EDUCACION PARA UNA NUEVA RURALIDAD Jorge Eduardo Parra R. Ing. Agrónomo [email protected] Grupo de investigación en Gestión y Desarrollo Rural-GIGDR UN - Sede Bogotá “…La educación constituye una, y tal vez la única variable de las políticas públicas que tiene la virtud de impactar simultáneamente sobre la equidad social, el desempeño ciudadano y la competitividad económica” (Tadesco, 1995) 1- EDUCACIÓN Y DESARROLLO Tres propuestas han definido las diferentes políticas del desarrollo rural: la de reforma agraria con énfasis redistributivo de la propiedad de la tierra, la productivista con énfasis en modernización tecnológica y la de provisión de infraestructura y servicios. Un nuevo concepto del desarrollo rural con enfoque territorial introduce también conceptos como el empoderamiento del factor humano y las posibilidades del emprendimiento individual y colectivo. Implica desafíos y cambios en las concepciones de lo político, lo cultural, la educación y la construcción de la democracia local; tiene relación con nuevas miradas sobre la función pública y su importancia para los consensos sobre agendas públicas nacionales y locales. Esta concepción del desarrollo prioriza la formación de capacidades para el desempeño de los individuos que les permitan mayor autonomía para el logro de sus aspiraciones y para la conquista de sus derechos; saberes, actitudes y habilidades que faciliten al productor, al líder cívico, al político local, al empresario, al funcionario institucional o al ciudadano en general, tomar las decisiones mas adecuadas para lograr éxito en su actividad y en sus propósitos. Se trata de conocimientos, comportamientos y destrezas relacionados con capacidades para interpretar la realidad, para comunicarse con los demás, para tomar decisiones, para buscar información, para gestionar proyectos, para trabajar en equipo; en fin: saber, saber hacer y saber actuar en el contexto en que se vive. Son capacidades y cualidades que deben ser desarrolladas desde una edad temprana y en las que por tanto la educación y en particular la educación formal cumplen un papel fundamental. La estrategia consistiría en definir una política de estado que promueva, apoye y facilite la formulación de Proyectos Educativos Locales e Institucionales en los que se busque una formación integral que permita al individuo proyectar su vida si así lo desea, en su propio territorio. Un territorio que es escenario donde se desarrollan múltiples actividades culturales, sociales, políticas y económicas del hombre. Espacio donde por sobre todo se vive, se convive y se interactúa con otros espacios. Se basaría en primera instancia en lo que la UNESCO denomina educación por competencias: competencias básicas como la competencia interpretativa (conocer-relacionar, identificar causas y efectos), comunicativa (interactuar con los demás), argumentativa (justificar el conocimiento, dar razones), propositiva (nuevas soluciones, nuevas lecturas) y valorativa (saber ser, saber vivir); con ellas tendría el individuo bases para el desarrollo de capacidades que como la emprendedora y contextualizadora, entre otras, le confieren mayor posibilidad de éxito, y también mas autonomía. Educación para el desarrollo de esas capacidades implica también la introducción de nuevas metodologías pedagógicas y una nueva institucionalidad, temas que deben ser debatidos por esa nueva comunidad educativa e institucional, de tal manera que permita la construcción de un proceso participativo y comprometido. Una educación formal mejor orientada y más contextualizada, con un componente en la formación para el saber ser, para el desempeño y la gestión, es probablemente una mejor alternativa para formar un factor humano que construya el desarrollo individual y social, cultural y económico de una región. Elementos de esta concepción están poco presentes en la educación actual. Qué ser y Qué hacer no es algo para lo que el individuo esté suficientemente preparado a responder. Generalmente se intenta preparar para un cómo hacer y es lo que justifica los limitados esquemas de transmisión de conocimientos, transferencia de tecnología y capacitación técnica, que caracteriza a los programas de educación y extensión rural actuales. Aprender a responder “que ser” y “qué hacer”, implica aprender a tener visión sistémica y a tener visión de