Hacia una Liturgia Inculturada en América Latina y El Caribe

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«HACIA UNA LITURGIA INCULTURADA EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE»
(Tema introductorio)
+ Mons. Víctor Sánchez Espinosa
Arzobispo de Puebla, México
INTRODUCCIÓN: BIENVENIDA
Excelentísimos Señores Obispos, queridos presbíteros, miembros de la vida consagrada y
laicos; como presidente del Departamento de Misión y Espiritualidad del CELAM y como
pastor de esta Iglesia arquidiocesana de Puebla, les doy la más cordial y fraterna
bienvenida. En el mes de enero de 1979 los Obispos de América Latina y El Caribe se
encontraban reunidos en este Pontificio Seminario Palafoxiano para celebrar la III
Conferencias General del Episcopado Latinoamericano, con el fin de profundizar el sentido
de la misión de la Iglesia del Continente ante las exigencias nuevas de nuestros pueblos.
Hoy nosotros nos encontramos para reflexionar sobre una de las necesidades que los
Obispos reunidos aquí hace 36 años planteaban a la pastoral litúrgica latinoamericana: «Se
siente la necesidad de adaptar la Liturgia a las diversas culturas y a la situación de nuestro
pueblo joven, pobre y sencillo» (DP 899).
Uno de los desafíos de la Liturgia, de cara a la Nueva Evangelización y la Misión
Continental-Permanente es «fomentar la vivencia de la Liturgia como oración eclesial
simbólica, impulsando su espiritualidad, la sana creatividad y los estudios indispensables
para una sana inculturación»1.
Haber celebrado recientemente los 50 años de la promulgación de la Sacrosanctum
concilium, nos da la oportunidad de retomar el espíritu original de la reforma litúrgica
conciliar y darle un nuevo impulso evangelizador a la vida litúrgica de nuestra Iglesia
Latinoamericana y Caribeña, en una espiritualidad de comunión y de acción misionera, y
así, dar el paso definitivo para que la fe profesada por nuestros pueblos, sea celebrada con
un lenguaje, con unos signos, con toda una forma de pensar y de vivir de nuestros pueblos.
El Congreso Latinoamericano y Caribeño de liturgistas, que hoy iniciamos, a través de los
temas, mesas panel, talleres, de nuestras celebraciones litúrgicas y del intercambio de
experiencias, tiene como objetivo, a la luz del Magisterio universal y latinoamericano:
suscitar la reflexión teológica y pastoral sobre la inculturación de la liturgia; compartir
experiencias; y proponer orientaciones que ayuden a su puesta en marcha o impulso en
nuestras Iglesias de América Latina y El Caribe.
Tomando las palabras de san Juan Pablo II en su discurso inaugural de la III CELAM, aquí
en este lugar, concluyo esta bienvenida diciendo: Esta hora que tengo la dicha de vivir con
ustedes es ciertamente histórica para la Iglesia en América Latina. Es también una hora de
1
Conclusión de los encuentros regionales de CONALIS 2012-2013.
gracia, señalada por el paso del Señor, por una particular presencia y acción del Espíritu
de Dios. Por esto quiero pedirles, como un hermano a hermanos queridos: todos los días
de este Congreso y en cada uno de sus actos, déjense conducir por el Espíritu, ábranse a su
inspiración y a su impulso; sea Él y ningún otro espíritu el que nos guíe y conforte. Que
Santa María de Guadalupe, modelo de inculturación del Evangelio en nuestro Continente,
nos cubra con su manto maternal y haga que nuestro Congreso de frutos abundantes para
nuestra Iglesia latinoamericana y caribeña.
I. DESARROLLO DE LA REFLEXIÓN SOBRE LA INCULTURACIÓN
EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE
Este Congreso no surge “así porque sí”. Es fruto de la reflexión de tantos años en el
peregrinar de nuestra Iglesia en América Latina y El Caribe. Tiene como punto de partida la
gran reforma eclesial del Concilio Vaticano II, y particularmente para la Liturgia, la
reforma propuesta por la Sacrosanctum Concilium y el Magisterio universal posterior.
