San Agustín, Marginal #25 Altos, 65 Infantería, San Juan, PR 00924 787-962-9776 www.secrece.com Educación en el Hogar ¿Qué es la educación en el hogar (homeschooling)? La educación en el hogar es una alternativa educativa en la que los padres y estudiantes toman el control del aprendizaje. El padre asume el derecho constitucional de impartir la educación a sus hijos. Este proceso se desarrolla, en la mayoría de los casos, como un trabajo interactivo entre el padre y el estudiante pues el proceso se adapta a los intereses, fortalezas y debilidades de cada estudiante. Se considera una alternativa educativa, no una competencia al sistema educativo tradicional. Podemos encontrar muchas variantes de la educación en el hogar: La madre o padre que no trabaja fuera del hogar y es la encargada(o) de la mayor parte de la educación impartida a los menores. Ambos padres trabajan fuera del hogar, en diferentes horarios, y se dividen las tareas educativas. Algún familiar (abuela, tíos, etc.), son los encargados de dirigir el proceso educativo. Los padres contratan a un(os) tutor(es) particular(es) que se encarga de todas o algunas de las materias a impartirse. Los padres contratan los servicios de educación a distancia de alguna escuela certificada. ¿Es legal educar en el hogar en Puerto Rico? Sí, lo es. Todo puertorriqueño, ciudadano americano, está protegido por las garantías constitucionales de los Estados Unidos. Por lo tanto, derecho a educar a los hijos en el hogar es un derecho protegido por la Decimocuarta Enmienda (Derecho de Libertad). Si la educación en el hogar está arraigada en principios religiosos y/o morales, también se extiende la garantía constitucional de la Primera Enmienda (Libertad de Culto). El derecho a la educación en el hogar está protegido en Puerto Rico por el artículo II, Sección 5 de nuestra constitución. La educación, a partir de los cinco (5) años de edad, es obligatoria. 3 LPRA sec. 391. Sin embargo, "no se exigirá la asistencia a las escuelas públicas a aquellas que reciban educación en escuelas establecidas bajo auspicios de entidades no gubernamentales". 18 LPRA sec. 2. Entiéndase, por lo tanto, que cada hogar-escuela es una escuela no-gubernamental. La educación en el hogar no requiere notificación al, ni permiso del Departamento de Educación, ni de ninguna otra entidad gubernamental. A pesar de que la educación en el hogar es legal, existe un alto grado de desinformación entre la comunidad puertorriqueña sobre este aspecto. Es muy común el que cuando un padre exprese su deseo de educar en el hogar, en las escuelas le informen que no es legal hacerlo o que para hacerlo deben registrase como escuela en el Departamento de Estado y como resultado muchos padres abandonan la idea de utilizar esta alternativa educativa. Es también muy común el que familias educadoras en el hogar se encuentren con escollos cuando buscan servicios gubernamentales como lo son los servicios del PAN, de Reforma de Salud y/o de Educación Especial. Las personas a cargo de coordinar estos servicios no conocen lo que es la educación en el hogar y las familias se ven envueltas en situaciones embarazosas y a veces desisten de solicitar beneficios a los que tienen derecho. También se conoce de instancias en las que personas bien intencionadas someten una querella al Departamento de la Familia por maltrato pues observan que los menores no asisten a la escuela regular. Al no existir un reconocimiento oficial por parte del gobierno de la educación en el hogar, estos casos se tienen que ver uno a uno y por el crecimiento de miembros en la comunidad, esto es cada vez más difícil. Por tal razón, una gran parte de nuestra comunidad no se opone a que el Gobierno establezca una política pública que reconozca la educación en el hogar como una alternativa educativa viable y legal. ¿Quiénes y cuántos son los educadores en el hogar? Contrario a lo que muchos piensan, los educadores en el hogar no son un grupo homogéneo. Los educadores en el hogar son familias de todos los niveles sociales, familias que utilizan la religión como base de toda su vida y otras que no. Los educadores en el hogar viven en las ciudades y en los pueblos pequeños. Sus núcleos familiares pueden ser tradicionales (papá, mamá e hijos) y pueden ser familias especiales (un solo padre, familia extendida, etc.). En Puerto Rico no existe un registro de educadores en el hogar por lo que no es responsable decir un número exacto. Podemos hacer un estimado a base de las familias que pertenecen a un grupo de apoyo pero debemos