CUERPO HUMANO . 1. 2.

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CUERPO HUMANO
.El cuerpo HUMANO se encuentra dividido en 10 sistemas completamente conectados entre ellos, aquí se
encuentran 8 de los 10 sistemas. . .
1.SISTEMA DIGESTIVO, EXCRETOR Y NURINARIO (Pág. 1)
2.SISTEMA RESPIRATORIO (Pág. 3)
3.SISTEMA CIRCULATORIO (Pág. 6)
4.SISTEMA MUSCULAR (Pág. 8)
6.SISTEMA NERVIOSO (Pág. 10)
5.SISTEMA ESQUELETICO (Pág. 12)
• SISTEMA DIGESTIVO, EXCRETOR Y URINARIO.
Para que el cuerpo pueda crecer o realizar cada día miles de actividades, necesita la energía que proporcionan
los alimentos. Sin embargo, el cuerpo no puede utilizar los alimentos tal y como se conocen; necesita
modificarlos mediante la digestión. Los órganos que hacen posible la digestión forman el aparato digestivo.
¿Qué es el APARATO DIGESTIVO?
El aparato digestivo es el conjunto de órganos en los que se produce la digestión. La digestión es un proceso
mediante el cual los alimentos se dividen en sustancias más pequeñas, llamadas nutrientes. La función de los
órganos del aparato digestivo es descomponer los alimentos en nutrientes, absorber estos nutrientes y eliminar
los restos de los alimentos en forma de heces.
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El aparato digestivo está formado por dos tipos de órganos: por los que pasa el alimento (la boca, el esófago,
el estómago, el intestino delgado y el intestino grueso) y los órganos que producen sustancias que participan
en la digestión, pero por los que no pasa el alimento (el hígado y el páncreas).
¿Cuáles son los ÓRGANOS del APARATO DIGESTIVO?
Los órganos que intervienen en la digestión de los alimentos son la boca, el esófago, el estómago, el intestino,
el hígado y el páncreas.
La boca: Es la primera parte del aparato digestivo. En su interior se encuentran los dientes y la lengua. Los
dientes trocean, APARATO DIGESTIVO HUMANO
desgarran y trituran los alimentos. La lengua es un órgano formado por un músculo que ayuda a mezclar los
alimentos con la saliva.
La faringe: En el fondo de la boca está la faringe. En ella hay dos orificios: por uno pasa el aire que
respiramos; por el otro, los alimentos. Cuando se traga, el orificio del aire se cierra, y el alimento pasa por el
otro orificio, hacia el esófago.
El esófago: Es un tubo largo que atraviesa el tórax y comunica la faringe con el estómago. En sus paredes hay
músculos que se contraen y empujan con fuerza el alimento hacia el estómago.
El estómago: El estómago tiene forma de saco, y puede aumentar y disminuir su tamaño. Pero ¿dónde está el
estómago? Está situado en el abdomen, en la parte superior y hacia el lado izquierdo, dentro de una cavidad
que se llama cavidad abdominal. Por arriba se conecta con el esófago, y por abajo continúa en el intestino
delgado.
En las paredes del estómago hay una gran cantidad de músculo y muchos pliegues. Su interior está recubierto
por una capa que tiene células especiales. Éstas producen el jugo gástrico, un líquido que participa en la
digestión.
El intestino delgado:
Es un tubo que mide unos siete metros y que está enrollado en el centro de la cavidad abdominal. Se comunica
con el estómago y con el intestino grueso. La primera parte del intestino delgado se llama duodeno; la parte
central, yeyuno, y la última, íleon.
El intestino delgado produce jugos intestinales que participan en la digestión. Además, por unos pequeños
conductos, recibe unos líquidos, la bilis y el jugo pancreático, que también
intervienen en la digestión. La bilis se fabrica en el hígado; el jugo pancreático, en el páncreas. INTESTINO
DELGADO (INTERIOR)
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El intestino grueso:
El intestino grueso mide alrededor de un metro. También está en la cavidad abdominal, y es más corto que el
intestino delgado, pero más grande. Tiene forma de C invertida. Está compuesto por el colon y el recto. El
colon se divide en el colon ascendente, el colon transverso y el colon descendente. El recto es la parte final del
intestino grueso. Es un tubo corto que termina en un orificio, el ano, por donde salen las heces al exterior.
. El hígado:
Es el órgano más grande de tu cuerpo. Está en la cavidad abdominal, arriba y a la derecha. Tiene forma
triangular y es de color rojo oscuro. El hígado tiene muchas funciones. En la digestión, su labor más
importante es la producción de la bilis. Ésta se almacena en la vesícula biliar, y desde allí se envía al intestino
delgado, donde participa en la digestión de los alimentos.
. El páncreas: INTESTINO GRUESO (INTERIOR)
Es una glándula que está también en la cavidad abdominal, cerca del intestino delgado. Su forma puede
recordar a una hoja. Produce el jugo pancreático, un líquido que participa en la digestión de los alimentos y
que llega al intestino delgado por un pequeño conducto.
Apéndice: El apéndice es como un pequeño saquito que está en el colon. La apendicitis es la inflamación del
apéndice.
ALGUNOS SÍNTOMAS DEL APARATO DIGESTIVO
La diarrea es la producción de heces líquidas varias veces al día. Su causa más frecuente es la infección por
bacterias y virus. Algunas diarreas, como la que se produce en la enfermedad del cólera, pueden ser muy
graves. A veces, el consumo de alimentos en mal estado, que han sido contaminados por gérmenes o
sustancias producidas por gérmenes (intoxicación alimentaría), causa diarreas o vómitos.
