Alturas, Nutrición y Bienestar en la Argentina (1790-1950) Algunos hallazgos recientes y su importancia para la historia económica Ricardo D. Salvatore Departamento de Historia Universidad Torcuato Di Tella ALTURAS MEDIAS Y BIENESTAR BIOLOGICO Los estudios de estatura y bienestar biológico hoy constituyen un importante componente de la historia económica. A partir de estudios pioneros de R. Fogel, R. Floud, J. Komlos y R. Steckel,1 la historia antropométrica ha crecido hasta convertirse en una empresa de investigación de alcance internacional. Muchos estudios han mostrado que la altura media constituye un robusto indicador de la componente biológica del estándar de vida y puede, por tanto, ser usada para examinar la evolución del bienestar de poblaciones en el pasado. La estatura media mide la “nutrición neta”, un stock acumulado de energía corporal reservado para el crecimiento. Cada adición a este stock constituye la ingesta anual (o mensual o semanal) de nutrientes multiplicada por un coeficiente de asimilación (cambiante con el metabolismo de cada persona), menos los gastos de energía para mantenimiento corporal, trabajo, enfermedades, deportes, etc. Para períodos en que las variables de ingreso no están disponibles, la estatura media puede proporcionar un indicador sustituto aproximado sobre el bienestar. Pero requiere mucha precaución en este respecto, porque los investigadores han encontrado que, muchas veces, la evolución de los ingresos o salarios reales medios no es acompañada por la evolución de las alturas. La estatura media, siendo un indicador que se mide a nivel de “consumo final”-a nivel individual--, es mucha veces más sensible a cambiantes condiciones de la distribución del ingreso, así como a condiciones de explotación de la fuerza de trabajo que los salarios medios, los ingreso reales u otros indicadores agregados promedio. Aunque se refiere necesariamente a los sectores de más bajos ingresos de una sociedad (muchas de las bases de datos utilizadas provienen de ejércitos, prisiones y hospitales públicos) la estatura media no es exactamente un indicador de pobreza. Porque, se cree, este stock está dominado por dos factores principales que influencian el crecimiento de niños y adolescentes: las enfermedades y la nutrición. Es en este sentido que la estatura media es un de los mejores indicadores de “bienestar biológico”, en el mismo sentido que un Indice de Calidad de Vida (PhIQL) es mejor indicador del desarrollo social que el PBI percápita. La cuestión de aislar las variaciones de salud y nutrición en la primera infancia, respecto de las variaciones correspondientes a la pubertad-adolescencia aún es objeto de debate. Pero está claro que los jóvenes que en su infancia sufrieron un retraso en su crecimiento pueden compensarlo en su pubertad y adolescencia (“catch-up”) Esto complica la interpretación de la estatura en edad adulta. Por convención, los investigadores trabajan con cohortes de nacimiento, lo que implica “atribuir” buena parte del proceso de crecimiento humano a los primeros años de existencia (0-3 años). Esta simplificación puede resolverse si se disponen para la misma cohorte de nacimiento datos de altura en edad adulta y en edad escolar (6-12 años); de esta forma, con las precauciones del caso, puede inferirse qué parte del crecimiento total puede correctamente atribuirse a los primeros años de vida. Tal vez la más importante ventaja de este indicador sea la naturaleza desagregada de la información. A diferencia de los salarios o ingresos reales, en que a lo sumo pueden disponerse a nivel regional, los datos de altura (por ejemplo, los datos de reclutamiento militar) pueden determinarse a nivel departamental o al nivel de una ciudad o pueblo, si los tamaños muestrales lo permiten. De esta forma, la altura provee una mejor “fotografía” de la dispersión de los estándares de vida en su aspecto biológico. Esta característica de los datos sobre estatura los hace especialmente apropiados para estudios de convergencia o divergencia regional a largo plazo. Con datos de salarios, tomados generalmente en ciertos nodos industriales o en ciertas ciudades, es difícil afirmar que ellos representan ingresos departamentales o provinciales; de modo que los estudios de convergencia salarial 1 Fogel 1986; Komlos 1987; Floud et al 1990; Steckel 1995; Steckel y Floud 1997; 2 generalmente describen el modo cómo ciertas ciudades o industrias se aproximan unas otras y no fenómenos de convergencia espacial. Podría argumentarse que la estatura media es un indicador de bienestar que se refiere a las poblaciones más jóvenes. Esto es cierto, después de 19 años para las poblaciones contemporáneas y después de 21 o 22 años para poblaciones nacidas en el siglo XIX, el crecimiento es nulo o negligible. Por ello, es posible pensar que otro indicador del bienestar biológico, la Esperanza de Vida, sería el complemento adecuado a la estatura en la medida que éste último indicador asigna un peso mayor a la probabilidad de muerte en grupos de mayor edad (relacionadas con enfermedades crónicas). La estatura media no es el único indicador del “bienestar biológico”, pero es uno que combina adecuadamente los impactos de cambios en la salud y la nutrición en el cuerpo de los niños. Es un indicador que, usado en combinación de otros índices de capacidad (por ejemplo, tasas de escolaridad) y de bienestar biológico en edades mayores (por ejemplo, tasas de supervivencia en edades mayores de 30), podría generar estimadores robustos del “bienestar” que las familias derivan de un determinado ingreso permanente o de vida en un lugar determinado. En Argentina, son escasos los autores que han trabajado con alturas. Los más conocidos de ellos (Peralta 1922; López 1948) tuvieron el objeto de evaluar el estado biológico de la “raza argentina”, después del impacto de la inmigración masiva. Es decir, fueron contribuciones imbuidas de preocupaciones raciales y de herencia que los estudios contemporáneos no tienen. Hubo además estudios antropométricos sobre poblaciones aborígenes, cuyas reducidas muestras impiden mayores generalizaciones sobre la salud y alimentación de estos pueblos o naciones. La moderna historia antropométrica en Argentina es aún un proyecto en progreso.2 Este ensayo es un intento de resumir y presentar los principales resultados de investigaciones en curso, cuyo objetivo es el análisis del bienestar biológico a largo plazo, entre ca.1780 y ca.1950. Debe el lector advertir que las estimaciones corresponden a poblaciones diferentes en cobertura geográfica y social, lo que limita un poco las posibilidades de comparación entre períodos. El énfasis de este reporte 2 Es por ello que gran parte de la evaluación de los hallazgos y posibilidades de esta metodología para el caso argentino se refieren a trabajos realizados por el autor. 