Ambas reformas, la eclesial y la litúrgica, son asumidas por nuestros pastores en todo el
Continente por medio de las cuatro últimas Conferencias Generales del Episcopado
Latinoamericano, de los múltiples encuentros promovidos por el CELAM a través de sus
Departamentos y del trabajo realizado en las Conferencias Episcopales, Diócesis y
comunidades, desde las más grandes hasta las más pequeñas.
Es por ello que en este primer tema del Congreso, deseo presentar de manera breve el
desarrollo histórico de esta reflexión y trabajo de inculturación de la Liturgia en nuestra
Iglesia latinoamericana y caribeña.
1. Sacrosanctum Concilium (1963)
Recién han pasado 51 años desde que la Iglesia se propuso acrecentar la vida cristiana de
los fieles, adaptar mejor a las necesidades de nuestro tiempo las instituciones, promover la
unión de los cristianos y fortalecer la misión de la Iglesia. Y para ello, entre muchas otras
cosas, la Iglesia vio que le correspondía “proveer a la reforma y fomento de la Liturgia”
(cf. SC 1).
Dicha reforma litúrgica debe estar guiada por diversas normas2, entre ellas algunas
encaminadas a adaptar la Liturgia a la mentalidad y tradición de los pueblos (nn. 37-40):
 Respeto y promoción del genio y cualidades peculiares de las distintas razas y
pueblos (n. 37).
 La admisión de variaciones y adaptaciones a los diversos grupos, regiones, pueblos,
especialmente en las misiones, sobre todo al establecer la estructura de los ritos y
las rúbricas (n. 38).
2
Normas generales (nn. 22-25; normas derivadas de la índole de la Liturgia como acción jerárquica y
comunitaria (nn. 26-32); normas derivadas del carácter didáctico y pastoral de la Liturgia (nn. 33-36).
[2]
 Estas adaptaciones deben ser aprobadas por la autoridad eclesiástica territorial (n.
39).
 Para los lugares donde urge una adaptación más profunda: corresponde a la
autoridad eclesiástica territorial determinar cuáles elementos culturales de los
pueblos pueden incorporarse al culto divino, éstos se propondrán a la Sede
Apostólica para su consentimiento; ésta concederá a la misma autoridad eclesiástica
territorial la facultad de permitir y dirigir las experiencias previas necesarias en
algunos grupos preparados para ello y por un tiempo determinado; se empleará la
colaboración de hombres peritos (n. 40).
2. Documento de Medellín (1968)
La Iglesia de América Latina y El Caribe, asume la propuesta del Concilio en la II
Conferencia del Episcopado Latinoamericano, realizada en Medellín. Al tocar el tema de la
Liturgia y su adaptación menciona lo siguiente:
 La variedad de culturas plantea difíciles problemas de aplicación (lengua, signos).
 Si bien las traducciones litúrgicas han significado un paso de avance, los criterios
que para ello se han seguido no han permitido llegar al grado de adaptación
necesaria.
 Son insuficientes los peritos capacitados para apoyar la renovación litúrgica (9, 1).
 Un servicio de la investigación y formación que ya ha comenzado a prestar el
Instituto de Liturgia Pastoral de Medellín, con vistas a la adaptación más profunda
de la liturgia a las necesidades y culturas de América Latina. Para ello es necesario
que se comprenda y facilite la agrupación de expertos tanto en liturgia, Sagrada
Escritura y pastoral, como en ciencias antropológicas, cuyos trabajos abran el
camino a un progreso legítimo (9, 11b).