Las frutas y las verduras tienen que lavarse bien. ¡No se debe consumir un alimento si su olor o su aspecto son
diferentes de lo habitual! También es importante lavarse las manos antes de comer para evitar que los
gérmenes entren en tu aparato digestivo.
Por el contrario, en el estreñimiento, las heces son duras y el número de veces que se expulsan es escaso. A
veces, se debe al tipo de alimentación.
Tomar una alimentación equilibrada es muy importante para que tu cuerpo reciba todos los tipos de nutrientes
que tus células necesitan.
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• SISTEMA RESPIRATORIO.
¿Cómo son los PULMONES y DÓNDE ESTÁN?
Los pulmones se parecen a dos esponjas grandes de color rosa. Los pulmones están en el tórax, dentro de la
cavidad torácica. La cavidad torácica está rodeada por los huesos de las costillas. Las costillas forman una
especie de jaula, que recibe el nombre de caja torácica, en cuyo interior, además de los pulmones, está el
corazón.
Como veremos después, los pulmones y tu corazón trabajan juntos para ayudarte a respirar.
Uno de los pulmones se encuentra situado en el lado izquierdo de la cavidad torácica y el otro en el derecho.
El corazón está colocado aproximadamente entre ambos. Entre las costillas hay unos músculos fuertes, los
músculos intercostales. En el suelo de la caja torácica existe un músculo muy potente, el diafragma.
Cada vez que se toma aire del exterior, los pulmones se llenan y se inflan como balones. Cuando se introduce
aire en los pulmones se esta inspirando. Cuando se expulsa el aire para vaciar tus pulmones se esta espirando.
Cuando el pecho se hincha, es decir, cuando se esta inspirando, los pulmones se inflan y el diafragma se
desplaza un poquito hacia abajo. De ésta manera los pulmones pueden alargarse. Al mismo tiempo, los
músculos intercostales también se estiran y agrandan tu caja torácica. Los pulmones tienen espacio para
hincharse. SISTEMA RESPIRATORIO HUMANO
Cuando se expulsa el aire hacia fuera ocurre lo contrario.
Los pulmones se vacían, y tu diafragma y los músculos intercostales se relajan y vuelven a la posición que se
tenía al principio.
Sorprendentemente, el tipo de aire que se inspira es diferente del tipo de aire que espira. Esto se debe a que al
respirar se producen cambios muy complicados dentro del cuerpo.
¿Cuánto aire se puede introducir en un cuerpo?
Cuando corre, UN CUERPO, se nota que el tórax se mueve mucho más rápido que cuando se estás sentado.
Esto se debe a que los pulmones tienen que trabajar más duramente y necesitas tomar más aire de lo normal.
Un adulto sano puede utilizar de 3.500 a 5.000 mililitros de aire cuando está haciendo ejercicio. Cuando se
está sentado esta cifra disminuye aproximadamente a sólo 150 o 200 mililitros! Los pulmones son elásticos y
saben cómo expandirse.
¿Que ocurre con el AIRE ya dentro de el cuerpo?
Acabamos de descubrir que cuando respiramos tomamos aire del exterior. El aire puede entrar en el cuerpo a
través de la nariz o de la boca. Desde aquí, viaja por un tubo que va desde la parte posterior de la garganta
hasta los pulmones. Este tubo se llama tráquea.
Antes de entrar en los pulmones la tráquea se divide en dos tubos más pequeños, los bronquios. Cada
bronquio se divide a su vez, dentro de los pulmones, en otros más pequeños. Por su parecido a las ramas de un
árbol recibe el nombre de árbol bronquial.
Para hacer una idea, imagina los bronquios dentro de los pulmones como dos árboles colocados hacia abajo
con las ramas más grandes dividiéndose en ramas más pequeñas y éstas a su vez en ramitas que se dividen de
nuevo en otras más pequeñas. Al final, los tubos son realmente muy finos y estrechos. Estos tubitos tan
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estrechos se llaman bronquiolos y terminan en unos sacos diminutos llenos de aire que se denominan alveolos.
Si se pudiera extender las paredes de todos los alveolos de tus pulmones, éstos cubrirían una superficie de
cerca de 93 metros cuadrados. Casi el tamaño de media pista de tenis
En el alveolo es donde termina la primera parte del viaje y donde empieza la magia. Dentro del alveolo el aire
empieza realmente a trabajar y su trabajo es mantener vivo un cuerpo.
¿Que es exactamente el aire y por que tu cuerpo lo necesita?
Se respira probablemente unas 20 veces cada minuto. Si juega o corre muy intensamente puedes llegar a
respirar hasta 80 veces por minuto. Pero, ¿qué esta pasando dentro de el cuerpo con todo este aire?
¡Aquí es donde sucede algo un poco más difícil de entender! Cuando hablamos de aire estamos hablando de
una mezcla de varios gases. El aire que inspiras está formado sobre todo por dos gases invisibles llamados
oxígeno y nitrógeno, y por un tercero que existe en una cantidad muy pequeña y que recibe el nombre de
dióxido de carbono. Tu cuerpo necesita el oxígeno del aire para poder funcionar. Cuanto más rápido te
mueves, tu cuerpo trabaja más y necesita más oxígeno.
¿Que ocurre cuando el oxigeno llega a la sangre? SACO DE UN ALVEOLO
Aquí es donde el corazón y la sangre que bombea entran a formar parte de este mágico proceso. Recuerda que
el aire que respiras ha realizado un viaje increíble hasta alcanzar los alveolos que están en el interior de tus
pulmones. Existen cerca de 700 millones de alveolos. Casi pegados a cada alveolo están los capilares
sanguíneos. Los capilares sanguíneos son los tubos más pequeños que transportan sangre en tu cuerpo. Entre
los alveolos y los capilares sanguíneos se produce un intercambio de gases.