3 está puesto en las tendencias a largo plazo. Importa más determinar en qué períodos las condiciones de nutrición y salud de los sectores de menores ingresos mejoraron o empeoraron, que determinar exactamente la estatura de los argentinos en un período o zona determinados. PERIODO COLONIAL TARDIO Y POST-INDEPENDENCIA Para el período colonial tardío y la post-independencia disponemos de una colección de 8.000 "filiaciones" militares que incluyen soldados de varias guerras. La mayor proporción de ellas corresponden a soldados reclutados durante las guerras de la independencia (18111818) y en el período posterior a Caseros (1852-1861). Un tercer grupo, menos numeroso se incorporó para luchar durante la guerra con Brasil (1825-1828). Problemas de "truncamiento" asociados a los requerimientos mínimos de estatura dificultaron notablemente la estimación.3 Además, cambios en la naturaleza del reclutamiento y en la cobertura espacial de los ejércitos sugieren tomar con mucha precaución los resultados obtenidos.4 A medida que los ejércitos de ciudadanos en armas fueron reemplazados por ejércitos de "enganchados" y delincuentes, la proporción de agricultores independientes disminuyó, mientras subía la proporción de jornaleros o gente "sin ocupación". La evolución de la estatura media muestra en este período variantes importantes que sugieren cambios notables en el bienestar biológico de la población. Salvo por un corto período de tiempo en los tardíos 1780s, la tendencia fue declinante durante la mayor parte del período 1780-1804. El punto más bajo de la estatura media se alcanzó en 1800-1804, un período en el que coincidieron crisis de cosechas con abruptos cierres del comercio internacional. Entre 1805 y 1815 se verificó un robusto crecimiento de la estatura. Luego, en los comienzos de la década de 1820s hubo un amesetamiento de la estatura media, pero en la década siguiente (1830s) ésta comenzó nuevamente a crecer. Después de 1833-34 el crecimiento de la altura media parece haberse acelerado. 3 Se debió utilizar el método Komlos & Kim para lograr promedios estandarizados. (Salvatore y Baten 1998). Los ejércitos de las guerras de independencia contienen reclutas Africanos y también reclutas provenientes de países vecinos (Bolivia, Chile, Perú, Uruguay). Esto no es así para los ejércitos de la década de 1850, 4 4 Para todo el período 1780/85 a 1835/39 estimamos un crecimiento de 2.6 a 2.9 centímetros en la estatura media. Este crecimiento fue el resultado neto de dos situaciones diferentes: declinación absoluta durante el período colonial tardío; rápido crecimiento durante la postindependencia. Aunque la crisis del período colonial tardío ha sido examinado por varios autores, el mejoramiento de las condiciones de salud y nutrición durante el período de las guerras de independencia y luego en los años 1830s es novedoso. Generalmente, se ha sugerido lo contrario: que las guerras de independencia provocaron una declinación de los ingresos debido a la destrucción o desvío de recursos, el desorden social y la incertidumbre política. Nuestras estimaciones permiten sugerir que las guerras de independencia no tuvieron tal efecto negativo sobre el bienestar biológico de la población del Río de la Plata. Gráfico No.1: Estimación de Alturas Medias 1780-1839* 161 160 159 158 157 156 1780 1785 1790 1795 1800 1805 1810 1815 1820 1825 1830 1835 F ue n te : S a lv a to re y B a t e n ( 1 9 9 8 ). * M é to d o K o m lo s & K im , p ro m e d io s e s ta n d a riz a d o s mayormente compuestos por argentinos nativos e inmigrantes europeos. La proporción de soldados contratados respecto de los reclutas forzados a servir cambió a lo largo del tiempo. 5 La transición entre el período colonial tardío y la post-independencia trajo cambios distributivos de importancia. A nivel regional ganaron más en estatura los soldados nacidos en las regiones Centro (2,5 cms) y Litoral (2,3 cms), en relación a soldados nacidos en el Noroeste (1,6 cms), Buenos Aires (1,1 cms) o Cuyo (0,7 cms). Los nativos en Argentina (actual territori) crecieron más que los soldados nacidos en países vecinos. Los soldados clasificados como "trigueños" (mestizos) ganaron algo más de estatura que los blancos, y ambos mucho más que los negros y mulatos. Mientras que los artesanos casi no tuvieron cambios en su estatura promedio, agricultores y peones ganaron 2,1 centímetros en su estatura media. Es decir, los cambios económicos a partir de la independencia parecen haber beneficiado a sectores rurales, tanto labradores como peones, especialmente en el litoral y en el centro del país. Estas tendencias estarían indicando que, a contrario de las tesis tradicionales, el impacto distributivo de la bonanza exportadora (cueros bovinos y tasajo) del período 1810-1840 no fue claramente perjudicial para los sectores rurales de menores ingresos. Cuadro No.1: Cambios en Estatura Media 1780-1800 a 1820-1839 (*método Komlos & Kim, reclutas de 22-49 años) Ocupación n.1780s-1790s n.1820s-1830s Artesanos 158.1 (206) 158.3 (255) Agricultores 157.5 (171) 