EL PROTECTO EDUCATIVO DEL CENTRO

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Antonio Moreno Bellón. Responsable de orientación
LA PLANIFICACIÓN EDUCATIVA
1. La planificación educativa es un instrumento político que puede reproducir la realidad
social o, por el contrario, intentar transformarla.
El concepto de Planificación educativa aparece por primera vez en España en 1962 como
motivo de dar respuesta al problema educativo y a las necesidades económicas de la España
de entonces. Desde 1960, la UNESCO viene afirmando que la educación, además de ser una
fuerza cultural y social, es un factor de desarrollo económico.
Como fruto de esta necesidad, surge la Ley General de Educación (1970), que supuso un
cambio radical en el sistema educativo español y también en la estructura económica del
Estado. La escuela ya no se concibe como un mero instrumento de transmisión, ni
exclusivamente educativa, sino que se percibe como un medio de transformación social. La
finalidad de la escuela es la de intervenir en la sociedad y, para ello, se ha de valer de una
planificación educativa.
Esta planificación educativa no tiene porque definirse en favor del modelo social imperante;
puede muy bien, y es muy aconsejable, orientarse hacia la transformación de dicha realidad.
Pero, para que esta planificación educativa tenga éxito, precisamos de la colaboración de los
diferentes agentes que intervienen en la misma, es decir, de toda la comunidad educativa.
2. Características que ha de tener una Planificación.
-
Planificar es prever, anticipar la acción, saber dónde se quiere ir, proyectar hacia
delante. La educación es una acción para el futuro y tiene que hacerse pensando en el
futuro.
-
La planificación es un instrumento imprescindible para la gestión.
-
Planificar significa optar, elegir entre diversas posibilidades, establecer prioridades.
-
La planificación nunca ha de ser estática o definitiva, sino dinámica.
-
La planificación al pretender realizar cambios sociales, debe tener en cuenta que todo
cambio es un proceso y no un producto.
3. Autonomía e independencia de la Comunidad educativa.
En Inglaterra, el Ministerio de Educación no pretende controlar las escuelas, sino que, se limita
a asignar fondos para su funcionamiento. Son las autoridades locales, Consejos Escolares
(Scholl Council) los que concretan los principios educativos y, los que se encargan de ejercer el
control de las escuelas. El papel de los profesores de estos Consejos escolares ingleses es
exclusivamente simbólica (a título de asesores) y el poder de la escuela está en manos de los
representantes de las autoridades locales y padres.
Es este Consejo quien define su línea educativa y quien elige a los directores y profesores. Por
eso, en Inglaterra no existían hasta hace poco los currícula oficiales. Estos eran elaborados en
cada medio social y natural concreto, en base a la realidad y peculiaridad de los alumnos, con
unas materias elegidas por las propias comunidades locales, unos métodos libremente
adoptados por los profesores y una organización del centro pensada libremente y de modo
diverso para llevar a cabo esos objetivos.
En España, aunque caminemos hacia una descentralización autonómica, aún sufrimos una
centralización administrativa. Los currículos, los reglamentos y gran parte de la normativa
educativa de las diferentes Comunidades Autónomas descienden de la normativa estatal,
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dejando poco margen a los gobiernos locales que solo se les permite estar representados con
un voto en los en los consejos escolares.
Por tanto, en España nos encontramos con un sistema educativo que teoriza siguiendo el
modelo inglés pero que impone una práctica totalmente centralizada, al modo francés. Este
centralismo administrativo se reproduce en todas y cada una de las CCAA empeñadas en un
control de la enseñanza, sin duda por motivos tan dignos como los que aduce el Estado
español para justificar el suyo.
La centralización administrativa, lo único que pretende es controlar ideológicamente los
centros. No confían en la propia dinámica social y, más concretamente, en la autonomía de los
centros. No solamente se transmite una cultura y unos valores concretos, sino una determinada
concepción de esos valores desde una óptica puramente nacionalista.
4. El ideario de los centros privados.
Inmanuel Kant decía que “no hay que educar a los niños con vistas al actual estado de la
especie humana, sino teniendo presente su futuro”. Esta concepción hace de la educación un
instrumento ideológico poderoso.
