EL DOCENTE Y LA CREATIVIDAD MITOS Y RETOS José de los Reyes Giménez [email protected] A menudo la gente habla de la creatividad como si fuera una posición preciada de sólo unos pocos Robert Stemberg Vivimos un tiempo en que nos vemos abarrotados debido a los rápidos avances tecnológicos y científicos, provocando profundos cambios económicos, políticos, ecológicos, sociales y culturales; asociado a ello, sumergidos en un mundo globalizado cuyas repercusiones han sido muy notables en las diversas sociedades llamadas tercermundistas y en especial sobre las sociedades latinoamericanas y muy en particular en nuestra sociedad venezolana, las cuales han penetrado fundamentalmente a través de medios de comunicación tan poderosos como la televisión por cable e Internet. Tal impacto ha perneado en los estilos de vida de los pobladores latinoamericanos, en las culturas tanto nacionales como regionales y locales por cuanto la tendencia es imitar, fenómeno que trae consigo la falta de autenticidad, identidad, la subvalorización, la pereza mental y estilos de pensamiento y formas de actuar que en definitiva coartan la creatividad del sujeto, el cual cabe advertir que las futuras generaciones que se están gestando tanto en el seno de la familia, como en la escuela no se vean abrumados por la gran cantidad de información de que disponen, sino que más bien, por medio de un entendimiento y habilidad puedan emplear su propio pensamiento creativo y así puedan dirigir su aprendizaje y su futuro. De acuerdo a lo anterior, supremamente cabe considerar que la labor o el compromiso que atañe a la escuela ante esta realidad, vale también decir que recae en el docente tal compromiso quien debe asumirlo con creatividad para generar procesos de formación en sus discentes y en la comunidad a la cual debe sus esfuerzos a la hora de encarar el fenómeno en cuestión. De lo que surgen las interrogantes obligadas: ¿Cuenta el docente con las herramientas adecuadas? ¿Cuál es su visión en torno a la creatividad como una vía para la resolución de problemas?. Es oportuno destacar que parte significativa de los años más relevantes y hermosos en la vida de una persona se desarrollan en la escuela. Los niños actualmente cada vez llegan a más temprana edad y su vida y la de su grupo familiar gira en torno a este interés, por lo que en ella encontrará (se supone) las condiciones adecuadas para su pleno desarrollo y el espacio propicio para el reconocimiento y expresión de sus potencialidades, para lo cual declaro, ante tal contexto que el docente, es y debe ser un cautivador nato de talentos. Se dice entre los expertos cuando hacen referencia al talento, que la creatividad es inherente a este, que es un recurso valioso del que dispone el ser humano, el cual requiere ser cultivado, y muy particularmente en esta época postmoderna en que vivimos, en este mundo globalizado, donde “todo vale”, “nada sirve”, todo cambia: es decir, la incertidumbre abraza y arropa por completo el sentir del hombre; condiciones que favorecen y estimulan el pensamiento creativo. Debo añadir entonces, al contextualizar el proceso de enseñanza y aprendizaje predominante en la gran mayoría de nuestras escuelas, que tienden a reducir la creatividad del alumno por debajo del nivel de sus reales y grandes posibilidades y advierto que no es de perogrullo decir; que en la educación venezolana persiste la función castradora, opresora, con exagerado énfasis en la reproducción de información y la memorización del conocimiento, que aun no termina por proyectarse con visión prospectiva, que aun no forma al alumno para solucionar creativamente sus problemas y los de su entorno, para enfrentar creativamente los desafíos de la vida marcada por los constantes cambios en un clima de incertidumbre propiamente tal; en efecto, no está demás insistir en todo esto, por cuanto se ha dicho hasta el cansancio, pero poco se actúa en consecuencia. En opinión de Castillas (2005) quien espera de los estudiantes que sean pensadores, investigadores e innovadores, no sólo aprendices memorizadores e imitadores; no repetidores del pasado, sino productores de nuevos conocimientos, no sólo versados en lo que aun no se ha escrito, sino alertas a encontrar lo que aun no se ha escrito, que no sean capaces únicamente de ajustarse al medio, que lo ajusten a ellos, no sólo ejecutantes de alta calidad, también compositores y creadores de nuevos patrones. En concordancia