159.6 ( 76) n.a 159.6 ( 56) 157.5 (161) 159.6 (788) n.a. 159.1 (104) Comerciantes Peones Soldados 6 Origen nacional 1780s-1790s 1820s-1830s Africanos 158.4 (182) n.a. Europeos 158.2 ( 51) 158.4 ( 375) Argentinos 157.9 (661) 159.6 (1,030) Sudamericanos 157.4 (202) 158.7 ( Origen regional 98) 1780s-1790s 1820s-1830s Buenos Aires 158.0 (153) 159.1 (552) Centro 157.9 (316) 160.4 (288) Cuyo 158.2 ( 65) 158.9 ( 36) Litoral 157.6 ( 36) 159.9 ( 77) Noroeste 158.2 ( 64) 159.8 ( 52) 1780s-1790s 1820s-1830s Blancos 157.7 (299) 159.0 (720) Trigueños 157.5 (412) 159.5 (502) Negros y mulatos 158.8 (228) 159.3 (228) Color de piel Fuente: Salvatore y Baten (1998) EL PROGRESO LIBERAL (1850-1890) Para el período siguiente, en particular, para la era del progreso liberal de 1850 a 1890, disponemos de dos series de datos, que muestran tendencias contrapuestas. La primera, una serie de altura de reclutas residentes en la ciudad de Buenos Aires, generada por Juan S. López (1950) presenta problemas de cambios en la composición de la muestra y también, posiblemente, de “truncamiento”. Esta serie nos presenta una perspectiva optimista sobre la evolución del bienestar biológico. Los habitantes de la ciudad capital habrían crecido 2.4 centímetros entre 1855 y 1900 (de 166,1 a 168,5 centímetros). Sin ser excepcional, este 7 crecimiento indica que los residentes de una ciudad en rápida expansión supieron contrarrestar la mayor incidencia de las enfermedades contagiosas y el encarecimiento de los precios de los alimentos con aumentos en sus ingresos medios. Estos datos indican que la crisis de 1890s tuvo un importante impacto: el período 1890-1895 aparece como el único quinquenio desde 1860 donde no hubo crecimiento de estatura. (El quinquenio 1855-1860, el único que en la estimación de Lòpez muestra una baja absoluta del promedio). Gráfico No 2: Altura Media de Reclutas, Ciudad de Buenos Aires, 1855-1900 Estatura (cms) 169 168,5 168 167,5 167 166,5 166 165,5 1850 1860 1870 1880 1890 1900 1910 Año de nacimiento Fuente: J. S. López, “La estatura masculina en la ciudad de Buenos Aires” (1950). Gráfico No 3: Altura Media de Presos Bonaerenses 1840-1895 Tendencia estimada y = 358.551-58.402*log10(x)+eps LA 169.6 “ERA DORADA” Y LA “GRAN DEMORA” 168.9 168 167.2 166.3 165.3 164.4 161.7 1835 1845 1855 1865 1875 1885 1895 1905 8 La segunda serie corresponde a mi propio relevamiento de datos de cinco prisiones provinciales (Bahía Blanca, Dolores, Mercedes, Olmos y San Nicolás). La muestra incluye 2.785 presos, 70 % de ellos peones, 41% de ellos analfabetos; 76% nacidos en la provincia de Buenos Aires. Esta serie cuenta una historia más pesimista del “progreso” en la era liberal. La altura media de los prisioneros bonaerenses prácticamente se mantuvo sin cambios entre 1849-51 y 1889-91 (de 167.6 a 167.3 centímetros). Es más, si hubo alguna tendencia a largo plazo ésta fue decreciente, como indica el Gráfico No 3. El contraste, entonces, entre los habitantes pobres de la provincia de Buenos Aires y los residentes de la ciudad de Buenos Aires es claro. El “progreso” benefició más a los habitantes de la ciudadpuerto y su cercano “hinterland” que a los residentes de bajos ingresos de áreas rurales. La estatura de los presos bonaerenses muestra el dramático efecto que tuvo la crisis de 1890en las poblaciones de la campaña. El impacto de esta crisis aparentemente se hizo sentir en los años 1894 y 1895, más que en los años de la crisis financiera (1890-91). Tal vez este fenómeno estuvo asociado a cosechas insuficientes por sequías y alzas de precios de los alimentos, aunque también es posible que la crisis internacional de 1893 afectara la capacidad del país para importar alimentos. Otras crisis sanitarias y nutricionales parecen haber ocurrido en los años 1845 y 1850. Aunque estas estimaciones son aún tentativas (se trata de “promedios crudos”, sin corrección por cambios de composición), estos dos hallazgos--importantes caídas en la estatura y la tendencia estacionaria a largo plazo—desafían la sabiduría convencional sobre esta época. El período 1850-1890 generalmente ha sido narrado con una época de progreso en todos los ámbitos: emergencia de un gobierno con apoyatura en la opinión pública, mejoras en las instituciones financieras y monetarias, creciente inmigración europea, expansión de la frontera agropecuaria, comienzo de exportaciones de cereales (ca.1870s), y fuerte inversión en infraestructura de transportes, puertos y obras sanitarias. Las estimaciones de exportaciones e ingreso per-cápita, disponibles a partir de 1865 y 1875 respectivamente, muestran un crecimiento sostenido a largo plazo con algunas fluctuaciones cíclicas. 9 LA “EDAD DORADA” Y LA “GRAN DEMORA” Datos sobre alturas medias de reclutas sirven también para poner en duda la sabiduría convencional acerca de la “edad dorada” del crecimiento agro-exportador (1880-1914) y de la subsiguiente “gran demora” del período de entre-guerras (1919-1939). Una muestra suficientemente grande (N =22.594) tomada de los registros de enrolamiento del Batallón Patricios para reclutas nacidos entre 1901 y 1934 permitió plantear la existencia de dos paradojas o incógnitas: a) la presencia de una baja absoluta de alturas medias durante el período de más rápido crecimiento de la economía exportadora (1901-1910); y b) el sostenido crecimiento de las alturas medias durante el período 1915-1934, con casi imperceptibles bajas para los períodos de crisis en el sector externo. (Salvatore 2004a) Esta muestra, que influye reclutas de 18 años de edad, en su mayoría pertenecientes a las clases trabajadoras (80 % de ellos trabajadores jornaleros, artesanos y trabajadores calificados y empleados), residentes en la ciudad de Buenos Aires o sus alrededores, pero nacidos 56 % en la región pampeana, 35 % en las provincias del interior, y sólo 9 % en la ciudad de Buenos Aires. Es decir, trabajadores cuyo bienestar en la primera niñez (0-3 años) se debió ver