La Iglesia, sabedora del poder ideológico de la escuela, fue la primera empeñada en
instrumentalizar ideológicamente la enseñanza creando sus propios centros privados e
influyendo como institución en los de carácter público. León XII decía:
“La escuela es el campo de batalla en el cual se decide si la futura generación será o no católica. Por
tanto, la cuestión escolar es, para nosotros, los católicos, una cuestión de vida o muerte.”
Hay que tener en cuenta que, los valores y el ideario comunista se ha derrumbado, pero
también, la educación nacional-católica de la España de Franco tampoco ha servido para
mantener el nacional-catolicismo que pretendía.
Durante el periodo republicano se prohibieron a las órdenes religiosas el ejercicio de la
enseñanza. Con la llegada del franquismo se defendieron los valores nacionales y católicos
dando un carácter confesional a la escuela, hasta rozar el integrismo, de lo cual son buena
muestra los primeros decretos y el Concordato de 1953:
“Art. 26. En todos los centros docentes de cualquier orden y grado, sean estatales o no estatales, la
enseñanza se ajustará a los principios del dogma y de la moral de la Iglesia católica. Los Ordinarios
ejercerán libremente su misión de vigilancia sobre los centros docentes en lo que concierne a la pureza
de la fe, las buenas costumbres y la educación religiosa. Los Ordinarios podrán exigir que no sean
permitidos o que sean retirados los libros, publicaciones y material de enseñanza contrarios al dogma y la
moral católica.”
5. Los fines educativos.
Los fines educativos marcan una trayectoria de la acción educativa priorizando aquellos
aspectos que la sociedad quiere cambiar. Durkheim (1911), desde el campo sociológico, no
concebía la educación para el cambio sino para la perpetuación de las normas y valores
sociales. Lo entiende como necesaria homogeneidad de los valores sociales y cualquier
educación que pretendiese salir de su época a través de la formulación de unos valores (ya
fuesen arcaicos o demasiado avanzados) produciría personas fuera de su época y, por tanto,
con una serie de problemas. Por eso la función de socialización que se le encomienda a la
educación, consistente en transformar al niño “asocial y egoísta” que viene a la sociedad, en
otro capaz de llevar una vida moral y social. Ésa es, precisamente, la labor de la educación.
Uno de los principios, entre otros, de todos los sistemas educativos es la socialización o
proceso mediante el cual el sistema educativo transforma a los niños en seres sociales: seres
capaces de convivir con los demás e interiorizar una serie de normas, actitudes y valores
universalmente aceptados. Este proceso de socialización del niño se produce a través de los
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contenidos previamente seleccionados que imparte la escuela y, sobre todo, en contacto con
los demás niños, en la convivencia y el roce diario.
6. El currículo básico.
En un primer momento, el MEC (1989) dio a conocer el Currículo Básico como Diseño
Curricular Básico o definición que hace de sus intenciones educativas y el conjunto de
orientaciones que propone para la realización de una determinada concepción de la educación.
En España, la definición más utilizada sobre el currículo es la de C. Coll (1987): “El proyecto
que preside las actividades educativas escolares, precisa sus intenciones y proporciona guías
de acción adecuadas y útiles para los profesores que tienen la responsabilidad directa de su
ejecución”.
J. Gimeno (1988) lo define como: “La selección cultural estructurada bajo claves
psicopedagógicas de esa cultura que se ofrece como proyecto para la institución escolar.”
7. Fuentes del currículo.
Realizar una propuesta educativa supone tomar decisiones sobre lo que se pretende conseguir
en la escuela. Toda sociedad se plantea, de forma explícita o implícita, qué hacer con sus
niños, cómo incorporarlos al grupo y también cómo preservar y perfeccionar a través de ellos
su patrimonio cultural.
Por tanto, el Diseño curricular, es el concepto clave que determina el sistema educativo en su
primer nivel de planificación y sobre el que debe basarse toda planificación posterior hasta
llegar a su punto Terminal que es la clase. Por eso, pretender separar Proyecto educativo,
Programaciones didácticas y Proyecto organizativo no es rigurosamente acertado.