Instituto de Liturgia Pastoral de Medellín
Desde sus comienzos el Instituto se propuso descubrir la verdadera función de la Liturgia
en la Pastoral. Por eso sus programas iniciales se fueron desarrollando y completando en
función del progreso teológico-pastoral de la Iglesia en América Latina. A partir de la
Segunda Conferencia del Episcopado Latinoamericano reunida en Medellín, el Instituto de
Liturgia ha procuró ser vehículo del programa ideológico pedido por los Obispos. En el
Documento de Liturgia (n. 11b), citado en el párrafo anterior, se dice que el Departamento
de Liturgia del CELAM debe prestar un servicio de investigación y formación el cual
comenzó a prestar el Instituto de Liturgia Pastoral de Medellín, con vistas a la adaptación
más profunda de la Liturgia a las necesidades y culturas de América Latina.
[3]
3. El Medellín de la Liturgia3 (1972)
Este Documento es el resultado del Primer Encuentro de Reflexión Litúrgico-Pastoral, en el
cual participaron Obispos Presidentes y Secretarios de las Comisiones Nacionales de
Liturgia de América Latina.
En el capítulo VIII, “Liturgia hacia el futuro”, se propone organizar el trabajo litúrgico en
diferentes secciones, una de ellas es Liturgia y Misiones, la cual tendrá como objetivo crear
las condiciones para una auténtica adaptación de la liturgia en misiones, especialmente a los
grupos indígenas. Para ello es necesario darle cuanto antes cauces oficiales y promover
urgentemente el estudio y trabajo conjunto de liturgistas y antropólogos.
4. Estudio “Medellín”, Documento Final sobre liturgia (1976)
Ocho años después de haberse promulgado los Documentos de Medellín, el CELAM
convocó a diversos peritos para una Reunión de coordinación que reestudiara dichos
documentos y resaltara los valores más importantes en la actualidad. La reunión se tuvo en
Bogotá del 23 al 28 de febrero de 1976. La Sección de Liturgia redactó un documento final.
En el apartado de líneas generales de la situación de la liturgia en el Continente, hace
mención de algunos problemas y situaciones analizadas en Medellín y todavía vigentes en
lo que se refiere a la adaptación de la liturgia:
1) Problemas de adaptación a las varias culturas
En el campo de adaptación y creatividad algunas Conferencias Episcopales ya han dado
pasos aunque tímidos todavía.
Los rituales de Bautismo, Matrimonio y Exequias de Colombia por ejemplo tienen algunas
oraciones, bendiciones nupciales y hasta prefacios de composición nacional.
La Conferencia Episcopal del Ecuador en el “año de la Evangelización” que acompañó al
Congreso Eucarístico Bolivariano realizó una experiencia de adaptación del leccionario
dominical.
La Conferencia Episcopal del Brasil (CNBB) preparó, con ocasión del Congreso
Eucarístico de Manaos, una plegaria eucarística de gran inspiración popular, en un lenguaje
al alcance de la gente que ha tenido muy buena acogida.
El DELC y la sección de Pastoral Litúrgica del Instituto Pastoral del CELAM han realizado
estudios de tipo investigativo que han tenido cierta repercusión.4
3
4
Medellín, 17-19 de agosto de 1972.
Cfr. Notitiae Vol. 10 (1974) 384-390: artículo del Padre Álvaro Botero Álvarez, traducción portuguesa en
la Revista Eclesiástica Brasileña; y en Revista Medellín, No. 1 pg. 51-62, articulo del Padre Carlos Brago.
[4]
A nivel de grupos indígenas se vienen realizando algunas experiencias, por lo general de
carácter privado; pero varias Comisiones Nacionales de Liturgia han tomado, por lo menos,
conciencia del problema y están al estudio y búsqueda de soluciones.
Varios países con grupos numerosos de indígenas han realizado ya versiones de la Biblia y
de los textos al guaraní, aymara, quechua, etc. pero se trata simplemente de una versión del
latín sin adaptación o creación propiamente dichas.
