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EDUCAR AL NIÑO EN SU SEXUALIDAD (0 a 11 años)
(Aportado por la comunidad educativa de la Escuela Ntra. Sra. De Luján)
Tomado de www.mujernueva.org
La Educación Sexual es un tema que preocupa a padres y educadores. La familia es el lugar
privilegiado para enseñar y formar a los niños y adolescentes en la comprensión del don de la
sexualidad y del correcto ejercicio de ella.
Hablar de sexualidad es positivo y enriquecedor, nunca debe ser tratado como algo sucio u
obsceno. Ha de haber respeto, seriedad e, incluso, admiración ante el hermoso hecho de que
somos hombres y mujeres y podemos dar vida a otro ser humano.
Estas líneas quieren ser un apoyo a padres y educadores, con la convicción de que son ellos,
los que conocen personal y profundamente a cada niño, los que pueden acompañarle y guiarle
en la tarea de transformarse en adultos.
Primera Infancia (hasta los 7 años)
Segunda Infancia (7 a 9 años)
Pre-adolescencia (9 a los 11 años)
..........................................................
Primera Infancia (aproximadamente hasta los 7 años)
Durante la infancia los niños “descubren” la existencia de los sexos: saben que hay niños y
niñas y que son diferentes. En esta edad es muy importante que los padres digan a sus hijos lo
felices que se sintieron cuando supieron que era “él o ella” en el momento de nacer o en una
ecografía. El niño está desarrollando las bases de su seguridad personal y de su propia
personalidad y necesita mucho el saberse querido y aceptado como es, por aquellos que más
ama: sus padres.
Es también muy importante que los niños observen una clara distinción en los papeles de papá
y mamá. En el vestir, en las actitudes empleadas, etc. Esto no significa educar en la idea de
que el hombre fuera de casa y la mujer en la cocina, es bueno que los niños vean a papá
ayudando en casa y mamá que puede trabajar fuera, pero saber que hay ciertas “tareas” que
cada uno de ellos hace por los demás miembros de la familia.
El niño pequeño es egoísta por naturaleza, en su mundo aún no hay más personas que él
mismo, mamá y papá, los cuales viven para él. Por este motivo, es importante en estos años ir
educando en la generosidad y también en la comprensión de que el amor implica sacrificio y
abnegación por los demás. El testimonio de los sacrificios que los padres hacen por sus hijos,
que mamá hace por papá y viceversa, es mejor que mil palabras.
Otro elemento muy importante en esta edad es el desarrollo de una relación de confianza con
los padres. El niño debe sentirse siempre seguro de que sus palabras son escuchadas, creídas y
aceptadas; obviamente esto implica estar atentos a las pequeñas mentiras o fantasías normales
y ayudarle al niño a reconocer entre la realidad y sus sueños y a asimilar que es mejor siempre
decir la verdad aunque duela. Esto facilitará que más adelante sea a sus padres a los que
consulte sus dudas respecto a su sexualidad, y disminuirá el riesgo de ser objeto de abuso. Un
niño bien atendido, que confía en sus padres y está advertido de los extraños, es una presa
difícil para quienes abusan de menores.
Objetivos en la educación sexual a esta edad:
 que el niño desarrolle una sana afectividad por quienes les rodean y hacia sí
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que el niño vaya conociendo progresivamente las diferencias sexuales entre hombres y
mujeres
que viva con naturalidad su realidad corporal y sus funciones
que vaya adquiriendo un vocabulario adecuado para estas realidades
que comprenda la importancia del amor en las relaciones familiares
que reconozca el papel de la familia en su vida y su papel en su familia
que comprenda que los niños tienen padre y madre, que se desarrollan en el vientre de
su madre (generalmente basta hablar de una semilla inicial)
que sepa los conceptos básicos del nacimiento de los niños y la necesidad de mayor
atención y cuidados que tienen los bebés
que comprenda y viva que el crecimiento no sólo es aumento de tamaño sino que
implica responsabilidades
Medios que pueden utilizar padres y formadores:
 Tener manifestaciones de cariño hacia los niños, éstas dependerán de las costumbres
de la familia, del carácter de los niños, etc; pero nunca pensar que porque han dejado
de ser “bebés” ya no necesitan besos, caricias, abrazos, palmaditas en el hombro, etc.