tener presente que existen muchas familias que no pertenecen a ningún grupo de apoyo. Se estima que existen unas mil familias educadoras en el hogar en Puerto Rico y a juzgar por el número de familias que asisten a orientaciones sobre el tema, este número crece a pasos agigantados. En los Estados Unidos, se estima que existen 2 millones de menores educadoras en el hogar, o casi un 2% de la población escolar. Este número es estimado pues no todos los educadores en el hogar están obligados a registrarse. Por el número creciente de solicitudes de admisión presentadas a las universidades y el número creciente de aceptaciones a las mismas, se puede constatar que la comunidad de educadores en el hogar está en constante crecimiento. ¿Por qué elijen las familias la educación en el hogar? El número de razones para educar en el hogar es igual al número de familias educadoras en el hogar pero las principales razones que citan los padres en estudios realizados son: Preocupación por el desarrollo de los valores y estilo de vida de sus niños. Desean enseñar y transmitir sus valores filosóficos, culturales, religiosos, tradiciones, creencias y visión particular sobre el mundo. Preocupación por el desarrollo cognitivo de sus niños. Los padres desean que sus hijos alcancen más logros académicos de lo que podrían en una escuela. Desean individualizar el currículo y ambiente de aprendizaje de acuerdo con las fortalezas y necesidades únicas de cada niño. Desean fomentar las relaciones familiares entre padres e hijos y entre hermanos a través de mayor contacto paterno-filial. Desean proveer interacciones sociales guiadas con pares y adultos, minimizando la presión de grupo innecesaria que puede ocurrir en el ambiente escolar. Un mayor número de padres están preocupados por la seguridad de sus hijos, debido a la violencia física, drogas, alcohol y abuso psicológico. ¿Pueden los padres enseñar todo lo que los niños deben aprender? ¿Cómo certifican su trabajo? ¿Quién los supervisa? Cuando nos hacemos estas preguntas partimos de dos premisas erróneas. La primera premisa errónea es que los padres deben ser expertos en todas las materias para educar a sus hijos. El segundo error es pensar que solo existe una forma de enseñar y por lo tanto los padres educadores en el hogar se pueden supervisar. En la educación en el hogar, el padre es más que un maestro, es un facilitador de recursos. Los niños tienen una sed por aprender increíble y siempre desean saber el por qué de los temas más extraños. Desde pequeños, los padres le muestran a sus hijos que el mundo es un salón de clases y que en todos lados encontramos recursos de los que podemos aprender. Cuando pensamos en las destrezas académicas básicas, todos sabemos que la escuela elemental comprende unas destrezas que todos dominamos y que podemos transmitir sin problemas, especialmente con la variedad de materiales disponibles en el para la enseñanza de las mismas. Cuando pensamos en el estudiante que entra en temas más especializados, debemos tener en cuenta que el educador en el hogar no se limita a los innumerables libros de texto disponibles para las distintas materias, sino que busca recursos en la comunidad: bibliotecas, amigos, tutores, profesionales, videos, internet, voluntariado, etc. Los jóvenes son muy capaces de aprender por su cuenta sobre temas que les interesan, además de que el padre educador en el hogar muchas veces aprende junto a su hijo sobre temas que a lo mejor ignoró o se aprendió “por botella” cuando asistió a la escuela. Por otro lado, el suponer que algún maestro certificado debe supervisar a los padres, implica que hay una sola forma de educar a los niños, y que los maestros c e r t i f i c ad o s s o n l o s ú n i c o s q u e l a c o n o c e n . Definitivamente, los maestros han sido adiestrados por muchos años en técnicas pedagógicas y en materias de especialidad. Su profesión es sumamente valiosa e indispensable para el funcionamiento de un salón de clases; sin embargo, la metodología utilizada en un salón tradicional para enseñar a grupos grandes es muy distinta a la utilizada en el ambiente hogareño, donde la relación de enseñanza y el método son individualizados. No hay un solo estudio que haya comparado todos los métodos de enseñanza y que haya comprobado cuál es el más adecuado. Por lo tanto, es imposible evaluar y supervisar la enseñanza en el hogar de forma generalizada. Parte de ésta información fue obtenidad de: The Caribbean Center of Home Education Resources North Area Christian Homeschoolers (NACH)