En el sistema educativo que vertebra la reforma, esta reflexión previa a cualquier propuesta
curricular se realiza desde tres ámbitos distintos o fuentes del currículo que son:
1. Sociocultural. La escuela, como hemos visto, depende del sistema social; prepara a los
alumnos para vivir dentro de un determinado grupo y por ello se ocupa de transmitir el
patrimonio cultural acumulado. Pero si sólo cumple esta función se corre el riesgo de
que la escuela se convierta en un elemento conservador, reproductor de las relaciones
sociales existentes. La escuela, además, debe ser también renovadora de las
estructuras sociales.
2. Psicopedagógico. También es previo a la exposición de una propuesta educativa
concreta determinar las referencias psicológicas y pedagógicas de las que se parte; es
decir, definir bajo qué perspectiva entendemos los procesos de desarrollo y
aprendizaje, aspectos de gran importancia para conseguir el aprendizaje en la escuela.
La reforma ha evitado aceptar una teoría única, que obligaría a rechazar otras también
importantes, y ha partido de una visión sincrética e integradora. Ninguna teoría lo
explica todo y es necesario recoger aquello que resulta más valioso de cada una. Las
ideas fundamentales recogidas en el currículo básico son:
a) La competencia cognitiva de un individuo es la base fundamental para sus
aprendizajes (Piagét). Es necesario conocer el momento evolutivo del niño,
saber lo que es capaz de hacer en cada momento y partir de ahí en el proceso
de enseñanza.
b) Uno de los elementos que más influye en lo que aprendemos son los
conocimientos previos que tenemos (Ausubel). Sólo hay aprendizaje
significativo, integrado en los esquemas del individuo, cuando somos capaces
de movilizar esos conocimientos previos y relacionarlos con los nuevos. Los
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conocimientos que no se relacionan con los ya existentes no provocan
comprensión.
c) Para que el alumno realice aprendizajes significativos es fundamental el papel
que juega la memoria comprensiva (no la mecánica). La memoria no es sólo el
recuerdo de lo aprendido sino la base para realizar nuevos aprendizajes; nos
permite tener esquemas de conocimiento, datos con los que pensar. Cuanto
más ricos sean esos esquemas más cantidad y más riqueza de conexiones
podremos establecer con diferentes situaciones y contenidos.
d) El desarrollo de la inteligencia, en el área de las funciones mentales
superiores, no se produce de forma automática, sino a través de la interacción
(Vygostky). Por tanto, un buen proceso de enseñanza-aprendizaje es aquél
que se anticipa al citado desarrollo y lo guía. Enseñar cosas para las que el
niño ya está capacitado no sirve para nada, del mismo modo que es inútil
enseñar aquello que se escapa a sus esquemas. Hay que intervenir,
precisamente en aquellas actividades que no es capaz de realizar por el mismo
pero que puede llegar a solucionar con la ayuda conveniente.
e) Cuando el proceso anterior se realiza de forma conveniente se produce una
modificación de los esquemas de conocimiento del alumno. El llegar a realizar
la tarea por si mismo supone descubrir algo que modifica o reajusta el
esquema anterior.
f)
Por último, es importante tener en cuenta que el proceso de enseñanzaaprendizaje implica una intensa actividad por parte del alumno (entendida
como reflexión de la acción). Lo importante no es hacer, sino reflexionar sobre
el hacer.
3. Epistemológico. Se han tenido también en cuenta las diversas áreas o materias que
componen el conocimiento científico a transmitir, su estructura y nivel actual de
desarrollo. Esto queda reflejado en la propuesta curricular por áreas.
8. La relación entre los objetivos y los contenidos.
Las intenciones educativas se concretan en los objetivos generales de etapa y, posteriormente,
en los objetivos generales de área. En los niveles obligatorios (y muy especialmente en la
Educación Infantil y Primaria) los contenidos son meros instrumentos para adquirir las
capacidades que se desean.
Lo importante no es que los alumnos sepan contenidos, susceptibles de modificación posterior
a raíz de nuevos descubrimientos, cuyos límites en cuanto a cantidad y profundización en los
mismos nunca estarán delimitados y de los que, finalmente, nunca sabremos si son los más
apropiados.
Por tanto, consideramos los contenidos como medios ya que, no es posible aprender
capacidades a través de algo abstracto; debemos hacerlo sobre unos contendidos específicos.