2) Problemas, situaciones nuevas
Aspectos positivos
El deseo de Medellín 9, 10 de que “se confiera a las Conferencias Episcopales facultades
más amplias en materia litúrgica”, (Cfr. también El Medellín de la Liturgia. 1, 24 a 29) se
ha realizado en buena parte pues los nuevos libros litúrgicos dejan cierto margen de
actuación a las Conferencias Episcopales. Pero hay que tener en cuenta además que se
inicia la tercera etapa que llevará a una más profunda adaptación a juicio de las
Conferencias Episcopales.
Los nuevos libros litúrgicos dejan también buena parte de gestos, ritos, oraciones “pro
oportunitate”, a la libertad del que preside y según las conveniencias o condiciones de la
asamblea. Sin embargo se considera que las facultades de adaptación no son suficientes por
lo cual muchos conscientes de las necesidades de sus fieles, aspiran a una mayor libertad.
3) Mayor conciencia de la necesidad de adaptación de la Liturgia a situaciones
especiales
Después de un largo período histórico de absoluta uniformidad en las celebraciones
litúrgicas cuyo desarrollo estaba predeterminado hasta el mínimo detalle por las rúbricas
(interpretadas hasta el rubricismo), ha sido difícil hacer comprender a muchos pastores la
necesidad de adaptación afirmada ya por la Constitución de Liturgia (SC 37-40).
Las reformas ya efectuadas, las celebraciones en lengua local, etc. han hecho tomar
conciencia viva de la necesidad de unas formas litúrgicas más adaptadas no solo a los
diversos pueblos y regiones, sino a las diversas asambleas participantes.
Aspectos negativos
En la remodelación o adaptación de los lugares de culto a las nuevas formas litúrgicas no se
ha tenido siempre el necesario cuidado con el patrimonio artístico.
4) Falta de experiencias a las diversas cultura
Tanto a nivel diocesano, nacional o internacional la búsqueda de una real adaptación más
profunda prevista por la Constitución de Liturgia del Vaticano II (SC 37-40) va muy
[5]
lentamente; persisten prejuicios y sobre todo tienen algunos la idea de que toda
experimentación ha terminado.
Al final, el documento hace la siguiente recomendación: Al empezar la tercera etapa de la
reforma litúrgica (adaptación-creatividad) es preciso crear condiciones para experiencias
debidamente dirigidas. Queda todavía mucho por hacer, aunque en ciertos medios no se
considera necesaria esta etapa; otros creen que todavía no es el momento de lanzarse en ella
en forma, otros en fin ven su necesidad pero no alcanzan a percibir los caminos de su
puesta en marcha.
5. II Encuentro Latinoamericano de Liturgia, “La Renovación Litúrgica en América
Latina” (1977)
El II Encuentro Latinoamericano de Liturgia, organizado por el Departamento de Liturgia
del CELAM (DELC), tuvo como tema general “La Renovación litúrgica en América
Latina”5.
En la primera parte al tratar sobre la situación de la adaptación litúrgica en el Continente, se
mencionan algunos aspectos positivos y negativos:
Síntomas positivos
- La atención de la pastoral litúrgica a grupos específicos, por ejemplo, de niños,
jóvenes, indígenas, campesinos, etc. y a las comunidades eclesiales de base va en
aumento.
- Hay preocupación por adaptar más la liturgia, en cuanto a la lengua y otros signos
expresivos, a los grupos indígenas. En algunas partes se han obtenido buenos
resultados.
Síntomas negativos
- El Concilio Vaticano II pide que la liturgia esté adaptada a la índole propia de los
pueblos. Para esto hace falta el recurso de algunas ciencias humanas como la
antropología, la sociología y la psicología. Con respecto a estas ciencias se
reconoció que se han utilizado algo, sobre todo en la línea de la piedad popular y de
los grupos indígenas, pero no de una manera sistemática y científica. Se advirtió que
no todas las posiciones de ciertos antropólogos son admisibles.
