cinco para ser veinte Cada noche, cuando estoy a punto de quedarme dormido, e incluso mientras duermo, escucho, claramente, voces que pronuncian frases enteras, lugares comunes y trivialidades sin relación con mis asuntos. Delmore Schwartz (1913-1966) 1 Cuenca: el otro lado del río esconde la Academia. entre escaleras veo taxis y la sombra próxima del agua. el lugar donde se escribe con letra clara es el lugar donde se duerme tan bien. los cafés son clavos - densos lo mismo a la vez. en estas tierras se podría escribir un gran poema. el silencio acá no incomoda. 2 el sol avanza tenue sobre la superficie. despierto y te veo. sigues contenta, el cielo casi no te cae, no te lastima. el vaso sobrepasa el límite de la mesa, cae, y se agota. (desapercibido) el aire de Lima se mantiene y a lo largo del tiempo apareces. salgo y estás fuera - como siempre – esperando que diga algo. 3 “voy de la noche, hacia la noche honda” - Blanca Varela tu sombra en casa muestra una pérdida de luz. nuestra noche ha decidido tomar parte en el deseo. me alegra que sepas lo del caño, el vaso y mi sonrisa. milagro. es de día. los hombres empiezan a salir, la mañana comienza, y yo callo. la luz es símbolo de mi ausencia. 4 no queda nada. vivo a través de mi ventana. la tienda sin nadie, sin el sol de ayuda. y yo que pienso que el día ha valido nada. 5 libros caen sobre mi mesa: se les pega sudor. “desde el caño abierto del baño cae mi silencio, abierto a la oscuridad”, leo. la calle abajo se mueve; oigo un ruido de fondo, como metálico. escribo esto ahora sabiendo que no miento, que no muero. la luz cae y mis cosas alumbra. he aquí todo mi discurso. 6 “My feet are burning holes in the ground” - John Cale “I hope my footsteps are somewhere beneath me” - Robert Foster la poca noche que queda la debería pasar colgado, volando o fuera de este hospital que es el mundo. y acá estoy yo contigo, junto a ti. haz de mí, sangre con que adores cubrirte, haz que este momento sea como cualquier otro. esta noche debe ser eterna, expandirse por el cuarto, bajo la alfombra, y así saber que sólo tienes que encerrar tu poder en un trozo que es tu mano y sentir como late el suelo bajo tus pies. 7 hoy me siento cada vez más perdido. me alumbra el sol de otoño de la ventana que entra y sale. solo quiero no saber que soy el que sale temprano y no existe hasta que regresa. 8 me gusta verte pues digo ‘tiovivo’ en vez de ‘carrusel’ y tú sonríes. 9 no entiendo nada. nunca he entendido algo. vago por las calles mirando el vacío de miradas, los zapatos quietos de los ojos. momentos cortos que me inquietan los logro captar para hacerlos míos leyendo el periódico, poniendo un disco y pensando que hoy no salgo. 10 lo que queda de ti luego de que te acuestas y duermes es tu cuerpo. se mueve quieto bajo las sabanas. yo dormido sueño que te veo, que estás conmigo. me paro y sirvo algo. el vaso suda hielos. me muevo a otro cuarto. 11 humo en el corredor. tu voz se pierde, se convierte en bulla. yo solo quería sentir tu brazo tocando la mesa. la mano que abre y gira. mi cama se aleja, me despierta el reloj. no sabes nada del silencio y la silla. 12 sentado ante la ventana de un mundo el sol ya pasa de las diez y aún no consigo ver que despierto. debería terminar de una vez, dejar que aquello duerma, manejar de nuevo ese mirar, ese reír. la cuenta empieza al revés. 13 atrás los años sentía una mano junto a la mía más grande que la mía, en verdad. entre mis deditos va un hombre al costado, todavía yo muy chiquito - ya van a ver – acá jamás salen mis pensamientos, lo único que hacemos es comprar. en Londres los juguetes abundan, y yo los deseo. (lo ignoro al costado mío, no lo miro). solo estamos juntos por la sangre. antes había algo, antes la sangre fluía siquiera por las manos. 14 a Seamus Heaney Señor: tú me conoces: soy el de los sueños oscuros, donde la vereda se acorta y tú te nos unes. a veces pienso que callas, que meditas en silencio. mi estomago está raro hoy. el cielo se viste diferente, pero la sangre se mueve tranquila e imprevisible. un día como hoy mi padre dijo: “este cielo es el mismo que alumbró a Daniel”. la radió nos aturdió, dio la hora y nos fuimos. el trabajo es siempre más temprano en verano. 15 entre tus manos tristes descargas el polvo de tus días. tus suspiros, son momentos en los que yo me consumo; los tiempos por los que tus pasos son los míos, pero me acuerdo más, los perros se preocupan por el hombre, pero ya no sé. creo que te has distraído de mí, que ya no te alegra cuando me ves llegar a la hora en que te escapas a cazar las aves de la mañana. sueles ir cambiando del día sentido entretenido para ti, pero para mí pasa el momento de verte orinar y pasear tranquila como cualquier vida y no consigo olvidarte, ahí en la mesa, haciendo algo cotidiano, esperando que llegue pues solo eres mi perra, mi amiga oscura, mi animal preferido.