarse a acciones esporádicas.
La campaña gubernamental, masiva, intensiva, con amplia movilización social, ha
estado como modalidad paradigmática de las acciones de alfabetización de adultos en
muchos países de América Latina. Estas campañas nacionales se han destacado por su
gran capacidad de movilización social, pero no por su efectividad en términos del
aprendizaje de la lectura y la escritura y de la comprensión e interpretación amplia del
entorno que permita mejorar el mismo. La propia masividad e intensidad de estos
procesos ha llevado a plantearse y lograr metas más bien elementales de alfabetización.
Hoy se reconoce mundialmente que la alfabetización no es una acción puntual ni
solamente una etapa sino un proceso de aprendizaje que se realiza y perfecciona a lo
largo de toda la vida, en la que se requiere construir programas o estrategias para lograr
la educación básica o la satisfacción de necesidades básicas de aprendizaje para todas y
todos los jóvenes y adultos, a como lo declaran los compromisos internacionales de
educación para todos y todas. Alfabetizar en el sentido amplio es asegurar a toda la
población la posibilidad de acceder a la cultura escrita y a una educación básica de
calidad, útil para la vida, para el trabajo, para seguir aprendiendo, para su incorporación
ciudadana plena.
Si Cuba ha logrado ser efectivamente un territorio libre de analfabetismo, no es porque
desarrolla cada cierto tiempo campañas nacionales de alfabetización, sino porque la
educación es una prioridad y como tal asegura en primer lugar estrategias preventivas
que no dan lugar al surgimiento de nuevos analfabetas, sus campos y ciudades los tiene
surcado de escuelas, centros tecnológicos, talleres de artes, oficios, talleres y círculos de
1
Pedagoga, funcionaria del IPADE y enlace del CEAAL en Nicaragua
1
lectura, dos canales de televisión de cobertura nacional que proporcionan programas
educativos todo el día para todos y todas, no solamente para niñez y juventud, estos son
los parámetros que deberían de tenerse en cuenta para declarar territorios libres de
analfabetismo en cualquier parte del mundo.
La alfabetización precisa garantizar la sostenibilidad de la misma mediante la
continuidad del aprendizaje a partir de estrategias que conduzcan a la educación básica
bajo modalidades formales y no formales, si las personas no superan la fase inicial de
alfabetización, está demostrado que vuelve a ser analfabeto/a en poco tiempo, por tanto
la eliminación del analfabetismo no es definitiva. Con menos de la educación básica
completa, es impensable hoy en Nicaragua asegurar una inserción personal y
sociolaboral satisfactoria. La CEPAL señala que en los países latinoamericanos, se
requieren entre 11 y 12 años de educación formal para contar con claras posibilidades
de salir de la pobreza o no caer en ella mediante el acceso a empleos con
remuneraciones o ingresos suficientes.
Los 16 años de gobierno con políticas neoliberales, nunca tuvieron como prioridad a la
educación, las políticas de ajuste estructural que se negociaron con organismos
internacionales sacrificaron siempre y en primer lugar las políticas sociales,
fundamentalmente Educación y salud, la educación se volvió una mercancía màs, el
presupuesto para educación nunca llegó màs allá del 3% del PIB, cuando en los
compromisos internacionales se considera que debe ser un mínimo del 7% del PIB. Esto
generó un incremento de la tasa de analfabetismo en el país hasta un 24% de promedio
nacional en la población mayor de 15 años, según último censo, hasta màs del 50% en
innumerables comunidades rurales del país.
El compromiso de la alfabetización y la educación básica de jóvenes y adultos en los
últimos 16 años estuvo sostenida fundamentalmente por organismos no
gubernamentales quienes han desarrollado una diversidad de experiencias y estrategias,
con variaciones importantes en torno a factores como edad, lenguas, géneros, zonas
(urbano-rural), métodos, medios y tecnologías, también vale destacar el apoyo de la
Cooperación Española que hizo posible revivir en 1996, la alfabetización y la educación
básica de jóvenes y adultos en el Ministerio de Educación y el esfuerzo en los últimos 3
años de una mayoría de alcaldías, en coordinación con la Asociación Carlos Fonseca,
quien impulsa el programa cubano “Yo si puedo”.
Hoy se anuncia una nueva campaña de alfabetización, la que no partirá de CERO como
en 1980, hay una rica experiencia acumulada que nos hace asegurar que no se tratará de
correr solamente tras metas cuantitativas, erradicadoras o universalizadoras, sino de
asegurar pertinencia, calidad y sustentabilidad de los esfuerzos en el mediano y en el
largo plazo, en la perspectiva de asegurar a toda la población el derecho no sólo a la
alfabetización sino al aprendizaje a lo largo de toda la vida.
Queremos pensar que la Campaña de Alfabetización que se relanza a partir del 2007 en
Nicaragua, es parte o una estrategia en la construcción de un Programa Nacional de
Alfabetización y educación básica para jóvenes y adultos, pensado como un proceso
sostenido y con variedad de intervenciones, no únicamente una oferta instrucción sino la
creación de un “ambiente y una cultura letrada” que, entre otras cosas, asegure el acceso
a materiales de lectura así como la posibilidad de escribir creativamente, un programa
que integre y respete la diversidad pero aseguren unidad y coherencia en el plano de los
2
diagnósticos, de los resultados, de los procedimientos de evaluación y acreditación, y la
posibilidad de que las y los educandos puedan transitar entre distintos programas y
sistemas de aprendizaje, programa que articule la alfabetización y educación básica de
adultos con las políticas económicas y sociales y sea capaz de romper el círculo vicioso
pobreza-analfabetismo.
Celebramos en los primeros 100 días del nuevo gobierno, el reposicionamiento en la
agenda educativa nacional de educación de personas jóvenes y adultas (EPJA) y el
incremento de su presupuesto y esperamos que la alfabetización y la educación básica
màs que una acción puntual sea concebida como un proceso de aprendizaje que se
realiza y perfecciona a lo largo de toda la vida, esperamos que se aprenda del pasado, se
recuperen experiencias, saberes, lecciones y se logre tener un Plan Nacional de
Alfabetización/educación básica articulado, inclusivo, coordinado y consensuado que
garantice sostenibilidad y se enmarque en los planes de desarrollo nacional, municipal y
comunitario, en los planes de reducción de la pobreza.
Managua, 15 de mayo del 2007
3
Descargar