El educador social y sus características

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El educador social y sus características
Un reto para el desempeño del docente tutor de la microuniversidad pedagógica de la Educación
Técnica Profesional
Autores:
Lic. Milayda González Pérez.
Dr. C. Ibrahim Arnaiz Barrios.
Lic. Zaray Losada López
Lic. Servando García Macías.
Introducción
“Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres”.
Pitágoras (582-500 a.n.e)
En mensaje enviado a los educadores que participaron en el XII Congreso Mundial de Educación
Comparada el Comandante en Jefe de la Revolución Cubana resaltó la significación y trascendencia
que tiene la educación para la humanidad cuando expresó: “No quisiera extenderme. Cuánto lamento,
sin embargo, no poderles transmitir a ustedes, queridos gladiadores por lo más noble y humano que se
ha creado en el mundo, mis sentimientos más íntimos sobre la educación. Y si me exigieran expresar en
muy pocas frases cuáles son algunas de mis ideas en este sentido, después de una larga vida de luchas y
experiencias en este campo, y de haber visto la evolución de nuestro mundo durante casi medio siglo
hasta llegar a la dramática situación de los 6 500 millones de habitantes del planeta, albergo la más
absoluta convicción de que solo la educación podrá salvar nuestra especie” (Castro, 2004, p. 1).
A partir del criterio que la educación permite perfeccionar al ser humano y a la sociedad, Cuba proyecta
una revolución educacional sin precedente en la historia, con el objetivo de lograr una cultura general
integral de toda la población, donde exista igualdad de posibilidades y oportunidades, para garantizar
una mayor equidad social y aspirar a que sea uno de los países más cultos del mundo.
A pesar del elevado nivel alcanzado por el Sistema Nacional de Educación puesto de manifiesto en los
resultados positivos constatados por la UNESCO, para lograr la aspiración anterior, es necesario elevar
aún más la calidad de la educación y convertir las instituciones educacionales en verdaderos centros
promotores culturales. Ello justifica que actualmente todas las educaciones se encuentren inmersas en
profundas transformaciones.
En los contextos actuales de la educación cubana “el educador, quien desempeña y desempeñará
siempre el papel principal (...), es cada vez más un preceptor, un mentor que se ocupa, desde luego, de la
dirección del aprendizaje, pero sin perder de vista su misión principal que es llegar al corazón de cada
uno de sus alumnos, conocerlos a fondo, dominar y compartir sus problemas, saber las particularidades
y complejidades familiares, para contribuir a hacer de ellos hombres y mujeres de bien, que, como nos
enseñara Martí, tengan fe en el mejoramiento humano y en la utilidad de la virtud”(Gómez, 2005,p.6).
Teniendo en cuenta lo anteriormente referido hoy cada docente tiene la indelegable función de
contribuir a la educación de un reducido número de alumnos. Para que los profesores puedan lograrlo
con efectividad necesitan de una formación que los haga competentes para ello y los convierta en
verdaderos educadores sociales. En el contexto de la educación cubana actual adquiere singular
significación el educador social, al que se aspira que se conviertan nuestros docentes tutores. La
investigación que se presenta pretende aportar a la solución del problema científico siguiente: ¿Cómo
contribuir al perfeccionamiento del desempeño como educadores sociales de los docentes tutores?
El objetivo es revelar dimensiones e indicadores para el desempeño del docente tutor como educador
social.
Los métodos y técnicas de investigación utilizados fueron: hipotético deductivo, la observación, estudio
de casos, cuestionarios, encuestas y entrevistas.
Los resultados que se presentan en este material forman parte de una tesis de doctorado que se está
desarrollando en el Instituto, la cual responde al proyecto V: Perfeccionamiento de la Educación
Técnica y Profesional en la provincia Ciego de Ávila. Perteneciente a la Facultad Ciencias Técnicas del
ISP “Manuel Ascunce Domenech”.
Desarrollo
“No hay más que un camino para el progreso en la educación, como en todas las cosas humanas, y es el
de la ciencia guiada por el amor. Sin ciencia, el amor es impotente; sin amor, la ciencia es destructiva.”
Bertrand Russell.