proceso, pero sobre todo a tener muy claro lo que se quiere lograr. Ahora bien, desarrollar capacidad de gestión (capacidad para lograr), implica saber aprender, saber hacer, organizar, priorizar, evadir, relacionarse, negociar, decidir, liderar, exigir, convivir, participar, promover la participación; todo dentro del contexto en que se desarrolla la vida del individuo. Se requiere ampliar los escenarios de aprendizaje creando un espacio para la acción de profesores y maestros en una realidad concreta; también se vuelve indispensable crear espacios de dialogo e interacción entre los miembros de las comunidades educativas, entre estos y los diversos actores ligados al desarrollo económico, político y ambiental, entre las diferentes disciplinas y entre la teoría y la práctica. 2- EDUCACIÓN Y DESARROLLO ECONÓMICO EQUITATIVO El desarrollo económico con criterio social supone un proceso en el que se genera la capacidad de utilizar los excedentes en forma productiva y acumulativa y en el que los resultados económicos benefician de manera equitativa al conjunto de la comunidad en la que ellos se generan. La educación se constituirá en motor del desarrollo socioeconómico de una región en la medida que permita y promueva la formación de gente que con conocimiento y sensibilidad por el medio en que vive o se desempeña, aporte interpretaciones y ofrezca y ayude a implementar propuestas viables de solución a la problemática. Articularse competitivamente al mundo cada vez mas globalizado implica, por ejemplo, ser capaz en lo individual, en lo regional y en lo nacional de identificar un qué hacer y un como hacerlo, utilizando las ventajas comparativas y las oportunidades que cada quien sepa identificar y aprovechar, pero también identificando y superando las falencias y amenazas que lo afectan. Las regiones y el país están urgidos de adelantar políticas y poner en práctica valores fundamentales que tienen que ver con la posibilidad de construir vida en la que el individuo pueda desarrollar su economía y su forma de vida donde quiera, en el pleno ejercicio de su libertad y el pleno respeto que como ser humano y ser social merece. La educación no puede seguir aislada de otros aspectos con los cuales se complementa, para contribuir de manera eficaz al desarrollo integral. La investigación, la educación no formal, la transferencia de conocimientos y de tecnología en los campos de la producción y de la gestión empresarial, son áreas de trabajo que deben contar y ser adelantados paralela y coordinadamente con la educación formal. Es un reto para el sistema educativo nacional y muy en particular para quienes tienen la responsabilidad de formar y actualizar a los maestros, en razón al importante papel que ellos desempeñan como formadores y capacitadores de ese nuevo individuo. Deberán los maestros conocer y comprender las problemáticas del entorno regional, lo rural, lo productivo, y en general las características propias de la cultura rural, si han de ser los promotores de la capacidad gestora y contextualizadora de sus estudiantes. El reto es mayor e implica trabajar también en temas como la formación de un nuevo liderazgo, la promoción de la participación, la educación ambiental, la valoración de tecnologías apropiadas para las actividades productivas, organizativas, de comercialización y de transformación agroindustrial, en el acceso y uso de la información, en el trabajo cooperado, en la solidaridad, etc. 3-FORMACION PARA EL EMPRENDIMIENTO El desarrollo del espíritu emprendedor debería ser un propósito prioritario de la educación en la medida que contribuye a formar seres humanos con un mayor grado de libertad y autonomía, para la búsqueda de sus propias aspiraciones y para satisfacer necesidades y expectativas de la sociedad. Consideramos el ser emprendedor como un conjunto integrado de cualidades del individuo, cuyas habilidades y conocimientos necesarios se construyen sobre una forma de ser y de actuar, que facilitan el proceso de culminar con éxito lo que se emprende, en cualquier ámbito de la actividad humana. Sin desconocer que existe disposición y talento naturales en el ser emprendedor, es esencialmente un conjunto de cualidades que se pueden aprender y perfeccionar con la práctica, pero se requiere estrategias pedagógicas y didácticas particulares, referidas no solamente a