Debido a que las paredes de los capilares y de los alveolos son muy delgadas y muy finas, el aire de tu alveolo
puede salir y pasar a la sangre de tus capilares mediante un proceso que se llama difusión. ¡El aire pasa
literalmente a través de las paredes! El oxígeno, uno de los gases que hay en el aire del alveolo, atraviesa la
pared del alveolo y se queda en la sangre de los capilares sanguíneos. A su vez, en la sangre hay dióxido de
carbono que tu cuerpo necesita eliminar.
LOS PULMONES HUMANOS Y SUS ALVEOLOS
De modo que, inteligentemente, tu cuerpo encuentra una forma de deshacerse del dióxido de carbono. Lo
envía hacia el alveolo. Allí, junto con los otros gases que forman el aire, el dióxido de carbono realiza el
camino de vuelta hacia el exterior. Primero recorre los bronquios y después asciende por la tráquea, para por
fin salir del cuerpo cuando se expulsa el aire al respirar. De este modo, tu cuerpo se ha deshecho del dióxido
de carbono que no deseaba. Al mismo tiempo, la sangre de los capilares sanguíneos, que ahora es rica en
oxígeno, vuelve hacia el corazón. Tu corazón bombea esta sangre hacia todas las células de tu cuerpo, que de
esta manera reciben el oxígeno que necesitan para vivir.
El proceso se repite cada vez que respiras. ¡Es increíble pensar que tienes 700 millones de alveolos que están
intercambiando oxígeno con los capilares sanguíneos unas 20 veces por minuto durante toda tu vida! Sólo hay
una palabra que describe todo este magnífico proceso, respiración.
ENFERMEDADES DEL PULMÓN
Como ya hemos visto, el tamaño de los pulmones es grande y su trabajo es difícil y además tremendamente
duro. Es muy importante que cuidemos nuestros pulmones y los tratemos bien.
Existen algunas enfermedades que pueden afectar a tus pulmones. Cuando se toma aire para respirar, los
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microorganismos pueden entrar en los pulmones. Algunos de estos microorganismos, como ciertos virus y
bacterias, producen enfermedades como la tuberculosis y la neumonía; estas enfermedades no son muy
frecuentes y suelen afectar a personas mayores haciendo que su respiración sea difícil.
Algunos niños pueden padecer una enfermedad pulmonar que se llama asma. En el asma, la respiración es
también difícil porque el bronquio se cierra. Es frecuente que los bronquios se cierren debido a una alergia.
Los niños que padecen asma a veces respiran con dificultad y al respirar emiten un sonido parecido a un
silbido. A veces, pueden estar un rato tosiendo mientras sus pulmones intentan eliminar lo que les está
irritando.
Otras enfermedades del pulmón en las que se afectan los bronquios son la bronquitis y el enfisema.
Algunos adultos sufren enfermedades pulmonares debido al trabajo que realizan. En el pasado, muchas
personas que trabajaban como mineros inhalaron polvo del carbón. En algunas fábricas, los trabajadores
inhalaron polvo de asbesto o de algodón. Muchos de estos trabajadores enfermaron por las partículas
invisibles de polvo que habían respirado y que se habían depositado en sus pulmones.
Hoy en día, el riesgo más importante para los pulmones sanos es el tabaco. Fumar puede causar una
enfermedad llamada cáncer de pulmón que está producida por las sustancias químicas que existen en los
cigarrillos. Cuando las sustancias químicas se inhalan, viajan hasta los alveolos y afectan a sus delicadas
paredes. Cuando las células pulmonares se dañan, sus funciones se alteran y pueden multiplicarse sin control y
formar un tumor. La presencia de un tumor hace que la persona no pueda respirar adecuadamente. Como
hemos visto, en el cuerpo existe una estrecha relación entre el aire que circula el sistema respiratorio y la
sangre el sistema circulatorio, lo que significa que el corazón de los fumadores corre también el riesgo de ser
afectado por el tabaco.
TEJIDO PULMONAR DE UN FUMADOR
• SISTEMA CIRCULATORIO.
¿Por qué circula la SANGRE?
Tu cuerpo está formado por miles de millones de células que, para poder vivir, necesitan la energía que
obtienes de los alimentos y el oxígeno del aire que respiras. Cada célula produce, también, sustancias que no
necesita, `basura' que hay que eliminar. La sangre es la responsable de recoger estas sustancias y de llevar el
alimento y el oxígeno a todas las células de tu cuerpo. Para realizar esta tarea, la sangre tiene que circular.
¿Por dónde circula la SANGRE?
La sangre circula por unos tubos flexibles, de diferentes tamaños, que se llaman vasos sanguíneos. Éstos se
distribuyen por todo tu cuerpo como si fueran una red de carreteras, autopistas y caminos. Pueden ser de tres
tipos: arterias, venas o capilares.
Las arterias son vasos sanguíneos que llevan la sangre que sale de tu corazón hacia todas las partes de tu
cuerpo. Las arterias se dividen en otras más pequeñas, que se llaman arteriolas.
Las venas son vasos sanguíneos que llevan la sangre desde todas las partes de tu cuerpo de nuevo hacia el
corazón. Igual que en el caso de las arterias, también hay venas pequeñas, que se llaman vénulas.
Los capilares son los vasos sanguíneos más pequeños que existen. APARATO CIRCULATORIO
HUMANO
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Son los que conectan las arteriolas con las vénulas. En los capilares se produce el intercambio de sustancias
entre la sangre y las células.
La sangre circula por los vasos sanguíneos, pero, para moverse, necesita algo que la empuje.