FUNDAMENTOS TEÓRICOS DEL EDUCADOR SOCIAL
Diversos especialistas han conceptualizado el término educación como fenómeno social. Una de las
definiciones más revolucionarias y humanistas de los últimos tiempo es ofrecida por el presidente de
Cuba, Dr. Fidel Castro Ruz, cuando expresa: “Educar es sembrar valores, es desarrollar una ética, una
actitud ante la vida. Educar es sembrar sentimientos. Educar es buscar todo lo bueno que pueda estar en
el alma de un ser humano, cuyo desarrollo es una lucha de contrarios, tendencias instintivas al egoísmo
y a otras actitudes que han de ser contrarrestadas y no pueden ser contrarrestadas por la conciencia”
(Castro, 2001. p. 35)
En los tiempos de la información y el conocimiento que vive el mundo hoy, la educación emerge
como uno de los recursos estratégicos vitales para los procesos de desarrollo económico y social que
inician el nuevo siglo. Es esencial para proveer al sujeto de un conjunto de saberes que lo hagan estar
a tono con la sociedad, donde se impone día a día el desarrollo y el crecimiento personal y profesional.
La educación, como fenómeno social, es vital en el proceso de formación de los recursos humanos
necesarios para la humanidad.
En el proceso antes referido desempeñan un rol fundamental los denominados “educadores sociales”.
Según la literatura, este término tiene diferentes acepciones, pero como idea preliminar se consideran
educadores sociales a profesionales, no necesariamente de la educación, que a partir de sus
conocimientos, hábitos, habilidades y capacidades tienen una actuación en la sociedad que contribuye a
la educación de los seres humanos.
Tomando como premisa que la educación es un fenómeno social y que es tarea de todos, varios
profesionales de diferentes ramas y sectores cumplen funciones, de manera consciente o inconsciente,
como educadores sociales. Esto ocurre mediante su participación, actuación y ejemplaridad en reuniones
y otras actividades de sus colectivos laborales, de las organizaciones sociales y comunitarias y las
sindicales. El conocimiento de las características de un educador social puede ayudar a que este
proceder se realice de una manera más consciente.
Si bien la inmensa mayoría de los profesionales deben ser educadores sociales, todos los profesionales
de la educación, sin excepción, deben ser los educadores sociales más eficientes en cada lugar donde se
desempeñen como docentes, tutores y como ciudadanos.
En cualquier zona residencial, barrio, ciudad o país se pueden identificar a profesionales, no
necesariamente de la educación, que tienen una profunda fe en el ser humano, en su mejoramiento
espiritual, en su poder creador y transformador de la realidad y de sí mismo y que con su actuación y
ejemplo, de manera consciente o no, contribuyen al desarrollo de la auto-estima, auto-conocimiento, al
poder de comunicación, reflexión, conciencia crítica y auto-crítica, de un conjunto de personas con las
cuales se relaciona en ciertas actividades, utilizando variadas formas y medios. Estas personas pueden
ser consideradas educadores sociales aunque su función profesional principal no sea precisamente esa.
El educador social desarrolla su labor profesional en contextos muy diversos dando respuesta a las
demandas de acceso a la cultura, al bienestar y de participación en la vida social de amplios colectivos
de población.
En la literatura se encuentran diferentes acepciones del término “educador social”. Antes de crearse una
titulación específica de educador social, a los profesionales que realizaban este trabajo se les conocía
como educadores especializados, animadores socioculturales o educadores en el tiempo libre. Su trabajo
tiene dos vertientes muy marcadas: la formativa, y la asistencial y de atención a las personas.
Por un lado, existen definiciones que se construyen acentuando la especialización del educador social
según los ámbitos de trabajo o las personas a las que se dirige: educación de personas adultas, acción
socioeducativa, educación no formal. Por otro lado, el criterio orientador remite a los fines que se
persiguen con la actuación social y educativa, como ejemplos: educación social como didáctica de lo
social, socialización, adquisición de competencias sociales, formación política del ciudadano. (Sáez,
1993), (Mata, 1998), (Petrus, 2000), (Ayerbe, 2000), (de Oña, 2005)
Para Sáez Carreras "[...] el educador social es un profesional que interviene y es protagonista de la
acción social conducente a modificar determinadas situaciones personales y sociales a través de
estrategias educativas." (Sáez, 1993, p. 183). Este autor no limita el concepto de educador social al
profesional de la educación pero lo restringe a un profesional específico para la educación social. Su
definición acentúa la especialización del educador social.