la adquisición de conocimientos, sino especialmente a la apropiación de conductas, habilidades y valores. Proponemos a continuación un listado de estas características básicas, con las cuales trabajar y promover el espíritu emprendedor: Ser autónomo: capacidad para definir (decidir) y gestionar sin dependencia de otro. Autodeterminación basada en criterios propios. Nivel de independencia en la decisión y la ejecución de algo, y en el nivel de determinación con que se emprende. Capacidad gestora: aptitud, actitud, conocimiento y habilidad para lograr algo. Dicho concepto en lo individual incluye la planeación, la organización, la obtención y administración de recursos y la ejecución de proyectos. Pensamiento sistémico: reconocimiento a que la naturaleza funciona sistémicamente, esto es que hay distintos factores, variables y relaciones que intervienen en un proceso y que es necesario actuar en consecuencia. Los emprendimientos económicos por ejemplo integran aspectos productivos y de comercialización, incluyen factores de tipo humano, tecnológico, administrativo, económico, ambiental, de mercados, etc. Capacidad contextualizadora: disposición y habilidad para conocer, interpretar e interactuar con el entorno. Conocer el entorno significa identificar y valorar las variables de tipo social, cultural, político, ambiental, legislativo, económico, etc., que afectan los propósitos de un proyecto, positiva o negativamente, Capacidad organizadora: conocimiento, disposición y habilidad para ordenar los factores y variables que intervienen en el proceso emprendedor en función de los propósitos: decisiones, acciones, tiempos, recursos, movimientos, responsabilidades, etc. Capacidad decisoria: determinación voluntaria de realizar o no una acción, iniciar un proceso, asumir una posición, y afrontar las consecuencias. Requiere conocimiento, disposición, compromiso, habilidad y prospección. No siempre hay disposición para la toma de decisiones; se prefiere que sean otros quienes las tomen, o se aplazan lo más posible o nunca se toman. Pensamiento estratégico: La mayor parte de los emprendimientos en el sector rural contienen un alto grado de incertidumbre y de oposición inteligente (conflicto). El clima, el mercado, la necesidad de abrir camino e innovar son escenarios en donde se afrontan incertidumbre, oposición, conflicto y riesgo. La presencia de estas características hace necesario desarrollar una forma de actuar y de pensar para afrontarlas. El pensamiento estratégico aporta bases conceptuales a modelos metodológicos que pueden ayudar a encontrar, con mayor probabilidad de éxito, soluciones a dicha problemática. Capacidad de concertación: Un elemento siempre presente en los procesos colectivos son los conflictos. Causas de conflicto son los distintos intereses, posiciones, concepciones del mundo, valores. Un acuerdo es una conciliación en la que las distintas partes deben salir conformes; por tanto para la conciliación se debe encontrar esa situación. Si uno gana, otro pierde (suma cero) y la solución no es sostenible. La disposición y habilidad para la concertación es un elemento indispensable en todo emprendimiento colectivo. 4- PROYECTO EDUCATIVO INSTITUCIONAL PARA EL CAMBIO El sistema educativo en nuestro medio, parece estar ausente de la problemática diaria del individuo. En primer lugar los maestros somos formados para “transmitir conocimiento” teórico disciplinar; normalmente no se ha tenido aproximaciones a procesos sociales, económicos o políticos, y frecuentemente se conoce poco el entorno en el que se mueven los estudiantes y sus familias. Un profesor especializado en una disciplina no siempre ve en su conocimiento algo que sea útil en lo concreto a sus alumnos, cuando de mejorar su desempeño como ser humano se trata. El conocimiento escolar no es necesariamente considerado como un instrumento para contribuir a la solución de problemas de la vida diaria. Es notoria la desarticulación entre la institucionalidad educativa y el resto del aparato estatal, cosa que al parecer no va a cambiar desde el nivel central. Con una racional descentralización educativa, probablemente se facilite el diseño de nuevos esquemas pedagógicos que cambien la situación, aunque normalmente el municipio o la institución educativa no están en posibilidad de asumir tal reto estando solos. Es