con todas estas ideas Vivas (2005) plantea: Las transformaciones aceleradas que suceden en la sociedad, tanto a escala mundial como regional y local no deben permitir que sobreviva una educación caduca, cuyos conocimientos impartidos están atrasados con respecto a lo que ocurre en los centros de producción tecnológica, científica y cultural, una educación irrelevante, sin concesiones a la crítica, a la inventiva, a la imaginación, al sueño y a la felicidad en medio de una realidad que se desborda en la búsqueda del logro de esos ideales, debe ser eliminada o al menos cambiada sustancialmente (p.2) Es indudable entonces, que el pensamiento creativo, y en base a esto ha de reflexionar el profesional de la docencia, que tiene que trabajarse desde la edad temprana hasta los niveles superiores, tiene que estar presente en todas las estrategias y actividades que ejecuta a diario y aún más, tiene que estar relacionado con las metas y objetivos de nuestra educación y la realidad sociocultural del alumno y su ambiente, sólo en base a estas permisas, el docente entenderá que es importante que la creatividad ocupe un especial lugar en su práctica cotidiana como profesional. Evidentemente, la creatividad es necesaria en todas las actividades educativas por cuanto permite el desarrollo de aspectos cognoscitivos y afectivos importantes para el desempeño productivo, lo cual quiere decir, que su incorporación en todos los ambientes de la escuela, representa la posibilidad de tener en el talento humano, (llámese talento, mas no recurso, término que hace pensar de la persona un individuo como un instrumento frío y estático), el agente de cambio capaz de enfrentar los retos de una manera diferente, eficiente y audaz: esta meta es un reclamo de la sociedad al nuevo maestro, a la escuela como institución formadora de personas. Pero por el contrario, y muy a pesar la escuela de hoy en cualquiera de sus niveles, en su mayoría son centros donde se estimula el miedo de equivocarse y que concibe la fantasía y el sueño como una pérdida de tiempo (c.f. creatividad de Osho), que cultiva una actitud negativa ante el hecho de asumir riesgos y que soslaya la imaginación, no se vislumbran nuevas posibilidades o nuevas opciones ante los problemas y desafíos, dejando de lado de igual modo lo mejor de cada niño, niña, adolescente y adulto, al respecto Holt, (citado por Alentar (1986) al referirse a las limitaciones de la escuela en el proceso de desarrollo del potencial del hombre afirma que: “la mayor parte de los niños fracasan en la escuela porque no desarrollan mas que una parcela ínfima de su tremenda capacidad para aprender, comprender y crear, con la que nacieron y de la que hicieron pleno uso de sus dos o tres primeros años de vida” (p.378) También Asimov, citado por este mismo autor destaca en cuanto a la capacidad del hombre para hacer uso de su potencial creador, el mito acerca de la creencia de hace algunos siglos que la escritura y la lectura eran privilegio de unos pocos, imperando la convicción de que tales competencias eran para algunos afortunados. En la actualidad, resalta Asimov, que pocos hacen pleno uso de su potencial creativo, asumiendo la creencia de que la creatividad es una prerrogativa de algunos pocos privilegiados, que nacieron con el don de la creatividad o que depende solamente de las características del propio individuo, descartando la importancia de la función de la educación y de la sociedad para reconocimiento y estimulación de la capacidad creadora. Otro mito que necesita ser cuestionado es el que la creatividad se manifiesta solamente en las producciones de grandes talentos artísticos y en las proyecciones de grandes inventores y científicos. Efectivamente, durante mucho tiempo se ha considerado a la creatividad como un don que sólo privilegia a algunas personas con intereses artísticos, pero gracias a muchos pensadores e investigadores preocupados sobre dicho fenómeno, es que podemos decir que todos tenemos la facultad de ser creativos y que a ella tenemos acceso si la trabajamos diariamente para alcanzar niveles mas elevados en cada uno de nuestros alumnos. No obstante, la naturaleza de la creatividad es una cuestión seria y rigurosa y que para conocerla y desarrollarla es vital y necesario profundizarla y es a través de la investigación como podemos indagar en cuanto a los siguientes aspectos: en primer lugar conocer su naturaleza, cuáles son los elementos