También en la dirección anterior, pero añadiendo la función principal de un sociólogo se define al
educador social como ”la persona capacitada para realizar una doble labor: por un lado elabora una
crítica y una transformación al propio valor educativo de la sociedad y sus elementos, y por otro
interviene con sujetos y/o comunidades de sujetos a los que ayuda a potenciar sus factores personales de
desarrollo, capacitándolos socialmente: autoestima, autoconocimiento, habilidades sociales, conciencia
crítica, etc. a fin de facilitar las condiciones objetivas de la persona con su medio.” (de Oña, 2005, p.1).
Para este autor el educador social es el que facilita el bienestar del sujeto, entendiendo este bienestar
como tener satisfechas sus necesidades sociales y educativas básicas y tener, a su vez, la posibilidad de
desarrollar sus propias capacidades personales, participando crítica y activamente en la sociedad en la
que vive. El educador social es el mediador entre el educando, la sociedad y la cultura.
Otro investigador define al educador social como "un profesional de la educación que interviene en dos
dimensiones: situaciones personales y situaciones sociales [...] el educador social es un agente de
cambio social y un dinamizador de grupos sociales a través de la acción educativa." (Mata, 1998, p. 48).
Este autor limita el concepto de educador social solo al profesional de la educación. Una posición
análoga se asume cuando se expresa que la profesión de los educadores y otros profesionales de la
educación es "[...] un servicio social que atiende a necesidades sociales y, por lo tanto, desempeña una
función social. […] Es un profesional de la acción social que interviene en diversas situaciones
priorizando en sus procesos de intervención perspectivas, sobre todo, pedagógicas." (Ayerbe, 2000, p.
95).
Cinco años posteriores a la definición expresada por Eyerbe ,en el 1er Congreso de la Asociación
Internacional de Educadores celebrado en Montevideo se declara de manera explícita que el educador
simboliza la justicia social y es imprescindible que el educador tenga una profunda fe en el hombre, en
su poder creador y transformador de la realidad. El educador debe hacerse un compañero de los
educandos. De manera particular se ofrece una caracterización de educador social circunscrita al
profesional de la educación cuando se expresa que: “el educador social, debe ser capaz y ser capacitado,
al desarrollo de proyectos, debe tener una formación al desarrollo sustentable de emprendimientos y
micro-emprendimientos, una sólida base en ecología y protección del medio ambiente, una cultura
sociológica general y una capacitación de educador en psicología y pedagogía.” (Pérez, 2005, p. 5)
En las acepciones anteriores del término “educador social”, en unos casos se le imprime un carácter
especializado, profesionales que se dedican fundamentalmente a esa labor, y en otros se limita esta
función solo a los profesionales de la educación. Los autores defienden la concepción de que cualquier
profesional (educadores, sociólogos, médicos, ingenieros, trabajadores sociales, etc.) pueden ser
educadores sociales si cumplen las características esenciales que identifican al referido concepto.
Al ser la educación un fenómeno social resulta evidente que si un profesional no especializado tiene que
ser un educador social ese es el profesional de la educación. Para potenciarlo en el proceso de su
formación se precisa revelar las características esenciales de un educador social. Este debe perfilar su
rol, sus funciones y su lugar en sistema. Debe ser un educador capaz de pensar globalmente y actuar
localmente. El educador social debe encontrar su lugar en el mundo y su espacio profesional.
El educador, partiendo de su ejemplaridad, debe trabajar para que los más altos valores morales
iluminen y dirijan la conciencia integral de los sujetos hasta elevarlos a la categoría de personalidades.
Sobre el prestigio moral del profesional de la educación Fidel Castro expresó: “Las verdaderas
convicciones del hombre se manifiestan cuando sus puntos de vista coinciden con su modo de vida. En
ello estamos en el deber de ser muy cuidadosos, la vinculación de la palabra con la acción, de las
convicciones con la conducta son la base del prestigio moral del educador” (Castro, 1981, p. 2)
Para ser consecuentes con lo anteriormente expresado debe lograrse que la moral del profesional de la
educación se manifieste en su vida diaria. El docente debe manifestar normas de conducta adecuadas
para el ejercicio de su profesión, debe mostrar una actitud positiva y ejemplar ante el trabajo que realiza,
ante los alumnos, la familia y ante la sociedad, que lo hagan acreedor de un elevado prestigio moral.