En la segunda parte del documento se dice que la renovación litúrgica es una meta y un
proceso permanente que no contrapone a la reforma; antes bien, es necesario y a veces
urgente realizar los cambios que se encuentran retardados. Sería utópico esperar una
renovación plena sin proceder a la reforma ya que ambas se exigen mutuamente. De ahí,
que a partir de hechos antropológicos y de la religiosidad popular latinoamericana, sea
indispensable tomar en cuenta lo siguiente:
5
Se llevó a cabo en Caracas, Venezuela del 12 al 24 de julio de 1977.
[6]
1) La multitud de expresiones religiosas existentes en el continente, manifiesta una
apertura del hombre latinoamericano hacia Dios; la diversidad de estas
manifestaciones demuestra una búsqueda muy profunda y denota su fundamento en
una peculiar sicología del mismo. Esta diversidad no solo exige ser tenida en cuenta
en la pedagogía de la evangelización, sino que ha de ser asumida como expresión
válida de la fe y eventualmente ha de ser purificada a la luz de la Palabra de Dios.
Una Liturgia renovada y renovadora supone la oportuna inclusión de esas
expresiones, que connotan valores culturales y religiosos, en las mismas
celebraciones.
2) Según las diversas culturas, ambientes sociológicos, niveles o formas de situación,
se nota por un lado una excesiva pasividad que dificulta la verdadera participación;
en otros medios, por el contrario, esta excesiva pasividad molesta y por ello inquieta
y fastidian los monólogos prolongados. Estos hechos merecen especial atención.
3) Una gran parte de los hombres de nuestro continente son hombres del hacer
concreto aunque no tienen casi participación en los proyectos de su propia acción y
destino. Una Liturgia meramente verbal y nocional lo limita aún más en su
promoción personal. Por eso la Liturgia renovada y renovadora debe asumir cuanto
permita a este hombre intervenir en el proceso de adaptación y creatividad y tenga
en cuenta sus gestos, signos y lenguaje culturales.
6. Documento de Puebla (1979)
Los Obispos reunidos en la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano,
hacen un balance positivo de la renovación litúrgica en América Latina: “En general… está
dando resultados positivos porque se va encontrando de nuevo la real ubicación de la
Liturgia en la misión evangelizadora de la Iglesia, por la mayor comprensión y
participación de los fieles favorecida por los nuevos libros litúrgicos y por la difusión de la
Catequesis presacramental (n. 896). El idioma común, la riqueza cultural y la piedad
popular han facilitado esta renovación (n. 898).
Sin embargo, se siente la necesidad de adaptar la Liturgia a las diversas culturas y a la
situación de nuestro pueblo joven, pobre y sencillo (n. 899). Es por ello que en las
conclusiones el documento de Puebla propone:
1) Revalorizar la fuerza de los «signos» y su teología.
2) Celebrar la fe en la liturgia con expresiones culturales según una sana creatividad.
Promover adaptaciones adecuadas, de manera particular a los grupos étnicos y al
pueblo sencillo (grupos populares); pero con el cuidado de que la liturgia no sea
instrumentalizada para fines ajenos a su naturaleza, se guarden fielmente las normas
de la Santa Sede y se eviten las arbitrariedades en las celebraciones litúrgicas (n.
940).
3) Promover la música sacra, como servicio eminente, que responda a la índole de
nuestros pueblos (n. 947).
[7]
7. “Adaptaciones en la liturgia” (1982)
Este texto es el resultado del Encuentro de Presidentes y Secretarios de las Comisiones
Nacionales de Liturgia de los países Andinos6.
Después de haber reflexionado sobre los varios textos y documentos que tratan el tema, los
participantes elaboraron algunas conclusiones como punto de partida para ulteriores
estudios y profundización respecto a la Adaptación Litúrgica.