que la constituyen, cuáles son las características que hacen que un producto pueda calificarse como creativo, qué funciones cognoscitivas se presentan o se requieren para llegar a la creatividad, qué tipo de contextos escolares favorecen la creatividad, cuáles son los pasos o etapas que transita el proceso creativo, estos y otros aspectos no menos importantes vinculados a la visión que se tiene en referencia a ésta temática. Paralelo a lo dicho anteriormente, existen planteamientos que nos hablan de que la creatividad es una característica del pensamiento, que tiene que trabajarse en todas las personas, en ese mismo orden, otros nos plantean que la creatividad tiene que trabajarse de forma entrelazada o entramada a los espacios curriculares, es decir, relacionar el desarrollo del pensamiento creativo con el Currículo Básico Nacional; de cierto es que en nuestros planes y programas uno de los aspectos más importantes es desarrollar en los niños habilidades y capacidades cognoscitivas y afectivas, es justamente ahí donde la creatividad tiende su escenario y encuentra su justificación; además, es evidente de suyo que los perfiles que se necesitan para enfrentar el futuro no puede, ni debe deslastrarse de este aspecto tan importante del individuo. Tanto las características y los recursos que interactúan en la creatividad, como las etapas del proceso creativo nos dan herramientas o insumos para el diseño y desarrollo de estrategias en el salón de clases, por lo que todos los docentes debemos incorporar a nuestras prácticas pedagógicas, técnicas que estimulen y fomenten la creatividad, tomando como base lo contemplado en el Currículo Básico nacional. Por lo que cabría preguntarse, ¿El docente de hoy está siendo formado para tales fines? ¿Tiene un concepto claro y puntual acerca de su expresión creativa? Me permito ilustrar la realidad ante tales interrogantes una experiencia que tuve recientemente con alumnos de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador. Instituto Pedagógico de Barquisimeto (UPEL-IPB) que cursan el noveno semestre de su carrera, de dos secciones de un total de cincuenta y seis (56) en mi afán de satisfacer una inquietud, producto de las revisiones literarias en torno al tema de la creatividad, les platee que reflexionaran en lo referente a las barreras a su expresión creativa, completando la siguiente frase: “Yo sería mas creativo (a) si……”. La tendencia al analizar las respuestas obtenidas giraron en función a las variables sociales y emocionales. He aquí algunas de ellas del ámbito social. Yo sería más creativo (a) si: aquí se estimulara la libertad de expresión, se abrieran más espacios para expresar mis ideas, si tuviese más oportunidades, si mis compañeros fuesen menos críticos y más receptivos y tolerantes, si se fomentara el respeto por la opinión de los demás, si me brindaran más y mejor oportunidad para demostrar de lo que soy capaz. De las barreras emocionales emergieron las siguientes: si fuese menos tímido, inseguro y nervioso, si apartara el miedo de lo que puedan pensar de mi, si tuviese más confianza en mi mismo, si apartara el temor a la burla, si se consideraran mis ideas también como importantes. Algunos de estos estudiantes tuvieron la necesidad de remontarse al pasado al emitir que pudiesen ser más creativos si en su niñez no hubiesen sido castrados por sus adultos significantes o si hubiesen tenido en la escuela mayores oportunidades para que su pensamiento creativo fuese llevado a la práctica, si no hubiesen sido tratados a todos por igual. De lo testimoniado anteriormente se deja evidencia de que los docentes debemos estar conscientes de que la creatividad deberá aflorar, cuando exista un mayor equilibrio y armonía entre lo afectivo en primera instancia para lograr en consecuencia de un modo satisfactorio lo cognitivo, por supuesto creando un clima o ambiente agradable, favorable y que permita ejercitar lo lúdico, el sentido del buen humor que es tan necesario y fomentar así el placer de aprender, de crear, soñar y la satisfacción de auto realizarse presente en toda persona(Léase cuarto principio de la revolución positiva de Edgard De Bono). Son muchos los estudios que de la creatividad se han venido realizando en Venezuela y me parece muy acertado el balance reportado por el Dr. David Vivas, experto en la materia, pero comulgo también y de esto debemos hacer eco. Que es imperativo y urgente investigar en cuanto