A juicio de los autores una de las definiciones más completas del término analizado expresa que “el
educador social se caracteriza por poseer una personalidad ejemplar por su conducta social, ser un
excelente comunicador y tener la capacidad de ejercer influencia sobre los individuos y la sociedad. Esto
es lo que lo distingue de los demás. Cada uno de sus actos se convierte en una lección mayor que puede
ser objeto de aprendizaje; sus enseñanzas se corresponden con los intereses y aspiraciones de las
grandes mayorías, lo que lo convierten en un verdadero movilizador educativo del pueblo.” (Buenacilla,
2002, p. 1)
Este autor revela las características o rasgos esenciales de un educador social:
1. Poseer una personalidad ejemplar determinada por su conducta social que se manifiesta en una
férrea voluntad.
2. Su actitud se corresponde con los intereses y aspiraciones de la gran mayoría.
3. Es un excelente comunicador, cuya excelsitud proviene de la amplitud y profundidad de sus
mensajes y de la capacidad que tiene para comunicarse y hacerse entender con personas de diferentes
estratos sociales.
4. La permanencia de sus mensajes radica en que han tenido repercusión en su momento histórico y
además que se proyectan al futuro con anticipación que muestran la tenencia del desarrollo social.
5. El educador aspira a educar a sus semejantes incitándolos a la participación en diferentes tareas que
emanan de las necesidades e intereses del pueblo porque considera que sin participación no hay
educación.
6. Se propone despertar conciencias, desatar las fuerzas internas de sus semejantes, impulsar el alma
ajena para que se encuentre a sí misma, elevar el nivel de comprensión y actuación honesta de la
comunidad.
7. Sus convicciones se manifiestan en un constante esfuerzo por llevar a la práctica sus ideas, que
parten de una necesidad interior que lo incita hacia la formación de los hombres.
8. El educador social está poseído por el amor a los valores espirituales, su labor tiene una función
esencialmente ética .( Buenavilla, 2002)
Se considera que la característica cuatro es muy exigente y limita la extensión del concepto, razón por la
que es pertinente utilizar el término “educador social excepcional” para el profesional que cumple los
ocho requisitos y de educador social para el que cumple todos excepto el cuarto.
La utilización del concepto anterior permite identificar como educadores sociales a diferentes
personalidades: dirigentes políticos, sindicales, del movimiento estudiantil, personalidades del campo
artístico y cultural, científicos, maestros, pedagogos y otros profesionales de la comunidad, siempre que
tales sujetos reúnan las características incluidas en el concepto. Estudios realizados permitieron
identificar como educadores sociales excepcionales al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz y al
Guerrillero Heroico Ernesto Che Guevara. (Buenavilla, 2002).
Nadie duda que en Cuba sean numerosos los profesionales de la educación que se desempeñan
inconscientemente como educadores sociales y que existen otros en formación o en ejercicio que les
falte algunas de las características o rasgos. Ello puede obedecer al no dominio del contenido del
concepto y consecuentemente a la ausencia de aspiraciones para alcanzar la condición de educador
social, pues no se realiza un trabajo sistemático y suficientemente profundo desde la formación del
profesional de la educación hasta su desempeño como tutor, entre otras razones por falta de
información, debate y discusión sobre esta importante problemática.
EL DOCENTE TUTOR EN LA FORMACIÓN DEL PROFESIONAL DE LA EDUCACIÓN.
En diferentes partes del mundo el tutor es identificado como un paradigma de la educación (José J.
Villegas Grijalva de Costa Rica, 1998); Armando Alcántara Santuario de México, (1990) considera que
es un profesional que se ajusta a los requerimientos exigidos por el régimen tutoral y que ha recibido un
entrenamiento para realizar con propiedad su rol; Julio C. Quero García (Venezuela, 1992) define al
tutor como el profesional que adquiere formalmente un compromiso frente a una institución y para el
tutorado.