afectado por condiciones en niveles de nutrición y salud en la Pampa Húmeda y en las provincias no-pampeanas, modificado luego (durante el resto de la infancia y adolescencia) por las condiciones de la vida en la gran ciudad. La baja de la estatura media entre 1901 y 1905 pareció circunscribirse a los nacidos en la Pampa Húmeda, pero entre 1906 y 1910 la crisis nutricional y de salud se profundizó y alcanzó por igual a provincianos y pampeanos. A partir de 1911 comenzó una recuperación de las alturas medias, que se interrumpió brevemente por el comienzo de la guerra europea (1914-15), luego de lo cual siguió una recuperación fuerte y prolongada del “bienestar biológico”—especialmente para los nativos pampeanos—hasta los mediados de la década de 1930s. Los nativos del interior parecen haber sufrido más las crisis de la guerra (191416) y de la pos-guerra (1919, 1921), ambos grupos resistieron mejor (en sus condiciones de salud y nutrición) el efecto de la Gran Depresión. En comparación con el tremendo impacto 10 que este último fenómeno tuvo para la cifras de comercio exterior y de PBI, la baja de estatura que experimentaron los reclutas nacidos entre 1929 y 1932 fue bastante moderada. Gráfico No. 4: Altura Media de Reclutas 1901-1934* D a ta :A V E H .S T A 3 v*3 4 c 1 7 0 .6 1 7 0 1 6 9 .4 MEANH 1 6 8 .8 1 6 8 .2 1 6 7 .6 1 6 7 1 8 9 5 1 9 0 0 1 9 0 5 1 9 1 0 1 9 1 5 1 9 2 0 1 9 2 5 1 9 3 0 1 9 3 5 1 9 4 0 Y E A R B Fuente: Salvatore 2004a *trabajadores no-calificados, urbanos, región Pampeana (promedio estandarizado) Entre 1901-05 y 1911-15 los reclutas argentinos que crecieron en la ciudad de Buenos Aires no tuvieron ninguna ganancia en sus alturas medias. Esta se mantuvo en el nivel de 167.9 centímetros, reduciéndose 0.16 cms en el período intermedio (1906-10). Los reclutas nacidos en el interior tuvieron un deterioro aún mayor, 0.33 centímetros comparando entre 1901-05 y 1911-15. Esto nos mueve a concluir que la así llamada “edad dorada” fue un período de estancamiento del bienestar biológico de los trabajadores, incluyendo a aquellos que nacieron y crecieron en la zona más favorecida por la economía exportadora, la zona pampeana. La brecha de estatura entre reclutas nacidos en la Pampa Húmeda y aquellos nacidos en el Interior se amplió en este período (ver Cuadro No. 2), una evidencia que apoya la idea de que este fue un “crecimiento empobrecedor”, que acentuó las diferencias sociales. Contrariamente a los que ven el período de entre-guerras como un período de “demora” o “retraso” (Bunge; Di Tella y Zymelman), la información sobre alturas muestra un crecimiento sostenido a largo plazo del bienestar biológico en este período. Los reclutas 11 nacidos en la Pampa Húmeda lograron incrementos de sus estaturas medias del orden de los 1.35 centímetros entre 1911-15 y 1926-30. Los nacidos en el Interior obtuvieron ganancias más modestas en sus alturas: 0.66 centímetros. Es decir, el rezago del interior se mantuvo en este segundo período, pero las condiciones de salud y nutrición mejoraron para ambos grupos. Considerando todos los datos (pampeanos, no-pampeanos y capitalinos) el crecimiento fue de 1.82 centímetros entre 19011-15 y 1931-34. Cuadro No 2: Alturas Medias por Región de Nacimiento 1901-1934 (reclutas Batallón Patricios) Período Pampa (1) Interior (2) Diferencia (1)-(2) 1901-1905 1906-1910 1911-1915 1916-1920 1921-1925 1926-1930 1931-1934 167.32 167.73 167.75 168.38 168.77 169.10 169.65 *166.70 166.15 166.37 166.63 166.95 167.36 167.97 0.62 1.58 1.34 1.75 1.82 1.74 1.68 * reclutas de 18 años de edad, urbanos, trabajadores no-calificados Pampa = Buenos Aires, Santa Fé, Córdoba y Entre Ríos Interior = el resto de las provincias También notamos en este trabajo (Salvatore 2004a) la presencia de grandes diferencias de estatura debidas a diferencias en grados de educación, calificación y ocupación. Un recluta analfabeto era 0.66 centímetros más bajo que un recluta que sabía leer y escribir. Aquellos que tenían habilidades modernas (como conducir un vehículo a motor) eran 1.34 centímetros más altos que quienes no las tenían. El tipo de ocupación, un indicador de capacidad productiva pero también de estatus socio-económico, resultó muy significativo. Comparados con los trabajadores no calificados (jornaleros), los obreros calificados o artesanos eran 0.22 centímetros más altos, y los empleados 0.75 centímetros más altos. Los 12 estudiantes y maestros eran 2.75 centímetros más altos. La educación elemental sirvió para difundir nociones de higiene que mejoraron la salud y nutrición. Por otro lado, la escuela, al mantener a los niños alejados del trabajo infantil, produjo un beneficio notable en la nutrición (liberando nutrientes para el crecimiento). Pero también la escolaridad tendió a ampliar la brecha de estatus nutricional y de salud entre trabajadores no calificados y estudiantes. Durante todo el período 1901-05 y 1931-35 los estudiantes ganaron 4,3 centímetros en estatura media, mientras que los jornaleros ganaron sólo 0,89 centímetros. ¿Cómo se explica el estancamiento o caída de las alturas entre 1900 y 1915? Seguramente, la presión hacia la baja que ejerció la inmigración sobre los salarios reales fue un factor importante. Durante estos años, en que buena parte de los alimentos debía comprarse a precios internacionales (ya sean bienes exportables o importados), es probable que los trabajadores no pudieran defenderse de las subas de precios. Los niños que nacieron en familias de clase trabajadora en éste período tuvieron la doble “mala suerte” de nacer en un período de crecientes precios de alimentos y de alquileres (recordar la “huelga de inquilinos” de 1907) y excesos de oferta en los mercados de trabajo, debido a la presencia masiva de inmigrantes europeos. Por otra parte, la política sanitaria no parece haber ayudado demasiado. A pesar de los esfuerzos en esta materia de los médicos higienistas, las tasas de mortalidad infantil comenzaron