La Medicina Paliativa una medicina necesaria

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LA MEDICINA PALIATIVA, UNA MEDICINA NECESARIA
Se suele emplear con mucha frecuencia la frase “más vale prevenir que
curar”, pero debemos preguntarnos qué pasa cuando no se puede
conseguir ni lo uno ni lo otro. Pues bien, la respuesta la tiene la Medicina
Paliativa ya que lo único que podemos hacer en este caso es paliar. Todos
estamos de acuerdo que la Medicina Preventiva y la Medicina Curativa son
necesarias, pero algunos, cada vez en mayor número, estamos
convencidos de que la Medicina Paliativa también lo es. Quienes pensamos
así también creemos que estas tres facetas de la Medicina no se
contraponen en absoluto entre sí, sino que se complementan. Lógicamente
los primeros esfuerzos de los sanitarios deben ir dirigidos a prevenir las
enfermedades; cuando la enfermedad se produce habrá que intentar
curarla y cuando esto no se consigue habrá que intentar aliviar o paliar la
situación.
Muchos opinamos que la Medicina Paliativa, que tiene como objeto la
promoción de la dignidad y la autonomía de la persona enferma, que
incluye a la familia dentro de sus objetivos y que aborda al enfermo de
forma global teniendo en cuenta los aspectos psicológicos, sociales,
espirituales, etc... aunque ha comenzado por ocuparse de grupos de
enfermos muy específicos, los enfermos terminales, puede y debe ser el
comienzo de una forma de entender la actividad sanitaria en general como
un primer paso para recuperar la imprescindible Humanización de la
Medicina.
Antes de continuar explicando en este artículo la filosofía y los métodos de
la Medicina Paliativa conviene que tengamos en cuenta las palabras de
Cecil M. Saunders: “El que no se pueda hacer nada para detener la
extensión de una enfermedad no significa que no haya nada que hacer”.
Muchos pacientes con enfermedades en fase terminal pueden vivir mejor
sus últimos días cuando reciben unos cuidados adecuados y se presta una
mayor atención a las necesidades de sus familias. Pero para que un
enfermo muera en paz y con dignidad se requiere proporcionarle un buen
control de sus síntomas molestos y apoyo emocional conforme se adapta a
una incapacidad física creciente y experimenta con anticipación la pérdida
de la familia, amigos y todo lo que les es cercano.
Los Cuidados Paliativos pueden conseguir elevar la calidad de vida que
permanece y son para muchos enfermos, sin posibilidades de respuesta a
los tratamientos específicos, el único abordaje realista y humano en sus
difíciles circunstancias. Pensamos que recibir unos cuidados paliativos
competentes no debe ser un privilegio, sino más bien un derecho de todo
enfermo terminal.
Los Cuidados Paliativos son programas de tratamiento destinados a
mantener o mejorar las condiciones de vida de los pacientes cuyas
enfermedades no responden por más tiempo al tratamiento curativo e
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intentar controlar no solo el dolor y otros síntomas molestos sino también
el sufrimiento, para conseguir que estos enfermos vivan en plenitud sus
últimos meses o días y tengan una muerte digna.
El paciente en fase terminal es toda personas a la que se le ha
diagnosticado con certeza un padecimiento incurable y progresivo, con
posibilidad de morir en un plazo menor de seis meses. Se caracteriza por
la presencia de numerosos síntomas cambiantes e intensos que provocan
un gran impacto emocional en el enfermo y en su familia, con una gran
demanda de atención. Su tratamiento básico pasa a ser de tipo paliativo
ya que los objetivos de mantener la vida y restablecer la salud ceden su
lugar al control de los síntomas y a la humanización de la asistencia al
enfermo.
Las enfermedades más frecuentes en la terminalidad son: el cáncer, las
enfermedades degenerativas del sistema nervioso central, la cirrosis
hepática, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, la insuficiencia
cardiaca congestiva, la insuficiencia renal crónica, las demencias y el
SIDA.