En Cuba, 1992 María Yeseurt y Antonio Justiniani Miranda definen al tutor como un asesor. Torres tres
años después plantea que el tutor es un profesor previamente preparado en tutoría, dedicado a un grupo
reducido de alumnos. Mercedes Martínez Quijano y Julia Añorga Morales (Cuba, 1998) expresan que el
tutor es aquel profesional en el cual se negocia la formación y el mejoramiento profesional y humano de
los individuos de acuerdo a los intereses sociales e individuales.
En las condiciones actuales de la educación en Cuba, a partir del proceso de universalización iniciado
en el 2001, el tutor es el docente que se encuentra en contacto directo y sistemático con el estudiante y
lo atiende durante toda su carrera. Por tanto debe ser portador de los mejores valores y cualidades que lo
caractericen como ejemplo a imitar por sus estudiantes en todos los ámbitos de su vida política, social y
profesional.
El tutor al asumir su responsabilidad contrae determinados deberes con el docente en formación (García,
2002), tales como:
• Lograr una sólida formación patriótica y ciudadana en el futuro egresado.
• La solución de insuficiencias culturales y dominio del contenido de los programas escolares y las
características de los alumnos del nivel para el cual se forman.
• El reforzamiento de la preparación metodológica, pedagógica, psicológica y sociológica.
• Propiciar, estimular y mantener el amor por la profesión del practicante, a partir del reforzamiento
de la motivación profesional.
• Preparar, formar y convertir los practicantes en maestros y profesores que no solo instruyan, sino
que eduquen.
• Compartir y demostrar al practicante los modos de actuación pedagógicos, profesionales y humanos
en todas las actividades de la escuela.
• Controlar la asistencia y puntualidad a todas las actividades del centro de práctica laboral y a la sede
universitaria.
• Elaborar de conjunto con la dirección de la escuela, el departamento o ciclo y el maestro en
formación el plan de trabajo mensual de este último.
• Trabajar por convertirse en su guía científico para el trabajo científico estudiantil.
• Participar en el seguimiento y evaluación de la trayectoria de los practicantes asignados durante la
carrera, evaluando sistemáticamente el desempeño profesional del practicante y aportar criterios
evaluativos a los profesores de las asignaturas del módulo que recibe.
• Poseer un diagnóstico y caracterización efectivos de los practicantes, y enriquecerlo
constantemente, de forma tal que pueda orientar mejor su labor para ayudarlos a resolver las principales
deficiencias y ponerlos en posibilidad de continuar los estudios de la carrera.
• Superarse sistemáticamente para cumplir con calidad sus funciones como tutor, lo que implica,
además la participación sistemática del mismo en actividades metodológicas con los profesores adjuntos
del ISP en las Sedes universitarias.
En resumen, el tutor está llamado a convertirse en educador social, de modo que con su acción y
ejemplo personal contribuya a formar valores culturales y éticos en los estudiantes.
En la formación permanente del profesional de educación y en especial de los tutores de las
microuniversidades de la ETP es necesario tener en cuenta las características del educador social, para
que puedan desempeñarse como los educadores que exige y necesita la sociedad.
La escuela es una institución social que por derecho está llena de educadores sociales por tanto los
primeros que deben lograr esta aspiración son los tutores, pues desde su desempeño influyen en el
profesional de la educación que se está formando.
Para que el docente tutor se apropie de las características de un educador social y actúe
consecuentemente, debe tener presente en su accionar las siguientes dimensiones e indicadores:
I. Dimensión relacionada con el conocimiento de las características o rasgos esenciales de un
educador social.
1. Dominio del concepto de educador social.
2. Dominio de las características de un educador social.
3. Dominio de posibles acciones a incluir en la estrategia docente educativa del grupo para
sistematizar consciente y planificadamente las características de un educador social
II. Dimensión relacionada con el desarrollo de habilidades del tutor para aplicar en su labor los
conocimientos de las características o rasgos esenciales de un educador social.
1. Diagnosticar el desarrollo de las características de un educador social en sus alumnos.
2. Pronosticar el posible desarrollo a alcanzar en una etapa en las referidas características de un
educador social.
3. Concebir en la estrategia docente-educativa el diseño y ejecución de acciones para sistematizar el
contenido de las características de un educador social.
4. Elaborar instrumentos y procesar los resultados para medir el impacto de la estrategia elaborada
según las características de un educador social.