¿Qué mueve la SANGRE para que circule?
¿Has sentido alguna vez los latidos de tu corazón poniendo tu mano en la parte izquierda de tu pecho? Tu
corazón tiene el tamaño del puño de tu mano. Abre el puño y luego ciérralo con fuerza una y otra vez; tu
corazón funciona de una manera parecida. Sus paredes, formadas por músculo, se contraen y se relajan de
forma rítmica. Tu corazón trabaja sin descanso empujando la sangre para que se ponga en movimiento.
Otro lugar donde puedes sentir los latidos es en tus muñecas. El corazón empuja la sangre hacia las arterias
con fuerza. Esta fuerza se transmite, en forma de presión, por las arterias. Esta presión es el pulso arterial, y se
percibe con facilidad como un latido en las arterias que están cerca de la piel. El pulso arterial se corresponde
con los latidos de tu corazón.
EL CORAZON
¿Que camino recorre la SANGRE dentro de un CUERPO?
Dentro de los vasos sanguíneos, la sangre hace dos recorridos, dos circuitos que parten del corazón y vuelven
de nuevo a él.
El circuito más corto se llama circulación menor, y es el que recorre la sangre entre el corazón y los pulmones
(corazón−pulmones−corazón). El más largo se llama circulación mayor, y es el que recorre la sangre entre el
corazón y el resto del cuerpo (corazón−todo el cuerpo−corazón).
CORAZON: El corazón es un órgano muscular del tamaño aproximado de un puño. Está formado por cuatro
cavidades, dos aurículas y dos ventrículos. La aurícula derecha recibe la sangre que procede de todo el
organismo. El ventrículo derecho envía la sangre hacia los pulmones. La aurícula izquierda recibe la sangre
que llega de los pulmones. El ventrículo izquierdo envía esta sangre al resto del organismo.
La Circulación Menor
La sangre del ventrículo derecho sale del corazón por la arteria pulmonar. Aquí empieza la circulación menor.
La arteria pulmonar se dirige hacia los pulmones, y se divide en arterias cada vez más pequeñas, arteriolas,
que, finalmente, se convierten en capilares.
En el pulmón se produce un intercambio de gases entre los capilares y el aire del pulmón. La sangre de los
capilares (sangre venosa) recibe el oxígeno del aire y elimina hacia el pulmón el dióxido de carbono (un gas
perjudicial). De este modo, la sangre se limpia. Desde los capilares, la sangre rica en oxígeno (sangre arterial)
tiene que hacer ahora el camino de vuelta al corazón. TIPOS DE VASOS SANGUINEOS
Los capilares se continúan con venas muy pequeñas (vénulas), que se convierten en venas cada vez más
grandes y que se dirigen otra vez al corazón. Ahora, llegan a la parte izquierda. La sangre oxigenada entra en
la aurícula izquierda a través de las cuatro venas pulmonares. Aquí termina la circulación menor.
LA CIRCULACIÓN MAYOR
La circulación mayor comienza cuando la sangre del ventrículo izquierdo sale del corazón por la arteria aorta.
Esta sangre es rica en oxígeno; es sangre arterial. La aorta es la arteria más grande del cuerpo. Se va
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dividiendo en arterias más pequeñas, que, a su vez, se dividen en arteriolas, hasta formar, también, capilares
que van a llegar a todas las zonas de tu cuerpo.
Los capilares ceden a las células los alimentos y el oxígeno, y recogen las sustancias de desecho. Ahora, la
sangre pobre en oxígeno, la sangre venosa, debe volver al corazón.
Los capilares se continúan con vénulas, que, a su vez, son cada vez más grandes y forman venas. Después de
recorrer un camino muy largo, la sangre vuelve al corazón. Llega a la aurícula derecha a través de dos venas
muy grandes, la vena cava superior y la vena cava inferior. Aquí termina la circulación mayor.
ENFERMEDADES DE LOS VASOS SANGUÍNEOS
Con el tiempo, igual que sucede con el resto de nuestro cuerpo, los vasos sanguíneos también envejecen. Las
paredes de las arterias se hacen más duras, y en ellas se pueden depositar sustancias (aterosclerosis) que a
veces llegan a obstruirlas (trombosis). En ocasiones, por diversas causas, la presión dentro de las arterias se
eleva (hipertensión arterial) y puede hacer enfermar el corazón.
Las venas pueden ser incapaces de ayudar a que la sangre retorne al corazón (insuficiencia venosa), sus
paredes pueden hacerse más débiles y dilatarse (varices) o, por diferentes razones, pueden también obstruirse
(trombosis).
Para cuidar los vasos sanguíneos y el corazón, es muy importante llevar una vida sana, hacer deporte con
moderación y alimentarse de forma equilibrada. También debes saber que el tabaco y el alcohol hacen mucho
daño a tu corazón, a tus pulmones y a tus arterias. ¡Una vida sana es imprescindible para que tus vasos
sanguíneos y tu corazón se mantengan fuertes durante muchos años!
• SISTEMA MUSCULAR.
¿Qué son los MÚSCULOS?
Todos los movimientos que realiza tu cuerpo se producen gracias a los músculos. Algunos músculos recubren
tus huesos y están debajo de la piel. Otros, forman parte de muchos de tus órganos.
Si no lo has probado, nunca inténtalo. Observarás como aparece una pequeña elevación sobre tu brazo. Es tu
músculo bíceps que se ha contraído. Los músculos están formados por un tejido especial muy elástico. Este
tejido permite que los músculos se contraigan y se relajen. Cuando un músculo se contrae se acorta y se hace
más grueso. Cuando un músculo se relaja se estira y recupera su posición inicial. ¡Sin la contracción de los
músculos no hay movimiento!