al impacto y los logros de dichos estudios y que se debe profundizar en la validación y creación de nuevas estrategias de enseñanza y aprendizaje que estimule el espíritu creativo en nuestros alumnos y que se fortalezca desde la familia y la comunidad contextual escolar, así como los procesos de evaluación de la creatividad, generar formas de capacitación tanto al docente como al alumno. Insisto en este aspecto, ya que por lo general, muchas de las investigaciones llevadas a cabo, no sólo en esta línea de investigación, sino también en otras áreas temáticas, que sin temor a equivocarme, se han llevado a cabo con un fin preponderante, satisfacer un requisito académico del estudiante universitario con el afán de que se les otorgue el título de Magíster o Doctor, incluso son muchos quienes abordan el proceso investigativo como si fuesen una camisa de fuerza y que ansiosa y desesperadamente añoran al fin culminar; por lo que habría que reflexionar en aras de buscar acciones concretas en cuestiones que aun persisten y están ahí, latentes, como por ejemplo: ¿Cómo favorecer el desarrollo del potencial creativo?, ¿Cuál sería el efecto al aplicar un programa de creatividad en los maestros y alumnos?, ¿Los beneficios de dicho programa permanecen por largo tiempo o desaparecen enseguida? ¿Qué conoce, qué aplica, cómo influye el ambiente y qué siente el docente ante el desarrollo de actividades creativas en el aula? ¿Cuál es la percepción o la visión que tienen tanto el docente como sus alumnos de su propia creatividad?. Para las respuestas a estas inquietudes, me inclino ante lo que remite el concepto de creatividad que dice que es un proceso mental cuyo resultado es una idea, una solución, que ser creativo no sirve si no es al mismo tiempo innovador. Según Paulo Benetti, Magíster en Creatividad aplicada quien opina que si la idea se concreta, entonces ya es innovación. Expresa este brasileño experto en planificación estratégica y desarrollo del pensamiento creativo que “La creatividad trabaja con cuatro dimensiones: persona, proceso, ambiente y producto. Desarrollar un proyecto que las equilibre y las armonice es lo que debemos resolver”, tales dimensiones están implícitas en las interrogantes antes planteadas. Hoy por hoy resulta sencillo relativamente hablando encontrar información acerca de cómo desarrollar la creatividad en el aula de clase; aunque la mayoría hace una simplificación de esa tarea tan trascendente y necesaria que para los efectos de éste artículo vale la pena considerar o estructurar algunas ideas claras y que puedan conducir al docente para el momento de incorporar la creatividad a sus procesos pedagógicos. Es así pues, como existen planteamientos o enfoques que nos hablan de la creatividad como una característica del pensamiento, que tiene que trabajarse en todas las personas, independientemente de cuanta “dotación” tenga: otras posturas plantean que la creatividad tiene que trabajarse de manera paralela a los espacios curriculares y que es necesario asumirla como un aspecto cotidiano dentro y fuera del aula de clases. Hay concepciones de la creatividad que hablan de un proceso, otras de las características de un producto, algunas de determinado tipo de personalidad, o la forma que tienen algunas personas de operar su pensamiento, y así como también considerar las condiciones socioculturales como ya se ha dicho anteriormente. Se puede encontrar a la creatividad en todas las tareas del hombre y esto es identificable cuando la gente intenta hacer las cosas de una manera distinta, cuando enfrenta retos para solucionar sus problemas. Es importante e interesante desde luego considerar la creatividad en las personas que son altamente creativas, pero nuestra atención debe estar en estudiar y proponer el desarrollo de todos nuestros alumnos, por cuanto son la realidad que conducirá el futuro del país. Son de referencia obligada los aportes de Stemberg (1996) quien considera que la influencia de seis recursos hace posible ver a la creatividad como algo terrenal y no como un estado inalcanzable. Estos recursos son: la inteligencia, el conocimiento, los estilos de pensamiento, la personalidad, la motivación y el contexto medioambiental. La inteligencia permite generar ideas, redefinir problemas y buscar ideas que funcionen, es la que aporta elementos importantes par el análisis de la información, como la codificación selectiva, la combinación selectiva y