III. Dimensión relacionada con lo motivacional, afectivo y actitudinal del tutor para la
adquisición de conocimientos y el desarrollo de habilidades para ser un educador social.
1. Motivación por el estudio de las características de un educador social.
2. Disposición para el aprendizaje del contenido de las características de un educador social.
3. Consagración al estudio del contenido de las características de un educador social.
4. Creatividad en la búsqueda y asimilación de acciones para concretar el contenido de un educado0r
social.
5. Independencia en la búsqueda y asimilación de acciones para concretar el contenido.
UN ACERCAMIENTO A LA ACTUACIÓN DE ALGUNOS TUTORES. RESULTADOS.
En Cuba, y en especial en la Educación Técnica y Profesional (ETP) juega un papel importante la
labor social de los docentes tutores, crucial en la preparación de las nuevas generaciones.
En el diagnóstico realizado en el año 2005 al iniciar la investigación, en una muestra de 17 tutores
pertenecientes a las microuniversidades Iselín Arencibia Buchillón del municipio Chambas (11) y
Ricardo Pérez Alemán del municipio Baragua (6) , se constató que las insuficiencias que se
manifestaban respeto a lo que se necesita para ser un educador social son las siguientes: el tutor no
posee conocimiento de las características o rasgos esenciales de un educador social (100%); de hecho no
posee habilidades para aplicar en su labor los conocimientos de las características de un educador
social; 14 de los tutores muestreados que representan un 82,3% manifiestan estar motivados para la
adquisición de conocimientos y el desarrollo de habilidades para ser un educador social.
Como se aprecia las insuficiencias están marcadas en el conocimiento, para poder actuar
consecuentemente como un educador social.
Los autores determinaron que una vía para solucionar el reto al que están llamados los tutores es, que los
mismos se transformen y trabajen consecuentemente con las características de un educador social. Para
esto se proponen desarrollar talleres con los docentes, a partir del diagnóstico, sobre la concepción de las
características de un educador social así como desarrollar talleres con los estudiantes en formación para
diseñar actividades donde se logren aplicar estos conocimientos ; establecer un sistema de trabajo y de
superación para la preparación del colectivo pedagógico; reuniones metodológicas en forma de
entrenamientos sobre la manera de conducir la formación y desarrollo de las características de un
educador social; establecimiento un sistema de evaluación en el que se valore el nivel de desarrollo
alcanzado por los docentes tutores y los estudiantes en formación incluyendo criterios de
autoevaluación y coevaluación; creación de espacios en los que se pongan de manifiesto el desarrollo
de las características de un educado social.
Al analizar el impacto de la aplicación de las características de un educador social en la transformación
del tutor de la microuniversidad pedagógica de la Educación Técnica y Profesional (junio 2006) , se
observan avances, en cuanto a la cultura y el conocimiento en los tutores sobre esta problemática y por
tanto se revertió la situación inicial del no conocimiento de las características de un educador social y
las habilidades para aplicar en su labor; se logró en la muestra estudiada que el 88,2% (15) de los
docentes tutores manifiesta poseer conocimientos de las características o rasgos esenciales de un
educador social. En las habilidades para aplicar en su labor los conocimientos de las características de
un educador social se logró un 58,8% (10). El 88,2% de los tutores muestreados manifiestan estar
motivados para la adquisición de conocimientos y el desarrollo de habilidades para ser un educador
social. Se elevaron los niveles de preparación del colectivo de tutores que atiende a los estudiantes en
formación de la ETP.
Conclusiones
• Existe una figura en la sociedad que es el educador social.
•
Si alguien debe ser un educador social es el profesional tutor de la educación.
• Es importante para el accionar del tutor de la Educación Técnica y Profesional el conocimiento sobre
las características del educador social.
• La formación del tutor como educador social a partir de sus características, necesita de la aplicación
de un sistema de trabajo metodológico, de superación e investigación que en integración con el trabajo
docente permita lograr resultados satisfactorios, constatándose en su desempeño en la microuniversidad
pedagógica de la Educación Técnica y Profesional.
• Los resultados revelados muestran hasta la fecha la aplicación de las características del educador
social en la transformación del tutor de la microuniversidad pedagógica de la Educación Técnica y
Profesional.
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