así como se necesita una gran concertación entre el estado y la ciudadanía, entre lo público y lo privado, para lograr lo propuesto. Una educación de calidad debe formar parte muy importante de un plan de desarrollo integral en el que el bienestar humano sea el fin y el medio. La implementación de la política demandaría alianzas entre los sectores educativo, productivo y político-administrativo. En el nivel central se requeriría la coordinación general de los ministerios de educación y agricultura, y la participación activa de los ministerios de las TIC, ambiente, minas, las universidades estatales con sus facultades de ciencias agrarias, humanas y de la educación. En el orden local se requieren alianzas entre los maestros, los técnicos, las instituciones locales y los ciudadanos en general. Las alianzas son la forma de viabilizar un proyecto donde históricamente los actores han estado aislados entre si. La propuesta demanda ajustes del Proyecto Educativo Institucional: se hace necesario revisar los contenidos incluyendo temáticas nuevas, básicas para el desarrollo del individuo: hablamos de temas como el pensamiento sistémico y contextual, teorías de la gestión y la organización, teoría de las decisiones, teoría del juego (teoría estratégica), pensamiento prospectivo, etc. En los temas conductual y de destrezas, no son discursos teóricos sino metodologías pedagógicas y didácticas innovadoras (práctica) y una cultura institucional ejemplar las que constituirán una estrategia pertinente. Igual ocurre con el aprender a aprender y a contextualizarse: será la forma como el maestro plantee el aprendizaje, su rol y el de sus alumnos los que formaran ese nuevo individuo. Por trabajar en proyectos pedagógicos teórico prácticos contextualizados en la realidad rural, es necesario que simultáneamente que los docentes son capacitados en la comprensión de la problemática rural y en las nuevas temáticas, los funcionarios de la instituciones que adelantan trabajos de promoción del desarrollo rural, ONG´s y Epsagros participen también en los proyectos educativos locales e institucionales, luego de ser formados en el conocimiento y manejo de estrategias pedagógicas. Para la capacitación de estos capacitadores se pueden utilizar tecnologías actuales de comunicación virtual. Experiencias en este aspecto ha desarrollado la Universidad Nacional documentada en el texto “Extensión rural virtual” que muestra posibilidades y limitaciones del ciberespacio. La propuesta también incluye ajustes a la educación superior: la universidad puede y debe avanzar adicionalmente en lo que está a su alcance para la formación de los profesionales técnicos, investigadores y maestros que el desarrollo requiere: conciliar la profundización propia de la especialización, con la visión transdisciplinaria y la contextualización, es posible mediante la implementación simultanea de proyectos curriculares, investigativos y de interacción con el entorno en los que las diferentes perspectivas se integren para la interpretación de la realidad y para el diseño y la puesta en marcha de propuestas de solución en contextos particulares. Attman (2000) plantea que “Hoy los profesionales presentan debilidades que se traducen en desconocimiento de la complejidad rural, segmentación disciplinaria en sus análisis, desvalorización de las formas de vida en el campo y desconocimiento de modelos de intervención en las distintas comunidades rurales.” Para Morín (2000), la perspectiva disciplinaria constituye muchas veces una barrera, más que un puente para comprender los sistemas territoriales, que son el resultado de la coevolución entre subsistemas sociales, económicos, culturales y ambientales y dificulta a los investigadores y promotores del desarrollo apreciar el contexto y la complejidad de los procesos. Eclecticismo pedagógico La cultura de la disyunción característica de nuestra sociedad, ha conducido a seleccionar corrientes pedagógicas y a estigmatizar otras. El modelo que se propone requiere de una utilización razonable de lo mejor de cada propuesta. El desarrollo del conocimiento teórico, integrado al desarrollo de habilidades y conductas demanda lo mejor del constructivismo y del conductismo. Como propuesta pedagógica se plantea que mediante el desarrollo de proyectos prácticos contextualizados, se generan condiciones para