Cuentos españoles del siglo XIX

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El extranjero
Pedro Antonio de Alarcón
Se narra el relato de dos amigos donde uno de ellos el abuelo de unos 75 años, él cuenta al otro una historia
que pasó hace 45 años durante la guerra. Un polaco estaba prisionero de dos soldados españoles, el polaco
servía a las órdenes de Napoleón y una vieja le cuidaba antes de que le capturasen, estaba débil y muy
enfermo. Al descubrirle en aquella casa le capturaron y la vieja fue apaleada por su falta de patriotismo.
Los soldados llevaban al polaco a matarlo, a fusilarlo. Por el camino se encontraron con el narrador, el abuelo
con el mulo cargado de barrilla. El polaco no podía caminar más, así que los soldados pidieron al hombre que
descargarse el mulo para llevar al polaco.
El hombre les dijo que lo mejor que podían hacer era dejarlo morir en paz y perdonarle como cristianos,
porque ante todo eran hombres antes que españoles.
Es entonces cuando uno de los soldados llamado el Risas mata al polaco que se llamaba Iwa. Al morir este, el
legionario apoderado le cortó la oreja. El hombre que narra la historia le enterró y luego se volvió a Gérgal.
Tres noches después estaba tomando café con varios amigos en el casino de Almería, cerca de ellos había 2
viejos militares retirados, uno de ellos comandante y el otro coronel. Entre ellos hablaban de la historia del
Risas que fue prisionero de los franceses cuando tomaron Almería y fue a parar a Suecia, él tenía un miedo
cerval a los polacos o un terror supersticioso a Polonia. Llegados a Varsovia, el Risas se puso enfermo de
fiebre cerebral.
Una familia le estaba acogiendo, eran una labradora viuda, con tres hijas casaderas que no dejaban de
preguntar por su hijo Iwa.
Ellas acabaron enterándose de que el Risas había matado a Iwa porque tenía el medallón de este con el retrato
de su madre. Ellas acabaron con la vida de él.
La comendadora
Pedro Antonio de Alarcón
Se narra la historia de una familia denominada Santos, esta era poderosa y rica. El conde Santos estaba
obsesionado con tener hijos, para poder dejar la herencia en manos de algún primogénito. Tuvo una hija y un
hijo, pero estos se quedaron de pequeños huérfanos (de padre). Su viuda pensó que lo mejor para la familia
era tener un hijo totalmente poderoso y rico, de ese modo metió a su hija en un convento quedándose el varón
con toda la herencia del padre. Al poco tiempo, tras el hijo del conde Santos haber tenido un hijo este muere y
es entonces cuando la viuda de Santos decide sacar a su hija del convento donde la había metido con
anterioridad.
Un día el niño sube a hablar con su tía y con su abuela y dice que ha oído al escultor y al pintor decir lo
siguiente: La comendadora debía ser muy hermosa desnuda. Claro el niño al escuchar esto le pide a esta (su
tía) que se desnude, pero ella se niega con lo que al niño le aborda un ataque y su tía accede.
Todo concluye con la marcha de la tía al convento sin haber avisado a su madre de lo ocurrido.
La lima de los deseos
1
José María de Pereda
Aquí se relata la historia de un niño, que desde edades muy precoces vivía algo encandilado con los
obstáculos que la vida le proponía, además de los problemas que le planteaba. Alguno de ellos eran aprender a
resolver problemas de matemáticas (aritmética), aprendizaje a leer y a escribir, etc.
Como la esperanza es lo último que se pierde, pensaba que todos estos problemas desaparecerían a lo largo de
su vida. El tiempo fue pasando y las esperanzas por evitar aquello se iban haciendo mínimas. Se había
equivocado.
Llegó el momento de cursar nuevos cursos y de entrar en el instituto, donde las cosas se pondrían aún más
complicadas.
En la universidad le ocurrió lo mismo, todo era muy complejo. Él pensaba que al salir de la universidad, al
acabar su carrera ya no tendría problemas y sería lo suficientemente libre como para poder hacer lo que más le
gustase y de esa forma no tendría que trabajar.