La mayoría realiza mucho ejercicio físico. Sus músculos se aprecian debajo de la piel con mucha facilidad.
Los músculos crecen al mismo tiempo que tu cuerpo, pero si haces ejercicio aumentan su tamaño.
Todos los músculos reciben vasos sanguíneos que proporcionan oxígeno y alimento a sus células. El trabajo
que realizan los músculos consume mucha energía.
EL TEJIDO MUSCULAR
El tejido de tus músculos está formado por células musculares que también se llaman fibras. Cada fibra
contiene filamentos especiales que son capaces de contraerse o relajarse. Al contraerse, producen el
acortamiento de los músculos. Al relajarse, el músculo se estira y recupera su forma inicial
LA MUSCULATURA CORPORAL SISTEMA MUSCULAR HUMANO
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Los músculos puede ser planos, fusiformes u orbiculares.
Los músculos planos son finos y recubren los huesos de la cara, del tórax y del abdomen.
Los músculos fusiformes son los que recubren los huesos de las extremidades. Su forma es alargada y son más
gruesos en el centro y más finos en los extremos.
Los músculos orbiculares tienen forma circular y rodean orificios como los ojos o la boca.
MÚSCULOS VOLUNTARIOS Y MÚSCULOS INVOLUNTARIOS
El sistema nervioso controla el movimiento de tus músculos. Los nervios llegan a todos tus músculos.
Algunos músculos realizan movimientos porque tú quieres, es decir, es tu cerebro a través de los nervios el
que ordena al músculo que se mueva. Si quieres correr, coger un vaso, sonreír o chutar un balón, tu cerebro
ordena a tus músculos que realicen estos movimientos. Por lo tanto, estos movimientos son voluntarios y por
esta razón estos músculos se llaman músculos voluntarios.
Existe otro tipo de músculos sobre los que tú no ejerces ningún control. Estos músculos forman parte de
muchos órganos de tu cuerpo. ¡Tu corazón no late más rápido o más despacio porque tú lo desees!
Los movimientos de estos músculos son automáticos y están controlados también por tu sistema nervioso.
Estos movimientos son involuntarios y por esta razón esos músculos se llaman músculos involuntarios.
MÚSCULO ESTRIADO, MÚSCULO LISO Y MÚSCULO CARDIACO
Según el tipo de tejido muscular se diferencian tres tipos de músculo: músculo estriado, músculo liso y
músculo cardiaco.
¡Aunque tú no lo sepas, cuando te piden que te imagines un músculo siempre piensas en un músculo estriado
o esquelético! Estos músculos son los que tocamos y percibimos a través de la piel. El nombre de estriado se
debe a que con el microscopio se pueden ver unas zonas claras y otras oscuras que se alternan formando rayas
(estrías). Recibe el nombre de esquelético porque la mayoría de estos músculos están unidos a los huesos.
Además, los músculos esqueléticos o estriados son también músculos voluntarios. Estos músculos se
contraen, es decir se acortan, con mucha rapidez. En resumen, el músculo que imaginas es estriado,
esquelético y voluntario.
Los músculos lisos no son tan fáciles de imaginar forman parte de muchos de tus órganos, como el estómago,
el intestino o la vejiga. En la pared de estos órganos hay fibras musculares.
En el músculo liso no se aprecian casi estrías. A diferencia del músculo estriado estos músculos son
involuntarios. Por lo tanto, el músculo que forma tus órganos es liso e involuntario.
El músculo del corazón o músculo cardiaco es una excepción, sólo existe en el corazón y tiene propiedades de
los dos anteriores. Está formado por tejido muscular estriado pero, sin embargo, a diferencia del músculo
estriado, es involuntario como el músculo liso. Por lo tanto, el músculo cardiaco es estriado e involuntario.
LOS MÚSCULOS ESQUELÉTICOS DE TU CUERPO
Ya hemos dicho que los músculos esqueléticos son estriados y voluntarios. ¡Fíjate en la ilustración! La gran
mayoría recubre tus huesos. Algunos terminan en un tendón, una especie de cordón fibroso, que se une al
hueso. Otros terminan de forma que sus fibras se unen directamente a los huesos, la piel o las articulaciones.
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Tienes músculos esqueléticos por todo tu cuerpo: en la cabeza, el tórax, el abdomen y las extremidades.
Algunos músculos de la cabeza y el cuello. Cuando abres y cierras los párpados estás utilizando los músculos
orbiculares de los ojos. Cuando mueves las cejas estás usando el músculo frontal. Cuando masticas necesitas
el músculo masetero. Si giras y bajas la cabeza cuando tu hermano pequeño te llama, estás utilizando el
músculo esternocleidomastoideo.
Algunos músculos del tórax. Los músculos del tórax protegen la caja torácica y participan en la respiración y
en los movimientos de la espalda y de los brazos. Por delante están los músculos pectorales. Cuando subes y
bajas los brazos o se elevan las costillas al respirar estás usando estos músculos. En la espalda hay un gran
músculo de forma triangular, el músculo trapecio. El músculo trapecio eleva el hombro y tira hacia atrás de la
espalda.
El diafragma es un músculo grande y plano que separa el tórax del abdomen. Aumenta el tamaño de la
cavidad torácica cuando inspiras. Este músculo es muy importante para respirar.
Algunos músculos del abdomen. Los músculos del abdomen protegen tus órganos abdominales y participan
en los movimientos del tronco. Por delante está el músculo recto. El recto es un músculo plano que te permite
flexionar el tronco. Los músculos oblicuos también te ayudan a flexionar el tronco.