En un estudio realizado en nuestra Unidad de Cuidados Paliativos sobre lo
que había ofrecido la Medicina Paliativa a nuestros ancianos se observó
que el 50% presentaba patología neurológica vascular o degenerativa, el
20,58% presentaba patología neoplásica, el 14,70% presentaba patología
del aparato locomotor invalidante para el anciano que en muchas
ocasiones si no se le ofrece alternativa paliativa puede ser la causa de su
muerte; el resto presentaba diversa patología como descompensaciones
cardiorrespiratorias, trombocitopenias agudas, insuficiencias renales,
descompensaciones diabéticas... que también se beneficiaban de la
Medicina Paliativa. Esto nos indica que los ancianos demandan
fundamentalmente Cuidados Paliativos de procesos neurológicos y de
patología neoplásica, así como rehabilitación tanto de secuelas de
accidentes cerebrovasculares como de incapacidades debido a patología
del Aparato Locomotor.
El tratamiento paliativo que ofrece esta Medicina tiene los siguientes
objetivos:
- Reafirmar la importancia de la vida, considerando a la muerte como
un proceso normal.
- Establecer un proceso que no acelere la llegada de la muerte ni
tampoco la prorrogue.
- Proporcionar alivio del dolor y de otros síntomas angustiosos.
- Integrar los aspectos psicológicos y espirituales del tratamiento del
enfermo.
- Ofrecer un sistema de apoyo a los enfermos para que puedan tener
una vida lo más activa posible hasta que sobrevenga la muerte.
- Ofrecer un sistema de apoyo a la familia para que puedan afrontar la
enfermedad del enfermo y sobrellevar la fase de duelo.
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Aunque ha sido etiquetada de “blanda”, “mística” o “mesiánica” la
Medicina Paliativa se basa en sólidos principios aplicados por profesionales
con gran competencia clínica y profunda sensibilidad. Una cita más de la
Dra. Cicely Saunders: “Usted importa porque es usted, usted importa
hasta el último momento de su vida, y nosotros haremos los que podamos
no solo por ayudarle a morir en paz, sino para que viva hasta que muera”.
La Medicina Paliativa se ocupa del estudio y manejo de los pacientes con
enfermedad activa, progresiva y avanzada para los que el pronóstico de
vida es limitado y el objetivo del cuidado es la calidad de vida. Comprende
los tratamientos y cuidados médicos, quirúrgicos y psicológicos así como el
apoyo espiritual destinados a aliviar el sufrimiento y mejorar el confort
cuando un tratamiento con intención curativa es inapropiado. Esta
Medicina proclama el valor de la vida humana en cada momento e intenta
aliviar al máximo el sufrimiento ocasionado por la enfermedad terminal.
Nació como respuesta de ayuda, consuelo y acompañamiento a los seres
humanos enfermos y moribundos. Por tanto, los Cuidados Paliativos
suponen un redescubrimiento de viejas verdades, una profundización en el
imprescindible componente humanístico de la Medicina. La combinación de
sensibilidad, compasión y motivación con una sólida formación científica es
la aportación de la Medicina Paliativa a nuestros días.
Existen dos momentos de alto estrés emocional en los enfermos
diagnosticados de cáncer: el primero en el momento de conocer el
diagnóstico y el segundo en la fase terminal de la enfermedad. Mientras
persista el sufrimiento de miles de seres humanos moribundos podemos
hacernos esta pregunta: ¿es posible un auténtico progreso sin Cuidados
Paliativos?.
Lejos de la creencia tan común todavía en los medios profesionales de que
en la proximidad de la muerte no se puede hacer nada, es preciso tomar
conciencia de que nuestro deber profesional va más allá de intentar una
curación, por lo cual, cuando esto no sea posible, como en la situación de
agonía, deberemos enfatizar todos los aspectos de cuidar, tanto a nivel de
los síntomas físicos como de todas aquellas otras situaciones que afectan
al enfermo como a su familia.
Atender profesionalmente al enfermo y a su familia es, pues, comprender
la compleja situación a la que están enfrentados y desarrollar, en
consecuencia, métodos y recursos específicos útiles para hacer frente a
esta situación. Sin embargo, esto no deberá nunca hacernos prepotentes,
sino muy humildes ante una situación de innegable sufrimiento. Como
reconoce Cassidy: “los pacientes ya saben que no somos dioses, lo único
que nos piden es que nos les abandonemos”.
Dr. Jacinto Bátiz
Jefe de la Unidad de Cuidados Paliativos
Hospital San Juan de Dios (Santurce-Vizcaya)
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