 demostrar siempre cariño y atención a sus preguntas y comentarios, que los niños vean
que tiene atención, pero sin permitirles abusar
 ser claros y veraces ante las preguntas de los niños, adecuando la cantidad de
información a la capacidad de comprensión del niño
 aprovechar las oportunidades que presentan los hechos de la vida normal: la llegada de
un nuevo hermano o primo generará curiosidad y la posibilidad de entablar muy
buenas conversaciones
 estar atentos a la información que los niños están recibiendo por televisión u otros
medios. Saber mostrar lo que es natural y que hay personas que realizan conductas
diferentes no adecuadas
 desde los 3 años los niños comienzan a entender la importancia de la intimidad y el
pudor. Fomentarlo con el testimonio y las palabras.
 si sorprenden a los niños en juegos o comportamientos inadecuados, distraerlos y
buscar que se interesen en otros. Si insisten o preguntan por qué no pueden jugar a eso,
decir que no está bien y no tocar nuevamente el punto.
Segunda Infancia (7 a 9 años)
Esta es una edad relativamente tranquila en la que el niño madura intelectual y moralmente.
Acostumbra a ser llamada la edad de la obediencia porque los niños suelen ser dóciles a las
indicaciones de los mayores. En esta edad la sexualidad se expresa en un vivo sentido del
pudor, los niños ya no desean que sus madres les ayuden a bañarse ni que los acompañen al
baño. Es tal vez señal del inicio del sentido de expresión de la propia dignidad. Inicialmente
niños y niñas se mezclan fácilmente, pero poco a poco comienzan una progresiva separación
de sexos, dejando de jugar juntos. Demuestran interés por el papel y características sexuales
de ambos sexos. Hay mayor curiosidad por el embarazo y el papel del padre en la procreación.
Ya a los nueve, comienzan a buscar material informativo: dibujos, explicaciones, preguntan a
los amigos y si alguno del grupo adquiere información con facilidad la dará a sus compañeros,
aunque no sea de la mejor forma posible.
Es una época serena, pero la curiosidad sexual sigue existiendo y actualmente hay muchas
formas en que un niño puede acceder a información sin necesidad de consultar a sus padres.
No hay que temer adelantarse, se puede ir tanteando terreno con comentarios y preguntas en
momentos de conversación tranquila y sin interrupciones para ver qué tanto saben, qué
intereses o curiosidades tienen.
En general el niño o la niña harán preguntas, si no las hacen es mejor adelantarse y plantear el
tema. Su interés es intelectual, curiosidad sana por comprender algo que pertenece a la vida
cotidiana. Siempre es mejor que reciba la información de sus padres, antes que de un amigo o
de una revista o película, es mejor adelantarse un poco que llegar tarde.
Cuando se entable la conversación, hay que evitar que sea un simple informar y en realidad
sea una formación en el amor. No es necesario decirlo todo de una vez, se pueden dar algunas
informaciones básicas dejando la puerta abierta para próximas “charlas”. Terminar, por
ejemplo, con un “cuando tengas otra duda me dices y continuamos”, “hay otros elementos del
mismo tema, pero creo que por hoy es suficiente, así tenemos tema de conversación para la
próxima”. Y no tener miedo de decir al niño que es mejor que todo esto lo sepa por sus padres
o formadores que por amigos o extraños, porque ellos no siempre tendrán toda la información
y pueden equivocarse.
Caso: Una niña de nueve años recibió esta información de una amiguita de clases de la misma
edad: “Papá y mamá se acuestan desnudos, papá encima de mamá y así se engendran los
niños”. Al comentarlo con su hermana menor, ésta decidió inteligentemente decirlo a la madre
de ambas que las reunió para tener una charla “de mujer a mujer”. Les explicó someramente
las relaciones sexuales en un matrimonio, dentro de lo que podían comprender y aprovechó
para informarlas acerca de las menstruaciones. El tema volvió a salir varias veces en los años
siguientes, y en algunas ocasiones el papá estaba presente. Cuando ambas niñas tuvieron su
menarquia algunos años después, no se sorprendieron ni angustiaron.
Respecto a las relaciones sexuales la mamá optó por ser clara (dado lo que ya habían
escuchado de su compañera), pero especificó que ocurre en el matrimonio y por amor; y no se
extendió demasiado en el tema.