El pájaro verde
Juan Valera
Un rey de inmensos tesoros de Oriente, tenía un numeroso ejército, era un hombre poderoso y rico. Quería
encontrar un príncipe cualificado para casarlo con su hija, la princesa. Ninguno de ellos le parecía lo
suficientemente bueno para su hija, rechazó a muchos pretendientes y en especial al hijo de un rey también
muy poderoso llamado Kan de Tartalia.
La princesa lo odiaba. La princesa venturosa que así se llamaba, inclusive tuvo un incidente con un sublime
pájaro verde, el cual le saqueó un cordón, una liga y un guardapelo. Tras aquello, la princesa cayó enferma de
desesperación por atrapar al pájaro.
Lo intentó todo: llamó a sabios para que estudiaran y descubrieran el origen del pájaro, envió soldados y
siervos en su busca pero aún así no consiguió nada.
Por sorpresa un día una lavanderilla que se encontraba en el río, fue conducida de manera mágica por una
naranja a un insólito y ostentoso palacio en cuyo interior, encontró muchos tesoros, riquezas, etc... y entre
todo aquello encontró por sorpresa al famoso pájaro verde, junto dos pájaros más que al final se convirtieron
en verdaderos hombre.
Al cabo del tiempo, la mujer lavanderilla se despertó bajo un árbol, cuya naranja la había guiado hasta tal
palacio y al saber la historia de la princesa cumplió con su deber y fue a contárselo a ella para que lo supiese.
La humilde mujer se lo comentó a la princesa cuya enfermedad mejoró mucho, pues recibió la alegría con
mucha satisfacción. Se dio cuenta que detrás de todo esto estaba Kan de Tartaria (a quien había rechazado).
Kan había hechizado al pájaro verde para que la princesa enfermase.
De esta forma mandó matar a su hijo para despojarle una carta que contenía la forma de desencantar al pájaro
verde, con el fin de que recobrase su forma humana.
Tras conseguir la carta, observó que estaba escrita en un idioma muy extraño (al parecer el que se hablaba en
Babel antes de la confusión, y que solo un ermitaño que habitaba en las montañas podía descifrarla, era un
idioma que por lo tanto apenas entendía nadie).
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Tardaron en encontrar al ermitaño, exactamente unos 7 días, al encontrarlo, el ermitaño pudo leer la carta
correspondiente y dar así el resultado a la princesa venturosa para poder quitarle el hechizo al príncipe.
La conjura de las palabras
Benito Pérez Galdós
Se cuenta cómo las palabras del diccionario de la lengua española, salen del mismo y se revelan. Delante
marchan unos heraldos Artículos, vestidos con magníficas dalmáticas y cotas de finísimo acero, no llevan
armas, pero sus escudos son los Sustantivos, que son ricos y lujosos. Más atrás aparecen los Adjetivos como
servidores o satélites de estos últimos.
Aparecen también los verbos, que no se pueden describir con exactitud y precisión, pues no tienen sexo, ni
altura...
Encontramos a los Adverbios que realmente eran Adjetivos con un falda que decía: mente.
Las preposiciones eran enanas y parecían cosas. Junto a los Sustantivos encontramos a las Conjunciones, que
siempre estaban metiendo bulla. Luego venían las Interjecciones, que no tenían cuerpo, eran todo cabeza, con
una gran boca siempre abierta.
Todas ellas llegan a las plaza del Estante y se revelan contra los escritores por su mala utilización. La historia
es contada por un libro llamado Flos Sactorum.
OPINIÓN PERSONAL:
El trabajo realizado de Cuentos españoles del siglo XIX para el área de Lengua y Literatura ha sido redactado
en base a los capítulos leídos en clase. He resumido dichos capítulos y de esta forma puedo dar una opinión
personal sobre lo que más me ha gustado del libro.
Para mí, el mejor cuento ha sido el de La conjura de las palabras, me ha gustado mucho leerlo porque se nota
el empeño, la imaginación y el esfuerzo que se ha puesto para escribirlo.
Las metáforas que se emplean son múltiples y están muy bien hechas las comparaciones.
Es un cuento fantástico y fantasioso por eso es mi preferido.
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