“La presencia de culturas diversas de las que tan rico es el continente latinoamericano, ya
se trate de culturas autóctonas conservadas todavía con una cierta pureza de tradición, ya se
trate de culturas surgidas de la fusión de elementos originales con los importados del viejo
continente y de países de tradición distinta, plantea el problema de encontrar la manera de
adaptarlas a la Liturgia del rito romano. No se trata de crear una nueva liturgia, como
tampoco se trata de la novedad por la novedad, ni de resucitar elementos ya caducos en
obsequio a la arqueología.
Una perspicaz sensibilidad pastoral, fundada sobre una fe segura y profundamente vivida
por la comunidad cristiana, una estrecha colaboración entre los pastores de la Iglesia y
personas competentes en los diversos campos de la ciencia, podrá indicar el camino para
valorizar ciertos elementos válidos de las tradiciones locales auténticas a fin de que la
liturgia, conforme a las prudentes indicaciones del Concilio Vaticano II, pueda expresarse
más claramente en el lenguaje, en la mentalidad, en la vida de las distintas Iglesias locales,
aunque respetando la esencial unidad de la fe y en profunda comunión de caridad” 7.
El documento es muy amplio y completo. Comienza, en el capítulo I, por mencionar y
describir los criterios con los cuales toda adaptación debe realizarse. Tales criterios
provienes del contenido de la fe, de la naturaleza de la liturgia, del sentido de la Iglesia y de
la situación antropológica.
La adaptación de la liturgia forma parte del movimiento de renovación instaurado por el
Concilio Vaticano II para una más eficaz acción pastoral de la Iglesia, de ahí que los
objetivos particulares que persigue la adaptación sean los mismos propuestos por la
Sacrosanctum concilium: adaptar a cada tiempo las instituciones sujetas a cambio (SC 37);
fomentar la participación plena, activa y consciente de los fieles (SC 14); procurar la
transparencia de los signos y la sencillez de los ritos (SC 34); responder mejor a la índole o
naturaleza de los pueblos y de las culturas (SC 37-40).
El capítulo III describe la noción de adaptación: “La adaptación es la acción de la Iglesia
que, en el ejercicio de su misión pedagógica, renueva las formas litúrgicas, para
comunicar con mayor eficacia pastoral la vida de Cristo a los hombres y alcanzar que el
cuto al Padre sea mejor participado”.
6
7
La reunión tuvo lugar en Quito los días 9 - 12 de marzo de 1981.
Cardenal Villot, Notitiae, 13 (1977) 466.
[8]
El capítulo IV habla de las áreas de la adaptación; el capítulo V dice quiénes son los
responsables de la adaptación; y por último, el capítulo VI habla de la importancia y
necesidad de la adaptación.
8. Documento de Santo Domingo (1992)
La IV Conferencias General del Episcopado Latinoamericano, menciona como un gran
desafío pastoral en lo que respecta a la Liturgia: “No se atiende todavía al proceso de una
sana inculturación de la liturgia; esto hace que las celebraciones sean aún, para muchos,
algo ritualista y privado que no los hace conscientes de la presencia transformadora de
Cristo y de su Espíritu ni se traduce en un compromiso solidario para la transformación del
mundo” (n. 43). Es de notar que en este documento ya no se habla de adaptación, sino de
inculturación.
Para enfrentar este desafío, los obispo proponen las siguientes líneas pastorales:
1) Promover una liturgia que en total fidelidad al espíritu que el Concilio Vaticano II
quiso recuperar en toda su pureza busque, dentro de las normas dadas por la Iglesia,
la adopción de las formas, signos y acciones propias de las culturas de América
Latina y el Caribe.
2) En esta tarea se deberá poner una especial atención a la valorización de la piedad
popular, que encuentra su expresión especialmente en la devoción a la Santísima
Virgen, las peregrinaciones a los santuarios y en las fiestas religiosas iluminadas por
la Palabra de Dios.
3) Si los pastores no nos empeñamos a fondo en acompañar las expresiones de nuestra
religiosidad popular purificándolas y abriéndolas a nuevas situaciones, el
secularismo se impondrá más fuertemente en nuestro pueblo latinoamericano y será
más difícil la inculturación del Evangelio (n. 53).