Es muy importante en esta edad continuar formando integralmente a los niños, en los valores
morales, en el ejercicio de la voluntad, en la docilidad a la propia conciencia. A esta edad
comienzan a ser capaces de entender porqué ciertas acciones no se hacen, porqué sus padres
les prohíben algunas compañías o ir a ciertos lugares; pero para entender necesitan saber, los
padres deben dialogar con sus hijos, llevarlos a interiorizar e ir haciendo suyos normas y
principios de conducta.
Algunos elementos prácticos que pueden ayudar:
 Acostumbrarlos a hacer pequeños sacrificios.
 Fomentar los momentos de conversación en privado con cada hijo: al salir de compras,
al ir a recoger al hermano.
 Saber qué material reciben nuestros hijos: por TV, revistas, Internet, los amigos, etc.
Los objetivos más específicos de la educación sexual a esta edad están en una situación
intermedia entre los de la primera infancia y de la prepubertad. En este sentido dependerá
mucho de la madurez de cada niño, de la situación de la familia, de la realidad que lo circunda
y por lo tanto, es importante para padres y educadores comprender que cada niño es diferente
y que debe adaptarse y adecuarse a sus necesidades. Esto es exigente, pero es señal de
verdadero amor y cariño.
Medios que pueden utilizar padres y formadores:
 Continuar demostrando el cariño y la confianza en ellos, pueden “rechazar” las
demostraciones de cariño porque “ya soy grande”, pero es una pantalla y necesitan
seguir sintiendo que son importantes para sus padres
 mantener el clima de confianza, que los niños sepan que sus padres les escuchan sin
burlas ni prisas, que responden siempre con la verdad, que no rompen sus confidencias
innecesariamente
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fomentar conversaciones “en privado”, interesarse por los gustos, las preocupaciones y
los intereses de los niños
aprovechar los momentos en que se está a solas con los niños, al recogerlos en el
colegio, al terminar las tareas escolares, cuando papá ha tenido una comida de
negocios, etc. Si no se dan espontáneamente, entonces es bueno producirlos: invitarlos
a comer fuera “solos mamá o papá y tú, para que podamos conversar de tus cosas”
conocer las amistades y las actividades que los niños realizan, involucrarse en ellas y
estar presentes
estar atentos a cambios de comportamiento, aunque difícilmente implicará algo muy
grave, sí puede ser manifestación de una preocupación y una ocasión muy buena para
entablar una conversación
a esta edad los niños son capaces de razonar y comprender los por qué de normas e
indicaciones. Comenzar a darles las razones de las cosas, explicarles y no cansarse de
repetirles que buscan su propio bien y que en ocasiones implica decir no o marcar
límites
Pre-adolescencia (aproximadamente desde los 9 a los 11 años) 1
En esta edad los niños gustan de la camaradería con otros de su mismo sexo y tienen una
enorme energía y capacidad de actividad, que resulta agotador para los adultos. Existe además,
un antagonismo entre los sexos que alcanza su punto máximo alrededor de los diez años. Los
niños “desprecian” y se ríen de las niñas y ellas los consideran “salvajes” e “incivilizados”.
En general a esta edad se mantienen separados por propia iniciativa y les desagradarán las
actividades en que los junten, especialmente a los niños, que poseen ya mucha más fuerza
física y tienden a realizar juegos más bruscos y que se sienten oprimidos cuando se les pide
más suavidad porque “hay niñas también”.
Algunos niños y principalmente algunas niñas, pueden llegar a la pubertad a los 11 años o
antes. Es bueno que ya sepan lo que esto significa aunque sin sobredimensionarlo.
En esta edad los niños ya tienen conciencia clara de lo que está mal, aunque a veces creen que
son faltas graves cosas que ni remotamente lo son. Los padres y educadores deben continuar
trabajando en la formación de la conciencia y voluntad de los niños, en la generosidad y
preocupación por los demás. Además es una excelente edad para interesar a los niños en
deportes y actividades que los lleven a utilizar la enorme energía que tienen, siendo además
un medio muy bueno para colaborar en la formación de la voluntad y de la capacidad de
sacrificio: si deseas ser bueno en los deportes debes entrenar y sacrificarte.
