Adaya M, Enrique. (1999). Atrévase a ser guionista, IPN, México. CREATIVIDAD, ¡PARA QUÉ TE QUIERO! (Guión literario) El guión es, dentro del proceso de producción de un videoprograma educativo, la estructura sobre la que habrán de sustentarse los contenidos por transmitir; por su conducto, trascenderá el mensaje que se pretende emitir y habrá de generarse en el auditorio la movilización buscada en el proceso de enseñanza aprendizaje. Puede considerársele una herramienta o un instrumento escrito que, integrando investigación y creatividad con elementos técnicos, posibilita una producción audiovisual congruente cuyo objetivo, además de informar, documentar, demostrar, etc., es sensibilizar y motivar al educando. Etapas en la elaboración de un guión Para poder realizar cualquier guión, el primer paso es definir con absoluta claridad cuatro aspectos primordiales: Qué queremos transmitir: cuál es exactamente el contenido que alimentará la producción. Para qué habremos de elaborar el material: qué objetivo queremos lograr con la transmisión del mensaje. A quien irá dirigido nuestro trabajo, cuál es exactamente el destinatario que nos interesa, para quién elegiremos el lenguaje adecuado. Cómo manejaremos toda la información, cómo transmitiremos lo esencial, cómo captaremos la atención del educando y la mantendremos hasta el final, qué estrategia escogeremos. Esclarecidos los tres primeros puntos entre los profesionales inmersos en la producción (investigadores, maestros, guionistas, productores), la toma de decisiones respecto del último punto, es decir, el cómo, es una de las principales tareas del guionista o del maestro guionista. ¿Quién es el guionista o maestro-guionista? El guionista es, en cierta forma, un traductor que sabrá encontrar el lenguaje audiovisual específico, exclusivo de la naturaleza del medio televisivo para transmitir los contenidos. Es una primera instancia, el guionista tendrá pláticas con los maestros o investigadores que aportan la información e investigará acerca del tema, sus características y alcances. Luego, podrá gestar una idea central para abordar el tema de manera óptima, lo que posibilitará la redacción de una sinopsis. 1 Así, podrá abordar la elaboración del guión, teniendo en cuenta las posibilidades técnicas reales en cuanto a equipos, materiales y personal de los que su institución dispone para la producción. De esta manera, el proyecto será factible y podrá alcanzar las metas educativas planteadas. Elaboración del guión literario Siempre que hay un guión, hay un relato, sea éste dramático o un audiovisual documental. Cuando un guionista o maestro guionista se lanza a la aventura de escribir, parte de una idea original acerca de un tema preestablecido, basándose en una investigación. Después, tendrá que encontrar la forma congruente, dinámica y atractiva de trasmitir esos conocimientos: estará “contando una historia” aunque no se trate de ficción. Se intentará entonces que el destinatario, en este caso, el educando, sea atrapado desde la introducción (principio).Luego será necesario lograr que toda la energía del sujeto de aprendizaje se concentre en el desarrollo (trama) en el que estará inmerso para que siga con interés la propuesta educativa audiovisual hasta el final: las conclusiones del programa (desenlace). Si en un guión se encuentran todos estos elementos, se constituirá realmente como estructura del programa y tendrá la solidez buscada, el ritmo, la fuerza, la dinámica necesarias: se garantizará entonces el proceso de comunicación educativa. Esquemas narrativos Sin embargo, el guionista puede y debe gozar de libertad creativa: escoger o construir el esquema narrativo que más convenga a los objetivos del programa, a las características del tema e incluso a su propio estilo literario. Tiene en sus manos la posibilidad de invertir el orden de los elementos básicos, modificar su apariencia, innovar en la narrativa, incorporar interrogantes, documentos, testimonios, multimedia, etc. Habrá de abordar el trabajo de manera lineal o circular, cronológica o lógica; comenzará por lo primero o por lo más importante, según su criterio. Pero siempre que incluya los elementos sustanciales, su producto educativo será exitoso. Después de la libre elección o construcción de su esquema narrativo, el guionista seleccionará el género que más convenga a sus metas. Géneros (estrategias comunicativas) Cuando el guionista se dispone a iniciar la escritura, es cuando debe escoger el género más adecuado entre el abanico de posibilidades que existe. Una variedad de géneros ha ido apareciendo desde los primeros pasos de la televisión educativa hasta nuestros días, transformándose, enriqueciéndose, diversificándose a través de los años. Estos géneros y sus denominaciones varían según los enfoques de distintos autores, según criterios educativos y de comunicación, incluso según la idiosincrasia de cada comunidad que enfrenta este reto. Pero en definitiva, los géneros son estrategias de comunicación y, para los fines que ahora nos ocupan, vamos a agruparlos en dos bloques principales: el género dramático y el género informativo. Dentro de ellos, hay 2 modalidades o subgéneros factibles de ser combinados o enriquecidos a partir de la creatividad del guionista. La diferencia principal entre ambos géneros es la manera de relatar lo que se desea transmitir. La elección