9. Documento de Aparecida (2007)
LA V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y Caribeño, hace una
valoración positiva sobre la inculturación el Evangelio: “Como Iglesia, que asume la causa
de los pobres, alentamos la participación de los indígenas y afroamericanos en la vida
eclesial. Vemos con esperanza el proceso de inculturación discernido a la luz del
Magisterio” n. (94).
En cuanto a la inculturación de la Liturgia, se han hecho algunos esfuerzos en los pueblos
indígenas y afroamericanos (cf. n. 99b).
Sin embargo, los obispos afirman que “es prioritario hacer traducciones católicas de la
Biblia y de los textos litúrgicos a sus idiomas” (n. 94), ya que “con la inculturación de la fe,
la Iglesia se enriquece con nuevas expresiones y valores, manifestando y celebrando cada
vez mejor el misterio de Cristo, logrando unir más la fe con la vida y contribuyendo así a
una catolicidad más plena, no solo geográfica, sino también cultural” (n. 479).
[9]
II. NUESTRA REALIDAD HOY
En septiembre de 2010 se realizó en la ciudad de Bogotá, un Congreso Litúrgico
Latinoamericano: “La Vida Litúrgica de la Iglesia en América Latina después de
Aparecida”8. La Congregación del Culto divino y Disciplina de los Sacramentos, quien
convocó a dicho Congreso, previamente envió a las Conferencias Episcopales un
cuestionario con el fin de conocer la situación de la pastoral litúrgica en nuestro Continente,
el séptimo apartado correspondió al tema de la inculturación. En la respuesta que enviaron
algunas Conferencias Episcopales se manifiesta la siguiente situación.
Aspectos positivos
 Se organizan talleres para conocer y estudiar los documentos del Magisterio de la
Iglesia sobre el tema de la inculturación.
 En algunos países se cuenta con un equipo de expertos que reflexionan sobre la
inculturación de la liturgia.
 Se llevan a cabo trabajos específicos de inculturación: el idioma, canto y música,
vestimentas, objetos, imágenes…
 La vertiente de la inculturación está presente en la organización y realización de en
los cursos de formación.
 En el ámbito nacional, se han organizado con mucho cuidado asesorías
permanentes, varios seminarios sobre inculturación de la liturgia: inculturación
litúrgica en los pueblos indígenas, inculturación en los pueblos afro descendientes e
inculturación de la liturgia en la cultura urbana.
 Se tienen ya la traducción de la Biblia, o cuando menos del Nuevo Testamento.
 En varios pueblos indígenas la liturgia se celebra en el idioma del lugar. Algunas
traducciones litúrgicas ya han sido aprobadas por la Santa Sede., otras están en
proceso de lograrlo.
 Se han revalorado diferentes servicios tradicionales (por ejemplo: mayordomos,
fiscales, topiles, capitanes, etc.).
 Adaptaciones de libros litúrgicos, sobre todo los rituales del Bautismo y del
Matrimonio.
 En varias diócesis ha habido mucha creatividad, incorporando a la Misa y otros
Sacramentos, ritos propios de los pueblos indígenas, como danzas, “siembras de
velas”, actos penitenciales, ofrendas, incienso, procesiones, etc. sin embargo no
siempre con la debida armonía al rito litúrgico, ni con la aprobación de la
Conferencia episcopal.
 En algunos países han elaborado si calendario litúrgico.
8
Congreso Litúrgico Latinoamericano: “La Vida Litúrgica de la Iglesia en América Latina después de
Aparecida” - trabajando en comunión para celebrar la salvación y que ésta llegue a todos - BogotáColombia, 20 al 24 de Septiembre de 2010.