Las capacidades perduran en el tiempo, mientras que los contenidos evolucionan
constantemente. Uno de los males de la escuela es su empeño en centrar sus objetivos en los
contenidos que ha servido para rezagarla con respecto a la realidad social cuyos contenidos
evolucionan constantemente.
Si los contenidos están prefijados del todo, será el profesor quien carecerá de espíritu crítico y
se convertirá en intermediario entre la Administración y el alumno.
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Si los contenidos son finalidades, una evaluación externa medirá tanto las capacidades como
los contenidos y, en esta doble exigencia, prevalecerán por tradición histórica los contenidos
que convierten al profesor en mero instructor.
En niveles no obligatorios, sin embargo, por su marcado carácter propedéutico, los contenidos
son finalidades en condiciones de igualdad que los restantes objetivos.
Podemos decir que la educación primaria cumple muy bien su función de socialización y a
medida que adquieren prioridad los contenidos (en secundaria) comienzan a surgir conductas
marginales que ni culminan el proceso de socialización ni reciben la cultura que el sistema
pretende transmitir. En secundaria, que coincide con la adolescencia, es donde más suelen
fracasar los procesos de socialización, motivo por el cual en algunos países han preferido optar
por un currículo muy diversificado en esta etapa que de respuestas tanto en función de la
cultura como de la socialización. En estos países han preferido un alumno integrado porque
dispone de optativas diversas a las que accede fácilmente, antes que empeñarse en que
aprenda las matemáticas de todos que, además de no conseguirlo, es muy probable que le
haga sentir un fracasado.
9. La metodología.
En relación a la metodología, la propuesta curricular, no especifica métodos concretos sino que
establece principios metodológicos generales para cada etapa válidos para todas las áreas. Se
considera que la metodología concreta debe depender del criterio de cada profesor
(programación de aula). No se trata tanto de dar directrices sobre cómo hay que trabajar en la
clase, sino de orientar sobre lo que no se debe hacer, de asegurar que los medios utilizados
son coherentes con los objetivos planteados.
Los principios metodológicos que se definen en la propuesta curricular son fiel reflejo de los
psicopedagógicos de los que partían y básicamente pueden resumirse en:
1. El papel del profesor es el de guía del proceso de enseñanza-aprendizaje, pero el
protagonista, el que construye y utiliza los aprendizajes, es el niño quien, en definitiva,
reestructura sus esquemas de conocimiento.
2. Los aprendizajes deben ser funcionales, lo que quiere decir que: lo que el niño aprende
y sabe le sirve para aprender nuevas cosas; esos aprendizajes le sirven para planificar
y regular la actividad (aprende a aprender).
3. Es necesario desarrollar el trabajo entre iguales. Los chicos son capaces de aprender
de sus iguales aquellos conceptos que están próximos a su comprensión.
4. Los contenidos, para que sean funcionales y significativos, no deben plantearse
aislados. En la etapa primaria el enfoque debe ser globalizador, es decir, partir de
situaciones de las que se desprendan no materias concretas sino un conjunto de
contenidos diversos válidos y necesarios para esa situación.
5. El aprendizaje debe de ser una experiencia gratificante para el alumno.
6. Entender a los alumnos como responsables de su propio desarrollo es aceptar,
entender y trabajar desde la diversidad.
7. La evaluación forma parte del propio proceso de enseñanza-aprendizaje,
convirtiéndose en un recurso didáctico que nos permite reencauzar constantemente el
plan educativo.
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10. El modelo educativo español: un modelo comprensivo.
El modelo comprensivo surge en EEUU a finales del siglo XIX como oposición a una escuela
secundaria selectiva, excesivamente academicista. Fue fruto de una fuerte presión social
donde los profesores de Secundaria, influenciados por las ideas de las escuelas progresistas,
se opusieron a algunas universidades que ponían el acento en los estudios clásicos como
procedimiento de selección de alumnos. Los estudios academicistas daban una fuerte ventaja
a las clases sociales acomodadas por sus mayores posibilidades de acceso a la cultura.
De este modo la escuela comprensiva democratizó la educación al vincularla a las necesidades
sociales y al hacerla cada vez más universal hasta convertirla en obligatoria. A niveles
curriculares, se planteó como una preparación para la vida.