Algunos músculos de las extremidades superiores. Permiten mover los brazos, los antebrazos y las manos. En
el hombro está el músculo deltoides. El deltoides es un músculo muy fuerte que envuelve el hombro. Este
músculo permite elevar el brazo y llevarlo hacia delante y hacia atrás. Cuando levantas el brazo y doblas el
codo estás utilizando el músculo bíceps. Cuando bajas el brazo y extiendes el codo empleas el músculo
tríceps. Por detrás de los antebrazos y de la mano hay músculos extensores de la mano y de los dedos. Por
delante están los flexores de la mano y de los dedos.
Algunos músculos de las extremidades inferiores. Permiten mover los muslos, las piernas y los pies. Cuando
extiendes la pierna o doblas el muslo sobre el abdomen estás utilizando el músculo cuádriceps. Es un músculo
muy potente que está en la parte anterior del muslo. Cuando levantas el talón estás utilizando los gemelos.
Igual que en los brazos, en las piernas y los pies hay músculos flexores y extensores del pie y de los dedos.
¿Cómo se pueden cuidar los MÚSCULOS?
Los músculos realizan un trabajo muy duro cada día. Pueden recibir golpes o llevar a cabo esfuerzos
excesivos que provocan la rotura de algunas de sus fibras. El ejercicio físico es muy beneficioso para que tus
músculos estén fuertes y sanos, sin embargo, es importante entrenar a tus músculos poco a poco para evitar
que sufran algún daño. El ejercicio puede aumentar su tamaño. La inactividad prolongada puede disminuir su
tamaño y debilitarlos; los músculos se atrofian. En algunas enfermedades, como en ciertas formas de parálisis,
la atrofia de los músculos puede ser muy importante.
• SISTEMA NERVIOSO
LAS CÉLULAS QUE FORMAN TU SISTEMA NERVIOSO
La mayor parte de tu sistema nervioso está formado por unas células que sólo se ven con el microscopio. Estas
células se llaman neuronas. ¿Sabes que en tu cuerpo hay unos 100.000 millones de neuronas? Las neuronas
tienen un cuerpo más o menos redondeado del que salen dos tipos de prolongaciones. Una prolongación larga
que recibe el nombre de axón y otras prolongaciones cortas que se llaman dendritas. Las neuronas pueden
tener muchas dendritas, pero sólo tienen un axón.
Igual que los corredores en las carreras de relevos se pasan de unos a otros un objeto, las neuronas se
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comunican unas con otras para transmitirse mensajes. Estos mensajes llevan información del exterior o del
interior de tu cuerpo. También llevan las órdenes que dicta tu sistema nervioso a las diferentes partes de tu
cuerpo.
Las neuronas se comunican entre sí a través del axón y las dendritas. Los mensajes llegan a una neurona por
las dendritas, atraviesan el cuerpo de la neurona y salen por el axón hacia otra neurona. Sin embargo, las
neuronas no llegan a tocarse. Entre una neurona y otra siempre hay un pequeño espacio. La zona en la que una
neurona se comunica con la otra se llama sinapsis y el pequeño espacio que hay entre ellas se llama espacio
sináptico.
¿Cuáles son las partes de el SISTEMA NERVIOSO?
Todo el trabajo de recibir los mensajes del exterior y del interior de tu cuerpo y de responder a ellos y
coordinarlos, lo realiza el sistema nervioso. El sistema nervioso está formado por el sistema nervioso central y
el sistema nervioso periférico. NERVIOS CRANEALES
Imagina una gran ciudad con sus calles. En ella hay un gran rascacielos desde donde se gobierna toda la
ciudad. Un gran rascacielos desde donde se ordena y se dirige todo lo que va a ocurrir en ella. El control de
los alimentos, la limpieza y la eliminación de las basuras, el tráfico y las relaciones con otras ciudades y
dentro de la propia ciudad. Todo está supervisado y controlado desde este rascacielos.
Nuestro sistema nervioso también tiene un gran rascacielos que gobierna todas las actividades de tu cuerpo.
Se llama sistema nervioso central.
La parte más alta de este rascacielos es el encéfalo. El encéfalo está formado, de arriba hacia abajo, por el
cerebro, el cerebelo y el tronco cerebral. El encéfalo está dentro del cráneo. La parte inferior del rascacielos
está formada por la médula espinal. La médula espinal es como un cilindro largo que está dentro de la
columna vertebral. El encéfalo y la médula espinal están formados por millones de neuronas.
Las calles que van y vienen del gran rascacielos constituyen el sistema nervioso periférico. El sistema
nervioso periférico está formado por los nervios.
Esta red de nervios comunica el encéfalo y la médula espinal con el resto del cuerpo. Los nervios llegan a
todas partes. Están formados por las dendritas y los axones de las neuronas, y se distribuyen por todo tu
cuerpo.
¿Cómo se transmite la INFORMACIÓN por el SISTEMA NERVIOSO?
De la misma manera que cuando entras en Internet los mensajes circulan desplazándose desde un punto a otro
de la red, toda la información que procede del interior y del exterior de nuestro cuerpo circula por una red de
neuronas.
Los mensajes que circulan por tu sistema nervioso son impulsos eléctricos y químicos que se transmiten de
una neurona a otra. Viajan por los nervios hasta el sistema nervioso central ¡La velocidad con que lo hacen es
espeluznante! El sistema nervioso central recibe los mensajes de muchas neuronas. Los interpreta y envía su
respuesta.