a descender seriamente sólo después de la primera guerra. El crecimiento de la estatura media en el período 1915-1934 es más difícil de explicar. Llama la atención el limitado efecto que tuvo sobre la salud y nutrición de los trabajadores la inflación de la primera guerra. Es posible que durante este período las familias de las clases trabajadoras hayan aprendido a reemplazar nutrientes caros (carne y cereales) por nutrientes baratos (papas, arroz, etc.), mientras que aumentaba el consumo de leche per capita. También es posible pensar, en relación al período más largo que, la creciente regulación del trabajo infantil hizo posible liberar nutrientes para el crecimiento de los niños. Y, a partir de los años 1920s. el control de enfermedades infecciosas se hizo más efectivo, reduciendo las tasas de mortalidad infantil en las principales ciudades del país. 13 Los salarios reales, absolutamente deprimidos hacia 1918 (mínimo histórico), se recuperaron rápidamente, llegando a sobrepasar los niveles de 1901-04 hacia 1922-25. DIFERENCIAS INTER E INTRA-REGIONALES Un análisis de los datos recopilados por Juan Severino López para la clase de 1924 (incorporados en 1943) reveló la existencia de enormes diferencias entre regiones. La muestra, una de las mayores que se dispone (N = 142,105), contenía reclutas de 18 años de edad residentes en las 22 provincias y en la Capital Federal, en proporción muy similar a la distribución poblacional según el censo de 1914. (Salvatore 2000). En relación a Santa Fé, la provincia con la mayor estatura media, las provincias de Salta y Jujuy mostraban diferencias de -5,6 y de -7,3 centímetros. Para otro grupo de provincias, que incluían San Juan, Corrientes, Río Negro, Catamarca, Tucumán y Neuquén, tal diferencia oscilaba entre -3,1 centímetros y -4.2 centímetros. Si se tomaba como punto de referencia la altura media de las provincias de la Pampa Húmeda, entonces los reclutas de Salta y Jujuy resultaban 5,0 y 6,7 centímetros más bajos en promedio, siguiéndole en altura tres provincias (Catamarca, Tucumán y Neuquén) con diferencias de -3,1 a -3,7 centímetros. Ya por entonces (nacidos en 1924, alcanzaron 3 años de edad en 1927), las diferencias de status nutricional y de salud entre las provincias de la región Pampeana eran poco significativas. Los residentes de Córdoba y la Pampa eran aproximadamente un centímetro más bajos que los santafesinos. Las diferencias que separaban a Buenos Aires y de Entre Ríos de Santa Fé eran aún menores. En el otro extremo del ranking, sin embargo, las diferencias eran más acentuadas. Una provincia pobre como La Rioja, que ocupaba un lugar medio en la lista (cercana, por ejemplo, a Santiago del Estero), tenía una estatura media que superaba en 2.8 centímetros a los salteños y en 4.5 centímetros a los jujeños. A pesar de los progresos de la “era dorada”, en las provincias no pampeanas (el “Interior”) la heterogeneidad regional se había mantenido. 14 Cuadro No. 3: Ranking de Provincias por Estatura Media (reclutas nacidos en.1924) Provincia 1. Santa Fé 2. Santa Cruz 3. Capital Federal 4. Buenos Aires 5. Entre Ríos 6. Córdoba 7. La Pampa 8. Formosa 9. Chaco 10. Mendoza 11. Misiones 12. Sgo Estero 13. Chubut 14. La Rioja 15. San Luis 16. San Juan 17. Corrientes 18. Río Negro 19. Catamarca 20. Tucumán 21. Neuquén 22. Salta 23. Jujuy Estatura Media Diferencia de Santa Fé 170.16 169.8 169.65 169.56 169.46 169.2 169.1 168.05 167.99 167.55 167.5 167.38 167.32 167.32 167.31 167.06 166.97 166.79 166.46 166.21 165.91 164.51 162.85 0 -0.36 -0.51 -0.6 -0.7 -0.96 -1.06 -2.11 -2.17 -2.61 -2.66 -2.78 -2.84 -2.84 -2.85 -3.1 -3.19 -3.37 -3.7 -3.95 -4.25 -5.65 -7.31 Diferencia de la Pampa (región) 0.56 0.2 0.05 -0.04 -0.14 -0.4 -0.5 -1.55 -1.61 -2.05 -2.1 -2.22 -2.28 -2.28 -2.29 -2.54 -2.63 -2.81 -3.14 -3.39 -3.69 -5.09 -6.75 Fuente: Salvatore 2000. El trabajo de J.S. López presenta "promedios crudos", no controlados por variaciones en la composición de la muestra entre una provincia y otra. Es por ello que estos resultados presentan algunas anomalías o curiosidades difíciles de explicar. La provincia de Santa Cruz aparece en las primeras posiciones del ranking, junto a las provincias más ricas de la Pampa Húmeda. La estatura promedio en el Chaco, una provincia productora de algodón y tanino, con alto grado de explotación y pobreza, resulta muy cercana a la de Mendoza, una provincia de viñedos y bodegas, inmigrantes y rápido progreso. Otros resultados, aparentemente anómalos, fueron luego validados por estimaciones estandarizadas. Por ejemplo, el hecho que los residentes de Santiago del Estero presenten alturas medias bastante superiores a los de Catamarca y Tucumán. 15 Otro resultado sorprendente de este estudio (Salvatore 2000) fue el altísimo grado de dispersión de niveles de nutrición y salud al interior de las provincias. Tomando los promedios departamentales, se encontraron rangos de dispersión extremos, así como provincias con niveles de desigualdad llamativamente moderados. En el topo del ranking estaba Chubut, con 13 centímetros de diferencia entre el "mejor" y el "peor" de sus departamentos. Le seguían las dos provincias del extremo noroeste, Salta y Jujuy, con rangos de dispersión de 9 y 7 centímetros. Muy cercanos a ellos (entre 6.0 y 6.8 cms de dispersión), seguían dos provincias "pobres", Catamarca y Misiones, y dos provincias "ricas", La Pampa y Buenos Aires, mostrando que la desigualdad interna no está directamente asociada a los niveles de bienestar promedio. Las provincias de Santa Fé y Entre Ríos, generalmente asociadas con un desarrollo agrario más igualitario--con mejor redistribución de la tierra y mayor proporción de agricultores propietarios--, mostraban un nivel intermedio en cuanto a la dispersión de las alturas departamentales (entre 4.2 y 4.4 centímetros). Curiosamente, mas "igualitarias" parecían las provincias más pobres como Chaco, Tucumán, San Luis y Formosa (con dispersiones de 2.2 a 