el desarrollo de competencias básicas en el individuo, en especial su espíritu emprendedor, para la solución de situaciones de la vida y del trabajo. La práctica con reflexión es la mejor manera de desarrollar las distintas competencias. Se aprende a argumentar, argumentando, y reflexionando sobre ello: sobre las necesidades que se tienen para hacerlo bien, sobre las fallas que se tienen; sobre las oportunidades que hay para mejorar, sobre el significado que tiene saber argumentar, etc. El método consiste entonces en aprender haciendo que necesariamente conduce a un aprender a hacer en lo intelectual y en lo motor; y la reflexión conduce a la abstracción, a la capacidad para utilizar el conocimiento en distintas circunstancias y al aprendizaje significativo. Experiencia y lecciones aprendidas Los planteamientos aquí propuestos fueron implementados en una experiencia conjunta entre el Grupo de Investigación en Gestión y Desarrollo Rural (GIGDR) de la Universidad Nacional y directivos y docentes del Colegio departamental Francisco Julian Olaya de la Mesa (Cund); los aprendizajes y reflexiones sobre viabilidad se encuentran en el documento autoría del suscrito: Pedagogía del emprendimiento, publicada en el 2010 por la U. Nacional de Colombia. Ecoe ediciones. Bogotá. BIBLIOGRAFÍA AMTMANN, Carlos A. 2000. La formación profesional para el Desarrollo Rural en América Latina. En: Memorias del seminario internacional “Las nueva ruralidad en América Latina”. U Javeriana. Bogotá. BOGOYA, Daniel et al.: Competencias y proyecto pedagógico. Universidad Nacional. Bogotá. BRAVO SALINAS, Néstor. 2002. Acerca de las competencias desde un enfoque sistémico. Mimeografiado. Universidad de Cundinamarca. CHAPARRO, Fernando. 1998. Conocimiento, Innovación y Construcción de sociedad: COLCIENCIAS. Bogotá. GARDNER, H. 1998. Más allá de la evaluación: los componentes de una educación de las inteligencias múltiples. En: las inteligencias múltiples. La teoría en la práctica. Paidos, México. Pp 173-196 GONZALEZ, Esperanza. 1995. Manual sobre participación y organización para la gestión local. Foro Nacional por Colombia. Capítulo regional Valle del Cauca. Editorial Gente Nueva. HABERMAS, Jürgen. 1990. Teoría de la acción comunicativa. Editorial Taurus. Buenos Aires. Argentina. HERNÁNDEZ, Roberto y Thomas, Carlos. 1999. Educación, modernidad y desarrollo rural. Revista enfoques educacionales. Volumen 2. No 1. Depto. de Educación. Facultad de Ciencias Sociales. Universidad de Chile. LANZA, Hilda. Los ámbitos de aplicación de las competencias: ¿competencias para la vida?.Ministerio de Cultura y educación, Argentina. Unesco/Orealc., Brasil. 1996. . MENDEZ, Marlon. 2002. Educación rural virtual. Primeras experiencias y lecciones aprendidas. Centro de Extensión Rural. UN-Agronomía. Bogotá. MOLINA Juan P. et al. 2008. Aportes para la construcción de Procesos de Desarrollo local. Grupo de Investigación en Gestión y Desarrollo Rural (GIGDR). U Nacional. Bogotá. MORÍN, Edgar. 2000. Los Siete saberes necesarios para la educación del futuro. ICFES. Colombia. Bogotá PARRA R. Jorge Eduardo. 2005. Competencias profesionales del Ingeniero Agrónomo. En: Agronomía Colombiana, Vol XXI Nos 1 y 2. Facultad de Agronomía. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá PARRA R. Jorge Eduardo. 2006. El Pensamiento Estratégico en la Agronomía. Universidad Nacional de Colombia. Unibiblos. Bogotá. PARRA R. Jorge E. 2010. Pedagogía del emprendimiento. U. Nacional de Colombia. Ecoe ediciones. Bogotá. PARRADO Álvaro, et al. 2009. Núcleos de emprendedores rurales. Una propuesta para el desarrollo rural con enfoque territorial. Grupo de Investigación en gestión y desarrollo rural (GIGDR). U Nacional. Bogotá. SOLIS, Clara. 2000. Juventud y desarrollo rural en América Latina y el Caribe. E: Foro electrónico: Jóvenes en la nueva ruralidad. Consulta interamericana sobre juventudes rurales. IICA-CIDER-BID-OIJ-CEPAL. TADESCO, Juan Carlos. 1995. El nuevo pacto educativo. Editorial Anaya. Madrid TORRADO, María Cristina. 2000. Educar para el desarrollo de las competencias: una propuesta para reflexionar. En: Competencias y Proyecto Pedagógico. Universidad Nacional de Colombia. Editorial Unibiblos. VARGAS, Alejo. 1994. Participación social, planeación y desarrollo regional. Universidad Nacional de Colombia. Facultad de sociología.