Imagina que una neurona recibe un estímulo, por ejemplo, un mensaje que procede del exterior de tu cuerpo,
¡un olor estupendo a pastel! La neurona transforma este olor en un impulso eléctrico y químico. Este impulso
se envía hacia otra neurona y finalmente llega al sistema nervioso central. El sistema nervioso central lo
interpreta y envía su respuesta. La respuesta es una orden, ¡meter el dedo en el pastel para probarlo! La
neurona que recibe este mensaje ordena a los músculos de la mano que muevan ese dedo.
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Hay muchas células nerviosas capaces de recibir un estímulo. Los órganos de los sentidos como los ojos, los
oídos, la lengua, la nariz o la piel tienen células nerviosas especiales que recogen información del exterior y la
envían al sistema nervioso central. Además, existen otras células nerviosas que envían mensajes que contienen
información de tu propio cuerpo.
Como ya hemos visto, el sistema nervioso central recibe los mensajes de todo lo que ocurre en el interior y el
exterior de tu cuerpo a través de los nervios.
Los nervios pueden ser sensitivos o motores dependiendo de la dirección del mensaje.
Los nervios sensitivos llevan los mensajes desde los órganos hasta el sistema nervioso central (el encéfalo y la
médula espinal). Por ejemplo, el nervio de tu oído lleva información al cerebro de los sonidos que recibe.
Los nervios motores llevan los mensajes desde el sistema nervioso central (encéfalo y médula espinal) hasta
los órganos o hasta los músculos. Por ejemplo, ordena a los músculos de tus piernas que se muevan para poder
bailar. SISTEMA NERVIOSO HUMANO
Los mensajes llegan por los nervios sensitivos al sistema nervioso central. El sistema nervioso central estudia
estos mensajes. El sistema nervioso central envía las órdenes a través de los nervios motores.
EL SISTEMA NERVIOSO AUTÓNOMO O VEGETATIVO
¿Te has parado a pensar que tu corazón late sin que te des cuenta? Pues bien, hay unos nervios por los que
discurren unos mensajes un poco especiales. Estos mensajes controlan funciones de órganos como el corazón
o los pulmones que nosotros no podemos controlar a nuestro gusto. Funciones involuntarias que se gobiernan
desde el sistema nervioso central pero de las que no somos conscientes, como la respiración, la digestión o el
ritmo del latido del corazón. Estos nervios forman el llamado sistema nervioso autónomo o vegetativo.
• SISTEMA ESQUELETICO.
¿Qué es el ESQUELETO y para que sirve?
El esqueleto se parece a las vigas de una casa en construcción, un armazón recubierto por los músculos y la
piel que sostiene los órganos de tu cuerpo. Sirve de soporte para los tejidos blandos y sobre él se apoyan los
músculos para poder realizar su función. El esqueleto es como un rompecabezas formado por huesos que se
unen entre sí por músculos y ligamentos.
Una de las primeras características que definió al ser humano fue la capacidad de andar erguido sobre los dos
pies.¡Gracias a tu esqueleto puedes caminar derecho! El esqueleto no sólo da forma a tu cuerpo sino que
ayudado por los músculos te permite también moverte. Además, sostiene y protege órganos, como el corazón,
los pulmones o el cerebro. Los huesos de tu esqueleto contienen muchos minerales y son como un gran
almacén de donde tu cuerpo los obtiene cuando los necesita.
¿Qué HUESOS forman un ESQUELETO?
En tu esqueleto hay un eje central, la columna vertebral, a la que se conectan el resto de tus huesos. Vamos a
diferenciar distintas zonas en tu cuerpo para estudiar los huesos que hay en cada una de ellas. Hablaremos de
los huesos de la cabeza, los del tronco y el abdomen, y los de los brazos y las piernas.
Huesos de la cabeza
En la cabeza están los huesos del cráneo y los huesos de la cara.
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Los huesos del cráneo forman una especie de caja que protege el cerebro y que da forma a tu cabeza. Los 8
huesos del cráneo están fuertemente unidos entre sí y no tienen ningún movimiento. El cráneo se une con la
columna vertebral.
Los huesos de la cara son los que forman los pómulos, la nariz, la boca y las cavidades donde se alojan los
ojos. Si abres y cierras la boca para masticar sólo mueves un hueso. Este hueso con forma de herradura es el
maxilar inferior o mandíbula. SISTEMA ESQUELETICO HUMANO
El maxilar inferior es el único hueso móvil de la cara.
Huesos del tronco
En el tronco está la mayor parte de la columna vertebral, las costillas, el esternón, las clavículas y los
omóplatos.
La columna vertebral está formada por 24 vértebras. Dile a tu amigo o amiga que te deje tocar con tus dedos
desde el cuello hacia abajo la parte media de su espalda, estarás tocando las vértebras. Las vértebras son unos
huesos cortos que están colocados unos encima de otros ¡como si formaran una gran torre! Para que esta torre
no se caiga, las vértebras se unen entre sí por músculos y ligamentos. Por arriba, la columna vertebral se une
con el cráneo y por abajo, con el hueso sacro. Entre cada vértebra hay una pequeña almohadilla redonda que
se llama disco intervertebral. No todas las vértebras son iguales, algunas son más anchas, más altas o más
grandes que las otras. Las vértebras del cuello son diferentes de las de la espalda o de las de la zona del
abdomen. Hay 7 vértebras en el cuello (vértebras cervicales), 12 vértebras en la espalda (vértebras dorsales) y
5 vértebras en la zona del abdomen (vértebras lumbares). En todas las vértebras existe un agujero por donde
pasa la médula espinal, una estructura del sistema nervioso.
Los huesos de las costillas, el esternón y la columna vertebral forman una especie de jaula que llamamos caja
torácica. La caja torácica protege el corazón y los pulmones. Si tocas con los dedos tu pecho notarás en su
parte media una zona muy dura; es el esternón. La forma del esternón recuerda a una corbata.