La fuerte inmigración de diversa procedencia étnica y religiosa, especialmente en el Estado de
Nueva York, que recaía fundamentalmente sobre los centros públicos (y no en los privados a
los que no tenían acceso los emigrantes), hizo que ya en 1842 este estado adoptase un
modelo de escuela única que ofreciera mayores posibilidades a los inmigrantes y, en general, a
todos los ciudadanos.
La idea fue extendiéndose posteriormente a otros Estados hasta generalizarse el modelo
comprensivo y en 1917 sirvió de inspiración a los pedagogos revolucionarios de la Unión
Soviética.
El término escuela comprensiva llegó a España con el Proyecto para la Reforma de la
enseñanza (MEC, 1987). Este concepto tiene su origen en Inglaterra. En 1947, con la toma del
poder del gobierno laboralista en Gran Bretaña, y la necesidad de hacer concesiones sociales
a la crítica situación derivada de la II Guerra Mundial, se defiende por primera vez “una
escuela secundaria única e igual para todos”. La Comprehensive School que sustituyera a
la academicista y elitista Grammar School.
Inglaterra, poco propicia a cambios radicales, inicia con cautela esta experiencia. Actualmente
conviven los dos modelos, con predominio del comprensivo. Tanto los conservadores como los
laboralistas han asumido el modelo comprensivo, lo que demuestra su eficacia.
La implantación de este modelo en España ha tenido una fuerte resistencia por parte de
amplios sectores del profesorado de secundaria que han estado más inclinados hacia una
escuela selectiva, que no han comprendido el significado de enseñanza general y básica y
presionan insistentemente para que se eleve el nivel.
Un modelo comprensivo ve en la educación un instrumento de democratización que sustituye la
riqueza heredada y el marco de ciertos privilegios sociales. Es un instrumento de igualdad de
oportunidades, de socialización. Hay profesorado que aún no entiende esto por dos razones:
-
-
Tal concepción lleva aparejada una mentalidad centrada en los aspectos instructivos
de la enseñanza debido a la procedencia universitaria de sus defensores centrada en
conocimientos, y
Deja en sus manos, sin ninguna formación adicional, la secundaria obligatoria, lo que
puede desvirtuar los fines que persigue.
11. Características del modelo comprensivo español.
-
La integración, nace como sustituta de escuelas diversificadas por sus objetivos,
creencias y composición social a fin de aglutinar clases sociales distintas.
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Formación común o única para todos los alumnos a lo largo de la enseñanza básica.
-
Optatividad o diversificación del currículo, entendiendo por tal la posibilidad de
elecciones optativas distintas por parte de los alumnos. El sistema debe adaptarse a la
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pluralidad de necesidades, actitudes e intereses de los alumnos y posibilitar distintos
ritmos de aprendizaje.
-
Evitar opciones tempranas a fin de no prejuzgar o condicionar el futuro de los alumnos.
-
Carácter Terminal, la escolarización obligatoria pone siempre el acento en una
preparación para la vida.
12. La planificación del aprendizaje.
En el Centro nos encontramos con dos niveles de planificación. Un primer nivel
(Programaciones didácticas) que lo que hace es concretar el currículo de la CCAA a nuestro
Centro. El segundo nivel ya se planifica para un tipo concreto de alumno en una realidad y
contexto determinado.
La diferencia entre los dos niveles se produce a nivel de creatividad, consustancial al fenómeno
educativo: se crea en el momento en que se planifican objetivos nuevos o se modifican los
anteriores, cuando se pretenden nuevas metas, cuando se programa una unidad didáctica,
cuando se establece una dinámica en la clase donde el hacer de los niños se desenvuelve en
un ambiente libre y espontáneo, cuando el maestro se adapta a la dinámica de los alumnos e
improvisa y readapta las programaciones a lo que va surgiendo, cuando, en fin, la rutina no
existe.
13. La cultura de la educación como proyecto de la comunidad educativa.
Cita Edgar Faure, en el Epílogo 2 “Una ciudad educativa” del libro Aprender a ser (1972), un
texto de Plutarco, “la ciudad es el mejor instructor”, antes de recordar que la educación, en
Atenas, no era una actividad aislada, practicada a ciertas horas, en ciertos lugares y en una
cierta época de la vida, sino el fin mismo de la sociedad.
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