3.7 centímetros). Los desvíos estándar confirmaron esta primera impresión. La mayor desigualdad interna se daba en las provincias del extremo norte (Salta y Jujuy) y del extremo sur (Chubut y Santa Cruz). En estos casos extremos, uno podría arriesgar, se combinaban la escasa integración territorial (y por ende diferencias notables en los precios de los alimentos entre un departamento y otro) con estados pobres incapaces de implementar políticas sanitarias de alcance provincial. Por otro lado, entre las provincias más igualitarias en cuanto a la dispersión de alturas (medidas por desvíos medios) se encontraban provincias "ricas" como Buenos Aires, Entre Ríos, Santa Fé y Mendoza junto a provincias "pobres" como Santiago del Estero, La Rioja, Formosa y San Luis. Es decir, provincias con abigarrados sistemas de transporte, mayor desarrollo urbano y mayor riqueza parecían tan espacialmente "igualitarias" en términos de bienestar biológico como provincias con escasos caminos, centros urbanos sin mayor equipamiento sanitario y niveles de ingresos mucho más bajos. ¿Cómo explicar este fenómeno? 16 Cuadro No. 4: Diferencias Intra-provinciales de Altura* Provincia Chubut Salta Jujuy Catamarca Misiones La Pampa Buenos Aires Corrientes Córdoba Sgo del Estero Mendoza Río Negro Neuquén Santa Fe La Rioja San Juan Entre Ríos Chaco Tucumán San Luis Formosa Santa Cruz Máximo 172.36 167.87 164.66 168.7 169.48 171.48 172.82 168.67 170.87 170.08 169.94 167.69 167.72 172.65 170.34 168.38 171.32 170.34 167.43 167.93 169.28 170.89 Mínimo 158.96 158.82 157.45 161.89 162.69 165.34 166.74 163.03 165.3 164.85 164.93 162.74 162.79 168.25 165.96 164.06 167.19 166.6 163.95 165.42 167.05 168.95 Rango 13.4 9.05 7.21 6.81 6.79 6.14 6.08 5.64 5.57 5.23 5.01 4.95 4.93 4.4 4.38 4.32 4.13 3.74 3.48 2.51 2.23 1.94 Desvío Std. 3.98 3.11 3.22 1.72 2.47 2.69 1.08 1.46 1.4 1 1.07 2.59 1.55 1.14 1.25 1.29 1.1 1.34 1.09 0.81 1.63 4.34 *medias departamentales, nacidos 1924 Fuente: Salvatore 2000. CONVERGENCIA REGIONAL--EL CASO DEL NOROESTE Los datos de corte horizontal proporcionados por J.S. López no contenían ninguna indicación acerca de la tendencia a largo plazo. Para estimar tendencias de alturas a nivel regional debimos recurrir a datos de reclutamiento que habían sido microfilmados por el Ejército Argentino. Esta fuente, que contenía información sobres las "clases" de 1915 a 1951, nos permitió estimar la evolución del status nutricional y de salud del Noroeste. Para el período inicial y final (1915 y 1951), tomamos dos muestras más grandes (N=4.600) que cubrían 44 departamentos de las provincias de Santiago del Estero, Catamarca, Tucumán, Salta y Jujuy. Para los períodos intermedios (1929, 1934 y 1943), tomamos muestras más pequeñas (N=2,800) que cubrían 28 departamentos de esas mismas provincias. Los datos 17 de altura así obtenidos se sometieron a análisis de regresión, para estimar promedios estandarizados que controlaban por edad, ocupación, habilidades especiales, analfabetismo, ineptitud física y condición urbana-rural. (Salvatore 2004b) Los resultados obtenidos fueron sorprendentes. Durante el período 1915 a 1951 se había producido un proceso de convergencia, en términos de bienestar biológico, al interior de la región Noroeste. Las diferencias que en un principio separaban a las alturas de santiagueños, tucumanos, catamarqueños y salteños (al principio los santiagueños eran los más altos de la región) se habían ido acortando con el tiempo, hasta llegar a ser negligibles. Sólo la provincia de Jujuy, que había comenzando convergiendo en los años 1915-1935, se había rezagado del lote y hacia 1951 aún mostraba importantes diferencias respecto al resto de las provincias del NOA. El Cuadro No. 5 y el gráfico No. 5 ilustran este proceso de convergencia intra-regional. La región como un todo había crecido 2.1 centímetros entre 1915 y 1951, pero como la provincia con mayor altura inicial mostró un casi estancamiento, tres de las cuatro provincias restantes pudieron alcanzarla. El acercamiento ("catch-up") de Salta fue realmente notable (creció 4 centímetros en promedio). Cuadro No. 5: Evolución de las alturas medias en el Noroeste (promedios estandarizados) Provincia Altura Media Estimada (cms) n.1916 n.1951 Variación (cms) Santiago Tucumán Catamarca Salta Jujuy 167.47 165.78 165.94 163.01 161.44 167.97 168.09 167.63 166.99 164.39 0.5 2.31 1.69 3.98 2.95 Región NOA 165.12 167.23 2.11 *Trabajadores de 18 años, alfabetos, no calificados, rurales, físicamente aptos para el servicio Fuente: Salvatore 2004b. 18 Gráfico No. 5: Convergencia Intra-regional en el Noroeste Argentino (reclutas de 18 años de edad, trabajadores no calificados) Altura (cms) 169 168 167 166 165 164 163 162 161 1910 1915 1920 1925 1930 1935 S a n tia g o T u cu m á n S a lta Ju ju y 1940 1945 1950 1955 C a ta m a rca Fuente: Salvatore 2004b. 19 Esta convergencia entre provincias del NOA pudo estar asociada al proceso de crecimiento económico desigual. Las provincias cuyas alturas medias crecieron (Salta y Jujuy) fueron provincias que modificaron su especialización productiva. No sólo habían entrado como nuevos productores de azúcar (en competencia con Tucumán), sino que también incorporaron nuevos cultivos, como el tabaco y el poroto. Para el caso de Salta, el descubrimiento y explotación del petróleo produjo, además, zonas de concentrada inversión y nuevo poblamiento. Catamarca y Santiago del Estero, por otro lado, experimentaron poco cambio en su estructura productiva. Continuaron con su agricultura de base campesina, con la explotación de sus recursos forestales y con la minería mano de obra intensiva. Tucumán, el antiguo centro azucarero del país con las tasas de densidad más altas de la región, sufrió recurrentes crisis durante este período a raíz de su perdida de competitividad (a nivel nacional e internacional). Pero es muy posible que factores más generales contribuyeran a la convergencia regional. Porque la