la comparación selectiva requeridas en un pensador creativo. Además es importante saber cuál idea es buena y cuál no lo es y saber dónde existe un problema interesante, qué recursos habrá que asignar para su solución, cómo abordarlo, cómo evaluarlo, todo esto nos lo proporciona la parte analítica de la inteligencia y la parte práctica de la misma nos permite reconocer cuándo las ideas funcionan y cuáles pueden estar destinadas al fracaso. El conocimiento para ser creativos es necesario tener conocimiento del área en donde se está buscando la idea creativa, es fundamental poseer conocimiento formal e informal de nuestro campo, esto quiere decir, que si queremos innovar por lo menos debemos conocer qué es lo que existe como antecedente para nuestra propuesta, de otra suerte podemos hacer planteamientos que ya han sido superados, además nos permite transformar la información establecida o añadiendo detalles o situaciones conocidas. Los estilos de pensamiento son los modos en que la gente prefiere utilizar las capacidades intelectuales de que dispone. La personalidad se refiere a la forma en que un individuo se relaciona con el entorno tales como la perseverancia ante los obstáculos, la voluntad para asumir riesgos, la tolerancia a la ambigüedad, la confianza en si mismo entre otros rasgos. La motivación es el motor que genera la energía suficiente para profundizar en los trabajos, provoca entusiasmo y placer, si la motivación es intrínseca, la persona será capaz de terminar trabajos complejos. El entorno y la creatividad son los elementos unidos para una relación estrecha. El entorno debe presentar problemáticas que motiven al trabajo creativo, esto quiere decir que los entornos adversos son requeridos para generar ideas creativas, pero se requiere de entornos retadores y alentadores, por lo que la escuela tiene que convertirse en un entorno provocador de la expresión creativa, en contextos abiertos a la opinión de todos. Estos seis recursos nos muestran algo acerca de la creatividad, el campo es amplio y requiere de mucho espacio para hacer análisis profundo que nos permitan reflexionar en esta temática tan interesante. En síntesis, tengo la plena convicción que el maestro es un elemento clave y decisivo en este proceso de valorización del desarrollo de la creatividad en la escuela y para que se promueva de una manera adecuada es necesario asumir que es indispensable invertir en la formación docente por cuanto es el principal comprometido y responsable por el clima psicológico que predomina en el aula; a él le compete utilizar las técnicas y estrategias que posibiliten al alumno el tomar conciencia del poder de su imaginación y de los recursos creativos de su mente. También le compete fortalecer los rasgos de personalidad como la autoconfianza, la persistencia, la iniciativa, la independencia de pensamiento y acción, la curiosidad, elementos todos que caracterizan a la persona creativa El reto es, sin lugar a dudas, un cambio de actitud, considerar la autoconfianza como premisa fundamental sobre la base de procesos de investigación y profundización rigurosa que satisfaga las expectativas en relación a esta temática, pero por sobre todo tener presente que trabajamos con personas y que ha de hacerse con amor, con pasión y entrega, claves para alcanzar el éxito profesional, personal y logar trascendencia. Reflexión No hay que reprender ni mucho menos castigar al niño distraído en clase. Es posible que lo que esté explicando no sea de su interés. Quizás esté pensando en montarse a un árbol o en las formas fabulosas que se crean en el cielo con las nubes o en viajar al espacio infinito, remontarse en las estrellas; con estas fantasías invítele a crear un cuento, a pintar en una gran hoja de papel, mas no está pendiente de la copia del pizarrón para reproducirla en su cuaderno. ¡VOLVER A SER NIÑO TAMBIÉN ES UN RETO; MUY AGRADABLE POR CIERTO! REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Alentar, E. (1986) Relación entre el nivel de creatividad del profesor y de sus Alumnos. Revista Brasilera de estudios Pedagógicos. Pág: 376-380 Benetti, M. (2005) La Creatividad es Dolorosa. Documento en línea. wwwprensalibre.com. fecha de consulta 10-11-05 Casillas, M. (2005) Aspectos importantes de la creatividad. Documento en línea. File///C:/Document/20Settings. Fecha de consulta: 08-10-05 De Bono, E. (1995) La Revolución Positiva. 5 principios básicos. Ediciones Paidós.