En esta edad suelen presentarse períodos de ambivalencia. Los niños pasan de la mayor
obediencia y docilidad a la rebelión absoluta. Está comenzando a autoafirmarse y formar su
propio carácter. La conciencia empieza a construir un sistema de valores más personal. Es
muy importante la compañía, la proximidad y el testimonio de los adultos alrededor de los
niños. Si no hay coherencia o las palabras no se corresponden con las experiencias, el niño
estará confuso y no sabrá cómo reaccionar, o simplemente creerá que todos son así y, por lo
tanto, es posible decir una cosa y hacer otra; hacer una cosa un día y al siguiente distinto
según me convenga o me “dé la gana”.
Los padres tienen la difícil tarea de encontrar el justo equilibrio entre libertad y autoridad,
evitando los excesos de abandono, dejadez, afecto y sobreprotección y autoridad. Los niños a
esta edad necesitan que se les marquen límites y se les den pautas, pero también que se les
permita responsabilizarse y hacer elecciones. Hay que ir poco a poco. Se puede comenzar
permitiéndole escoger qué ropa desea ponerse, las primeras veces puede ser recomendable
1
Madurez y sexualidad. Pedro Trevijano, Ediciones Sígueme. Pág. 72 y ss.
ofrecerle opciones: el pantalón azul o el marrón; luego, cuando se sienta más seguro y tenga
algunos parámetros de estética podemos dejarlo escoger libremente. O tal vez sea el postre, el
juego o el lugar de paseo.
Y por otro lado ya es posible darle responsabilidades. Ya desde pequeños (cuatro o cinco años)
los niños desean “contentar” a sus mamás con pequeños servicios, que tal vez no hagan tan
bien como ellas, pero es bueno dejarlos porque así aprenden a compartir el trabajo. Al
alcanzar esta edad ya pueden responsabilizarse por alguna función en casa: alimentar al perro,
sacarlo a pasear, sacar la basura, secar los platos, poner la mesa el domingo, etc. Siempre
adecuado a su capacidad y habilidad.
No quedan dudas que esta es la etapa en la que más abiertamente hay que comenzar a tratar
con ellos los temas relacionados con la sexualidad, la procreación, etc. El momento exacto y
más adecuado deben distinguirlo los padres, pues de ellos es la responsabilidad, ya que son
los que mejor pueden explicarlo a su hijo. La escuela puede colaborar, pero respetando el
papel principal que la familia debe realizar.
Ya desde los 10 años (incluso antes) las niñas comienzan a preocuparse con el tema de “ser
mujer”, las relaciones con los varones, llegar a ser madres, la virginidad. Es muy importante
que la mamá se haya convertido en su amiga y confidente, que sea ella la que le dé las
informaciones, las respuestas y la ayude a formar el corazón y los sentimientos para madurar
correctamente. Lamentablemente hoy, pocas mamás se consideran preparadas y creen que
deben dejarlo todo en manos del colegio.
A esta edad las niñas pueden comprender perfectamente todo lo relacionado con su sexualidad
y sienten curiosidad porque están experimentando los cambios en su cuerpo. Tendrán
compañeras o amigas o primas que ya han llegado a la pubertad, algunas que tienen novio o
verán las parejas en el colegio y en los lugares de entretención. Hay que hablar con ellas,
explicarles todo con un lenguaje a su alcance pero correcto, no creer que “eso ni se le ocurre”
y menos aún “ya lo sabe todo”. Nunca será bastante lo que se haga para educar en el
verdadero amor, en el valor de la castidad y virginidad como señal de respeto a sí misma y de
amor hacia aquella persona con la que se unirá en matrimonio.
A las madres y educadoras o formadoras, puede servirles para iniciar el tema, dar una charla a
un grupo pequeño sobre los cambios físicos y fisiológicos que se viven en esta etapa y dejar la
puerta abierta a responder dudas personales cuando lo necesiten. Siempre hay que superar lo
puramente fisiológico o biológico; en toda respuesta, en toda conversación hay que llevar
hacia la formación del corazón, de sus afectos y de la valoración y respeto de su cuerpo y
corazón.