convergencia también se dio a nivel departamental. Comparando los crecimientos de los distintos departamentos de la sub-muestra (28 departamentos) se encontró que los departamentos que más crecieron fueron aquellos que al principio (1915) mostraban los más bajos promedios de altura. Este fenómeno, llamado "convergencia Beta", estaría indicando que fenómenos más generales y difusos, como mejoras en los transportes, las comunicaciones y los servicios sanitarios, contribuyeron a hacer del Noroeste una región más homogénea en términos de condiciones de salud y nutrición. Ahora bien, el crecimiento de la región no fue suficiente para disminuir la brecha que separaba el NOA de Buenos Aires. Nuestras estimaciones indican que entre 1915 y 1951 se mantuvo una brecha de aproximadamente 3,2 a 3,7 centímetros a favor de Buenos Aires. La ausencia de convergencia entre el NOA y la Pampa Húmeda aparece entonces como otro de los fenómenos a explicar en investigaciones futuras. Los datos de alturas de la región Noroeste confirman lo encontrado para la muestra del Batallón Patricios (reclutados en Capital, muchos de ellos migrantes provincianos). Las diferencias de altura asociadas con la ocupación y las habilidades fueron amplias y tendieron a crecer con el tiempo. Los reclutas analfabetos eran, tanto en 1915 como en 20 1951, un centímetro más bajos que los reclutas que sabían leer y escribir. En 1951, los empleados eran 1.8 centímetros más altos los trabajadores no calificados, mientras que los estudiantes superaban en más de 3 centímetros a los trabajadores no calificados. Nuestras estimaciones muestran que las diferencias de altura asociadas a desiguales condiciones socio-ocupacionales (básicamente, riqueza familiar y acceso a la educación) fueron más persistentes que diferencias asociadas con la urbanización. Mucho queda por investigar respecto a la evolución del bienestar biológico en el Noroeste. En particular, es necesario aislar los efectos de distintos posibles determinantes de la convergencia intra-regional: bajas en los costos de los alimentos asociados a mejoras en los transportes, políticas sanitarias más efectivas y coordinadas, o mejoras en la distribución espacial de los ingresos. Nuestras estimaciones preliminares permiten descartar algunos factores usualmente tomados como muy significativos: las migraciones, la composición étnica de la población y la industria azucarera. Ni la presencia de Bolivianos, ni las migraciones (internas) netas, ni la dedicación de la tierra al cultivo de azúcar produjeron diferencias significativas en las alturas promedio. RESUMEN Y CONCLUSIONES Como resulta de este breve informe de investigación, los avances en la materia han sido importantes. Las nuevas series sobre alturas medias a largo plazo permiten reconsiderar algunas hipótesis tradicionales sobre los períodos 1790-1830; 1850-1890; 1890-1914; y 1918-1939. Nuestra investigación preliminar sugiere que el período colonial tardío fue un período de escasez de alimentos y que esta situación parece haberse revertido durante la post-independencia. Por razones que tratamos de establecer, los niños de las décadas de 1820s y 1830s crecieron más sanos y más fuertes que los niños de las décadas de 1790s y 1800s (es decir los soldados reclutados en los años 1850s en comparación con los soldados de los ejércitos de las guerras de independencia). También resulta claro que el “progreso liberal” (1850-1890) significó una ganancia de estatura para los habitantes de la ciudad de Buenos Aires, pero que esta situación no se extendió al habitante pobre de la Pampa Húmeda. Los presos de la campaña que nacieron en los 1840s y 1850s tenían aproximadamente la misma estatura que los presos nacidos en los años 1880s y 1890s. Esta 21 comprobación implica reconocer que el crecimiento económico de esta época no se tradujo en un aumento de “bienestar” para aquellos que vivían alejados de la ciudad-puerto. La estimación de las alturas de los soldados del Batallón Patricios revela una dimensión poco conocida del crecimiento agro-exportador de la “era dorada”: la existencia de problemas de “estrés nutricional” en el corazón de la economía exportadora (cerealescarne), para su época de mayor crecimiento.5 La paradoja de problemas nutricionales en un país exportador de alimentos no resulta sorprenderte para un observador de la Argentina contemporánea. Pero está claro que la historia económica tradicional no había considerado seriamente los problemas de desnutrición en la época dorada del crecimiento agroexportador (es conocida la retórica oficial de que en Argentina no había hambre). La comprobación de una disminución absoluta, aunque pequeña, de la estatura media del trabajador no-calificado nativo habla de los problemas distributivos y sociales asociados a este tipo de crecimiento. Hemos sugerido que la inmigración europea, presionando hacia la baja los salarios nominales y hacia la suba a los precios de los alimentos y los alquileres pudo haber generado esta temprana caída de las alturas medias. También es posible que la congestión de las ciudades y pueblos haya acelerado la difusión de enfermedades contagiosas y ésto impactado negativamente en el crecimiento de los niños. Por último, la expansión del trabajo infantil sin regulación estatal debió haber creado situaciones de crecimiento interrumpido (“stunted growth”) en muchos niños de las clases trabajadoras. La reversión en la evolución de las alturas, el crecimiento observado a partir de 1918-20, se hace entonces entendible con la eliminación o restricción de aquellos factores negativos: el trabajo infantil, las enfermedades contagiosas, y la sobre-oferta de trabajo asociada a la inmigración. Pero también hemos sugerido que los niños nacidos en los años 1920s y 1930s estuvieron beneficiados por políticas estatales que protegieron la niñez y por la mayor racionalidad de sus padres, que privilegiaron la educación elemental a los ingresos temporarios del trabajo infantil. Nuestras estimaciones sobre estaturas departamentales y regionales confirman la intuición de intelectuales y políticos de aquellos años (como A. Utilizo este término (“estrés nutricional”) para referir a una situación en la que, por la carestía de los alimentos, las familias de trabajadores deben dar menor cantidad de nutrientes a sus hijos. No está claro que esta situación sea equivalente a períodos de masiva desnutrición y mucho menos de hambruna. 