del género y modalidad se hará considerando todos los factores: el tema, el destinatario, el objetivo de la producción, etcétera. a) Género dramático En el género dramático, el objeto de estudio se transformará en una historia que será narrada dentro de los lineamientos precisamente, de la dramaturgia (principio, nudpconflicto-desarrollo y desenlace). La realidad no se presenta de una manera objetiva sino modelada artísticamente, entreteniendo al auditorio, involucrándolo emocionalmente en el tema. Para abordar este estilo, aun en un videoprograma educativo, es recomendable ubicar puntos argumentales (sucesos decisivos o importantes que desencadenan cambios en la trama), un punto medio(en el que ocurrirá algo particularmente significativo) y un clímax (hecho que desencadena el final). Esto ayuda enormemente a hilvanar la historia, a lograr una producción exitosa, y por lo tanto, a cumplir con el objetivo didáctico. Para construir un guión dramático conviene manejar tres pasos primordiales: Elaborar una sinopsis, es decir, una narración breve que contenga todos los aspectos argumentales y de contenidos que incluirá el guión, de manera clara de principio a fin. Desarrollar el argumento completo, considerando la aparición de personajes y descripción de situaciones, así como organizando el conjunto en actos, secuencias y escenas. Escribir el guión con el formato adecuado, con los parlamentos y diálogos exactos, las acotaciones de imagen, teniendo en cuenta en lo posible, escenografía, iluminación, vestuario, música, etc. Dentro de este género podemos encontrar modalidades: Programa unitario: el más utilizado en educación; cada programa es una unidad en sí mismo. La historia y los personajes serán exclusivos de esta producción. Serie: en este caso, los programas son varios y los mismos personajes viven situaciones diversa. Hay muchas variantes dentro de este género, como teleteatros y telenovelas, pero difícilmente pueden usarse dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje. b) Género informativo El género informativo es el idóneo cuando se busca más objetividad; la realidad que se aborda se reflejará de manera cercana a los sucesos mismos. Sin embargo, nunca hay que olvidar que aun dentro de este género, los programas deben ser entretenidos. Deben conducir al destinatario a entrar en la temática que se aborda, a involucrarse en los 3 planteamientos y finalmente a reflexionar y a obtener sus propias conclusiones, lo que realmente es nuestro objetivo educativo. Para iniciar la elaboración del guión es indispensable, luego de realizar la investigación e independientemente del orden que se escoja, que el programa incluya tres partes paralelas a las mencionadas para el género dramático. a) La introducción, que presenta claramente la propuesta que visualiza en forma general los contenidos que se abordarán. b) El desarrollo, donde se van configurando los argumentos, los conflictos, la información, los testimonios, las contradicciones y todos los otros elementos. c) Las conclusiones, donde se resumirán conceptos, se pulirán definiciones, se reiterarán los planteamientos acerca de los cuales se quiere tener seguridad de que queden claros. Asimismo, se tratará de generar inquietud en el receptor, para que los contenidos recibidos lo orillen a investigar más y a confirmar o contradecir conceptos. Es importante aclarar que dentro de este género, independientemente del formato que se utilice, los textos deberán ser sencillos, amenos, coloquiales, ya sea que estén en boca de los locutores, a cuadro o en off, con el fin de ser verdaderamente comunicadores del mensaje. Tendrán que dar lugar a las pausas, a los puentes musicales, a los efectos sonoros especiales, al sonido ambiente, etc. Paralelamente, las imágenes deberán ser dinámicas, variadas, no ilustraciones literales, sino secuencias expresivas de los contenidos que se están transmitiendo. Si el lenguaje de las imágenes está bien utilizado, bien diseñado, los textos pueden reducirse enormemente. Las imágenes en sí mismas informan, expresan, motivan y sensibilizan a veces mucho más que las explicaciones verbales. Dentro de este género existe una amplia gama de posibilidades. El documental: Es una de las modalidades más usadas en TV educativa. Basado en una amplia investigación, puede incluir dentro de la información, documentos fotográficos o fílmicos que enriquecerán y proporcionarán credibilidad al programa. Si la información es extensa e importante, se puede producir una serie. El testimonial: Muy utilizado actualmente, es una de las formas más eficaces para comunicar problemáticas de diversa índole. Aunque aparezca una locución como hilo conductor del programa, la mayor parte del video estará constituido por testimonios (declaraciones) de los involucrados en el tema que se aborda. Sus conceptos, expresados en forma espontánea, en su lenguaje propio, pueden ser enormemente convincentes, ciertos y constituir un material de enorme valor educativo. La mesa redonda o panel: Es un tipo de programa de fácil y sencilla producción pero que resulta muy convincente y eficaz a partir del valor o representatividad de los participantes. El conductor o moderador es quien maneja la información globalmente, a partir del guión previamente elaborado. Hay muchas otras variantes dentro de este género, absolutamente combinables entre sí, incluso