Si ahora inflas tu pecho con aire y tocas hacia los lados notarás varios huesos delgados que desde el esternón
se dirigen hacia la parte de atrás de la espalda. Son las costillas. Las costillas son 24 huesos planos, delgados y
alargados, que se curvan hacia atrás. Hay 12 costillas en el lado derecho y 12 en el izquierdo. Las costillas se
unen por detrás con la columna vertebral y por delante mediante un cartílago con el esternón. Las dos últimas
costillas no llegan hasta el esternón y se llaman costillas flotantes.
Los huesos de las clavículas tienen forma de S. Hay dos clavículas y cada una se une con el esternón y con el
omóplato correspondiente.
El omóplato, que también se llama escápula, es un hueso plano con forma de triángulo. En la espalda hay dos
omóplatos detrás de las costillas. Cada omóplato se articula con dos huesos: la clavícula y el hueso del brazo,
el húmero.
Huesos de los brazos y de las manos
En la extremidad superior están los huesos de los brazos, los antebrazos, las muñecas y los dedos.
En el brazo hay sólo un hueso largo, el húmero. El húmero se une al tronco por arriba con el omóplato y por
abajo con los huesos del antebrazo.
En el antebrazo hay dos huesos largos colocados uno al lado del otro, el cúbito y el radio. Por arriba se
articulan con el húmero y por abajo con los huesos de la muñeca. Además, estos huesos se articulan entre sí.
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En la muñeca hay 8 huesos que se disponen en dos filas (huesos del carpo). Una se articula con el cúbito y el
radio, y otra con los huesos de la mano.
Dobla mucho la muñeca y cierra los dedos si con los dedos de la otra mano tocas con fuerza por encima la
mano que está cerrada notarás unas zonas más salientes y duras que se dirigen hacia cada dedo. Son los
metacarpianos. En la mano hay 5 huesos largos, los metacarpianos, que se articulan con los huesos de la
muñeca y con los de los dedos.
¡Ahora dobla un dedo! ¿En cuantas partes se divide? En cada parte hay un hueso. En cada uno de los dedos
hay tres huesos largos, tres falanges, excepto en el pulgar en el que sólo hay dos. Las falanges se llaman
primeras, segundas y terceras. La primera falange de cada dedo se articula por un extremo con el
metacarpiano y por el otro con la segunda falange. La segunda falange está entre la primera y la tercera
falange y se articula con ellas. La tercera falange sólo se articula por un extremo con la segunda falange.
Huesos del abdomen
En el abdomen está la zona final de la columna vertebral, el hueso sacro, el coxis y los huesos de la pelvis.
La pelvis está formada por cuatro huesos, el sacro, el coxis y dos huesos coxales, uno a cada lado. Todos estos
huesos se unen formando un círculo, como un gran anillo. Este anillo se llama pelvis. El sacro y el coxis están
detrás y forman un triángulo con la punta hacia abajo. Estos huesos se unen por arriba con la columna
vertebral y por los lados con cada uno de los huesos coxales. A su vez, los huesos coxales se unen por delante
y cierran el anillo. Coloca tus manos sobre la cintura, estás tocando la parte más saliente de tus huesos
coxales. ¡Ahora, fíjate bien a tu alrededor! ¿Sabías que la pelvis de las mujeres es un poco diferente de la de
los hombres? Esto se debe a que los bebés al nacer pasan por dentro del anillo que forma la pelvis y la pelvis
de la mujer está preparada para ello.
Huesos de las piernas y de los pies.
Sólo queda estudiar los huesos que forman la extremidad inferior. Los huesos de los muslos, las piernas y los
pies.
¿Sabes que el hueso más largo está en el muslo? El fémur es el hueso más largo del cuerpo y sostiene un gran
peso. Por arriba se articula con los huesos coxales (articulación de la cadera) y por debajo con la tibia, uno de
los huesos de la pierna. Por delante de la zona en la que el fémur se articula con la tibia hay un hueso de forma
redondeada que se llama rótula. Todo este conjunto forma la rodilla.
¡Ay, mi espinilla! ¿Has recibido alguna vez una patada jugando al fútbol? Toca con los dedos la pierna de
arriba abajo un poquito hacia dentro y notarás una zona muy dura. Este hueso es la tibia. La tibia es un hueso
largo y muy fuerte. Al lado de la tibia hacia fuera está el peroné. El peroné también es un hueso largo pero
mucho más fino. La tibia y el peroné son los huesos que forman la pierna.
En el pie, igual que en la mano, también hay muchos huesos. Siete huesos cortos (como en la muñeca) que
forman el tarso. Después, 5 huesos largos que se corresponden con cada uno de los dedos, los metatarsianos.
Y finalmente, en cada dedo hay tres huesos largos, las falanges, excepto en el dedo gordo que hay dos.
Huesos del oído
Además de todos estos huesos que hemos visto, hay seis huesos que no forman parte del esqueleto pero de los
que no podemos olvidarnos. Son los huesecillos del oído: el yunque, el martillo y el estribo.
¿Como se puede cuidar el ESQUELETO?
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Tu esqueleto necesita huesos duros y resistentes y, para ello, tu alimentación debe ser sana y muy rica en
productos como la leche y sus derivados, que proporcionan el calcio y los minerales necesarios. Debes cuidar
mucho la posición de tu espalda cuando te sientas para comer, estudiar o ver la televisión y adoptar una
postura correcta para que tu columna vertebral no sufra. Pero además también es muy importante que hagas
ejercicio, ¡tus huesos para crecer sanos deben moverse!
ESTRUCTURA DEL OIDO
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