5 22 Bunge y A. Palacios) que alertaron acerca de la existencia de “dos Argentinas”: la Pampa Húmeda, rica y con alto nivel de desarrollo humano; el Interior con acentuados niveles de pobreza, desnutrición y menor desarrollo de las capacidades de trabajo. Es más, estimaciones preliminares permiten sugerir que la brecha entre la Pampa y el Interior tendió a mantenerse, al menos hasta comienzos de la década de 1950. Pero, también, algunas de las formas que asumió el desarrollo económico durante el siglo XX (expansión de los transportes, difusión de información de precios, y sostenido esfuerzo por la erradicar de enfermedades endémicas y contagiosas) produjeron un proceso de convergencia intra-regional. Esto al menos es lo que ocurrió en el Noroeste, una de las regiones más pobres del país hacia principios del siglo. Si el desarrollo económico produjo convergencia de precios de bienes y factores a nivel nacional, los cuerpos de los niños (luego soldados) indican que en relación al “bienestar biológico” la convergencia operó a nivel intra-regional. El significado de este hallazgo y su extrapolación a otras regiones del país quedan como asignaturas pendientes, reservadas para los siguientes tramos de la investigación. Es importante examinar en qué medida la Argentina de los años 1950s se convirtió en un país más homogéneo desde el punto de vista sanitario y nutricional que en los años 1910s. AGENDA FUTURA Las posibilidades que ofrece este campo de estudios a la investigación son aún más amplias. Mi proyecto incluye ampliar el estudio de la convergencia en niveles de bienestar biológico a todo el país, para el período 1915-1952. Esto implica producir estimaciones confiables de la evolución al largo plazo de la altura media en las regiones Centro, Cuyo, Nordeste, Pampa y Patagonia. Las nuevas estimaciones permitirán examinar la cuestión de la convergencia regional en relación a los procesos de integración comercial y especialización regional que se dieron durante dicho período. Sería importante conocer en qué medida el bienestar biológico de las poblaciones de las diferentes regiones del país se vieron afectadas por la nacionalización de las políticas sanitarias, por la construcción de rutas nacionales que intensificaron el comercio inter-regional de alimentos, y por la 23 concentración de población en núcleos urbano-industriales. Sobre este particular, sería muy interesante (y es mi propósito) estimar series de alturas para ciudades industriales, a fin de captar el efecto de la industrialización en los niveles de nutrición y salud. Ya que este período contiene dentro de sí dos factores de discontinuidad (la crisis de los años 1930s y el peronismo) que crearon las condiciones para la industrialización, sería particularmente fructífero aislar el impacto de estas fuerzas en el bienestar biológico. Para estos fines, los datos de alturas de reclutas serían apropiados. Para otro tipo de indagaciones, se requieren nuevas fuentes de datos. Aunque existen estudios puntuales de la estatura de los niños en edad escolar (tomadas por autoridades sanitarias), aún falta encontrar una fuente de datos masivos que permita evaluar los cambios en el tiempo en el crecimiento durante la pubertad y la adolescencia. Datos sobre escolares serían cruciales para confirmar las tendencias observadas en base a datos de reclutas y de presos. También sería interesante poder investigar la evolución del estatus nutricional y de salud de las mujeres. En otros países, los registros matrimoniales del estado nacional han proporcionado información abundante sobre la altura de las mujeres. Sería importante saber si nuestro Registro Civil midió y registró este tipo de información. Otra fuente posible para la altura de las mujeres son los libros de hospitales públicos, sociedades de beneficencia, y otras instituciones similares. Aunque los estudios en otros países han encontrado poca evidencia de que la discriminación contra la mujer (en las esferas económicas, sociales, educativas y políticas) se haya trasladado a los niveles de nutrición y salud, sería muy importante cuantificar cambios a largo plazo en las diferencias de altura varón-mujer. Esta metodología de análisis también puede ser utilizada con éxito para el período contemporáneo, ya sea para evaluar los efectos que la des-industrialización de los 1980s y 1990s, como para aislar el efecto de ciertas políticas de salud y de nutrición. El más importante obstáculo aquí es el fin del servicio militar obligatorio (1993), que restringe la investigación a las “clases” (cohortes de nacimiento) anteriores a 1974. Pero existen otros registros, como hospitales, prisiones y policía, que podrían ser utilizados para este propósito. También existen encuestas (“surveys”), realizadas por organismos nacionales o 24 por organizaciones no-gubernamentales, que para determinados años y ciudades, contienen datos sobre altura.6 Mediante un trabajo sistemático y coordinado de descubrimiento y procesamiento de nuevas fuentes de datos sobre alturas y otros indicadores antropométricos, los investigadores podemos expandir y consolidar este nuevo campo de indagaciones en la Argentina. Aunque la historia antropométrica de la Argentina aún está en pañales, los resultados primeros son promisorios. Ellos muestran importantes anomalías, paradojas y comprobaciones que desafían la “sabiduría convencional” de la historia económica tradicional. 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