Objetivos de la educación sexual en esta edad:
 Promover el desarrollo armónico e integral de la persona como valor en sí mismo,
aceptando su propia sexualidad
 favorecer una actitud abierta hacia los demás frente a las tendencias del egocentrismo
y aislamiento, dado que aceptar y vivir la sexualidad plenamente es reconocer a
nuestro ser como ser en relación y apertura al otro
 favorecer el respeto a la dignidad humana del varón y de la mujer, con el
reconocimiento de la igualdad de derechos en el orden político, económico y legal,
tanto en la familia como en la sociedad
 promover el conocimiento de los procesos físicos, psicológicos, sociales y éticos
relacionados con la sexualidad
 conocimiento de los abusos y desviaciones como protección contra los mismos
 ayudar a eliminar temores y angustias relacionados con el desarrollo y ajuste de lo
sexual, preparándolo así a la llegada de la pubertad

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
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lograr una educación que cree confianza, educación no sólo sexual, sino general, que
ayude al niño a inclinar su naturaleza hacia el bien
promover el sentido de responsabilidad en la realización personal de la propia
sexualidad, en sus dimensiones personal y comunitaria
acompañar al niño en esta etapa para que pueda establecer y mantener el orden de
valores y evite la concentración en la esfera sexual, éste es el momento, porque una
vez que el niño entra en la pubertad experimentará con mucha fuerza sentimental su
sexualidad, y le será más difícil ser objetivo y abrirse a confidencias con los padres
llevarlo a hacer una opción de vida en la que la pureza y la decisión de vivir su
sexualidad adecuada e integralmente vaya siendo hecha por el niño o pre-púber de
forma personal y por auto-convicción
continuar con la formación de valores religiosos, morales y humanos, son la base
sobre la cual es posible construir el edificio de una personalidad integrada con su
sexualidad de forma natural y sana
Algunas consideraciones:
 Los niños deben ir conociendo su sexualidad poco a poco hasta su pleno
descubrimiento en la adolescencia
 la familia es el principal educador de los niños en la sexualidad, y en ella, los padres.
 la educación sexual debe insertarse en orden a una completa formación moral de los
niños y jóvenes, buscando formar una actitud sana hacia la sexualidad humana, basada
en el respeto a la dignidad de la persona, en la virtud de la castidad y en la práctica de
la autodisciplina2
 en la familia, la educación sexual no necesita programarse; debe hablarse de ella en el
momento adecuado, siendo la enseñanza ocasional en muchas ocasiones la más eficaz
 la base de la educación sexual exitosa en la familia es la relación de confianza entre
padres e hijos. Si los niños y adolescentes se sienten libres para presentar sus dudas a
los adultos y saben que recibirán atención y una respuesta verdadera, siempre acudirán
y buscarán en ellos la información necesaria
 una estructura familiar sana es uno de los mejores maestros de sexualidad para los
niños y los adolescentes
 los educadores deben colaborar con los padres, intentando involucrarlos en los
programas que se siguen en la escuela
 maestros y padres enseñan más por el testimonio y ejemplo que por las palabras
Medios que pueden utilizar padres y formadores:
 En las conversaciones utilizar términos correctos, sin convertirla en una disertación
científica.
 unir sexualidad y afectividad: el amor entre un hombre y una mujer es el fundamento y
razón de la vivencia de la sexualidad en el matrimonio
 tratar al final de la etapa, principalmente con las niñas los temas de la virginidad, la
homosexualidad, las relaciones pre-matrimoniales; sin detalle, sino desde el punto de
vista de la vivencia del verdadero amor (hay personas que no han aprendido, porque
no se les explicó, que la vivencia de la sexualidad verdadera, necesita esperar a la
persona con la que unirá su vida para formar una familia, que es verdadero amor el
que sabe esperar y respetar al otro y el que no busca satisfacer el propio egoísmo sino
darse a los demás, etc. Ideas como estas van calando en la mente y el corazón de los
niños y, aunque después se alejen o se dificulte el diálogo, están ahí y saldrán en los
momentos adecuados)
2
Pornografía y violencia en las comunicaciones sociales. Una respuesta pastoral. Consejo
Pontificio para las comunicaciones sociales, 9 – V – 1989, n.24. (Citado en Madurez y
sexualidad. Pedro Trevijano, Ediciones Sígueme. Pág. 85)

es importante reforzar el mensaje sobre la necesidad de vivir el pudor y el cuidado del
propio cuerpo y la propia intimidad. En general lo que ven en la publicidad y en los
lugares públicos se opone a esto, es importante ir ayudando a los niños a crear su
propia opinión y decisión, y no dejarse llevar por el ambiente. Por esto es tan
importante ayudar a los niños a formar correctamente su conciencia
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