Oración con educadores concepcionistas

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Oración en el Oratorio de M. Carmen
Sólo dos palabras (que debe vivir todo educador)
1ª.- ESCUCHAR
CARTA ABIERTA DE M. CARMEN A UNOS
EDUCADORES CONCEPCIONISTAS:
"La paz del Señor sea con vosotros.
Hace tiempo que tenía pensado dirigiros unas
letras, y hoy que os disponéis a comenzar una nueva etapa en vuestra misión de
educadores concepcionistas: la de animación y estímulo a las comunidades educativas,
con la asistencia y la ayuda de Dios, lo voy a hacer. En primer lugar os digo que siendo
este ejercicio de la enseñanza el fundamento de la Congregación, debe ser tenido en
singular recomendación por todos los llamados a ella, de tal manera que jamás se
omita, sino que vaya cada día en aumento.
Me ha gustado siempre comparar la misión de educar con el cultivo de un
huerto. Y lo primero que os digo es que consideréis que el Señor ha bendecido, ha
cercado este huerto. A nosotros se nos pide vigilancia en la guarda de esta cerca para
que en ella no penetre el enemigo abriendo algún Portillo; cultivemos con afán y
laboriosidad este sagrado recinto. No olvidéis que el guarda de esta cerca es la
observancia fiel de nuestros compromisos.
Una vez ya en el recinto, tratamos de embellecer y adornar el interior; los niños
son como tiernas y delicadas flores que el Señor nos ha confiado a su cuidado. Cual
solícito jardinero, velemos día y noche por ellos; sean nuestra ocupación cotidiana, el
objeto de nuestros desvelos y de nuestros más tiernos cuidados; alimentadlos en todo
momento con sanas lecciones y provechosos consejos, infiltrándolos el aroma de la
virtud y la honradez; arranquemos con prudencia y tino las malas hierbas que son las
pasiones que a veces ponen en peligro su vida.
Recordemos que la instrucción sola no basta: es necesario entrar en el corazón
de los niños para ganarlos su amor y llevarlos a Dios que es donde está el verdadero
amor. Cuando estéis con los niños no os preocupéis ni hagáis nada mas que atenderles
y formarles, y dad siempre buen ejemplo, porque más se consigue con el ejemplo que
con las palabras.
Ya sé que no es fácil esta tarea de educar, como no lo es el de cultivar el jardín
mas, pensad que el jardinero no siempre tiene los elementos necesarios para el cultivo,
pero nosotros somos más dichosos porque en medio de nuestro recinto se ostenta
alegre, hermosa, inundada de luz celestial, poderosa, sabia e inmaculada,
brindándonos con sus graciosas sonrisas, nuestra Madre Inmaculada. Levantemos a
Ella con frecuencia la vista, mientras cultivamos nuestro jardín, que Ella nos dará
virtud y Ella nos dará poder para ir formando estas flores a Imagen suya.
Hoy os pido que os ocupéis y preocupéis de preparar buenos jardineros. Buscad
la forma de motivarlos para que seamos aljibes que se llenan cada día por el estudio y
la oración, de ciencia y virtud, para después repartirlas.
Y termino pidiéndoos que seáis felices en la misión, ya que somos depositarios y
encargados de lo que Dios más ama en el mundo que es la niñez y juventud, ellos son
como un pedacito de cielo en la tierra, aunque con sus travesuras nos vayan labrando a
nosotros también el Cielo. Debemos ser felices en nuestra en misión al poder ir
llenando los hogares de jóvenes virtuosos, los pueblos y ciudades de honrados
ciudadanos y el Cielo de felices moradores.
Ya que conocemos los grandes designios que Dios tiene sobre nosotros,
esforcémonos para hacernos dignos y aptos para llevarlos a glorioso remate y un
medio imprescindible es la formación, la motivación, el estímulo constante de los
educadores. Seamos solícitos jardineros, el amor a las flores que se os han
encomendado os impulsará a preparar buenos jardineros que las cuiden con mimo;
seamos fervorosos en la oración: canal por donde desciende la gracia que fortalece y
fortifica el alma. Seamos humildes, que Dios pone su sabiduría y poder en manos del
que de sí mismo desconfía, seamos obedientes porque Dios no abandona nunca a los
que en El confían. Y digamos y repitamos sin cesar con nuestra Inmaculada Madre:
"Nuestras almas engrandecen y alaban al Señor, porque miró la humildad de sus
siervos y ha hecho cosas grandes en ellos".
Yo por mi parte, ya que a todos os bendice Dios, también os bendigo: Vuestra
hermana que tanto os quiere:
Carmen Sallés
Y... 2ª ORAR
Sí. Recemos por nuestros alumnos, y por nosotros mismos: por lo que de niño,
de adolescente y joven llevamos cada uno:
PADRE NUESTRO DE LOS EDUCADORES CONCEPCIONISTAS:
Padre Nuestro,
que estás en el interior de nuestros alumnos, como nos decía M. Carmen:
Ayúdanos a entrar en el corazón de los niños para encontrarnos allí contigo.
Santificado sea tu Nombre;
y que lo santifiquemos en cada una de nuestras clases,
en los pasillos, los recreos, en la formación de los educadores, en toda nuestra misión
educativa.
Venga a nosotros tu Reino:
el Reino de paz, de amor, de justicia salvadora, de reconciliación...
y que lo hagamos presente con nuestra vocación de educar.
Hágase tu Voluntad,
en toda nuestra vida;
y que sea tu voluntad lo único importante que siempre busquemos.
Padre Nuestro,
que en la tierra de cada uno de nuestros Centros educativos y lugares de misión
te amemos, te alabemos, te adoremos,
como lo hacen los santos en el Cielo.
Danos hoy el pan cotidiano,
el pan que tenemos que repartir entre niños y jóvenes:
el pan de tu Palabra del que nos tenemos que alimentar para poder multiplicarnos
después.
Padre nuestro, perdona nuestros fallos,
nuestros miedos ante “lo nuevo” y nuestros cansancios por “lo de siempre”
danos un corazón grande para abrir nuevos caminos en la Misión Compartida
y servir así mejor a la misión educativa concepcionista.
Padre nuestro, no nos dejes caer en tentación:
Del miedo y de la comodidad,
de caminar solos en esta misión que nos has encomendado.
Danos el coraje, la valentía, el profetismo de nuestra M. Fundadora
para abrir nuevos caminos al Espíritu y “hacer nuevas todas las cosas”
Y no nos dejes caer en el mal
de la desunión de los educadores que disperse a nuestros alumnos
y los lleve por caminos que no sean los tuyos. Amén
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