con dramatizaciones. Entre ellas, podemos mencionar la entrevista, la 4 miscelánea, los noticiarios, los programas de concurso, los demostrativos, el fresco o coral. etc. Los formatos en el guión de videoprogramas educativos El formato es algo así como el recipiente donde aparecerá el fruto de todos los pasos previos a la realización del guión: selección de información, investigación, pláticas con maestros, selección de género y demás etapas del proceso. En él se reflejarán todos los elementos de contenido y forma, se condensarán todos las indicaciones de imagen y sonido. Desde el momento en que el guionista empieza a vaciar dentro del formato, se va haciendo responsable de lo que el receptor va a ver y oír: escenas cotidianas, letreros didácticos, personas a cuadro, efectos visuales, etc., habrán de integrarse a voces en off, a sonido ambiente, a música especialmente seleccionada, a efectos sonoros y a todos los otros elementos auditivos que se desee incorporar. Podríamos decir que el formato es la matriz en la que crece el embrión que finalmente dará luz al videoprograma. Existen principalmente dos tipos de formatos: a dos columnas y una columna. Formato a dos columnas Es el que se ha usado tradicionalmente en TV educativa. A la izquierda, se ubica la columna para el video (imagen) y a la derecha la columna para el audio (sonido). Aunque no existe una convención estricta, es recomendable que: Las columnas tengan un ancho de siete centímetros cada una, aproximadamente, dejando márgenes de tres centímetros y un espacio entre ambas de dos. Se utilice una letra tipo arial o similares, de 12 puntos y se deje doble espacio entre los renglones. De esta manera, cada página de guión corresponderá (aproximadamente) a un minuto de tiempo real. En la columna de video se describen las imágenes que se verán en el programa, las secuencias grabadas, fílmicas, fotográficas, los letreros de apoyo didáctico o gráficas, etc. En la columna de audio aparecerán los textos de locución o los diálogos de personajes, los puentes musicales, etcétera. Las indicaciones de video y de audio han de concebirse preferentemente de manera simultánea y plasmarse en el papel en forma paralela. Dentro del formato a dos columnas existen variantes: a) El lugar de la descripción de imagen, en la columna de video puede realizarse un story board. b) El espacio entre las dos columnas puede usarse para indicar los tiempos parciales. Esta angosta columna puede titularse “TT” y vendría a ser la tercera, pero dentro del formato de dos columnas. 5 c) Del lado derecho puede agregarse otra columna angosta para tiempos totales (para medir secuencias, partes constitutivas del programa, etc), que puede titularse “TP”. Esta sería una cuarta columna, dentro del formato denominado de dos columnas. d) Cuando el guión literario se complementa en su etapa final con el guión técnico, es necesario agregar aún más columnas angostas a este formato para indicar el número de la toma y la cámara que la realizará. Así, tenemos cinco columnas dentro del mismo formato de dos. El guión técnico es elaborado por el productor que, en TV educativa por lo general, es el mismo guionista. En esta etapa del guión, ambas columnas se complementan con más indicaciones técnicas, las cuales se escriben con letras mayúsculas. La columna de video incluirá indicaciones de planos, cortes directos, disolvencias, transiciones, efectos, encuadres y movimientos de cámara, etcétera. La columna de audio indicará entradas y salidas de locutor, subidas y bajadas de música, sonidos o efectos especiales, etcétera. Formato a una columna Este formato es similar al que se utiliza en el guión cinematográfico y tiende a usarse cada vez más en TV educativa, pues aquí el guionista no determina tanto el trabajo del productor, sino que le posibilita una participación más activa. Las acotaciones de video se escriben a lo largo de la hoja. Describen la escena, las secuencias, las imágenes que habrán de verse y se relatan siempre en tiempo presente. A continuación se indica el audio correspondiente. Uno a uno, aparecen los diálogos en una posición centrada y titulado con el nombre del personaje que habla. En el caso de más de un locutor, se les diferencia con el título “locutor 1” o “locutor 2”; debajo se ubican los textos correspondientes a las imágenes descritas y así, alternadamente, se desarrolla la narración intercalando las acotaciones de imagen con sonido. FORMATO DE GUIÓN A DOS COLUMNAS Video En esta columna se describen los planos (los que indican la relación de tamaño que se da entre el cuadro de la imagen y el sujeto u objeto que aparecen dentro del cuadro). Es muy común encontrar nomenclatura en idioma inglés y, aunque debería preferirse el uso de términos en español, para efectos de la comprensión inmediata del significado de los planos, hay que entender los nombres en inglés, ya que son los más difundidos y aceptados en el ámbito internacional. 6 Audio En esta columna se describen: Texto Diálogos Música Efectos sonoros, sonido ambiental, etc. Silencios específicos FORMATO DE GUIÓN A UNA COLUMNA Número de toma (progresivamente) Número de cámara Los planos (iniciales de estos) Movimientos de cámara Descripción de la acción Texto Tiempo de duración de cada toma (incluyendo texto) Indicaciones sobre efectos sonoros y visuales Música Otras observaciones especiales. 7