[10]
Aspectos negativos
- Debido a la falta de una formación litúrgica adecuada, los intentos de adaptación
que se realizan surgen de un afán pastoral por hacer comprensivo el contenido de
los celebrado, pero casi siempre esto queda a merced del sentido litúrgico de
quienes son responsables de las celebraciones, especialmente los sacerdotes; aquí se
nota con frecuencia un desconocimiento de las posibilidades que los libros
litúrgicos ofrecen y hay una tendencia a buscar otras soluciones, más o menos
acertadas respecto al espíritu de la Liturgia.
- En los diversos niveles pastorales (regional, nacional o diocesano) poco se ha
avanzado en el campo de la inculturación.
- Son pocas las iniciativas concretas y estables para la inculturación de la liturgia. En
algunos lugares solo existe la buena voluntad de obispos y sacerdotes que, más que
una inculturación de la liturgia introducen en ella algunos elementos folcklóricos.
- Se tiene muy buena voluntad, pero se desconoce la teología litúrgica y las culturas a
las cuales se quieren adaptar. Hay agentes de pastoral que dan sentido ideologizado
a algunos ritos indígenas.
- El trabajo de la inculturación de la liturgia no ha sido tomado en cuenta en los
programas de las Comisiones Episcopales de Liturgia en las Conferencias
Episcopales.
CONCLUSIÓN
La Iglesia de América Latina y El Caribe vive un cambio de época que la desafía en su
forma de vivir y transmitir el Evangelio. Por lo tanto, también plantea un desafío el modo
de celebrar nuestra fe en la liturgia y su pastoral. El Papa Francisco en la Exhortación
Evangelii gaudium nos dice que «La Iglesia evangeliza y se evangeliza a sí misma con la
belleza de la liturgia, la cual también es celebración de la actividad evangelizadora y fuente
de un renovado impulso donativo» (n. 24).
Creo que mucho se ha escrito sobre la adaptación e inculturación de la Liturgia en nuestro
Continente, son también muchos los intentos a todos los niveles, pero de manera dispersa, y
en algunos lugares hasta de manera aislada.
En los primeros quince años de este milenio, el desafío de la adaptación e inculturación de
la Liturgia se vuelve más exigente. Ya no solo hablamos de inculturación en los pueblos
originarios, o en los pueblos afro descendientes, hoy también «Nuevas culturas continúan
gestándose en estas enormes geografías humanas [que son las ciudades] en las que el
cristiano ya no suele ser promotor o generador de sentido, sino que recibe de ellas otros
lenguajes, símbolos, mensajes y paradigmas que ofrecen nuevas orientaciones de vida,
frecuentemente en contraste con el Evangelio de Jesús. Una cultura inédita late y se elabora
en la ciudad. El Sínodo ha constatado que hoy las transformaciones de esas grandes áreas y
la cultura que expresan son un lugar privilegiado de la nueva evangelización. Esto requiere
imaginar espacios de oración y de comunión con características novedosas, más atractivas y
significativas para los habitantes urbanos. Los ambientes rurales, por la influencia de los
[11]
medios de comunicación de masas, no están ajenos a estas transformaciones culturales que
también operan cambios significativos en sus modos de vida» (Eg 73).
Estamos convencidos que la inculturación de la Liturgia precisa, hoy más que nunca ser
incentivada, tomando en cuenta los rostros latinoamericanos, la religiosidad popular, las
iniciativas de celebraciones adaptadas a los medios afrodescendientes e indígenas,
recuperando las expresiones culturales, el ritmo, el canto y la música, los instrumentos
musicales, las vestimentas, los gestos e símbolos de las diferentes culturas. Uno de los
caminos para enraizar a la liturgia las culturas de nuestros pueblos ser, sin duda, acoger y
valorizar muchas de las celebraciones populares como expresiones auténticas y legítimas
del misterio pascual del Señor.
Hermanos y hermanas, no tengamos miedo, dirijamos nuestros pasos «Hacia una Liturgia
inculturada en América Latina y El Caribe». Gracias.
[12]
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